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Tema: "Libros del mes" en el foro privado "Palestra Económica"

  1. #21

    2002-05-30 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2002

    Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
    resumen o comentario bienvenido sea a palestra.


    2002-05-30 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2002


    Lawrence Boland, The Foundations of Economic Method, London: Geo. Allen & Unwin, 1982. El profesor Boland tiene en proceso de revisión este libro y planea una segunda edición. Este puede ser obtenido (además de otras publicaciones suyas sumamente interesantes) en www.sfu.ca/~boland/book1pdf.htm Traduzco lo siguiente a partir de la presentación que de su libro hace Boland en una reciente red de Internet. Los paréntesis cuadrados son míos.

    "[Su] principal programa de investigación durante los últimos 25 años ha sido
    tratar de que los economistas neoclásicos reconozcan que no sólo es importante
    seguir al pensamiento de Friedrich Hayek y reconocer que hay un papel para el
    conocimiento en la toma de decisiones, sino también que su suposición común de
    que el conocimiento debe ser adquirido por medio de la inducción, es una teoría
    falsa del conocimiento o aprendizaje. Específicamente, [Boland] urge a los
    economistas neoclásicos a que reconozcan que el conocimiento es como la salud y
    no como la riqueza. Esto es, que el conocimiento (diferente del vocabulario en
    el lenguaje) no es una cantidad de la cual se puede tener más de ella (Popper
    llama a esta versión cuantitativa "la teoría del balde del conocimiento"). En
    vez de ello, siguiendo tanto a Sócrates como a Popper, [Boland dice] que el
    conocimiento es como la salud, algo que usted puede mejorar.

    Se deduce del punto de vista Socrático-Popperiano de la metodología que uno
    aprende mediante la crítica y, en particular, descubriendo los errores propios.
    Es más, tal como lo reconoció Hayek, la economía neoclásica, con su enfoque
    basado en la maximización exitosa, nunca puede explicar la dinámica, puesto que,
    sin errores, no habría razón alguna para cambiar. Pero, a menos que reconozcamos
    explícitamente que el conocimiento es algo falible y, por lo tanto, posiblemente
    falso, nunca podríamos explicar la dinámica económica o, según sea el caso, la
    teoría sobre el capital. [Boland está] convencido de que la teoría neoclásica
    puede ser reparada y mejorada, aunque tiene mucho trabajo por delante.

    Un breve esquema del contenido del libro es el siguiente: La Parte 1 describe lo
    que [el autor] llama la "agenda oculta"; esto es, los problemas metodológicos
    esenciales que restringen las explicaciones neoclásicas. El capítulo 1 es acerca
    de lo que Popper llama el "Problema de la Inducción" (el cual ahora 'todo mundo'
    reconoce como sin solución) y su manifestación actual, que [Boland llama] el
    "Problema con la Inducción". El capítulo 2 es acerca del individualismo
    metodológico y discute cómo los economistas neoclásicos lo dañan al requerir una
    versión reductiva, psicologista, la cual hace imposible que surjan modelos
    dinámicos satisfactorios.

    La Parte 2 del libro aplica la agenda oculta para explicar los problemas
    ('puzzles') teóricos que eran la moda cuando [Boland escribió su primera
    edición]: modelos de desequilibrio (capítulo 3), expectativas racionales
    (capítulo 4) y microfundaciones (capítulo 5). Todo esto va a ser reemplazado en
    la próxima edición, excepto la parte dedicada al asunto del tiempo en la teoría
    económica (capítulo 6). [No por ello dejan de ser interesantes, además de que en
    muchas de nuestras facultades aún se enseñan sobre estos temas]

    La Parte 3 discute las tres principales formas por las cuales los economistas
    neoclásicos tratan de solucionar el "Problema con la Inducción": la economía
    positiva (capítulo 7), la economía analítica (esto es, matemática) (capítulo 8) y
    el Instrumentalismo (capítulo 9). Toda esta parte [dice Boland que] será
    reformada de manera importante en la segunda edición.

    La parte 4 discute los puntos de vista comunes existentes hacia 1982 acerca de
    la metodología y trata de explicar cómo Popper podía ser incorporado en la
    agenda. El capítulo 10 compara el punto de vista de Popper sobre la metodología
    con lo que era típico en 1982 (pero, desafortunadamente, esa posición típica de
    entonces no ha desaparecido completamente). El capítulo 11 discute como Popper y
    Hayek pueden ser incorporados metodológicamente en una economía neoclásica
    mejorada. El capítulo 12 presenta el punto de vista del autor de que no existe
    tal cosa como "una metodología para todos los propósitos". Por lo tanto, [Boland
    aboga] por lo que él llama una "metodología dependiente del tipo de problema",
    que presume una aceptación del racionalismo crítico de Popper."

    "Para resolver el problema de explicar la dinámica, [Boland inicia] mediante una
    formulación de una agenda de investigación nueva, no psicologística,
    individualista, basada en la epistemología de Popper y en una versión modificada
    del individualismo de Hayek. El lo llama el programa Popper- Hayek para explicar
    cualquier proceso dinámico racional."

    Los párrafos siguientes tomados del libro de Boland en referencia, podrían dar
    al lector una idea de su trabajo (Nota no ahondaré en las fuentes citadas):

    "Una base para una explicación individualista de la dinámica.

    Para resolver el problema de explicar la dinámica, empezamos formulando una
    agenda de investigación nueva, no sicologística, individualista, basada en la
    epistemología de Popper y en una versión modificada del individualismo
    metodológico de Hayek (basado en Boland, 1978). Nosotros llamamos a esto el
    programa Popper-Hayek para explicar cualquier proceso dinámico racional. Para
    propósitos de la discusión, separemos las partes esenciales de la agenda
    propuesta.

    Antijustificacionismo. Primero que todo, se presume que todo conocimiento es
    esencialmente teórico, por tanto, basado en conjeturas; segundo, que es
    posiblemente cierto, aunque nunca podamos probar su status de verdadero (Popper,
    1972, Cap. 3).

    Antisicologismo. Se presume que el conocimiento de cada uno es potencialmente
    objetivo (Popper, Cap. 1).

    Toma de decisiones racionales. Se supone que lo que uno hace en algún punto en
    el tiempo depende del conocimiento que uno tenga en ese momento y en la lógica de
    la situación en la cual se emplea ese conocimiento (Hayek 1937/48; Hicks, 1973,
    1979)

    Dinámica situacional. Se supone que los cambios en el comportamiento de uno
    pueden resultar de cambios en el conocimiento que uno tenga así como por cambios
    previstos o no previstos [Intended or unintended] en la situación de uno (Hayek
    1937/48; Shackle, 1972).

    Deberá señalarse que este enfoque para resolver el problema de explicar la
    dinámica en un marco individualista a corto plazo requiere del rechazo de la
    epistemología inductivista de Hayek y su reemplazo por el concepto de Popper de
    conocimiento objetivo. Esto último requiere del rechazo del psicologismo. El
    primer paso es especificar uno o más actores, en el pasado o en el presente,
    quienes hayan estado causando o contribuyendo al cambio en cuestión, y las
    teorías que ellos sostuvieron en el momento de sus acciones. Luego, debemos
    especificar las consecuencias no previstas de sus acciones, entreteniendo
    conjeturas acerca de por qué sus teorías eran falsas. Note que la falsedad de
    las teorías puede ser algo desconocido para los actores en el momento; en efecto,
    es por medio de estas consecuencias no previstas que los actores en referencia
    pueden aprender que su conocimiento es falso. En resumen, este marco asevera que
    la economía en el tiempo es una secuencia de consecuencias no previstas de actuar
    con base en teorías (sin saberlo) falsas. (Confirmar Hicks, 1965, p. 184; 1979).
    (Note que esto no es instrumentalismo, puesto que el status de verdad puede aún
    importar)."




    Jorge Corrales Quesada

  2. #22

    2002-06-28 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2002

    Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
    resumen o comentario, bienvenido sea a palestra.


    2002-06-28 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2002


    Gary S. Becker y Guity Nashat Becker "The Economics of Life," (New York: McGraw-
    Hill, 1997). Los paréntesis cuadrados contenidos dentro del texto traducido del
    libro son míos. Si alguien desea leer el libro, ya saben cómo y dónde
    contactarme.

    Este libro presenta una colección de ensayos escritor por el Profesor de
    Economía de la Universidad de Chicago, Gary S. Becker, los cuales fueron
    revisados por su esposa, la historiadora de la Universidad de Illinois en
    Chicago, quien aparece como coautora. Estos ensayos de Becker se han publicado
    en la conocida revista de negocios Business Week a través de los años y es una
    selección de los más de 130 artículos escritos en el período 1985 -1996.

    Mis breves notas están obtenidas del artículo introductorio titulado "De la
    torre de marfil a ser un columnista," el cual narra la historia del proceso por
    el que este Premio Nóbel de Economía, con la colaboración de su esposa, decidió
    extender su influencia más allá de escribir artículos técnicos intelectualmente
    poderosos hacia los de temas que fueran del interés del público en general. De
    este artículo extraigo los siguientes párrafos que espero queden debidamente
    hilvanados, de manera que provoque en los lectores de palestra el interés por
    leer el libro (que está a su disposición por mi medio):

    "Los numerosos caminos por los cuales los mercados económicos y las políticas
    públicas afectan el comportamiento, no son suficientemente apreciados por los
    economistas, sin dejar de lado a otras personas.

    La economía analiza cómo los mercados, las políticas públicas y otros
    acontecimientos afectan al comportamiento de los individuos y de las
    organizaciones, que tratan, lo mejor que puedan, de mejorar su situación
    compitiendo el uno con el otro por ingresos, trabajos, clientes y, aún, por
    prestigio y poder... En este enfoque, el comportamiento depende crucialmente de
    los incentivos... En la mayoría de las situaciones, es consistente con el sentido
    común que el comportamiento responda a incentivos de la manera expuesta.
    Desdichadamente, el sentido común es botado al basurero cuando se discuten los
    efectos de las políticas públicas...

    El término 'mercado' usualmente connota un camino formal para intercambiar
    bienes o activos y establecer precios explícitos... Pero consideramos a los
    mercados como acuerdos informalmente estructurados para asignar recursos. Estos
    mercados informales pueden usar precios implícitos, en vez de explícitos, para
    guiar los recursos hacia quienes los demandan...

    El trabajo de Gary Becker ha destacado porque muestra la importancia, tanto de
    hacer elecciones con base en un propósito, como de los mercados, no sólo en la
    esfera económica, sino también en la vida social y política...

    [Ambos autores] están en favor de la libertad individual y de las economías
    empresariales privadas, cuyo caso a favor fue presentado por Adam Smith, David
    Hume y otros pensadores de los siglos dieciocho y diecinueve...

    Por tanto, [dicen] somos liberales en este sentido clásico o europeo, y
    preferimos un entorno social, político y descentralizado económicamente, que
    permita la libertad de elección, siempre que la libertad de esa persona no
    imponga un daño claro y sustancial sobre otros. Esos liberales no son
    conservadores en el sentido tradicional de querer preservar el status quo.
    Aunque los liberales clásicos reconocen que lo que ha sobrevivido es a menudo
    funcional y contribuye al bienestar social, también reconocen que algunas
    costumbres y tradiciones muy respetadas en leyes, política y economía, han
    sobrevivido debido a la influencia de poderosos grupos de interés que orientan a
    la política pública en su favor. Esta es la razón por la cual nuestros artículos
    no dudan en abogar por cambios en el status quo a fin de mejorar la eficiencia o
    de aumentar las oportunidades de los pobres...
    ...Los artículos recolectados en este libro contienen recomendaciones sobre
    temas importantes y controversiales. Sin ambigüedades, [los autores] se oponen
    al gobierno grande y a la planificación central, a la inmigración ilegal, a las
    cuotas en el trabajo y para las minorías, a la excepción que se brinda a los
    sindicatos de las leyes antimonopólicas, a los pagos de colegiatura altamente
    subsidiados que se da a los estudiantes ricos y de clase media en las
    universidades estatales, a las restricciones que imponen asociaciones deportivas
    [como la NCAA en los Estados Unidos] para que se les pueda pagar a estudiantes
    que son, a la vez, atletas, a los límites en el tiempo de servicio de los
    miembros del Congreso [de los Estados Unidos], a los sistemas de pago a los
    trabajadores basados en las utilidades de las empresas [ESOPs: "Employee Stock
    Ownership Plan"] y a otros subsidios a la propiedad de los trabajadores en las
    empresas, y a las tarifas y las cuotas -aún cuando sean otras naciones quienes
    las imponen.

    Pero los artículos no son sólo en 'contra de' ciertos temas. Entre otras cosas,
    [los autores] están a favor de vender el derecho de inmigrar legalmente, de una
    privatización extensa de las empresas públicas, por la introducción de vales
    escolares ["vouchers"] principalmente para los niños pobres, de la legalización
    de muchas drogas, en sustituir a un sistema de pensiones de seguridad social
    basado en pagos de acuerdo con los ingresos corrientes [pay-as-you-go] por otro
    fundamentado en cuentas individuales, de moverse hacia un sistema pleno de
    fuerzas armadas voluntarias, de caerle a los padres que fracasan en dar soporte
    económico legal a los hijos, en hacer valer los contratos matrimoniales y
    acuerdos prenupciales, de promover la libre competencia entre sectas y
    denominaciones religiosas, de reformar la Constitución [de los Estados Unidos]
    para que los jueces federales sirvan durante plazos sujetos a renovación, en vez
    de ser nombrados de por vida, de instituir penas más severas por crímenes graves,
    en especial cuando son cometidos con armas, y de cambiar el sistema de bienestar
    social ["welfare"] para que se concentre en ayudar a los niños más que a las
    madres y a los trabajadores sociales."

    Para ayudar a los lectores a localizar temas específicos, en el libro los
    artículos se han agrupado bajo categorías amplias, que incluyen regulación,
    inversión en capital humano, comercio internacional, inmigración, educación,
    mujeres, crimen, el medio ambiente, drogas y otras adicciones, capitalismo,
    mercados laborales, comportamiento de las familias, política y gobierno, mercados
    accionarios y administración y los ancianos y la seguridad social.

    Como señala Becker en su artículo 'When the Wake-Up Call Is from the Nobel
    Committee' -'Cuando la llamada telefónica para despertarse viene del Comité del
    Premio Nobel- "lo que traté de hacer en estos artículos durante los últimos seis
    años y medio es aplicar el mismo tipo de análisis a los temas sociales y de
    políticas que son del interés general. Espero que mi Premio Nóbel no me induzca
    a pensar que tengo todas las respuestas, y espero que mis artículos puedan
    continuar analizando los muchos temas sociales, en donde la forma en que el
    economista mira a la vida, tenga algo valioso que decir."

    Jorge Corrales Quesada

  3. #23

    2002-07-29 EL LIBRO DEL MES DE AGOSTO

    2002-07-29 EL LIBRO DEL MES DE AGOSTO

    Xavier Sala i Martín, Economía liberal para no economistas y no liberales
    (Barcelona: Plaza & Janés Editores, S.A., 2002). Los paréntesis cuadrados son míos. Asimismo, como en Internet no se cómo poner letras en cursiva, tal como aparecen en el artículo original, las he sustituido por un entrecomillado.

    [Sí, el libro está calientito: acaba, en abril, de ser editado y ya tengo una
    copia, gracias a un funcionario de la Contraloría quien viajó a un curso en
    España y le encargué que, en lo posible, me lo consiguiera. Para los
    malpensados, ya le di mis dólares por el costo del libro (no incluye, por
    supuesto, el del transporte, así que el amigo me subsidió en algo). Suelo hacer
    resúmenes o comentarios de libros, pero en este caso, creo que el prólogo de Joan
    Oliver al libro de Sala, "De buenas intenciones, el infierno está abarrotado,"
    destila excelentemente el sabor de la obra, por lo cual, lo que voy a hacer, para
    estimular sus apetitos, es simplemente reproducir el comentario de Oliver. Luego
    de éste, al final, mencionaré algunos de los títulos de los capítulos de la obra
    de Sala, la cual, por supuesto, está a su disposición o bien podrían sugerirle a
    don Tony Lehmann o a don Carlos Federespiel que la traigan al país para que nos
    la vendan. Vale la pena tenerla y leerla.]

    " PROLOGO

    'De buenas intenciones, el infierno está abarrotado'

    Dejándose llevar por su mala cabeza, el señor Xavier Sala i Martín (profesor de
    economía en la Columbia University de Nueva York, quien probablemente ustedes
    habrán visto alguna vez por la tele [española] vestido con americanas [camisas]
    chillonas y corbatas con grandes dibujos) insistió en que en el título de este
    libro apareciera la palabra "liberal".

    A él, que vive medio año en Nueva York, tres meses en Cataluña -donde ejerce
    como profesor de la Universitat Pompeu Fabra-, y tres en Washington, -donde
    colabora con el Fondo Monetario Internacional-, le debe parecer que lo de
    llamarse liberal queda bien. Pero no sabe dónde se ha metido.

    La mayor contribución de un catalán a la bibliografía sobre el liberalismo es la
    del insigne eclesiástico Félix Sardá i Salvany, nacido en Sabadell en 1844 y
    muerto el año de Nuestro Señor de 1916. Sardá i Salvany pasó a la historia por
    la publicación, en 1844, de un libro titulado "El liberalismo es pecado" (en 1999
    la editorial Altafulla hizo una edición facsímil que todavía hoy podemos
    encontrar). El libro fue un auténtico "bestseller", hasta el punto que en 1891
    se llegó a hacer una edición en ocho lenguas (¡ incluidas el catalán, el gallego
    y el euskera !). Durante años, los catecismos españoles (como el del famoso
    padre Ripalda) incorporaban la pregunta <<¿El liberalismo es pecado?>>, a la
    cual, naturalmente, había que responder <<Sí, es pecado>>. Pero Sardá i Salvany
    no sólo es un recuerdo de otros tiempos. Hace muy pocos años, el 11 de octubre
    de 1992, para conmemorar los quinientos años de algo, el papa Juan Pablo II
    canonizó a uno de los más fervientes seguidores del integrista Sardá: san
    Ezequiel Moreno y Díaz, muerto en 1906, quien se hizo grabar en su tumba a modo
    de epitafio la brillante frase <<El liberalismo es pecado>>. Y aún hoy día los
    seguidores de monseñor Lefébvre van por el mundo difundiendo la obra del
    eclesiástico vallesano (en Internet es fácil encontrar una adaptación de esta
    frase al inglés. "Liberalism is a Sin").

    La historia política española hizo que la ideología integrista de Sardá i
    Salvany se mantuviera bien viva hasta hace pocos años, y que muchos de los que
    hoy tenemos más de cuarenta todavía podamos recordar cómo de pequeños nos
    contaban los males del liberalismo, mezclados con los del judaísmo, la masonería
    y el marxismo. Curiosamente, aquellos a quienes se intentó inculcar el
    falangismo terminamos leyendo las obras completas de Marx, Engels, Lenin y Mao o,
    a menudo, adaptaciones como la de Marta Harnecker, que no deferían mucho, en
    cuanto al tono, del catecismo del padre Ripalda. Y así nos fueron las cosas.

    Una vez más nos contaron que el liberalismo era pecado. Aunque resulte difícil
    de creer, Engels, en su estudio sobre la situación de la clase trabajadora en
    Inglaterra, también utiliza el término "pecado". Y así fuimos pasando de un
    integrismo a otro, pero manteniendo siempre la idea de que el liberalismo es
    pecado. Pecado contra la religión, pecado contra la historia, pecado contra los
    trabajadores, pecado contra los pobres... Sabiendo que era pecado, pero sin
    saber muy bien qué significaba eso del liberalismo. Como decía Unamuno en una
    carta abierta a Angel Ganivet (publicada en "El defensor de Granada" en 1898): <<
    [...] la constante cantinela de que el liberalismo es pecado, sin que logremos
    llegar a saber qué es eso del liberalismo>>.

    Y aún nos hallamos en el mismo punto. Todavía hoy una mayoría de nuestra
    sociedad, y la práctica totalidad de nuestros intelectuales, periodistas y otros
    creadores de opinión, sostienen que eso del liberalismo no es más que una trampa
    de los ricos para ahogar a los pobres. Normalmente utilizan el término
    "neoliberalismo" y tienen por costumbre acompañarlo del adjetivo "salvaje".
    Huelga decir que el "liberalismo salvaje" es el culpable de todos nuestros males:
    es el culpable de que en el mundo haya pobres, de que el planeta se caliente, de
    que nuestras calles no sean lo bastante seguras o de que las vacas se vuelvan
    locas. Todo esto, y mucho más, es culpa del "neoliberalismo salvaje" con la
    ayuda inestimable del "pensamiento único", la "globalización" y, según me dijeron
    el otro día, "el patrón mundial del consumo".

    Ya me explicarán ustedes por qué demonios uno de nuestros mejores economistas,
    la máxima autoridad mundial en crecimiento económico [otro libro de Sala i Martín
    Economic Growth es el texto más utilizado en el mundo sobre este tema] y un señor
    respetado en los foros financieros internacionales quiere colgarse la etiqueta de
    "liberal" en un país donde, de pequeños, todos sabíamos que "el liberalismo
    es pecado" y ahora que se supone que nos hemos hecho mayores ya hemos aprendido
    que "la culpa es del neoliberalismo salvaje".

    Posiblemente encontremos una explicación fácil: lo hace para provocar, para
    llamar la atención. Por el mismo motivo que se viste con americanas chillonas o
    que utiliza el guión corto para escribir su nombre cuando está en Estados Unidos
    (Sala-i-Martín) no vaya a ser que los yanquis no se den cuenta de que él es
    catalán. Es una explicación fácil, pero no termina de encajar con el personaje.

    Y es que Sala i Martín, es que además e usar el guión corto en su nombre y
    vestir americanas llamativas, trabaja como un condenado. No es un comediante a
    quien le gusta llamar la atención, es un profesor de economía de los buenos, de
    los que se pasa horas y horas leyendo, investigando, dirigiendo, escribiendo,
    viajando, analizando, pensando... Hace tiempo que lo conozco y que lo trato con
    cierta asiduidad, y jamás le he oído pronunciar una opinión gratuita.

    Y todavía más importante: a menudo le he oído decir que no sabe nada de nada de
    una cuestión determinada. No es cierto; normalmente sabe más sobre ella que todos
    los entendidos que se pasan la vida pontificando sobre el bien y el mal. Pero
    para él no basta, prefiere no opinar si no sabe "mucho" de una cuestión. Si no
    la ha estudiado a fondo y no ha conseguido hacerse su propia opinión personal.
    Una opinión que, además, se pueda explicar de un modo claro.

    Esta es otra de las grandes virtudes del personaje: saber explicarse. Cuando
    habla se le entiende, incluso cuando habla de economía... que suele ser casi
    siempre. Como los sabios de verdad, sabe que las explicaciones demasiado
    complicadas suelen ser el refugio de los mediocres. Sabe que cuando una idea es
    lo suficientemente clara siempre puede ser expuesta de una manera comprensible.
    Y también sabe que una parte de su trabajo consiste en conseguir que le
    entiendan. Que le entiendan los estudiantes y los colegas, pero también la gente
    normal, aquellos que no dominan las técnicas econométricas ni el vocabulario
    especializado y que, por ello, son más difíciles de engañar.

    Retomemos nuevamente la cuestión. Si el profesor Sala i Martín escribe un libro
    como el que tienen en las manos, donde expone de forma clara y rigurosa el
    funcionamiento de la economía de nuestros tiempos, y su voluntad no es,
    simplemente, provocar, ¿por qué lo titula "Economía liberal para no economistas y
    no liberales?"

    Pues porque lo cree. Porque, después de estudiar durante muchos años, ha
    llegado a la conclusión de que la mejor aproximación a la economía es la que han
    hecho los liberales, porque cree que el mundo será mejor si avanza la libertad
    económica. Y, en el fondo, es por ello por lo que se toma la molestia de
    escribir un libro como éste. Un libro que le dará mucho menos dinero que una
    breve intervención en un foro académico. Lo escribe porque quiere que su país,
    el nuestro, sea mejor. Y porque está firmemente convencido de que el mundo será
    mejor si la libertad económica es mayor. No sólo se lo cree, sino que es capaz
    de argumentar de modo entendedor y por eso escribe este libro. Para
    explicárnoslo e intentar convencernos.

    Intenta convencernos de que <<el gobierno tiene unas obligaciones y que debe
    jugar un papel fundamental. Ahora bien, más allá de dichas obligaciones, el
    gobierno ha de limitar su acción y dejar que la gente actúe con libertad tanto en
    el ámbito económico como en los distintos ámbitos sociales. Ni en la cartera, ni
    en la bragueta [la jareta].>>

    ¡ Ya me estoy imaginando los sarcasmos ¡ ¡ Ahora incluso resultará que el señor
    Sala i Martín es un buen samaritano que quiere arreglar el mundo ¡ ¡ Ya sólo
    faltaba eso ¡ ¿Cómo nos podemos creer que quiera arreglar el mundo un señor que
    dice que quiere pagar pocos impuestos, que dice que la globalización es buena,
    que dice que el problema del Tercer Mundo no es la maldad del Primer Mundo y que
    quiere que los comercios abran los domingos? [En España está prohibido que los
    comercio abran los domingos] ¿Cómo puede ser buena una persona que se atreve a
    proclamarse liberal?

    La respuesta la da el propio Sala i Martín. <<Soy liberal precisamente porque me
    interesa eliminar la pobreza del Tercer Mundo.>> O citando al eminente economista
    Paul Krugman, quien afirma que <<el espíritu mercantil y el afán de lucro han
    hecho más para un gran número de gente pobre que toda la ayuda humanitaria y
    todos los créditos blandos concedidos por todos los gobiernos y todas las ONG del
    mundo a la vez.>>

    Sala i Martín cree que el trabajo del economista es un trabajo serio que, como
    el de cualquier otro profesional (le gusta comparar a los economistas con los
    médicos), no se debe medir por las intenciones sino por los resultados. <<La
    pregunta realmente importante no es quién es más bueno o solidario, sino cuáles
    son las políticas económicas que acabarán consiguiendo que los países pobres
    dejen de serlo>>, dice.

    Permítanme expresarlo a mi manera, o a la manera de nuestras abuelas: de buenas
    intenciones, el infierno está abarrotado.

    En las páginas que siguen, el profesor Sala i Martín nos explica que la libertad
    económica es el gran motor del progreso humano. Y lo hace no desde las
    intenciones o la ideología, sino desde los datos, desde la historia. Datos que
    son, al fin y al cabo, los que nos deberían permitir decidir hacia dónde nos
    movemos. Si queremos más Estado o más mercado, si queremos más globalización o
    más proteccionismo...

    Y es en ese terreno, el de los datos y las experiencias históricas
    contrastables, donde deberíamos ser capaces, todos, de hablar de economía.

    Este libro que tienen en sus manos es una buena ayuda. Permite entender los
    mecanismos básicos de funcionamiento de la economía real (la del mercado),
    permite ver cuál es el papel del Estado en la economía y permite discutir de casi
    todo: de impuestos y de globalización, de horarios comerciales y de progreso
    tecnológico, pero también de vacunas, de prostitución o de fútbol.

    Aprovechen ustedes el libro. Discutan (discutamos) de manera sensata: con
    datos fiables y argumentos contrastados, en la mejor tradición liberal. De eso
    se trata.

    Joan Oliver"

    [Algunos títulos de los ensayos contenidos en el libro:

    El papel de los mercados en la economía moderna
    Bill Gates y la duquesa de Alba
    El papel del gobierno en la economía moderna
    Globalización y globofobia
    Explotación infantil
    Problemas medioambientales
    Crisis financiera en el paraíso del sexo
    Antiglobalización e intereses creados
    El estado del pensamiento liberal]

    Jorge Corrales Quesada

  4. #24

    2002-09-03 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE

    2002-09-03 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE

    EXPLORATIONS IN ECONOMIC LIBERALISM: THE WINCOTT LECTURES, editado por Geoffrey
    E. Wood, con un prólogo de Lord Harris of High Cross y con contribuciones de
    Jagdish Bhagwati, Milton Friedman, Friedrich A. Hayek, Deepak Lal, James E.
    Meade, Sir Alan Peacock, Lord Robbins, Anna J. Schwartz, George E. Stigler y Sir
    Alan Walters. Originalmente publicado en Londres por St. Martin?s Press, Inc.,
    1996. Dado que en el correo electrónico no se puede enviar en letra cursiva,
    cuando en el texto original aparece en dicho tipo de letra, en este texto aparece
    subrayado, excepto el caso de títulos de libros, los cuales aparecen
    originalmente subrayados y así se conserva en la traducción.

    Una vez más les ofrezco este libro (o alguna de las conferencias en él
    incluidas), para su lectura, al igual que los anteriores libros del mes, pues ya
    saben cómo y dónde contactarme.

    Geoffrey E. Wood efectúa un excelente y resumido análisis de cada uno de los
    ensayos (en el orden en que parecen en el libro), por lo cual simplemente lo
    traduzco. Debo hacer notar que entre los autores hay cuatro Premios Nobel:
    Friedman, Meade, Hayek y Stigler.

    ?Harold Wincott, en cuyo honor fueron pronunciadas las conferencia publicadas en
    este volumen, nunca fue un hacedor de política económica en el sentido de alguien
    quien trabaja en un ministerio para el gobierno o en un banco central. Pero con
    sus comentarios acerca de asuntos financieros y económicos, influyo el clima
    intelectual en el cual se tomaron esas decisiones. Como Harold Wincott, ninguno
    de los autores de las conferencias impresas en este volumen hizo su carrera en el
    gobierno; un buen número, de hecho, sólo trabajó en el gobierno en tiempos de
    guerra, y algunos nunca trabajaron allí del todo. Pero todos -aún George
    Stigler, quien señaló en una ocasión que él no deseaba cambiar al mundo, sino tan
    sólo entenderlo- han influido profundamente tanto en las políticas como en el
    clima intelectual en el cual son elaboradas.

    Esta breve introducción a los ensayos en este volumen se orienta a poner los
    ensayos en sus contextos históricos y a esbozar la influencia que han tenido, y
    a ofrecer unas pocas conjeturas acerca de cómo podrán tener influencia en el
    futuro. Las conferencias son discutidas en el orden en el cual aparecen en el
    volumen, con ocasionales referencias cruzadas.

    MILTON FRIEDMAN (1970) -?LA CONTRARREVOLUCION DE LA TEORIA MONETARIA?

    En los últimos pocos años se ha reconocido más y más ampliamente que la política
    monetaria es importante. Sin control monetario, la inestabilidad económica y,
    de acuerdo con que las condiciones monetarias sean muy restringidas o muy laxas,
    resultará una deflación o una inflación. En una parte considerable, es gracias a
    los esfuerzos de Milton Friedman, el primer conferencista Wincott, que estas
    proposiciones, no siempre generalmente aceptadas en la segunda mitad de este
    siglo XX, son ahora ampliamente reconocidas y en muchas naciones son las base
    para la formulación de políticas.

    En su conferencia, el Profesor Friedman primero describe cómo algunas
    proposiciones claves relacionadas con el papel del dinero en la economía, fueron
    formuladas por Irving Fisher; en particular, la relación de una proporcionalidad
    grosso modo entre el crecimiento del dinero y los precios, la distinción entre
    tasas nominales y tasas reales de interés y l distinción entre una inflación
    prevista y una no prevista. El luego muestra cómo, al seguir los puntos de vista
    de Keynes en la Teoría General (aunque no, enfatiza el Profesor Friedman, en el
    Tract on Monetary Reform), se rebajó el papel del dinero al proclamarse que la
    velocidad de circulación del dinero fluctuaba y compensaba a las variaciones que
    se daban de la oferta de dinero. Así l apolítica monetaria perdió su influencia
    sobre la actividad económica y fue suplementada en importancia por el componente
    del gasto total, el cual es independiente del ingreso corriente ?por lo que hoy
    es conocido en los libros de texto como gasto autónomo. Se dice con amplitud que
    comprende a la inversión privada y al gasto del gobierno.

    Ese cambio fue la ?Revolución?. La ?Contrarrevolución? del título de la
    conferencia fue el derrocamiento de esa revolución por una evidencia muy extensa,
    mucha de ella debido al propio Friedman y a su trabajo conjunto con Anna Schwartz
    (otro de los conferencistas Wincott). Su trabajo condujo a una reinterpretación
    de la Gran Depresión, mostrando que fue primariamente resultado de fracasos en la
    conducción de la política monetaria. Pero ese dramático episodio no es único ítem
    de evidencia. El Profesor Friedman cita varios otros en su conferencia,
    incluyendo dos ejemplos impactantes de los Estados Unidos en 1966 y en 1968,
    cuando las políticas monetaria y fiscal intentaron impulsar simultáneamente a la
    economía en dos direcciones opuestas, y la política monetaria ganó ambas
    batallas.

    Aún a 25 años de haberse dados esta conferencia, hay en ella una riqueza de
    material de la cual, tanto los economistas como quienes formulan políticas,
    podrían aprender Existe una explicación de por qué una vez que empieza la
    inflación es usualmente difícil detenerla. Hay una explicación de por qué las
    tasas de interés son una mala guía para saber si la política monetaria es
    restrictiva o expansiva. Y, de la mayor importancia, haya un énfasis acerca de
    cuán poco sabemos acerca de los detalles sobre la forma en que opera una economía
    y de por qué, por lo tanto, la política monetaria debería ser guiada por reglas
    simples en vez de esfuerzos por dirigir con precisión el curso de la economía.

    El trabajo es una revisión magistral ?y fácil de leer- de la historia del
    pensamiento económico, de la historia económica y de la teoría económica, y
    muestra las implicaciones que tienen los tres en la conducción de la política.
    Las ideas expresadas en el artículo han influido la formulación de políticas en
    países tan apartes geográficamente como Nueva Zelanda e Inglaterra, y a gobiernos
    de casi todo el rango de coloraciones políticas.


    JAMES MEADE (1971) -?SALARIOS Y PRECIOS EN UNA ECONOMIA MIXTA?

    La política monetaria puede, como lo ha discutido Milton Friedman, controlar y
    terminar con la inflación. Pero debido a que las expectativas sobre inflación
    que mantiene la gente tienden a quedarse atrás del desempeño de la inflación del
    momento, pueden surgir aumentos ?tal vez aumentos sustánciales- en el desempleo
    durante el proceso. Además, como resulta do, por ejemplo, legislación que
    confiere algún grado de poder monopólico a los sindicatos, acuerdos salariales
    negociados pueden crear niveles sustanciales de desempleo aún cuando los precios
    han sido estabilizados durante algún tiempo y las expectativas rezagadas ya no
    están exacerbando las peticiones de aumentos salariales y, en consecuencia, el
    desempleo. Estos son los problemas que el Profesor Meade se propone analizar.

    El trasfondo histórico en el cual escribió se encuentra resumido en el primer
    cuadro de su conferencia. La inflación casi se había duplicado (a partir de un
    6.5 por ciento por año) en los cinco años que él analizó; y el desempleo se había
    algo menos que duplicado (a partir de un 1.53 por ciento) en el mismo período.
    La escala relativa de uno de los problemas que él examinó fue definitivamente
    diferente de la que ahora confrontaba la economía inglesa; pero la reconciliación
    de precios estables con un nivel de desempleo satisfactoriamente bajo es aún un
    problema económico fundamental. ¿Cuáles son las soluciones que propone el
    Profesor Meade?

    El primeramente considera con cuidado si la inflación es un problema sobre el
    cual vale la pena preocuparse. Después de todo, hace notar, si es ?anticipada?
    (para usar su término en este contexto) entonces todos los precios y salarios
    suben igualmente y nadie aparece sufriendo [1]. Pero la inflación, dice él,
    puede también ser ?costosa? ?cuando por una u otra razón, ?los diversos grupos en
    la comunidad están actuando de manera tal que efectúan demandas sobre los
    recursos reales, tales que... son imposibles de satisfacer?.

    Dicha inflación, asevera, vale la pena detenerla. Su preocupación no es tanto
    en cómo lograrlo sino como lograr ambos, precios estables y un alto nivel de
    empleo. Para ello, se deben satisfacer dos condiciones.

    La primera, que el gobierno debe ser capaz, por medio de políticas monetarias y
    fiscales, de mantener los gastos monetarios totales al nivel necesario para
    proveer un mercado para un nivel de producción asociado con la capacidad de pleno
    empleo, a precios monetarios sin inflación; y, segundo, el proceso de
    determinación de salarios-precios debe ser tal que asegurar, a este nivel de
    capacidad de actividad real asociada con este pleno empleo, tanto que las tasas
    de salarios monetarios no son empujadas más rápidamente que en lo que está
    creciendo la producción pe cápita y también que los márgenes de utilidades estén
    estabilizados.

    El problema que él analiza tiene que ver con la segunda de estas dos
    condiciones:

    el problema de restringir el proceso de fijación de salarios-precios de manera
    que se pueda evitar, o reducir en el máximo posible, la inflación de los precios
    a niveles de producción asociados con el pleno empleo.

    La solución, en principio, es directa. Si un sindicato hace un reclamo salarial
    por encima de un cierto porcentaje, ese sindicato pierde varias de las formas en
    que se le protege. [2] Estas normalmente confieren a los miembros del sindicato
    un poder de negociación mayor que el que tendrían en un mercado abierto. Remover
    esa protección hace más difícil que el sindicato pueda dejar fuera del mercado de
    puestos de trabajo a otros trabajadores.

    Por supuesto que también son seguramente necesarias restricciones similares para
    prever un ambiente en que se puedan poner precios monopolísticos. Aquí el
    Profesor Meade sugiere que se fortalezca a la comisión antimonopólica. Pero para
    ello él no descansa en la acción de la burocracia: él hace que el mercado sea
    para su ventaja.

    Las compañías deberán ser estimuladas para que distribuyan sus utilidades. ?Si
    el financiamiento para el desarrollo de capital proveniente de fondos
    reinvertidos es fuertemente desestimulado por el sistema impositivo, las
    compañías tendrían que competir por nuevos recursos en los mercados de capitales
    abiertos, lo cual promovería la competencia en favor de las empresas nuevas más
    promisorias.?

    Aún más, y refiriéndose al tema de la última conferencia incluida en este
    volumen, el Profesor Meade se pronuncia a favor del libre comercio: ?Pero muy,
    muy lejos, la manera más efectiva de promover la competencia y limitar las
    presiones monopólicas sería admitir la libre importación de bienes de todas las
    fuentes del extranjero...?.

    No todas las propuestas del Profesor Meade han sido adoptadas. El mundo
    gradualmente ha oscilado, algunas veces hacia delante, otras hacia atrás, pero en
    el balance hacia adelante, hacia el libre comercio. Los poderes de los
    sindicatos en Inglaterra han sido atacados aunque no por los métodos que él
    sugirió. Los resultados tal vez no son muy impactantes; pero si uno compara el
    desempleo en Gran Bretaña con los niveles aún más elevados en algunos países en
    donde tales poderes no han sido reducidos y aún, tal vez, hasta aumentados,
    parece claro que algo se ha ganado.


    FRIEDRICH HAYEK (1973) -?LIBERTAD ECONOMICA Y GOBIERNO REPRESENTATIVO?

    El poder del monopolio también le interesó a Friedrich Hayek, en su Conferencia
    Wincott. Su preocupación era que, para asegurarse que conserva una mayoría, un
    gobierno ?comprará el respaldo de grupos particulares si les promete concederles
    una ventaja especial.? ¿Cómo puede enfrentarse esto?

    Hayek sugiere un egreso a los principios expresados por los teóricos clásicos
    del gobierno representativo ?que el congreso debe limitarse a sí mismo a pasar
    leyes, ?en el sentido de reglas generales de justa conducta igualmente aplicables
    a todos los ciudadanos?.

    Esto, dice Hayek, es necesario para prevenir que surjan grupos con monopolios
    protegidos, que causan presione inflacionarias y desempleo (tal como lo discutió
    Meade), y también inhiben el crecimiento y el cambio de las economías.

    Habiendo así definido el problema, Hayek, por la vía de examinar la naturaleza
    de las leyes y las diversas formas que puede tomar la legislación, formula una
    propuesta que separaría al cuerpo encargado de legislar sobre asuntos de gobierno
    del cuerpo encargado de hacer propiamente a las leyes. Hayek reconoce que su
    propuesta es una ?construcción utópica?. Su argumento en favor de tal esquema lo
    brinda David Hume en su ensayo sobre ?The Idea of a Perfect Conmonwealth?.

    En todos los casos, debe resultar ventajoso saber qué es lo mejor de su clase,
    que podamos lograr hacer cualquier constitución real o forma de gobierno tan
    cerca de aquél como nos sea posible, por medio de alteraciones gentiles e
    innovaciones como para no dar lugar a grandes disturbios en la sociedad.


    Tal esquema de gobierno todavía no ha sido adoptado. Pero más y más
    economistas, comentaristas y políticos se han dado cuenta de, y se han
    preocupado, los poderes peligrosos de los grupos de intereses especiales. Se
    está progresando.

    LORD ROBBINS (1974) -?ASPECTOS DE LA POLITICA ECONOMICA DE LA POSGUERRA?

    También Robbins estaba interesado en el desempleo y la inflación. Su objetivo
    era revisar cómo la política económica de la Inglaterra posterior a 1950 había
    conducido a una aceleración de la inflación, a un desempleo creciente y, en
    adición, se aseguró que ?nuestras compras del extranjero fueran mantenidas al
    nivel presente tan sólo por medio de un sin precedentes pedir prestado al
    exterior?. Por supuesto que Lord Robbins puso al problema en su contexto. El
    señaló que el ingreso per cápita había crecido en términos reales en cerca de un
    60 por ciento entre 1951 y 1971. Pero esto salía mal en comparación con lo
    sucedido en muchos otros países para el mismo período. ¿Por qué?

    Se hará un examen breve e incisivo de una variedad de factores. Una imposición
    marginal elevada redujo el esfuerzo laboral, tal como también lo hizo sobre el
    incentivo y la habilidad para ahorrar. También se dio una política acerca de la
    industria. Problemas producidos por la nacionalización ?no tal vez
    inevitablemente, pero ciertamente sí en la práctica. También hubo una
    ?politización y burocratización de la política general que tenía que ver con la
    inversión y la política de precios?. Todos estamos familiarizados con ejemplos.
    Los precios de las industrias nacionalizadas fueron mantenidos artificialmente
    bajos para reducir el índice de precios. La inversión fue frecuentemente
    pospuesta para reducir el crecimiento del gasto público de manera que se pudieran
    dar reducciones en los impuestos ?algo indeseable no porque las reducciones de
    impuestos sean indeseables, sino porque fueron financiados por recortes a la
    inversión tan sólo en razón de que la mayoría de los votantes no notarían sus
    consecuencias en el corto plazo.

    Las prácticas restrictivas fueron dañinas; en efecto, ?Dejando de lado la mala
    administración monetaria, veo a las prácticas restrictivas como tal vez el más
    serio de nuestros problemas en la actualidad?. Hay leyes contra tales prácticas
    cuando son efectuadas por los negocios. ¿Por qué, preguntó Robbins, no se aplican
    también a sindicatos y a asociaciones profesionales? Por supuesto que la huelga
    debe ser permitida en una sociedad libre ?siempre que (haciendo eco del Profesor
    Meade) ?aquellos que dejan de trabajar sufran las plenas consecuencias de su
    acción?.

    De nuevo, como el Profesor Meade, Lord Robbins estaba preocupado con el daño que
    la inflación causaba, y consideró cómo la inflación podía ser detenida. En eso
    fue inequívoco: ?pueden existir muchas causas iniciales. Pero todas están sujetas
    a la misma condición subyacente, que la oferta de dinero o la base crediticia
    ?llámela como la llame- fue dejada que aumentara hasta permitir su operación?.
    Así, en términos diferentes, hizo eco a la famosa observación que en la
    Conferencia Wincott hizo Milton Friedman, que ?la inflación es siempre y en todo
    lado un fenómeno monetario.

    ¿Por qué, entonces, hubo una carencia de voluntad para restringir al crecimiento
    del dinero y, por ende, de la inflación? El sugiere que ello se debió a ?un
    juramento irrestricto en favor de mantener un nivel de empleo alto? de lo cual
    fue testigo la experiencia de los años 30. Primero, observó él, hay ambigüedades
    estadísticas con el término pleno empleo. Segundo, no se hacía referencia a los
    salarios en aquel juramento; y ?peticiones de aumentos que excedan al incremento
    en la productividad, en general, con certeza, producirán desempleo, a menos que
    haya la correspondiente inflación?. [3]

    El rechazó las políticas de ingresos de los tipos que hasta el momento se habían
    intentado, por ser no más que medicinas temporales. Deberíamos, mantuvo, de
    evitar ?el desempleo ocasionado por una inflación positiva? (es decir, por una
    caída en el nivel general de precios). En vez, deberíamos reducir la tasa de
    crecimiento del dinero y por tanto mantener un nivel en promedio estable del
    nivel de precios en el curso del tiempo. El principio detrás de esta
    recomendación ciertamente ha sido adoptado por varios gobiernos desde que él
    escribió; esperemos en que el desempeño mejore con la práctica.


    ALAN PEACOCK (1976) -?LA CREDIBILIDAD DE LA ECONOMIA LIBERAL?

    La posición básica de Alan Peacock es que ?la política económica liberal
    tradicional? está bien fundamentada. Su interés no es defenderla, sino más bien
    considerar por qué ?un cuerpo ecléctico de pensamiento económico con una extensa
    y honorable tradición?, un cuerpo que en su momento fue popular y ampliamente
    aceptado, ahora está ?luchando por sobrevivir en círculos políticos y
    gubernamentales, sino es que también en círculos académicos?.

    Alan Peacock sigue el enfoque del economista de considerar ambos, la oferta y la
    demanda. El sugiere que la oferta ha sido restringida por un cambio en los
    incentivos que enfrentan los economistas en la academia. Se valora la exhibición
    de habilidades matemáticas y estadísticas. No hay nada malo con eso; pero, como
    lo hace notar el Profesor Peacock, la exhibición en un gado considerable se
    valora puramente como una exhibición. De si es acompañada por ?visiones
    imaginativas sobre la forma en que opera el sistema económico? es visto como algo
    menos importante. En segundo lugar, existe una tal ?economía del bienestar?, una
    rama de la materia que, inter alia, analiza los ?fracasos del mercado?. Muy a
    menudo la recomendación estándar ante el fracaso del mercado es la intervención
    del gobierno ?sin consideración al hecho de que tal intervención es costosa y
    rara vez perfecta. Hay una ?mezcla curiosa de una observación a menudo penetrante
    de cómo es que opera el sistema de mercado con una visión asombrosamente
    inocentona del proceso político y burocrático?.

    Eso es todo del lado de la oferta. Por qué la demanda no ha corregido esta
    situación es el siguiente tópico que analiza el Profesor Peacock. El sugiere que
    la carencia de demanda es el resultado de mantener una visión utópica de la
    sociedad ?de ser incapaces de reconocer que los recursos son escasos, y de que
    estos recursos escasos deben ser asignados entre usos que compiten entre sí. Su
    agenda luego se inicia con tratar de iluminar y persuadir a quienes formulan
    políticas y a comentaristas. Pero él no se detiene allí. El sugiere que los
    intentos para persuadir y para avanzar el conocimiento económico de la población
    como un todo, valen la pena y, en adición, urge la consideración de reformas
    políticas como las que ha propuesto Friedrich Hayek en una conferencia previa
    (Capítulo 3 de este volumen). El sugiere que éstas serán precondiciones
    necesarias para llevar a cabo el tipo de programa económico liberal que en última
    instancia traerá los mayores beneficios.


    ALAN WALTERS (1977) -?LOS ECONOMISTAS Y LA ECONOMIA BRITÁNICA?

    Como Robbins antes que él, Alan Walters estaba interesado en con el desempeño de
    la economía británica a partir de 1950. Sin embargo, su enfoque consistió en
    examinar las teorías que habían influenciado a la formulación de política
    económica, para determinar cómo la experiencia las había falsificado y para
    discutir qué debería reemplazarlas.

    La noción de que existía una relación estable entre el nivel de desempleo y la
    tasa de inflación -una ?curva de Phillips? estable- había desaparecido, señaló
    él. El dinero importaba para la inflación. Y, de gran importancia, ?ningún
    modelo, ya sea monetario o Keynesiano, podía predecir exactamente el desempeño de
    la economía en los próximos dos años?. En el curso de su conferencia, Alan
    Walters desarrolló estos puntos mediante la discusión tanto de la teoría como de
    la evidencia. El consumo (y el ahorro) se comportó en los años 70 muy diferente
    de cómo lo señalaban diferentes predicciones. En particular, en 1974-75 el
    consumo cayó dramáticamente, y no sólo en Gran Bretaña sino en una buen parte del
    mundo occidental. Algunos pronosticadores habían predicho una pequeña caída, y
    algunos un alza; ninguno había predicho una gran caída. La supuesta estabilidad
    de la función consumo, la relación entre el consumo y el ingreso, es ?una de las
    proposiciones de la macroeconomía convencional?. El episodio, a pesar de mucha
    racionalización con posterioridad a los hechos, había noqueado tal proposición,
    por lo menos en cuanto a que supuestamente había dado asistencia a la predicción.
    Esencialmente lo mismo resultó cierto en cuanto a la inversión; completamente
    fracasó en comportarse tal como se había predicho. Así fue noqueada otra ayuda
    para la predicción.

    Luego Alan Walters se volteó hacia los salarios. ¿Eran rígidos en términos
    monetarios? ¿Había en ese entonces, tal como (en ese entonces) lo había
    proclamado John Hicks, un piso para los salarios reales? La evidencia rechazó
    ambas conjeturas.

    Continuando con su ataque sobre la posibilidad de realizar predicciones en el
    corto plazo, y así sobre el ?fine tunning?, Alan Walters entonces analizó cómo se
    forman las expectativas. Tal como él señaló, la gente ?no simplemente extrapola
    en el futuro sus experiencias pasadas?. Más bien forman sus expectativas tomando
    en cuenta toda la información disponible, incluyendo información acerca del
    comportamiento de las autoridades. En tales circunstancias, la política debería
    ser guiada por las reglas; porque sólo así puede esperarse una estabilidad en el
    comportamiento del sector privado.

    Después de una breve revisión acerca de cómo, a pesar de su falsificación, el
    Keynesianismo simplificado continuó guiando la política económica, [4] Alan
    Walters concluye ofreciendo sus propias propuestas sobre política. Están en dos
    partes. Primero hay una técnica; el dinero debería crecer a una tasa estable.
    Esto podría prevenir ?algunas de las más salvajes fluctuaciones (en la política
    económica)?. Finalmente, revirtiendo a los temas de las conferencias previas,
    Alan Walters concluye, primero, discutiendo brevemente por qué persisten las
    ideas falsas y, en segundo lugar, sugiriendo, con algún pesimismo, que la demanda
    dará lugar a algún nuevo ?Mesías económico?.


    GEORGE J. STIGLER (1982) -?LOS PLACERES Y LOS DOLORES DEL CAPITALISMO MODERNO?

    En su conferencia, George Stigler se concentró en ?la unidad organizativa
    fundamental del capitalismo?. Esa unida des la empresa que realiza negocios y él
    examinó los azares del sector negocios. Su evidencia la obtiene de los Estados
    Unidos, pero el enfoque analítico es ampliamente aplicable.

    Parte de la presunción de que todos los consumidores se benefician con la
    existencia de una economía eficiente -aún aquellos que dependen de los programas
    gubernamentales de bienestar, pues entre más eficiente es la economía, hay más
    para repartir.¿Por qué, entonces, hay tantos controles sobre los negocios, además
    de que, con certeza, hay un grupo de interés aparentemente enorme que se opone a
    ellos? Su respuesta es que los negocios están selectivamente en favor de los
    controles -controles que limitan a la competencia. Estos controles son los
    ?placeres? del título de esta conferencia. ¿Cuáles son los dolores?

    ?Los dolores del capitalismo moderno tienen la misma fuente de donde provienen
    los placeres.? Los dolores, también, surgen de la regulación. Surgen no del
    poder de los grupos de consumidores, sino de los efectos indirectos de derrame
    que ocasiona la regulación. Una industria es afectada por la regulación que
    beneficia a otra. ?Si el acero es protegido, los usuarios del acero deberán pagar
    precios más altos...?.

    ¿En el balance quién habrá ganado? ¿Los placeres o los dolores? Mediante el
    examen de los rendimientos de las acciones, Stigler, notando que han declinado,
    concluye en que los dolores han ganado. Por supuesto que esto es un soporte
    empírico impactante a las preocupaciones expresadas por otros conferencistas
    Wincott, notoriamente por Alan Peacock. ¿Cuáles son las perspectivas desde el
    punto de vista de Stigler? A pesar de la propia evidencia que brinda, no son muy
    obscuras. Hay industrias pujantes que no son objeto de regulación. Esto va a
    ayudar. Pero también debe haber un esfuerzo por aclarar el régimen regulatorio.
    Los economistas pueden dar argumentos en favor de éste. Pero deben también
    mostrar a los negocios que, en el balance, pierden con la regulación Tan sólo
    entonces los defensores más poderosos de la regulación podrán convertirse en sus
    oponentes.


    DEEPAK LAL (1989) ??LOS LIMITES DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL?

    Ya sea o no debido a las diferentes conferencistas Wincott -y en algunos casos
    la evidencia de su influencia es indisputable- el dirigismo echó para atrás en
    los años setentas y ochentas. Las economías crecientemente descansaron en los
    mercados y menos en la planificación. Pero, tal como observó Deepak Lal a inicios
    de su conferencia, también se dio una paradoja. En tanto que el liberalismo
    económico iba ganando la partida en cuanto a la formulación de políticas
    domésticas, ?en muchos aspectos del pensamiento y de la acción en las relaciones
    económicas internacionales, [parece] que se dio una reencarnación del ?Dogma
    Dirigista??.

    En su conferencia, Deepak Lal examinó dos aspectos de eso: los planes para la
    coordinación internacional de las políticas macroeconómicas y del tipo de cambio,
    y la ?aceptación de establecer... un Orden Económico Verde Internacional?.

    La base analítica de su artículo es una discusión de la teoría de las
    externalidades, Estas son ?los efectos colaterales no compensados [es decir, no
    compensados por quienes los causan] resultantes de la actividad e un productor o
    un consumidor sobre otros agentes económicos?. Las externalidades son luego
    clasificadas en cuatro tipos diferentes. [5]

    Utilizando esta clasificación en cuatro tipos, Deepak Lal discute que tan sólo
    algunas externalidades requieren de la acción gubernamental para corregir las
    ineficiencias el mercado. Muchas externalidades cambian la asignación de
    recursos entre los individuos, pero no afectan la eficiencia de esa asignación.

    Este análisis e aplica en primer lugar a la ?coordinación internacional de las
    políticas?. El Profesor Lal muestra que los argumentos a favor de tal
    coordinación son erróneos. Una acción no coordinada produce resultados
    diferentes de los que produce una acción coordinada (o, mejor, de los resultados
    que produciría una acción coordinada hipotética ideal; los gobiernos no son
    perfectos). Pero los resultados de las acciones no coordinadas son eficientes;
    los argumentos en pro de la coordinación en efecto suelen ser argumentos en favor
    de una redistribución.

    Después de repasar, y, similarmente, rechazar, otros argumentos que se esgrimen
    en favor de la coordinación de políticas macroeconómicas, el Profesor Lal se
    dedica a las ?Externalidades Internacionales del Medio Ambiente?. Aquí él urge a
    ?que veamos los hechos, y preguntemos cuál deberá ser la respuesta racional a
    ellos?. ¿Cuáles son los hechos? Primero, que ni el calentamiento global ni el
    enfriamiento global son probables. Segundo, si vemos los rangos de variación de
    las temperaturas en el pasado, encontramos que tales variaciones en el futuro no
    destruirían, ni aún dañarían, al mundo como un todo. En vez de ello, cambiarían
    los lugares en donde sería posible la agricultura productiva y que genere
    ganancias. Cambios supuestos en el clima mundial tienen efectos redistributivos
    del ingreso; ellos no destruyen la posibilidad de vida. Es entendible que a
    algunos grupos no les agrada este efecto redistributivo; pero el deseo de una
    parte del mundo de preservar su actual supremacía en una actividad, no es un
    fundamento fuerte para que haya una regulación internacional.

    El Profesor Lal concluye en que los argumentos internacionales para una
    planificación son tn fallidos como los argumentos para que sea en lo doméstico.
    No hay base alguna para que se establezca una economía global administrada
    justamente en el momento en que las nacionales están colapsando.


    ANNA J. SCHWARTZ (1992) -¿TIENEN ALGUN FUTURO LAS CAJAS DE CONVERSION?

    En su conferencia, Anna Schwartz consideró una posible solución a un problema
    económico básico que enfrentan algunas economías del Este de Europa (y también
    otras). Desea ir a un sistema de mercado en funcionamiento, pero, antes de que
    tal sistema de mercado, con un conjunto de precios relativos que continuamente
    varían, pueda funcionar bien, requiere de un sistema monetario con una moneda que
    relativamente sea estable en su valor. Sin tal moneda, no hay una unidad en la
    cual los precios puedan ser expresados y las economías pronto revertirían a las
    ineficiencias del trueque. Para introducir rápidamente esta moneda, algunos
    autores han propuesto que estas economías basen sus sistemas monetarios en ?cajas
    de conversión?.

    Estos son sistemas en el cual un país fija rígidamente el valor de su moneda a
    aquélla de otro país. Para toda la emisión de su moneda, mantiene un respaldo
    completo de reservas en activos denominados en la moneda del otro país. En
    consecuencia, el país con la caja de conversión importa la política monetaria
    desde el otro país; su moneda es tan estable como la es la del país al cual se
    ancló. Este esquema parece ser atractivo -en efecto, está cerca de parecerse a
    una cura milagrosa para los desórdenes monetarios.

    En general, uno debe ser escéptico ante tales curas. Anna Schwartz muestra que
    este caso no es la excepción. Después de explicar en detallo qué son las cajas de
    conversión, discute algunos ejemplos de cómo operan. Dos factores fueron de
    importancia particular. Primero, la moneda a la cual la caja de conversión
    decidió adherirse debería ser estable. Segundo, la moneda a la cual la caja de
    conversión se ligó tenía que ser emitida por un país con el cual la nación de la
    caja de conversión lleva a cabo una parte sustancial de su comercio
    internacional. Esto era necesario para evitar fluctuaciones violentas en el
    precio de sus biens intercambiados internacionalmente en comparación con los
    bienes en general. (Este segundo factor fue lo que condujo a algunos países del
    Imperio Británico a adherirse no a la libre esterlina, sino al dólar de los
    Estados Unidos).

    Hoy día sería difícil encontrar un ancla adecuada para una caja de conversión.
    Al momento ningún país tiene un sistema monetario estable, basado en reglas, tal
    como en su momento lo brindaba el patrón oro, y la diversificación incrementada
    del comercio significa que ahora pocos países tienen un socio comercial
    dominante.

    Pero no fue por estas razones que declinaron las cajas de conversión. (Aquellas
    pocas cajas de conversión que aún existen son significativamente diferentes de la
    forma tradicional). La Dra. Schwartz resume de la manera siguiente las razones
    por las cuales declinaron: el final de la creencia en la legitimidad de un
    Imperio; aceptación de la creencia de que las cajas de conversión afectaban al
    desarrollo de los países que las utilizaban; y el hecho de que las cajas de
    conversión no permitieron una política monetaria discrecional. Muestra que lo
    segundo está equivocado y que lo tercero es una bendición en vez de una
    limitante. Sin embargo, por tales razones falaces, las cuales fueron ampliamente
    endosadas, las cajas de conversión murieron.

    En la sección final de su ensayo, Anna Schwartz considera si podrán ser
    revividas. Ella duda que puedan serlo. A pesar de su aparente atractivo
    intelectual, concluye la Dra. Schwartz, las cajas de conversión no son ?la onda
    del futuro?.

    Es de hacer notar que una de las razones por las cuales no lo son, es que los
    gobiernos, aunque cada vez se hacen más orientados hacia los mercados en sus
    políticas económicas, con todo y todo, todavía no desean comprometerse a sí
    mismos a la receta liberal clásica de guiar sus políticas por medio de reglas
    preanunciadas.


    JAGDISH BHAGWATI (1994) ??LA ?JUSTICIA? DEL LIBRE COMERCIO Y EL NUEVO
    PROTECCIONISMO: REFLEXIONES ACERCA DE UNA AGENDA PARA LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL
    COMERCIO?

    Lo primero que el Profesor Bhagwati afirma es que un comercio y unos flujos de
    inversión incrementados, los cuales producen un mundo crecientemente
    interdependiente, conducirán a ganancias mutuas para todos los países que
    participen. Esta afirmación, lo hizo notar, fue una vez rechazada por muchos
    países en desarrollo, quienes temían las consecuencias del comercio con los
    países desarrollados. Ellos ya han dejado de lado ese temor, pero ahora los
    países desarrollados temen comerciar con los subdesarrollados. Este temor,
    discute el Profesor Bhagwati, tiene tan poca base como la tenía el que ha
    reemplazado. Muestra que el balance de la evidencia es inconsistente con la
    afirmación de que el comercio con los países en desarrollo ha dañado a los países
    desarrollados, al deprimir, en los Estados Unidos, las ganancias relativas de los
    trabajadores sin calificación, y, en Europa, (donde los salarios son menos
    flexibles) al aumentar el desempleo. Estos fenómenos -que son ciertos- son
    productos de otras influencias.

    Luego él examina otros argumentos usados en favor del proteccionismo
    -notablemente la protección del medio ambiente y los estándares laborales.
    Ninguno de estos argumentos tienen buenas bases. Los países que tienen
    diferentes patrones para la protección del medio ambiente son exactamente como
    si tuvieran diferentes dotaciones de recursos naturales. Ninguna diferencia
    puede justificar la protección. [6] En lo que se refiere a los estándares del
    mercado de trabajo, el Profesor Bhagwati primeramente hace notar que ?La noción
    de que pueden universalizarse las regulaciones laborales, como sucede con los
    derechos humanos y el habeas hábeas, simplemente con llamarlos ?derechos
    laborales?, ignora la dificultad que hay en hacer una fácil ecuación entre
    estándares laborales que son específicos a las culturas y ?los derechos humanos?
    que son universales. El ilustra esto por medio de algunas comparaciones que
    muestran que, en muchos casos, los diferentes estándares laborales son
    simplemente diferentes, ni mejores (excepto desde la propia perspectiva de la
    nación) ni peores. También él discute que el caso claro del trabajo infantil
    tampoco es muy claro.

    Luego va de los argumentos en favor del proteccionismo hacia los argumentos en
    favor del libre comercio regional. El Profesor Bhagwati señala que, si bien en
    ciertas áreas particulares tiene sus ventajas, en general es preferible el libre
    comercio mundial. Concluye con algunas observaciones acerca de la Organización
    Mundial del Comercio, la cual reemplazó al GATT, y con algunos aspectos de
    aquélla que pueden ayudar a producir un resultado deseable.


    CONCLUSIÓN GENERAL

    Las conferencias aquí reimpresas cubren una amplia gama. Pero
    independientemente de cual aspecto de la economía fue el tema principal, en cada
    caso surgen dos temas. Ellos son la importancia de guiar a la política económica
    por medio de un conjunto de reglas claro, anunciado y creíble; y la importancia
    de mantener bajo control a las fuerzas monopolísticas, regulatorias y
    burocráticas que afectan al cambio y al crecimiento de las economías.

    Estos dos temas son centrales al liberalismo que Harold Wincott expuso. Las
    destacadas conferencias incluidas en este volumen han impulsado grandemente la
    aceptación de estas ideas, y ya han influido sobre las políticas Con el paso del
    tiempo, y se hace crecientemente claro qué tan importantes para la prosperidad
    económica son estas recomendaciones aparentemente simples y, ciertamente, no
    técnicas, su influencia con seguridad será más profunda.


    NOTAS

    [1] Hoy en día tal inflación no sería tratada tan bondadosamente. Primero
    porque parece ser un animal muy raro; y, segundo, porque estudios recientes (por
    ejemplo, Barro, 1995) han encontrado que aún tasas bajas de inflación dañan el
    crecimiento económico.

    [2] Tal como señala el Profesor Meade, tendría que existir un mecanismo que
    estableciera qué tan grande fue la petición salarial. Esto es necesario porque
    las diferentes partes en una disputa salarial a menudo están en desacuerdo acerca
    del tamaño tanto de la petición inicial como del acuerdo final.

    [3] A menudo los trabajadores son impulsados a que busquen aumentos iguales a
    los incrementos en su productividad. Esto deja de lado que los incrementos en la
    producción per cápita pueden reflejar, por ejemplo, la acumulación de capital. Y
    también deja de lado la posibilidad de que haya cambiado el balance entre la
    demanda y la oferta de distintos tipos de trabajadores, Por supuesto que Robbins
    no estaba interesado en la productividad a ese nivel de desagregación. Su
    interés era de que los salarios promedio no excedieran a la productividad
    promedio de la economía como un todo.

    [4] En su conferencia, Milton Friedman provee una descripción breve de por qué
    lo que es denominado como Keynesianismo es, al mismo tiempo, una simplificación
    e, inter alia, difícilmente lo que Keynes hubiera mantenido si hubiera vivido
    hasta los años setentas.

    [5] Los orígenes de las clasificaciones son brindados en el artículo del
    Profesor Lal.

    [6] La única calificación a esto es cuando los diferente estándares
    medioambientales tienen efectos indirectos de un tipo particular. Esta
    posibilidad fue examinada en detalle, y rechazada, por Deepak Lal, en su
    Conferencia Wincott.?

    Jorge Corrales Quesada

  5. #25

    2002-09-30 LIBRO DEL MES DE OCTUBRE DEL 2002

    2002-09-30 LIBRO DEL MES DE OCTUBRE DEL 2002

    James Bovard, FREEDOM IN CHAINS: THE RISE OF THE SATE AND THE DEMISE OF THE
    CITIZEN (New York: St. Martin’s Press, 1999).

    Esta no es la primera obra de Bovard. Anteriormente escribió en 1994 "Lost
    Rights: The Destruction of American Liberty"; "Shakedown" en 1995; "The Fair
    Trade Fraud" en 1991, el cual leí hace varios años, al igual que "The Farm
    Fiasco", escrito en 1989. Habiendo conocido estas dos últimas obras de Bovard, era
    tan sólo natural que apenas supe que había escrito una nueva, de inmediato
    trataría de conseguirla, pues estaba seguro de que la saborearía con gusto
    similar. Y no me equivoqué: esta obra de Bovard es endemoniadamente libertaria,
    que hace que hasta cualquier discurso de nuestros políticos libertarios criollos
    parezca ser tan insulso como una ensalada de nabos.

    Esto es así pues Bovard no sólo no se anda por las ramas en estas cuestiones,
    sino porque, en mi opinión, también presenta una de las mejores referencias de
    las más diversas fuentes que pueden dar lugar a una información detallada e
    incisiva sobre los temas que trata. Pero la cuestión no se acaba aquí: Bovard
    penetra con su estilete característico hasta lo más profundo del análisis. Expone
    con pelos y señales como actúan los humanos cuando tienen el poder en sus manos.
    Y sabe hacerlo con humor: no aquél del show periodístico, sino con la mayor
    ironía que permita desnudar la hipocresía del estado.

    Ustedes sabe que el tema del comercio internacional siempre me ha atraído. Por
    ello no olvido un pequeño párrafo de otro libro de Bovard, "The Fair Trade
    Fraud", en donde permanentemente desenmascara aquel slogan de "hagan lo que les
    digo y no lo que hago", que suele encontrarse con suma frecuencia en el discurso
    político de los hipócritas y sepulcros blanqueados. En él narra Bovard la
    posición del "zar" del comercio negociado de los Estados Unidos, el famoso U. S.
    Trade Representative (que podría traducirse como el Representante Principal del
    Comercio Internacional de los Estados Unidos), cuando comenta acerca del comercio
    de helados entre Estados Unidos y Canadá (cierto que antes de la vigencia del
    NAFTA; no se como será ahora). Dice Bovard: "El Representante Comercial de los
    Estados Unidos condenó a Canadá por la cuota que ponía a las exportaciones de
    helados desde los Estados Unidos hacia ese país. Pero se le olvidó decir que,
    mientras Canadá permitía que se exportara un total de 347.000 kilogramos de
    helados por la frontera norte de los Estados Unidos, ese país prohibía que se
    exportara desde Canadá ni siquiera un solo cono de helados." Nos hace ver porqué
    vale la pena luchar por un verdadero comercio libre y no por ese fraude que en
    mucho es el comercio actual que algunos llaman o intentan que sea "justo".

    La misma ironía se percibe en la totalidad del nuevo libro de Bovard, "Freedom
    in Chains". Lo que he pensado hacer en este comentario al libro del mes de
    octubre es referirme brevemente a sus nueve capítulos (en realidad a ocho, porque
    el último es tan sólo un resumen), uno tras otro, con lo cual creo que el lector
    podrá así interesarse en entrarle a la lectura completa del libro, que como
    siempre está a su disposición.

    En su INTRODUCCIÓN, Bovard señala que el propósito principal de su obra es
    analizar la creencia de que el gobierno es algo que está por encima de los
    ciudadanos y que es con su actuación como las personas logran la felicidad. Para
    esto empieza por mostrar cuál es la naturaleza del estado y cómo lo que llama "la
    teoría del buen gobierno à la Peter Pan"; esto es, "que el gobierno sería algo
    maravilloso si tan sólo la gente pudiera creer que tiene poderes mágicos" ha
    minado la capacidad de muchos individuos para levantarse por sí mismos por medio
    del ejercicio de su libertad.

    Dice Bovard: "Confiar en los gobiernos contemporáneos significa dividir a la
    humanidad en dos clases: aquellos que pueden ser confiados con el poder para
    dirigir las vidas de las otras personas y aquellos a quienes ni siquiera se les
    pueda confiar en que puedan dirigir sus propias vidas." Y, para quienes
    consideran que lo que aprecian como democracia es lo que les puede proteger del
    estado, deben despertarse, pues "la ilusión de la regla de la mayoría es hoy el
    gran santificador de los abusos del gobierno –y tal vez la mayor barrera para que
    la gente logre entender cuál es la naturaleza del estado."

    El planteamiento de Bovard no es la anarquía y por ello señala que, en la vida
    actual, "el tema no es si el gobierno debe o puede ser abolido; en vez de eso, el
    tema es si el uso de la fuerza debe ser minimizado." Bovard propugna por un
    estado minimalista y enfatiza la importancia de su tesis cuando se atreve a
    pronosticar que, al menos en los Estados Unidos, país al cual refiere mucho de su
    libro, en el futuro la discusión política "será entre aquellos quienes abogan por
    un mayor poder del estado y aquellos quienes demandan que el poder del estado sea
    recortado."

    Esto es, la discusión acerca del tamaño y la forma del estado será lo primordial
    en los próximos años y nos recuerda que "el gobierno es fuerza y debemos
    considerar cuáles son sus límites apropiados y la sanción moral para esa fuerza".
    Ante esto, vale la pena citar algunas preguntas que Bovard formula: "¿Qué le debe
    el ciudadano al Estado?, o mejor dicho, ¿qué le debe el ciudadano a los políticos
    y a los burócratas, quienes alegan representar y encarnar al Estado? ¿Por qué
    proceso metafísico el gobierno se convierte en algo superior a los gobernados?;
    la creación de una maquinaria política ¿anula automáticamente todas las
    restricciones previas para que una persona pueda interferir con la vida de las
    otras personas?".

    El segundo capítulo, LA GRAN PRETENSION: EL ESTADO IDEAL Y EL ESTADO REAL, me
    posibilitó hablar algunos asuntos con mis dos hijos, estudiantes ambos en cursos
    introductorios en la Universidad de Costa Rica, en donde se les ha pedido que
    lean algunas obras de Rousseau, Hegel y Marx. No crean que en esa entidad
    reverbera una expiación o "dolor de los pecados" por el totalitarismo que ciertos
    caracteres propugnaron durante mucho tiempo en dicha universidad, sino que, en el
    2002, intentan revivir el ideario holista (de o sobre el todo) que tanto mal le
    ha prodigado a la humanidad.

    En este capítulo Bovard analiza la evolución histórica de la idea de estado,
    como medio para entender su comportamiento actual, pues lo que denomina como la
    visión idealista del estado, que surge a partir de Rousseau y Hegel,
    principalmente, ha sido germinal para la vasta expansión del estado moderno. Para
    Bovard, Rousseau es el precursor del estado moderno, pero "mientras que la
    glorificación romántica que Rousseau hace de la democracia es algo bien conocido,
    su pasión por el poder ilimitado del gobierno es menos conocida. En un breve
    ensayo titulado 'Acerca de la Felicidad Pública,' Rousseau declaró en 1767: 'Dad
    al hombre enteramente al Estado o dejadlo enteramente para sí mismo.' Y Rousseau
    ciertamente creía que los hombres no podían ser dejados solos para sí mismos."

    Hegel, a su vez, fue el glorificador del estado totalitario. Bovard menciona que
    "Hegel reveló que el Estado era 'la forma que asume la perfecta
    incorporación del Espíritu'... Hegel se opuso a cualquier limite al poder del
    gobierno, como cuando señaló que 'el Estado es la mente absoluta, segura de sí
    misma, que no reconoce autoridad alguna mas que la propia, que no reconoce reglas
    abstractas de lo bueno y lo malo, de lo vergonzoso y lo cruel, astuto y
    engañoso... el Estado es... el fin último que posee el máximo derecho contra el
    individuo, cuya obligación máxima es ser un miembro del Estado.'"

    Estas ideas originan la visión idealista del estado, la cual se traduce en una
    creciente sujeción de los ciudadanos a los empleados públicos, en la creencia de
    que el gobierno es un ente benévolo. Sin embargo, con el paso del tiempo aquella
    "teoría idealista del Estado ha sido reemplazada por la teoría antiséptica
    del Estado. Si bien los expertos conceden que el Estado ya no es aquel ente
    trascendente, parece que persiste una idea continua de que el gobierno provoca
    poco o ningún daño." Ante esto, los individuos deben reconocer que, "en primer
    lugar, el gobierno es coercitivo; en segundo lugar, reconocer qué tan extendida
    es la coerción o la amenaza de ella y, finalmente, darse cuenta del significado
    de esa coerción –tanto para la vida del individuo como para la naturaleza de la
    organización política."

    El tercer capítulo se titula EL ESPEJISMO DE LIBERTAD QUE BRINDA EL ESTADO DE
    BIENESTAR y se refiere a que la libertad que se presenta en un Estado de
    Bienestar o un Estado Paternalista está fundada en la pretensión de que el
    gobierno es poseedor de una sabiduría y bondad superiores a la que tienen los
    individuos, con lo cual se considera que aquél tiene derechos por encima de los
    que poseen los ciudadanos, al igual que sobre su propiedad. De nuevo Bovard
    acude a Rousseau, quien identifica la libertad de la persona con la dependencia
    que se tenga del estado, con lo cual "pavimentó el camino para el socialismo y el
    resurgimiento del culto al Estado." La percepción de Bovard descansa en la del
    profesor de la Escuela de Economía de Londres, Maurice Cranston, quien en su
    libro de 1973, "The Mask of Politics and Other Essays," escribió de Rousseau lo
    siguiente: "De toda la lectura de El Contrato Social es claro que Rousseau nunca
    ve a las instituciones como una amenaza para la libertad. La imagen de un rey o
    de un príncipe ante los ojos de Rousseau es la imagen de un amo y él ve a tales
    monarcas como enemigos de la libertad. Pero la imagen del Estado lo emociona de
    manera muy diferente... El [Rousseau] dice que las cosas deberían ser arregladas
    de forma tal que cada ciudadano sea perfectamente independiente de todos sus
    compañeros ciudadanos y 'excesivamente dependiente de la república.' La palabra
    'excesivamente' es significativa... porque piensa que tal dependencia nunca podrá
    ser lo suficientemente grande: porque la dependencia en el Estado garantiza a los
    hombres contra toda dependencia en los hombres, contra 'toute dependance
    personnel.'"

    Bovard concluye este interesantísimo capítulo señalando que "Una vez que se
    reconozca que la acción gubernamental es inherentemente coercitiva, entonces,
    cualquier concepto de libertad que se basa en una 'liberalización' que de sí
    mismo hace el ciudadano, se convierte en una contradicción en términos. La
    libertad que se da en el Estado Paternalista es pre-eminentemente una libertad
    donde media la sumisión a los superiores: al hecho de que, si alguien tiene un
    trabajo en el gobierno, ya en sí eso es prueba suficiente de que tiene tanto un
    derecho como la competencia para ordenar a otros ciudadanos... La libertad del
    Estado Paternalista es libertad para hacer lo que los políticos y los burócratas
    quieren que usted haga. La idea de darle poder al Estado para que libere al
    individuo tiene sentido tan sólo si ese Estado, para su propio beneficio, no
    tiene un incentivo para explotar, abusar o poner grilletes a los individuos."

    Lo que se menciona como libertad negativa es mejor entendida como la resultante
    de la minimización de la coerción, tanto privada como pública. Y nos sirve como
    punto de comparación para juzgar los propósitos políticos de los gobiernos. Para
    Bovard, "la naturaleza de la acción gubernamental es la base del desacuerdo que
    hay entre los proponentes de la libertad 'positiva' y de la libertad real,"
    término este último por el cual el autor refiere a la libertad negativa. "Los
    proponentes de la llamada libertad positiva rutinariamente toman las promesas
    políticas y las acciones gubernamentales por su valor facial", sin tomar en
    cuenta que la libertad positiva niega cualquier carácter negativo que pueda tener
    la acción del gobierno En contraste, la libertad negativa o ausencia de coerción
    "depende de la voluntad de cada ciudadano de respetar los derechos de otros
    y de abstenerse de introducirse por la fuerza en las vidas de otros. Depende de
    la voluntad de cada persona de interesarse en sus propias cosas y de tolerar las
    conductas extrañas, las estupideces y las ordinarieces de otra gente. La
    libertad también se basa en que cada persona asuma las responsabilidad derivadas
    de sus propias acciones."

    El siguiente capítulo (el cuarto) CUIDADORES DE JAULAS Y GUARDIANES: LA
    DEMOCRACIA MODERNA, trata del tema del control que ejercen los políticos. Como
    dice al autor, el argumento no va en contra de la democracia como tal, sino de
    las enormes expectativas que en ocasiones de ella se tiene. Recordemos que ya
    Hayek, en una conferencia en 1976 ante el Institute of Public Affairs de
    Australia, titulada "¿Whither Democracy?," nos había advertido al respecto, al
    señalar que "la democracia no ha probado ser una protección segura contra la
    tiranía y la opresión, tal como alguna vez se creyó. Sin embargo, como
    convención que permite a cualquier mayoría deshacerse por sí misma de un gobierno
    al cual no quiere, la democracia posee un valor inestimable... la palabra mágica,
    democracia, se ha convertido en algo tan poderoso, que todas limitaciones al
    poder gubernamental que han sido heredadas, se están resquebrajando ante ella...
    el problema de hoy en día no es la democracia, sino la democracia ilimitada...
    Toda la democracia que hoy conocemos en el mundo occidental es más o menos
    democracia ilimitada."

    El tema es tratado de manera muy interesante, pues no sólo nos despierta la
    inquietud de que la mayor parte de las decisiones en una democracia suelen ser
    tomadas por una mayoría que desconoce la clase de legislación que se ha aprobado,
    sino que, además, destaca la ignorancia innata de los legisladores -como humanos
    limitados que son- pero que suelen recubrirse de un manto de omnisapiencia. El
    problema se complica si se toma en cuenta la pretensión modernista, como la
    esbozada por Habermas, de que el orden político debe caracterizarse por la
    permanente deliberación democrática, cuando lo que suele resultar como víctima
    final de todo ese proceso es la libertad individual.

    Tal como dice Bovard, aplicando su lógica libertaria al caso de los Estados
    Unidos, "la mayor paradoja de [su] democracia contemporánea es que la gente no
    confía en los políticos y una mayoría de los ciudadanos cree que el gobierno es
    algo demasiado complejo como para entenderlo, pero, sin embargo, las personas
    están de acuerdo o apoyan activamente a los políticos que expanden su poder por
    encima de ellos."

    Mucho del pensamiento moderno acerca de la democracia descansa en las ideas de
    Kelsen, quien una vez señaló (en su obra de 1945, "General Theory of Law and the
    State") que "un sujeto es políticamente libre en tanto su voluntad individual
    esté en armonía con la voluntad 'colectiva' (o 'general') expresada en el orden
    social," pero el hecho es que difícilmente tiene una participación efectiva en
    la formulación de leyes y edictos que impone el estado. Perdonen que me deje
    acarrear por mis sentimientos: No parece ser válido que la libertad mía dependa
    de una presunta libertad que me confiere algún grupo o colectivo o mayoría,
    puesto que, si ello fuere cierto, podría también quitármela y, como persona
    libre, eso me parece inaceptable. No creo que una mayoría, generalmente producto
    de una ficción momentánea, pueda imponer controles -que bien pueden hasta ser
    ilimitados- sobre mi persona. Comparto con Bovard, que la creencia de que la
    regla de una mayoría equivale a libertad es algo inaceptable y que la libertad de
    ejercer el voto tiene valor esencialmente como medio para defender mi esfera
    propia de libertad.

    Para ser justo y evitar interpretaciones equivocadas acerca de lo que Bovard
    señala, me permito transcribir el párrafo final de este capítulo: "Este ensayo no
    es una proclamación para que se desconfíe de la democracia; es, más bien, una
    proclama para que se desconfíe de las pretensiones y falsos alegatos de cualquier
    gobierno, independientemente de la aprobación que pretenda obtener. No es un
    llamado para rechazar la democracia; más bien, es uno para proteger a la
    democracia de quienes quieren destruirla al conducirla al abismo del poder
    ilimitado. Idealizar cualquier forma de gobierno es uno de los peores errores
    que puede cometer un pueblo libre."

    El quinto capítulo del libro se titula LA GLORIFICACION MORAL DEL LEVIATÁN y se
    dedica a analizar el caso, principalmente de los Estados Unidos, por el cual los
    actos de estado son rodeados de un halo de moralidad, que debilita a los
    individuos para enfrentarse a las pretensiones de aquél para intervenir en sus
    vidas. Tal vez, teniendo como recuerdo al famoso libro de Orwell, podamos
    entender el propósito de este capítulo: "Una mentalidad similar a la que hay en
    el libro '1984' se aplica actualmente a las definiciones políticas de justicia
    [fairness]. No importa cuántas veces los políticos y los burócratas revisan y
    revierten la definición oficial de justicia, la última de ellas se presumirá como
    la correcta y todas las previas deberán ser olvidadas." Me trae a la mente el
    título de un artículo que escribí hace muchos años: "Con sólo que diga social,
    es bueno." Al caso, nada más con que cambiemos una palabra y, ¡eureka!: "Con
    sólo que diga que es justo, es bueno." Con sólo agregar a cualquier política el
    adjetivo "justo" o "justa", del cielo cae una bendición para poder llevarla a
    cabo, aunque aquella usualmente traiga asociada una coerción sobre personas
    libres.

    Bovard concluye que un "gobierno no puede hacer más justas las vidas de las
    personas si las hace menos libres. Reconocer el vacío moral que hay en el centro
    del poder gubernamental y cesar de suponer que abunda la justicia en las entrañas
    de las decisiones legislativas y regulatorias, son prerrequisitos para pensar con
    honestidad acerca de la justicia... El gobierno es una herramienta para aplicar
    restricciones, no es una máquina omnisapiente que promulga valores. Aquellos
    quienes buscan encontrar sus valores morales en el gobierno rebajarán a la
    sociedad a nivel de una clase política conspiradora, en vez de elevarla hacia los
    ideales de los filósofos."

    El sexto capítulo lleva por nombre SOBERANIA Y ESCLAVITUD POLITICA y trata del
    delicado tema de la soberanía, la cual ha sido utilizada por el estado como
    justificación para demandar la obediencia de las personas, lo cual hace que
    Bovard se pregunte si el estado posee inherentemente alguna sanción superior que
    legitime la coerción que ejerce sobre los ciudadanos.

    La tesis de Bovard es que "la esencia de la inmunidad soberana del estado yace
    en que 'el rey no puede causar daño' ['The king can do no wrong']. Pero, como lo
    hizo notar el profesor Jeremy Travis, 'la racionalización más antigua que se
    pretendió dar para la inmunidad del soberano... es una perversión de su propósito
    histórico, cual era que el rey tenía el privilegio de no causar daño.' Así lo
    explicó un abogado inglés como resultado de la caída de Jaime II, 'Cuando un
    rey... hace daño, en ese instante deja de ser rey... Dios y la ley están por
    encima del Rey.' Pero, en la interpretación estatista contemporánea, la frase
    que pretendía impedir a los reyes causar daño a los súbditos se ha convertido en
    una licencia para que el gobierno abuse de la ciudadanía."

    El capítulo sétimo lleva por título EL PATERNALISMO VERSUS LAS BENDICIONES DE LA
    LIBERTAD. En él Bovard continúa resaltando las virtudes de un régimen de
    libertad, lo cual tal vez se resume en una cita que hace de Hayek para enfatizar
    el valor de la libertad y la importancia que tiene como principio esencial para
    la vida y el bienestar de las personas. Dice Hayek en su obra "Law, Legislation
    and Liberty," que "puesto que el valor de la libertad descansa en las
    oportunidades que brinda ante acciones impredecibles e imprevistas, rara vez
    sabemos lo que perdemos cuando se pone alguna restricción específica a la
    libertad. Cualquier restricción, cualquiera que sea diferente de la aplicación de
    reglas generales, se orientará hacia el logro de algún resultado particular
    predecible, pero lo que se impide con dicha limitación usualmente no será
    conocido... Nunca podremos darnos cuenta de todos los costos que, por tal
    interferencia, tiene el lograr esos resultados específicos. De manera que,
    cuando decidimos cada asunto únicamente con base en lo que aparecen como sus
    méritos individuales, siempre sobre-estimaremos las ventajas de la dirección
    centralizada. Nuestra elección usualmente se presentará como una entre una
    ganancia cierta y tangible y la simple probabilidad de prevenir alguna acción
    benéfica desconocida llevada a cabo por personas también desconocidas. Si así la
    elección entre libertad y coerción es tomada simplemente con base en la
    conveniencia, en casi cada caso la libertad estará destinada a ser sacrificada."
    Tal vez este es el problema práctico más importante que hoy día enfrentamos las
    personas libres: el sacrificio de la libertad por la simple conveniencia de un
    momento dado de optar por la coerción que impone el accionar del estado.

    El breve capítulo ocho lleva por nombre UNOS POCOS PENSAMIENTOS CERCA DE UN
    ORDEN POLÍTICO IDEAL. A pesar de que es difícil señalar con pelos y señales cómo
    debería ser un orden liberal, Bovard se atreve a presentar unos pocos principios
    o guías que podrían ser considerados al pasar del Leviatán actual a lo que llama
    "un nivel superior":

    1.- Declaración de Derechos Fundamentales: Bovard expresa que, "Como mínimo el
    gobierno debe honrar las promesas que prometió a la ciudadanía... Como dijo
    Thomas Jefferson, 'Una declaración de derechos fundamentales es a lo que la gente
    tiene derecho ante cualquier gobierno de la tierra...'" Respetar los derechos
    fundamentales de las personas es lo que le da legitimidad a un gobierno.

    2.- La Regla de la Ley: Como dijo A. V. Dicey en 1885 en su libro "Introduction
    to the Study of the Law of the Constitution," la Regla de la Ley se refiere a la
    ausencia de un poder arbitrario por parte del gobierno, a la absoluta supremacía
    de las leyes en contraste con la influencia del poder arbitrario y a la igualdad
    ante la ley. Ante esto, indica Bovard, "Minimizar la arbitrariedad y impedir al
    gobierno imponer cortes burocráticas ficticias puede hacer mucho por limitar los
    abusos del gobierno."

    3.- Impuestos: Bovard considera que, como los políticos siempre encontrarán
    formas de poner impuestos, se hace necesario hacer un replanteamiento general
    acerca del derecho que tienen para quitarle ingresos a las personas.

    4.- Federalismo: Bovard considera que, aunque un sistema federal es preferible a
    un sistema de gobierno centralizado, ello no significa que limita el poder
    excesivo que puede asumir el estado. Así, señala, "El tema de cuánto poder posee
    el gobierno es mucho más importante que la forma en que se divide ese poder."

    5.- Política Exterior: Dice Bovard que la tarea principal de un gobierno es la
    defensa nacional, pero deberá, en lo posible, estar subordinada a la libertad de
    los individuos. Pero ninguna nación tiene derecho a imponer forzadamente sus
    valores en otros países.

    6.- Ayuda a las Personas Desvalidas: Bovard expresa que "Por siglos, los
    gobiernos han brindado alguna ayuda a las personas desvalidas sin convertirse en
    fuentes masivas de redistribución." El gobierno debe ayudar a quienes en verdad
    no pueden ayudarse a sí mismos.

    7.- Ayuda a las Empresas: Con toda contundencia, Bovard dice que "Ningún
    gobierno debería darle ni un cinco a las empresas."

    8.- Vicios/Crimen: En opinión de Bovard, debe distinguirse entre vicios y
    crímenes. Muchos de los mayores abusos del gobierno surgen por la prosecución de
    vicios privados, que surgen por errores en el simple deseo humano de buscar la
    felicidad propia. Esto calza muy bien con un párrafo del libro de David Conway,
    "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal" (previamente reseñado en esta
    red): "Algunos pueden creer que todo mundo estaría mejor viviendo en una sociedad
    que prohibiera ciertas formas de conductas que, si bien son inocuas, son
    moralmente perversas. Sin embargo, a menos que tales formas de conducta puedan
    mostrarse que son dañinas a terceros, distintos de quienes las observan, los
    seres humanos, pensándolo bien, deberían preferir vivir en sociedades que
    permitan tales vicios inofensivos, en comparación con aquéllas en donde el
    gobierno tiene licencia para prohibir tal conducta con base en que es perversa o
    dañina para quienes las practican."

    Para evitar la acusación de que pensamientos como los de Bovard dejan desvalidos
    a los menores de edad, es tajante al indicar que "En tanto los adultos tienen
    derecho a escoger sus propios vicios, los niños no tiene igual capacidad para
    ejercitar la responsabilidad individual." Recuerden que la libertad es una
    esfera circunscrita a los adultos, responsables. Por ello, en el marco de lo que
    Conway denomina, en su obra previamente citada, como el individualismo con
    respecto a los fines, indica que "Esta doctrina señala que, en última instancia,
    cada adulto sano es la autoridad final acerca de cuáles formas de actividad y
    experiencias son las que aumentan y cuáles disminuyen su propia felicidad
    individual." Observe que se habla de "adultos sanos".

    9.- La Salud Pública y la Seguridad Pública: Dice Bovard que "El gobierno pude
    detectar y frenar la expansión de enfermedades serias... con efectos menores
    sobre las libertades de los ciudadanos... podría continuar dando fondos a ciertas
    investigaciones médicas... debe ser estructurado de manera tal que minimicen el
    impacto sobre posibilidades de acuerdos voluntarios y para el desarrollo de
    mejores soluciones que ningún burócrata podría imaginar... Algún tipo de
    organización es necesario par arbitrar disputas privadas y penalizar la violencia
    privada..." Ya conocemos como Hayek en su obra clásica "Los Fundamentos de la
    Libertad," Parte Tercera: La Libertad y el Estado-Providencia, da lugar a
    diversas posibilidades de participación del estado en un Orden de Libertad.

    10.- Mejorar la Democracia: Bovard expresa que "Cualquier propuesta de reforma
    de la democracia debe tomar en cuenta las limitaciones que poseen tanto los
    votantes como los legisladores... Cada político deberá ser juzgado de acuerdo con
    el grado de poder que él cree que el gobierno merece tener sobre los
    ciudadanos... Como dijo Benjamín Constant en 1815 [en 'Political Writings'] 'es
    la magnitud de la fuerza y no quienes la poseen, lo que deberá ser denunciado.
    Es contra el arma, no contra el brazo que la esgrime, a lo que es necesario
    golpear fuertemente. Hay cosas que pesan mucho para la mano del hombre.'"

    11.- Es Necesario No Ejercer Coerción: Expresa Bovard que "La coerción se
    justifica tan sólo si es para prevenir una mayor coerción. El poder del gobierno
    debe ser limitado para proteger a las personas de la agresión de otras, no de su
    propia estupidez o debilidad."

    12.- Derogar, Derogar, Derogar: Finalmente, opina Bovard, "Para restaurar el
    gobierno a su sitio apropiado, se requiere derogar la mayoría de las regulaciones
    y estatutos... Un nuevo orden político deberá buscarse construyendo sobre los
    principios y las perspicacias de la ley consuetudinaria, para regresar el reloj a
    una época cuando las leyes respetaban los contratos y el derecho individual a la
    autonomía y al control de su propio destino, y que buscó maximizar la
    responsabilidad de cada persona por sus propias acciones."

    En resumen, el gobierno mínimo es el único gobierno justo.

    A quien tenga interés en leer este libro de Bovard, así como otra de sus obras,
    "The Fair Trade Fraud", con gusto se las puedo prestar con carácter devolutivo.
    Para ello, ya saben cómo y adónde me pueden localizar. Además, continúan a su
    posible disposición lo siguientes libros del mes que han sido objeto de
    comentario en palestra:

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"

    Jorge Corrales Quesada

  6. #26

    2002-10-28 LIBRO DEL MES DE NOVIEMBRE DEL 2002

    2002-10-28 LIBRO DEL MES DE NOVIEMBRE DEL 2002

    Se trata del libro editado por David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is
    Changing the World" (Washington D. C.: Cato Institute, 2002). Es una
    recopilación de 51 ensayos sobre el tema del avance de la idea de la libertad,
    publicado en ocasión de la celebración de 25 años de opinión y participación del
    Instituto Cato en diversos temas de política pública, relevantes tanto para los
    Estados Unidos, que, por tratarse de asuntos que en última instancia son
    universales, su conocimiento es útil para cualquier interesado en estos asuntos.
    Además de un capítulo introductorio, está dividido en 9 partes, por lo que, a
    diferencia del análisis que sobre el libro del mes se ha hecho en ocasiones
    anteriores, en ésta mencionaré cada uno de los ensayos escritos por los
    diferentes autores, del cual transcribo (y traduzco) alguna idea que allí se
    expresa y que considero que puede ser de un interés tal que motive su lectura.
    Como es de esperar en el pensamiento liberal, en algunas cosas se estará de
    acuerdo y en otras no. De eso se trata. Los paréntesis cuadrados son míos.
    Termino manifestándoles que este libro, al igual que los anteriores libros del
    mes –cuya lista fue publicada en el libro del mes de octubre- está a su
    disposición y para obtenerlo tan sólo es necesario que me contacten.

    INTRODUCCIÓN

    David Boaz, "Introducción: La Idea que Está Cambiando al Mundo." Vicepresidente
    Ejecutivo del Instituto Cato:

    "Pero el triunfo del liberalismo de ninguna manera es inevitable. Nunca ha
    existido una edad de oro del liberalismo, y nunca la habrá. Aunque parezca que
    hayamos dejado atrás algunas de las peores formas de gobierno, no debemos de
    olvidar que, durante el siglo que acaba de pasar, hemos sufrido el comunismo, el
    fascismo y el nacional socialismo. Armados con la tecnología moderna, estos
    regímenes comprobaron ser los más brutales de la historia. Y surgieron en un
    momento en que los pensadores liberales creyeron que, por la vía de la
    prosperidad y del comercio internacional, se asegurarían la paz y la armonía."
    (p. 13)


    PRIMERA PARTE: IDEAS Y CONSECUENCIAS

    Entrevista a F. A. Hayek el 1 de diciembre de 1982 en el Instituto Cato. Premio
    Nóbel en Economía en 1974:

    "RESPUESTA DE HAYEK: ...el mercado ha llegado a ser un especie de, tal como lo
    llaman los biólogos, órgano sensorial externo o extra-somático, el cual nos
    informa de cosas de las cuales físicamente no nos damos cuenta. Nosotros no
    podemos ver los beneficios que se derivan de nuestras acciones. No podemos ver de
    dónde vienen nuestros beneficios, pero hemos desarrollado un mecanismo que nos
    sirve como un órgano de información, que opera muy similarmente a como lo hacen
    los órganos sensoriales, pero lo hace de forma tal que nos permite ajustar
    nuestra acción a los acontecimientos que están más allá de nuestra percepción
    sensorial." (p. 23)

    Mario Vargas Llosa, "El Liberalismo entre Dos Milenios." Reconocido novelista
    latinoamericano:

    "Estos son episodios pintorescos, pero sería un grave error subestimarlos, como
    aleteos insignificantes de la idiotez humana. En verdad, ellos son apenas la
    crispación paroxística y extrema de un vasto movimiento político e ideológico,
    sólidamente implantado en sectores de izquierda, de centro y de derecha, unidos
    en su desconfianza tenaz hacia la libertad como instrumento de solución para los
    problemas humanos, que han encontrado en este novísimo fantasma edificado por sus
    miedos y fobias -el "neoliberalismo", llamado también el "pensamiento único" en
    la jerigonza de sociólogos y politólogos- un chivo expiatorio a quien endosar
    todas las calamidades presentes y pasadas en la historia universal." (p. 26)

    Peter Bauer, "Omitiendo la Realidad." En el 2002 obtuvo el primer Premio Milton
    Friedman a la Libertad que otorga el Instituto Cato:

    "Esta tendencia a omitir las realidades más sencillas ha minado la confianza, la
    seguridad en sí mismo y la postura de Occidente en el arena internacional.
    También ha sido el substrato para la aceptación sin crítica alguna de las ideas y
    las políticas que dañan a Occidente y mucho más a los pueblos del Tercer Mundo.
    Esto no constituye una sorpresa. Los cuerpos políticos y las sociedades que
    ignoran la realidad son vulnerables a la adversidad y también a las amenazas que
    vienen tanto desde adentro como desde afuera." (p. 51)


    SEGUNDA PARTE: CRECIMIENTO ECONOMICO

    Milton Friedman, "El Verdadero Almuerzo Gratis: Los Mercados y la Propiedad
    Privada." Premio Nóbel en Economía en 1976:

    "Algunas veces se me ha asociado con una expresión que no inventé "No existe tal
    cosa como un almuerzo gratis." Más bien deseo que se preste mayor atención a otra
    que sí inventé... "Nadie gasta el dinero de algún otro tan cuidadosamente como
    gasta el propio." Pero todos estos aforismos son verdades a medias... Y en el
    mundo económico real, existe un almuerzo gratuito, un extraordinario almuerzo
    gratis, y ese almuerzo gratuito son los mercados libres y la propiedad privada."
    (p. 55)

    William A. Niskanen, "El Soporte Lógico de la Infraestructura de una Economía de
    Mercado." Gerente del Instituto Cato:

    "...las tres instituciones básicas de una economía de mercado -el soporte lógico
    de infraestructura que se requiere- son el sistema jurídico, el sistema contable
    y las actitudes culturales... estas instituciones son como un banco que tiene
    tres patas, en donde una pata más corta o débil reduce seriamente la estabilidad
    del banco. La inversión de personas o del estado en estas tres instituciones es
    mucho más importante que los otros elementos de una perestroika radical; en
    efecto, estas tres instituciones son un requisito para que otras medidas puedan
    tener éxito." (p. 68)

    Reuven Brenner, "Las Causas del Crecimiento Económico." Profesor en la Escuela
    de Administración de Negocios de la Universidad McGill en Montreal, Canadá:

    "¿Cómo podemos estar seguros de que una innovación financiera, un cambio en la
    estrategia de una compañía o un cambio en la política gubernamental mejoran o
    empeoran a una sociedad? La respuesta es que la mejor estimación que se puede
    usar para hacer tales aseveraciones -una vez que se tenga un mercado financiero
    profundo y transparente- es la suma del valor total de mercado de las empresas en
    una sociedad (el valor de mercado de la deuda y del patrimonio) sumado al valor
    de mercado de la deuda gubernamental pendiente de pago. Cuando esta suma aumenta,
    significa que ha incrementado la habilidad de la sociedad para generar ingresos y
    pagar la deuda, ya sea pública o privada... La razón es sencilla: mercados
    financieros desarrollados y relativamente sin estorbos evitan la persistencia de
    errores. Así, rápidamente redirigen el uso del capital y se aseguran de que el
    ahorro y el capital sean usados más efectivamente." (p. 69)


    TERCERA PARTE: EL ESTADO DE BIENESTAR

    Joan Kennedy Taylor, "Desregulando a los Pobres." Autora del libro "Reclaiming
    the Mainstream: Individualist Feminism Rediscovered":

    "Primero se nos dice que la comunidad -esto es, el gobierno- tiene una
    obligación moral de alimentar y dar abrigo a los indigentes. Luego se nos dice
    que todos los pobres tienen un derecho a recibir fondos, que los mantendrá en un
    cierto nivel acorde con los patrones económicos del resto de la comunidad. Y
    luego, una vez que resulta evidente el serio problema presupuestario, la
    obligación fundamental del gobierno se muestra por sí misma como que del todo no
    era algo esencial. Descubrimos que los receptores de la ayuda gubernamental
    podrían ser llamados para que trabajen para el gobierno –aún, en muchos casos,
    reemplazando a trabajadores sindicalizados del sector público, con empleos en
    donde ganan muy por debajo del salario mínimo legal. Podemos ver como tal
    argumentación conduce por un camino resbaloso hacia una sociedad más y más
    coercitiva y, en última instancia, hacia el tipo de planificación totalitaria que
    resuelve los problemas de pobreza y criminalidad mediante la regulación de las
    vidas de todos los ciudadanos." (p. 91)

    Carolyn L. Weaver, "¿Ha Pasado la Crisis de la Seguridad Social?" Directora de
    Estudios sobre Pensiones y Seguridad Social del American Enterprise Institute en
    Washington, D. C.:

    "...al ver la crisis como algo esencialmente político en su naturaleza y que ha
    evolucionado de manera predecible debido a la debilidad institucional del
    programa inicial, señala hacia una clara necesidad de reformar al sistema de
    forma verdaderamente radical. Desde esta perspectiva, la reforma implica la
    introducción de la posibilidad de escoger, de la acción voluntaria o voluntarismo
    y de la competencia en la provisión de la Seguridad Social, como únicas
    restricciones efectivas sobre el curso futuro del programa." (p. 102)

    José Piñera, "El Exito de la Seguridad Social Privatizada en Chile." Ex
    Ministro de Trabajo de Chile:

    "Decidimos ir en otra dirección: ligar los beneficios a las contribuciones. El
    dinero que un trabajador paga dentro del sistema va hacia una cuenta que es de su
    propiedad. A la idea la llamamos "un esquema de capitalización"... Por supuesto
    que ha habido algunos errores. Hay algunas cosas que podrían ser mejoradas. No
    hay tal cosa como la reforma perfecta. Con el tiempo y la experiencia se que
    haríamos algunas cosas de otra manera. Pero, en general, puedo decirles que ha
    sido un éxito que va más allá de nuestros sueños." (p. p. 105-110)

    Michael Tanner, "Terminando con los Programas de Bienestar, Tales como los
    Conocemos Hoy en Día." Director de Estudios sobre Salud y Bienestar del Instituto
    Cato:

    "Los programas de bienestar han fracasado y no pueden ser objeto de reformas.
    Es hora de terminar con ellos. En su lugar, la sociedad civil descansaría en un
    red fortalecida de caridades privadas... [que] son un medio más efectivo que los
    programas gubernamentales de bienestar. En tanto estos brindan incentivos para
    que se dé un comportamiento que va en contra de la producción, las caridades
    privadas pueden usar su ayuda para promover la autosuficiencia, la mejoría propia
    y la independencia. Las caridades privadas pueden individualizar sus enfoques y
    atacar los problema específicos que están manteniendo a las personas en la
    pobreza. También son mucho mejores en cuanto a dirigir la ayuda hacia aquellos
    quienes más la necesitan y en obtener los mayores frutos por cada dólar que se
    gasta." (p. 124)

    Darcy Olsen, "La Pre-escolaridad y el Estado Niñera." Directora del Instituto
    Goldwater en Phoenix, Arizona:

    "En todo caso, la conveniencia de una educación preescolar universal no debería
    descansar en sólo si la pre-escolaridad funciona. Todavía más básica es la
    cuestión moral de si el gobierno debería afianzarse aún más en la educación
    escolar de nuestros niños... Las reformas educativas de los años noventas han
    enfatizado la descentralización, una mayor participación de los padres y
    alternativas privadas -en tanto que la pre-escolaridad universal es un retroceso
    hacia la era en que se creía que "el gobierno sabe que es lo mejor para
    nosotros."" (p. p. 127-128)


    CUARTA PARTE: EL ESTADO REGULADOR

    Yale Brozen, "El Elevado Costo de la Regulación Gubernamental." Fue Profesor de
    Economía Empresarial en la Universidad de Chicago:

    "Hay tres grandes principios generales que definen el ámbito apropiado para la
    regulación. El primero, si los costos de la acción o su ausencia caen sobre
    quien toma la decisión, no se necesita regulación... El segundo principio es un
    corolario del primero. Si los costos no son internalizados... entonces, se
    necesita regulación... El tercer principio es que, cuando regulamos, debemos
    reconocer que, al incrementar la astringencia de la regulación, incurriremos
    progresivamente en costos mayores y progresivamente obtendremos menores
    beneficios. Podemos terminar por lograr más de una cosa la cual no vale la pena
    tenerla... Para muy diversos tipos de regulación, no se trata de un asunto de
    disponer demasiado de una cosa buena. Para muchas de nuestras actividades
    regulatorias no estamos obteniendo beneficio alguno." (p. p. 131-133)

    Terry L. Anderson y Donald L. Leal, "Capitalismo Medioambiental versus Estatismo
    Medioambiental." Investigadores del Political Economy Research Center en
    Bozeman, Montana. [Una traducción completa de este ensayo fue puesto
    anteriormente en palestra económica]:

    "...para los medioambientalistas de cuño [mainstream], la prueba definitoria de
    “que tan verde se es” lo constituye la aceptación de más gobierno para lograr
    objetivos en el campo del medio ambiente. Típicamente claman por mayor
    regulación del medio ambiente y por mayor propiedad gubernamental de la tierra,
    ad nauseam. Pero el mensaje del medioambientalismo de libre mercado es que no es
    necesario más gobierno para mejorar la calidad del medio ambiente y aún hasta
    puede ser adverso para lograr dicho objetivo." (p. 139)

    Catherine England, "El Seguro Federal a los Depósitos como Causa de la Crisis de
    las Entidades Financieras de Ahorro y Préstamo." Profesora en la Universidad
    George Mason en Washington. D. C.:

    "El sistema vigente [en 1989] remunera al comportamiento especulativo a expensas
    de una administración más prudente. Ha estimulado que los fondos corran, en vez
    de alejarse, hacia las instituciones del país peor manejadas y más endeudadas. Y
    mientras la estructura que regula a los bancos es vista en la actualidad como una
    operación modelo, sus resultados son apreciados tan sólo en comparación con el
    fiasco que ha sufrido la industria de ahorros y préstamos. Los bancos enfrentan
    incentivos similares hacia la toma excesiva de riesgos, y las fallas en los
    sistemas de regulación de la banca y del seguro de depósitos permanecen sin ser
    notadas tan sólo porque la atención está puesta en otro lado." (p. 153)

    David Boaz, "La Economía Parásita se Aloja en un Nuevo Huésped." Autor del libro
    "Libertarianism: A Primer":

    "El tema hoy en día [noviembre de 1996] no consiste en si Microsoft es o fue de
    hecho un monopolista, aunque los hechos lanzan muchas dudas acerca de tal
    alegato. Lo que me preocupa aquí es cómo el gobierno le puso un cebo a Microsoft
    para llevarla hacia el sector político de la economía." (p. 155)


    QUINTA PARTE: UN MUNDO EN TRANSICION

    Edward H. Crane, "Temor y Odio en la Unión Soviética." Presidente del Instituto
    Cato. [Narra su vista a la Unión Soviética antes de la caída del socialismo]:

    "Cuando ocasionalmente tuvimos la oportunidad de hablar con la gente, ya sea en
    un parque o en la calle, había un frase que se nos aparecía una y otra vez. Les
    preguntamos si alguna vez habían estado fuera de la Unión Soviética, si alguna
    vez habían tenido un carro o si podían cambiar de trabajo si así lo deseaban. La
    respuesta, en tanto alzaban los hombros, era a menudo un frío y sin emoción: "Eso
    es imposible". Mientras que en nuestra sociedad con frecuencia uno se encuentra
    con un sentido de aversión hacia la injusticia o con una determinación para
    lograr algún objetivo aunque sea en contra de todas las probabilidades, en la
    Unión Soviética simplemente se levantan los hombros. Eso es imposible." (p. 164)

    Don Lavoie, "Las Huelgas en Polonia: Los Trabajadores en Contra del Estado de
    los Trabajadores." Fue Profesor de Economía en la Universidad George Mason de
    Washington, D. C.:

    "Las huelgas en Polonia son una indicación del fracaso de la planificación
    central... La economía de planificación central funciona sólo en el grado en que
    el plan es concientemente burlado, ignorado o ajustado para poder tomar las
    decisiones descentralizadas de producción. Ha fracasado contundentemente y por
    mucho tiempo, de manera tal que no hace creíbles sus justificaciones ideológicas
    y, sin el soporte ideológico, resulta ser un programa sin futuro." (p. 179)

    George Gilder, "Dejad que florezcan billones de flores." Economista últimamente
    dedicado al área de la tecnología de la información. [Este ensayo fue escrito en
    1988]:

    "Creo que lo que sucederá es un florecimiento del empresariado en China, que
    hará que China sea la economía más rica del mundo en 25 años. ¿Qué cómo lo se?
    Porque más que en cualquier otro lado, el pueblo chino está en la delantera de la
    edad de la información." (p. 181)

    Helen Suzman, "Prospectos para un Cambio Pacífico en Sudáfrica." Ex miembro del
    Parlamento Surafricano entre 1953 y 1989:

    "Sin embargo, debo enfatizar los factores económicos que, dentro de Sudáfrica,
    han sido las fuerzas principales detrás de los cambios que ya han tenido lugar.
    Las reservas de empleo [sistema por el cual los trabajadores blancos obtenían los
    mejores empleos] desaparecieron porque simplemente no había suficientes blancos
    que hicieran el trabajo calificado. Las leyes de movilización interna y de
    control de influjos desaparecieron, porque no podían seguir siendo puestas en
    práctica, dada la urbanización masiva que resultó de la pobreza en las zonas
    rurales y por las oportunidades laborales en las zonas urbanas." (p. 186)

    Peter Bauer, "Transición en el Este: Democracia y Mercado." Fue Profesor de la
    London School of Economics de 1960 a 1983:

    "El Oeste puede influenciar los acontecimiento en el Este... tal influencia
    deberá ser enfocada principalmente hacia la promoción del mercado. Por ejemplo,
    la ayuda oficial -esto es, subsidios en efectivo o en especie, incluyendo la
    asistencia técnica, préstamos blandos y créditos bancarios garantizados por los
    gobiernos- si es que del todo debe ser provista, deberá dirigirse hacia los
    gobiernos que políticamente estén comprometidos con el sistema de mercado. Si los
    gobiernos cambian su curso, tal ayuda deberá ser retirada. La ayuda deberá ser
    administrada y asignada por la gente que, por sí misma, está orientada hacia el
    mercado. En la realidad, demasiada gente a cargo de esos programas son
    indiferentes y hasta opuestos al mercado, aunque hablen falsamente en su favor.
    Finalmente, la reducción en las barreras comerciales impuestas por Occidente hará
    más por promover los mercados en el Este, que los subsidios oficiales." (p. 198)

    Karl R. Popper, "El Camino Comunista Hacia la Auto-esclavitud." Autor del libro
    "La Sociedad Abierta y sus Enemigos":

    "La caída de la Unión Soviética tal vez puede ser explicada, en última
    instancia, por el colapso económico debido a la ausencia de un mercado libre;
    esto es, lo que he llamado el primer teorema debido a Mises. Pero pienso que el
    segundo teorema, el teorema de la esclavitud debido a Hayek, es aún más
    importante para poder entender lo que ha sucedido -y que aún está sucediendo- en
    el antiguo Imperio Soviético. Pero este teorema tiene un corolario o apéndice muy
    importante. Puede ser formulado tal como sigue:

    El camino a la servidumbre conduce a la desaparición de la discusión libre y
    racional o, si Usted lo prefiere, del libre mercado de las ideas. Pero esto
    tiene el efecto más devastador sobre todo el mundo, incluyendo a los así llamados
    líderes. Conduce a una sociedad en donde la verborrea vacía rige todo el tiempo;
    una verborrea que consiste en mucho de mentiras expresadas por líderes,
    principalmente con no otro propósito que la auto-confirmación y la auto-
    glorificación. Pero esto marca el fin de nuestra habilidad para pensar. Ellos
    mismos llegan a ser esclavos de sus propias mentiras, como todos los demás. Es
    también el fin de su habilidad para gobernar. Ellos desaparecen, aún como
    déspotas." (p. p. 201-202)

    Douglas Wu, "La Revolución Quieta de los Derechos de Propiedad en China." Laboró
    por 16 años en una importante entidad financiera de China. [Este ensayo fue
    publicado en el año 2000]:

    "Lo que ha sucedido en la zona rural de China durante las últimas dos décadas
    puede ser caracterizado como una privatización de facto, en el sentido de que el
    proceso ha resultado en que virtualmente todos los medios de producción del
    sector agrícola hayan sido transferidos a manos privadas... Los campesinos
    chinos aún tienen mucho camino que recorrer para disponer de la legislación
    apropiada y de las instituciones que protejan sus legítimos derechos de
    propiedad. Sin embargo, lo que ha tenido lugar en el campo chino es una de las
    privatizaciones mayores y más exitosas que el mundo jamás haya visto." (p. 213)

    Tom G. Palmer, "¿Por qué el Socialismo Colapsó en Europa Oriental?" Director de
    la Universidad Cato en el Instituto Cato:

    "Me gustaría mencionar una tesis que puede explicar algunos de los
    acontecimientos más recientes. Estoy pidiéndola prestada a un erudito húngaro,
    Istvan Bibo, quien propuso una tesis acerca de una Europa que consiste de tres
    partes: la Occidental, la del Centro-Este y la del Este... La gran diferencia
    entre la Europa del Este y la Europa del Oeste es la relativa separación entre la
    iglesia y el estado que hay en el Oeste... Así, pueden existir factores
    culturales que harán que la transición hacia la libertad sea más fácil para estos
    países que para las naciones del Este de Europa. Tal como señala Bibo, los
    desarrollos políticos que tuvieron lugar en Europa Occidental -la liberación de
    los siervos, etcétera- usualmente no llegó a Europa del Centro-Este sino hasta
    200 años después y tomó aún más tiempo para que llegara a la Europa del Este."
    (p. p. 219-220)

    Václav Klaus, "El Cambio de Sistemas: La Mezcla Delicada de Intenciones y
    Espontaneidad." Ex Primer Ministro de la República Checa:

    "Mi formación académica y mi experiencia práctica me dicen que el cambio de
    sistemas -y eso es lo que hemos venido experimentando al ir desmantelando al
    comunismo en nuestros países- es un proceso evolutivo y no un ejercicio de
    economía aplicada o de ciencias políticas. Se sustenta en una mezcla compleja de
    eventos planeados y no planeados, intencionados y no intencionados o, para
    ponerlo de otra manera, es una mezcla de intenciones y de espontaneidad...
    Podemos confirmar que una transformación exitosa no es la que resulta de modelos
    detallados de reforma que están en manos de políticos reformistas omnipotentes.
    Más bien, el éxito depende de la actividad sin restricciones de los seres
    humanos, junto con un "modesto constructivismo" al seleccionar las reglas
    fundamentales y al definir la política de transformación." (p. p. 222-223)

    Ma Lei, "La Educación Privada Surge en China." Profesora del Centro de Estudios
    Americanos de la Universidad Fudan en Shangai, China:

    "Lo más importante es que la gente de Wenzhou [China] se ha dado cuenta de que
    en el mercado todo es armonioso –que uno gana sus ingresos no por medio de la
    coerción o la fuerza bruta, sino mediante el servicio que brinda a terceros.
    Este reconocimiento ha producido un clima en el cual la industria privada y las
    organizaciones privadas -incluyendo las escuelas privadas- pueden prosperar." (p.
    230)

    James A. Dorn, "El Futuro de China: ¿El Socialismo de Mercado o el Taoísmo de
    Mercado?" Profesor de Economía de la Universidad Towson en Maryland:

    "Sin embargo, la prosperidad futura dependerá de si China se aleja del camino
    artificial del socialismo de mercado y prosigue el camino natural del liberalismo
    de mercado. La visión liberal de mercado no es nueva para China; era inherente a
    la doctrina taoísta del wu wei desarrollada por Lao Tzu y sus discípulos. Los
    líderes de China tan sólo necesitan dejar que el pueblo chino regrese a sus
    raíces, para darse cuenta de la sabiduría de dejar que el procesos espontáneo del
    mercado organice su vida económica, al tiempo que se limita el gobierno a la
    protección de la vida, la libertad y la prosperidad." (p. 242)


    SEXTA PARTE: ASUNTOS INTERNACIONALES

    Ted Galen Carpenter, "De República a Imperio: La Constitución y la Evolución de
    la Política Internacional de los Estados Unidos." Vicepresidente de Estudios
    sobre la Defensa y Política Exterior del Instituto Cato:

    "Proponentes de la visión global en el siglo XX típicamente afirman que los
    desarrollos tecnológicos han hecho de la política "aislacionista" algo obsoleto y
    que las naciones amantes de la paz sólo deberían unirse para desbaratar a un
    agresor o para evitar ser víctimas de una estrategia de divide y vencerás. Ellos
    señalan que las alianzas y otras medidas de seguridad colectivas son, por lo
    tanto, esenciales. Pero descansar en la seguridad colectiva, en vez de seguir
    estrategias no intervencionistas, constituye un peligroso anacronismo... en la
    era termonuclear, los aliados o son superfluos o son profundamente peligrosos."
    (p. p. 252-253)

    Ted Galen Carpenter, "El Caso en Favor de la Independencia Estratégica de los
    Estados Unidos." Autor del libro "Peace and Freedom: Foreign Policy for a
    Constitutional Republic":

    "Se necesita una nueva política estadounidense de "independencia estratégica"
    [que] poseería tres principios básicos. El primero sería una definición de
    intereses de seguridad "vitales" que sea más reducida que la definición vaga y
    casual utilizada durante la Guerra Fría... El segundo principio sería un énfasis
    en la autonomía y flexibilidad de los Estados Unidos en cuanto a la toma de
    decisiones... El último principio sería una resistencia a proseguir metas basadas
    en la existencia de un "entorno" internacional ambicioso... Sin duda que los
    estadounidenses estarían más contentos con un mundo compuesto de naciones
    democráticas y pacíficas, pero tal meta no se puede lograr –al menos a un nivel
    de costo y riesgo aceptables para los Estrados Unidos" (p. 260)


    Ivan Eland, "¿La Intervención en Ultramar de los Estados Unidos Alimenta al
    Terrorismo?" Director de Estudios sobre Políticas de Defensa en el Instituto
    Cato:

    "Todos los ejemplos de ataques terroristas a los Estados Unidos pueden ser
    explicados como una represalia por la intervención estadounidense en el
    exterior... implica que los Estados Unidos podría reducir sustancialmente la
    probabilidad de ataques terroristas catastróficos si redujera su perfil militar
    fuera del país... necesita adoptar una nueva política que utilice la fuerza
    militar sólo en última instancia, como defensa de sus intereses nacionales
    verdaderamente esenciales." (p. 272)

    Gary Dempsey, "¿Una Empresa Descabellada?" Autor del libro "Fool's Errands:
    America's Recent Encounters with Nation Building":

    "...varias lecciones importantes pueden aprenderse de las acciones de Washington
    para reconstruir naciones... Una... que es una empresa descabellada cuando el
    pueblo norteamericano no está preparado para sacrificar su sangre y recursos en
    un lugar al cual consideran que no es importante estratégicamente... Una segunda
    lección es que la reconstrucción de naciones resulta ser una empresa descabellada
    si el país en cuestión no está "maduro" para tales efectos... Una tercera... es
    cuando perpetúa un "dilema de seguridad" entre dos lados previamente opuestos en
    una disputa sangrienta... Una cuarta lección es que la reedificación de una
    nación es una empresa descabellada cuando una de las facciones del país que se
    intenta reconstruir no ha cedido en sus objetivos de la época de la guerra." ( p.
    p. 285-286)


    SÉPTIMA PARTE: COMERCIO Y FINANZAS INTERNACIONALES

    Alan Greenspan, "La Globalización de las Finanzas." Presidente de la Reserva
    Federal de los Estados Unidos:

    "...debemos reconocer que, si fuere cierto que la tecnología es la que ha
    transmitido el estrés actual a los mercados, la tecnología podría ser usada para
    contenerlo. Una ampliación y mejora de los sistemas internos que las
    instituciones financieras tienen para la administración de riesgos, posiblemente
    constituye la medida más efectiva contra la inestabilidad potencial incrementada
    del sistema financiero global. Otra es mejorar la eficiencia de los sistemas de
    pagos en el mundo." (p. 296)

    Milton Friedman, "Usando al Mercado para el Desarrollo Social." Autor del libro
    "Capitalism and Freedom":

    "En resumen, hay mejores y peores formas de privatizar una economía
    centralizada, pero no existe una fórmula mágica que permita cambiar sin dolor una
    economía de mando hacia una economía de intercambio voluntario. Sin embargo, las
    retribuciones de hacerlo son tan grandes que, si el cambio se puede hacer, los
    costos de las transiciones serán vistos como algo menor. Debe darse un tributo a
    los actuales líderes de China [continental] por reconocer que las ganancias
    potenciales reducen los costos de la transición al mínimo, así como por estar
    involucrados en un esfuerzo serio de llevar a cabo tal transición." (p. 307)

    Brink Lindsay, "El Libre Comercio de Abajo Hacia Arriba." Autor del libro
    "Against the Dead Hand":

    "No se necesita de negociaciones para que se dé una liberalización comercial;
    después de todo, la apertura a los mercados más dramática, sucedida durante las
    dos décadas que acaban de pasar, se ha dado mediante reformas unilaterales a
    nivel nacional. Es más, las negociaciones, si se conducen incorrectamente,
    pueden de hecho minar la causa del libre comercio. Sin embargo, cuando los
    acuerdos comerciales internacionales se estructuran adecuadamente, pueden brindar
    un suplemento útil para la liberalización puramente unilateral." (p. p. 318-319)

    Ian Vásquez, "La Crisis Asiática: Por qué el FMI no debe Intervenir." Director
    del Proyecto sobre la Libertad Económica Mundial del Instituto Cato:

    "Utilizar al Fondo Monetario Internacional para sacar de apuros económicos a un
    país que experimenta una crisis monetaria o de deuda, es una mala idea por tres
    razones. La primera razón es que da origen a un riesgo moral... Las sacadas de
    apuros que hace el FMI imponen otra carga sobre los ciudadanos comunes y
    corrientes y es que no funcionan bien... Y la tercera razón... es que debilitan
    soluciones de mercado que son superiores y menos costosas." (p. p. 321-324)


    OCTAVA PARTE: LEY Y LIBERTAD

    Antonin Scalia, "Los Asuntos Económicos vistos como Asuntos Humanos." Juez de la
    Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos:

    "...permítanme sugerir que la petición para crear (o si Usted lo prefiere, para
    "reestablecer") garantías económicas en la constitución, confunden la naturaleza
    y el efecto del proceso de ponerlas en la constitución... Una garantía puede
    aparecer en las palabras de la Constitución, pero cuando la sociedad deja de
    creer perdurablemente en ella, no tiene ningún efecto viviente... No sugiero que
    introducirlas en la constitución no tenga efectos en cuanto a ayudar a la
    sociedad para preservar el acatamiento de sus principios fundamentales. Este es
    el efecto verdadero de una constitución. Pero el acatamiento viene primero y,
    después, la preservación... Si Usted está interesado en las libertades
    económicas, entonces, el primer paso es recordar a la sociedad esa creencia en su
    importancia, que (no lo dudo) fue compartida por los fundadores de la república."
    (p. 335)

    Richard A. Epstein, "La Revisión de un Caso por una Corte Superior: Reconocer de
    que Hay Dos Tipos de Error." Profesor de Derecho en la Universidad de Chicago:

    "La teoría del constitucionalismo, tal como la entiendo, trata de encontrar
    formas para minimizar los abusos que emanan de la avaricia legislativa, por una
    parte, y de la incompetencia judicial, por la otra. No existe, por lo que se
    sabe, una tercera alternativa a este triste estado de cosas. Lo que me temo está
    errado con la argumentación de Scalia [ver ensayo inmediato anterior] es esto: Al
    enfocarse exclusivamente en los defectos que encuentra en la parte judicial del
    proceso, tiende a ignorar los poderosos defectos que abundan en la parte
    legislativa del proceso. Nuestra Constitución refleja una desconfianza
    generalizada hacia el proceso político de gobernar –un alto grado de aversión al
    riesgo. Es por ello que sabiamente extiende los poderes del gobierno entre
    diferentes instituciones mediante un sistema de frenos y contrapesos. No brindar
    un freno (o que, al menos, no sea efectivo) sobre el poder legislativo de regular
    las libertades económicas, es concentrar el poder en formas que son
    inconsistentes con la aversión al riesgo. Permitir que las cortes desechen
    legislación, mas nunca pasarla, ayuda a controlar el abuso político sin que se
    debiliten las características propias de las ramas separadas del gobierno." (p.
    339)

    Paul Craig Roberts, "La Protección Constitucional de la Libertad Económica."
    Miembro del Institute for Political Economy en Washington D. C.:

    "Hoy en día, habiendo sido testigo del crecimiento de los gobiernos
    constitucionales, tanto en poder como en tamaño, mucho más allá de lo que lo
    hicieron las monarquías absolutas del pasado, hemos aprendido que los impuestos
    deben ser tratados explícitamente como un asunto constitucional. El impuesto a
    la renta debería estar explícitamente prohibido con base en que constituye una
    violación directa de la libertad económica. Al mismo tiempo, debemos darnos
    cuenta de las demandas de más ingresos que hace el moderno estado rapaz. La
    Constitución debería especificar tanto la forma como la cantidad de imposición
    permitidos. Yo recomendaría un impuesto al gasto o al valor agregado que sea
    uniforme y especificaría que, en ningún momento, los ingresos del estado podrían
    exceder a un 20 por ciento del ingreso nacional." (p. 351)

    Robert Higgs y Charlotte Twight, "La Emergencia Nacional y la Erosión de los
    Derechos a la Propiedad Privada." Higgs edita la revista "Independent Review" y
    Twight es profesora de Economía en la Universidad Estatal Boise, en Idaho,
    Estados Unidos:

    "La historia de los Estados Unidos en el Siglo XX provee fuerte evidencia de que
    las derogatorias del derecho de propiedad privado en una democracia liberal
    ocurren principalmente durante las emergencias nacionales y que, una vez
    conculcados, los derechos privados no vuelven a ganar su ámbito previo." (p. 368)

    Roger Pilon, "Las Olvidadas Novena y Décima Enmiendas Constitucionales."
    Director del Centro sobre Estudios Constitucionales del Instituto Cato:

    "La primacía del individuo. La idea de la igualdad moral, definida como la
    igualdad de derechos. El fundamento último de los derechos descansa en la
    propiedad y en la promesa –no en la necesidad, o en el deseo, o en la aspiración,
    o en cualquier otra noción valorativa. La presunción en favor del reino
    voluntario, privado. La sospecha acerca del poder público. Estos son los
    elementos de la ley superior, de la sociedad libre, de la visión que la Novena y
    la Décima Enmiendas Constitucionales [de los Estados Unidos] se propusieron
    asegurar. Es una visión que el moderno poder judicial haría bien en volver a
    mirar." (p. 378)

    Sheldon Richman, "La Privacidad como un Derecho a la Propiedad." Editor de la
    revista "Ideas on Liberty":

    "Ambos, los intervencionistas y los conservadores, no interpretan bien el tema
    de la privacidad... Ambos enfoques permiten a sus adherentes menospreciar la
    mayoría de las libertades y exaltar las pocas libertades que sus filosofías
    políticas y morales respectivas permiten. Afortunadamente hay una alternativa
    coherente y objetiva al derecho de privacidad arbitrario que poseen los
    intervencionistas y a la noción apretujada y circunscrita a cláusulas de la
    libertad constitucional mantenida por los conservadores. Es un modelo de
    privacidad anclado en los derechos naturales de propiedad (empezando con la
    propiedad que de sí mismos tienen los seres humanos)." (p. 385)

    Nadine Strossen, "El Espeluznante Legado Constitucional de Clinton." Profesora
    de la Escuela de Derecho de Nueva York y Presidenta de la American Civil
    Liberties Union:

    "La regla de la ley no es simplemente algo sobre el orden y la regularidad, sino
    también sobre la justicia. Y central a este lado sustantivo de la regla de la
    ley está el respeto por los derechos de expresión y la privacidad. En el grado en
    que el gobierno abuse de tales derechos básicos, no puede reclamar que está
    operando bajo la regla de la ley. Lamentablemente, en este sentido el récord de
    la administración Clinton deja mucho que desear." (p. 388)

    David Boaz y Timothy Lynch, "La Guerra Contra las Drogas." Boaz edita la revista
    "Libertarian Reader" y Lynch es Director del Proyecto sobre Justicia
    Criminal del Instituto Cato:

    "El Congreso [de los Estados Unidos] haría bien en repeler la Ley sobre
    Sustancias Controladas de 1970, cerrar la Administración para la Aplicación de
    Leyes contra las Drogas, y dejar que sean los estados los que fijen sus propias
    políticas en lo que tiene que ver con drogas que actualmente son ilegales. Harían
    bien en tratar a la marihuana, a la cocaína y a la heroína en la misma forma en
    que la mayoría de los estados actualmente tratan al alcohol: Debería ser legal
    que negocios bajo permiso especial vendan tales drogas a los adultos. La venta de
    drogas a los niños, tal como lo es la de alcohol a los niños, deberá permanecer
    siendo ilegal. También deberá ser ilegal manejar bajo la influencia de drogas.
    De aplicar tal política, el Congreso [de los Estado Unidos] habría reconocido que
    nuestra política actual en contra de las drogas ha fracasado." (p. 406)


    NOVENA PARTE: DEMOCRACIA Y CULTURA

    Tom G. Palmer, "Los Mitos Acerca del Individualismo." Fue editor de la revista
    "Humane Studies Review":

    "El liberalismo [libertarianismo lo llama el autor] en su base no es una teoría
    metafísica acerca de la primacía de lo individual sobre lo abstracto, mucho menos
    una teoría absurda acerca de “individuos abstractos”. Ni es un rechazo de la
    tradición ausente de valores éticos, tal como Kirk y otros conservadores lo han
    expresado. Más bien, es una teoría política que emergió como respuesta al
    crecimiento ilimitado del poder del estado. El liberalismo obtiene su fuerza de
    una fusión poderosa entre una teoría normativa acerca de las fuentes morales y
    políticas y los límites de las obligaciones y una teoría positiva que explica las
    fuentes del orden: cada persona tiene el derecho a ser libre, y las personas
    libres pueden producir el orden espontáneamente, sin un poder ordenador que esté
    por encima de ellos." (p. 413)

    David Boaz, "Derechos y Responsabilidades." Co-editor del "Cato Handbook for
    Congress":

    "Sin embargo, cuando los liberales [libertarios los llama el autor] omiten los
    valores morales en sus análisis sociales, están ignorando las lecciones brindadas
    por sus mentores intelectuales. Adam Smith escribió "La Teoría de los
    Sentimientos Morales." F. A. Hayek enfatizó la importancia de la moral y la
    tradición. Ayn Rand expuso un código estricto de ética personal. Los trabajos
    de Thomas Szasz desafían a los reduccionistas y behavioristas mediante un
    compromiso con las viejas ideas del bien y del mal, de lo correcto y de lo
    incorrecto, y de la responsabilidad por las decisiones que uno toma. Charles
    Murray enfatiza el valor y, en efecto, la necesidad que se tiene de la comunidad
    y de la responsabilidad. Los liberales deberían hacer más por aclarar el papel
    que la responsabilidad moral tiene en su filosofía. Sin embargo, correctamente
    continuarán enfatizando que el gobierno puede minar los valores necesarios para
    que haya una sociedad libre -honestidad, confianza en sí mismo, razón, ahorro,
    educación, tolerancia, disciplina, propiedad, contrato y familia- pero que no los
    puede inculcar." (p. 421)

    P. J. O’Rourke, "El Derecho de Hacer lo que a Uno le Plazca y de Asumir sus
    Consecuencias." Autor del libro "Parliament of Whores":

    "Hay tan sólo un derecho humano básico y es el derecho a hacer lo que a uno le
    plazca. Y con él viene el único deber humano básico, cual es el deber de asumir
    las consecuencias de ello." (p. 423)

    David Boaz, "¿Son los Libertarios Anti-Gobierno?" Editor del libro "Liberating
    Schools: Education in the Inner City":

    "De manera que si [los liberales o libertarios, como los llama el autor] no
    somos anti-gobierno y tampoco, ciertamente, estamos en favor de gobiernos
    pequeños o débiles, ¿cómo describiríamos a la posición liberal? Para responder a
    esa pregunta debemos regresar a la Declaración de la Independencia y a la
    Constitución [de los Estados Unidos]. Los liberales generalmente apoyan a un
    gobierno que sea formado con el consentimiento de los gobernados y diseñado para
    lograr ciertos propósitos limitados. Tanto la forma de gobierno como los límites
    a sus poderes deberán estar especificados en una constitución, y el desafío para
    cualquier sociedad consiste en mantener al gobierno bajo restricción y limitado,
    de manera que los individuos puedan progresar y resolver problemas en una
    sociedad libre y civil. Así, los liberales no son "anti-gobierno." Los
    liberales están en favor de un gobierno constitucional, limitado -limitado no
    sólo en cuanto al tamaño, sino, y esto es de una mayor importancia, en cuanto a
    la extensión de sus poderes." (p. 427)

    Dick Armey, "Creando un Mundo de Personas Libres." Miembro del Congreso de los
    Estados Unidos:

    "¿Qué es lo de Hayek que enojó tanto a un ala incómoda de la izquierda? Fue la
    aseveración de que, en el largo plazo, el paternalismo estatista era tan dañino
    para la humanidad, como lo eran el fascismo o el comunismo. El estatismo, dijo
    él, difiere de estos dos males tan sólo en cuanto al grado, mas no en especie.
    Hayek era un hombre humilde, genuinamente humilde ante la realidad. Y esa
    humildad le dio a sus palabras la fortaleza de la honestidad y la audacia de la
    verdad. Y por eso los intervencionistas no lo podían perdonar." (p. p. 428-429)

    Tyler Cowen. "¿Está Nuestra Cultura en Declive?" Profesor de Economía de la
    Universidad George Mason en Washington, D. C.:

    "La corriente actual de pesimismo cultural, expresada en diversas formas tanto
    por la izquierda como por la derecha, sugiere que nuestra cultura está en un
    proceso de corrupción y de declinación. La izquierda concluye en que se necesita
    el patrocinio gubernamental de las artes, mientras que la derecha a menudo
    favorece el patrocinio gubernamental de la cultura tradicional. Pero un estudio
    de la evidencia brinda razones fuertes para el optimismo cultural y la confianza
    en que una sociedad moderna estimulará la creatividad y diversidad artísticas."
    (p. 433)

    Walter E. Williams, "Los Programas Gubernamentales de Acción Afirmativa no
    Pueden Ser Remendados." Profesor de Economía en la Universidad George Mason en
    Washington, D. C.:

    "En términos más generales, la asignación gubernamental de los recursos resulta
    ser un juego de suma cero, primariamente porque el gobierno no tiene recursos que
    le son propios. Cuando el gobierno le da a algunos ciudadanos cupones
    alimenticios, subsidios por las cosechas, o pagos por ayudas ante desastres, los
    que reciben tales generosidades son quienes ganan. Los perdedores son
    identificados cuando se pregunta: ¿de dónde adquiere el gobierno esos recursos
    para dar tan generosamente? Para que el gobierno le pueda dar a algunos
    ciudadanos, debe tomarlo de otros ciudadanos por la vía de la intimidación, de la
    amenaza, de la coerción. Aquellos quienes pierden sus derechos sobre sus
    ingresos, para financiar la generosidad de los gobiernos, son los perdedores."
    (p. 444)

    Edward H. Crane, "El Futuro de la Libertad." Fundador del Instituto Cato:

    "Se estima que en 1772, cuando había 775.000.000 personas habitando el mundo,
    sólo 33.000.000 de ellos vivían bajo gobiernos relativamente libres. Casi un 95
    por ciento de la humanidad vivía vidas, descritas por el historiador Arthur
    Young, de "esclavos miserables de tiranos despóticos." Tan tarde como 1848, de
    acuerdo con Stanley Engerman, los siervos en Austria constituían cerca del 72 por
    ciento de su población y, en Hungría, cerca del 50 por ciento. Desde esa
    perspectiva, hemos avanzado mucho.

    Otra medición: el ingreso per cápita del mundo (en dólares constantes) era de
    $100 en 1800; hacia 1900 era de $500, el año entrante [2001] será cercano a $5000
    y a finales de siglo [XXI] algunas estimaciones señalan que podría llegar a ser
    superior a $40.000; o sea, más alto que el ingreso promedio de hoy en Occidente.
    Por supuesto que podría resultar ser aún mucho mayor...

    El mundo está avanzando hacia el pluralismo, el capitalismo y la sociedad civil.
    Eso tomará tiempo, pero sucederá. Sucederá porque al crecer la comunidad
    mundial, al irnos conociendo más el uno al otro y trabajar el uno con el otro
    alrededor del mundo, con independencia del proceso político, la sociedad civil
    florecerá. Crecientemente los grupos de ciudadanos y los institutos que analizan
    las políticas, mostrarán el camino. Me recuerda aquella famosa frase del
    político francés Alexandre Ledru-Rollin, quien dijo durante la revolución de
    París en 1848, que "Allí va el pueblo. Debo seguirlo, porque soy su líder." Los
    políticos y la sociedad política no son la respuesta. El gran experimento de los
    Estados Unidos como una sociedad civil, proclamado con base en el respeto a la
    dignidad de los seres humanos individuales, libres de las manos codiciosas de los
    políticos, es la respuesta." (p. p. 452 y 460)

    Jorge Corrales Quesada

  7. #27

    2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002

    2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002

    Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense; Correcting the
    News Media Top Economic Myths" (Alexandria, Virginia: Media Research Center,
    2001).

    En los Estados Unidos existe el Centro para Investigación de los Medios (Media
    Research Center), el cual tiene como uno de sus objetivos tratar de "corregir
    concepciones erradas en los medios de comunicación acerca de la libre empresa" y
    proveer "la verdad acerca del sesgo que existe en los medios de comunicación del
    sistema ["establishment"] contra la libertad de empresa."

    Resulta interesante destacar algunos de los encabezados que han aparecido en
    importantes medios de comunicación en los Estados Unidos y que, en opinión del
    autor del capítulo introductorio, Stephen Moore, constituyen ejemplos de carencia
    de sentido (el que hayan aparecido en los Estados Unidos, no significa que no
    exista un paralelo en nuestro país: en ambos se cuecen habas):

    · La economía crea un número récord de nuevos empleos; el reporte causa serias
    preocupaciones en Wall Street.
    · Aumentan los salarios; los economistas advierten acerca de un resurgimiento de
    la inflación.
    · Se dispara el gasto de los consumidores: el Banco Central de los Estados
    Unidos (Fed) se preocupa por un recalentamiento de la economía.
    · Alza en el dólar tiene nerviosos a los economistas sobre un déficit en el
    comercio internacional.
    · La caída en el dólar es un signo bienvenido de que una economía tórrida se
    está enfriando.
    · Descenso en el crecimiento del sector manufacturero puede permitir al Banco
    Central (Fed) mantener bajas las tasas de interés.
    · La venta de nuevas viviendas cae a su nivel más bajo en cinco años; analistas
    se sienten aliviados al ver ahora un aterrizaje suave de la economía.
    · Recortes tributarios podrían hacer más daño que bien a la economía de los
    Estados Unidos.

    Como observarán, algunos de estos titulares nos "parece" que tienen sentido, de
    manera que resulta interesante ver lo que este pequeño librito nos comenta al
    respecto. Pero, antes de mencionar los breves ensayos de destacados economistas
    que la obra contiene, vale la pena plantearse una pregunta que se hace Moore:
    ¿Qué es lo que explica la mitología económica que en estos días pasa por ser
    noticia? Un factor que él señala es una especie de mentalidad de horda que se
    observa entre periodistas (dicho sea con todo respeto), puesto que ideas
    claramente erradas son sumamente extendidas, pero la culpa suele recaer en los
    propia profesión de los economistas, en mucho porque no han sabido enseñar las
    lecciones universales básicas de esa disciplina.

    Es por ello que esta publicación se propone "proveer algunas directrices
    prácticas que ayuden a reporteros y editores de medios escritos, radiofónicos y
    de televisión, para que mejoren su cobertura de la economía moderna de los
    Estados Unidos" (y de Costa Rica también).

    Moore señala la existencia de cuatro categorías de error periodístico en las
    cuales caen esos mitos. A una de ellas la denomina "un sesgo poderoso hacia el
    pesimismo," en que el problema radica, no en que las noticias no sean cubiertas,
    sino que son distorsionadas, de manera tal que destacan el lado malo de noticias
    buenas. En respaldo de esta categoría, cita la apreciación (estén o no Ustedes
    de acuerdo con ella) del destacado periodista Michael Prowse, del diario
    londinense Financial Times, quien dijo una vez que "Los Estados Unidos tenían una
    reputación peor que la que se merecen. La televisión comercial y el cine
    presentan una imagen grotescamente distorsionada de la vida moderna en los
    Estados Unidos. La tendencia de los extranjeros de golpear a este país se ve
    estimulada por la misma apertura de la sociedad, la cual asegura que cualquier
    vicio posible -que va desde la corrupción política hasta las bajas calificaciones
    logradas en los exámenes escolares- es mostrado en un desfile por todo el mundo.
    Otros países tratan de esconder sus pecados en el interés del progreso. Los
    gringos toman un gran deleite en exponer los suyos."

    La siguiente categoría es bautizada por Moore como "una confianza excesiva en
    fuentes no confiables". Dice que el problema no es solamente que se acude a
    personas que tienen pocos resultados en su haber ("track records") sino que
    también se accede a expertos falsos en lo que concierne a la cobertura de temas
    tales como el medio ambiente, la población, la escasez de recursos y la
    producción mundial de alimentos. Moore cita, como ejemplo, la referencia que se
    suele hacer de un artículo escrito en 1981 por Lester Brown, del Worldwatch
    Institute, en el cual afirma que "se acabó el período en que había seguridad en
    la oferta mundial de alimentos. Al continuar presionando la demanda contra la
    oferta, inevitablemente los precios reales de los alimentos aumentarán," cuando
    lo cierto ha sido que más bien han bajado los precios reales de los alimentos.
    Otro caso de malos expertos frecuentemente usados por los periodistas, al cual se
    refiere Moore, es el de Paul Ehrlich, quien una vez dijo que "la batalla por la
    humanidad se había terminado. Cientos de millones de personas se van a morir de
    hambre." Esto me trae a colación la famosa predicción (entre otras similares)
    hecha en los años sesentas por el Club de Roma, el cual dijo que en el año 2000
    el precio del barril de petróleo excedería a los $100, afirmación que en su
    momento aparecía hasta en la sopa de los medios y que hoy han dejado en el
    olvido, no por lo grotesco de tal aseveración, sino porque ya no es una noticia
    que impacte.

    La tercera categoría la denomina Moore como "un sesgo en favor del
    intervencionismo gubernamental." Dice que los periodistas generalmente acuden a
    preguntar a los burócratas en Washington sobre cómo resolverían ellos los
    problemas, ya sean reales o imaginarios, al tiempo que dejan de lado las
    opiniones de personas que no creen en el intervencionismo gubernamental, quienes
    usualmente son vistos como retrógrados o caarentes de compasión. En el campo
    internacional, cuando los medios cubren a otras naciones, suelen hacer énfasis en
    su fe en los resultados positivos de la actividad del estado y de la poca
    confianza que tienen en los mercados libres. El autor pone como ejemplo de ello
    un comentario en la CNN de su reportera estrella Christiane Amanpour, diez años
    después de la caída del socialismo soviético, quien en 1999 dijo: "muchos están
    diciendo que el capitalismo desenfrenado que siguió al comunismo ha desatado la
    miseria sobre ciudadanos quienes previamente habían tenido satisfechas todas sus
    necesidades sociales, especialmente en la antigua Unión Soviética." Moore señala
    que "el fracaso de los medios para explicar rutinariamente las deficiencias y las
    consecuencias no previstas de la intervención del estado posiblemente se
    catalogue como uno de los mayores pecados por omisión de nuestros tiempos."

    La última categoría de Moore, en la cual encajan los mitos económicos usualmente
    perpetuados por los medios, es "un fracaso en captar las nuevas reglas de la
    economía en la era de la información." Aquí yo difiero del autor en cuanto a
    enfatizar que los periodistas (así como muchos economistas) no se han dado cuenta
    que las viejas reglas de la economía han cambiado. Por el contrario, considero
    que las reglas siguen siendo básicamente las mismas, si bien algunas
    instituciones han evolucionado.

    Finalmente, el autor deja a los reporteros siete sencillas reglas que les
    permitirían entender lo que Moore denomina como una nueva economía (en mi
    opinión, no se trata de nada nuevo, puesto que muchos economistas y pensadores ya
    las habían señalado mucho tiempo atrás):

    · "la inflación es siempre y en todo lado un fenómeno monetario," es una
    sencilla regla de política monetaria acuñada por Milton Friedman hace unos
    cuarenta años y que hoy en día tiene más validez que nunca.
    · Los salarios aumentan al aumentar la productividad.
    · Cuando usted le pone impuestos a algo, obtiene menos de ello; cuando usted
    grava menos a algo, obtiene más de eso.
    · Una moneda fuerte es signo de una economía fuerte.
    · Eso de déficit comercial no tiene sentido.
    · El crecimiento económico es algo bueno (No existe tal cosa como una curva de
    Phillips por la cual se puede optar entre inflación y crecimiento).
    · Los mercados funcionan: el modelo de planificación central es un fracaso.

    A continuación se indican los breves y diferentes ensayos, que el libro denomina
    como "Mitos de los Medios", así como quienes son sus autores:

    · Capítulo 1: "El gasto y los déficit gubernamentales estimulan a la economía",
    por Milton Friedman (Premio Nóbel en Economía).
    · Capítulo 2: "El crecimiento económico causa inflación", por Lawrence Kudlow
    (Comentarista de asuntos económicos para la CNBC).
    · Capítulo 3: "La reducción de impuestos siempre ocasiona un descenso en las
    recaudaciones tributarias", por Arthur Laffer y Stephen Moore (Laffer fue asesor
    del Presidente Reagan y Moore es miembro del Instituto Cato).
    · Capítulo 4: "Los déficit en el comercio internacional son malas noticias para
    la economía de los Estados Unidos", por Brian Wesbury (Autor del libro "The New
    Era of Wealth", editado por McGraw-Hill)..
    · Capítulo 5: "Hay mucha gente y pocos recursos naturales", por Nicholas
    Eberstadt (Miembro del Centro para Estudios sobre Población y Desarrollo de la
    Universidad de Harvard).
    · Capítulo 6: "Los Estados Unidos deberían ser más como Europa", por William A.
    Niskanen (Presidente del Instituto Cato).
    · Capítulo 7: "Una clase media en proceso de desaparición", por W. Michael Cox
    (Vicepresidente del Banco de Reserva Federal de Dallas).
    · Capítulo 8: "La desregulación daña a los consumidores", por Robert W. Crandall
    (Miembro del Instituto Brookings).
    · Capítulo 9: "Los Estados Unidos están sufriendo de una crisis de insuficiencia
    de ahorros", por William G. Gale (Miembro del Instituto Brookings).
    · Capítulo 10: "¿Por qué los economistas estadounidenses no pueden predecir el
    futuro?", por David Hale (Economista principal del Zurich Group).

    Posiblemente con la lectura de estos breves ensayos Ustedes terminarán por estar
    en descuerdo con algunos de los aspectos allí tratados (tal vez yo no tanto),
    pero ciertamente les obligará a pensar, lo cual es siempre muy conveniente.

    A quienes tengan interés en leer este libro de Moore y Noyes, con gusto se los
    puedo prestar con carácter devolutivo. Para ello, ya saben cómo y adónde se me
    localiza. Además, continúan a su posible disposición los siguientes libros del
    mes que han sido objeto de comentario en palestra:

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre del 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre del 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World".


    Jorge Corrales Quesada

  8. #28

    2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003

    Les recuerdo que siempre será bienvenida la publicación que alguno de ustedes
    desee hacer en palestra comentando o resumiendo algún libro que hayan leído
    recientemente (o hace muchos tiempo atrás) y que juzguen podría ser de nuestro
    interés o beneficio.

    2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003


    Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader", The Ludwig von Mises
    Lecture Series, Vol. 18 (Hillsdale, Michigan: Hillsdale College Press, 1991).

    Esta obra presenta un resumen de algunas de la más importantes contribuciones a
    la llamada Escuela de Economía Austriaca, aunque, como sucede casi siempre, uno
    suele pensar en varias que quedaron afuera, más que en las que se incluyen. Sin
    embargo, creo que, para el lector interesado en los temas Austriacos, este libro
    presenta una cobertura adecuada de los principales que se suelen asociar con esta
    escuela de pensamiento.

    La forma en que organizo este comentario del libro del mes es la siguiente:
    primero traduzco algunos párrafos importantes de la introducción que hace
    Ebeling, en donde destaca las principales características del pensamiento de la
    Escuela de Economía Austriaca. De seguido, presento la lista de los 34 artículos
    que se incluyen en las 6 secciones principales que estructuran al libro y
    finalmente presentaré los párrafos más importantes de tres de los artículos allí
    incluidos y que llamaron mi interés para leerlos en esta ocasión.

    Según la introducción del profesor Ebeling, las concepciones esenciales que
    constituyen las tres piedras cúbicas sobre las que se edifica la Escuela de
    Economía Austriaca, son: el individualismo metodológico, el subjetivismo
    metodológico y las consecuencias no previstas de la acción humana y las "leyes"
    de la Economía. Cuando aparece un paréntesis cuadrado, este es mío, así como la
    traducción de los textos.

    "EL INDIVIDUALISMO METODOLÓGICO.

    Empezando con Carl Menger, los Austriacos han enfatizado que todo fenómeno
    económico y social empieza con, y lo es en última instancia, el resultado de las
    acciones e interacciones de los individuos, cuyos actos generan resultados que se
    observan en un mercado. Cualquier teoría acerca del fenómeno del mercado que no
    pueda exitosamente trazar sus conclusiones sin acudir a un retorno a una lógica
    de la acción y elección humanas, resulta ser una teoría incompleta e
    insatisfactoria. Como resultado, durante los últimos cincuenta años, los
    Austriacos han sido particularmente críticos de la mayor parte de la
    macroeconomía. Han señalado que analizar en términos de estadísticas agregadas
    las fluctuaciones de toda una economía, tanto en el empleo como en la producción,
    y las alzas y bajas en el nivel general de precios y de salarios, equivale a la
    sonrisa sin el gato [se refiere al cuento de Alicia en el País de las Maravilla,
    obra de Lewis Carroll, en el cual, en lo alto de un árbol, únicamente se divisaba
    la sonrisa del gato risón, mas no su cara]. Los agregados estadísticos resultan
    de conjuntar múltiples decisiones individuales que se dan en el mercado. A menos
    que uno pueda exitosamente seguir la pista a estos residuos estadísticos de
    acciones pasadas, hasta llegar a su origen en términos de una teoría coherente de
    la elección individual, poco de valor se ha explicado: por "explicado" entendemos
    a una teoría convincente de las cadenas causales que hayan creado esas
    fluctuaciones de las magnitudes macroeconómicas. Durante la mayor parte de los
    últimos cincuenta años [Ebeling publicó este ensayo en 1991], por lo general los
    economistas han fracasado en tales intentos."

    [Aprovecho para resaltar la presentación sistemática que el economista Austriaco
    Steven Horwitz hace en su reciente libro "Microfoundations and Macroeconomics: An
    Austrian Perspective" (New York: Routledge, 2000), en donde integra tres temas
    ligados a economistas Austriacos -la teoría sobre los ciclos económicos de Mises
    y Hayek, la idea de una banca libre o un sistema monetario totalmente de mercado
    (como lo sugieren White y Selgin) y las teorías pre-Keynesianas de desequilibrio
    monetario (revitalizadas por, entre otros, Leland Yeager, Axel Lejonhufvud y
    Miguel Angel Rodríguez)- de manera que responde a una pregunta que él se formula,
    "¿existe una macroeconomía Austriaca?," con un definitivo: "...sí existe una
    macroeconomía Austriaca que está con vida y goza de buena salud" (Op. Cit., p.
    2).

    También sobresale el reciente libro de Roger W. Garrison, "Time and Money: The
    Macroeconomics of Capital Structure" (New York: Routledge, 2001), quien basado en
    teorías de Hayek sobre el capital, introduce al análisis macroeconómico
    tradicional el concepto de la estructura inter-temporal del capital, con lo cual
    sustituye a la macroeconomía tradicional fundamentada en el funcionamiento de los
    mercados de trabajo, por una basada en cómo es que opera el mercado de capital,
    lo que, en criterio del autor, permite un "verdadero acoplamiento real entre los
    aspectos de corto y largo plazo del mercado" y "da un entendimiento superior de
    la naturaleza de la variación cíclica en la economía y señala el camino para una
    macroeconomía más completa basada en el capital." (Op. Cit., p. 5). Como
    observarán los lectores, hay un buen prospecto para el desarrollo de una
    macroeconomía basada en el enfoque Austriaco. De paso, ambos libros, el de
    Garrison y el de Horwitz pueden ser obtenidos bajo préstamo por mi medio.]

    [Continúo con la traducción de la introducción del profesor Ebeling]:

    "EL SUBJETIVISMO METODOLOGICO

    Los fenómenos del mercado tienen su origen en las acciones de los individuos.
    Pero, al contrario de los supuestos que generalmente se usan en la teoría de la
    competencia perfecta, los actores del mercado no realizan sus elecciones con base
    en un conocimiento perfecto. Al contrario, si los actores tuvieran tal
    conocimiento perfecto, tendría muy poco sentido la noción que nos da el sentido
    común acerca de qué es lo que significa elegir. Significa seleccionar entre
    alternativas, pero, si el conocimiento fuera perfecto, no habría una elección
    verdadera. Dado que el agente tendría conocimiento perfecto de qué es lo que
    requieren los eventos presentes y futuros, sólo podría hacer lo que ese futuro le
    dicta y demanda que haga.

    Tampoco el problema se resuelve si se asume un supuestos diferente sobre las
    probabilidades estadísticas de los resultados del mercado. La mayoría, si no es
    que todos, de los resultados del mercado poseen características y calidades que
    los hacen históricamente "únicos" y, por lo tanto, son irreducibles a clases
    homogéneas de hechos a las que se les pueden aplicar métodos estadísticos. Es
    más, la mayoría, si no es que todas las decisiones en el mercado, requieren que,
    para que quien toma las decisiones obtenga ganancias y evite pérdidas, efectúe
    juicios acerca de la forma específica en que resultarán las cosas en el mercado
    como consecuencia de sus acciones. Por lo tanto, conocer la probabilidad de un
    resultado, a partir de una serie hipotética de eventos, resulta insuficiente para
    un amplio rango de decisiones que se deben tomar en un mercado.

    Como resultado, los Austriacos han tratado de desarrollar una teoría de la
    acción humana y del proceso de mercado basada en el punto de vista del actor, en
    vez de imponerle un conjunto de supuestos hipotéticos acerca del comportamiento y
    la información. Tales supuestos bien pueden facilitar el análisis para establecer
    determinados resultados del mercado, pero no tienen éxito en explicar cómo es que
    de hecho operan los mercados, dado que los actores verdaderos en el mercado
    operan con una perspectiva distinta y un conocimiento diferentes de los que el
    economista, para propósitos de su teoría, les han dotado. Por lo tanto, los
    Austriacos han señalado que el fenómeno del mercado debe ser analizado dentro de
    un marco teórico construido a partir del conocimiento, intenciones y expectativas
    de los propios actores. Esta noción de construir una teoría a partir del punto
    de vista del actor es lo que los Austriacos dan a entender por subjetivismo
    metodológico.

    LAS CONSECUENCIAS NO PREVISTAS DE LA ACCION HUMANA Y LAS "LEYES" EN ECONOMIA

    Si los actores en las arenas del mercado y de la sociedad llevan a cabo
    decisiones por las cuales eligen y realizan acciones con un conocimiento
    imperfecto, esto significa que muchos de los resultados y consecuencias de sus
    elecciones y acciones tendrán elementos y aspectos no previstos. Los Austriacos
    señalan que la imperfección y la extensión limitada del conocimiento humano
    significan que es lógicamente imposible predecir a plenitud los eventos que se
    dan en el mercado y en la sociedad. Así mismo, que tampoco podemos saber cómo
    reaccionarán los actores ante aquellos eventos en el futuro que no fueron
    anticipados y que sus propias acciones han ayudado a generar. Eso no podrá
    saberse sino hasta que se materializan aquellas consecuencias no previstas y que
    se convierten en parte del conocimiento de los actores, sobre cuya base se
    tomarán acciones y decisiones ulteriores.

    Esta idea ha conducido a los Austriacos a señalar que "las "leyes" de la
    economía son fundamentalmente relaciones lógicas y no relaciones empíricas".
    Todo lo que puede ser "predicho" son resultados y consecuencias lógicas y
    formales que necesariamente se derivan de la limitante de la escasez, cuando se
    estudia bajo una variedad de marcos alternativos e hipotéticos. Otra forma de
    decir esto es que las leyes de la economía son relaciones del tipo, "si tal cosa,
    entonces, tal otra sucede". Los juicios informados pueden ser efectuados por los
    actores en el mercado en lo que tiene que ver con cambios futuros en la oferta y
    la demanda, o en las "elasticidades" de la demanda y la oferta, o en las tasas de
    cambio de varios factores o magnitudes a lo largo del tiempo. Pero todos los
    intentos por descubrir empíricamente relaciones económicas predecibles, han
    resultado más bien ser simples quimeras. Esta incapacidad para descubrir leyes
    empíricas de la economía debería haber sido, por sí misma, algo predecible. Los
    fenómenos del mercado surgen de las acciones y decisiones humanas; las acciones y
    elecciones humanas surgen del conocimiento, expectativas, creencias y
    preferencias que cada individuo mantiene; y los individuos no pueden saber en el
    presente lo que en el futuro será su conocimiento, expectativas, creencias o
    preferencias; por tanto, la forma específica que las cosas tendrán en el futuro,
    en lo que concierne al mercado, serán siempre inherentemente impredecibles."

    [Hasta aquí la traducción de partes de la introducción al libro de referencia,
    escrita por el profesor Richard M. Ebeling, p. p. xiii-xvi.]

    Lista de los 34 artículos y sus autores compendiados en el libro de este mes
    (están en idioma inglés):

    SECCION I: LA ESCUELA AUSTRICA –CONSIDERADA HISTORICAMENTE

    1.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Los Economistas Austriacos,
    por Richard M. Ebeling.

    2.- La Importancia de la Escuela de Economía Austriaca en la Historia de las
    Ideas, por Ludwig M. Lachmann.


    SECCION II: FILOSOFIA Y METODO DE LA ESCUELA AUSTRIACA

    3.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Metodología de la Escuela
    Austriaca, por Richard M. Ebeling.

    4.- Extractos de El Individualismo y la Filosofía de las Ciencias Sociales, por
    Murray N. Rothbard.

    5.- Ciencia Social y Ciencia Natural, por Ludwig von Mises.

    6.- El Método Individualista y el "Compuesto" de las Ciencias Sociales, por
    Friedrich A. Hayek.

    7.- Extractos de La Sociedad Humana, por Ludwig von Mises.

    8.- Los Resultados de la Acción Humana y no del Diseño Humano, por Friedrich A.
    Hayek.

    9.- La Medición como un Método Científico en Economía, por Leland B. Yeager.

    10.- Praxeología y Econometría: Una Crítica a la Economía Positivista, por Mario
    J. Rizzo.

    11.- El Entendimiento Teórico de Aquellos Fenómenos Sociales que no son un
    Producto del Acuerdo o de Legislación Positiva, sino Resultados No Previstos del
    Desarrollo Histórico, por Carl Menger.

    SECCION III: EL PUNTO DE VISTA AUSTRIACO DEL PROCESO DE MERCADO

    12.- La Cataláctica Lógica versus la Cataláctica Matemática, por Ludwig von
    Mises.

    13.- La Administración de las Utilidades, por Ludwig von Mises.

    14.- El Uso del Conocimiento en la Sociedad, por Friedrich A. Hayek.

    15.- El Significado de Competencia, por Friedrich A. Hayek.

    16.- Costo y Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional, por
    E. C. Pasour, Jr.

    17.- La Primacía del Descubrimiento Empresarial, por Israel M. Kirzner.


    SECCION IV: LA TEORIA AUSTRIACA DEL INTERES Y DEL DINERO

    18.- Extractos de El Capital y el Interés, Volumen II: Teoría Positiva del
    Capital, por Eugen von Böhm-Bawerk.

    19.- La Función de los Ahorros, por L. G. Bostedo.

    20.- La Función del Ahorro, por Eugen von Böhm-Bawerk.

    21.- La Preferencia en el Tiempo, por Murray N. Rothbard.

    22.- Extractos de Los Intereses, por Vernon A. Mund.

    23.- Complementaridad y Sustituibilidad en la Teoría del Capital, por Ludwig M.
    Lachmann.

    24.- Ludwig von Mises y la Teoría del Capital y del Interés, por Israel M.
    Kirzner.


    SECCION V: LA TEORIA AUSTRIACA DEL DINERO Y DEL CICLO DE LOS NEGOCIOS

    25.- Acerca del Origen del Dinero, por Carl Menger.

    26.- La No Neutralidad del Dinero, por Ludwig von Mises.

    27.- ¿Puede Ayudar la Estabilización de los Precios?, por M. A. Abrams.

    28.- Coordinación Inter-Temporal y la Mano Invisible: Una Perspectiva Austriaca
    acerca de la Visión Keynesiana, por Roger W. Garrison.


    SECCION VI: SISTEMAS ECONOMICOS COMPARADOS –LA PERSPECTIVA AUSTRIACA

    29.- Capitalismo versus Socialismo, por Ludwig von Mises.

    30.- Extractos de La Sociedad Libre y Próspera: Socialismo e Intervensionismo,
    por Ludwig von Mises.

    31.- ¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?, por Friedrich A. Hayek.

    32.- Los Peligros de la Regulación: Un Enfoque del Mercado como Proceso, por
    Israel M. Kirzner.

    33.- Los Efectos Distributivos de la Política Económica, por Oskar Morgenstern.

    34.- La Economía de Mercado y la Distribución de la Riqueza, por Ludwig M.
    Lachmann.

    He decidido resumir tres ensayos del libro. En primer lugar, "La Importancia de
    la Escuela Austriaca de Economía en la Historia de las Ideas," por Ludwig M.
    Lachmann, para lo cual traduzco los párrafos que, en mi criterio, son los más
    importantes e interesante, el cual se publicó originalmente en la obra editada
    por W. E. Grinder, "Capital, Expectations, and the Market Process: Essays on the
    Theory of the Market Economy" (Kansas City: Sheed, Andrews and McMeel, Inc.,
    1977). Lachmann fue profesor de economía en las Universidades de Nueva York y de
    Witwatersrand en Johannesburgo, Sur Africa. [La traducción y los paréntesis
    cuadrados son míos; asimismo, las páginas citadas se refieren, a menos que se
    haga notar otra cosa, al libro del mes bajo comentario].

    Dice Lachmann que "la importancia de la escuela Austriaca en el mundo de las
    ideas tal vez puede encontrar su expresión más creativa en su apreciación de que
    el ser humano aparece como el actor central en los acontecimientos económicos...
    en donde las relaciones económicas fluyen de actos de la mente que deben ser
    "entendidos"; esto es, que su origen, su importancia y sus efectos deben ser
    explicados dentro del marco de nuestra "experiencia común" de la acción humana" y
    que "también es importante, para entender la escuela Austriaca, destacar que en
    ella, en contraste con la escuela Clásica [principalmente la de Ricardo y sus
    discípulos], los seres humanos son percibidos como altamente desiguales... Este
    hecho es exactamente lo que enfatiza la teoría subjetiva del valor." (p. 24).

    Y agrega, "finalmente... el concepto Clásico de valor sufre un cambio
    fundamental. El valor no es una "sustancia" inherente a los bienes. El concepto
    central... es la evaluación, un acto de la mente. El valor ahora consiste en una
    relación que se da con una mente que evalúa." (p. 24).

    Asimismo, Lachmann expresa que "la teoría Austriaca necesita de la dimensión
    tiempo, puesto que la acción humana es posible tan sólo en él.... Para los
    Austriacos su verdadero objeto de interés son las transacciones tomadas en el
    curso del tiempo, pues la acción humana está orientada a formular planes y todos
    los planes requieren de la dimensión tiempo." (p. p. 27-28).

    Y, de acuerdo con Lachmann, "lo que era más importante para los Austriacos [más
    que las fuerzas que existían en un mercado en un momento dado] era tomar en
    cuenta la necesidad continua, en un mundo de cambio constante, de adaptar los
    planes económicos a tales cambios. Esto porque en dicho mundo no era posible
    lograr una condición de equilibrio general. Vemos así como los planes económicos
    tienen un lugar central en la teoría Austriaca, en tanto que queda relegado el
    nexo general del fenómeno de mercado." (p. 28).

    La teoría del cálculo económico y la centralidad de los planes dio lugar a una
    lógica de la elección que pragmáticamente involucraba el uso de fines y medios
    [logic of choice], cuya formulación clara Lachmann se la adscribe a Ludwig von
    Mises. Pero Hayek fue mucho más allá de la lógica pura de la elección, pues,
    como dice Lachmann, "lo que importa aquí es, antes que nada, el estado del
    conocimiento como la fuente de la acción humana y del proceso de cambio a través
    del tiempo..." [El método para entender en Economía] "se justifica por el hecho
    de que toda acción humana... se orienta a formular planes... son construcciones
    lógicas inmanentes al curso de la acción. Un plan le sirve al agente económico
    como una guía; uno se orienta por él. Así, las ciencias sociales pueden usar los
    planes como un medio para interpretar [el sentido de la acción]." (p. 32)

    Para Lachmann, lo que motiva la acción de los individuos es "una lógica del
    éxito [en donde] sus categorías son los medios y los fines... en la vida
    económica la mayoría de la gente lo que busca es el éxito. Luchar por tener
    éxito como lo que da sentido a la acción humana es lo que garantiza la validez de
    la lógica de la elección." (p. 32).

    Finalmente destaca Lachmann que "ha tomado al plan económico que formula el
    individuo como el prototipo del esquema de pensamiento que yace en la base de la
    acción, principalmente a cuenta de la importancia central que tiene en la teoría
    económica Austriaca. Esto no tiene un paralelo en el estudio del mundo físico"
    Pero además de los datos naturales y la acción esperada o real de otras personas,
    "hay ciertos esquemas supra-individuales de pensamiento, concretamente,
    instituciones, a los cuales deben adaptarse los esquemas de pensamiento de primer
    orden, los planes, y que sirven, por tanto y en cierto grado, para la
    coordinación de los planes individuales." (p. 36).

    El segundo ensayo que me interesó leer fue el de E. C. Pasour, Jr., "Costo y
    Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional", atraído sin duda
    por mi amplio desconocimiento del tema así como del autor. Este artículo se
    publicó originalmente en el Journal of Libertarian Studies, Vol. 2, No. 4, 1978.
    Pasour es Profesor Emérito de Economía Agrícola en la Universidad del Estado de
    Carolina del Norte, en Raleigh, Carolina del Norte.

    Pasour empieza señalando que los "políticos y la mayoría de los economistas
    (excepto los pertenecientes a la escuela Austriaca) han asumido que los costos
    relevantes para las decisiones sobre producción pueden, en efecto, ser
    definidos... [pero] los costos que influyen en la toma de decisiones son
    inherentemente subjetivos y no están sujetos a una medición objetiva..." (p.
    281).

    Indica que "los economistas Austriacos (y virtualmente todos los demás) definen
    al costo en términos del costo de oportunidad... [que] en cualquier decisión
    representa el valor de las oportunidades dejadas de tomar como resultado de la
    decisión que se llevó a cabo... enfatiza la relación entre el acto de escoger que
    lleva a cabo quien toma decisiones y las oportunidades que se dejaron de lado...
    Este costo, en tanto que influye en la elección, se basa en las expectativas de
    quien toma las decisiones y las cuales no pueden ser descubiertas por alguna otra
    persona... nadie es capaz de valorar con exactitud cuál es el valor de la
    alternativa que se sacrificó por quien tomó la decisión. Así, tal como se
    enfatiza y reconoce por los Austriacos, el costo de oportunidad de cualquier
    actividad es algo inherentemente subjetivo... Aún cuando tanto los economistas
    Austriacos como los convencionales aceptan la definición de costo en términos del
    costo de oportunidad, tal cosa es consistente únicamente con el enfoque
    subjetivista básico de los Austriacos." (p. p. 282-283).

    Dice Pasour que "los teóricos neoclásicos convencionales asumen que los costos
    son algo objetivo; esto es, que el costo de producción puede ser determinado por
    observadores externos. En la teoría neoclásica típicamente se toma al precio de
    mercado de los recursos usados en la producción como una estimación del costo de
    oportunidad... Sin embargo, el proceso de planeación ex ante inevitablemente
    involucra un juicio subjetivo de parte del empresario. Sumar los gastos de
    producción es un procedimiento objetivo, pero no brinda el costo de producción
    relevante que influye en el comportamiento del empresario." (p. 283). Tal como
    expuso James Buchanan en su artículo "¿Es la Economía una Ciencia de la
    Elección?", en Ibídem, ¿What Should Economists Do? (Indianapolis: Liberty Press, 1979) [y
    originalmente en el libro editado por Erich Streissler, Roads to Freedom –Essays
    in Honour of Friedrich A. von Hayek, (New York: Augustus M. Kelley, 1969], "por
    su naturaleza, elegir no puede ser algo que es predeterminado y, a la vez,
    permanecer siendo una elección." (p. 40 del libro de Buchanan arriba mencionado)

    El profesor Pasour expone que "en la teoría económica neoclásica, se asume que
    se conocen los costos y los ingresos... El enfoque subjetivista Austriaco, por
    otra parte, enfatiza el hecho de que tales datos no podrían, en efecto, ser
    asumidos como dados por parte de quien toma decisiones. En realidad, una de las
    funciones claves del empresario es estimar los costos e ingresos probables cuando
    escoge entre planes de producción o estrategias alternativas... es cierto que
    algunos economistas, a quienes usualmente no se les identifica con la escuela
    Austriaca, en el tema de costos están más con la tradición subjetivista Austriaca
    que con la tradición objetivista convencional Neo-Marshalliana. James Buchanan y
    Ronald Coase son buenos ejemplos de ello." (p. 285).

    Y nos refiere a Coase, al señalar Pasour que "el costo para quien toma
    decisiones involucra una evaluación ex ante de resultados futuros inciertos.
    Puesto que el futuro es siempre algo incierto, la evaluación de los resultados
    futuros variará de persona a persona y será influida por numerosos factores,
    entre los cuales se incluye a la actitud que se tenga ante el riesgo. El
    resultado es que el costo, en cuanto influye en la toma de decisiones, pierde su
    contenido objetivo." (p. 285).

    Pasour luego expone una serie de implicaciones de la diferencia entre la
    subjetividad y la objetividad de los costos. Así, por ejemplo, en el campo de la
    metodología dice que "el uso de estimaciones objetivas de costos no constituye un
    problema en cuanto sean consideradas como datos para ser usados por el empresario
    y no en cuanto a costos que influyen en las escogencias. Sin embargo, en la
    teoría neoclásica surge un serio problema cuando para propósitos normativos se
    utilizan estimaciones "objetivas" de costos hechas por observadores externos y se
    asume que representan los costos apropiados para la toma de decisiones del
    momento; es decir, para la teoría de la elección." (p. p. 289-290).

    También dicha diferencia resulta útil en el contexto de la regulación económica,
    pues mucha de ésta requiere la determinación de costos competitivos. Señala
    Pasour que "en vista de los problema de medición, no debería constituir una
    sorpresa que estudios económicos encuentren que el efecto de las comisiones
    regulatorias sobre las tasas de rendimiento sea irrelevante [por ejemplo, los
    hallazgos de George Stigler y Claire Friedland, "What Can Regulators Regulate?
    The Case of Electricity," Journal of Law and Economics, Vol. 5, octubre de 1962]
    y que "la naturaleza subjetiva de los costos también traiga los mismos problemas
    para la agencias reguladoras encargadas de fijar los precios en función del
    "interés público"." (p. p. 291-292).

    Finalmente, esa diferencia conceptual es útil al valorar la eficiencia
    económica. Por "eficiencia económica, definida significativamente, se entiende
    que quien toma las decisiones no tiene una alternativa que sea preferida en el
    momento en que se toma la decisión, dadas las circunstancias. Cuando se reconoce
    la naturaleza subjetiva del costo, resulta claro que, para el observador externo
    resulta imposible identificar cualquier acción o decisión como ineficiente o
    irracional en términos de los costos y los beneficios experimentados por quien
    toma las decisiones al momento de hacerlo." (p. 293).

    Finalmente, como tercer artículo decidí releer una parte del libro de Friedrich
    A. Hayek, Camino de Servidumbre (San José, Costa Rica: Universidad Autónoma de
    Centro América, 1986), que en el libro que se comenta aparece en forma de
    artículo y lleva por título "¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?". Es el
    capítulo 10 del libro de Hayek arriba citado (que de paso tiene un breve prólogo
    escrito por nuestro desparecido amigo Alberto Di Mare). No crean que decidí
    volver a leerlo para tratar de entenderme a mí mismo y resolver algún problema
    existencial, sino que únicamente concitó mi curiosidad cuando en las primeras
    líneas Hayek cita la famosa expresión de Lord Acton: "Todo poder corrompe, y el
    poder absoluto corrompe absolutamente". Con su relectura intento obtener
    explicaciones para tantas cosas que hoy observo a mi alrededor, pero que también
    se vivieron en el pasado y que tal vez, ojalá que no resulte así, se vivirán en
    el futuro. Como ustedes bien saben, Hayek recibió el Premio Nóbel en Economía en
    1974. Las páginas de referencia que se citan corresponde a la edición en español
    arriba citada.

    Desde el inicio, Hayek nos advierte acerca de la creencia de que "los rasgos más
    repulsivos de los regímenes totalitarios se deben al accidente histórico de
    haberlos establecido grupos de guardias negras y criminales," ante lo cual,
    naturalmente, se pregunta si "¿es que el mismo tipo de sistema [totalitario], si
    fuera necesario para lograr fines importantes, no podrían instaurarlo gentes
    decentes, para bien de la comunidad general?" (p. p. 171-172). A esto responde:
    "Hay fuertes razones para creer que los que nos parecen los rasgos peores de
    los sistemas totalitarios existentes no son subproductos accidentales, sino
    fenómenos que el totalitarismo tiene que producir por fuerza más temprano o más
    tarde. De la misma manera que el gobernante democrático que se dispone a
    planificar la vida económica tendrá pronto que enfrentarse con la alternativa de
    asumir poderes dictatoriales o abandonar sus planes, así el dictador totalitario
    pronto tendrá que elegir entre prescindir de la moral ordinaria o fracasar. Esta
    es la razón de que los faltos de escrúpulos y los aventureros tengan más
    probabilidades de éxito en una sociedad que tiende hacia el totalitarismo." (p.
    172)

    Señala Hayek que "aunque estemos dispuestos a pensar que, cuando la aspiración a
    un sistema colectivista surge de elevados motivos morales, este sistema tiene que
    ser la cuna de las más altas virtudes; la verdad es que no hay razón para que un
    sistema realce necesariamente aquellas cualidades que sirven al propósito para el
    que fue creado." (p. 173). Poco antes de que se instaure un sistema totalitario,
    Hayek dice que es “ la demanda de acción resuelta y diligente por parte del
    estado... el elemento dominante en la situación, y el disgusto por la lenta y
    embarazosa marcha del procedimiento democrático convierte la acción por la acción
    en objetivo. Entonces, el hombre o el partido que parece lo bastante fuerte y
    resuelto para “hacer marchar las cosas” es quien ejerce la mayor atracción.” (p.
    p. 173-174).

    Hayek nos advierte que “hay tres razones principales para que semejante grupo,
    numeroso y fuerte, con opiniones bastante homogéneas, no lo formen,
    probablemente, los mejores, sino los peores elementos de cualquier sociedad... En
    primer lugar, es probablemente cierto que, en general, cuanto más se eleva la
    educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y
    sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular
    jerarquía de valores. Corolario de esto es que, si deseamos un alto grado de
    uniformidad y semejanza de puntos de vista, tenemos que descender a las regiones
    de principios morales e intelectuales más bajos, donde prevalecen los más
    primitivos y “comunes” instintos y gustos." (p. 175).

    Continúa, "entra aquí el segundo principio negativo de selección: será capaz de
    obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes
    convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores
    confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia” y
    que “con el esfuerzo deliberado del demagogo hábil, entra el tercero y quizá más
    importante elemento negativo de selección para la forja de un cuerpo de
    seguidores estrechamente coherente y homogéneo. Parece casi una ley de la
    naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un
    programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven
    mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del "nosotros" y el
    "ellos", la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente
    esencial de todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común."
    (p. 176).

    Continúa Hayek: "Una de las contradicciones inherentes a la filosofía
    colectivista está en que, como descansa en la moral social humanitaria que el
    individualismo ha desarrollado, sólo puede practicarse dentro de un grupo
    relativamente pequeño... Si la "comunidad" o el estado son antes que el
    individuo; si tienen fines propios, independientes y superiores a los
    individuales, sólo aquellos individuos que laboran para dichos fines pueden ser
    considerados como miembros de la comunidad... varios factores contribuyen a
    reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De
    éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo
    a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento
    de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro
    del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños... Cuando actúan en
    nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones
    morales que dominan su conducta como individuos dentro de un grupo." (p. p.
    178-180).

    De acuerdo con Hayek, "mientras a los grandes escritores políticos
    individualistas del siglo XIX, a Lord Acton o a Jacob Burckhardt, y hasta a los
    socialistas contemporáneos nuestros que, como Bertrand Russell, han heredado la
    tradición liberal, el poder en sí les ha parecido siempre el archidiablo, para el
    colectivista puro es por sí mismo una meta... Es, más aún, el resultado de la
    necesidad en que se ven los colectivistas, para alcanzar su meta, de crear un
    poder –el poder de unos hombres sobre otros hombres- de magnitud jamás antes
    conocida, y la consecuencia de que su éxito depende de la medida en que logren
    ese poder." (p. p. 181-182).

    Para Hayek, "de los dos rasgos centrales de todo sistema colectivista, la
    necesidad de un conjunto de fines comúnmente aceptados por el grupo y el supremo
    deseo de dar al grupo el poder máximo para alcanzar estos fines, surge un sistema
    de moral social definido... es el de privar a la conciencia individual de toda
    libertad para aplicar sus propias normas y ni siquiera dar una normas generales
    que se obliga o se permite al individuo observar en todas las circunstancias...
    El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética
    individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se
    convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el
    colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve "al bien
    del conjunto", porque el "bien del conjunto" es el único criterio para él, de lo
    que debe hacerse." (p. p. 183-184).

    De acuerdo con Hayek, "mientras la masa de los ciudadanos del estado totalitario
    muestra a menudo devoción altruista hacia un ideal, aunque sea uno que nos
    repugne, la cual les hace aprobar e incluso realizar tales actos, no puede
    decirse lo mismo en defensa de quienes dirigen su política. Para ser un elemento
    útil en la conducción de un estado totalitario no basta que un hombre esté
    dispuesto a aceptar especiosas justificaciones para viles hazañas; tiene que
    estar activamente dispuesto a romper con toda norma moral que alguna vez haya
    conocido, si se considerase necesario para el logro del fin que se le ha
    encomendado... No deben tener ideales propios a cuya realización aspiren, ni
    ideas acerca del bien o del mal que puedan interferir con las intenciones del
    líder... Los únicos gustos que se satisfacen son el del poder como tal, el placer
    de ser obedecido y el de formar parte de una máquina eficaz e inmensamente
    poderosa a la cual todo tiene que dejar paso." (p. p. 188-189).

    Y termina Hayek, "por consiguiente, así como hay poco que pueda inducir a los
    hombres que son justos, según nuestros criterios, a pretender posiciones
    directivas en la máquina totalitaria, y mucho para apartarlos, habrá especiales
    oportunidades para los brutales y los faltos de escrúpulos. Habrá tareas que
    cumplir cuya maldad, vistas en sí, nadie pondrá en duda, pero que tienen que
    llevarse a cabo en servicio de algún fin superior y han de ejecutarse con la
    misma destreza y eficiencia que cualquier otra. Y como habrá necesidad de actos
    intrínsecamente malos, que todos los influidos por la moral tradicional se
    resistirán a tomar sobre sí, la disposición para realizar actos perversos se
    convierte en un camino para el ascenso y el poder." (p. p. 189).

    Una vez más les recuerdo que si desean leer este libro bajo comentario, así como
    cualquiera de los cerca de diez libros del mes que previamente he comentado en
    palestra, pues ya saben como pueden obtenerlo por mi medio. Y que pasen una
    Feliz Navidad y un 2003 pleno de satisfacciones.

    Jorge Corrales Quesada

  9. #29

    2002-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003

    2002-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003

    Corresponde a David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
    and Why It Matters" ["El Orden de la Ley: Qué Es Lo Que La Economía Tiene Que
    Ver Con El Derecho y Por Qué Eso Importa"] (Princeton, New Jersey: Princeton
    University Press, 2000).

    Hace poco leí que la estupidez es hereditaria, de acuerdo con uno de los
    descubridores del ADN, el Dr. Watson, quien es también un creyente en el uso de
    técnicas genéticas para resolver problemas como este de la estupidez, entre
    muchas otras cosas. A mi me ha llamado la atención de que haya hijos muy dotados
    de padre (o padres) muy dotados (y no voy a referirme cuando en una ocasión se lo
    comenté a uno de ellos quien es miembro de palestra: su respuesta fue que
    probablemente era porque imitaban el esfuerzo de estudio que realiza el padre y
    no por razones genéticas). David es hijo de Milton Friedman, uno de los
    economistas más notables de los últimos tiempos y por varios años ha destacado
    por sus propios méritos. Esto lo podrán ustedes atestiguar cuando lean este
    libro tan interesante en un campo en el cual la Economía ha hecho grandes avances
    en los últimos años. En todo caso, si usted es partidario del inductivismo,
    podría encontrar un fundamento en el caso de David, de que la inteligencia (tal
    como la estupidez, según Watson) es hereditaria, aunque tal vez, como me señaló
    aquel amigo, lo sea por la imitación de hijo a padre.

    En un artículo escrito por James Buchanan hace varios años [James Buchanan,
    "Economics and Its Scientific Neighbors”, en Sherman Roy Krupp, editor, "The
    Structure of Economic Science: Essays on Methodology" (Englewood Cliffs, New
    Jersey: Prentice-Hall, 1966) y reproducido en James M. Buchanan, "What Should
    Economists Do?" (Indianapolis, Ind.: Liberty Press, 1979)], señala que "El medio
    por el cual los seres humanos imponen restricciones a su propia interacción, del
    uno con el otro, lo brinda el derecho. Los principios simples de la Economía
    imponen limitaciones sobre la operación de estas restricciones... Las leyes que
    se hacen en ignorancia de los principios simples de la Economía, pueden causar un
    daño grave; sin embargo, observamos poco progreso en el reconocimiento de las
    limitaciones que la Economía impone sobre la Legislación. Esta es la frustración
    permanente de los economistas, quienes quieren ver a su ciencia aplicada en la
    práctica." (p. p. 130-131 de la última obra citada).

    El libro de Friedman va mucho más allá de este análisis de la necesidad de que
    se apliquen principios de economía básicos cuando se diseñan las leyes. El
    enfoque de Friedman consiste en "tratar de entender los sistemas de reglas
    legales mediante la pregunta acerca de las consecuencias que producirán en un
    mundo en el cual los individuos racionales ajustan sus acciones a las reglas
    jurídicas que enfrentan.(p. 4). Indica que el “enfoque económico opera en dos
    direcciones. Empezando con un objetivo, brindan una forma de evaluar las reglas
    legales, de decidir qué tan bien logran su objetivo. Empezando... con un sistema
    de reglas jurídicas, brinda una forma de entenderlo –averiguando cuál es el
    objetivo que se pretende lograr." (p. 4)

    Dice Friedman que "una objeción al enfoque económico para entender la lógica de
    la ley es que tal vez ella no tenga lógica. Otra y muy diferente objeción es que
    la ley tiene una lógica, pero tiene que ver, o debería tener que ver, no con la
    eficiencia económica, sino con la justicia." Ante esto brinda dos respuestas:
    "la primera es que la justicia no da una descripción adecuada de la ley,
    tanto porque es irrelevante para un número sorprendentemente elevado de temas
    legales y porque no disponemos de una teoría adecuada sobre qué es lo que hace
    que algunas reglas sean justas y otras injustas... Mi segunda respuesta es que en
    muchos casos, aunque probablemente no en todos, resulta que las reglas que
    pensamos que habíamos apoyado por ser justas, son de hecho eficientes." (p. 5)

    Este libro de Friedman contiene cuatro partes muy definidas: una primera tiene
    que ver con conceptos básicos tales como racionalidad, eficiencia económica,
    externalidades, el valor de la vida, la economía de la asignación de riesgos y
    muchas otras cosas, en tanto que la segunda sección trata de la aplicación de la
    economía a áreas básicas del derecho, las que uno podrá encontrar en un curso de
    primer año de esa carrera.

    La tercera parte contiene una sección dedicada al análisis comparativo de
    sistemas jurídicos, otro sobre por qué existen tanto el derecho penal como el
    civil, los cuales en la realidad tienen que ver con lo mismo y sobre si se podría
    tener un único sistema legal, para, finalmente, ver el pro y el contra de la
    aseveración de que la ley , por lo menos lo que él llama "la ley hecha por un
    juez", que me parece que es una forma de referirse al derecho consuetudinario, es
    económicamente eficiente.

    La última sección contiene un resumen de lo aprendido sobre sistemas de reglas
    jurídicas.

    Para darles una probadita del sabor del libro, les traduzco tres pequeñas partes
    que espero puedan servir de estímulo a su lectura:

    "Las reglas legales deberán ser juzgadas por la estructura de incentivos que
    establecen y por las consecuencias de que la gente altere su comportamiento como
    respuesta a estos incentivos.

    Los temas del crimen y del contrato no son las únicas partes de la ley en las
    cuales es útil el enfoque económico. Las multas a la velocidad tienen como
    propósito, no ser una forma extraña de impuestos, sino una manera para hacer que
    el interés de los choferes sea conducir más lentamente. La ley penal determina
    qué sucede cuando la gente se involucra en accidentes de tránsito y, por lo
    tanto, afectan el incentivo para hacer cosas que pueden conducir a enredarse en
    un accidente de vehículos, tales como no revisar los frenos del carro, manejar
    borracho o no manejar del todo. Las reglas de procedimientos civiles determinan
    qué tipo de información los litigantes tienen derecho a demandar el uno del otro
    y, con ello, afectar el incentivo para que las empresas tengan (o no tengan)
    registros, que investiguen (o no investiguen) problemas relacionados con sus
    productos que pueden convertirse en objeto de litigios, de demandar o de no
    demandar. Las leyes sobre el divorcio determinan bajo qué circunstancias usted
    puede salirse de un matrimonio, lo cual constituye una de las cosas relevantes
    cuando uno se decide casar. El sujeto del análisis económico de la ley es la
    ley. Toda ella." (Páginas 11-12).

    En una segunda instancia, en una sección titulada "El Asesino de Vudú Racional:
    ¿Debemos penalizar los intentos imposibles?", Friedman nos expone lo siguiente:

    "Al explicar por qué es que intentamos penalizar los intentos de asesinato,
    discutí que era una forma de penalización ex ante. Cuando se dispara a la gente,
    algunas veces se la mata, de manera que lo penalizamos aún cuando se falle al
    disparar. Pero, ¿qué sucede en el caso en que estoy intentado un asesinato
    mediante un método que nunca ha funcionado, tal como ponerle alfileres a una
    muñeca de vudú? ¿Deberá ser una conducta criminal? ¿Debemos penalizar los
    intentos imposibles?

    El argumento en su contra es obvio: Ponerle alfileres a muñecas de vudú no causa
    daño, entonces, ¿por qué penalizarlo? ¿Por qué pagar el costo de agarrar gente e
    introducirla en una cárcel para disuadir un comportamiento que no tenemos razón
    para disuadirlo?

    Para considerar en qué está errado este argumento, imagínese que estoy
    considerando cometer un asesinato por medio de una de dos formas –veneno o vudú.
    El veneno que estoy pensando usar es invariablemente letal, en tanto que
    colocarle alfileres a una muñeca de vudú no tendrá efecto alguno sobre la
    esperanza de vida de la víctima potencial. Si soy conciente de estos hechos,
    escogería o veneno o del todo no intentar el crimen. El problema surge porque no
    me doy cuenta de esos hechos. Se que uno de los métodos funciona y que el otro
    no, pero no se cuál es cuál. La regla legal que estamos considerando es
    "Intentos por la vía de medios imposibles no son punibles". Puesto que no se
    cuál método es imposible (si lo supiera, no me molestaría en usarlo), eso no se
    traduce, para mi, en que "intentos por vudú no son punibles".

    Dado que no estoy seguro cuál es el método que funciona, debo tomar en cuenta en
    mis cálculos la probabilidad de que escoja al equivocado. Si los intentos
    imposibles no son punibles, entonces escoger equivocadamente significa que no
    tendré éxito en mi asesinato, pero tampoco seré penalizado, aún si se me
    agarrara. Si los intentos imposibles son punibles, me arriesgo de usar un método
    imposible y ser penalizado por así hacerlo. Este riesgo es uno de los costos que
    debo tomar en cuenta al decidir asesinar o no a alguien.

    De manera que una política de penalizar los intentos imposibles tiende a
    disuadir los asesinatos reales, asesinatos con veneno, por gente que no sabe que,
    si lo que piensan es un veneno, de hecho funciona. El costo de esa disuasión es
    que, alguna gente que es capturada en esos intentos que de hecho son imposibles,
    debe ser penalizada por hacer tal cosa.

    Aún si la penalización de intentos imposibles brinda alguna disuasión ¿no
    tendría más sentido lograr tal disuasión penalizando en vez de aquellos a los
    intentos posibles (y los asesinatos exitosos), de manera que los esfuerzos se
    concentran en quienes es más posible que hagan daño? La respuesta es que lo
    sería si pudiéramos imponer sin costos las penas adecuadas. Regresamos de nuevo
    al argumento de ex post/ex ante.

    Penalizar el resultado brinda una mejor forma de poner la pena en donde cause el
    mayor bien –después de todo, algunos de quienes intentan el asesinato por el
    vudú saben perfectamente bien que el vudú no funciona y simplemente adoptan una
    postura para que los vean sus amigos menos informados. Pero penalizar los
    intentos, aún los imposibles, nos permite incrementar la probabilidad de
    penalización y con ello lograr la misma disuasión, pero con penalizaciones menos
    costosas.

    Una forma diferente de formular el mismo argumento consiste en suponer que
    existe una pena máxima que estamos dispuestos a imponer –vida en prisión, pero no
    ejecución, o ejecución, pero no con tortura. Suplementar la penalización máxima
    por asesinato con una pena menor por intentos no exitosos, nos permite
    incrementar el costo ex ante del intento para el asesino potencial. Podemos
    incrementarlo aún más, incluyendo la penalización por intentos imposibles.

    Una cuestión que usted puede encontrar un poco extraña en esta discusión es el
    supuesto de que el comportamiento de los asesinos de vudú se verá afectado por
    los incentivos brindados por las reglas legales. ¿Qué tan posible es que alguien
    quien es lo suficientemente irracional como para creer en el vudú, esté lo
    suficientemente informado acerca de la ley, como para saber si los intentos
    imposibles son penalizados o no, o como para ser lo suficientemente prudente como
    para que le importe?

    Una respuesta es que, si bien la racionalidad no es siempre una manera exacta
    para predecir el comportamiento, es la mejor herramienta de la cual disponemos –y
    la ignorancia que hay en parte de la vida no garantiza la irracionalidad o la
    ignorancia en otras partes de ella. Todos nosotros, después de todo, obtenemos
    de gente alrededor nuestro muchas de nuestras creencias acerca de lo que funciona
    o no funciona, y una persona racional puede aceptar creencias irracionales si
    todo mundo que uno conoce las acepta.

    Otro respuesta consiste en señalar que los intentos imposibles no se limitan al
    vudú. El vudú es posible que no mate a nadie, pero tampoco lo es disparar a un
    árbol. Tratar de robar de un bolsillo vacío es un comportamiento perfectamente
    racional, pero difícilmente es algo que concluirá en un éxito. Hay un cierto
    sentido en que todos los intentos fracasados son imposibles, pero juzgados por lo
    que sabemos, una vez que han fallado.

    Vista desde esta perspectiva, la cuestión de penalizar los intentos imposibles
    es simplemente la cuestión de si los intentos se deben penalizar. En cualquier
    forma que se presente, el argumento esencial es el mismo: Puesto que alguien no
    sabe que su intento es imposible antes de realizarlo, el conocimiento de que
    siempre será penalizado aún si resulta ser un imposible, ya sea en el intento
    obvio del vudú o en el sentido más sutil de robar un bolsillo que está vacío,
    constituye un incentivo para no llevar a cabo el intento." (Páginas 81-83).

    Finalmente, en una sección que Friedman titula "Propiedad, Contrato, Daños y
    Crimen en Tres Párrafos", nos dice lo siguiente:

    "En un sistema de propiedad privada necesitamos alguna manera de definir cuáles
    son los límites de mi propiedad, no sólo en términos de un espacio físico, sino
    también en un espacio de derechos –qué usos de la propiedad de mi vecino violan
    mis derechos en la mía y viceversa. Necesitamos alguna forma de determinar quién
    posee una pieza particular de propiedad y de establecer derechos de propiedad
    sobre propiedad que previamente no tenía dueño. Necesitamos de mecanismos para
    aplicar esta reglas y para resolver disputas acerca de ellas. Y esto debe
    generalizarse a partir del caso especial de la propiedad real –la propiedad de la
    tierra- al caso más general que incluye la propiedad de las cosas y la propiedad
    intelectual. Por lo tanto, es necesaria una ley de la propiedad, que incluya a
    la propiedad intelectual.

    Una de las cosas que puedo hacer con mi propiedad es vendérsela a usted. Parte
    de la razón por la cual funciona la toma descentralizada de decisiones es que
    permite que las cosas, y los derechos en las cosas, se muevan, por la vía del
    comercio, hacia cualquier persona que más las valoran. Para que este mecanismo
    funcione más allá de los casos sencillos (le doy mi manzana a cambio de su
    naranja), necesitamos de los contratos, acuerdos que especifican las obligaciones
    mutuas de las partes en intercambios más complicados. Los contratos pueden
    conducir a desacuerdos en su interpretación, honestos o no, y, como tal,
    requieren de algún cuerpo de reglas que determine cuándo existe un contrato y
    cómo habrán de resolverse las disputas. Aún en el caso más simple de intercambio,
    necesitamos que haya suficientes reglas legales que determinen si yo estaba
    intercambiando mi manzana por su naranja, en cuyo caso son ahora mi naranja y su
    manzana, o si simplemente le estaba permitiendo que sostuviera mi manzana
    mientras yo inspeccionaba su naranja. De aquí surge la ley de contratos.

    Para prevenirme de violar una regla legal, debe haber algún mecanismo para hacer
    que exista algo que no me gusta que suceda cuando yo haga algo. Ese mecanismo,
    cualesquiera que sea, también tendrá que ver con casos en el cual una parte cree
    que se ha violado una regla, en tanto que el otro no considera que sea así. Por
    lo tanto, necesitamos de la ley civil [tort law] y de la ley penal [criminal law]
    para especificar los derechos relevantes y los mecanismos por los cuales son
    puestos en vigencia [enforced], y requerimos de reglas de procedimientos y de un
    sistema de cortes para resolver las disputas." (Páginas 311-312).

    Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hago con los siguientes libres
    de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo pueden obtenerlos
    (simplemente me llaman por teléfono):

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World"
    Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
    Correcting the News Media Top Economic Myths"
    Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
    Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
    Socialism"
    Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"

    Jorge Corrales Quesada

  10. #30

    2002-05-12 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003

    2002-05-12 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003

    Corresponde en esta ocasión a la obra de J. C. Lester, Escape from Leviathan:
    Liberty, Welfare and Anarchy Reconciled, [Huida desde el Leviatán: Reconciliando
    la Libertad, el Bienestar y la Anarquía] (New York: St. Martin’s Press, 2000).
    El profesor Lester es un destacado intelectual del llamado campo libertario,
    aunque el propósito de este libro, según lo indica el autor, surge del hecho de
    que los "liberales clásicos, los modernos libertarios, y generalmente los
    economistas pro-mercado, a menudo aparecen en favor de la tesis –al menos
    implícitamente- de que hay una compatibilidad práctica entre la libertad y el
    bienestar en el mercado. Sin embargo, tales argumentos rara vez son claros,
    consistentes, comprensivos y sin que se acuda a la moral... Mi libro intenta
    rectificar esto, clarificando los aspectos filosóficos de la tesis de la
    compatibilidad: su intención principal es ser un complemento filosófico a la
    literatura científica social relevante." (p. 1)

    Hace pocos días un gran amigo me dijo -medio burlonamente- cuando le comenté que
    muy pocos miembros de palestra me habían solicitado alguno de los libros que
    había comentado y que les había ofrecido prestar para que lo leyeran, que era
    porque yo sólo leía y comentaba libros de economía, lo cual no es cierto, como
    pueden derivarlo de la lista al final de este comentario. En esta ocasión este
    es un libro sobre temas filosóficos, pero que también tiene enorme trascendencia
    para el análisis económico, político y, en general, de las disciplinas llamadas
    por algunos ciencias sociales.

    En vez de comentar este libro, que apenas estoy empezando a ojearlo, me parece
    que resulta más afortunado traducir un buen comentario que a este libro le hizo
    un destacado estudioso de Adam Smith y filósofo como Lester, el profesor de la
    Escuela de Filosofía de la Universidad de Alabama, James R. Otteson. Se trata
    del interesante y erudito comentario que formuló Otteson al libro de Lester en la
    revista The Independent Review, Vol. 6, No. 1 del verano del 2001, el cual, de
    seguido, traduzco (los paréntesis cuadrados son míos):

    ""Huida desde el Leviatán" de J. C. Lester es un libro vigorizante. Empieza
    así: "Hay tan sólo una cosa en el mundo que es, en serio, moralmente equivocada,
    y esa cosa es la política [¿no se si usted prefiere que se la traduzca por
    politiquería?. Recuerde que los paréntesis cuadrados son míos]... Si usted me
    dice qué cosa es la que le preocupa en el mundo, entonces, puedo a menudo llegar
    adonde está usted y decirle cómo es la política la causa de ella, o cómo la
    política la exacerba considerablemente, o por qué es que usted debería de cambiar
    sus opiniones no-liberales" (p. 1). El autor no continúa con una explicación de
    todos los problemas del mundo en términos de la política, pero adopta como su
    hipótesis de trabajo lo que él llama la "tesis de la compatibilidad" –que la
    libertad, el bienestar y el libre mercado son fundamentalmente consistentes- y
    defiende esta tesis en contra de todos los contendores. El principal activo del
    libro es su ataque tenaz y persistente a los detractores de la anarquía de
    propiedad privada por la cual aboga el autor. Pero este activo es
    simultáneamente un pasivo: Lester no arguye "en favor de" su posición; en vez de
    ello, debate que las objeciones más plausibles en su contra fracasan. Esta
    táctica le da al libro un tono algo desagradable de estar a la defensiva y, más
    significativo aún, limita la persuasión final que se quiere lograr con la tesis
    central del libro. [No se desanime: continúe leyendo y verá luego].

    La argumentación de Lester posee dos características especialmente inusuales.
    La primera es su posición de que la tesis de la compatibilidad es "no moral".
    Lester da a entender que se puede defender la compatibilidad de la libertad, el
    bienestar y el libre mercado sin hacer uso del ulterior alegato moral de que la
    libertad (o el bienestar o el libre mercado) "deberían" ser protegidos o
    ampliados. En vez de ello, defiende la posición negativa de que aquellos quienes
    discuten tal consistencia –John Rawls, Alan Ryan, John Gray y otros- han
    fracasado en probar su caso. Segundo, en respuesta a la objeción que algunos
    pueden formular de que su caso negativo no es suficiente, Lester alega que su
    adhesión a la "epistemología racionalista crítica" Popperiana anula cualquier
    argumento, en una defensa directa de su tesis de compatibilidad, porque él
    vislumbra a la tesis como una "conjetura osada" [bold conjecture], la cual, de
    acuerdo con el filósofo de la ciencia Karl Popper, puede ser falsificada por los
    datos o por los argumentos, mas no puede ser probada como verdadera. Por lo
    tanto, Lester no intenta persuadir a sus lectores de que su tesis es plausible.
    Simplemente explica lo que conlleva, muestra cómo fines aparentemente
    irreconciliables son, en efecto, consistentes dentro de su tesis, y muestra que
    él (aún) no ha encontrado una objeción que sea válida. El resume la estrategia
    del libro tal como sigue: "este libro no empieza por los primeros principios y de
    ahí en adelante intenta construir hacia arriba hasta llegar a conclusiones bien
    justificadas. Este no es un intento de probar, demostrar o exponer que la
    libertad y el bienestar son congruentes en un mercado. Es simplemente una
    defensa filosófica y económica de esta osada conjetura, ante un número de puntos
    de vista, inevitablemente restringidos, que son inconsistentes con aquélla" (p.
    6). [Esto se pone más interesante]. Si el proyecto de Lester tiene éxito,
    entonces, de acuerdo con la epistemología Popperiana, su teoría habría sido
    "corroborada", no probada. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿Qué
    fundamentos habrán dado los argumentos de Lester para, de hecho, creer en su
    teoría?

    Aunque yo diría que el proyecto de Lester está incompleto (este libro debería
    ser el volumen 2, en tanto que la exposición sistemática y la defensa de su tesis
    deberían de haber aparecido como el volumen 1) [el cual no existe], dejemos de
    lado este asunto y examinemos qué es lo que él hace, lo cual es en sí
    interesante. Consideremos las defensas que Lester hace de su tesis ante tres
    objeciones centrales.

    Primera Objeción: La gente no se interesa únicamente por lo propio
    [self-interested], de manera que fracasa cualquier sistema económico o político
    que se sustente en ello –por ejemplo, el capitalismo de libre mercado. Lester,
    como respuesta, señala que somos auto-interesados en el sentido de que somos
    maximizadores resueltos [con intención] de nuestros propios fines [purposeful
    maximizers] (p. p. 11-16). Señala, correctamente desde mi punto de vista, que es
    difícil lograr algún sentido de la conducta humana bajo algún otro supuesto y, es
    más, eso parece ser confirmado por la introspección –cada uno de nosotros se ve a
    sí mismo actuando resueltamente con el propósito de satisfacer sus deseos. De
    manera tal que nuestro entendimiento acerca de acciones benevolentes, interesadas
    en otros, debe, de alguna manera, ser coherente con esta concepción general de la
    acción humana. Sin embargo, esta aseveración no es lo mismo que el auto-interés
    estrecho que con frecuencia los detractores dicen que los defensores del libre
    mercado adscriben a los seres humanos. Lester arguye que los fines que deseamos
    pueden y a menudo contienen el bien o los intereses de otras personas (p. 37).
    De manera que la objeción falla: Todo lo que se requiera en la posición de Lester
    es que la gente rutinariamente actúe como si fuera motivada por su deseo de
    satisfacer lo que ella percibe como su deseo mayor o más apremiante, cualquiera
    que sea éste.

    Segunda Objeción: Las nociones libertarias (o liberales, como las entendemos
    aquí] fracasan porque es imposible respetar plenamente la propiedad de terceros.
    Invadir la propiedad ajena es algo inevitable (piense en los ejemplos de David
    Friedman [que casualmente trata en el libro del mes de abril que previamente
    reseñé para palestra] tales como que las luces del patio de mi casa "afectan" a
    su propiedad); por lo tanto, tenemos que administrar nuestros asuntos humanos en
    términos de alguna otra consideración acerca de lo que se considera como esencial
    [desiderata], diferente de simplemente proteger la propiedad privada y la
    libertad individual. Ante esto, la respuesta de Lester es sugerir un criterio
    que minimizará el conflicto a la vez que maximiza la libertad [vean qué
    interesante]: propone una concepción de libertad como "la ausencia de
    restricciones provocadas sobre la gente por otras personas o, más precisamente,
    gente interactuando voluntariamente sin que se obligue, se interfiera o que se
    imponga la una sobre la otra –excepto para prevenir o reparar una restricción,
    interferencia o imposición que se ha provocado" (p. 58). Lester entiende al
    "costo" como una pérdida de algo que una persona quiere; por lo tanto, es
    subjetivo y, por ello, no se le pueden endosar las objeciones obvias de que se
    intenta una medición objetiva. Este criterio da respuesta a los problemas
    Friedmanianos, al crear la posibilidad de usurpaciones que son moralmente
    permitidas. Por ejemplo, no hay violaciones de derechos que del todo no puedan
    ser admitidas; los daños son asuntos de grado y susceptibles tanto de valoración
    como de la indemnización correspondiente (p. p. 108-113). El peligro con esta
    estrategia es que, con esta visión de Lester, de hecho se requerirán algunas
    acciones a las que se resistirá el absolutista de los derechos de propiedad, pero
    el beneficio de este punto de vista es que, su insistencia en minimizar "los
    costos que se imponen", tenderá tanto a que sea redundante para los intereses de
    todas las partes involucradas, así como que continúe la interacción social a la
    luz de algunas (probablemente menores) violaciones.

    Tercera Objeción: Las nociones libertarias [liberales] fracasan porque todas
    asumen implícitamente que ciertos tipos de libertad son más importantes que
    otros. No existe tal cosa como una maximización de la libertad así en sencillo
    ["simpliciter"], por lo tanto, debido a que todas las teorías implican que se
    infrinja una u otra libertad, no puede haber, con base tan sólo en estos
    argumentos, objeción a las concepciones de estado de bienestar [welfarism], al
    progresismo y similares. Esta objeción es especialmente apropiada para el punto
    de visto expuesto por Lester, dado que él alega defender la libertad con base en
    fundamentos "no morales" (p. p. 60-61, 75 y passim). Lester resuelve esta
    objeción, de nuevo, sustentándose en su definición de "libertad" como la ausencia
    de costos que se imponen sobre otros. Al decir que respetar la libertad
    significa minimizar el costo que se impone sobre otros, puede evitar la antipatía
    del todo o la nada [the all-or-nothing antipathy]: Para Lester "la libertad
    admite grados" (p. 59), pero lo hace utilizando un criterio relativamente
    objetivo. Lester llama a su posición "libertarianismo contingentemente
    deontológico" (p. 57), por el que da a entender que "si" la libertad va a ser
    maximizada (por cualquier razón), la regla de minimizar los costos impuestos a
    otros evita las dificultades que enfrentan otros puntos de vista y que, de todas
    maneras, parece que calza mejor con lo que la mayoría de la gente entiende por el
    término "libertad". El continúa su libro deduciendo una concepción de propiedad
    (incluyendo la propiedad intelectual y las reglas de la adquisición original o
    inicial); concepciones de lo que son los crímenes, los daños y las penas
    apropiadas; y resoluciones a dificultades de larga data –tales como el dilema del
    hombre libre-esclavo y los problemas inevitables de los bienes públicos- lo cual
    hace a partir de su concepción de libertad y que sugiere la superioridad de su
    concepto sobre otras concepciones. No todos los argumentos de Lester sobre estas
    razones son convincentes, pero todos son interesantes y tomados en conjunto le
    dan credibilidad a su alegato de que su posición puede ser defendida mejor que lo
    pueden ser nociones de libertades, de un estado de bienestar [welfarist],
    socialistas o democráticas, que compiten con la suya.

    Una argumento que Lester formula será de interés particular para los economistas
    y los filósofos: hace una defensa limitada de las comparaciones interpersonales
    de utilidad (CIUs). Por mucho tiempo una objeción estándar a algunas escuelas de
    economía ha sido que las CIUs son imposibles de hacer, porque no existe una cosa
    objetiva que corresponda con la utilidad de una persona y, por lo tanto, no hay
    una d objetiva que permita comparar la utilidad de una persona con la de otra.
    Aunque algunos economistas hablan de "útiles" ["utils"], de hecho no existen los
    útiles y no tienen sentido alguno esquemas que pretendan sumar las utilidades de
    los individuos bajo esquemas distributivos alternativos, para determinar cuál
    esquema es el que hace que "todo mundo" esté mejor. La contribución de Lester
    consiste en analizar que, si bien es cierto que no se pueden hacer CIUs con la
    precisión que se requiere, por ejemplo, para hacer comparaciones de Pareto (p.
    152), sin embargo, algunas comparaciones son posibles. He aquí su argumento: "un
    caso claro de comparación de utilidad entre personas es cuando A valora "x" (de
    ello deriva alguna utilidad) y B es indiferente acerca de "x" (obtiene cero
    utilidad de ello). Se deduce que A valora a "x" ('algo') más que lo que hace B
    ('cero'). De aquí hay un pequeño paso para comparar un caso en que A valora
    fuertemente a "x" y B tiene tan sólo una pequeña preferencia por "x". Y así
    sucesivamente.” (p. 153).

    Este argumento posee cierta plausibilidad intuitiva y le permite a Lester
    aseverar que su esquema de anarquía basada en la propiedad sería mejor "en su
    totalidad" o "para todo el mundo" en comparación con otros esquemas. El problema
    surge cuando se trata de decir "cuánta más" utilidad A obtiene de "x" comparado
    con B. La posición de Lester es más fuerte cuando compara utilidad cero con
    alguna utilidad, pero esa comparación es un caso especial; el caso con mayor
    posibilidad de que se presente es aquél en el cual se intenta comparar el aumento
    o disminución de utilidad relativa de las partes involucradas, y aquí no es claro
    a qué podría apelar Lester. Aún así, Lester tiene un punto al aseverar que, si
    del todo rechazamos a las CIUs, entonces, los economistas "pro-mercado" que
    aceptan el criterio de Pareto, no estarían en capacidad de "consistentemente
    aconsejar cambios de cualquier sistema de reglas de propiedad que no está basado
    en el mercado, a menos que cada persona individualmente se sienta mejor" (p. p.
    153-154). De manera que, tal vez, deba estudiarse de nuevo este asunto de las
    CIUs.

    Al fin de cuentas, el principal valor del libro de Lester es ser algo así como
    un catálogo de argumentos que defienden al pensamiento político libertario
    [liberal] o anarquista, en contra de varios detractores y sus objeciones. No
    todas las defensas funcionan y, en algunos casos, los rechazos que hace Lester
    son algo apresurados; sin embargo, él ofrece muchos discernimientos interesantes
    y novedosos. Permanezco desilusionado en cuanto a que no se dedicara a defender
    directamente su propia tesis y tengo la esperanza de que en el futuro él afloje
    su compromiso con la epistemología Popperiana y decida llevar a cabo tal defensa.
    Sin embargo, entre tanto, la refutación de las objeciones es un servicio valioso
    en sí mismo y Lester llena muy bien esa tarea."

    Hasta aquí el comentario del profesor Otteson y, antes de terminar mi
    comentario, deseo citar la página vi del libro de Lester:

    "Nada dentro del estado,
    todo contra el estado,
    todo fuera del estado. [1]

    Nota al pie 1: Esto revierte la definición de fascismo de Benito Mussolini (tal
    como aparece en la entrada "fascismo" que se cita en The Blackwell Encyclopedia
    of Political Thought [Miller, 1987, 1501]). El anarco-libertarianismo o
    anarquismo basado en la propiedad privada es lo opuesto del fascismo."

    Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo he hecho con los anteriores
    libres de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo podrían
    leerlos (simplemente me llaman por teléfono):

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World"
    Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
    Correcting the News Media Top Economic Myths"
    Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
    Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
    Socialism"
    Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
    Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
    and Why It Matters".

    Jorge Corrales Quesada

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