2002-02-18 PENSAMIENTO DE LA SEMANA (el cuarto; gracias a Eduardo Lizano)

Tomado de David Dollar and Aart Kraay, "Spreading the Wealth," Foreign Affairs,
January-February, 2002, p.p. 120-121.

"Primero, una tendencia global a largo plazo hacia una mayor desigualdad
prevaleció por lo menos durante 200 años; tuvo su máximo hacia 1975. Pero, desde
entonces, se ha estabilizado y posiblemente aún hasta revertido. La principal
razón para este cambio ha sido el crecimiento acelerado de dos países grandes e
inicialmente pobres, China e India.

Segundo, una fuerte correlación liga, por un lado, a una incrementada
participación en el comercio y la inversión internacional con, por el otro lado,
un crecimiento más rápido... Los economistas son cautos acerca de derivar
conclusiones que tengan que ver con causalidad, pero en su mayoría están de
acuerdo en que la apertura al comercio internacional y a la inversión (junto con
reformas complementarias) explican el mayor crecimiento de los países que
participan de la globalización.

Tercero, y al contrario de la percepción popular, la globalización no ha
resultado en una mayor desigualdad a lo interno de las economías. La desigualdad
ha aumentado en algunos países (tal como en China), pero se reducido en otros
(tal como en las Filipinas. Pero estos cambios no están sistemáticamente ligados
a medidas globalizadoras, tales como comercio y flujos de inversión, aranceles y
la presencia de controles de capitales. Más bien, los cambios en la desigualdad
surgen más por políticas acerca de la educación doméstica, los impuestos y las
políticas sociales. Por lo general, las tasas de crecimiento mayores en los
países en desarrollo que se han globalizado, se han trasladado en ingresos más
elevados para los pobres...

Aunque la globalizaciópn puede er una fuerza poderosa para reducir la pobreza,
los resultados beneficiosos no son algo inevitable..."

Jorge Corrales Quesada