EL PAPEL DEL EMPRESARIO EN EL ANÁLISIS ECONÓMICO:1.- EL ANÁLISIS NEOCLÁSICO

Por Jorge Corrales Quesada

Mi propósito es efectuar una serie de comentarios en torno al papel que el empresario juega en el análisis económico. En particular, cuál es la función que lleva a cabo un empresario en un mercado competitivo, en donde haré énfasis en lo que se denomina el enfoque austriaco acerca del tema. La serie consta de nueve partes, que irán apareciendo semanalmente en este sitio y en el mío propio, en latforum.org. Agradezco diversos comentarios que me formuló el colega Adrián Brenes, quien está liberado de cualquier responsabilidad, que es sólo mía.

En este primer comentario en particular, describo resumidamente cómo, bajo el llamado modelo neoclásico de análisis económico, se explica la condición de equilibrio del mercado. Dado el énfasis en la escuela austriaca, que indiqué emplearía en esta serie de comentarios, en cierto momento de este comentario haré referencias comparativas entre el modelo neoclásico y el austriaco.

En el siguiente ensayo, analizo con mayor detalle la concepción que el análisis económico austriaco hace del mercado, visto como un proceso, en vez de una descripción de un equilibrio generalizado, como lo expone el análisis neoclásico.

Mi tercer artículo expone brevemente el aporte del considerado fundador de la escuela austriaca, Carl Menger, en lo referente al papel del empresario en el proceso de mercado.

Un análisis similar se hace en mi cuarto comentario, que en esta ocasión trata de la contribución a la teoría de la empresariedad del economista Ludwig von Mises.

En un quinto ensayo, describo el aporte respectivo del economista Joseph Schumpeter, austriaco de nacionalidad, si bien, según el criterio de diversos historiadores del pensamiento económico, consideran que no forma parte propiamente del grupo de economistas de la escuela austriaca y más bien de los economistas neoclásicos Walrasianos (de Léon Walras, quien fue el primero que analizó y describió matemáticamente el equilibrio general de la economía). Lo incluyo por la importancia que, en mi opinión, tienen sus ideas acerca del papel del empresariado en el contexto de las ideas austriacas.

En mi sexto comentario me refiero con brevedad a lo aportado al respecto por el economista austriaco Israel M. Kirzner.

Efectúo un análisis similar en mi séptimo artículo, en torno a la labor correspondiente del economista austriaco Ludwig Lachmann.

En el octavo formulo lo que podría ser el aporte de Friedrich A. Hayek, también considerado sin duda como economista de la escuela austriaca, acerca del papel del empresario en el proceso de mercado.

En un noveno artículo concluyo esta serie con un resumen didáctico -en lo posible- de los aportes de estos economistas austriacos (en que me permito incorporar a Schumpeter).

La lógica de la elección en el análisis económico neoclásico

Un hecho que normalmente encontrará el estudiante universitario de la disciplina de la Economía, es lo que se conoce como el enfoque neoclásico, mediante el cual se interpreta el comportamiento de los actores económicos como simples entes que maximizan algún objetivo, sujeto a una serie de restricciones. La teoría neoclásica es una teoría acerca del equilibrio.

La mayor parte de los currículos de enseñanza de la Economía en las universidades actuales, comprenden lo que se conoce como el análisis neoclásico, en contraste con el de otras escuelas de pensamiento, que enfocan la enseñanza de manera diferente, como, por ejemplo, la escuela austriaca.

En la metodología neoclásica estándar, por ejemplo, se menciona la existencia de un consumidor quien, dadas sus preferencias, racionalmente busca hacer máxima su utilidad, sujeto a restricciones tales como un nivel de ingreso dado, así como un conjunto de precios de los diferentes bienes, que no son afectados por la cantidad que consuma de dichos bienes o servicios.

El consumidor escogerá aquella combinación de bienes y servicios, dados sus gustos, su nivel de ingresos y los precios de los diversos bienes, de forma tal que su utilidad es la máxima. Según lo que se podría llamar la regla de la maximización, ésta se logra cuando el ingreso monetario que posee el consumidor, es asignado entre los distintos bienes o servicios, de forma tal que el último colón que gasta en cada uno de los bienes que compra, genera la misma utilidad adicional. De esta forma, se dice que el consumidor está en equilibrio y que no variará el consumo de dicha combinación, a no ser que varíen sus gustos, sus ingresos o los precios de los bienes, pues, de hacerlo sin que estos hayan cambiado, quedaría en peores condiciones que antes.

En resumen, el consumidor maximiza su utilidad sujeto a una serie de restricciones tales como las indicadas. Se dice que, dadas esas limitaciones, logra estar en una situación de equilibrio.

Similarmente, el análisis neoclásico estándar se refiere a la maximización de los beneficios o utilidades o ganancias de las empresas en un mercado. Se dice que la regla que permite la maximización de las utilidades de un empresa, es aquella en que el ingreso marginal iguala al costo marginal, en donde se entiende por ingreso marginal al ingreso que la firma obtiene al vender una unidad adicional de su producción, en tanto que, por costo marginal, se refiere al costo adicional en que incurre una empresa, al producir una unidad más del producto. Se dice que, en el nivel de producción en que el ingreso marginal y el costo marginal son iguales, se está en una posición de equilibrio de la firma, tal que maximiza sus ganancias, pues algún otro nivel de producción diferente significaría que obtendría utilidades menores.

Evidentemente, estas explicaciones del equilibrio del consumidor y del productor son sumamente simplificadas, pero, para nuestros efectos, nos permiten destacar varios aspectos interesantes.

En primer lugar, nos muestra la situación de equilibrio que resulta del comportamiento del consumidor o del productor. Es decir, una en que los mercados están en equilibrio en cada uno y en todo momento. No nos explica cómo, a partir de una situación en que no hay equilibrio, se llega a una situación de equilibrio; es decir, no nos dice cuáles son las tendencias -la dinámica- que empujan o motivan la acción de los individuos para llegar a dicha situación de equilibrio. Por ello, se suele decir que, tanto el análisis de maximización de la utilidad del consumidor, como el de maximización del beneficio del productor, conducen a la existencia de un estado de equilibrio, en donde parece que todos los problemas interesantes ya han sido resueltos. Esto conduce a que, mientras bajo el análisis neoclásico, el énfasis es en el equilibrio resultante del proceso competitivo, en el enfoque austriaco la competencia es propiamente un proceso, en vez de un estado de cosas, el cual debe ser el objeto del análisis económico.

Al respecto señala Hayek:

“…el absurdo del proceso usual de empezar el análisis [de la competencia] con una situación en la cual todos los hechos se supone que son conocidos. Este es un estado de cosas que la teoría económica curiosamente llama “competencia perfecta”. No deja espacio alguno para la actividad llamada competencia, la cual se supone que ya ha hecho su tarea.” (Friedrich A. Hayek, New Studies in Philosophy, Politics, Economics and the History of Ideas, London: Routledge, 1978, p. 182. El paréntesis cuadrado es mío.)

En segundo lugar, dado que bajo el método neoclásico se tiene una descripción de las relaciones económicas, mediante la resolución simultánea de un sistema de ecuaciones, no es posible determinar la secuencia en que se forman los precios. Ello porque el modelo neoclásico asume que todas las variables existen simultáneamente; entonces, no es posible explicar cómo surge la causalidad de las variaciones en los precios. Lo importante del enfoque austriaco estriba, en este caso, en que ofrece una explicación del surgimiento de los precios, mediante los fines que la gente persigue actuando en el mercado, usando los medios que permitan lograrlo. En el enfoque austriaco es al actuar el individuo como se altera una constelación de precios vigente.

En tercer lugar, uno de los resultados presuntamente más útiles del análisis neoclásico es que se presta para la utilización de las matemáticas, Se supone que con ello es factible lograr una precisión necesaria deseable en el análisis económico, además de que facilita el tratamiento numérico de los temas económicos. En la jerga de las matemáticas, en el modelo neoclásico se trata entonces de maximizar una función objetivo, sujeta a una serie de restricciones, lo cual es muy tratable con el cálculo diferencial Newtoniano. Esto permite determinar simultáneamente un sistema de equilibrio general estático, método que fue rechazado por los economistas austriacos, quienes más bien enfatizaron que el objetivo de la disciplina de la economía era el de determinar las leyes fundamentales que definen los precios de mercado. Esto no lo podían hacer las matemáticas, puesto que esas leyes eran propias de la naturaleza humana: las matemáticas no pueden capturar lo que es esencial de la acción humana. Según los austriacos, para el individuo que economiza; esto es, que actúa en lo económico, los bienes tienen un valor que es enteramente subjetivo en su naturaleza. Es así cómo, al actuar, definen el valor. Parafraseando el poema, “se hace camino al andar”. Es sólo la acción lo que define el valor para el actor.

Esto lo expresa Hayek al escribir que:

“En lo que tiene que ver con las acciones humanas, las cosas son lo que la persona que actúa piensa que son… [y] a menos que podamos entender lo que la gente que actúa da a entender con sus acciones, cualquier intento de explicarlas… está destinado a fracasar.” (Friedrich A. Hayek, The Counter-Revolution of Science, Glencoe, Illinois: The Free Press, 1952, p.p. 44 y 53. La letra en cursiva es del autor y los paréntesis cuadrados son míos).

En un excelente y esclarecedor artículo de Sanford Ikeda, éste describe lo que son las características más importantes del equilibrio neoclásico del mercado y las cuales transcribo para concluir este primer comentario:

“1. Hay coordinación completa (expectativas que se refuerzan mutuamente) de los planes de los agentes individuales, en donde estos planes son también consistentes con las preferencias subyacentes, tecnología y recursos.
2. El comportamiento es ‘racional’ en el sentido de que, ceteris paribus, dada toda la información relevante, los agentes maximizan la utilidad, escogiendo los medios menos costosos para satisfacer sus preferencias dadas.
3. Todo cambio es predecible, dejando de lado la posibilidad del error, arrepentimiento y sorpresa genuinos.
4. Las pérdidas y ganancias económicas, siendo inconsistentes con el equilibrio, son inexistentes o efímeras.
5. Los precios de equilibrio prevalecen, asegurando la consistencia de planes entre los individuos y con los datos subyacentes.
6. Dados los costos de transacción, el mercado asigna los recursos hacia sus usos más altamente valorados.” (Sanford Ikeda, Subjectivism, en Peter J. Boettke, ed., The Elgar Companion to Austrian Economics, Northampton, Mass.: Edward Elgar Publishing Co., 1994, p. 28. La letra cursiva es del autor).

En mi siguiente comentario, haré un análisis similar de lo que se denomina el proceso de mercado en contraste con el equilibrio neoclásico.

Publicado en el sitio de ASOJOD el martes 24 de abril del 2012.