2002-02-11 PENSAMIENTO DE LA SEMANA

De una entrevista del crítico de la globalización, Elberth Durán, a Monseñor
Oscar Rodríguez, el 8 de febrero del 2002 en Radio Reloj.

"Pregunta de Durán:

Usted, en una conferencia que dio en Costa Rica recién instalado como Cardenal
hizo una serie de manifestaciones interesantes con respecto a la globalización y
a ver ésta como un espacio, un momento histórico de oportunidades y no mala
intrínsecamente, no mala por sí misma. Hoy todavía nos debatimos en esa
discusión ¿mantiene usted que es un tiempo de oportunidades? ¿Cómo encontrar
oportunidades en una globalización que muchas veces hace que los pueblos teman
que los aplasten grandes corporaciones transnacionales y los grandes intereses
financieros mundiales?

Respuesta de Monseñor Rodríguez:

Sí, efectivamente, como lo ha dicho el Santo Padre, Juan Pablo II, la
globalización en sí no es mala, puede ser buena o puede ser mala según aquello
que los seres humanos hagamos de ella, y precisamente en ese encuentro que
tuvimos en Washington [el mismo al cual se refiere, pero que concibe de otra
forma, el Padre Chaves, en su artículo "Humanizar la economía," publicado en La
Nación, lunes 11de febrero del 2002, p19A y que envié a esta lista], una de las
propuestas ha sido que no se puede reducir la globalización a aspectos
económicos, sería entonces caer en lo que ya la Conferencia de Puebla denunciaba
como una visión economicista, del ser humano, la economía es para el hombre, no
el hombre para la economía. Ya desde la etimología, 'oicos nomos', la economía
es la ley de la casa y la casa es el hábitat para los seres humanos, por
consiguiente nuestra fuerza debe ser buscar, guiar la globalización y no la
globalización guiarnos a nosotros como seres humanos.

Y a través precisamente del diálogo y a través también de la participación de
los gobiernos como tales tenemos que humanizar la globalización y hacer que las
oportunidades económicas sean para todos. Una globalización con exclusión no
hará nada más que provocar la injusticia y profundizar la brecha enorme de la
pobreza que, hoy por hoy, para mí, es el problema más grande que confronta la
humanidad."

Mis dos pequeños comentarios: De acuerdo con la evidencia empírica más reciente
-la cual he transmitido por esta red- aquellos países que no se han globalizado
son aquellos en donde se ha profundizado más la "brecha enorme de pobreza" que
dice Monseñor Rodríguez.

Y, en segundo lugar, ¡qué más humano que poner la economía al servicio del
consumidor, que nos decía Adam Smith, en su Riqueza de las Naciones!, en
contraste con ponerla al servicio de intereses gremiales (o del estado o de
quienes gobiernen en un momento dado) que caracterizaban al mercantilismo y que
hoy día algunos pretenden fortalecer.

Jorge Corrales