AL FIN, UN MINISTRO DE HACIENDA PRUDENTE
Por Jorge Corrales Quesada

Me han parecido muy sobrias y ponderadas recientes declaraciones del nuevo Ministro de Hacienda, don Edgar Ayales, en torno a la situación fiscal del país. Muestra un contraste deseable frente a la prepotencia de un gobierno, que con anterioridad quiso imponer por la fuerza su criterio de aumentar los impuestos a como diera el lugar, aún cuando la fuente del déficit fuera el excesivo gasto público.

Deseo destacar la seriedad del señor Ayales, al preguntarse públicamente a sí mismo (poco destacado en los medios) cómo fue que el país no tomó provisiones para moderar el gasto estatal en un pasado reciente de bonanza, pues más bien en ese lapso lo incrementó fuertemente. Ese es hoy el obstáculo más serio en contra de la estabilidad fiscal. Al fin, alguien en el gobierno se ha atrevido a hablarnos claro. Ojalá que no sea con un fin electorero, pues todos nos hemos ido gradualmente convirtiendo en escépticos de los políticos.

Don Edgar nos ha dado buenas noticias, pues en los cuatro primeros meses de este año, en comparación con los del año pasado, los ingresos gubernamentales han aumentado en un 11%, en tanto que los gastos lo han hecho en un 8%. Si bien eso no es suficiente para eliminar el problema fiscal de este año, nos permite revalorar la estrategia de estabilidad fiscal. Aquí dijo cosas muy importantes: que antes de correr a poner nuevos impuestos, era necesario revisar profundamente el gasto estatal, haciéndose eco de la queja de una ciudadanía que se rehúsa a pagar más impuestos, en tanto el gasto gubernamental aumente sin freno. Además señaló tres áreas de excesivo gasto público, antes intocadas, a las que era necesario entrarles con ganas: educación, seguro social y seguridad pública. Tan sólo decirlo requiere de un coraje que mucha falta nos hacía.

También destacó que, una vez hecha esta tarea, si fuera necesario a plazo se revisaría nuestro sistema tributario, dando a entender que no sería con propuestas a tontas y a locas, sino con el cuidado de no afectar negativamente el crecimiento y el empleo de nuestra economía. Aquí también hay mucha tela que cortar y vale la pena que, si tiene su ratico, lea algunas de las apreciaciones serias que diversos ciudadanos manifestamos en el curso del debate sobre el fallido paquete tributario.

No es fácil lo que le espera a don Edgar, pues sé que va a incomodar a muchos hoy cobijados en la modorra de un gasto público dispendioso. Pero muchos confiamos en que lo que ahora nos ha dicho será la guía de su gestión. No hay duda que la inteligencia y honestidad que le preceden son dones sumamente escasos en estos momentos, pero un poco de suerte le ayudaría en su esfuerzo, aunque creo que el mayor apoyo que tendría es el de los ciudadanos, si es que se hacen las cosas tal como nos las está diciendo.

Publicado en La Extra del martes 29 de mayo del 2012.