Página 2 de 4 PrimerPrimer 1234 ÚltimoÚltimo
Resultados 11 al 20 de 34

Tema: "Libros del mes" en el foro privado "Palestra Económica"

  1. #11

    2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002

    2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002

    Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense; Correcting the
    News Media Top Economic Myths" (Alexandria, Virginia: Media Research Center,
    2001).

    En los Estados Unidos existe el Centro para Investigación de los Medios (Media
    Research Center), el cual tiene como uno de sus objetivos tratar de "corregir
    concepciones erradas en los medios de comunicación acerca de la libre empresa" y
    proveer "la verdad acerca del sesgo que existe en los medios de comunicación del
    sistema ["establishment"] contra la libertad de empresa."

    Resulta interesante destacar algunos de los encabezados que han aparecido en
    importantes medios de comunicación en los Estados Unidos y que, en opinión del
    autor del capítulo introductorio, Stephen Moore, constituyen ejemplos de carencia
    de sentido (el que hayan aparecido en los Estados Unidos, no significa que no
    exista un paralelo en nuestro país: en ambos se cuecen habas):

    · La economía crea un número récord de nuevos empleos; el reporte causa serias
    preocupaciones en Wall Street.
    · Aumentan los salarios; los economistas advierten acerca de un resurgimiento de
    la inflación.
    · Se dispara el gasto de los consumidores: el Banco Central de los Estados
    Unidos (Fed) se preocupa por un recalentamiento de la economía.
    · Alza en el dólar tiene nerviosos a los economistas sobre un déficit en el
    comercio internacional.
    · La caída en el dólar es un signo bienvenido de que una economía tórrida se
    está enfriando.
    · Descenso en el crecimiento del sector manufacturero puede permitir al Banco
    Central (Fed) mantener bajas las tasas de interés.
    · La venta de nuevas viviendas cae a su nivel más bajo en cinco años; analistas
    se sienten aliviados al ver ahora un aterrizaje suave de la economía.
    · Recortes tributarios podrían hacer más daño que bien a la economía de los
    Estados Unidos.

    Como observarán, algunos de estos titulares nos "parece" que tienen sentido, de
    manera que resulta interesante ver lo que este pequeño librito nos comenta al
    respecto. Pero, antes de mencionar los breves ensayos de destacados economistas
    que la obra contiene, vale la pena plantearse una pregunta que se hace Moore:
    ¿Qué es lo que explica la mitología económica que en estos días pasa por ser
    noticia? Un factor que él señala es una especie de mentalidad de horda que se
    observa entre periodistas (dicho sea con todo respeto), puesto que ideas
    claramente erradas son sumamente extendidas, pero la culpa suele recaer en los
    propia profesión de los economistas, en mucho porque no han sabido enseñar las
    lecciones universales básicas de esa disciplina.

    Es por ello que esta publicación se propone "proveer algunas directrices
    prácticas que ayuden a reporteros y editores de medios escritos, radiofónicos y
    de televisión, para que mejoren su cobertura de la economía moderna de los
    Estados Unidos" (y de Costa Rica también).

    Moore señala la existencia de cuatro categorías de error periodístico en las
    cuales caen esos mitos. A una de ellas la denomina "un sesgo poderoso hacia el
    pesimismo," en que el problema radica, no en que las noticias no sean cubiertas,
    sino que son distorsionadas, de manera tal que destacan el lado malo de noticias
    buenas. En respaldo de esta categoría, cita la apreciación (estén o no Ustedes
    de acuerdo con ella) del destacado periodista Michael Prowse, del diario
    londinense Financial Times, quien dijo una vez que "Los Estados Unidos tenían una
    reputación peor que la que se merecen. La televisión comercial y el cine
    presentan una imagen grotescamente distorsionada de la vida moderna en los
    Estados Unidos. La tendencia de los extranjeros de golpear a este país se ve
    estimulada por la misma apertura de la sociedad, la cual asegura que cualquier
    vicio posible -que va desde la corrupción política hasta las bajas calificaciones
    logradas en los exámenes escolares- es mostrado en un desfile por todo el mundo.
    Otros países tratan de esconder sus pecados en el interés del progreso. Los
    gringos toman un gran deleite en exponer los suyos."

    La siguiente categoría es bautizada por Moore como "una confianza excesiva en
    fuentes no confiables". Dice que el problema no es solamente que se acude a
    personas que tienen pocos resultados en su haber ("track records") sino que
    también se accede a expertos falsos en lo que concierne a la cobertura de temas
    tales como el medio ambiente, la población, la escasez de recursos y la
    producción mundial de alimentos. Moore cita, como ejemplo, la referencia que se
    suele hacer de un artículo escrito en 1981 por Lester Brown, del Worldwatch
    Institute, en el cual afirma que "se acabó el período en que había seguridad en
    la oferta mundial de alimentos. Al continuar presionando la demanda contra la
    oferta, inevitablemente los precios reales de los alimentos aumentarán," cuando
    lo cierto ha sido que más bien han bajado los precios reales de los alimentos.
    Otro caso de malos expertos frecuentemente usados por los periodistas, al cual se
    refiere Moore, es el de Paul Ehrlich, quien una vez dijo que "la batalla por la
    humanidad se había terminado. Cientos de millones de personas se van a morir de
    hambre." Esto me trae a colación la famosa predicción (entre otras similares)
    hecha en los años sesentas por el Club de Roma, el cual dijo que en el año 2000
    el precio del barril de petróleo excedería a los $100, afirmación que en su
    momento aparecía hasta en la sopa de los medios y que hoy han dejado en el
    olvido, no por lo grotesco de tal aseveración, sino porque ya no es una noticia
    que impacte.

    La tercera categoría la denomina Moore como "un sesgo en favor del
    intervencionismo gubernamental." Dice que los periodistas generalmente acuden a
    preguntar a los burócratas en Washington sobre cómo resolverían ellos los
    problemas, ya sean reales o imaginarios, al tiempo que dejan de lado las
    opiniones de personas que no creen en el intervencionismo gubernamental, quienes
    usualmente son vistos como retrógrados o caarentes de compasión. En el campo
    internacional, cuando los medios cubren a otras naciones, suelen hacer énfasis en
    su fe en los resultados positivos de la actividad del estado y de la poca
    confianza que tienen en los mercados libres. El autor pone como ejemplo de ello
    un comentario en la CNN de su reportera estrella Christiane Amanpour, diez años
    después de la caída del socialismo soviético, quien en 1999 dijo: "muchos están
    diciendo que el capitalismo desenfrenado que siguió al comunismo ha desatado la
    miseria sobre ciudadanos quienes previamente habían tenido satisfechas todas sus
    necesidades sociales, especialmente en la antigua Unión Soviética." Moore señala
    que "el fracaso de los medios para explicar rutinariamente las deficiencias y las
    consecuencias no previstas de la intervención del estado posiblemente se
    catalogue como uno de los mayores pecados por omisión de nuestros tiempos."

    La última categoría de Moore, en la cual encajan los mitos económicos usualmente
    perpetuados por los medios, es "un fracaso en captar las nuevas reglas de la
    economía en la era de la información." Aquí yo difiero del autor en cuanto a
    enfatizar que los periodistas (así como muchos economistas) no se han dado cuenta
    que las viejas reglas de la economía han cambiado. Por el contrario, considero
    que las reglas siguen siendo básicamente las mismas, si bien algunas
    instituciones han evolucionado.

    Finalmente, el autor deja a los reporteros siete sencillas reglas que les
    permitirían entender lo que Moore denomina como una nueva economía (en mi
    opinión, no se trata de nada nuevo, puesto que muchos economistas y pensadores ya
    las habían señalado mucho tiempo atrás):

    · "la inflación es siempre y en todo lado un fenómeno monetario," es una
    sencilla regla de política monetaria acuñada por Milton Friedman hace unos
    cuarenta años y que hoy en día tiene más validez que nunca.
    · Los salarios aumentan al aumentar la productividad.
    · Cuando usted le pone impuestos a algo, obtiene menos de ello; cuando usted
    grava menos a algo, obtiene más de eso.
    · Una moneda fuerte es signo de una economía fuerte.
    · Eso de déficit comercial no tiene sentido.
    · El crecimiento económico es algo bueno (No existe tal cosa como una curva de
    Phillips por la cual se puede optar entre inflación y crecimiento).
    · Los mercados funcionan: el modelo de planificación central es un fracaso.

    A continuación se indican los breves y diferentes ensayos, que el libro denomina
    como "Mitos de los Medios", así como quienes son sus autores:

    · Capítulo 1: "El gasto y los déficit gubernamentales estimulan a la economía",
    por Milton Friedman (Premio Nóbel en Economía).
    · Capítulo 2: "El crecimiento económico causa inflación", por Lawrence Kudlow
    (Comentarista de asuntos económicos para la CNBC).
    · Capítulo 3: "La reducción de impuestos siempre ocasiona un descenso en las
    recaudaciones tributarias", por Arthur Laffer y Stephen Moore (Laffer fue asesor
    del Presidente Reagan y Moore es miembro del Instituto Cato).
    · Capítulo 4: "Los déficit en el comercio internacional son malas noticias para
    la economía de los Estados Unidos", por Brian Wesbury (Autor del libro "The New
    Era of Wealth", editado por McGraw-Hill)..
    · Capítulo 5: "Hay mucha gente y pocos recursos naturales", por Nicholas
    Eberstadt (Miembro del Centro para Estudios sobre Población y Desarrollo de la
    Universidad de Harvard).
    · Capítulo 6: "Los Estados Unidos deberían ser más como Europa", por William A.
    Niskanen (Presidente del Instituto Cato).
    · Capítulo 7: "Una clase media en proceso de desaparición", por W. Michael Cox
    (Vicepresidente del Banco de Reserva Federal de Dallas).
    · Capítulo 8: "La desregulación daña a los consumidores", por Robert W. Crandall
    (Miembro del Instituto Brookings).
    · Capítulo 9: "Los Estados Unidos están sufriendo de una crisis de insuficiencia
    de ahorros", por William G. Gale (Miembro del Instituto Brookings).
    · Capítulo 10: "¿Por qué los economistas estadounidenses no pueden predecir el
    futuro?", por David Hale (Economista principal del Zurich Group).

    Posiblemente con la lectura de estos breves ensayos Ustedes terminarán por estar
    en descuerdo con algunos de los aspectos allí tratados (tal vez yo no tanto),
    pero ciertamente les obligará a pensar, lo cual es siempre muy conveniente.

    A quienes tengan interés en leer este libro de Moore y Noyes, con gusto se los
    puedo prestar con carácter devolutivo. Para ello, ya saben cómo y adónde se me
    localiza. Además, continúan a su posible disposición los siguientes libros del
    mes que han sido objeto de comentario en palestra:

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre del 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre del 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World".


    Jorge Corrales Quesada

  2. #12

    2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003

    Les recuerdo que siempre será bienvenida la publicación que alguno de ustedes
    desee hacer en palestra comentando o resumiendo algún libro que hayan leído
    recientemente (o hace muchos tiempo atrás) y que juzguen podría ser de nuestro
    interés o beneficio.

    2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003

    Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader", The Ludwig von Mises
    Lecture Series, Vol. 18 (Hillsdale, Michigan: Hillsdale College Press, 1991).

    Esta obra presenta un resumen de algunas de la más importantes contribuciones a
    la llamada Escuela de Economía Austriaca, aunque, como sucede casi siempre, uno
    suele pensar en varias que quedaron afuera, más que en las que se incluyen. Sin
    embargo, creo que, para el lector interesado en los temas Austriacos, este libro
    presenta una cobertura adecuada de los principales que se suelen asociar con esta
    escuela de pensamiento.

    La forma en que organizo este comentario del libro del mes es la siguiente:
    primero traduzco algunos párrafos importantes de la introducción que hace
    Ebeling, en donde destaca las principales características del pensamiento de la
    Escuela de Economía Austriaca. De seguido, presento la lista de los 34 artículos
    que se incluyen en las 6 secciones principales que estructuran al libro y
    finalmente presentaré los párrafos más importantes de tres de los artículos allí
    incluidos y que llamaron mi interés para leerlos en esta ocasión.

    Según la introducción del profesor Ebeling, las concepciones esenciales que
    constituyen las tres piedras cúbicas sobre las que se edifica la Escuela de
    Economía Austriaca, son: el individualismo metodológico, el subjetivismo
    metodológico y las consecuencias no previstas de la acción humana y las "leyes"
    de la Economía. Cuando aparece un paréntesis cuadrado, este es mío, así como la
    traducción de los textos.

    "EL INDIVIDUALISMO METODOLÓGICO.

    Empezando con Carl Menger, los Austriacos han enfatizado que todo fenómeno
    económico y social empieza con, y lo es en última instancia, el resultado de las
    acciones e interacciones de los individuos, cuyos actos generan resultados que se
    observan en un mercado. Cualquier teoría acerca del fenómeno del mercado que no
    pueda exitosamente trazar sus conclusiones sin acudir a un retorno a una lógica
    de la acción y elección humanas, resulta ser una teoría incompleta e
    insatisfactoria. Como resultado, durante los últimos cincuenta años, los
    Austriacos han sido particularmente críticos de la mayor parte de la
    macroeconomía. Han señalado que analizar en términos de estadísticas agregadas
    las fluctuaciones de toda una economía, tanto en el empleo como en la producción,
    y las alzas y bajas en el nivel general de precios y de salarios, equivale a la
    sonrisa sin el gato [se refiere al cuento de Alicia en el País de las Maravilla,
    obra de Lewis Carroll, en el cual, en lo alto de un árbol, únicamente se divisaba
    la sonrisa del gato risón, mas no su cara]. Los agregados estadísticos resultan
    de conjuntar múltiples decisiones individuales que se dan en el mercado. A menos
    que uno pueda exitosamente seguir la pista a estos residuos estadísticos de
    acciones pasadas, hasta llegar a su origen en términos de una teoría coherente de
    la elección individual, poco de valor se ha explicado: por "explicado" entendemos
    a una teoría convincente de las cadenas causales que hayan creado esas
    fluctuaciones de las magnitudes macroeconómicas. Durante la mayor parte de los
    últimos cincuenta años [Ebeling publicó este ensayo en 1991], por lo general los
    economistas han fracasado en tales intentos."

    [Aprovecho para resaltar la presentación sistemática que el economista Austriaco
    Steven Horwitz hace en su reciente libro "Microfoundations and Macroeconomics: An
    Austrian Perspective" (New York: Routledge, 2000), en donde integra tres temas
    ligados a economistas Austriacos -la teoría sobre los ciclos económicos de Mises
    y Hayek, la idea de una banca libre o un sistema monetario totalmente de mercado
    (como lo sugieren White y Selgin) y las teorías pre-Keynesianas de desequilibrio
    monetario (revitalizadas por, entre otros, Leland Yeager, Axel Lejonhufvud y
    Miguel Angel Rodríguez)- de manera que responde a una pregunta que él se formula,
    "¿existe una macroeconomía Austriaca?," con un definitivo: "...sí existe una
    macroeconomía Austriaca que está con vida y goza de buena salud" (Op. Cit., p.
    2).

    También sobresale el reciente libro de Roger W. Garrison, "Time and Money: The
    Macroeconomics of Capital Structure" (New York: Routledge, 2001), quien basado en
    teorías de Hayek sobre el capital, introduce al análisis macroeconómico
    tradicional el concepto de la estructura inter-temporal del capital, con lo cual
    sustituye a la macroeconomía tradicional fundamentada en el funcionamiento de los
    mercados de trabajo, por una basada en cómo es que opera el mercado de capital,
    lo que, en criterio del autor, permite un "verdadero acoplamiento real entre los
    aspectos de corto y largo plazo del mercado" y "da un entendimiento superior de
    la naturaleza de la variación cíclica en la economía y señala el camino para una
    macroeconomía más completa basada en el capital." (Op. Cit., p. 5). Como
    observarán los lectores, hay un buen prospecto para el desarrollo de una
    macroeconomía basada en el enfoque Austriaco. De paso, ambos libros, el de
    Garrison y el de Horwitz pueden ser obtenidos bajo préstamo por mi medio.]

    [Continúo con la traducción de la introducción del profesor Ebeling]:

    "EL SUBJETIVISMO METODOLOGICO

    Los fenómenos del mercado tienen su origen en las acciones de los individuos.
    Pero, al contrario de los supuestos que generalmente se usan en la teoría de la
    competencia perfecta, los actores del mercado no realizan sus elecciones con base
    en un conocimiento perfecto. Al contrario, si los actores tuvieran tal
    conocimiento perfecto, tendría muy poco sentido la noción que nos da el sentido
    común acerca de qué es lo que significa elegir. Significa seleccionar entre
    alternativas, pero, si el conocimiento fuera perfecto, no habría una elección
    verdadera. Dado que el agente tendría conocimiento perfecto de qué es lo que
    requieren los eventos presentes y futuros, sólo podría hacer lo que ese futuro le
    dicta y demanda que haga.

    Tampoco el problema se resuelve si se asume un supuestos diferente sobre las
    probabilidades estadísticas de los resultados del mercado. La mayoría, si no es
    que todos, de los resultados del mercado poseen características y calidades que
    los hacen históricamente "únicos" y, por lo tanto, son irreducibles a clases
    homogéneas de hechos a las que se les pueden aplicar métodos estadísticos. Es
    más, la mayoría, si no es que todas las decisiones en el mercado, requieren que,
    para que quien toma las decisiones obtenga ganancias y evite pérdidas, efectúe
    juicios acerca de la forma específica en que resultarán las cosas en el mercado
    como consecuencia de sus acciones. Por lo tanto, conocer la probabilidad de un
    resultado, a partir de una serie hipotética de eventos, resulta insuficiente para
    un amplio rango de decisiones que se deben tomar en un mercado.

    Como resultado, los Austriacos han tratado de desarrollar una teoría de la
    acción humana y del proceso de mercado basada en el punto de vista del actor, en
    vez de imponerle un conjunto de supuestos hipotéticos acerca del comportamiento y
    la información. Tales supuestos bien pueden facilitar el análisis para establecer
    determinados resultados del mercado, pero no tienen éxito en explicar cómo es que
    de hecho operan los mercados, dado que los actores verdaderos en el mercado
    operan con una perspectiva distinta y un conocimiento diferentes de los que el
    economista, para propósitos de su teoría, les han dotado. Por lo tanto, los
    Austriacos han señalado que el fenómeno del mercado debe ser analizado dentro de
    un marco teórico construido a partir del conocimiento, intenciones y expectativas
    de los propios actores. Esta noción de construir una teoría a partir del punto
    de vista del actor es lo que los Austriacos dan a entender por subjetivismo
    metodológico.

    LAS CONSECUENCIAS NO PREVISTAS DE LA ACCION HUMANA Y LAS "LEYES" EN ECONOMIA

    Si los actores en las arenas del mercado y de la sociedad llevan a cabo
    decisiones por las cuales eligen y realizan acciones con un conocimiento
    imperfecto, esto significa que muchos de los resultados y consecuencias de sus
    elecciones y acciones tendrán elementos y aspectos no previstos. Los Austriacos
    señalan que la imperfección y la extensión limitada del conocimiento humano
    significan que es lógicamente imposible predecir a plenitud los eventos que se
    dan en el mercado y en la sociedad. Así mismo, que tampoco podemos saber cómo
    reaccionarán los actores ante aquellos eventos en el futuro que no fueron
    anticipados y que sus propias acciones han ayudado a generar. Eso no podrá
    saberse sino hasta que se materializan aquellas consecuencias no previstas y que
    se convierten en parte del conocimiento de los actores, sobre cuya base se
    tomarán acciones y decisiones ulteriores.

    Esta idea ha conducido a los Austriacos a señalar que "las "leyes" de la
    economía son fundamentalmente relaciones lógicas y no relaciones empíricas".
    Todo lo que puede ser "predicho" son resultados y consecuencias lógicas y
    formales que necesariamente se derivan de la limitante de la escasez, cuando se
    estudia bajo una variedad de marcos alternativos e hipotéticos. Otra forma de
    decir esto es que las leyes de la economía son relaciones del tipo, "si tal cosa,
    entonces, tal otra sucede". Los juicios informados pueden ser efectuados por los
    actores en el mercado en lo que tiene que ver con cambios futuros en la oferta y
    la demanda, o en las "elasticidades" de la demanda y la oferta, o en las tasas de
    cambio de varios factores o magnitudes a lo largo del tiempo. Pero todos los
    intentos por descubrir empíricamente relaciones económicas predecibles, han
    resultado más bien ser simples quimeras. Esta incapacidad para descubrir leyes
    empíricas de la economía debería haber sido, por sí misma, algo predecible. Los
    fenómenos del mercado surgen de las acciones y decisiones humanas; las acciones y
    elecciones humanas surgen del conocimiento, expectativas, creencias y
    preferencias que cada individuo mantiene; y los individuos no pueden saber en el
    presente lo que en el futuro será su conocimiento, expectativas, creencias o
    preferencias; por tanto, la forma específica que las cosas tendrán en el futuro,
    en lo que concierne al mercado, serán siempre inherentemente impredecibles."

    [Hasta aquí la traducción de partes de la introducción al libro de referencia,
    escrita por el profesor Richard M. Ebeling, p. p. xiii-xvi.]

    Lista de los 34 artículos y sus autores compendiados en el libro de este mes
    (están en idioma inglés):

    SECCION I: LA ESCUELA AUSTRICA –CONSIDERADA HISTORICAMENTE

    1.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Los Economistas Austriacos,
    por Richard M. Ebeling.

    2.- La Importancia de la Escuela de Economía Austriaca en la Historia de las
    Ideas, por Ludwig M. Lachmann.


    SECCION II: FILOSOFIA Y METODO DE LA ESCUELA AUSTRIACA

    3.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Metodología de la Escuela
    Austriaca, por Richard M. Ebeling.

    4.- Extractos de El Individualismo y la Filosofía de las Ciencias Sociales, por
    Murray N. Rothbard.

    5.- Ciencia Social y Ciencia Natural, por Ludwig von Mises.

    6.- El Método Individualista y el "Compuesto" de las Ciencias Sociales, por
    Friedrich A. Hayek.

    7.- Extractos de La Sociedad Humana, por Ludwig von Mises.

    8.- Los Resultados de la Acción Humana y no del Diseño Humano, por Friedrich A.
    Hayek.

    9.- La Medición como un Método Científico en Economía, por Leland B. Yeager.

    10.- Praxeología y Econometría: Una Crítica a la Economía Positivista, por Mario
    J. Rizzo.

    11.- El Entendimiento Teórico de Aquellos Fenómenos Sociales que no son un
    Producto del Acuerdo o de Legislación Positiva, sino Resultados No Previstos del
    Desarrollo Histórico, por Carl Menger.

    SECCION III: EL PUNTO DE VISTA AUSTRIACO DEL PROCESO DE MERCADO

    12.- La Cataláctica Lógica versus la Cataláctica Matemática, por Ludwig von
    Mises.

    13.- La Administración de las Utilidades, por Ludwig von Mises.

    14.- El Uso del Conocimiento en la Sociedad, por Friedrich A. Hayek.

    15.- El Significado de Competencia, por Friedrich A. Hayek.

    16.- Costo y Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional, por
    E. C. Pasour, Jr.

    17.- La Primacía del Descubrimiento Empresarial, por Israel M. Kirzner.


    SECCION IV: LA TEORIA AUSTRIACA DEL INTERES Y DEL DINERO

    18.- Extractos de El Capital y el Interés, Volumen II: Teoría Positiva del
    Capital, por Eugen von Böhm-Bawerk.

    19.- La Función de los Ahorros, por L. G. Bostedo.

    20.- La Función del Ahorro, por Eugen von Böhm-Bawerk.

    21.- La Preferencia en el Tiempo, por Murray N. Rothbard.

    22.- Extractos de Los Intereses, por Vernon A. Mund.

    23.- Complementaridad y Sustituibilidad en la Teoría del Capital, por Ludwig M.
    Lachmann.

    24.- Ludwig von Mises y la Teoría del Capital y del Interés, por Israel M.
    Kirzner.


    SECCION V: LA TEORIA AUSTRIACA DEL DINERO Y DEL CICLO DE LOS NEGOCIOS

    25.- Acerca del Origen del Dinero, por Carl Menger.

    26.- La No Neutralidad del Dinero, por Ludwig von Mises.

    27.- ¿Puede Ayudar la Estabilización de los Precios?, por M. A. Abrams.

    28.- Coordinación Inter-Temporal y la Mano Invisible: Una Perspectiva Austriaca
    acerca de la Visión Keynesiana, por Roger W. Garrison.


    SECCION VI: SISTEMAS ECONOMICOS COMPARADOS –LA PERSPECTIVA AUSTRIACA

    29.- Capitalismo versus Socialismo, por Ludwig von Mises.

    30.- Extractos de La Sociedad Libre y Próspera: Socialismo e Intervensionismo,
    por Ludwig von Mises.

    31.- ¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?, por Friedrich A. Hayek.

    32.- Los Peligros de la Regulación: Un Enfoque del Mercado como Proceso, por
    Israel M. Kirzner.

    33.- Los Efectos Distributivos de la Política Económica, por Oskar Morgenstern.

    34.- La Economía de Mercado y la Distribución de la Riqueza, por Ludwig M.
    Lachmann.

    He decidido resumir tres ensayos del libro. En primer lugar, "La Importancia de
    la Escuela Austriaca de Economía en la Historia de las Ideas," por Ludwig M.
    Lachmann, para lo cual traduzco los párrafos que, en mi criterio, son los más
    importantes e interesante, el cual se publicó originalmente en la obra editada
    por W. E. Grinder, "Capital, Expectations, and the Market Process: Essays on the
    Theory of the Market Economy" (Kansas City: Sheed, Andrews and McMeel, Inc.,
    1977). Lachmann fue profesor de economía en las Universidades de Nueva York y de
    Witwatersrand en Johannesburgo, Sur Africa. [La traducción y los paréntesis
    cuadrados son míos; asimismo, las páginas citadas se refieren, a menos que se
    haga notar otra cosa, al libro del mes bajo comentario].

    Dice Lachmann que "la importancia de la escuela Austriaca en el mundo de las
    ideas tal vez puede encontrar su expresión más creativa en su apreciación de que
    el ser humano aparece como el actor central en los acontecimientos económicos...
    en donde las relaciones económicas fluyen de actos de la mente que deben ser
    "entendidos"; esto es, que su origen, su importancia y sus efectos deben ser
    explicados dentro del marco de nuestra "experiencia común" de la acción humana" y
    que "también es importante, para entender la escuela Austriaca, destacar que en
    ella, en contraste con la escuela Clásica [principalmente la de Ricardo y sus
    discípulos], los seres humanos son percibidos como altamente desiguales... Este
    hecho es exactamente lo que enfatiza la teoría subjetiva del valor." (p. 24).

    Y agrega, "finalmente... el concepto Clásico de valor sufre un cambio
    fundamental. El valor no es una "sustancia" inherente a los bienes. El concepto
    central... es la evaluación, un acto de la mente. El valor ahora consiste en una
    relación que se da con una mente que evalúa." (p. 24).

    Asimismo, Lachmann expresa que "la teoría Austriaca necesita de la dimensión
    tiempo, puesto que la acción humana es posible tan sólo en él.... Para los
    Austriacos su verdadero objeto de interés son las transacciones tomadas en el
    curso del tiempo, pues la acción humana está orientada a formular planes y todos
    los planes requieren de la dimensión tiempo." (p. p. 27-28).

    Y, de acuerdo con Lachmann, "lo que era más importante para los Austriacos [más
    que las fuerzas que existían en un mercado en un momento dado] era tomar en
    cuenta la necesidad continua, en un mundo de cambio constante, de adaptar los
    planes económicos a tales cambios. Esto porque en dicho mundo no era posible
    lograr una condición de equilibrio general. Vemos así como los planes económicos
    tienen un lugar central en la teoría Austriaca, en tanto que queda relegado el
    nexo general del fenómeno de mercado." (p. 28).

    La teoría del cálculo económico y la centralidad de los planes dio lugar a una
    lógica de la elección que pragmáticamente involucraba el uso de fines y medios
    [logic of choice], cuya formulación clara Lachmann se la adscribe a Ludwig von
    Mises. Pero Hayek fue mucho más allá de la lógica pura de la elección, pues,
    como dice Lachmann, "lo que importa aquí es, antes que nada, el estado del
    conocimiento como la fuente de la acción humana y del proceso de cambio a través
    del tiempo..." [El método para entender en Economía] "se justifica por el hecho
    de que toda acción humana... se orienta a formular planes... son construcciones
    lógicas inmanentes al curso de la acción. Un plan le sirve al agente económico
    como una guía; uno se orienta por él. Así, las ciencias sociales pueden usar los
    planes como un medio para interpretar [el sentido de la acción]." (p. 32)

    Para Lachmann, lo que motiva la acción de los individuos es "una lógica del
    éxito [en donde] sus categorías son los medios y los fines... en la vida
    económica la mayoría de la gente lo que busca es el éxito. Luchar por tener
    éxito como lo que da sentido a la acción humana es lo que garantiza la validez de
    la lógica de la elección." (p. 32).

    Finalmente destaca Lachmann que "ha tomado al plan económico que formula el
    individuo como el prototipo del esquema de pensamiento que yace en la base de la
    acción, principalmente a cuenta de la importancia central que tiene en la teoría
    económica Austriaca. Esto no tiene un paralelo en el estudio del mundo físico"
    Pero además de los datos naturales y la acción esperada o real de otras personas,
    "hay ciertos esquemas supra-individuales de pensamiento, concretamente,
    instituciones, a los cuales deben adaptarse los esquemas de pensamiento de primer
    orden, los planes, y que sirven, por tanto y en cierto grado, para la
    coordinación de los planes individuales." (p. 36).

    El segundo ensayo que me interesó leer fue el de E. C. Pasour, Jr., "Costo y
    Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional", atraído sin duda
    por mi amplio desconocimiento del tema así como del autor. Este artículo se
    publicó originalmente en el Journal of Libertarian Studies, Vol. 2, No. 4, 1978.
    Pasour es Profesor Emérito de Economía Agrícola en la Universidad del Estado de
    Carolina del Norte, en Raleigh, Carolina del Norte.

    Pasour empieza señalando que los "políticos y la mayoría de los economistas
    (excepto los pertenecientes a la escuela Austriaca) han asumido que los costos
    relevantes para las decisiones sobre producción pueden, en efecto, ser
    definidos... [pero] los costos que influyen en la toma de decisiones son
    inherentemente subjetivos y no están sujetos a una medición objetiva..." (p.
    281).

    Indica que "los economistas Austriacos (y virtualmente todos los demás) definen
    al costo en términos del costo de oportunidad... [que] en cualquier decisión
    representa el valor de las oportunidades dejadas de tomar como resultado de la
    decisión que se llevó a cabo... enfatiza la relación entre el acto de escoger que
    lleva a cabo quien toma decisiones y las oportunidades que se dejaron de lado...
    Este costo, en tanto que influye en la elección, se basa en las expectativas de
    quien toma las decisiones y las cuales no pueden ser descubiertas por alguna otra
    persona... nadie es capaz de valorar con exactitud cuál es el valor de la
    alternativa que se sacrificó por quien tomó la decisión. Así, tal como se
    enfatiza y reconoce por los Austriacos, el costo de oportunidad de cualquier
    actividad es algo inherentemente subjetivo... Aún cuando tanto los economistas
    Austriacos como los convencionales aceptan la definición de costo en términos del
    costo de oportunidad, tal cosa es consistente únicamente con el enfoque
    subjetivista básico de los Austriacos." (p. p. 282-283).

    Dice Pasour que "los teóricos neoclásicos convencionales asumen que los costos
    son algo objetivo; esto es, que el costo de producción puede ser determinado por
    observadores externos. En la teoría neoclásica típicamente se toma al precio de
    mercado de los recursos usados en la producción como una estimación del costo de
    oportunidad... Sin embargo, el proceso de planeación ex ante inevitablemente
    involucra un juicio subjetivo de parte del empresario. Sumar los gastos de
    producción es un procedimiento objetivo, pero no brinda el costo de producción
    relevante que influye en el comportamiento del empresario." (p. 283). Tal como
    expuso James Buchanan en su artículo "¿Es la Economía una Ciencia de la
    Elección?", en Ibídem, ¿What Should Economists Do? (Indianapolis: Liberty Press, 1979) [y
    originalmente en el libro editado por Erich Streissler, Roads to Freedom –Essays
    in Honour of Friedrich A. von Hayek, (New York: Augustus M. Kelley, 1969], "por
    su naturaleza, elegir no puede ser algo que es predeterminado y, a la vez,
    permanecer siendo una elección." (p. 40 del libro de Buchanan arriba mencionado)

    El profesor Pasour expone que "en la teoría económica neoclásica, se asume que
    se conocen los costos y los ingresos... El enfoque subjetivista Austriaco, por
    otra parte, enfatiza el hecho de que tales datos no podrían, en efecto, ser
    asumidos como dados por parte de quien toma decisiones. En realidad, una de las
    funciones claves del empresario es estimar los costos e ingresos probables cuando
    escoge entre planes de producción o estrategias alternativas... es cierto que
    algunos economistas, a quienes usualmente no se les identifica con la escuela
    Austriaca, en el tema de costos están más con la tradición subjetivista Austriaca
    que con la tradición objetivista convencional Neo-Marshalliana. James Buchanan y
    Ronald Coase son buenos ejemplos de ello." (p. 285).

    Y nos refiere a Coase, al señalar Pasour que "el costo para quien toma
    decisiones involucra una evaluación ex ante de resultados futuros inciertos.
    Puesto que el futuro es siempre algo incierto, la evaluación de los resultados
    futuros variará de persona a persona y será influida por numerosos factores,
    entre los cuales se incluye a la actitud que se tenga ante el riesgo. El
    resultado es que el costo, en cuanto influye en la toma de decisiones, pierde su
    contenido objetivo." (p. 285).

    Pasour luego expone una serie de implicaciones de la diferencia entre la
    subjetividad y la objetividad de los costos. Así, por ejemplo, en el campo de la
    metodología dice que "el uso de estimaciones objetivas de costos no constituye un
    problema en cuanto sean consideradas como datos para ser usados por el empresario
    y no en cuanto a costos que influyen en las escogencias. Sin embargo, en la
    teoría neoclásica surge un serio problema cuando para propósitos normativos se
    utilizan estimaciones "objetivas" de costos hechas por observadores externos y se
    asume que representan los costos apropiados para la toma de decisiones del
    momento; es decir, para la teoría de la elección." (p. p. 289-290).

    También dicha diferencia resulta útil en el contexto de la regulación económica,
    pues mucha de ésta requiere la determinación de costos competitivos. Señala
    Pasour que "en vista de los problema de medición, no debería constituir una
    sorpresa que estudios económicos encuentren que el efecto de las comisiones
    regulatorias sobre las tasas de rendimiento sea irrelevante [por ejemplo, los
    hallazgos de George Stigler y Claire Friedland, "What Can Regulators Regulate?
    The Case of Electricity," Journal of Law and Economics, Vol. 5, octubre de 1962]
    y que "la naturaleza subjetiva de los costos también traiga los mismos problemas
    para la agencias reguladoras encargadas de fijar los precios en función del
    "interés público"." (p. p. 291-292).

    Finalmente, esa diferencia conceptual es útil al valorar la eficiencia
    económica. Por "eficiencia económica, definida significativamente, se entiende
    que quien toma las decisiones no tiene una alternativa que sea preferida en el
    momento en que se toma la decisión, dadas las circunstancias. Cuando se reconoce
    la naturaleza subjetiva del costo, resulta claro que, para el observador externo
    resulta imposible identificar cualquier acción o decisión como ineficiente o
    irracional en términos de los costos y los beneficios experimentados por quien
    toma las decisiones al momento de hacerlo." (p. 293).

    Finalmente, como tercer artículo decidí releer una parte del libro de Friedrich
    A. Hayek, Camino de Servidumbre (San José, Costa Rica: Universidad Autónoma de
    Centro América, 1986), que en el libro que se comenta aparece en forma de
    artículo y lleva por título "¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?". Es el
    capítulo 10 del libro de Hayek arriba citado (que de paso tiene un breve prólogo
    escrito por nuestro desparecido amigo Alberto Di Mare). No crean que decidí
    volver a leerlo para tratar de entenderme a mí mismo y resolver algún problema
    existencial, sino que únicamente concitó mi curiosidad cuando en las primeras
    líneas Hayek cita la famosa expresión de Lord Acton: "Todo poder corrompe, y el
    poder absoluto corrompe absolutamente". Con su relectura intento obtener
    explicaciones para tantas cosas que hoy observo a mi alrededor, pero que también
    se vivieron en el pasado y que tal vez, ojalá que no resulte así, se vivirán en
    el futuro. Como ustedes bien saben, Hayek recibió el Premio Nóbel en Economía en
    1974. Las páginas de referencia que se citan corresponde a la edición en español
    arriba citada.

    Desde el inicio, Hayek nos advierte acerca de la creencia de que "los rasgos más
    repulsivos de los regímenes totalitarios se deben al accidente histórico de
    haberlos establecido grupos de guardias negras y criminales," ante lo cual,
    naturalmente, se pregunta si "¿es que el mismo tipo de sistema [totalitario], si
    fuera necesario para lograr fines importantes, no podrían instaurarlo gentes
    decentes, para bien de la comunidad general?" (p. p. 171-172). A esto responde:
    "Hay fuertes razones para creer que los que nos parecen los rasgos peores de
    los sistemas totalitarios existentes no son subproductos accidentales, sino
    fenómenos que el totalitarismo tiene que producir por fuerza más temprano o más
    tarde. De la misma manera que el gobernante democrático que se dispone a
    planificar la vida económica tendrá pronto que enfrentarse con la alternativa de
    asumir poderes dictatoriales o abandonar sus planes, así el dictador totalitario
    pronto tendrá que elegir entre prescindir de la moral ordinaria o fracasar. Esta
    es la razón de que los faltos de escrúpulos y los aventureros tengan más
    probabilidades de éxito en una sociedad que tiende hacia el totalitarismo." (p.
    172)

    Señala Hayek que "aunque estemos dispuestos a pensar que, cuando la aspiración a
    un sistema colectivista surge de elevados motivos morales, este sistema tiene que
    ser la cuna de las más altas virtudes; la verdad es que no hay razón para que un
    sistema realce necesariamente aquellas cualidades que sirven al propósito para el
    que fue creado." (p. 173). Poco antes de que se instaure un sistema totalitario,
    Hayek dice que es “ la demanda de acción resuelta y diligente por parte del
    estado... el elemento dominante en la situación, y el disgusto por la lenta y
    embarazosa marcha del procedimiento democrático convierte la acción por la acción
    en objetivo. Entonces, el hombre o el partido que parece lo bastante fuerte y
    resuelto para “hacer marchar las cosas” es quien ejerce la mayor atracción.” (p.
    p. 173-174).

    Hayek nos advierte que “hay tres razones principales para que semejante grupo,
    numeroso y fuerte, con opiniones bastante homogéneas, no lo formen,
    probablemente, los mejores, sino los peores elementos de cualquier sociedad... En
    primer lugar, es probablemente cierto que, en general, cuanto más se eleva la
    educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y
    sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular
    jerarquía de valores. Corolario de esto es que, si deseamos un alto grado de
    uniformidad y semejanza de puntos de vista, tenemos que descender a las regiones
    de principios morales e intelectuales más bajos, donde prevalecen los más
    primitivos y “comunes” instintos y gustos." (p. 175).

    Continúa, "entra aquí el segundo principio negativo de selección: será capaz de
    obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes
    convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores
    confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia” y
    que “con el esfuerzo deliberado del demagogo hábil, entra el tercero y quizá más
    importante elemento negativo de selección para la forja de un cuerpo de
    seguidores estrechamente coherente y homogéneo. Parece casi una ley de la
    naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un
    programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven
    mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del "nosotros" y el
    "ellos", la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente
    esencial de todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común."
    (p. 176).

    Continúa Hayek: "Una de las contradicciones inherentes a la filosofía
    colectivista está en que, como descansa en la moral social humanitaria que el
    individualismo ha desarrollado, sólo puede practicarse dentro de un grupo
    relativamente pequeño... Si la "comunidad" o el estado son antes que el
    individuo; si tienen fines propios, independientes y superiores a los
    individuales, sólo aquellos individuos que laboran para dichos fines pueden ser
    considerados como miembros de la comunidad... varios factores contribuyen a
    reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De
    éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo
    a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento
    de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro
    del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños... Cuando actúan en
    nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones
    morales que dominan su conducta como individuos dentro de un grupo." (p. p.
    178-180).

    De acuerdo con Hayek, "mientras a los grandes escritores políticos
    individualistas del siglo XIX, a Lord Acton o a Jacob Burckhardt, y hasta a los
    socialistas contemporáneos nuestros que, como Bertrand Russell, han heredado la
    tradición liberal, el poder en sí les ha parecido siempre el archidiablo, para el
    colectivista puro es por sí mismo una meta... Es, más aún, el resultado de la
    necesidad en que se ven los colectivistas, para alcanzar su meta, de crear un
    poder –el poder de unos hombres sobre otros hombres- de magnitud jamás antes
    conocida, y la consecuencia de que su éxito depende de la medida en que logren
    ese poder." (p. p. 181-182).

    Para Hayek, "de los dos rasgos centrales de todo sistema colectivista, la
    necesidad de un conjunto de fines comúnmente aceptados por el grupo y el supremo
    deseo de dar al grupo el poder máximo para alcanzar estos fines, surge un sistema
    de moral social definido... es el de privar a la conciencia individual de toda
    libertad para aplicar sus propias normas y ni siquiera dar una normas generales
    que se obliga o se permite al individuo observar en todas las circunstancias...
    El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética
    individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se
    convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el
    colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve "al bien
    del conjunto", porque el "bien del conjunto" es el único criterio para él, de lo
    que debe hacerse." (p. p. 183-184).

    De acuerdo con Hayek, "mientras la masa de los ciudadanos del estado totalitario
    muestra a menudo devoción altruista hacia un ideal, aunque sea uno que nos
    repugne, la cual les hace aprobar e incluso realizar tales actos, no puede
    decirse lo mismo en defensa de quienes dirigen su política. Para ser un elemento
    útil en la conducción de un estado totalitario no basta que un hombre esté
    dispuesto a aceptar especiosas justificaciones para viles hazañas; tiene que
    estar activamente dispuesto a romper con toda norma moral que alguna vez haya
    conocido, si se considerase necesario para el logro del fin que se le ha
    encomendado... No deben tener ideales propios a cuya realización aspiren, ni
    ideas acerca del bien o del mal que puedan interferir con las intenciones del
    líder... Los únicos gustos que se satisfacen son el del poder como tal, el placer
    de ser obedecido y el de formar parte de una máquina eficaz e inmensamente
    poderosa a la cual todo tiene que dejar paso." (p. p. 188-189).

    Y termina Hayek, "por consiguiente, así como hay poco que pueda inducir a los
    hombres que son justos, según nuestros criterios, a pretender posiciones
    directivas en la máquina totalitaria, y mucho para apartarlos, habrá especiales
    oportunidades para los brutales y los faltos de escrúpulos. Habrá tareas que
    cumplir cuya maldad, vistas en sí, nadie pondrá en duda, pero que tienen que
    llevarse a cabo en servicio de algún fin superior y han de ejecutarse con la
    misma destreza y eficiencia que cualquier otra. Y como habrá necesidad de actos
    intrínsecamente malos, que todos los influidos por la moral tradicional se
    resistirán a tomar sobre sí, la disposición para realizar actos perversos se
    convierte en un camino para el ascenso y el poder." (p. p. 189).

    Una vez más les recuerdo que si desean leer este libro bajo comentario, así como
    cualquiera de los cerca de diez libros del mes que previamente he comentado en
    palestra, pues ya saben como pueden obtenerlo por mi medio. Y que pasen una
    Feliz Navidad y un 2003 pleno de satisfacciones.

    Jorge Corrales Quesada

  3. #13

    2002-03-03 LIBRO DEL MES DE MARZO

    2002-03-03 LIBRO DEL MES DE MARZO

    No se si ustedes se han dado cuenta de que, en la página 2 del periódico La
    República, todos los días se entrevista a personas consideradas exitosas y que
    dos de las preguntas que se les formulan son: (1) que diga cual es su libro
    favorito y (2) que indique cual fue el último libro que leyó. Siempre nombran
    las obras que han leído. Eso me llena de optimismo, pues muestra que en esta
    sociedad las personas leen. Es por ello que vuelvo a invitar a los apreciados
    miembros de palestra, para que envíen comentarios o resúmenes de los libros de
    interés que hayan leído recientemente, pues llegar a conocer de ellos nos podría
    beneficiar a todos.

    El libro del mes de marzo es The Elgar Companion to Austrian Economics, editado
    por Peter J. Boettke (Edward Elgar: Cheltenham, Inglaterra, 1994), el cual
    presenta una colección de 87 ensayos escritos por lo más graneado de pensadores a
    quienes, con los problemas obvios que tiene una clasificación de esta índole, se
    les puede considerar como integrantes actuales de la llamada escuela de economía
    austriaca.

    Dado que uno de los objetivos que intento lograr con estos "libros del mes" es
    que sirva como fuente bibliográfica para los integrantes de palestra, a pesar de
    que esta publicación contiene numerosos ensayos, les presento una lista de ellos
    y sus autores, por si a algún miembro de palestra le interesa la lectura
    particular de alguno. Además, reflejando mis preferencias, expondré (traduciré)
    brevemente las principales ideas contenidas en 10 de esos ensayos; uno por cada
    sección del libro bajo comentario.

    Los artículos contenidos en el libro (traduzco sus títulos) y sus
    correspondiente autores son los siguientes:

    1.- Introducción, por Peter Boettke, de la Universidad George Mason, Washington,
    D.C.

    PARTE I: METODOLOGÍA Y CONCEPTOS TEORICOS DE LA ECONOMIA AUSTRIACA

    A.- PRINCIPIOS METODOLOGICOS

    2.- El Individualismo Metodológico, por Gregory B. Christainsen, de la
    Universidad del Estado de California en Hayward, California.
    3.- El Subjetivismo, por Steven Horwitz, de la Universidad Saint Lawrence,
    Canton, Nueva York.
    4.- El Mercado Visto como un Proceso, por Sanford Ikeda, de la Universidad del
    Estado de Nueva York en Purchase, Nueva York.

    B.- FUNDAMENTOS FILOSOFICOS

    5.- El Aristotelismo, el Apriorismo, el Esencialismo, por Barry Smith, de la
    Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo, Nueva York.
    6.- La Fenomenología y la Economía, por G. B. Madison, de la Universidad
    McMaster, Hamilton, Canadá.
    7.- El Formalismo en la Economía del Siglo Veinte, por Arjo Klamer, de la
    Universidad Erasmus, Rotterdam, Holanda.
    8.- La Revolución Interpretativa, por Don Lavoie, de la Universidad George
    Mason, Washington, D.C.
    9.- La Causalidad y la Causalidad Genética en la Teoría Económica, por Robin
    Cowan, de la Universidad de Western Ontario, London, Canadá.
    10.- La Metodología de los Tipos Ideales en Economía, por Roger G. Koppl, de la
    Universidad Fairleigh Dickinson, Madison, Nueva Jersey.
    11.- La Praxeología, por David L. Prychitko, anteriormente de la Universidad del
    Estado de Nueva York en Oswego, Nueva York.

    C.- CONCEPTOS Y PRINCIPIOS DE LA TEORÍA ECONOMICA

    12.- La Utilidad Marginal, por Jack High, anteriormente de la Universidad de
    Harvard, Boston, Massachussets.
    13.- Los Costos, por Mario J. Rizzo, de la Universidad de Nueva York, Nueva
    York.
    14.- La Competencia, por Mark Addleson, de la Universidad George Mason,
    Washington, D.C.
    15.- El Empresariado, por Israel M. Kirzner, de la Universidad de Nueva York,
    Nueva York.
    16.- El Tiempo en Economía, por Mario J. Rizzo, autor del libro "The Economics
    of Time and Ignorance", Routledge. 1996.
    17.- El Riesgo y la Incertidumbre, por Richard Langlois, Universidad de
    Connecticut en Storrs, Connecticut.
    18.- La Productividad Marginal, por Walter Block, Universidad de Loyola, Nueva
    Orleans, Louisiana.
    19.- La Eficiencia, por Roy E. Cordato, Universidad Campbell, Carolina del
    Norte.
    20.- La Oferta y la Demanda, por Paul Heyne, Universidad de Washington, Seattle,
    Washington.
    21.- Las Pérdidas y las Ganancias, por Charles W. Baird, Universidad del Estado
    de California en Hayward, California.
    22.- La Teoría Austriaca del Precio, por Jack High, Universidad George Mason,
    Washington, D.C.
    23.- La Rivalidad Diferente a la de Precios, por W. Duncan Reekie, Universidad
    de Witwatersrand, Johannesburgo, Africa del Sur.
    24.- La Economía de la Información, por P.D.F. Strydom, Sankorp Ltd, Standton,
    Africa del Sur.
    25.- Los Precios y el Conocimiento, por Esteban F. Thomsen, Techint, Buenos
    Aires, Argentina.
    26.- Los Límites de la Firma, por Richard Langlois, autor junto con Paul L
    Robertson del libro "Empresas, Mercados y Cambio Económico", Barcelona; Proyecto
    A Ediciones, 2000.
    27.- El Teorema de Coase, por Donald J. Boudreaux, anteriormente de la
    Universidad Clemson, Carolina del Sur.
    28.- Los Sistemas que se Organizan por Sí Mismos, por Friedrich Hinterberger,
    Universidad Justus Liebig, Gossen, Alemania.
    29.- Las Explicaciones de la "Mano Invisible", por Roger G. Koppl, autor del
    libro "Big Players and the Economic Theory of Expectations", Palgrave Macmillan,
    New York, 2002.
    30.- El Orden Espontáneo, por Ulrich Fehl, Universidad Philipps, Marburg,
    Alemania.

    PARTE II: CAMPOS DE INVESTIGACION

    31.- La Teoría del Capital, por Peter Lewin, Universidad de Dallas, Irving,
    Texas.
    32.- La Teoría Austriaca del Ciclo de los Negocios, por Robert J. Batemarco,
    Marymount College, Tarrytown, Nueva York.
    33.- Los Sistemas Económicos Comparados, por David L. Prychitko, Universidad de
    Northern Michigan, Marquette, Michigan.
    34.- La Economía de las Finanzas, por Mark Skousen, Rollins College, Winter
    Park, Florida.
    35.- La Organización Industrial, por Jerome Ellig, Universidad George Mason,
    Washington D.C.
    36.- La Teoría Monetaria Internacional, por Joseph T. Salerno, Universidad Pace,
    Nueva York.
    37.- La Economía del Trabajo, por Don Bellante, Universidad de South Florida,
    Tampa, Florida.
    38.- El Derecho y la Economía, por Donald J. Boudreaux, Universidad George
    Mason, Washington D.C.
    39.- La Filosofía del Derecho, por Bruce L. Benson, Universidad del Estado de
    Florida, Tallahassee, Florida.
    40.- La Teoría de los Bienes Públicos, por Anthony de Jasay, académico
    independiente, Palvel, Francia.
    41.- La Economía de la Elección Pública, por Charles K. Rowley, Universidad
    George Mason, Washington D.C.
    42.- La Teoría Económica de la Regulación, por Gary M. Anderson, Universidad del
    Estado de California en Northridge, California.
    43.- La Economía de los Recursos Naturales, por Charles N. Steele, Universidad
    de Nueva York, Nueva York.
    44.- La Economía Austriaca del Bienestar, por Tyler Cowen, Universidad George
    Mason, Washington, D.C.

    PARTE III: ECONOMIA APLICADA Y POLITICA PUBLICA

    A.- FILOSOFIA POLITICA

    45.- El Valor-Libertad, por Israel M. Kirzner, autor del libro "Discovery and
    the Capitalist Process", Chicago: The University of Chicago Press, 1985.
    46.- El Liberalismo Clásico y la Escuela Austriaca, por Ralph Raico, Universidad
    del Estado de Nueva York en Buffalo, Nueva York.
    47.- El Utilitarismo por Leland B. Yeager, Universidad de Auburn, Auburn,
    Alabama.
    48.- La Teoría del Contrato Social por Viktor Vanberg, Universidad George Mason,
    Washington, D.C.

    B.- ANÁLISIS ECONOMICO DE LA POLITICA PUBLICA

    49.- El Intervencionismo, por Sanford Ikeda, autor del libro "Dynamics of the
    Mixed Economy", New York: Routledge, 1997.
    50.- La Economía Política del Control de Precios, por E.C. Pasour, Universidad
    del Estado de Carolina del Norte, Raleigh, Carolina del Norte.
    51.- La Economía de la Prohibición, por Mark Thornton, Universidad de Auburn,
    Auburn, Alabama.
    52.- La Economía del Género y de la Raza, por Deborah Walker, Universidad de
    Loyola, Nueva Orleans, Lousiana.
    53.- La Curva de Phillips, por Don Bellante, anteriormente en la Universidad de
    Auburn, Auburn, Alabama.
    54.- Los Impuestos, por Roy Cordato, autor del libro "Welfare Economics and
    Externalities in an Open Ended Universe", New York: Kluwer Academic Publishers,
    1992.
    55.- La Organización Industrial y la Escuela Austriaca, por Thomas J. DiLorenzo,
    Universidad de Loyola, Baltimore, Maryland.
    56.- La Publicidad, por Robert Hébert, Universidad de Auburn, Auburn, Alabama.
    57.- Las Fusiones y el Mercado del Control Corporativo, por Peter G. Klein,
    Universidad de California en Berkeley, California.
    58.- La Inflación, por Steven Horwitz, autor del libro "Microfoundations and
    Macroeconomics: An Austrian Perspective", New York: Routledge, 2000.
    59.- La Banca Libre, por Kevin Dowd, Universidad Sheffield Hallam, Inglaterra.
    60.- La Historia de la Banca Libre, por Kurt Schuler, académico independiente,
    Arlington, Virginia.
    61.- La Regulación Financiera, por Randall S. Kroszner, Universidad de Chicago,
    Chicago, Illinois.
    62.- El Ciclo Político de los Negocios, por Richard E. Wagner, Universidad
    George Mason, Washington, D.C.
    63.- La Gran Depresión, por Mark Skousen, autor del libro "Structure of
    Production", New York: New York University Press, 1990.
    64.- El Colapso del Comunismo y la Reforma Post-Comunista, por James A. Dorn,
    Universidad Estatal Towson, Baltimore, Maryland.
    65.- La Privatización, por Zenon Zygmont, Reed College, Portland, Oregon.

    PARTE IV: HISTORIA DEL PENSAMIENTO Y ESCUELAS Y ENFOQUES ALTERNATIVOS

    A.- LOS DEBATES CLASICOS

    66.- El Methodenstreit, por Samuel Bostaph, Universidad de Dallas, Irving,
    Texas.
    67.- El Debate entre Böhm-Bawerk y Hilferding, por Peter Rosner, Universidad de
    Viena, Austria.
    68.- El Debate Macroeconómico entre Hayek y Keynes, por William N. Butos,
    Trinity College, Hartford, Connecticut.
    69.- El Debate acerca del Cálculo en el Socialismo, por Karen I. Vaughn,
    Universidad George Mason, Washington, D.C.

    B.- PRECURSORES Y ALTERNATIVAS

    70.- Los Ultimos Escolásticos, por Alejandro A. Chafuén, Fundación Atlas para la
    Investigación Económica, Fairfax, Virginia.
    71.- Los Predecesores Alemanes de la Escuela Austriaca, por Eric W. Streissler,
    Universidad de Viena, Austria.
    72..- La Teoría Alemana del Mercado como Proceso, por Wolfgang Kerber, Instituto
    Walter Eucken, Freiburg, Alemania.
    73.- La Escuela de Friburgo acerca del Derecho y la Economía, por M.E. Streit,
    Instituto Max Planck para la Investigación de los Sistemas Económicos, Jena.
    Alemania.
    74.- Los Marxismos y los Mercados como Procesos, por David L. Prychitko, autor
    del libro "Marxism and Workers' Self Management", Westport, Connecticut:
    Greenwood Publishing Group, 1991.
    75.- La Macroeconomía Pre-Keynesiana, por Leland B. Yeager, autor del libro "The
    Fluttering Veil: Essays on Monetary Disequilibrium", Indianapolis, Indiana:
    Liberty Fund Inc., 1997.
    76.- La Escuela de Economía Austriaca y el (Viejo) Institucionalismo
    Estadounidense, por Malcolm Rutherford, Universidad de Victoria, Canadá.
    77.- La "Nueva" Economía Institucional, por Richard Langlois, editor, junto con
    Tony Fu-Lai Yu y Paul L. Robertson, del libro "Alternative Theories of the Firm",
    Cheltenham, Inglaterra: Edward Elgar, en prensa, 2003.
    78.- La Economía Evolucionaria, por Ulrich Witt, Universidad Albert-Ludwigs,
    Freiburg, Alemania.
    79.- Los ¿Modelos Austriacos? Posibilidades de la Computación Evolucionaria, por
    Don Lavoie, coautor, con Emily Chamlee-Wright, del libro "Culture and Enterprise:
    The Development, Representation, and Morality of Business", New York:: Routledge,
    2000.
    80.- Las Instituciones Sociales y La Teoría de Juegos, por Andrew Schotter,
    Universidad del Estado de Nueva York, Nueva York.
    81.- El Monetarismo, por John B. Egger, Universidad Estatal Towson, Baltimore,
    Maryland.
    82.- La Economía del Lado de la Oferta, por Roy E. Cordato, coautor, con Sheldon
    L. Richman, de "Tax Rate vs Tax Base: A Public Choice Perspective on the
    Consequences for the Growth of Government," Journal of Libertarian Studies, VIII,
    1, 1986.
    83.- La Nueva Economía Clásica, por Kevin D. Hoover, Universidad de California
    en Davis, California.
    84.- La Nueva Economía Keynesiana, por Sean Keenan, Universidad del Estado de
    Nueva York, Nueva York.
    85.- Los Nuevos Ricardianos, por Fiona C. Maclachlan, Manhattan College,
    Riverdale, Nueva York.
    86.- La Nueva Economía Monetaria, por Tyler Cowen y Randall S. Kroszner, el
    primero autor del libro "In Praise of Commercial Culture", Cambridge,
    Massachussets: Harvard University Press, 1998 y el segundo, coautor con Tyler
    Cowen, del libro "Explorations in the New Monetary Economics", Cambridge: Basil
    Blackwell, 1994.


    PARTE V: CONCLUSION

    87.- Los Caminos Futuros Alternativos para la Economía Austriaca, por Peter J.
    Boettke, autor del libro "Calculation and Coordination: Essays on Socialism and
    Transitional Political Economy", New York: Routledge, 2001.


    A continuación se presentan breves resúmenes de las principales ideas que se
    presentan en diez artículos.


    1.- INTRODUCCIÓN, por Peter Boettke.

    En su opinión "la escuela de Economía austriaca no es monolítica. Hay varias
    tendencias o sub-culturas dentro de la escuela austriaca contemporánea. Están,
    por ejemplo, quienes piensan que la economía austriaca es una rama de la escuela
    neoclásica, que es la corriente principal en Economía; están quienes ven a la
    escuela como representante de una alternativa radical a la corriente principal; y
    están aquellos quienes principalmente ven la escuela como formando parte de un
    programa más amplio de teoría social. Es más, esta divergencia de opinión no es
    un fenómeno reciente. La tensión entre diferentes interpretaciones de la escuela
    austriaca puede sentirse a través de su historia... [si bien] persistió algo
    radicalmente diferente acerca de la escuela austriaca de economía: (1) no fue
    matemática, (2) a menudo fue filosófica, (3) la naturaleza dinámica de la
    actividad económica estuvo en el centro de la escena, y (4) lidió con temas
    sociales y políticos que estaban más allá de la producción e intercambio del
    mercado."

    Prosigue Boettke: "Continúan los debates entre y dentro de las diversas
    facciones acerca de temas fundamentales, como la extensión del subjetivismo, el
    uso de modelos de equilibrio, la naturaleza de la elección humana, los
    fundamentos metodológicos de las ciencias humanas, el papel de la teoría política
    y la relación de los argumentos éticos con la ciencia económica."

    Continúa: "En esta tradición “del enfoque austriaco”, la tarea de la Economía es
    dual; primero, el economista debe hacer inteligible el fenómeno económico en
    términos de la acción humana como propósito; segundo, el economista debe trazar
    las consecuencias no previstas de esas acciones. Para lograr tales objetivos,
    los austriacos creen que es necesario aferrarse a tres principios metodológicos
    básicos: (1) el individualismo metodológico, (2) el subjetivismo metodológico, y
    (3) la atención teórica deberá descansar en procesos, más que en estados de
    equilibrio."


    2. EL MERCADO VISTO COMO UN PROCESO, por Sanford Ikeda.

    En opinión de Ikeda, "el mayor desafío para alguien entrenado en la economía
    neoclásica estándar e interesado en descubrir el sentido de la teoría austriaca
    del mercado visto como un proceso, es reconocer la existencia de una "ignorancia
    radical". Ser ignorante radicalmente difiere de ser ignorante por elección, o
    "racionalmente ignorante", porque la primera refleja el profundo
    desconocimiento de un actor acerca de algún aspecto del mundo que es relevante
    cuando se escoge."

    Agrega que "...los intercambios en el mercado pueden no llevarse a cabo debido a
    los altos costos de información, o porque los actores no se dan cuenta a plenitud
    de la existencia de una doble coincidencia de deseos, independientemente de si
    los costos de información son bajos o inexistentes... En el contexto del proceso
    de mercado, el "empresariado" consiste, en esencia, en estar alerta a casos en
    que, debido a la presencia de la ignorancia radical, los recursos son
    sobrevaluados o subvaluados con respecto a usos alternativos... la función social
    del empresariado, su carácter normativo, involucra el descubrimiento de
    inconsistencias y errores, con respecto a las preferencias subyacentes de los
    actores en el mercado, generados por la ignorancia radical."

    Continúa: "También impulsando al proceso de revelar errores está un incremento
    por parte de los actores en darse cuenta de la posibilidad de ganancias, quienes
    tienden a proseguir un descubrimiento empresarial en una línea de actividad, lo
    cual promueve un proceso de búsqueda de ganancias espontáneo y caracterizado por
    la rivalidad... En resumen, el "proceso de mercado" es un orden espontáneo
    sostenido por un marco institucional en el cual predominan el libre intercambio y
    la propiedad privada, y que emerge de los propósitos esencialmente independientes
    de los actores individuales, quienes efectúan planes a la luz de la ignorancia
    parcial y del cambio no anticipado."

    Ikeda señala que "los criterios basados en el equilibrio, necesariamente tienen
    que ver principalmente con estados finales [end states], en donde todos los
    ajustes que llevan al equilibrio han tomado su lugar y ha cesado la actividad
    empresarial. En contraste, el criterio normativo basado en un proceso, tendría
    que ver menos con el grado en el cual las condiciones actuales del mercado se
    desvían de un estado final ideal, y se enfoca más bien a si existen condiciones
    en el mercado... que facilitan el descubrimiento de errores basados en el
    mercado."

    Posteriormente expone que "en el modelo del mercado como proceso... la
    competencia y el monopolio no son opuestos polares, tal como lo indica la teoría
    neoclásica. En vez de ello, ambos coexisten... ambos son fenómenos de no
    equilibrio y no son sintetizados en una construcción de equilibrio híbrida... el
    monopolio en una línea de producción única puede reducir en cierto grado la
    competencia en la totalidad del sistema... pero, por otra parte, puede estimular
    la competencia, al proteger las ganancias durante el tiempo suficiente para
    asegurar utilidades a los innovadores, de manera que, en el neto, tales
    monopolios protegen al proceso de mercado."

    Y concluye en que, "para resumir nuestra discusión acerca del carácter del
    mercado visto como un proceso, contrastemos sus características más importantes
    en comparación con aquéllas de un mercado en equilibrio. Un mercado en
    equilibrio posee, cualesquiera sea su estructura, las siguientes propiedades:

    1. Hay una coordinación completa (expectativas que se refuerzan mutuamente)
    entre los planes de los agentes individuales, en donde estos planes son también
    consistentes con las preferencias subyacentes, la tecnología y los recursos.
    2. el comportamiento es "racional", en el sentido de que, céteris páribus, dada
    toda la información relevante, los agentes maximizan la utilidad, escogiendo los
    medios de menor costo para satisfacer sus preferencias dadas.
    3. Todo cambio es predecible, eliminando la posibilidad de errores genuinos, de
    arrepentimientos y de sorpresas.
    4. Las pérdidas o ganancias económicas, siendo inconsistentes con el equilibrio,
    son inexistentes o están en proceso de desaparición.
    5. Prevalecen los precios de equilibrio, asegurando la consistencia de los
    planes entre individuos y con los datos subyacentes.
    6. Dados los costos de transacción, el mercado asigna los recursos hacia sus
    usos más valorados.

    Los rasgos contrastantes del mercado visto como un proceso, son los siguientes:

    1. Los planes de por lo menos algunos actores están en conflicto y son
    inconsistentes con los datos subyacentes, aun cuando la coordinación parcial
    preserva un cierto grado de coherencia en el mercado.
    2. La acción "tiene un propósito", en donde los actores buscan mejorar su
    percepción del estado del mundo, aunque conocen algo menos que la totalidad de
    medios disponibles para hacerlo.
    3. Siendo incompleto su conocimiento de los datos relevantes, los actores
    experimentan el error, el cambio impredecible, el arrepentimiento y la sorpresa.
    4. Son esenciales las pérdidas y ganancias económicas, persistentes y
    recurrentes.
    5. Existen precios que no son de equilibrio, que reflejan la descoordinación,
    pero señalan oportunidades para un plan de ajuste que da lugar a ganancias.
    6. La presencia del error ocasiona una asignación ineficiente de recursos, que
    el mercado tiende a corregir."


    3. LA CAUSALIDAD Y LA CAUSALIDAD GENÉTICA EN LA TEORÍA ECONÓMICA, por Robin
    Cowan.

    El expone que "En contraste con el método del equilibrio, el enfoque de
    causalidad genética ve la causalidad en Economía desde dos puntos de vista: en
    cuanto se relaciona con la toma de decisiones del individuo y en cuanto se
    relaciona con el proceso del mercado. El primero se refiere a la causa de una
    decisión o acción particular, en tanto que la última trata de la secuencia de
    decisiones que dan lugar a los resultados generales en el mercado... El análisis
    de causalidad genética de la toma de decisiones individuales enfatiza el papel de
    los motivos y de los deseos como causa de la acción humana... El análisis
    clásico de la competencia se centró en una visión de causalidad genética del
    proceso de mercado, debido a que su concepción de competencia era una de un
    comportamiento basado en la rivalidad, en vez de un tipo particular de
    equilibrio... El inicio del alejamiento del análisis de causalidad puede
    observarse en Cournot y en Ricardo, quienes dejaron de lado los efectos
    inmediatos de los cambios en la economía y se concentraron en los resultados
    finales del proceso competitivo."

    Posteriormente señala que Hayek "vio que el tema central era mostrar como un
    estado de equilibrio es, o puede ser, obtenido a partir de un proceso de
    desequilibrio. El enfoque de Hayek a este problema descansaba mucho en la
    tradición de causalidad genética. El vio al mercado como un proceso de
    adquisición y de transmisión del conocimiento. Desde este punto de vista, el
    equilibrio se define en términos de las creencias de los agentes, en el sentido
    de que se logra cuando los planes de los agentes sean mutuamente compatibles.
    Cuando todos los agentes pueden llevar a cabo sus planes, no hay razón para que
    la gente revise sus creencias acerca del mundo... y se llega a un estado de
    equilibrio [steady state]. Pero, cuando algunos planes se frustran, debe haber
    agentes cuyas predicciones fueron incorrectas y que, por tanto, revisarán sus
    creencias... y subsecuentemente sus planes. De esta manera, el proceso de
    causalidad en el mercado consiste en la adquisición y diseminación del
    conocimiento: los agentes aprenden tanto acerca del mundo externo objetivo como
    de lo que otros agentes planean hacer y, por medio de sus acciones, comunican
    este conocimiento a otros agentes. Estos cambios en las creencias continúan
    hasta que todos los planes sean compatibles; esto es, hasta que exista una
    compatibilidad subyacente o equilibrio de creencias."


    4. EL TIEMPO EN ECONOMÍA, por Mario J. Rizzo.

    Para este autor, "la concepción dinámica del tiempo; esto es, la percepción
    subjetiva del paso del tiempo, es hoy en día... exclusivamente austriaca... el
    proceso de planificación toma lugar en el tiempo al vivirse (la visión dinámica
    del tiempo) en tanto que los contenidos del plan en sí mismos son distribuidos en
    el tiempo espacializado e intelectualizado (la visión estática del tiempo)."

    "La concepción dinámica del tiempo fue formulada, en la era moderna, por las
    tradiciones filosóficas que surgieron de los trabajos de Henri Bergson y de
    Edmund Husserl... la concepción dinámica del tiempo es un producto resultante del
    enfoque austriaco tradicional en el plan, como centro del análisis económico...
    el tiempo dinámico o Bergsoniano involucra el crecimiento del conocimiento cuando
    los individuos hacen planes o los revisan. Al experimentar el tiempo, es tiempo
    como aprendizaje de la experiencia o, puesto de otra manera, la experiencia
    temporal "es" un aprendizaje... La distinción crucial entre las concepciones
    estática y dinámica del tiempo yace en la memoria y la anticipación. El universo
    estático de la mecánica Newtoniana es uno, ya sea sin memoria o sin anticipación
    Cada momento es aislado de su predecesor o de su sucesor, de la misma forma en
    que los puntos en una línea están radicalmente separados el uno del otro... El
    tiempo al vivirse, el tiempo al experimentarse, está intrínsecamente ligado a la
    memoria del pasado y a la anticipación del futuro."

    Prosigue Rizzo, "Paradójicamente, es la misma continuidad en el tiempo bajo la
    perspectiva Bergsoniana, la que es responsable de la producción continua de
    novedades. El paso del tiempo es un flujo de experiencias nuevas en cuanto a que
    el presente "es distinto del pasado" o, más precisamente, diferente de la memoria
    que se tiene de él... Estas novedades se deben fundamentalmente a los cambios,
    algunas veces sutiles, del punto de vista individual, al crecer su conocimiento
    mediante la ampliación de la memoria... en tanto que la novedad es una
    característica inevitable del tiempo vivido (tiempo real, tiempo Bergsoniano), la
    significación práctica de esa novedad varía con las circunstancias. En
    principio, sin embargo, cambio y novedad son las normas..."

    Concluye Rizzo: "la atención que se pone al proceso de planificación es una
    resultante natural del interés austriaco sobre el desequilibrio y, por tanto, con
    la revisión de los planes. El proceso de revisar los planes, así como el de
    hacerlos desde un inicio, toma lugar en el tiempo, al vivirse éste... Nadie duda
    que el subjetivismo ha sido un elemento crítico en el desarrollo de la economía
    austriaca... cuando se le aplica al tiempo, produce "conciencia del tiempo". La
    conciencia del tiempo implica una diferenciación entre el pasado, el presente y
    el futuro. Y no puede existir tal diferenciación sin que haya novedades. ¿Qué
    nos permitiría distinguir, en un mundo temporal "homogéneo", un período de tiempo
    de otro? Claramente, nada. Sin embargo, la novedad puede existir tan sólo si se
    hace referencia a un pasado diferenciado -a un pasado que existe en la memoria.
    Así, la conciencia del tiempo implica tanto novedad como continuidad dinámica.
    Estos dos pilares de la concepción dinámica del tiempo -la concepción de Bergson-
    son derivados del subjetivismo que por mucho tiempo ha sostenido la escuela
    austriaca."


    5. LA ECONOMÍA AUSTRIACA DEL BIENESTAR, por Tyler Cowen.

    Cowen señala que "en la economía neoclásica, la economía del bienestar se
    sustenta en la teoría del óptimo Paretiano y en la aplicación práctica del
    análisis de costo-beneficio... El punto de vista austriaco que se ha desarrollado
    se basa, en diferentes grados, en los principios subyacentes del subjetivismo,
    del individualismo metodológico y en la visión del mercado como un proceso
    dinámico."

    "La economía del bienestar Paretiana ha resuelto el problema del Wertfreiheit
    (ausencia de juicios de valor) aceptando ciertos supuesto éticos subyacentes...
    [en tanto] que los economistas austriacos se han enfocado en los temas
    fundamentales que involucran una relación entre ética y economía... [con ello]
    han anticipado la reciente revolución Post-Paretiana en la economía del bienestar
    (Amartya Sen, el nuevo cardinalismo, etcétera). Sin embargo, no han tratado
    explícitamente la mayoría de temas que se debaten en la literatura
    Post-Paretiana."

    Señala Cowen que "los austriacos han criticado a la teoría Paretiana por su
    marco de medios y fines dados... En contrate, los austriacos enfatizan la
    innovación y el descubrimiento de posibilidades previamente desconocidas, en vez
    de las técnicas de optimización matemática.

    El análisis de costo-beneficio también ha estado sujeto a mucha de la crítica
    austriaca. Por su misma naturaleza, el análisis de costo-beneficio debe sumar
    magnitudes monetarias y agregar individuos diferentes. Numerosos austriacos han
    discutido que este procedimiento viola al individualismo metodológico, además de
    que asume que los costos relevantes son medidos objetivamente... Muchos ensayos
    de austriacos acerca de la economía del bienestar enfatizan la naturaleza cargada
    de juicios de valor que están en los juicios de eficiencia o de política
    pública."

    Concluye Cowan que, en el análisis de la economía del bienestar, hay desorden en
    el campo austriaco y que "los enfoques austriacos vigentes comparten cierta
    insatisfacción común con la economía del bienestar Paretiana, pero que no ha
    habido acuerdo acerca de una alternativa que sea operacional y aún hasta
    coherente. Es posible que los enfoques austriacos continúen siendo
    caracterizados por su escepticismo acerca de las prácticas neoclásicas, más que
    por la construcción de un conjunto de métodos alternativos para el economista
    normativo. Si esto constituye una fortaleza o una debilidad de los enfoques
    austriacos actuales, probablemente dependerá del punto de visto propio que se
    tenga acerca de la relación entre la ética y la economía."


    6. EL LIBERALISMO CLÁSICO Y LA ESCUELA AUSTRIACA, por Ralph Raico.

    Raico señala que "la base teórica del liberalismo clásico... es la concepción de
    que la sociedad civil esencialmente se autorregula cuando sus miembros son libres
    de actuar dentro de los muy amplios límites de sus derechos individuales. Entre
    estos, el derecho a la propiedad privada, incluyendo la libertad de contrato y la
    libre disposición del propio trabajo que uno realiza, disfruta de una elevada
    prioridad. Históricamente, el liberalismo ha desplegado una hostilidad a la
    acción del estado, por lo cual busca reducirlo al mínimo."

    En cuanto a la relación de la escuela austriaca con el liberalismo, Raico señala
    que "su neutralidad en lo que tiene que ver con los valores y, por tanto, con las
    ideologías, puede ser aceptada en el sentido formal de que no hay doctrinas
    austriacas que den lugar a posiciones liberales, sin que haya una interposición
    de juicios de valor particulares. Sin embargo, tanto oponentes como partidarios
    de la escuela austriaca han reconocido las múltiples conexiones que hay entre la
    escuela austriaca y el liberalismo. Estos ligámenes existen en los campos de la
    metodología, de la teoría económica... y en el desarrollo histórico de la
    escuela."

    En cuanto al área de la metodología, señala Raico que "el individualismo
    metodológico ha sido un pilar de la economía austriaca... implica la eliminación
    de sistemas holísticos que tratan a entidades tales como raza, nación o clase
    como si fueran primarios que no pueden ser objeto de una reducción (una de las
    razones de la oposición al pensamiento austriaco provenientes de la derecha y de
    la izquierda). Así... este procedimiento tiene el efecto de excluir algunas
    ideologías importantes como incompatibles con el liberalismo, tales como el
    Marxismo clásico y variedades de racismos e hipernacionalismos..."

    Continúa exponiendo: "Algunos escritores marxistas han criticado a la
    metodología austriaca por supuestamente atrofiar el entendimiento de la realidad
    social, al concentrarse en la sicología de individuos aislados, atomísticos, y
    con ello desviar la atención lejos de preguntas cruciales de "economía política"
    que han sido el centro de atención de la economía clásica (incluyendo al
    marxismo). Sin embargo, el enfoque de abstracción austriaca tiene que ver
    –necesariamente- con su teoría. Es cierto que la mayoría de los austriacos se
    han negado a "aplicar" su teoría para resolver historias concretas, "de la vida
    real", pero esta omisión no es intrínseca a su enfoque económico..."

    Continúa Raico: "una característica ligada a la metodología austriaca es su
    "subjetivismo"... El subjetivismo austriaco encuentra análogos en
    modalidades liberales esenciales, tales como individualidad, creatividad
    individual, y diferencias y desigualdades entre los individuos... Al combatir las
    ideologías autoritarias, los liberales históricamente se enfocaron en el ser
    humano individual como la fuente originaria de la creatividad y del progreso
    social. De esto derivaron la mayor y más general demanda del liberalismo, cual
    es la necesidad de conceder la amplitud máxima posible a la libertad individual
    para escoger y para actuar."

    En cuanto a la política económica, "la metodología individualista y subjetivista
    de los austriacos tiende a producir un escepticismo en relación con los modelos
    macroeconómicos de la economía tradicional, con sus supuestos de que varias
    magnitudes globales interactúan la uno sobre la otra -una precondición para tanta
    intervención estatal en la economía. El subjetivismo austriaco genera un
    escepticismo similar hacia la economía del bienestar convencional..."

    Raico prosigue su exposición señalando que "La individualidad posee una conexión
    íntima, tal vez aún hasta lógica, con la diversidad, y los austriacos, en
    contraste con la economía neoclásica, acentúan el papel de la diversidad en la
    vida económica. En el grado en que se acentúe la diversidad y las diferencias
    individuales, se hace más problemático un enfoque estatista hacia la política...
    Que la individualidad implica desigualdad es afirmado tanto por la economía
    austriaca como por la filosofía social liberal."

    En lo que respecta a la teoría económica, dice Raico que "en el grado en que los
    principios austriacos refutan la posibilidad de un socialismo viable, obviamente
    le brindan un soporte al caso liberal... Además, el análisis austriaco del
    mercado visto como un proceso rechaza ciertas acciones socialistas, como, por
    ejemplo, ver el total de los ingresos de los individuos y de las empresas dentro
    de una jurisdicción, como si fuera una especie de "queque nacional", el cual
    puede ser dividido al gusto de cualquiera... Pero, probablemente, las bases más
    convincentes para ligar la economía austriaca y el libre mercado tienen que ver
    con la concepción general de la vida económica propuesta por los austriacos,
    comenzando por Menger... En contraste con los economistas clásicos, quienes
    vieron al sistema capitalista como produciendo la mayor cantidad posible de
    bienes materiales, el punto de vista de Menger fue que el sistema capitalista era
    "un patrón de gobernabilidad económica ejercido por las preferencias del
    consumidor" (más tarde W. H. Hutt usó para esto el término "soberanía del
    consumidor")."

    Continúa Raico: "Otro objeto de interés para los austriacos también forjó una
    conexión estrecha con el liberalismo... Desde sus inicios, la escuela austriaca
    fue notoria por su énfasis en el "orden espontáneo" en la sociedad..."

    En lo referente al desarrollo histórico de la escuela austriaca y su relación en
    el liberalismo, indica Raico que "aún cuando la orientación generalmente liberal
    de la teoría austriaca fue reconocida desde épocas tempranas, menor acuerdo se ha
    logrado en cuanto al grado de apego al laissez-faire por parte de los fundadores
    de la escuela. En tanto que Friedrich von Wieser fue muy obviamente estatista,
    las posiciones precisas de Eugen von Böhm-Bawerk y, sobre todo, de Carl Menger,
    han sido objeto de disputa... En especial, empezando por Mises y Hayek, los
    ligámenes de los economistas austriacos con el liberalismo han sido fuertes y
    extendidos. Mises y Hayek fueron por sí mismos probablemente los dos pensadores
    liberales más eminentes del siglo veinte... Hayek, en particular, también se
    dedicó a estudiar la historia intelectual del liberalismo, exponiendo en su
    artículo "Individualism: True and False" una versión de esa historia, que tiende
    a dar soporte a su propia inclinación liberal."


    7. EL INTERVENCIONISMO, por Sanford Ikeda.

    Ikeda define al intervencionismo como "la doctrina o sistema basado en el
    principio del uso limitado de los poderes discrecionales del estado
    (intervención) para tratar problemas identificados con la propiedad privada de
    los medios de producción o con un proceso de mercado no regulado... el
    intervencionismo es causa de la llamada "economía mixta"... para sus partidarios,
    el intervencionismo aparece como un sistema económico alternativo, que yace entre
    los extremos del capitalismo del laissez-faire y el socialismo puro -una mezcla
    ideal de ambos sistemas, que logra evitar los peores aspectos de cada uno de
    ellos".

    Continúa Ikeda: "hay tres presuposiciones que se encuentran debajo del concepto
    de intervencionismo: (1) que el intervencionismo es un sistema económico
    alternativo, lógicamente consistente e intelectualmente defendible; (2) que el
    estado es capaz de identificar los "fracasos del capitalismo", de determinar la
    importancia relativa de estos fracasos y de construir un programa coherente de
    intervención limitada, el cual, desde el punto de vista de sus proponentes,
    logrará un resultado más deseable que el problema que intentó resolver; y (3) que
    el estado está libre de la influencia de coaliciones redistributivas y de un
    comportamiento auto-interesado ["self-interested"] de sus propios agentes."

    Con respecto a lo que Ikeda denomina la crítica austriaca de Ludwig von Mises al
    intervencionismo, señala que "los actores en busca de ganancias, tanto en los
    procesos de mercado como en los procesos políticos, tienden a responder a
    intervenciones particulares de formas que frustran o le dan la vuelta alrededor
    de esas intervenciones y que... las autoridades fracasaron en anticipar. Debido
    a estas respuestas, hay una tendencia para que el intervencionismo "dé lugar a un
    estado de cosas que -desde el punto de vista de sus mismos proponentes- resulta
    ser mucho más indeseable que el estado previo que se intentó alterar" (Mises,
    1977). Los problemas acumulados de la intervención por partes ["piecemeal"] debe
    conducir inevitablemente a quienes hacen la política, a escoger entre una
    planificación gubernamental más coherente y completa (socialismo) o una
    interferencia mínima con el proceso de mercado (capitalismo). En este sentido,
    el intervencionismo "se derrota a sí mismo"."

    En opinión de Ikeda, "para los austriacos, una de las más importantes
    contribuciones de la teoría de la elección pública a la crítica general al
    intervencionismo, es su análisis penetrante de los efectos perniciosos del
    comportamiento estrechamente auto-interesado en el proceso político, del
    desperdicio asociado con el uso de la coerción y de la compulsión para
    redistribuir la riqueza, así como de las fuerzas que influyen en el tamaño del
    gobierno."

    En lo que trata del intervencionismo enfocado como un proceso, señala Ikeda que
    "una política que implemente la doctrina del intervencionismo pone en movimiento
    una serie de efectos que crean resultados que, aún aquellos quienes inicialmente
    favorecieron las políticas, consideran como indeseables. Oportunidades no
    esperadas, de ganancias creadas por la intervención y actores ansiosos, quienes
    buscan oportunidades, se combinan para producir estos resultados. La respuesta
    típica de las autoridades es expandir aún más la extensión de la actividad
    estatal, aunque esto de ninguna manera es inevitable, pues, aunque sea poco
    probable, es posible que aquellas reduzcan la actividad estatal en esos instantes
    críticos. Así, uno puede mirar al intervencionismo como un proceso dinámico, no
    de equilibrio, en donde las decisiones de los actores, parcialmente ignorantes,
    brindan la dinámica interna que impulsa la economía mixta."

    Concluye Ikeda señalando que "en el análisis del intervencionismo como un
    proceso, la ausencia de un conocimiento completo o la existencia de, al menos,
    ignorancia parcial "genuina" (en contraste con la ignorancia "racional"
    ocasionada por costos de información elevados), juega un papel indispensable para
    crear las condiciones que producen los efectos colaterales inesperados del
    intervencionismo... este es el problema del conocimiento... [cuya] presencia
    significa no sólo que los proponentes del intervencionismo serán incapaces de
    predecir todas las repercusiones negativas de sus políticas antes de embarcarse
    en ellas, sino que, también, pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta de
    estas repercusiones. Entre tanto, la economía puede haberse movido muy lejos en
    el camino hacia el colectivismo, promovida por tendencias ideológicas
    estatistas."


    8. EL DEBATE MACROECONÓMICO ENTRE HAYEK Y KEYNES, por William N. Butos.

    Indica el profesor Butos que "Hayek y Keynes condujeron su debate en un nivel
    técnico muy abstracto y dirigido a especialistas en teoría monetaria... Para
    Hayek significó presentar la teoría de "Wicksell-Mises" acerca del ciclo
    económico y la teoría austriaca del capital... El debate reveló profundas y
    generalizadas diferencias entre los puntos de vista de Hayek y de Keynes acerca
    de la operación de la economía de mercado... El terreno de su debate fue la
    teoría monetaria, pero en su sustancia fue acerca de las propiedades de
    auto-ajuste y de coordinación que posee una economía de mercado."

    Según Butos, el llamado ""nuevo enfoque" de Keynes involucraba el empleo del
    marco Wickselliano de ahorro-inversión, para aseverar que el ingreso agregado se
    elevaría o caería dependiendo de si los ahorros eran mayores o menores que la
    inversión... Si los ahorros excedían a la inversión... ocurriría una contracción
    acumulativa, porque el ingreso no sería suficiente para comprar la producción
    agregada a precios que cubrieran los costos. El desequilibrio persiste, junto
    con un desempleo creciente y con precios y producción en descenso, a menos que se
    reduzcan los ahorros, aumente la inversión o que "cese toda la producción"
    (Keynes, 1971)"... el mensaje esencial de Keynes, así como su visión, son
    esencialmente claros en que un sistema de mercado descentralizado está sujeto a
    inestabilidades crónicas y que no posee mecanismos auto-correctores de mercado,
    que sean lo suficientemente robustos como para sobrepasar (o neutralizar) estas
    inestabilidades, sin que exista una intervención de terceros."

    Indica Butos que "Hayek persistentemente atacó los puntos teóricos centrales de
    Keynes, incluyendo, entre otros, la teoría de la inversión ("el tema más oscuro
    del libro"), la definición de ahorro, las "ecuaciones fundamentales" de Keynes
    acerca de los niveles de precios, de la producción y de los bienes de consumo, la
    teoría de los precios de los activos y, por supuesto, la descripción de Keynes
    del ciclo económico.

    Hayek expone que el Tratado de Keynes no es tan sólo un trabajo sin terminar,
    tal como el mismo Keynes lo reconoce (Keynes, 1971), sino que su supra-estructura
    teórica no estaba refinada y era idiosincrásica... Así, de acuerdo con Hayek, al
    tratar el proceso de producción como "un todo integral", Keynes, forzosamente, es
    incapaz de analizar "la posibilidad de fluctuaciones entre... etapas" (Hayek,
    1931)... La ironía de la crítica de Hayek radica en que, el Keynes
    macro-orientado, emplea una definición de ganancias que resulta apropiada cuando
    se la aplica a un único empresario, pero que es inapropiada y conduce al error
    cuando se la aplica a todos los empresarios. El que "los agregados del señor
    Keynes esconden los más esenciales mecanismos de cambio" emerge como un tema
    persistente en la crítica de Hayek al Tratado de Keynes."

    Butos señala que "en contraste con Keynes, Hayek niega que un incremento en el
    ahorro provoque un descenso neto en la demanda y que la inversión no se elevará
    para mantener una igualdad con el ahorro. Dado que Keynes asume en el Tratado
    que las decisiones de inversión dependen de las ganancias anticipadas y de la
    tasa de interés (o bancaria), un exceso de ahorros o una deficiencia de inversión
    parecerían corregibles mediante una reducción de la tasa de interés de mercado,
    correspondiente a una ahora menor tasa natural de interés, tal como lo indica el
    incremento en los ahorros. Keynes, sin embargo, descartó este mecanismo
    coordinador. El alegó que los ahorros no son canalizados a la inversión; sino
    que, en vez de ello, debido a "una visión a la baja excesiva" ["excesive
    bearishness"], son acumulados (o, en su terminología, colocados en "depósitos
    bancarios"), lo cual impide la baja que se requiere de la tasa de interés de
    mercado. Hayek señala que el supuesto de Keynes plantea el alegato imposible de
    que cualquier "exceso de depósitos" creado por el sistema bancario necesariamente
    irá a "acumularse", sin que ello afecte la tasa de interés de mercado."

    "En el Tratado y en la Teoría General, la explicación de Keynes al ciclo de los
    negocios se centra en la inestabilidad de la inversión... La economía fracasa
    porque es incapaz de coordinar efectivamente los planes intertemporales. Si bien
    los detalles específicos del argumento de Keynes varían entre el Tratado y la
    Teoría General, en esencia el alegato en ambos es que o los mercados
    intertemporales no existen o que, si existen, generan resultados perversos en
    forma de deflación de precios o de una reducción de la producción agregada.
    Keynes prácticamente ignora la crítica formulada por Hayek de que el Tratado
    niega los mecanismos de los mercados intertemporales."

    Agrega Butos que "Hayek no respondió específicamente a los planteamientos de la
    Teoría General... Pero en esto también el retiro de Hayek puede haber sido
    oportuno: a mediados de los años treintas, la teoría monetaria de Hayek y sus
    posiciones políticas estaban perdiendo mucho de su atractivo, debido a la
    depresión continua y a un clamor creciente por un mayor activismo económico del
    gobierno... era evidente que Keynes iba ganando decisivamente la batalla
    política.

    El período posterior a la publicación de la Teoría General y durante los años
    entreguerras fue un época de gran actividad intelectual para Hayek. Tres áreas
    de investigación -la teoría del capital, "el problema del conocimiento" y el
    ciclo de los negocios- pueden brevemente citarse como áreas de un interés
    continuo para Hayek a partir de 1936, las cuales tienen que ver con preguntas
    íntimamente ligadas al debate con Keynes. Hayek, debe recordarse, señaló que el
    marco teórico de el Tratado de Keynes fracasaba porque carecía de una teoría
    coherente del capital.

    Durante los años treintas y cuarentas, los artículos de Hayek acerca del
    "conocimiento" exponen que el sistema de precios, debido a que funciona
    eficientemente como una red de información, permite que los mercados
    intertemporales coordinen efectivamente los planes individuales. A pesar de la
    inevitabilidad de nuestra ignorancia como resultado de la descentralización del
    conocimiento, la coordinación de planes no requiere de un conocimiento completo,
    ni, en contraste con el pensamiento de Keynes, tampoco el conocimiento incompleto
    requiere que los mercados sean manejados por los "espíritus animales"."


    9. LA ESCUELA DE FRIBURGO ACERCA DEL DERECHO Y LA ECONOMÍA, por M. E. Streit.

    Expone Strait que "por su enfoque en las propiedades funcionales del marco
    institucional de los sistemas económicos, la escuela de Friburgo acerca del
    derecho y la economía pertenece a aquellas tradiciones en el pensamiento
    económico que reciben un atención renovada cuando se hacen intentos para tratar
    con los problemas de la transformación.

    La tradición es usualmente retrotraída, entre sus fundadores, al economista
    Walter Eucken... Sin embargo, el verdadero empuje intelectual se desarrolló como
    resultado de la cooperación espontánea de economistas y de juristas, quienes se
    unieron a la Universidad de Friburgo en los años treintas [como Hans
    Groβmann-Doerth, Franz Böhm y, posteriormente, Friedrich A. Lutz, Karl Friedrich
    Mayer, Paul Hensel, Fritz W. Mayer, Hans Willgerodt, Hans O. Lenel y, a finales
    de su vida, Friedrich Hayek]."

    Streit indica que "metodológicamente, la escuela formuló una nueva posición en
    lo que se refiere a la relación entre historia y teoría. Económica y
    políticamente, la contención del poder para asegurar una sociedad libre fue su
    principal foco de acción... En vez de una "generalización de la abstracción",
    Eucken estaba convencido de que debería ser posible identificar ciertas formas
    elementales recurrentes en la vida económica... Esto condujo a sus formas
    básicas de un sistema económico: la dirigida centralizadamente y la economía del
    intercambio. En cuanto a esta última, para él el tema institucionalmente
    importante era: "si muchas unidades económicas individuales, aunque efectúen sus
    planes independientemente, dependen de e intercambian la una con la otra... surge
    entonces la pregunta acerca de la forma del sistema de relaciones de intercambio.
    ¿Cuáles son las reglas del juego?"

    La respuesta de Eucken fue Humeana [de Hume] en el sentido de que enfatizó la
    propiedad privada, la libertad de contratación y la responsabilidad, como
    "principios constitutivos" de un "orden competitivo". En cuanto a
    principios adicionales, aquel de "mercados abiertos" refleja su insistencia en la
    competencia como el elemento de control que previene a la propiedad privada de
    conducir a abusos económicos y sociales. Para él, la "cuestión social" no era,
    como lo creía la escuela histórica, el resultado de una competencia excesiva,
    sino insuficiente, reflejando el fracaso del estado en determinar y preservar el
    marco de un orden competitivo.

    En tanto la competencia no fuera reconocida como un elemento constitutivo del
    sistema económico, el cual merecía la protección y soporte de la legislación...
    no había una posibilidad jurisdiccional de reafirmar el uso de la libertad para
    contratar y comerciar. Sin embargo, darle un estatus legal a la libertad de
    competir, requería no sólo de pensar en términos de sistemas económicos, sino
    también como un juicio de valor, al igual que la apreciación de la
    conformabilidad legal de los sistemas económicos... En lo que tiene que ver con
    el marco legal de la economía, la solución específica encontrada por Böhm fue la
    concepción de una constitución económica. Esto refleja el reconocimiento de que
    las reglas que gobiernan la autonomía individual en un sistema de mercado, así
    como aquellas que aseguran el control de su uso por medio de la competencia,
    tienen que ser consideradas como complementarias, en vista del conflicto básico
    entre libertad y poder. La estructura de la constitución económica corresponde a
    la constitución política de un gobierno bajo la ley ("Rechtsstaat"): por una
    parte, la autonomía es otorgada a aquellos a quienes les es confiado hacer leyes
    y gobernar, pero, puesto que, por otro lado, la autonomía tiende a brindar
    oportunidades de ejercitar el poder, se requiere una combinación sofisticada de
    frenos y contrapesos para prevenir el uso de tal poder arbitrario."

    Streit concluye señalando que "de los logros analíticos que pertenecen al perfil
    científico de la Escuela, al menos cinco deberían mencionarse. (1) La crítica
    bien fundamentada, basada institucionalmente, de la planificación económica
    colectivista... (2) La demostración de que las instituciones son importantes para
    el funcionamiento del sistema de mercado... (3) El reconocimiento de lo que
    podría llamarse la "ética de las reglas"... (4) El escepticismo, con base
    histórica y teórica, sobre las posibilidades de dirigir el proceso de
    coordinación del mercado en una economía moderna, de una manera útil, y, aún más,
    de poner en práctica tal política... (5) El énfasis puesto en la interdependencia
    entre varios subsistemas de la sociedad, los cuales deben tomarse en cuenta
    cuando se reestructuran y adaptan las instituciones correspondientes."


    10. CAMINOS FUTUROS ALTERNATIVOS PARA LA ECONOMÍA AUSTRIACA por Peter J.
    Boettke.

    En opinión del editor del libro, Peter Boettke, "la corriente principal de la
    economía no puede explicar satisfactoriamente la dinámica de la actividad de
    mercado, mucho menos la recurrencia de crisis macroeconómicas, el problema del
    intervencionismo y la regulación, las crisis fiscales de los estados
    paternalistas democráticos, el fracaso de la planificación para el desarrollo y
    el colapso de los regímenes socialistas a fines de los años ochentas. Sin
    embargo, estas anomalías no son vistas como una amenaza seria para el enfoque
    dominante del análisis económico. Los economistas austriacos parecen estar bien
    situados como para ofrecer una alternativa, pero son incapaces de quebrar el
    formidable edificio del "establishment" académico en el campo de la economía."

    Boettke expresa que "puesto que las cuestiones que los economistas austriacos
    desean preguntar no se prestan por sí mismas en un alto grado para una
    formulación matemática, su trabajo es sistemáticamente eliminado de las mejores
    revistas especializadas en economía. Como resultado, la economía austriaca
    permanece siendo una cultura de libros, mas que una escuela de pensamiento
    orientada a publicaciones en revistas"... [sin embargo], "sería un desastre
    científico si los economistas austriacos trataran de aislarse a sí mismos de los
    argumentos teóricos y empíricos de la corriente principal de la economía y de
    otros economistas de corrientes diferentes... Pero, a menos que los austriacos
    logren cambiar las preguntas básicas que otros economistas consideran útiles de
    plantearse, hasta ese entonces la corriente principal de la economía permanecerá
    impávida frente al mensaje austriaco... Con el despertar de la filosofía de la
    ciencia posterior al positivismo, los economistas austriacos deben estar en
    capacidad de obtener una mejor audiencia para sus puntos de vista acerca de la
    economía y de la sociedad."

    Boettke considera que Stiglitz ha dado lugar a una revolución en el pensamiento
    económico y que "aquellos que están trabajando dentro de la tradición austriaca
    necesitan dirigir su atención al trabajo de Stiglitz, [cuya revolución] está
    basada en construir modelos económicos utilizando las técnicas estándares, pero
    con los supuestos de información imperfecta, de la interacción estratégica y de
    una estructura imperfecta de los mercados. Los austriacos se encuentran a sí
    mismos en una situación peculiar, pues están en mucho de acuerdo con la crítica
    de Stiglitz al "irrealismo" y a lo inadecuado del núcleo perfectamente
    competitivo de la economía neoclásica tradicional, pero no encuentran promisorias
    las implicaciones teóricas de la alternativa de Stiglitz. La teoría de la
    imperfección de las estructuras de mercados y sus implicaciones para la política
    antimonopólica, la nueva teoría sobre el comercio internacional y sus argumentos
    en favor de un papel para una política comercial estratégica, el Nuevo
    Keynesianismo y el teorema de los salarios de eficiencia, y la nueva teoría del
    socialismo de mercado, todos encuentran antecedentes al trabajo de Stiglitz en
    teoría pura. Es más, Stiglitz ha hecho contribuciones fundamentales a todos
    estos desarrollos Si los austriacos quieren ser "jugadores" en los debates
    modernos, deben atender los argumentos teóricos y de política pública que se
    siguen de su variante a la economía neoclásica."

    En cuanto a las áreas en las que, en opinión de Boettke, el enfoque austriaco
    puede realizar importantes aportes al conocimiento, destaca que "tal vez el punto
    principal exclusivo de la teoría austriaca del mercado considerado como un
    proceso es su entendimiento de una economía usuaria de capital... Hay ciertas
    proposiciones substantivas de la teoría austriaca del capital que pueden
    utilizarse adecuadamente para lograr puntos dentro de la literatura de la
    corriente principal. El capital no es homogéneo, tal como se asume en la teoría
    del crecimiento estándar, sino que es heterogéneo y tiene usos específicos.
    Combinaciones únicas de bienes de capital forman la estructura del capital en
    cualquier economía... Una teoría austriaca más dinámica acerca de la economía
    usuaria de capital, en combinación con las proposiciones teóricas de que (1) una
    gran porción del conocimiento relevante para la toma de decisiones económicas
    dentro de un sistema económico se transmite por medio de movimientos en los
    previos relativos, y (2) que el dinero es inherentemente no neutral, también
    podría ofrecer el escenario apropiado para una reconstrucción moderna de la
    teoría austriaca del ciclo de los negocios, que pueda ser ofrecida como una
    alternativa viable a las teorías contemporáneas acerca del ciclo de los negocios,
    incluyendo al enfoque real del ciclo económico.

    Una reconstruida teoría austriaca del capital también serviría como base para
    una perspectiva alternativa sobre la economía del desarrollo... Es más, la
    economía austriaca posee cierta ventaja comparativa en estas discusiones. A
    través de la historia de la escuela, siempre ha puesto una atención significativa
    a la infraestructura política y legal de la organización social. El desarrollo
    económico es primariamente una cuestión de instituciones legales y políticas, y
    de prácticas culturales, no de ayuda externa o de planificación gubernamental."

    Además, "el interés austriaco tradicional con el tema institucional sugiere que
    el trabajo del nuevo institucionalismo debería ser particularmente relevante para
    los estudiosos que intentan desarrollar aún más la economía austriaca... Otro
    campo en el cual los austriacos tienen una afinidad natural es el de la ley y la
    economía... La organización industrial y la moneda y la banca representan dos de
    las corrientes principales en donde los austriacos han hecho aportes
    significativos en las dos últimas décadas... la metodología y la historia del
    pensamiento son vitalmente importantes. Las contribuciones a la economía técnica
    no recibirán la audiencia apropiada a menos que se respete la posición filosófica
    de los austriacos con respecto a las ciencias del hombre. De manera que es
    necesaria la segunda estratagema del radicalismo filosófico dentro de la economía
    austriaca. Plantear un reclamo filosófico en contra de la corriente principal de
    la economía ayuda a construir puentes y mejorar la argumentación propia en formas
    que, de otra manera, sería obviadas... En primer lugar, los economistas
    austriacos no son los únicos desilusionados con la corriente económica principal.
    Segundo, aún entre quienes no están desilusionados, hay algunos que encuentran a
    la filosofía de la economía como una vocación interesante."

    Continúa Boettke, "parte de la estrategia del radicalismo filosófico es la
    construcción de coaliciones con otras escuelas de economía heterodoxas. Los
    post-Keynesianos, los institucionalistas, los neo-Ricardianos y los Marxistas
    podrán estar de acuerdo con los austriacos en que la economía neoclásica puede
    ser reemplazada por una economía filosóficamente más sofisticada y más
    realista... Construir una coalición efectiva para desafiar la hegemonía del
    neoclasicismo, sin embargo, es tan sólo una primera etapa, puesto que, una vez
    que el paradigma neoclásico sea deconstruido, la pregunta será que paradigma
    alternativo lo reemplazará.

    La economía técnica y la estrategia del radicalismo filosófico están
    relacionadas la una con la otra de una manera simbiótica y no están en
    conflicto... La estrategia de una teoría social interdisciplinaria combina las
    dos primeras estrategias y busca llevar los puntos de vista austriacos a
    audiencias disciplinarias adicionales."

    Termina Boettke señalando que "el destino de la economía austriaca yace en las
    manos de sus practicantes. Depende de quienes encuentran persuasivo este
    enfoque, producir la escolaridad de alta calidad que, a su vez, persuadirá a
    otros académicos."

    Recuerden que, si a alguien le interesa leer el libro reseñado o alguno de sus
    ensayos, pueden solicitármelos.

    Jorge Corrales Quesada

  4. #14

    2003-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003

    2003-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003

    Corresponde a David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
    and Why It Matters" ["El Orden de la Ley: Qué Es Lo Que La Economía Tiene Que
    Ver Con El Derecho y Por Qué Eso Importa"] (Princeton, New Jersey: Princeton
    University Press, 2000).

    Hace poco leí que la estupidez es hereditaria, de acuerdo con uno de los
    descubridores del ADN, el Dr. Watson, quien es también un creyente en el uso de
    técnicas genéticas para resolver problemas como este de la estupidez, entre
    muchas otras cosas. A mi me ha llamado la atención de que haya hijos muy dotados
    de padre (o padres) muy dotados (y no voy a referirme cuando en una ocasión se lo
    comenté a uno de ellos quien es miembro de palestra: su respuesta fue que
    probablemente era porque imitaban el esfuerzo de estudio que realiza el padre y
    no por razones genéticas). David es hijo de Milton Friedman, uno de los
    economistas más notables de los últimos tiempos y por varios años ha destacado
    por sus propios méritos. Esto lo podrán ustedes atestiguar cuando lean este
    libro tan interesante en un campo en el cual la Economía ha hecho grandes avances
    en los últimos años. En todo caso, si usted es partidario del inductivismo,
    podría encontrar un fundamento en el caso de David, de que la inteligencia (tal
    como la estupidez, según Watson) es hereditaria, aunque tal vez, como me señaló
    aquel amigo, lo sea por la imitación de hijo a padre.

    En un artículo escrito por James Buchanan hace varios años [James Buchanan,
    "Economics and Its Scientific Neighbors”, en Sherman Roy Krupp, editor, "The
    Structure of Economic Science: Essays on Methodology" (Englewood Cliffs, New
    Jersey: Prentice-Hall, 1966) y reproducido en James M. Buchanan, "What Should
    Economists Do?" (Indianapolis, Ind.: Liberty Press, 1979)], señala que "El medio
    por el cual los seres humanos imponen restricciones a su propia interacción, del
    uno con el otro, lo brinda el derecho. Los principios simples de la Economía
    imponen limitaciones sobre la operación de estas restricciones... Las leyes que
    se hacen en ignorancia de los principios simples de la Economía, pueden causar un
    daño grave; sin embargo, observamos poco progreso en el reconocimiento de las
    limitaciones que la Economía impone sobre la Legislación. Esta es la frustración
    permanente de los economistas, quienes quieren ver a su ciencia aplicada en la
    práctica." (p. p. 130-131 de la última obra citada).

    El libro de Friedman va mucho más allá de este análisis de la necesidad de que
    se apliquen principios de economía básicos cuando se diseñan las leyes. El
    enfoque de Friedman consiste en "tratar de entender los sistemas de reglas
    legales mediante la pregunta acerca de las consecuencias que producirán en un
    mundo en el cual los individuos racionales ajustan sus acciones a las reglas
    jurídicas que enfrentan.(p. 4). Indica que el “enfoque económico opera en dos
    direcciones. Empezando con un objetivo, brindan una forma de evaluar las reglas
    legales, de decidir qué tan bien logran su objetivo. Empezando... con un sistema
    de reglas jurídicas, brinda una forma de entenderlo –averiguando cuál es el
    objetivo que se pretende lograr." (p. 4)

    Dice Friedman que "una objeción al enfoque económico para entender la lógica de
    la ley es que tal vez ella no tenga lógica. Otra y muy diferente objeción es que
    la ley tiene una lógica, pero tiene que ver, o debería tener que ver, no con la
    eficiencia económica, sino con la justicia." Ante esto brinda dos respuestas:
    "la primera es que la justicia no da una descripción adecuada de la ley,
    tanto porque es irrelevante para un número sorprendentemente elevado de temas
    legales y porque no disponemos de una teoría adecuada sobre qué es lo que hace
    que algunas reglas sean justas y otras injustas... Mi segunda respuesta es que en
    muchos casos, aunque probablemente no en todos, resulta que las reglas que
    pensamos que habíamos apoyado por ser justas, son de hecho eficientes." (p. 5)

    Este libro de Friedman contiene cuatro partes muy definidas: una primera tiene
    que ver con conceptos básicos tales como racionalidad, eficiencia económica,
    externalidades, el valor de la vida, la economía de la asignación de riesgos y
    muchas otras cosas, en tanto que la segunda sección trata de la aplicación de la
    economía a áreas básicas del derecho, las que uno podrá encontrar en un curso de
    primer año de esa carrera.

    La tercera parte contiene una sección dedicada al análisis comparativo de
    sistemas jurídicos, otro sobre por qué existen tanto el derecho penal como el
    civil, los cuales en la realidad tienen que ver con lo mismo y sobre si se podría
    tener un único sistema legal, para, finalmente, ver el pro y el contra de la
    aseveración de que la ley , por lo menos lo que él llama "la ley hecha por un
    juez", que me parece que es una forma de referirse al derecho consuetudinario, es
    económicamente eficiente.

    La última sección contiene un resumen de lo aprendido sobre sistemas de reglas
    jurídicas.

    Para darles una probadita del sabor del libro, les traduzco tres pequeñas partes
    que espero puedan servir de estímulo a su lectura:

    "Las reglas legales deberán ser juzgadas por la estructura de incentivos que
    establecen y por las consecuencias de que la gente altere su comportamiento como
    respuesta a estos incentivos.

    Los temas del crimen y del contrato no son las únicas partes de la ley en las
    cuales es útil el enfoque económico. Las multas a la velocidad tienen como
    propósito, no ser una forma extraña de impuestos, sino una manera para hacer que
    el interés de los choferes sea conducir más lentamente. La ley penal determina
    qué sucede cuando la gente se involucra en accidentes de tránsito y, por lo
    tanto, afectan el incentivo para hacer cosas que pueden conducir a enredarse en
    un accidente de vehículos, tales como no revisar los frenos del carro, manejar
    borracho o no manejar del todo. Las reglas de procedimientos civiles determinan
    qué tipo de información los litigantes tienen derecho a demandar el uno del otro
    y, con ello, afectar el incentivo para que las empresas tengan (o no tengan)
    registros, que investiguen (o no investiguen) problemas relacionados con sus
    productos que pueden convertirse en objeto de litigios, de demandar o de no
    demandar. Las leyes sobre el divorcio determinan bajo qué circunstancias usted
    puede salirse de un matrimonio, lo cual constituye una de las cosas relevantes
    cuando uno se decide casar. El sujeto del análisis económico de la ley es la
    ley. Toda ella." (Páginas 11-12).

    En una segunda instancia, en una sección titulada "El Asesino de Vudú Racional:
    ¿Debemos penalizar los intentos imposibles?", Friedman nos expone lo siguiente:

    "Al explicar por qué es que intentamos penalizar los intentos de asesinato,
    discutí que era una forma de penalización ex ante. Cuando se dispara a la gente,
    algunas veces se la mata, de manera que lo penalizamos aún cuando se falle al
    disparar. Pero, ¿qué sucede en el caso en que estoy intentado un asesinato
    mediante un método que nunca ha funcionado, tal como ponerle alfileres a una
    muñeca de vudú? ¿Deberá ser una conducta criminal? ¿Debemos penalizar los
    intentos imposibles?

    El argumento en su contra es obvio: Ponerle alfileres a muñecas de vudú no causa
    daño, entonces, ¿por qué penalizarlo? ¿Por qué pagar el costo de agarrar gente e
    introducirla en una cárcel para disuadir un comportamiento que no tenemos razón
    para disuadirlo?

    Para considerar en qué está errado este argumento, imagínese que estoy
    considerando cometer un asesinato por medio de una de dos formas –veneno o vudú.
    El veneno que estoy pensando usar es invariablemente letal, en tanto que
    colocarle alfileres a una muñeca de vudú no tendrá efecto alguno sobre la
    esperanza de vida de la víctima potencial. Si soy conciente de estos hechos,
    escogería o veneno o del todo no intentar el crimen. El problema surge porque no
    me doy cuenta de esos hechos. Se que uno de los métodos funciona y que el otro
    no, pero no se cuál es cuál. La regla legal que estamos considerando es
    "Intentos por la vía de medios imposibles no son punibles". Puesto que no se
    cuál método es imposible (si lo supiera, no me molestaría en usarlo), eso no se
    traduce, para mi, en que "intentos por vudú no son punibles".

    Dado que no estoy seguro cuál es el método que funciona, debo tomar en cuenta en
    mis cálculos la probabilidad de que escoja al equivocado. Si los intentos
    imposibles no son punibles, entonces escoger equivocadamente significa que no
    tendré éxito en mi asesinato, pero tampoco seré penalizado, aún si se me
    agarrara. Si los intentos imposibles son punibles, me arriesgo de usar un método
    imposible y ser penalizado por así hacerlo. Este riesgo es uno de los costos que
    debo tomar en cuenta al decidir asesinar o no a alguien.

    De manera que una política de penalizar los intentos imposibles tiende a
    disuadir los asesinatos reales, asesinatos con veneno, por gente que no sabe que,
    si lo que piensan es un veneno, de hecho funciona. El costo de esa disuasión es
    que, alguna gente que es capturada en esos intentos que de hecho son imposibles,
    debe ser penalizada por hacer tal cosa.

    Aún si la penalización de intentos imposibles brinda alguna disuasión ¿no
    tendría más sentido lograr tal disuasión penalizando en vez de aquellos a los
    intentos posibles (y los asesinatos exitosos), de manera que los esfuerzos se
    concentran en quienes es más posible que hagan daño? La respuesta es que lo
    sería si pudiéramos imponer sin costos las penas adecuadas. Regresamos de nuevo
    al argumento de ex post/ex ante.

    Penalizar el resultado brinda una mejor forma de poner la pena en donde cause el
    mayor bien –después de todo, algunos de quienes intentan el asesinato por el
    vudú saben perfectamente bien que el vudú no funciona y simplemente adoptan una
    postura para que los vean sus amigos menos informados. Pero penalizar los
    intentos, aún los imposibles, nos permite incrementar la probabilidad de
    penalización y con ello lograr la misma disuasión, pero con penalizaciones menos
    costosas.

    Una forma diferente de formular el mismo argumento consiste en suponer que
    existe una pena máxima que estamos dispuestos a imponer –vida en prisión, pero no
    ejecución, o ejecución, pero no con tortura. Suplementar la penalización máxima
    por asesinato con una pena menor por intentos no exitosos, nos permite
    incrementar el costo ex ante del intento para el asesino potencial. Podemos
    incrementarlo aún más, incluyendo la penalización por intentos imposibles.

    Una cuestión que usted puede encontrar un poco extraña en esta discusión es el
    supuesto de que el comportamiento de los asesinos de vudú se verá afectado por
    los incentivos brindados por las reglas legales. ¿Qué tan posible es que alguien
    quien es lo suficientemente irracional como para creer en el vudú, esté lo
    suficientemente informado acerca de la ley, como para saber si los intentos
    imposibles son penalizados o no, o como para ser lo suficientemente prudente como
    para que le importe?

    Una respuesta es que, si bien la racionalidad no es siempre una manera exacta
    para predecir el comportamiento, es la mejor herramienta de la cual disponemos –y
    la ignorancia que hay en parte de la vida no garantiza la irracionalidad o la
    ignorancia en otras partes de ella. Todos nosotros, después de todo, obtenemos
    de gente alrededor nuestro muchas de nuestras creencias acerca de lo que funciona
    o no funciona, y una persona racional puede aceptar creencias irracionales si
    todo mundo que uno conoce las acepta.

    Otro respuesta consiste en señalar que los intentos imposibles no se limitan al
    vudú. El vudú es posible que no mate a nadie, pero tampoco lo es disparar a un
    árbol. Tratar de robar de un bolsillo vacío es un comportamiento perfectamente
    racional, pero difícilmente es algo que concluirá en un éxito. Hay un cierto
    sentido en que todos los intentos fracasados son imposibles, pero juzgados por lo
    que sabemos, una vez que han fallado.

    Vista desde esta perspectiva, la cuestión de penalizar los intentos imposibles
    es simplemente la cuestión de si los intentos se deben penalizar. En cualquier
    forma que se presente, el argumento esencial es el mismo: Puesto que alguien no
    sabe que su intento es imposible antes de realizarlo, el conocimiento de que
    siempre será penalizado aún si resulta ser un imposible, ya sea en el intento
    obvio del vudú o en el sentido más sutil de robar un bolsillo que está vacío,
    constituye un incentivo para no llevar a cabo el intento." (Páginas 81-83).

    Finalmente, en una sección que Friedman titula "Propiedad, Contrato, Daños y
    Crimen en Tres Párrafos", nos dice lo siguiente:

    "En un sistema de propiedad privada necesitamos alguna manera de definir cuáles
    son los límites de mi propiedad, no sólo en términos de un espacio físico, sino
    también en un espacio de derechos –qué usos de la propiedad de mi vecino violan
    mis derechos en la mía y viceversa. Necesitamos alguna forma de determinar quién
    posee una pieza particular de propiedad y de establecer derechos de propiedad
    sobre propiedad que previamente no tenía dueño. Necesitamos de mecanismos para
    aplicar esta reglas y para resolver disputas acerca de ellas. Y esto debe
    generalizarse a partir del caso especial de la propiedad real –la propiedad de la
    tierra- al caso más general que incluye la propiedad de las cosas y la propiedad
    intelectual. Por lo tanto, es necesaria una ley de la propiedad, que incluya a
    la propiedad intelectual.

    Una de las cosas que puedo hacer con mi propiedad es vendérsela a usted. Parte
    de la razón por la cual funciona la toma descentralizada de decisiones es que
    permite que las cosas, y los derechos en las cosas, se muevan, por la vía del
    comercio, hacia cualquier persona que más las valoran. Para que este mecanismo
    funcione más allá de los casos sencillos (le doy mi manzana a cambio de su
    naranja), necesitamos de los contratos, acuerdos que especifican las obligaciones
    mutuas de las partes en intercambios más complicados. Los contratos pueden
    conducir a desacuerdos en su interpretación, honestos o no, y, como tal,
    requieren de algún cuerpo de reglas que determine cuándo existe un contrato y
    cómo habrán de resolverse las disputas. Aún en el caso más simple de intercambio,
    necesitamos que haya suficientes reglas legales que determinen si yo estaba
    intercambiando mi manzana por su naranja, en cuyo caso son ahora mi naranja y su
    manzana, o si simplemente le estaba permitiendo que sostuviera mi manzana
    mientras yo inspeccionaba su naranja. De aquí surge la ley de contratos.

    Para prevenirme de violar una regla legal, debe haber algún mecanismo para hacer
    que exista algo que no me gusta que suceda cuando yo haga algo. Ese mecanismo,
    cualesquiera que sea, también tendrá que ver con casos en el cual una parte cree
    que se ha violado una regla, en tanto que el otro no considera que sea así. Por
    lo tanto, necesitamos de la ley civil [tort law] y de la ley penal [criminal law]
    para especificar los derechos relevantes y los mecanismos por los cuales son
    puestos en vigencia [enforced], y requerimos de reglas de procedimientos y de un
    sistema de cortes para resolver las disputas." (Páginas 311-312).

    Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hago con los siguientes libres
    de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo pueden obtenerlos
    (simplemente me llaman por teléfono):

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World"
    Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
    Correcting the News Media Top Economic Myths"
    Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
    Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
    Socialism"
    Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"

    Jorge Corrales Quesada

  5. #15

    2003-05-02 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003

    2003-05-02 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003

    Corresponde en esta ocasión a la obra de J. C. Lester, Escape from Leviathan:
    Liberty, Welfare and Anarchy Reconciled, [Huida desde el Leviatán: Reconciliando
    la Libertad, el Bienestar y la Anarquía] (New York: St. Martin’s Press, 2000).
    El profesor Lester es un destacado intelectual del llamado campo libertario,
    aunque el propósito de este libro, según lo indica el autor, surge del hecho de
    que los "liberales clásicos, los modernos libertarios, y generalmente los
    economistas pro-mercado, a menudo aparecen en favor de la tesis –al menos
    implícitamente- de que hay una compatibilidad práctica entre la libertad y el
    bienestar en el mercado. Sin embargo, tales argumentos rara vez son claros,
    consistentes, comprensivos y sin que se acuda a la moral... Mi libro intenta
    rectificar esto, clarificando los aspectos filosóficos de la tesis de la
    compatibilidad: su intención principal es ser un complemento filosófico a la
    literatura científica social relevante." (p. 1)

    Hace pocos días un gran amigo me dijo -medio burlonamente- cuando le comenté que
    muy pocos miembros de palestra me habían solicitado alguno de los libros que
    había comentado y que les había ofrecido prestar para que lo leyeran, que era
    porque yo sólo leía y comentaba libros de economía, lo cual no es cierto, como
    pueden derivarlo de la lista al final de este comentario. En esta ocasión este
    es un libro sobre temas filosóficos, pero que también tiene enorme trascendencia
    para el análisis económico, político y, en general, de las disciplinas llamadas
    por algunos ciencias sociales.

    En vez de comentar este libro, que apenas estoy empezando a ojearlo, me parece
    que resulta más afortunado traducir un buen comentario que a este libro le hizo
    un destacado estudioso de Adam Smith y filósofo como Lester, el profesor de la
    Escuela de Filosofía de la Universidad de Alabama, James R. Otteson. Se trata
    del interesante y erudito comentario que formuló Otteson al libro de Lester en la
    revista The Independent Review, Vol. 6, No. 1 del verano del 2001, el cual, de
    seguido, traduzco (los paréntesis cuadrados son míos):

    ""Huida desde el Leviatán" de J. C. Lester es un libro vigorizante. Empieza
    así: "Hay tan sólo una cosa en el mundo que es, en serio, moralmente equivocada,
    y esa cosa es la política [¿no se si usted prefiere que se la traduzca por
    politiquería?. Recuerde que los paréntesis cuadrados son míos]... Si usted me
    dice qué cosa es la que le preocupa en el mundo, entonces, puedo a menudo llegar
    adonde está usted y decirle cómo es la política la causa de ella, o cómo la
    política la exacerba considerablemente, o por qué es que usted debería de cambiar
    sus opiniones no-liberales" (p. 1). El autor no continúa con una explicación de
    todos los problemas del mundo en términos de la política, pero adopta como su
    hipótesis de trabajo lo que él llama la "tesis de la compatibilidad" –que la
    libertad, el bienestar y el libre mercado son fundamentalmente consistentes- y
    defiende esta tesis en contra de todos los contendores. El principal activo del
    libro es su ataque tenaz y persistente a los detractores de la anarquía de
    propiedad privada por la cual aboga el autor. Pero este activo es
    simultáneamente un pasivo: Lester no arguye "en favor de" su posición; en vez de
    ello, debate que las objeciones más plausibles en su contra fracasan. Esta
    táctica le da al libro un tono algo desagradable de estar a la defensiva y, más
    significativo aún, limita la persuasión final que se quiere lograr con la tesis
    central del libro. [No se desanime: continúe leyendo y verá luego].

    La argumentación de Lester posee dos características especialmente inusuales.
    La primera es su posición de que la tesis de la compatibilidad es "no moral".
    Lester da a entender que se puede defender la compatibilidad de la libertad, el
    bienestar y el libre mercado sin hacer uso del ulterior alegato moral de que la
    libertad (o el bienestar o el libre mercado) "deberían" ser protegidos o
    ampliados. En vez de ello, defiende la posición negativa de que aquellos quienes
    discuten tal consistencia –John Rawls, Alan Ryan, John Gray y otros- han
    fracasado en probar su caso. Segundo, en respuesta a la objeción que algunos
    pueden formular de que su caso negativo no es suficiente, Lester alega que su
    adhesión a la "epistemología racionalista crítica" Popperiana anula cualquier
    argumento, en una defensa directa de su tesis de compatibilidad, porque él
    vislumbra a la tesis como una "conjetura osada" [bold conjecture], la cual, de
    acuerdo con el filósofo de la ciencia Karl Popper, puede ser falsificada por los
    datos o por los argumentos, mas no puede ser probada como verdadera. Por lo
    tanto, Lester no intenta persuadir a sus lectores de que su tesis es plausible.
    Simplemente explica lo que conlleva, muestra cómo fines aparentemente
    irreconciliables son, en efecto, consistentes dentro de su tesis, y muestra que
    él (aún) no ha encontrado una objeción que sea válida. El resume la estrategia
    del libro tal como sigue: "este libro no empieza por los primeros principios y de
    ahí en adelante intenta construir hacia arriba hasta llegar a conclusiones bien
    justificadas. Este no es un intento de probar, demostrar o exponer que la
    libertad y el bienestar son congruentes en un mercado. Es simplemente una
    defensa filosófica y económica de esta osada conjetura, ante un número de puntos
    de vista, inevitablemente restringidos, que son inconsistentes con aquélla" (p.
    6). [Esto se pone más interesante]. Si el proyecto de Lester tiene éxito,
    entonces, de acuerdo con la epistemología Popperiana, su teoría habría sido
    "corroborada", no probada. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿Qué
    fundamentos habrán dado los argumentos de Lester para, de hecho, creer en su
    teoría?

    Aunque yo diría que el proyecto de Lester está incompleto (este libro debería
    ser el volumen 2, en tanto que la exposición sistemática y la defensa de su tesis
    deberían de haber aparecido como el volumen 1) [el cual no existe], dejemos de
    lado este asunto y examinemos qué es lo que él hace, lo cual es en sí
    interesante. Consideremos las defensas que Lester hace de su tesis ante tres
    objeciones centrales.

    Primera Objeción: La gente no se interesa únicamente por lo propio
    [self-interested], de manera que fracasa cualquier sistema económico o político
    que se sustente en ello –por ejemplo, el capitalismo de libre mercado. Lester,
    como respuesta, señala que somos auto-interesados en el sentido de que somos
    maximizadores resueltos [con intención] de nuestros propios fines [purposeful
    maximizers] (p. p. 11-16). Señala, correctamente desde mi punto de vista, que es
    difícil lograr algún sentido de la conducta humana bajo algún otro supuesto y, es
    más, eso parece ser confirmado por la introspección –cada uno de nosotros se ve a
    sí mismo actuando resueltamente con el propósito de satisfacer sus deseos. De
    manera tal que nuestro entendimiento acerca de acciones benevolentes, interesadas
    en otros, debe, de alguna manera, ser coherente con esta concepción general de la
    acción humana. Sin embargo, esta aseveración no es lo mismo que el auto-interés
    estrecho que con frecuencia los detractores dicen que los defensores del libre
    mercado adscriben a los seres humanos. Lester arguye que los fines que deseamos
    pueden y a menudo contienen el bien o los intereses de otras personas (p. 37).
    De manera que la objeción falla: Todo lo que se requiera en la posición de Lester
    es que la gente rutinariamente actúe como si fuera motivada por su deseo de
    satisfacer lo que ella percibe como su deseo mayor o más apremiante, cualquiera
    que sea éste.

    Segunda Objeción: Las nociones libertarias (o liberales, como las entendemos
    aquí] fracasan porque es imposible respetar plenamente la propiedad de terceros.
    Invadir la propiedad ajena es algo inevitable (piense en los ejemplos de David
    Friedman [que casualmente trata en el libro del mes de abril que previamente
    reseñé para palestra] tales como que las luces del patio de mi casa "afectan" a
    su propiedad); por lo tanto, tenemos que administrar nuestros asuntos humanos en
    términos de alguna otra consideración acerca de lo que se considera como esencial
    [desiderata], diferente de simplemente proteger la propiedad privada y la
    libertad individual. Ante esto, la respuesta de Lester es sugerir un criterio
    que minimizará el conflicto a la vez que maximiza la libertad [vean qué
    interesante]: propone una concepción de libertad como "la ausencia de
    restricciones provocadas sobre la gente por otras personas o, más precisamente,
    gente interactuando voluntariamente sin que se obligue, se interfiera o que se
    imponga la una sobre la otra –excepto para prevenir o reparar una restricción,
    interferencia o imposición que se ha provocado" (p. 58). Lester entiende al
    "costo" como una pérdida de algo que una persona quiere; por lo tanto, es
    subjetivo y, por ello, no se le pueden endosar las objeciones obvias de que se
    intenta una medición objetiva. Este criterio da respuesta a los problemas
    Friedmanianos, al crear la posibilidad de usurpaciones que son moralmente
    permitidas. Por ejemplo, no hay violaciones de derechos que del todo no puedan
    ser admitidas; los daños son asuntos de grado y susceptibles tanto de valoración
    como de la indemnización correspondiente (p. p. 108-113). El peligro con esta
    estrategia es que, con esta visión de Lester, de hecho se requerirán algunas
    acciones a las que se resistirá el absolutista de los derechos de propiedad, pero
    el beneficio de este punto de vista es que, su insistencia en minimizar "los
    costos que se imponen", tenderá tanto a que sea redundante para los intereses de
    todas las partes involucradas, así como que continúe la interacción social a la
    luz de algunas (probablemente menores) violaciones.

    Tercera Objeción: Las nociones libertarias [liberales] fracasan porque todas
    asumen implícitamente que ciertos tipos de libertad son más importantes que
    otros. No existe tal cosa como una maximización de la libertad así en sencillo
    ["simpliciter"], por lo tanto, debido a que todas las teorías implican que se
    infrinja una u otra libertad, no puede haber, con base tan sólo en estos
    argumentos, objeción a las concepciones de estado de bienestar [welfarism], al
    progresismo y similares. Esta objeción es especialmente apropiada para el punto
    de visto expuesto por Lester, dado que él alega defender la libertad con base en
    fundamentos "no morales" (p. p. 60-61, 75 y passim). Lester resuelve esta
    objeción, de nuevo, sustentándose en su definición de "libertad" como la ausencia
    de costos que se imponen sobre otros. Al decir que respetar la libertad
    significa minimizar el costo que se impone sobre otros, puede evitar la antipatía
    del todo o la nada [the all-or-nothing antipathy]: Para Lester "la libertad
    admite grados" (p. 59), pero lo hace utilizando un criterio relativamente
    objetivo. Lester llama a su posición "libertarianismo contingentemente
    deontológico" (p. 57), por el que da a entender que "si" la libertad va a ser
    maximizada (por cualquier razón), la regla de minimizar los costos impuestos a
    otros evita las dificultades que enfrentan otros puntos de vista y que, de todas
    maneras, parece que calza mejor con lo que la mayoría de la gente entiende por el
    término "libertad". El continúa su libro deduciendo una concepción de propiedad
    (incluyendo la propiedad intelectual y las reglas de la adquisición original o
    inicial); concepciones de lo que son los crímenes, los daños y las penas
    apropiadas; y resoluciones a dificultades de larga data –tales como el dilema del
    hombre libre-esclavo y los problemas inevitables de los bienes públicos- lo cual
    hace a partir de su concepción de libertad y que sugiere la superioridad de su
    concepto sobre otras concepciones. No todos los argumentos de Lester sobre estas
    razones son convincentes, pero todos son interesantes y tomados en conjunto le
    dan credibilidad a su alegato de que su posición puede ser defendida mejor que lo
    pueden ser nociones de libertades, de un estado de bienestar [welfarist],
    socialistas o democráticas, que compiten con la suya.

    Una argumento que Lester formula será de interés particular para los economistas
    y los filósofos: hace una defensa limitada de las comparaciones interpersonales
    de utilidad (CIUs). Por mucho tiempo una objeción estándar a algunas escuelas de
    economía ha sido que las CIUs son imposibles de hacer, porque no existe una cosa
    objetiva que corresponda con la utilidad de una persona y, por lo tanto, no hay
    una d objetiva que permita comparar la utilidad de una persona con la de otra.
    Aunque algunos economistas hablan de "útiles" ["utils"], de hecho no existen los
    útiles y no tienen sentido alguno esquemas que pretendan sumar las utilidades de
    los individuos bajo esquemas distributivos alternativos, para determinar cuál
    esquema es el que hace que "todo mundo" esté mejor. La contribución de Lester
    consiste en analizar que, si bien es cierto que no se pueden hacer CIUs con la
    precisión que se requiere, por ejemplo, para hacer comparaciones de Pareto (p.
    152), sin embargo, algunas comparaciones son posibles. He aquí su argumento: "un
    caso claro de comparación de utilidad entre personas es cuando A valora "x" (de
    ello deriva alguna utilidad) y B es indiferente acerca de "x" (obtiene cero
    utilidad de ello). Se deduce que A valora a "x" ('algo') más que lo que hace B
    ('cero'). De aquí hay un pequeño paso para comparar un caso en que A valora
    fuertemente a "x" y B tiene tan sólo una pequeña preferencia por "x". Y así
    sucesivamente.” (p. 153).

    Este argumento posee cierta plausibilidad intuitiva y le permite a Lester
    aseverar que su esquema de anarquía basada en la propiedad sería mejor "en su
    totalidad" o "para todo el mundo" en comparación con otros esquemas. El problema
    surge cuando se trata de decir "cuánta más" utilidad A obtiene de "x" comparado
    con B. La posición de Lester es más fuerte cuando compara utilidad cero con
    alguna utilidad, pero esa comparación es un caso especial; el caso con mayor
    posibilidad de que se presente es aquél en el cual se intenta comparar el aumento
    o disminución de utilidad relativa de las partes involucradas, y aquí no es claro
    a qué podría apelar Lester. Aún así, Lester tiene un punto al aseverar que, si
    del todo rechazamos a las CIUs, entonces, los economistas "pro-mercado" que
    aceptan el criterio de Pareto, no estarían en capacidad de "consistentemente
    aconsejar cambios de cualquier sistema de reglas de propiedad que no está basado
    en el mercado, a menos que cada persona individualmente se sienta mejor" (p. p.
    153-154). De manera que, tal vez, deba estudiarse de nuevo este asunto de las
    CIUs.

    Al fin de cuentas, el principal valor del libro de Lester es ser algo así como
    un catálogo de argumentos que defienden al pensamiento político libertario
    [liberal] o anarquista, en contra de varios detractores y sus objeciones. No
    todas las defensas funcionan y, en algunos casos, los rechazos que hace Lester
    son algo apresurados; sin embargo, él ofrece muchos discernimientos interesantes
    y novedosos. Permanezco desilusionado en cuanto a que no se dedicara a defender
    directamente su propia tesis y tengo la esperanza de que en el futuro él afloje
    su compromiso con la epistemología Popperiana y decida llevar a cabo tal defensa.
    Sin embargo, entre tanto, la refutación de las objeciones es un servicio valioso
    en sí mismo y Lester llena muy bien esa tarea."

    Hasta aquí el comentario del profesor Otteson y, antes de terminar mi
    comentario, deseo citar la página vi del libro de Lester:

    "Nada dentro del estado,
    todo contra el estado,
    todo fuera del estado. [1]

    Nota al pie 1: Esto revierte la definición de fascismo de Benito Mussolini (tal
    como aparece en la entrada "fascismo" que se cita en The Blackwell Encyclopedia
    of Political Thought [Miller, 1987, 1501]). El anarco-libertarianismo o
    anarquismo basado en la propiedad privada es lo opuesto del fascismo."

    Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo he hecho con los anteriores
    libres de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo podrían
    leerlos (simplemente me llaman por teléfono):

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World"
    Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
    Correcting the News Media Top Economic Myths"
    Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
    Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
    Socialism"
    Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
    Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
    and Why It Matters".

    Jorge Corrales Quesada

  6. #16

    2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003

    2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003

    Para algunos buenos amigos que alegan que en los "libros del mes" tan sólo hago
    referencia a libros de economía, en esta ocasión (aunque verán como eso de la
    economía sigue siendo importante) trato el libro de Bjørn Lomborg, The Skeptical
    Environmentalist: Measuring the Real State of the World [El Medioambientalista
    Escéptico: Midiendo el Estado Real del Mundo] (Cambridge, United Kingdom:
    Cambridge University Press, 2001). Bjørn Lomborg es profesor asociado de
    Estadística en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Aarhus,
    Dinamarca y, cabe resaltarlo, por ser este un libro principalmente acerca de
    ecología y, sobre todo, de datos, que él fue miembro del movimiento -radical,
    para algunos- Greenpeace.

    Se cuenta una historia muy interesante acerca del origen de este libro. El
    economista Julian Simon era un convencido de las virtudes del libre mercado como
    medio para lograr el bienestar y el progreso de la humanidad. Nunca olvidaré su
    demoledor libro antimaltusiano The Ultimate Resource [El Recurso Primordial]
    [Princeton: Princeton University Press, 1981], que luego amplió a The Ultimate
    Resource 2 [El Recurso Primordial 2] [Princeton: Princeton University Press,
    1996], en el cual formuló una poderosa crítica al gurú del control de la
    natalidad Paul Ehrlich, quien, en la mejor vena de quienes siempre predicen un
    futuro angustiante para la humanidad, había abogado por limitar el número de
    nacimientos, similar a como en el pasado lo había hecho el Club de Roma, el cual
    había predicho hambrunas devastadoras en todo el orbe, como medio para evitar
    desastres que casi terminarían con la especie humana.

    Pues bien, Simon era un optimista acerca del destino que aguardaba al hombre, en
    mucho debido al éxito desplegado por los sistemas de mercado. El ecologista
    Lomborg leyó estas exposiciones de Simon –quien a su vez era muy crítico de un
    ecologismo irracional, cuyas propuestas y estudios más bien conducirían a un
    descenso en el bienestar- y decidió estudiar todas sus afirmaciones, junto con
    sus estudiantes, para mostrar que el trabajo de Simon era técnicamente espurio.
    Lomborg, en lo profesional, es igualmente un hombre serio y su libro El
    Medioambientalista Escéptico reseña el resultado de estas investigaciones, que lo
    llevan a concluir con una idea clave: "no debe dejarse que las organizaciones
    medioambientales, que los grupos empresariales que ejercen influencias ante los
    gobiernos para que esos les favorezcan con sus acciones, o que los medios de
    comunicación, sean los únicos que presentan verdades y prioridades. En vez de
    ello, debemos luchar por un balance democrático cuidadoso del debate sobre el
    medio ambiente, mediante el conocimiento de los hechos más importantes y de las
    conexiones de las áreas esenciales de nuestro mundo. Es mi esperanza que este
    libro contribuya a tal entendimiento."

    El libro de Lomborg provocó un enorme debate principalmente por ataques
    provenientes de ciertas organizaciones dedicadas a la investigaciones de asuntos
    medioambientales, las cuales pretendieron descalificar su labor. Parte de esto
    resulta entendible, porque muchas de ellas dependen de investigaciones
    financiadas por gobiernos y entidades que devengaban rentas derivadas de una
    preocupación en asuntos del medio ambiente. Tan acre fue la reacción en contra
    de este libro, que, después de que la prestigiosa revista The Economist publicara
    en su edición del 31 de enero del 2002 un artículo al respecto bajo el título "En
    Defensa de la Ciencia", en el cual señaló en su encabezado que "La furia
    inspirada por un nuevo libro es extraordinaria y formula algunas preguntas",
    debió publicar otro posteriormente, el 9 de enero del 2003, bajo el título de
    "Control del Pensamiento", en el cual expresa que "El Comité Danés sobre
    Deshonestidad Científica dijo lo siguiente sobre ese libro: Hablando
    objetivamente, la publicación del trabajo en consideración se juzga que cae
    dentro del concepto de deshonestidad científica." Ante ello The Economist
    concluye en que "La decisión del panel de ese Comité –hablando objetivamente- es
    incompetente y vergonzosa.""

    Antes de continuar mi exposición, para que vean como muchos de estos
    planteamientos de promotores celosos de un medioambiente que se considera que
    casi no puede ser tocado por el hombre, y los cuales suelen ser lugares comunes y
    expresados casi sin cuestionamiento alguno en los medios de comunicación, en
    foros políticos y en la academia, deberían, como todo, estar sujetas al
    escrutinio y la crítica constante. Como ejemplo de esto, aprovecho para
    traducirles un mensaje que tiene que ver con el calentamiento de la tierra y que
    hace un cierto tiempo me envió el miembro de palestra Larry Willmore. Este es
    tomado de Robert Matthews, "Middle Ages were warmer than today, say scientists"
    ["La Edad Media fue más caliente que lo es la actualidad, dicen científicos"],
    Daily Telegraph, 8 de abril del 2003:

    "Los hallazgos (de un grupo de la Universidad de Harvard) comprobaron que el
    mundo experimentó un Período Tibio Medieval, entre los siglos IX y XIV, con
    temperaturas significativamente más altas aún que las de hoy en día.

    Ellos también confirman aseveraciones de que una Pequeña Edad de Hielo se dio
    alrededor del año 1300, durante la cual el mundo se enfrió dramáticamente. A
    partir de 1900, el mundo de nuevo ha empezado a calentarse –pero aún falta para
    que llegue a tener las temperaturas tibias de la Edad Media." El artículo señala
    que esto fue aseverado por el Dr. Philip Stott, profesor emérito de biogeografía
    de la Universidad de Londres, quien le dijo al Daily Telegraph que "lo que se ha
    olvidado en todo esto de la discusión acerca del calentamiento global es un
    sentido apropiado de la historia". Mejor dicho no puede serlo.

    Me imagino que estos juicios míos pueden haber provocado su curiosidad por leer
    la obra de Lomborg, que una vez más está a su disposición de la forma que ustedes
    ya conocen. Como comentario de esta obra traduzco uno que aparece en la
    revista Regulation de la primavera del 2002, escrito por Richard L. Gordon, quien
    es profesor emérito de economía de los minerales en la Universidad del Estado de
    Pennsylvania, el cual lleva por título "Desafiando a los Verdes". Los paréntesis
    cuadrados son míos:

    "Al enfatizar su conversión de miembro de Greenpeace, el estadístico danés Bjørn
    Lomborg y su nuevo libro El Medioambientalista Escéptico, ha provocado mucha
    atención en los medios. El libro es un resumen amplio, a menudo sin detenerse ni
    siquiera para respirar, pero es valioso en cuanto al estado del medio ambiente y
    de los efectos humanos sobre él. El autor concluye en que, contrario a las
    polémicas sobre el medio ambiente, el calentamiento global y otras "amenazas”
    medioambientales han sido sobredimensionadas. No sorprende que el grupo
    dirigente Verde [Green establishment] vehemente, pero irracionalmente, haya
    atacado esa conclusión".

    Los lectores de Regulación y de muchas otras publicaciones de Instituto Cato que
    han desafiado los alegatos de los medioambientalistas, por supuesto que están
    familiarizados con los argumentos de Lomborg. En efecto, el autor inicia su
    libro con una explicación de porqué el cambio en su corazón al intentar y
    fracasar en refutar los trabajos del desaparecido Julian Simon (trabajo
    patrocinado por Cato). Así escribe Lomborg este episodio:

    "En el otoño [nórdico] de 1997, tuve un grupo de estudio con 10 de los mejores
    estudiantes que tenía, en donde tratamos de examinar a Simon en su totalidad.
    Honestamente, esperábamos mostrar que la mayoría de lo que Simon decía era simple
    propaganda de la ultraderecha de los Estados Unidos. Y sí, no todo lo que decía
    era correcto, pero –contrario a nuestras expectativas- resultó que una cantidad
    sorprendentemente grande de sus posiciones soportaron el escrutinio y entraban en
    un conflicto con lo que nosotros creíamos saber. El aire en el mundo
    desarrollado se estaba contaminando menos, no más; la gente en el mundo en
    desarrollo no estaba sufriendo de hambre cada vez más, sino menos, y así por el
    estilo."

    El escepticismo de Lomborg ante el movimiento Verde, por supuesto que no es algo
    único. Dado que ni él ni Simon lo reconocen adecuadamente, la crítica al
    medioambientalismo está muy difundida. Cada tema que se presenta bajo la
    sombrilla del medioambientalismo está sujeto a muchos desafíos y existen muchos
    otros compendios amplios al respecto. En particular, la visión de Simon acerca
    de los recursos naturales, que Lomborg adopta, es, en lo cual Simon fracasó en
    hacerlo notar, el punto de vista estándar que hay entre los economistas
    especialistas de este campo.

    Las principales virtudes del libro de Lomborg son que brinda un visión muy
    amplia de la promoción del alarmismo y constituye un resumen extenso,
    generalmente bien hecho, de todos los temas. Tal como se indicó antes, sus
    análisis trasmiten adecuadamente las objeciones a casi todos los temores, los
    cuales él busca desactivar.

    LOS CAPITULOS CENTRALES

    El amplio texto de El Medioambientalista Escéptico tiene 338 páginas ávidamente
    ilustradas, de las cuales 73 son introducciones, resúmenes de secciones o
    conclusiones. Eso deja sólo 265 páginas que Lomborg dedica a alrededor de 222
    tópicos cubiertos bajo cuatro encabezados generales –bienestar humano
    (económico), disponibilidad de recursos naturales, contaminación y problemas del
    mañana. El espacio dedicado a cada uno de estos tópicos es breve, en donde sólo
    las secciones dedicadas al calentamiento global y a los químicos exceden a las19
    hojas; de aquí que el libro lo deja a uno sin aliento. Este formato resulta ser
    sorprendentemente bueno, la única cosa en que falla es en un tratamiento de tres
    páginas sobre la contaminación del aire interno en las edificaciones, en el cual
    el autor muestra mucho menos escepticismo acerca de los alegatos de los Verdes,
    que lo que la literatura crítica sugiere sería lo apropiado.

    CALENTAMIENTO GLOBAL. El capítulo acerca del calentamiento global tiene tanta
    calidad como amplitud. En él, el autor señala que, aún cuando acepta que el
    calentamiento es algo real, no queda claro que su corrección sea una buena
    inversión y que los esfuerzos anti-calentamiento, como el Protocolo de Kyoto,
    impondrían costos muy elevados a cambio de beneficios limitados. Lomborg
    reconoce la dudosa economía que está detrás de alegatos imposibles acerca de que
    el calentamiento global se curaría dando ganancias, si se pusieran en práctica
    todas las opciones atractivas, pero que han sido denegadas, para reducir el uso
    de energía. También indica que tales alegatos surgen invariablemente desde
    organizaciones promotoras sin experiencia en tomar decisiones sobre temas de
    energía.

    Aún hasta percibe el problema clásico que se da con promotores del
    medioambientalismo: muchos de ellos tienen una desconfianza interna profunda
    acerca del progreso material. Los Verdes justifican cada iniciativa por su
    contribución general para disminuir el progreso económico –un patrón que se
    aplica al caso del calentamiento global.

    El mismo análisis de alta calidad se encuentra en todo su libro. Si bien breve,
    la discusión de Lomborg acerca de la disponibilidad de recursos naturales, capta
    bien los temas. Sus tratamientos de otros temas tradicionales del medio ambiente
    también son sólidos, dejando de lado su ya mencionado escepticismo mínimo en el
    caso de los alegatos acerca de la contaminación en la calidad del aire interno de
    las edificaciones.

    LA LETANÍA

    Tal como es típico del escepticismo de trabajos acerca de aseveraciones
    medioambientalistas, Lomborg brinda una visión global sobre el pesimismo
    prevaleciente en cuanto al medio ambiente y acerca de la aceptación frecuente de
    un planteamiento estereotipado pleno de alegatos oscuros provenientes de
    medioambientalistas, a lo cual él se refiere como "la Letanía". Haciendo notar
    aseveraciones sobredimensionadas que hacen Verdes como el presidente del
    Instituto Worldwatch, Lester Brown, Paul R. Ehrlich y otros, Lomborg escribe:

    "Por mucho tiempo se nos ha dictado la Letanía. Lester Brown y un ejército
    entero de organizaciones medioambientalistas, presuntas autoridades y políticos,
    nos han advertido acerca de la debacle inminente. Este mensaje ha tenido un
    enorme impacto social y político. El libro del ex presidente Al Gore, Earth in
    the Balance [La Tierra en la Balanza], es un excelente ejemplo de ese estado de
    ánimo. El primer párrafo de su conclusión lo afirma con toda claridad: "La
    civilización industrial moderna, tal como está organizada en este momento, está
    colisionando violentamente con el sistema ecológico de nuestro planeta.""

    El análisis de Lomborg del contraste que hay entre la realidad y la militancia
    medioambientalista está llevado a cabo de manera excelente, aunque su argumento
    acerca de por qué las predicciones sobre el destino fatal en el medio ambiente
    continúan ganando la atención de los medios –porque el desastre constituye
    noticia- es un punto ya conocido.

    PRIORIDADES. Su capítulo final es particularmente valioso porque se basa en la
    proposición estándar del análisis económico hacia la militancia (y todo lo
    demás) medioambientalista: tener que escoger [trade offs] es algo inevitable.
    Llamar a un problema "urgente" o "colisión violenta" (para pedir prestado el
    término de Gore) resulta un mecanismo conveniente, pero siempre malo, para
    escoger. Distinguir a un problema como "medioambiental" no requiere
    automáticamente, como reza la Letanía, que se le dé un carácter prioritario.

    En la Letanía, suenan las alarmas sin tomar en cuenta su impacto. Tal como
    sugiere Lomborg, las políticas sobre el medio ambiente dirigen fondos hacia
    acciones que remueven un pequeño peligro, en tanto que son negados en el alivio
    del hambre o en la provisión de agua potable limpia. El enfatiza la necesidad de
    priorizar y ese es precisamente el mensaje que un economista como yo desea
    escuchar. Dado que él no lo dice, la raíz de los problemas medioambientales y de
    la mayoría de los problemas de política pública yace en el fracaso de reconocer
    el aspecto económico.

    ,Aunque no lo enfatiza tan efectivamente como lo hace Simon, Lomborg percibe el
    punto fuerte en el análisis de Simon, cual es reconocer que el establecimiento y
    el reajuste de prioridades naturalmente toma su lugar en una economía progresista
    de mercado. Dado que aún ni Simon lo asevera, la esencia de la Letanía es su
    ignorancia acerca de la disciplina de la economía. Los Ehrlichs del mundo
    persistentemente yerran al ignorar las verdades económicas (concientemente así lo
    es en el caso de Ehrlich). Las economías están perpetuamente introduciendo
    innovaciones y adaptándose a los cambios [shocks]. En contraste, la Letanía
    niega la flexibilidad. Eso produce el error persistente que fue objeto de la
    desaprobación de Simon.

    VALORACIÓN GENERAL

    Por sí misma, la publicidad lograda hace que este sea un libro que deban leer
    aquellos quienes estén seriamente interesados en los debates acerca del medio
    ambiente. Pero también se beneficiará al lector ocasional. Para estar en lo
    seguro, el trabajo es muy selectivo en cuanto a constituirse en la introducción
    ideal para una lectura ulterior, pero no existe una alternativa mejor. Lomborg
    brinda suficientes muestras para conducir a los lectores hacia material
    suplementario importante.

    El Medioambientalista Escéptico posee grandes virtudes para un lector que quiere
    leer acerca de un tema concreto. Las ventajas incluyen su amplitud, su
    exactitud, su novedad, su lucidez y su desapasionamiento. Al final de cuentas,
    Lomborg se modera en su tratamiento de los alarmistas y se contenta con describir
    los abusos, sin mostrar una indignación al estilo de Simon. (Será interesante
    ver cómo reacciona a calumnias permanentes similares a las que encaró Simon. La
    revista Scientific American, en su edición de enero [del 2002] dedicó 11 páginas
    de diatribas contra el libro por parte de cuatro airados “científicos”). [Por si
    es de su interés, en la página de Verdes Individualistas –iGreen- aparece la
    respuesta de Lomborg –a quien la revista amenazó con demandarlo si no quitaba de
    su sitio personal la transcripción de artículo original que Scientific American
    publicó en enero del 2002; ver la respuesta de Lomborg en http://www.igreens.org.uk/scientific...d_lomborg.htm]

    Como reacción ante lo inadecuado de la documentación de los medioambientalistas,
    Lomborg presenta en su libro 2.930 notas y una bibliografía de 71 páginas que
    contiene (según su propia contabilidad) cerca de 1.800 menciones. Como era de
    esperar con tan amplio estudio, la lectura es selectiva, pero muy perspicaz. El
    cubre afirmaciones alarmistas, la literatura científica, reportes de gobiernos
    nacionales y de agencias internacionales, y otros escritos escépticos.

    FUENTES. Los críticos vitriólicos de Lomborg han atacado oportunísticamente
    omisiones en su investigación. Sin embargo, tales omisiones son inevitables.
    Por lo general, el autor logra encontrar y usar visiones generales que le
    conducen en la dirección correcta. Por ejemplo, al discutir sobre los beneficios
    del calentamiento global, él se basa en diversos estudios del Panel Internacional
    sobre el Control del Clima (IPCC) [Internactional Panel on Climate Control] y, en
    discusiones acerca del impacto económico, en una publicación de un simposio del
    año 1999 en la revista Energy Journal. El ataque de Stephen Schneider en la
    revista Scientific American, al capítulo de Lomborg sobre el calentamiento
    global, lo descarta por tener una dependencia indebida de fuentes secundarias,
    pero Schneider fracasa cuando no menciona que la fuente dominante es el IPCC, la
    que Schneider alaba como la autoridad definitiva. (Yo debería mencionar que
    Schneider ataca a Lomborg por su carencia de experiencia "científica", pero
    procede luego a formular extensos comentarios iletrados [illiterate] acerca de
    economía, tales como endosar la fantasía de la oportunidad de una conservación
    inexplotada).

    En el ámbito de los metales y de la energía (en lo cual yo me especializo),
    Lomborg es similarmente selectivo. El se basa fuertemente en Simon y en algunos
    análisis generales: por ejemplo, él limita su examen de M. A. Adelman (el
    proponente principal de los puntos de vista que Lomborg adoptó acerca del
    petróleo) a material tomado de un breve capítulo de una recopilación acerca de
    esos temas que Simon editó. Esta dependencia mínima demuestra la consistencia
    del autor; no sólo omite material de alguno de los alarmistas, sino también de
    material que hubiera brindado soporte adicional a sus argumentos.

    En cuanto a la mecánica, las referencias que hace Lomborg son innecesariamente
    complejas. Sus notas al pie de página aparecen al final del texto y da tan sólo
    da menciones sumarias de las referencias (por ejemplo, "IPCC 1992:78"). El
    método que se utiliza ampliamente, de incluir tales citas en el texto al píe de
    la página, habría eliminado el paso extra de visitar las notas al final para
    poder identificar cada fuente. (Este problema se agrava por la existencia de
    errores tipográficos y de peculiaridades que obstaculizan la identificación de la
    entrada bibliográfica relevante).

    Mi única objeción importante a la bibliografía de Lomborg es que se limita a las
    fuentes citadas. Una contribución suya más profunda, más crítica, habría sido
    incluir y citar trabajos que brindan información adicional importante para los
    lectores. El omite varias presentaciones previas de puntos de vista generalmente
    escépticos acerca del medioambientalismo, así como virtualmente toda la
    literatura sobre energía y otros recursos minerales, e importantes recopilaciones
    sobre temas concretos (por ejemplo, contaminación del aire en el interior de las
    edificaciones, químicos y calentamiento global).

    CONCLUSIÓN. Dejando de lado estas críticas, el libro de Lomborg constituye una
    importante contribución a la creciente literatura que es justificadamente
    escéptica de los alegatos del movimiento medioambientalista. Tanto aquellos
    recién llegados al debate, como aquellos bien versados en los argumentos,
    encontrarán valiosa la lectura de El Medioambientalista Escéptico."


    Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hice con los anteriores libros
    del mes que he publicado en palestra y que ya saben cómo pueden leerlos (tan sólo
    con llamarme por teléfono y ponernos de acuerdo):

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World"
    Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
    Correcting the News Media Top Economic Myths"
    Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
    Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
    Socialism"
    Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
    Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
    and Why It Matters".
    Mayo, 2003: J. C. Lester, "Escape from Leviathan: Liberty, Welfare and Anarchy
    Reconciled".

    Jorge Corrales Quesada

  7. #17

    2003-06-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003

    2003-06-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003

    A partir de este mes se presentará una variación importante con respecto a los
    anteriores libros del mes que desde febrero del 2002 he venido enviando a
    Palestra. Al contrario de los previos, a partir de este libro del mes sólo haré
    una cita del autor, la publicación y un muy breve resumen de uno o dos párrafos
    acercad de su contenido. Creo que es mi deber explicar el porqué de la enorme
    variación en el libro del mes, reflejo de un fracaso en las intenciones que me
    motivaron inicialmente. Una de ellas es que toma mucho de mi tiempo el
    prepararlos en la forma previa y, la más importante, es que parece no ser de
    mucha utilidad, pues, en todo ese tiempo de envíos a Palestra, si acaso ha habido
    un par de comentarios respecto de ellos y tan sólo dos personas me han pedido que
    les preste el libro que siempre les he ofrecido para leerlo. Se que muchos están
    muy ocupados como para leer libros, pero también me deja un sinsabor si es que en
    Costa Rica se leen libros de esta naturaleza (por que si fuera por la página dos
    diaria de La República, verán como "todos" leen). Incluso alguien en su momento
    me dijo que sólo comentaba libros de Economía e hice un esfuerzo para acudir a
    otra temática, tal como filosofía, ecología, política, pero... igual fracaso; tal
    vez el problema no es Jorge Corrales o que la lectura aburre o que no hay tiempo.
    Pero ahora hago este nuevo intento e igual que siempre, éste y todos los libros
    anteriores están a su disposición.

    El libro del mes de julio del 2003 es de Gordon Tullock, Arthur Sheldon y Gordon
    L. Brady, Government Failure: A Primer in Public Choice (Washington, D. C.: Cato
    Institute, 2002).

    Muestra el fracaso del argumento de "fracaso del mercado" que se utiliza en
    muchas ocasiones como justificación para que el estado intervenga subsanando
    dicho problema. Se supone que dicha intervención es tal que corrige la
    ineficiencia derivada del "fracaso del mercado", sin que se haga referencia no
    sólo al costo que tiene toda intervención, sino si esa intervención pública es
    capaz de corregir aquella ineficiencia. Todo esto último se conoce como "el
    fracaso del estado" y los autores dan muestras de muchas experiencias de
    intervención estatal que no sólo ha fallado en corregir las presuntas fallas del
    mercado, sino que su resultado ha sido peor. Esto es, que la medicina ha sido
    peor que la enfermedad. Salud.

    Jorge Corrales

  8. #18

    2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003

    2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003

    Se trata del libro de Charles Adams, For Good and Evil: The Impact of Taxes on
    the Course of Civilization [Para Bien o para Mal: El Impacto de los Impuestos
    Sobre el Curso de la Civilización], segunda edición (Lanham, Maryland: Madison
    Books, 1999). Nota: la palabra "course" en inglés también significa maldición,
    así que no se confundan de antemano por aquello de que piensen que los impuestos
    son una maldición.

    Lo mejor es traducir el preámbulo que del libro hace Alvin Rabushka, de la
    Institución Hoover de la Universidad de Stanford y destacado proponente de la
    gran reforma al sistema tributario federal de los Estados Unidos: sustituir a
    esa impresionante maraña tributaria por un único impuesto del 10% a todos los
    ingresos, sin excepciones. Debo hace notar lo que Rabushka escribe refiriéndose
    a un libro previo sobre impuestos de Charles Adams, titulado “Fight, Flight,
    Fraud: The Story of Taxation” [Lucha, Fuga y Fraude: La Historia de la
    Tributación], lo cual es igualmente aplicable a esta segunda edición del nuevo
    libro de Adams.

    Charles Adams es un especialista en derecho tributario internacional y ha
    escrito diversos ensayos sobre impuestos. Ha sido conferencista sobre historia
    de la tributación en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, la
    Universidad George Mason, la Universidad de Rochester, en Nueva York, la
    Universidad de Toronto, Canadá y la Universidad de Nueva York y está asociado,
    entre otros, al Instituto Ludwig von Mises en la Universidad Auburn en Alabama.

    Escribe Rabushka:

    “En 1982 Charles Adams publicó un libro maravilloso titulado “Fight, Flight,
    Fraud: The Story of Taxation”. Yo tengo dos copias. Mantengo una a mano en mi
    oficina para cuando necesito hacer referencias y la otra está en mi casa. (Serán
    reemplazadas por dos copias de “For Good and Evil: The Impact of Taxes on the
    Course of Civilization”). Las consulto frecuentemente para encontrar anécdotas
    de tonterías tributarias, así como para efectuar referencias bibliográficas en
    mis propias investigaciones. Puedo decirles honestamente que en el curso de
    quince años [Rabushka escribió esto en 1993] de efectuar investigaciones
    profesionales y de escribir sobre temas tributarios, yo pondría a la historia de
    la tributación de Charles Adams en el punto absolutamente más alto de la lista de
    lecturas acerca del tema.

    “Fight, Flight, Fraud” fue entretenido, informativo, y pleno de lecciones acerca
    de por qué la tributación es algo importante. Me deleita decirles a todo el
    mundo que los orígenes de la historia documentada están inseparablemente ligados
    con la de la imposición opresiva. El amanecer de la historia, de hace unos seis
    mil años, se descubrió en forma de unos conos de arcilla cuneiformes excavados en
    Lagash, Sumeria, que se ubica en la fértil llanura entre el Tigris y el Eufrates
    en el moderno Iraq. Y ¿qué estaba grabado en esos conos?. Que los Sumerios
    temían más a los recaudadores de impuestos que a sus señores o a sus reyes. ¡Plus
    ça change, plus la même chose!.

    Tengo muchas otras historias favoritas. La Piedra de Roseta, por ejemplo, cuyo
    texto en jeroglíficos, demóticos, y en idioma griego fue la clave para revelar
    las historias del Antiguo Egipto, de lo que trataba era acerca de una inmunidad
    tributaria. Lo cual es, por supuesto, la razón por la que estaba escrita en una
    piedra y no en un papiro.

    Otro ejemplo es el de la próspera Isla de Rodas, que cobró un impuesto del 2 por
    ciento por utilizar comercialmente sus muelles. Rodas perdió el 85 por ciento de
    su comercio en un año después, cuando Roma estableció un puerto libre de
    impuestos en la Isla de Delos. El libre comercio, y no la guerra, fue lo que le
    permitió a Roma derribar la supremacía comercial de Rodas. Y Roma, por sí misma,
    cayó, no por las manos de los Hunos, sino a causa de la evasión fiscal, cuando
    los terratenientes ricos pensaron en esquemas ingeniosos, uno tras otro, para
    escapar de los impuestos, dejando al estado sin recursos para defenderse por sí
    mismo. “Fight, Flight, Fraud” es una mina de oro para los productores de series
    de televisión.

    Diez años más tarde, Charles Adams ha traído a este continente una nueva
    historia de la tributación. En “For Good and Evil” agrega no solo material nuevo
    sino también capítulos adicionales a un cuerpo de investigación y de exposición
    que ya es de por sí impresionante, que cubre civilizaciones antiguas, las Eras
    Griega y Romana, la Edad Media, la evolución de los estados en Europa Occidental
    y Oriental, los Aztecas y la historia de la imposición en los Estados Unidos. Un
    nuevo capítulo describe las economías milagrosas de Japón, Hong Kong, Singapur,
    Taiwán y Corea del Sur, las cuales pusieron en práctica bajos impuestos y trata
    la economía del enfoque de oferta, aún antes de que Reagan popularizara al
    término. Otro nuevo capítulo muestra como las constituciones de los estados
    protegen a los contribuyentes, al darles controles constitucionales sobre los
    impuestos y el gasto. Tal vez el más famoso de estos sea la Proposición 13,
    producto del cerebro del fallecido Howard Jervis, el cual limita las tasas del
    impuesto sobre la propiedad en California a un 1 por ciento del valor en efectivo
    de la vivienda.

    Adams también agrega un nuevo capítulo, "Taming the Monster" ["Domando al
    Monstruo"]. Propone varias reformas, decididamente en favor del contribuyente,
    que hacen que los impuestos sean para bien y no para mal. Entre ellas incluye
    hacer una ofensa criminal de cualquier extorsión tributaria por parte de
    funcionarios gubernamentales, permitir que los contribuyentes puedan demandar a
    las autoridades tributarias por deshonestidad [misconduct], y otorgar a los
    votantes poderes para revocar [recall] a directores regionales de la Tributación
    Directa [Internal Revenue Service, supuestamente electos popularmente]. Tal vez
    la reforma más importante sea la propuesta de cambio de un régimen de tributación
    directa a uno de imposición indirecta, para minimizar los poderes que tiene el
    gobierno para convertirse en un intruso en los asuntos privados de las personas.

    Mi recomendación favorita es la de deshacerse de todo el sistema de impuesto
    sobre la renta federal de los Estados Unidos, sustituyéndolo en favor de un
    gravamen único del 10 por ciento, sin que hayan excepciones "especiales". El
    impuesto uniforme del 10 por ciento aparece bien fundamentado en varios miles de
    años de la historia de Israel, Roma, Grecia y la Antigua China.

    Los diez años que hay entre las publicaciones de "Fight, Flight, Fraud" y "For
    Good and Evil" fueron bien puestos por Adams a un uso productivo. Ofrece a los
    lectores varias sutilezas aprendidas de la historia de la tributación. Primero,
    los buenos sistemas tributarios se convierten en malos, a menos que los
    ciudadanos sean capaces de restringir a sus gobiernos, los cuales tienen una
    propensión normal para ajustar su gasto a los voraces apetitos innatos, y no a
    sus billeteras. Segundo, la civilización tiende a auto-destruirse con una
    imposición excesiva. Tercero, la moderación es un principio importante en el
    diseño y la puesta en práctica de cualquier sistema tributario. El principio de
    moderación incluye la selección de las tasas tributarias y de las penas por
    evasión, el carácter de intrusión que tiene la recolección de impuestos y la
    necesidad de tratar a los contribuyentes de manera igual, evitando una severa
    progresión o una severa regresividad.

    ¡Que tengan una feliz lectura! Y esperemos que nuestros gobernantes elegidos,
    nombrados o, según sea el caso, auto-ungidos, tomen a pecho las admoniciones de
    Adams."


    Jorge Corrales Quesada

  9. #19

    2002-04-01 EL LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2002

    2002-04-01 EL LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2002

    De Paul Collier y David Dollar, "Globalization, Growth, and Poverty: Building an
    Inclusive World Economy", una publicación conjunta del Banco Mundial y la Oxford
    University Press, 2002. Traduzco a continuación el preámbulo escrito por el
    Vicepresidente y economista principal del Banco Mundial, Nicholas Stern, quien
    además supervisó la obra. Los paréntesis cuadrados son míos. Este libro, en
    idioma inglés, también puede ser bajado del siguiente sitio:

    http://econ.worldbank.org/prr/struct...77&st=&sd=2857

    "La globalización -la integración creciente de las economías y de las sociedades
    alrededor del mundo- es un proceso complejo que afecta muchos aspectos de
    nuestras vidas. El ataque terrorista a los Estados Unidos el 11 de setiembre
    [del 2001] fue uno de los aspectos de la globalización. El crecimiento rápido y
    la reducción de la pobreza en China, India y otros países que fueron pobres hace
    20 años es otro aspecto. El desarrollo de la internet y la más fácil comunicación
    y transporte alrededor del mundo son un tercer aspecto. La extensión del SIDA es
    parte de la globalización, tal como lo es el desarrollo acelerado de tecnologías
    que posibilitan extender la vida. Algo tan complejo no puede ser analizado en
    un solo libro y nuestro objetivo es más humilde que examinar todos los aspectos
    de la globalización. El enfoque de nuestra investigación es el impacto que tiene
    la integración económica sobre los países en desarrollo y especialmente sobre los
    pobres que viven en esas naciones. Cerca de una quinta parte de la población del
    mundo vive con menos de $1 al día y eso es inaceptable en un mundo con tal
    abundancia. Las preguntas claves que formulamos son si la integración económica
    ayuda a reducir la pobreza y cómo puede hacerlo más efectivamente.

    Nuestra investigación rinde tres hallazgos principales que tienen que ver con
    debates actuales sobre políticas acerca de la globalización. En primer lugar,
    países pobres, con alrededor de 3 billones de personas, han irrumpido en los
    mercados globales de manufacturas y servicios. Mientras que hace 20 años la
    mayoría de las exportaciones de los países en desarrollo era de bienes primarios,
    ahora predominan las manufacturas y los servicios. Esta integración exitosa
    generalmente ha ayudado a reducir la pobreza. Ejemplos pueden encontrarse en las
    provincias de China, en los estados de India y en países como Bangladesh y
    Vietnam. Los 'nuevos globalizadores' han experimentado una reducción de la
    pobreza en gran escala: durante los años noventas, el número de sus ciudadanos
    que estaban en la pobreza declinó en 120 millones. La integración no habría sido
    posible sin una gama amplia de reformas domésticas que cubren la gobernabilidad,
    el clima de inversión y la provisión de servicios sociales. Pero también
    requirió de la acción internacional, que proveyó acceso a los mercados externos,
    tecnología y ayuda.

    El segundo hallazgo tiene que ver con la inclusión tanto entre países como a lo
    interno de ellos. Una de las tendencias globales de las dos últimas décadas que
    mayor perturbación causa es que países con cerca de 2 billones de habitantes
    están en peligro de quedar marginados de la economía mundial. Los ingresos en
    estos países han estado cayendo, la pobreza ha estado creciendo y hoy día
    participan menos en el comercio [mundial] en comparación a como lo hicieron hace
    20 años. En el extremo, algunos de estos son estados fracasados, tales como
    Afganistán o la República Democrática del Congo. El mundo tiene un gran interés
    en juego para así ayudar a estos países a integrarse a la economía global y
    nosotros destacamos un rango de medidas que podrían facilitarla y conducir a una
    mayor inclusión de países en la globalización contemporánea. Estas medidas
    oscilan desde un mejor acceso a los mercados de los países ricos hasta mayores
    volúmenes de ayuda externa, pero mejor administrada.

    Dentro de los países que han tenido éxito en irrumpir en los mercados globales
    de manufacturas, la integración, típicamente, no ha conducido a una mayor
    desigualdad en los ingresos. Sin embargo, en la globalización existen tanto
    ganadores como perdedores. Tanto los dueños de firmas como los trabajadores en
    sectores protegidos es posible que pierdan por la liberalización y a causa de la
    existencia de una economía más competitiva, mientras que los consumidores y
    aquellos quienes encuentren trabajo en las nuevas empresas, estarán entre los
    ganadores. Es importante contrarrestar los riesgos de pérdida por medio de la
    protección social y tales medidas pueden ser financiadas [affordable] en el
    contexto de las ganancias económicas que están experimentando los nuevos países
    globalizadores.

    Un tercer tema tiene que ver con la estandarización u homogeneización. Encuestas
    en diversos países revelan ansiedad acerca de que la integración económica
    conducirá a una homogeneización institucional o cultural. Sin embargo, las
    sociedades que ya están plenamente integradas a la economía global difieren
    enormemente. Entre las naciones más ricas, Japón, Dinamarca y los Estados Unidos
    son cada una muy diferentes en términos de cultura, instituciones, políticas
    sociales y desigualdad. Entre los países globalizadores en desarrollo, es también
    impactante que países como China, India, Malasia y México hayan tomado rutas
    diversas hacia la integración y permanecen con características muy propias en
    términos de cultura e instituciones. La diversidad puede ser algo más robusta de
    lo que popularmente se imagina. Sin embargo, algunos desarrollos recientes en el
    intercambio global y en el régimen de inversiones están empujando a los países
    hacia una estandarización indeseable. Es importante que los acuerdos de comercio
    global y de inversión respeten las libertades de los países, en un rango de áreas
    que van desde los derechos de propiedad intelectual, bienes culturales y
    protección del medio ambiente, hasta políticas sociales y estándares laborales.
    La globalización no necesita de la homogeneización y es importante que la
    diversidad sea respetada en los acuerdos internacionales. Existe también el
    peligro real de que la imposición de estándares globales pueda ser usada como la
    excusa para que resurja el proteccionismo en los países ricos.

    En resumen, la integración económica global ha ayudado a reducir la pobreza y no
    deberá ser echada atrás. Pero la economía mundial podría ser más incluyente: el
    crecimiento de los mercados globales no deberá continuar dejando de lado a 2
    billones de personas. Las naciones ricas pueden hacer mucho, tanto a través de
    ayuda como con políticas comerciales, para ayudar a que los países actualmente
    marginados ingresen en el camino de la integración, el cual ya ha probado ser tan
    efectivo para los nuevos globalizadores.

  10. #20

    2002-04-30 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2002

    2002-04-30 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2002

    David Conway, El Liberalismo Clásico: Un Ideal No Vencido [Classical Liberalism:
    The Unvanquished Ideal] (New York: St. Martin's Press, Inc., 1995). Tengo el
    libro y si alguien desea leerlo, por favor llámeme para ponernos de acuerdo.

    Los años 80s vieron dos importantes eventos históricos; por una parte, un
    renacimiento del liberalismo en casi en todo el mundo y, por la otra, la caída
    del comunismo de tipo soviético. Pero hoy día se cuestiona si las democracias
    liberales de Occidente podrán constituirse en el modelo que deberían seguir las
    naciones, en especial cuando los esfuerzos de la Sra. Thatcher y del Presidente
    Reagan de poner en practica muchos de los principios liberales han sido
    revertidos conforme ha pasado el tiempo, además de que la recesión en algunas de
    las principales economías del mundo ha puesto en cuestión la capacidad de esos
    países para seguir creciendo conforme con el modelo liberal.

    Esto último ha servido para que algunos de inmediato juzguen que las economías
    capitalistas se caracterizan por la inestabilidad y volatilidad de sus ciclos
    económicos, además de reiterar la existencia de problemas sociales, tales como
    crimen creciente, aumento de la drogadicción y desmembramiento de los núcleos
    familiares y, en general, un debilitamiento de instituciones sociales básicas,
    que impide mantener el control y el bienestar en el mundo occidental.

    Esto ha hecho que "muchos se cuestionen si la alternativa capitalista
    democrática puede ser algo mejor" que las opciones socialistas previas.
    Ciertamente existen pocos admiradores del sistema capitalista y que si bien sus
    planteamientos tienen poca influencia directa sobre la opinión pública, tienen
    dos efectos indirectos importantes: por una parte, educan a quienes en el futuro
    formulan políticas, así como a los medios de comunicación y, en segundo término,
    legitiman las recetas de políticas y visión de las clases que influyen más
    directamente. Sin embargo, "poco más que eso acerca del capitalismo es
    considerado como de algún valor y mucho es considerado como deficiente."

    Así, hay tres quejas principales en el mundo intelectual de hoy acerca del
    capitalismo. En primer lugar, que el capitalismo democrático crea y perpetúa
    formas y grados de desigualdad económica que se considera como moralmente
    injustificados. Ejemplares críticos en este sentido, llamados por el autor los
    modernos liberales (intervencionistas y estatistas) en contraste con los
    liberales clásicos (como se consideran él y yo también), son Rawls, Dworkin,
    Nagel, entre otros.

    Una segunda queja bastante extendida acerca del capitalismo es que daña, sino
    es que del todo destruye, el tejido social, la sensibilidad moral y la cultura de
    quienes viven dentro de él. Por ejemplo, los llamados comunitarios, como Sandel,
    MacIntyre y Walzer se quejan de que el capitalismo conduce al "empobrecimiento de
    la sensibilidad moral de sus miembros."

    Y, en tercer lugar, proveniente de la derecha a diferencia de los dos
    anteriores, hay la queja de que el "estado liberal democrático es incapaz de
    crear y preservar las diferentes condiciones morales requeridas para sustentarse
    a sí mismo." Proponentes de esta críticas son, por ejemplo, Scrutton y Gray ( sí,
    el antiguo proponente de las ideas liberales clásicas y tratadista de Hayek).

    El propósito del libro, nos dice su autor, es "decidir entre los liberales
    clásicos y sus oponentes contemporáneos." Para ello, presenta el caso a favor del
    liberalismo clásico y un gobierno mínimo, así como enfrenta a la crítica contra
    el capitalismo sustentada en la igualdad, al igual que la crítica comunitaria y
    también la proveniente del espectro conservador, con el propósito de demostrar
    que estas tres posiciones antiliberales no aguantan al escrutinio crítico.

    Hay una sección del libro que me complació mucho y que me permito transcribir.
    Es cuando el autor señala que "en cuanto las sociedades son afectadas con tales
    problemas [como por ejemplo, drogas, pornografía, crimen violento, pobreza en el
    tercer mundo, xenofobia, racismo, opresión de las mujeres y contaminación del
    medioambiente, para que vean el sabor del texto] eso se debe a que estas
    sociedades se conforman muy cercanamente a las panaceas del liberalismo moderno,
    en contraste a lo que es el liberalismo clásico. La solución podrá ser encontrada
    por las sociedades prosiguiendo en el camino hacia la libertad, tal como la
    entendieron los liberales clásicos."

    Hay otras partes muy interesantes del libro, como lo es la crítica que hace de
    Rawls -autor favorito del intervencionismo redistribucionista- que nos destila
    mucho del buen sabor de este libro. Conway considera que no es inmoral, como sí
    lo juzga Rawls, que las personas posean mejores perspectivas en su vida a causa
    de diferencias no merecidas -tales como, por ejemplo, lo puede ser una mejor
    educación que les brindaron sus padres o una "buena" dotación genética ("good
    looks", inteligencia). Dado que Rawls concibe a la sociedad como una especie de
    aventura cooperativa, de la cual todos participan porque obtienen ventajas mutuas
    al hacerlo, en ausencia de cooperación se podría esperar que a las personas las
    cosas les irán de manera distinta a causa de sus diferencias en las dotaciones
    naturales. En ausencia de cooperación, a algunos individuos con dotaciones
    naturales superiores les podría ir mejor que a otros individuos que poseen
    dotaciones inferiores. Ante esta diferencia de atributos, no sería algo
    arbitrario que les vaya mejor en sus prospectos de vida en comparación con los
    menos dotados. Si no hay cooperación y si la cooperación es para que -dotados y
    no dotados- obtengan ventajas mutuas, se deduce que "a menos que los principios
    de justicia que gobiernan la cooperación social permitan la existencia de
    prospectos de vida desiguales, aunque a la vez no sean merecidos, los mejores
    dotados podrían concluir con que no se benefician de la cooperación con aquellos
    menos dotados -y, por lo tanto, no tienen razón alguna para cooperar. En
    consecuencia, y contrario a Rawls, no hay una desviación con respecto a algunos
    de los juicios morales [expuestos]... que aquellos con dotaciones naturales
    diferentes deban, dadas estas diferencias sin duda alguna no merecidas, disfrutar
    de prospectos de vida diferentes los unos de los otros." (p. 32).

    Me parece que la defensa actual que este libro hace de los viejos principios
    liberales ante el acoso del liberalismo intervencionista (tal como significa en
    los Estados Unidos el término liberal), de la crítica comunitaria y la
    proveniente de la derecha conservadora, reviste una enorme importancia en la
    lucha intelectual de la actualidad en torno a la vigencia del pensamiento
    liberal. Recomiendo su lectura a quienes están interesados en temas sobre la
    libertad y, más que todo, por quienes se encuentren en las trincheras de la
    defensa del viejo espíritu whig.

    Jorge Corrales Quesada

Información de Tema

Usuarios Viendo este Tema

Actualmente hay 3 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 3 visitantes)

Temas Similares

  1. "Pensamientos de la Semana" en el foro privado "Palestra Económica"
    Por Elisa en el foro Obra escrita de Jorge Corrales Quesada
    Respuestas: 304
    Último Mensaje: 25/06/2012, 14:47
  2. Respuestas: 0
    Último Mensaje: 01/11/2011, 15:30
  3. Respuestas: 0
    Último Mensaje: 01/11/2011, 15:07
  4. Bienvendos al foro público "Palestra Jurídica"
    Por Luis Di Mare en el foro Palestra Jurídica
    Respuestas: 0
    Último Mensaje: 01/07/2011, 16:31
  5. Bienvenidos al foro público "Palestra Económica"
    Por Luis Di Mare en el foro Palestra Económica
    Respuestas: 0
    Último Mensaje: 30/06/2011, 18:57

Marcadores

Permisos de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •