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Tema: "Libros del mes" en el foro privado "Palestra Económica"

  1. #31

    2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003

    2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003

    Para algunos buenos amigos que alegan que en los "libros del mes" tan sólo hago
    referencia a libros de economía, en esta ocasión (aunque verán como eso de la
    economía sigue siendo importante) trato el libro de Bjørn Lomborg, The Skeptical
    Environmentalist: Measuring the Real State of the World [El Medioambientalista
    Escéptico: Midiendo el Estado Real del Mundo] (Cambridge, United Kingdom:
    Cambridge University Press, 2001). Bjørn Lomborg es profesor asociado de
    Estadística en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Aarhus,
    Dinamarca y, cabe resaltarlo, por ser este un libro principalmente acerca de
    ecología y, sobre todo, de datos, que él fue miembro del movimiento -radical,
    para algunos- Greenpeace.

    Se cuenta una historia muy interesante acerca del origen de este libro. El
    economista Julian Simon era un convencido de las virtudes del libre mercado como
    medio para lograr el bienestar y el progreso de la humanidad. Nunca olvidaré su
    demoledor libro antimaltusiano The Ultimate Resource [El Recurso Primordial]
    [Princeton: Princeton University Press, 1981], que luego amplió a The Ultimate
    Resource 2 [El Recurso Primordial 2] [Princeton: Princeton University Press,
    1996], en el cual formuló una poderosa crítica al gurú del control de la
    natalidad Paul Ehrlich, quien, en la mejor vena de quienes siempre predicen un
    futuro angustiante para la humanidad, había abogado por limitar el número de
    nacimientos, similar a como en el pasado lo había hecho el Club de Roma, el cual
    había predicho hambrunas devastadoras en todo el orbe, como medio para evitar
    desastres que casi terminarían con la especie humana.

    Pues bien, Simon era un optimista acerca del destino que aguardaba al hombre, en
    mucho debido al éxito desplegado por los sistemas de mercado. El ecologista
    Lomborg leyó estas exposiciones de Simon –quien a su vez era muy crítico de un
    ecologismo irracional, cuyas propuestas y estudios más bien conducirían a un
    descenso en el bienestar- y decidió estudiar todas sus afirmaciones, junto con
    sus estudiantes, para mostrar que el trabajo de Simon era técnicamente espurio.
    Lomborg, en lo profesional, es igualmente un hombre serio y su libro El
    Medioambientalista Escéptico reseña el resultado de estas investigaciones, que lo
    llevan a concluir con una idea clave: "no debe dejarse que las organizaciones
    medioambientales, que los grupos empresariales que ejercen influencias ante los
    gobiernos para que esos les favorezcan con sus acciones, o que los medios de
    comunicación, sean los únicos que presentan verdades y prioridades. En vez de
    ello, debemos luchar por un balance democrático cuidadoso del debate sobre el
    medio ambiente, mediante el conocimiento de los hechos más importantes y de las
    conexiones de las áreas esenciales de nuestro mundo. Es mi esperanza que este
    libro contribuya a tal entendimiento."

    El libro de Lomborg provocó un enorme debate principalmente por ataques
    provenientes de ciertas organizaciones dedicadas a la investigaciones de asuntos
    medioambientales, las cuales pretendieron descalificar su labor. Parte de esto
    resulta entendible, porque muchas de ellas dependen de investigaciones
    financiadas por gobiernos y entidades que devengaban rentas derivadas de una
    preocupación en asuntos del medio ambiente. Tan acre fue la reacción en contra
    de este libro, que, después de que la prestigiosa revista The Economist publicara
    en su edición del 31 de enero del 2002 un artículo al respecto bajo el título "En
    Defensa de la Ciencia", en el cual señaló en su encabezado que "La furia
    inspirada por un nuevo libro es extraordinaria y formula algunas preguntas",
    debió publicar otro posteriormente, el 9 de enero del 2003, bajo el título de
    "Control del Pensamiento", en el cual expresa que "El Comité Danés sobre
    Deshonestidad Científica dijo lo siguiente sobre ese libro: Hablando
    objetivamente, la publicación del trabajo en consideración se juzga que cae
    dentro del concepto de deshonestidad científica." Ante ello The Economist
    concluye en que "La decisión del panel de ese Comité –hablando objetivamente- es
    incompetente y vergonzosa.""

    Antes de continuar mi exposición, para que vean como muchos de estos
    planteamientos de promotores celosos de un medioambiente que se considera que
    casi no puede ser tocado por el hombre, y los cuales suelen ser lugares comunes y
    expresados casi sin cuestionamiento alguno en los medios de comunicación, en
    foros políticos y en la academia, deberían, como todo, estar sujetas al
    escrutinio y la crítica constante. Como ejemplo de esto, aprovecho para
    traducirles un mensaje que tiene que ver con el calentamiento de la tierra y que
    hace un cierto tiempo me envió el miembro de palestra Larry Willmore. Este es
    tomado de Robert Matthews, "Middle Ages were warmer than today, say scientists"
    ["La Edad Media fue más caliente que lo es la actualidad, dicen científicos"],
    Daily Telegraph, 8 de abril del 2003:

    "Los hallazgos (de un grupo de la Universidad de Harvard) comprobaron que el
    mundo experimentó un Período Tibio Medieval, entre los siglos IX y XIV, con
    temperaturas significativamente más altas aún que las de hoy en día.

    Ellos también confirman aseveraciones de que una Pequeña Edad de Hielo se dio
    alrededor del año 1300, durante la cual el mundo se enfrió dramáticamente. A
    partir de 1900, el mundo de nuevo ha empezado a calentarse –pero aún falta para
    que llegue a tener las temperaturas tibias de la Edad Media." El artículo señala
    que esto fue aseverado por el Dr. Philip Stott, profesor emérito de biogeografía
    de la Universidad de Londres, quien le dijo al Daily Telegraph que "lo que se ha
    olvidado en todo esto de la discusión acerca del calentamiento global es un
    sentido apropiado de la historia". Mejor dicho no puede serlo.

    Me imagino que estos juicios míos pueden haber provocado su curiosidad por leer
    la obra de Lomborg, que una vez más está a su disposición de la forma que ustedes
    ya conocen. Como comentario de esta obra traduzco uno que aparece en la
    revista Regulation de la primavera del 2002, escrito por Richard L. Gordon, quien
    es profesor emérito de economía de los minerales en la Universidad del Estado de
    Pennsylvania, el cual lleva por título "Desafiando a los Verdes". Los paréntesis
    cuadrados son míos:

    "Al enfatizar su conversión de miembro de Greenpeace, el estadístico danés Bjørn
    Lomborg y su nuevo libro El Medioambientalista Escéptico, ha provocado mucha
    atención en los medios. El libro es un resumen amplio, a menudo sin detenerse ni
    siquiera para respirar, pero es valioso en cuanto al estado del medio ambiente y
    de los efectos humanos sobre él. El autor concluye en que, contrario a las
    polémicas sobre el medio ambiente, el calentamiento global y otras "amenazas”
    medioambientales han sido sobredimensionadas. No sorprende que el grupo
    dirigente Verde [Green establishment] vehemente, pero irracionalmente, haya
    atacado esa conclusión".

    Los lectores de Regulación y de muchas otras publicaciones de Instituto Cato que
    han desafiado los alegatos de los medioambientalistas, por supuesto que están
    familiarizados con los argumentos de Lomborg. En efecto, el autor inicia su
    libro con una explicación de porqué el cambio en su corazón al intentar y
    fracasar en refutar los trabajos del desaparecido Julian Simon (trabajo
    patrocinado por Cato). Así escribe Lomborg este episodio:

    "En el otoño [nórdico] de 1997, tuve un grupo de estudio con 10 de los mejores
    estudiantes que tenía, en donde tratamos de examinar a Simon en su totalidad.
    Honestamente, esperábamos mostrar que la mayoría de lo que Simon decía era simple
    propaganda de la ultraderecha de los Estados Unidos. Y sí, no todo lo que decía
    era correcto, pero –contrario a nuestras expectativas- resultó que una cantidad
    sorprendentemente grande de sus posiciones soportaron el escrutinio y entraban en
    un conflicto con lo que nosotros creíamos saber. El aire en el mundo
    desarrollado se estaba contaminando menos, no más; la gente en el mundo en
    desarrollo no estaba sufriendo de hambre cada vez más, sino menos, y así por el
    estilo."

    El escepticismo de Lomborg ante el movimiento Verde, por supuesto que no es algo
    único. Dado que ni él ni Simon lo reconocen adecuadamente, la crítica al
    medioambientalismo está muy difundida. Cada tema que se presenta bajo la
    sombrilla del medioambientalismo está sujeto a muchos desafíos y existen muchos
    otros compendios amplios al respecto. En particular, la visión de Simon acerca
    de los recursos naturales, que Lomborg adopta, es, en lo cual Simon fracasó en
    hacerlo notar, el punto de vista estándar que hay entre los economistas
    especialistas de este campo.

    Las principales virtudes del libro de Lomborg son que brinda un visión muy
    amplia de la promoción del alarmismo y constituye un resumen extenso,
    generalmente bien hecho, de todos los temas. Tal como se indicó antes, sus
    análisis trasmiten adecuadamente las objeciones a casi todos los temores, los
    cuales él busca desactivar.

    LOS CAPITULOS CENTRALES

    El amplio texto de El Medioambientalista Escéptico tiene 338 páginas ávidamente
    ilustradas, de las cuales 73 son introducciones, resúmenes de secciones o
    conclusiones. Eso deja sólo 265 páginas que Lomborg dedica a alrededor de 222
    tópicos cubiertos bajo cuatro encabezados generales –bienestar humano
    (económico), disponibilidad de recursos naturales, contaminación y problemas del
    mañana. El espacio dedicado a cada uno de estos tópicos es breve, en donde sólo
    las secciones dedicadas al calentamiento global y a los químicos exceden a las19
    hojas; de aquí que el libro lo deja a uno sin aliento. Este formato resulta ser
    sorprendentemente bueno, la única cosa en que falla es en un tratamiento de tres
    páginas sobre la contaminación del aire interno en las edificaciones, en el cual
    el autor muestra mucho menos escepticismo acerca de los alegatos de los Verdes,
    que lo que la literatura crítica sugiere sería lo apropiado.

    CALENTAMIENTO GLOBAL. El capítulo acerca del calentamiento global tiene tanta
    calidad como amplitud. En él, el autor señala que, aún cuando acepta que el
    calentamiento es algo real, no queda claro que su corrección sea una buena
    inversión y que los esfuerzos anti-calentamiento, como el Protocolo de Kyoto,
    impondrían costos muy elevados a cambio de beneficios limitados. Lomborg
    reconoce la dudosa economía que está detrás de alegatos imposibles acerca de que
    el calentamiento global se curaría dando ganancias, si se pusieran en práctica
    todas las opciones atractivas, pero que han sido denegadas, para reducir el uso
    de energía. También indica que tales alegatos surgen invariablemente desde
    organizaciones promotoras sin experiencia en tomar decisiones sobre temas de
    energía.

    Aún hasta percibe el problema clásico que se da con promotores del
    medioambientalismo: muchos de ellos tienen una desconfianza interna profunda
    acerca del progreso material. Los Verdes justifican cada iniciativa por su
    contribución general para disminuir el progreso económico –un patrón que se
    aplica al caso del calentamiento global.

    El mismo análisis de alta calidad se encuentra en todo su libro. Si bien breve,
    la discusión de Lomborg acerca de la disponibilidad de recursos naturales, capta
    bien los temas. Sus tratamientos de otros temas tradicionales del medio ambiente
    también son sólidos, dejando de lado su ya mencionado escepticismo mínimo en el
    caso de los alegatos acerca de la contaminación en la calidad del aire interno de
    las edificaciones.

    LA LETANÍA

    Tal como es típico del escepticismo de trabajos acerca de aseveraciones
    medioambientalistas, Lomborg brinda una visión global sobre el pesimismo
    prevaleciente en cuanto al medio ambiente y acerca de la aceptación frecuente de
    un planteamiento estereotipado pleno de alegatos oscuros provenientes de
    medioambientalistas, a lo cual él se refiere como "la Letanía". Haciendo notar
    aseveraciones sobredimensionadas que hacen Verdes como el presidente del
    Instituto Worldwatch, Lester Brown, Paul R. Ehrlich y otros, Lomborg escribe:

    "Por mucho tiempo se nos ha dictado la Letanía. Lester Brown y un ejército
    entero de organizaciones medioambientalistas, presuntas autoridades y políticos,
    nos han advertido acerca de la debacle inminente. Este mensaje ha tenido un
    enorme impacto social y político. El libro del ex presidente Al Gore, Earth in
    the Balance [La Tierra en la Balanza], es un excelente ejemplo de ese estado de
    ánimo. El primer párrafo de su conclusión lo afirma con toda claridad: "La
    civilización industrial moderna, tal como está organizada en este momento, está
    colisionando violentamente con el sistema ecológico de nuestro planeta.""

    El análisis de Lomborg del contraste que hay entre la realidad y la militancia
    medioambientalista está llevado a cabo de manera excelente, aunque su argumento
    acerca de por qué las predicciones sobre el destino fatal en el medio ambiente
    continúan ganando la atención de los medios –porque el desastre constituye
    noticia- es un punto ya conocido.

    PRIORIDADES. Su capítulo final es particularmente valioso porque se basa en la
    proposición estándar del análisis económico hacia la militancia (y todo lo
    demás) medioambientalista: tener que escoger [trade offs] es algo inevitable.
    Llamar a un problema "urgente" o "colisión violenta" (para pedir prestado el
    término de Gore) resulta un mecanismo conveniente, pero siempre malo, para
    escoger. Distinguir a un problema como "medioambiental" no requiere
    automáticamente, como reza la Letanía, que se le dé un carácter prioritario.

    En la Letanía, suenan las alarmas sin tomar en cuenta su impacto. Tal como
    sugiere Lomborg, las políticas sobre el medio ambiente dirigen fondos hacia
    acciones que remueven un pequeño peligro, en tanto que son negados en el alivio
    del hambre o en la provisión de agua potable limpia. El enfatiza la necesidad de
    priorizar y ese es precisamente el mensaje que un economista como yo desea
    escuchar. Dado que él no lo dice, la raíz de los problemas medioambientales y de
    la mayoría de los problemas de política pública yace en el fracaso de reconocer
    el aspecto económico.

    ,Aunque no lo enfatiza tan efectivamente como lo hace Simon, Lomborg percibe el
    punto fuerte en el análisis de Simon, cual es reconocer que el establecimiento y
    el reajuste de prioridades naturalmente toma su lugar en una economía progresista
    de mercado. Dado que aún ni Simon lo asevera, la esencia de la Letanía es su
    ignorancia acerca de la disciplina de la economía. Los Ehrlichs del mundo
    persistentemente yerran al ignorar las verdades económicas (concientemente así lo
    es en el caso de Ehrlich). Las economías están perpetuamente introduciendo
    innovaciones y adaptándose a los cambios [shocks]. En contraste, la Letanía
    niega la flexibilidad. Eso produce el error persistente que fue objeto de la
    desaprobación de Simon.

    VALORACIÓN GENERAL

    Por sí misma, la publicidad lograda hace que este sea un libro que deban leer
    aquellos quienes estén seriamente interesados en los debates acerca del medio
    ambiente. Pero también se beneficiará al lector ocasional. Para estar en lo
    seguro, el trabajo es muy selectivo en cuanto a constituirse en la introducción
    ideal para una lectura ulterior, pero no existe una alternativa mejor. Lomborg
    brinda suficientes muestras para conducir a los lectores hacia material
    suplementario importante.

    El Medioambientalista Escéptico posee grandes virtudes para un lector que quiere
    leer acerca de un tema concreto. Las ventajas incluyen su amplitud, su
    exactitud, su novedad, su lucidez y su desapasionamiento. Al final de cuentas,
    Lomborg se modera en su tratamiento de los alarmistas y se contenta con describir
    los abusos, sin mostrar una indignación al estilo de Simon. (Será interesante
    ver cómo reacciona a calumnias permanentes similares a las que encaró Simon. La
    revista Scientific American, en su edición de enero [del 2002] dedicó 11 páginas
    de diatribas contra el libro por parte de cuatro airados “científicos”). [Por si
    es de su interés, en la página de Verdes Individualistas –iGreen- aparece la
    respuesta de Lomborg –a quien la revista amenazó con demandarlo si no quitaba de
    su sitio personal la transcripción de artículo original que Scientific American
    publicó en enero del 2002; ver la respuesta de Lomborg en http://www.igreens.org.uk/scientific...d_lomborg.htm]

    Como reacción ante lo inadecuado de la documentación de los medioambientalistas,
    Lomborg presenta en su libro 2.930 notas y una bibliografía de 71 páginas que
    contiene (según su propia contabilidad) cerca de 1.800 menciones. Como era de
    esperar con tan amplio estudio, la lectura es selectiva, pero muy perspicaz. El
    cubre afirmaciones alarmistas, la literatura científica, reportes de gobiernos
    nacionales y de agencias internacionales, y otros escritos escépticos.

    FUENTES. Los críticos vitriólicos de Lomborg han atacado oportunísticamente
    omisiones en su investigación. Sin embargo, tales omisiones son inevitables.
    Por lo general, el autor logra encontrar y usar visiones generales que le
    conducen en la dirección correcta. Por ejemplo, al discutir sobre los beneficios
    del calentamiento global, él se basa en diversos estudios del Panel Internacional
    sobre el Control del Clima (IPCC) [Internactional Panel on Climate Control] y, en
    discusiones acerca del impacto económico, en una publicación de un simposio del
    año 1999 en la revista Energy Journal. El ataque de Stephen Schneider en la
    revista Scientific American, al capítulo de Lomborg sobre el calentamiento
    global, lo descarta por tener una dependencia indebida de fuentes secundarias,
    pero Schneider fracasa cuando no menciona que la fuente dominante es el IPCC, la
    que Schneider alaba como la autoridad definitiva. (Yo debería mencionar que
    Schneider ataca a Lomborg por su carencia de experiencia "científica", pero
    procede luego a formular extensos comentarios iletrados [illiterate] acerca de
    economía, tales como endosar la fantasía de la oportunidad de una conservación
    inexplotada).

    En el ámbito de los metales y de la energía (en lo cual yo me especializo),
    Lomborg es similarmente selectivo. El se basa fuertemente en Simon y en algunos
    análisis generales: por ejemplo, él limita su examen de M. A. Adelman (el
    proponente principal de los puntos de vista que Lomborg adoptó acerca del
    petróleo) a material tomado de un breve capítulo de una recopilación acerca de
    esos temas que Simon editó. Esta dependencia mínima demuestra la consistencia
    del autor; no sólo omite material de alguno de los alarmistas, sino también de
    material que hubiera brindado soporte adicional a sus argumentos.

    En cuanto a la mecánica, las referencias que hace Lomborg son innecesariamente
    complejas. Sus notas al pie de página aparecen al final del texto y da tan sólo
    da menciones sumarias de las referencias (por ejemplo, "IPCC 1992:78"). El
    método que se utiliza ampliamente, de incluir tales citas en el texto al píe de
    la página, habría eliminado el paso extra de visitar las notas al final para
    poder identificar cada fuente. (Este problema se agrava por la existencia de
    errores tipográficos y de peculiaridades que obstaculizan la identificación de la
    entrada bibliográfica relevante).

    Mi única objeción importante a la bibliografía de Lomborg es que se limita a las
    fuentes citadas. Una contribución suya más profunda, más crítica, habría sido
    incluir y citar trabajos que brindan información adicional importante para los
    lectores. El omite varias presentaciones previas de puntos de vista generalmente
    escépticos acerca del medioambientalismo, así como virtualmente toda la
    literatura sobre energía y otros recursos minerales, e importantes recopilaciones
    sobre temas concretos (por ejemplo, contaminación del aire en el interior de las
    edificaciones, químicos y calentamiento global).

    CONCLUSIÓN. Dejando de lado estas críticas, el libro de Lomborg constituye una
    importante contribución a la creciente literatura que es justificadamente
    escéptica de los alegatos del movimiento medioambientalista. Tanto aquellos
    recién llegados al debate, como aquellos bien versados en los argumentos,
    encontrarán valiosa la lectura de El Medioambientalista Escéptico."


    Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hice con los anteriores libros
    del mes que he publicado en palestra y que ya saben cómo pueden leerlos (tan sólo
    con llamarme por teléfono y ponernos de acuerdo):

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World"
    Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
    Correcting the News Media Top Economic Myths"
    Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
    Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
    Socialism"
    Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
    Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
    and Why It Matters".
    Mayo, 2003: J. C. Lester, "Escape from Leviathan: Liberty, Welfare and Anarchy
    Reconciled".

    Jorge Corrales Quesada

  2. #32

    2003-07-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003

    2003-07-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003

    A partir de este mes se presentará una variación importante con respecto a los
    anteriores libros del mes que desde febrero del 2002 he venido enviando a
    Palestra. Al contrario de los previos, a partir de este libro del mes sólo haré
    una cita del autor, la publicación y un muy breve resumen de uno o dos párrafos
    acercad de su contenido. Creo que es mi deber explicar el porqué de la enorme
    variación en el libro del mes, reflejo de un fracaso en las intenciones que me
    motivaron inicialmente. Una de ellas es que toma mucho de mi tiempo el
    prepararlos en la forma previa y, la más importante, es que parece no ser de
    mucha utilidad, pues, en todo ese tiempo de envíos a Palestra, si acaso ha habido
    un par de comentarios respecto de ellos y tan sólo dos personas me han pedido que
    les preste el libro que siempre les he ofrecido para leerlo. Se que muchos están
    muy ocupados como para leer libros, pero también me deja un sinsabor si es que en
    Costa Rica se leen libros de esta naturaleza (por que si fuera por la página dos
    diaria de La República, verán como "todos" leen). Incluso alguien en su momento
    me dijo que sólo comentaba libros de Economía e hice un esfuerzo para acudir a
    otra temática, tal como filosofía, ecología, política, pero... igual fracaso; tal
    vez el problema no es Jorge Corrales o que la lectura aburre o que no hay tiempo.
    Pero ahora hago este nuevo intento e igual que siempre, éste y todos los libros
    anteriores están a su disposición.

    El libro del mes de julio del 2003 es de Gordon Tullock, Arthur Sheldon y Gordon
    L. Brady, Government Failure: A Primer in Public Choice (Washington, D. C.: Cato
    Institute, 2002).

    Muestra el fracaso del argumento de "fracaso del mercado" que se utiliza en
    muchas ocasiones como justificación para que el estado intervenga subsanando
    dicho problema. Se supone que dicha intervención es tal que corrige la
    ineficiencia derivada del "fracaso del mercado", sin que se haga referencia no
    sólo al costo que tiene toda intervención, sino si esa intervención pública es
    capaz de corregir aquella ineficiencia. Todo esto último se conoce como "el
    fracaso del estado" y los autores dan muestras de muchas experiencias de
    intervención estatal que no sólo ha fallado en corregir las presuntas fallas del
    mercado, sino que su resultado ha sido peor. Esto es, que la medicina ha sido
    peor que la enfermedad. Salud.

    Jorge Corrales

  3. #33

    2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003

    2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003

    Se trata del libro de Charles Adams, For Good and Evil: The Impact of Taxes on
    the Course of Civilization [Para Bien o para Mal: El Impacto de los Impuestos
    Sobre el Curso de la Civilización], segunda edición (Lanham, Maryland: Madison
    Books, 1999). Nota: la palabra "course" en inglés también significa maldición,
    así que no se confundan de antemano por aquello de que piensen que los impuestos
    son una maldición.

    Lo mejor es traducir el preámbulo que del libro hace Alvin Rabushka, de la
    Institución Hoover de la Universidad de Stanford y destacado proponente de la
    gran reforma al sistema tributario federal de los Estados Unidos: sustituir a
    esa impresionante maraña tributaria por un único impuesto del 10% a todos los
    ingresos, sin excepciones. Debo hace notar lo que Rabushka escribe refiriéndose
    a un libro previo sobre impuestos de Charles Adams, titulado “Fight, Flight,
    Fraud: The Story of Taxation” [Lucha, Fuga y Fraude: La Historia de la
    Tributación], lo cual es igualmente aplicable a esta segunda edición del nuevo
    libro de Adams.

    Charles Adams es un especialista en derecho tributario internacional y ha
    escrito diversos ensayos sobre impuestos. Ha sido conferencista sobre historia
    de la tributación en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, la
    Universidad George Mason, la Universidad de Rochester, en Nueva York, la
    Universidad de Toronto, Canadá y la Universidad de Nueva York y está asociado,
    entre otros, al Instituto Ludwig von Mises en la Universidad Auburn en Alabama.

    Escribe Rabushka:

    “En 1982 Charles Adams publicó un libro maravilloso titulado “Fight, Flight,
    Fraud: The Story of Taxation”. Yo tengo dos copias. Mantengo una a mano en mi
    oficina para cuando necesito hacer referencias y la otra está en mi casa. (Serán
    reemplazadas por dos copias de “For Good and Evil: The Impact of Taxes on the
    Course of Civilization”). Las consulto frecuentemente para encontrar anécdotas
    de tonterías tributarias, así como para efectuar referencias bibliográficas en
    mis propias investigaciones. Puedo decirles honestamente que en el curso de
    quince años [Rabushka escribió esto en 1993] de efectuar investigaciones
    profesionales y de escribir sobre temas tributarios, yo pondría a la historia de
    la tributación de Charles Adams en el punto absolutamente más alto de la lista de
    lecturas acerca del tema.

    “Fight, Flight, Fraud” fue entretenido, informativo, y pleno de lecciones acerca
    de por qué la tributación es algo importante. Me deleita decirles a todo el
    mundo que los orígenes de la historia documentada están inseparablemente ligados
    con la de la imposición opresiva. El amanecer de la historia, de hace unos seis
    mil años, se descubrió en forma de unos conos de arcilla cuneiformes excavados en
    Lagash, Sumeria, que se ubica en la fértil llanura entre el Tigris y el Eufrates
    en el moderno Iraq. Y ¿qué estaba grabado en esos conos?. Que los Sumerios
    temían más a los recaudadores de impuestos que a sus señores o a sus reyes. ¡Plus
    ça change, plus la même chose!.

    Tengo muchas otras historias favoritas. La Piedra de Roseta, por ejemplo, cuyo
    texto en jeroglíficos, demóticos, y en idioma griego fue la clave para revelar
    las historias del Antiguo Egipto, de lo que trataba era acerca de una inmunidad
    tributaria. Lo cual es, por supuesto, la razón por la que estaba escrita en una
    piedra y no en un papiro.

    Otro ejemplo es el de la próspera Isla de Rodas, que cobró un impuesto del 2 por
    ciento por utilizar comercialmente sus muelles. Rodas perdió el 85 por ciento de
    su comercio en un año después, cuando Roma estableció un puerto libre de
    impuestos en la Isla de Delos. El libre comercio, y no la guerra, fue lo que le
    permitió a Roma derribar la supremacía comercial de Rodas. Y Roma, por sí misma,
    cayó, no por las manos de los Hunos, sino a causa de la evasión fiscal, cuando
    los terratenientes ricos pensaron en esquemas ingeniosos, uno tras otro, para
    escapar de los impuestos, dejando al estado sin recursos para defenderse por sí
    mismo. “Fight, Flight, Fraud” es una mina de oro para los productores de series
    de televisión.

    Diez años más tarde, Charles Adams ha traído a este continente una nueva
    historia de la tributación. En “For Good and Evil” agrega no solo material nuevo
    sino también capítulos adicionales a un cuerpo de investigación y de exposición
    que ya es de por sí impresionante, que cubre civilizaciones antiguas, las Eras
    Griega y Romana, la Edad Media, la evolución de los estados en Europa Occidental
    y Oriental, los Aztecas y la historia de la imposición en los Estados Unidos. Un
    nuevo capítulo describe las economías milagrosas de Japón, Hong Kong, Singapur,
    Taiwán y Corea del Sur, las cuales pusieron en práctica bajos impuestos y trata
    la economía del enfoque de oferta, aún antes de que Reagan popularizara al
    término. Otro nuevo capítulo muestra como las constituciones de los estados
    protegen a los contribuyentes, al darles controles constitucionales sobre los
    impuestos y el gasto. Tal vez el más famoso de estos sea la Proposición 13,
    producto del cerebro del fallecido Howard Jervis, el cual limita las tasas del
    impuesto sobre la propiedad en California a un 1 por ciento del valor en efectivo
    de la vivienda.

    Adams también agrega un nuevo capítulo, "Taming the Monster" ["Domando al
    Monstruo"]. Propone varias reformas, decididamente en favor del contribuyente,
    que hacen que los impuestos sean para bien y no para mal. Entre ellas incluye
    hacer una ofensa criminal de cualquier extorsión tributaria por parte de
    funcionarios gubernamentales, permitir que los contribuyentes puedan demandar a
    las autoridades tributarias por deshonestidad [misconduct], y otorgar a los
    votantes poderes para revocar [recall] a directores regionales de la Tributación
    Directa [Internal Revenue Service, supuestamente electos popularmente]. Tal vez
    la reforma más importante sea la propuesta de cambio de un régimen de tributación
    directa a uno de imposición indirecta, para minimizar los poderes que tiene el
    gobierno para convertirse en un intruso en los asuntos privados de las personas.

    Mi recomendación favorita es la de deshacerse de todo el sistema de impuesto
    sobre la renta federal de los Estados Unidos, sustituyéndolo en favor de un
    gravamen único del 10 por ciento, sin que hayan excepciones "especiales". El
    impuesto uniforme del 10 por ciento aparece bien fundamentado en varios miles de
    años de la historia de Israel, Roma, Grecia y la Antigua China.

    Los diez años que hay entre las publicaciones de "Fight, Flight, Fraud" y "For
    Good and Evil" fueron bien puestos por Adams a un uso productivo. Ofrece a los
    lectores varias sutilezas aprendidas de la historia de la tributación. Primero,
    los buenos sistemas tributarios se convierten en malos, a menos que los
    ciudadanos sean capaces de restringir a sus gobiernos, los cuales tienen una
    propensión normal para ajustar su gasto a los voraces apetitos innatos, y no a
    sus billeteras. Segundo, la civilización tiende a auto-destruirse con una
    imposición excesiva. Tercero, la moderación es un principio importante en el
    diseño y la puesta en práctica de cualquier sistema tributario. El principio de
    moderación incluye la selección de las tasas tributarias y de las penas por
    evasión, el carácter de intrusión que tiene la recolección de impuestos y la
    necesidad de tratar a los contribuyentes de manera igual, evitando una severa
    progresión o una severa regresividad.

    ¡Que tengan una feliz lectura! Y esperemos que nuestros gobernantes elegidos,
    nombrados o, según sea el caso, auto-ungidos, tomen a pecho las admoniciones de
    Adams."


    Jorge Corrales Quesada

  4. #34

    2003-08-21 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE DEL 2003

    2003-08-21 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE DEL 2003

    Se trata del libro editado por Fred E. Foldvary y Daniel B. Klein, The Half-Life
    of Policy Rationales: How New Technology Affects Old Policy Issues [La Media
    Vida de la Lógica de las Políticas] (New York: New York University Press, 2003).

    Este libro parece caer a pelo dada la reciente inquietud presentada en palestra
    en torno a los monopolios naturales. Precisamente a ello se refieren los autores
    cuando señalan, en una sección titulada "La tecnología disuelve el argumento del
    monopolio natural" que "los llamados servicios públicos [utilities] –agua,
    alcantarillados, electricidad, gas natural, telefonía y televisión por cable-
    durante mucho tiempo se han caracterizado por una red o parrilla [grill]
    interconectada, por la cual el agua, el gas y los electrones se distribuyen desde
    fuentes centrales a usuarios en todas las comunidades. La construcción y la
    operación del sistema de distribución involucran grandes costos iniciales que son
    irreversibles. Agregar usuarios al sistema implica bajos costos marginales, y
    distribuir los productos requiere de bajos costos en ese momento. Así, en la
    forma en que usualmente se presenta, un sistema de distribución único continúa
    disfrutando de economías de escala, al ir agregándose volumen con el transcurso
    del tiempo. Por lo tanto, la estructura de costos dará lugar a que, en un
    mercado libre, surja un único proveedor: el monopolio natural. Este proveedor
    único puede luego cobrar precios altos, producir cantidades menores y de peor
    calidad, y obtener utilidades excesivas. Los competidores potenciales no
    entrarían y con ello ocasionar una baja en los precios, porque, una vez que hayan
    invertido en un sistema para competir, la firma existente [incumbent] reduciría
    su precio y posiblemente ocasionaría pérdidas a ambas empresas. De manera que
    nadie sería tan tonto como para desafiar al monopolista. Empleando este
    razonamiento, los reguladores y los intervencionistas han argumentado que el
    gobierno debería de supervisar tales servicios públicos y controlar sus precios.

    Cualesquiera que sea la validez histórica del argumento del monopolio natural,
    es claro que, en muchas áreas de servicios, la tecnología ha proporcionado
    alternativas al proveedor tradicional, alternativas que desmienten los supuestos
    tradicionales acerca de los costos y de los requisitos de integración. Es más,
    el cambio rápido en sí mismo complica los problemas de los reguladores y de los
    planificadores. Tal como lo indicara Milton Friedman [Capitalism and Freedom
    (Chicago: The University of Chicago Press, 1962, p. 28)] "Sin embargo, en una
    sociedad en que se cambia rápidamente, las condiciones que dan lugar a un
    monopolio técnico frecuentemente varían y me sospecho que tanto la regulación
    pública como el monopolio público es menos posible que en esas condiciones puedan
    responder a tales cambios... si se les compara con un monopolio privado."

    Dicho esto, el libro contiene un artículo de Alvin Lowi, Jr. y de Clayde Wayne
    Crews, Jr., "Technology and Electricity: Overcoming the Umbilical Mentality,"
    otro también de Lowi, "Avoiding the Grid: Technology and the Decentralization of
    Water," y uno de Rick Geddes, "Technological Change and the Case for Government
    Intervention in Postal Services," todos los cuales se refieren a las alternativos
    que la tecnología ha permitido, en esas áreas, al argumento del monopolio
    natural.

    El tema general de la obra es que, lo que se ha llamado el fracaso del mercado y
    las consecuentes sugerencias para la intervención del estado, dependen de los
    costos de transacción, al afectar de alguna manera un intercambio fructífero en
    que las partes que intervienen ganan. Los autores señalan que "mejores
    tecnologías reducen tales costos. Puede verse que la aplicación de la teoría del
    fracaso del mercado posee apenas una media vida, tecnológicamente hablando,
    después de la cual se disuelve su validez." Así, los avances tecnológicos, dicen
    los autores, "tienden a eliminar las imperfecciones aparentes del mercado, como
    son la no exclusión, los costos de información o de aseguramiento y el monopolio
    natural. ". Y agregan que, si bien los cambios en la tecnología pueden dar lugar
    a una mayor intervención del estado, al dispone con dichos cambio de un mayor
    conocimiento y capacidades, eso se logra también para la empresa privada, por lo
    que, "si ambos son técnicamente capaces de, digamos, producir tomates, el simple
    argumento de los incentivos nos recomienda a la empresa privada," además de que
    el sistema de empresa privada generalmente crea incentivos para que sus
    participantes busquen producir lo que es bueno para la sociedad.

    En el libro hay artículos que tratan sobre las formas de medir, de excluir y de
    cobrar que permiten que el mercado funcione, sin quedar sujeto al argumento del
    fracaso del mercado (por ejemplo, para el caso las emisiones de vehículos que
    sean importantes y para la conservación y el uso de recursos marinos). También
    hay artículos que se refieren a esquemas que aseguren la calidad del servicio y
    la protección de los consumidores (por ejemplo, hay uno muy interesante sobre las
    licencias necesarias para ejercer la medicina en los Estados Unidos –algo similar
    a aquí con el Colegio de Médicos- que también podría servir como marco de
    análisis sobre la colegiación obligatoria que pretende el Colegio de Economistas,
    que se dice es compulsiva con el pretexto –si alguien así se los quiere creer- de
    asegurar la calidad de sus profesionales y con ello proteger a los consumidores
    potenciales del engaño).

    Espero que su interés por leer este libro sea alentado con este comentario tan
    breve e incompleto. Asimismo, les incluyo la lista de los previos libros del mes
    que he referido en palestra, por si a alguien le interesara ojear alguno de
    ellos:

    Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
    Yesterday, Today and Tomorrow"
    Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
    Structure"
    Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
    Building an Inclusive World Economy"
    Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
    Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
    Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
    Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
    Liberales"
    Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
    The Wincott Lectures"
    Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
    demise of the citizen"
    Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
    World"
    Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
    Correcting the News Media Top Economic Myths"
    Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
    Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
    Socialism"
    Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
    Abril, 2003: David D. Friedman, "Law's Order: What Economics Has to Do with Law
    and Why It Matters".
    Mayo, 2003: J. C. Lester, "Escape from Leviathan: Liberty, Welfare and Anarchy
    Reconciled".
    Junio, 2003: Bjørn Lomborg, "The Skeptical Environmentalist: Measuring the Real
    State of the World".
    Julio, 2003: Gordon Tullock, Arthur Sheldon y Gordon L. Brady, "Government
    Failure: A Primer in Public Choice".
    Agosto, 2003: Charles Adams, "For Good and Evil: The Impact of Taxes on the
    Course of Civilization".

    Ya saben cómo pedírmelo.

    Jorge Corrales Quesada

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