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Tema: Artículos publicados en "Diario Extra"

  1. #101
    2010-01-12-LA INFLACIÓN ASOMA SU JETA

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    LA INFLACIÓN ASOMA SU JETA


    La Extra, 12 de enero del 2010.

    Dada la hipersensibilidad política e idiomática que ciertas figuras nacionales despliegan en estos últimos días de campaña electoral, debo decirles que la palabra “jeta” es sinónimo de “caradura, sinvergüenza, atrevido” y en Costa Rica la empleamos para referirnos a un rostro no muy agradable. Por ello me atrevo a señalar que, ante un esperado crecimiento de la generalidad de los precios, la situación que se asoma no será nada agradable para el bolsillo del costarricense.

    Es cierto que la inflación ha disminuido en Costa Rica desde los niveles exorbitantes del año 2008, lo cual difícilmente olvidaremos los consumidores. Es cierto que en parte se debe a restricciones en la cantidad de dinero en circulación que el Banco Central recientemente ha llevado a cabo, pero es mi obligación profesional indicar que, una vez más, estamos en presencia de una de esas circunstancias en donde la “salvada” nos llega desde el exterior, aunque ello se reconoce tan sólo entre dientes.

    Hay muchos productos y servicios en el país que son objeto de transacciones con el exterior. A estos se les suele llamar “transables” en el lenguaje de los economistas. Hay otros que no son objeto de tal intercambio y que, por ende, se les denomina como “no transables”. En Costa Rica, en tiempos recientes la reducción en los niveles generales de precios se ha debido principalmente a la caída en los precios internacionales de bienes que se transan en el país. Por ejemplo, la caída en los precios de los combustibles o de los granos básicos, que se usan como alimento humano o para animales, o la fuerte reducción en el precio de la varilla de hierro, para citar algunos ejemplos entre muchos otros. Pero son los bienes no transables los que mejor reflejan la presión inflacionaria derivada de una expansión monetaria más allá del crecimiento de la producción.

    El lector-consumidor podrá, por ejemplo, haber notado cómo ya los bienes importados no han continuado su acelerada reducción en sus precios como venía sucediendo meses atrás. Es más todo hace prever que a cierto plazo los precios internacionales sufrirán fuertes alzas. Más bien ahora nota con tristeza cómo los precios de bienes “no transados” empiezan su ascenso. Me refiero al caso del alza en los costos del transporte para la mayoría de rutas de buses o el incremento de casi un 24% en los taxis o del aumento en el costo de las matrículas en escuelas, colegios y universidades o de los aumentos por venir en la electricidad y teléfonos o del alza en el costo del agua (de más de un 15%) y del alcantarillado (de casi un 40%) o también en el costo de enviar una carta, que subirá en estos días algo más de un 60%. Claro, RECOPE no está muy lejos, pero se argüirá que se debe al alza internacional de los precios. El hecho que destaca es que los aumentos citados son de bienes que no son objeto del comercio internacional.

    Suena triste decirlo, pero la salvada que hemos tenido con la inflación parece deberse en una proporción importante a la baja en los precios internacionales y no al esfuerzo del Banco Central.

    Estamos en presencia de un claro estado de indefensión económica. ¿Hasta cuándo recuperaremos la estabilidad en los precios? ¿Cuándo será que el Banco Central contendrá su ímpetu monetario expansionista y así recuperaremos el valor del colón?

  2. #102
    2010-01-19-EMPLEO Y PRÓXIMO GOBIERNO

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    EMPLEO Y PRÓXIMO GOBIERNO


    La Extra, 19 de enero del 2010.

    Sólo doña Amelia Rueda parece haber divulgado una información de un organismo internacional sobre el empleo en América Latina en que Costa Rica fue superada tan sólo por Barbados en el aumento del desempleo durante el año recién pasado.

    El tema interesa pues se ha divulgado información en el país que hace ver que la caída de la desocupación se frenó debido al incremento del empleo en el sector público y eso no debe ser razón para sentirnos satisfechos. El sector productivo interno, diferente del ubicado en zonas francas, parece continuar en un estancamiento a todas luces inconveniente. Los aires electorales han ocultado esta triste realidad y el tema de la desocupación no se ha analizado lo suficiente y lo peor parece ser es que algunas de las propuestas políticas más bien constituyen un freno a la reactivación necesaria.

    Hay cierta mejoría en el crecimiento de la producción, principalmente en el sector externo, reflejado en mayores exportaciones de las zonas francas. Esto ha permitido que, según CINDE, en el 2009 las zonas francas hayan aumentado el empleo en alrededor de 5.500 puestos. El resto del sector privado no ha crecido con tal fuerza, como lo refleja el hecho de que el sector industrial perdió un promedio mensual de 7.600 empleos y la construcción cerca de 12.000. El empleo en el sector público parece ser el único que ha crecido. El efecto neto total en el país ha sido el de un aumento en el desempleo, que, al menos de julio del 2008 a julio del 2009, aumentó de un 4.9% a un 7.8%.

    Don Ottón Solís, consistentemente, anunció que en su eventual gobierno aumentaría los impuestos, en tanto don Otto Guevara propuso reducir los impuestos con tasas marginales altas (un impuesto a la renta más bajo y uniforme). Ambos mandan señales claras a los sectores privados generadores de empleo, pero doña Laura Chinchilla dice que aumentará los impuestos después de que pase la recesión, propuesta que también desestimula cualquier esfuerzo del sector productivo interno para generar empleo. (Don Oscar Arias continuamente ha abogado por mayores y nuevos impuestos y él tendría mucha influencia en el gobierno de la señora Chinchilla)
    No creo que el empresario se aliente a invertir y por ende a generar empleo si se le dice que, con posterioridad a la recesión –tal vez a fines de año- le van a aumentar los impuestos. La decisión de invertir es de largo plazo y toma en cuenta estos anuncios de más gravámenes (ya o dentro de un año) para no llevar a cabo ahora, que es cuando más se necesitan, inversiones que generen empleo. Recuerden que hace poco se aprobaron impuestos a una tasa preferencial a las zonas francas, por lo que la señora Chinchila estaría impulsando nuevos impuestos a la producción nacional que se ubica fuera de esas zonas.

    Creo que el panorama laboral en el sector privado es oscuro, pues los aumentos de empleo en el sector público generan mayores presiones de gasto y por ende aumentos de un déficit gubernamental que deberá cubrirse con aún mayores impuestos.

    Las propuestas de don Ottón Solís y de doña Laura de más impuestos ahora o poco después aumentan la incertidumbre en el sector privado. Estos cambios en las reglas de juego difícilmente se convierten en alicientes para realizar nuevas inversiones y así aumentar las fuentes de empleo (excepto en el sector estatal).

  3. #103
    2010-01-26-LAS ELECCIONES EN CHILE

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    LAS ELECCIONES EN CHILE


    La Extra, 26 de enero del 2010.

    Las recientes elecciones en Chile en que se eligió como presidente a Sebastián Piñera tienen una enorme importancia para todos nosotros, por ir más allá de un simple ejercicio electoral en democracia. El señor Piñera es muy cercano al equivalente de ANFE en aquella nación: el Instituto Libertad y Desarrollo, que forma parte de la Red Liberal para la América Latina (RELIAL), la cual hoy preside el candidato Otto Guevara.

    En el campo internacional mantiene una posición más clara y definida en contra del populismo socializante en América Latina, liderado por Hugo Cháves, que antes lo frenaron un pueblo hondureño decidido a impedir una entrega inconstitucional a los deseos imperiales del señor de Venezuela y la abultada victoria en las elecciones panameñas del popular presidente Martinelli, quien como Piñera también es muy cercano a los grupos liberales de América.

    La elección chilena va mucho más allá: un pueblo se unió por el cambio y eligió, después de más de dos décadas, a los opositores de la llamada Concertación, que gobernaba ininterrumpidamente desde la salida de Pinochet. Tal vez la característica más importante de estos gobiernos de la Concertación fue que por mucho tiempo mantuvieron la esencia de las políticas económicas, definidas por un grupo de economistas liberales en el seno del gobierno de Pinochet, las cuales le permitieron a esa nación lograr una de las mayores tasas de crecimiento económico y social sostenido.

    La reacción del chileno contra la Concertación parece haberse fundamentado en la necesidad de promover diversas reformas, por ejemplo en educación, que se habían frenado por los conflictos internos de aquélla, pero más que todo el voto fue una forma en que el pueblo expresó un sentimiento ampliamente sentido: la arrogancia del gobierno anterior para tomar decisiones públicas. El pueblo no quiso que siguiera el dominio de un partido único, que absorbía todos los puestos de decisión pública y en que el autismo estatal tenía su expresión en un menosprecio de todo aquello que no fuera parte de su argolla política. Y, como siempre nos lo recuerda Lord Acton, el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente. Los ciudadanos miraron con preocupación como esa soberbia política trascendía hacia el beneficio privado impropio (corrupción es la palabra que engloba la idea).

    El balance necesario en la cosa pública movió al pueblo de Chile a cambiar su gobierno. Creo que algo similar bulle en nuestro país: el deseo de las personas de que no haya alguien quien tenga “todo” el poder. No se olvida la sarta de situaciones non sanctas y dudosas que han caracterizado numerosos escándalos políticos recientes en nuestro país: los fondos del BCIE; el ministro organista que pasa una noche en los tugurios entreteniendo a unos pobres; la ministra que asiste a un lujoso restaurant con los fondos pagados por todos nosotros y brinda con champán para confesar luego su abstencionismo; los ministros y otros que aprobaron concesiones en donde hay parientes; el avionetazo; el abandono criminal de nuestros puentes; la venta de alimentos donados a la Comisión de Emergencias y la contratación sustanciosa con alguien muy cercano y podría seguir citando muchas otras cosas que, al menos a mi, me causan duda, estupor y repugnancia.

  4. #104
    2010-02-02-DECISIÓN CRUCIAL

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    DECISIÓN CRUCIAL


    La Extra, 02 de febrero del 2010.

    Las elecciones del próximo domingo son vitales para que los costarricenses nos garanticemos un balance de poderes dentro del gobierno. Los resultados aún no están definidos y es posible que los ciudadanos debamos asistir a una segunda ronda para definir quién encabezará el Poder Ejecutivo, pero la forma en que quedará constituido el nuevo Poder Legislativo se definirá el 7 de febrero. El voto de este domingo es clave pues es en la Asamblea Legislativa en donde en última instancia se definen las principales políticas públicas.

    Los equilibrios en el ejercicio del poder público pueden evitar que el estado abuse contra los derechos y haberes de los costarricenses. Esos balances, que no significan una igualdad de poder entre las fracciones, permiten que haya límites, frenos y contrapesos entre los distintos poderes; en este caso que haya un Poder Legislativo independiente y no sometido al Poder Ejecutivo, como sucedió con la reciente elección de la Defensora de los Habitantes. El Congreso es el escenario natural para el intercambio deseable de opiniones y la fragua en donde definen los principales acuerdos políticos. Si allí imperara el “pa’eso tenemos la mayoría” y se aprobara con su peso “todo” lo que le mandara el Poder Ejecutivo, veríamos cómo el abuso y la corrupción campearían en toda la gestión gubernamental. Por ello debemos votar por tener una Asamblea que frene a una mayoría que impondría todo si no existiera ese balance indispensable que frene la pasión política de algún ungido.

    De los debates televisados de los candidatos, particularmente el de Canal 7, se pudo deducir que muchas de las grandes decisiones de políticas públicas que los costarricenses debemos tomar en los próximos años requieren –y así lo aceptaron los candidatos Guevara, Solís y Chinchilla- de un apoyo amplio de los diferentes partidos, como es el tema crucial de la inseguridad ciudadana o, y así lo mencionaron, de una reforma al reglamento interno de la Asamblea Legislativa en tanto signifique que efectivamente será más eficiente en sus resultados. También ese balance será clave ante el nuevo paquetazo de impuestos que vislumbro querrá imponer algún posible gobierno entrante. En éste, como en muchas otras cosas, se requiere de acuerdos amplios que los costarricenses esperan les ayuden a resolver muchos de los problemas de políticas públicas que hoy les agobian, Pero, sin duda que serán objeto de amplias discusiones producto de la deseable diferencia de opiniones que caracterizan a una sociedad libre. En un orden de libertad es deseable que, ante tal diversidad, pueda surgir el diálogo que se traduzca en acuerdos que aseguren el disfrute de la libertad y bienestar ciudadanos.

    Es necesario tener claridad de la importancia de un Asamblea Legislativa caracterizada porque no haya una mayoría que, simplemente por dicho poder, aplaste opiniones divergentes que bien podrían aportar mucho conocimiento en la mejora de la legislación e incluso hasta tener la razón frente a lo que una mayoría sin frenos ni contrapesos podría proponer. Este domingo siete de febrero los costarricenses definiremos lo que con sabiduría hemos hecho por mucho tiempo: no darle todo el poder a alguien, sino distribuirlo de forma que ningún ejercicio prepotente de aquél nos haga daño.

  5. #105
    2010-02-09-DESEOS Y PLANES POST ELECTORALES

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    DESEOS Y PLANES POST ELECTORALES


    La Extra, 09 de febrero del 2010.

    Este comentario se escribió antes de las elecciones; por lo tanto, no se pueden precisar sus resultados. Sí es posible decir que, a la fecha en que esto aparecerá en La Extra, los costarricenses ya habremos elegido una nueva Asamblea Legislativa y, tal vez, un nuevo Poder Ejecutivo.

    En todo caso, es de desear que las nuevas autoridades mantengan la plena vigencia de nuestras libertades y, en especial, que sepan contener los impulsos vistos en los últimos tiempos, de querer hacer las cosas simplemente acudiendo al expediente de lograrlo por la imposición y el peso de una mayoría o por la influencia de gremios cuyo interés no necesariamente es el de la ciudadanía en general.

    Gracias a la libertad ciudadana inmersa en nuestra Constitución, es posible que los ciudadanos votemos en un marco democrático para elegir nuestros gobernantes. El liberalismo clásico, el cual impulsamos en su sentido más amplio, difiere de una democracia en cuanto a que el primero trata acerca de las funciones que debe realizar el gobierno y en particular de las limitaciones de los poderes públicos de todo tipo de gobierno, mientras que la democracia trata acerca de quién debe dirigir el gobierno. En esencia, es la posibilidad de la persona para escoger, que caracteriza a un orden de libertad, lo que define la elección democrática de los gobernantes: se trata escoger entre opciones.

    En ANFE, sin importar quienes sean los gobernantes electos, tenemos en mente elaborar propuestas específicas sobre temas cruciales que, en su momento, las presentaremos a la ciudadanía en general, con el objetivo de que las autoridades correspondientes las tomen en consideración para definir sus políticas públicas. Haremos un planteamiento en busca de un sistema tributario que no inhiba, por un lado, los esfuerzos de las personas para ahorrar, invertir y, en general, para generar prosperidad por medio de una empresa privada libre y en competencia, a la vez que se evite la dispensa de privilegios a ciertos grupos, como en las actuales leyes tributarias, que hacen que la colectividad como un todo termine pagando más por esa falta de pago de algunos. En esencia, es lo que se conoce como un sistema tributario bajo y uniforme.

    También se hará un planteamiento sobre nuestros sistemas monetario y cambiario, de manera que el costarricense reciba el pago de su esfuerzo, de su trabajo y de su riego en una moneda que no esté sujeta a una depreciación constante, como ha sido el caso del colón. Esta propuesta, que se ha llamado de dolarización, es aplicable a cualquier moneda, pues en esencia permite que los ciudadanos transen libremente en una moneda que ellos escojan y que las deudas entre las partes que surjan de esas transacciones deban ser canceladas en la moneda que previamente acordaron. En sencillo: como en Panamá o en Ecuador, por ejemplo.

    Es necesario que las autoridades de la administración entrante estén dispuestas a un diálogo constructivo y respetuoso entre los costarricenses, cuyas opiniones pueden divergir de las tesis oficiales. De esta forma podremos lograr acuerdos que, principalmente en el seno legislativo, se traducirían en leyes que garanticen nuestra libertad, nuestro bienestar y nuestras posibilidades de progreso.

  6. #106
    2010-02-16-CONOCIENDO AL PENSAMIENTO LIBERAL

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    CONOCIENDO AL PENSAMIENTO LIBERAL


    La Extra, 16 de febrero del 2010.

    Durante los próximos meses la columna que cada semana escribo estará dedicada principalmente a analizar ante los amables lectores una serie de críticas que se suelen formular a lo que se conoce como liberalismo y, más exactamente, liberalismo clásico.

    Una de sus características es que no hay un texto único que compendie esas ideas, como podría ser El Capital de Marx para los socialistas o la Constitución Bolivariana para el ilustrado “Chavismo” o lo fue en su momento el famoso libro rojo de Mao para el comunismo chino. El liberalismo es producto evolutivo de una larga tradición de pensamiento que algunos incluso señalan que ya se encuentra en Aristóteles, pero que en épocas más modernas se puede considerar que está en las ideas y obras de Smith, Hume, Locke, Kant y más modernamente Buchanan, Hayek y Popper, pero que, en realidad, es tanto el número de pensadores que podría calificarse como liberales, que citarlos haría de esto un ensayo tedioso y hasta inútil.

    Lo que podría decirse que, dentro de esa gama o ideario liberal, los unifica o caracteriza es el control y la limitación del poder (principalmente del gobierno central), con base en la creencia en la libertad de acción de los individuos y de la igualdad de ellos ante la ley. Como escribió Hayek: “El concepto de libertad… fue necesariamente uno de libertad bajo una ley, la cual limitaba la libertad de cada uno de manera que pudiera asegurarse la misma libertad para todos.”

    La idea de la libertad no es algo aburrido; objeto que sólo puede o debe ser analizado por pensadores y filósofos. Lo cierto es que es algo que todos vivimos cotidianamente, como es la necesidad que tenemos de ser libres para escoger y tomar decisiones que, como adultos mayores, podemos saber cuáles son las que mejor nos conviene.

    Preferimos escoger por nosotros mismos, a que alguien lo haga por nosotros. Esta es una vivencia cotidiana vital para poder mejorar nuestras condiciones, a sabiendas de que el conocimiento es limitado y falible.

    Conocer el liberalismo a través de las críticas que se le hacen es un método en cierta manera inspirado en el pensamiento de Popper, en que la crítica es vital para el avance del conocimiento. Si a través de este esfuerzo, que va a tomar meses, podemos aprender algo acerca del liberalismo como idea, estaré muy satisfecho. En ocasiones una crítica será analizada en partes –en dos o tres columnas semanales- y en otras se hará en la columna de una sola semana, pero el esfuerzo total llevará muchos meses, pues la idea es analizar veinte críticas que popularmente se le hacen al pensamiento liberal.

    Se trata de tener la mayor continuidad posible en todas estas columnas, pero obviamente eso no va a ser posible, pues, en ciertos momentos, la columna que cada semana escribo para ANFE no se dedicará a analizar el liberalismo, sino que tratará temas importantes públicos del momento a los cuales la Asociación por mi medio desea referirse, así como también para anunciar al público nuestras actividades. Mi mayor deseo es que Usted, amigo lector, con las lecturas de las columnas de esta serie, logre ampliar sus conocimientos acerca del pensamiento liberal y con ello fortalecer su lucha por la libertad que desarrolla cada día, al actuar de una u otra manera.

  7. #107
    2010-02-23-EL LIBERALISMO Y LA LEY DE LA SELVA-PARTE I

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    EL LIBERALISMO Y LA LEY DE LA SELVA: PARTE I


    La Extra, 23 de febrero del 2010.

    Un argumento esgrimido contra el liberalismo clásico es ser un sistema político caracterizado por lo que denominan “la ley de la selva”.

    El liberalismo se caracteriza por maximizar la libertad y minimizar el poder del Estado, como lo han expuesto Aristóteles, Smith, Hume, Hayek, Locke, Friedman, Montesquieu, de Tocqueville, Burke, Popper, entre otros, y difiere de aquel pensamiento caracterizado por la expansión de la autoridad estatal sobre casi todo tipo de conducta humana, y en particular en el campo económico.

    La expresión “ley de la selva” se usa para dar a entender que en el orden político liberal cada persona está por sí misma, sin tomar en cuenta a las demás, en donde “todo se vale”, primando la supervivencia del más fuerte. La falla atribuida al liberalismo es que asume que la persona tiene como único interés el propio y que no toma en cuenta intereses distintos de éste, actuando así en consonancia.

    El liberalismo como orden político está reglado por el principio de legalidad, que esencialmente garantiza la libertad de cada individuo frente a la coerción. El Estado tiene la función de protegerlo del abuso que otros puedan pretender imponer sobre su persona. En la “ley de la selva” el más fuerte se impondría –como “animalitos”- en tanto que, en una sociedad liberal, el principio de la igualdad ante la ley garantiza la igualdad de los derechos de cada individuo. Esto implica someter con la fuerza de la ley ejecutada por el Estado a quien pretenda despojar a otros de su libertad innata. “El más fuerte” sería así restringido al intentar ir más allá de los límites fijados a su propia libertad, impidiéndole traspasar los dominios de libertad de otras personas.

    En el orden liberal el monopolio de la fuerza en manos del Estado garantiza que los individuos sean iguales ante la ley. Garantiza la libertad de los individuos ante quien amenace despojarles de ella. En la idea liberal el Estado es también limitado, a diferencia de lo que caracteriza a órdenes políticos totalitarios. Es importante la existencia de una Constitución que reconozca los derechos innatos a las personas; esto es, su libertad, ante el poder del Estado. El Estado tiene su lugar propio limitado por el principio de legalidad, de manera que se proteja a las personas del abuso que ese Estado pueda cometer contra ellas.

    Entre las instituciones básicas del liberalismo desarrolladas a través del tiempo para limitar dicho poder del Estado, se encuentran los principios de la división de poderes, frenos y contrapesos entre distintos poderes públicos, la existencia de un parlamento, y crucialmente el derecho a la propiedad que poseen las personas. Dice Hayek, “La ley, la libertad y la propiedad son una trinidad inseparable. No puede haber ley en el sentido de reglas universales de conducta que no determine límites a los dominios de la libertad al fijar reglas que permiten a cada cual estar seguro de adónde es libre de actuar.” (Friedrich A. Hayek, Law, Legislation and Liberty, Vol. 1, Chicago: The University of Chicago Press, 1973, p. 107). De aquí se deriva aquella idea fundamental del liberalismo de que los individuos son libres de actuar en todo aquello que la ley no prohíba así hacerlo, en tanto que el Estado sólo puede actuar en aquellos campos en que la ley se lo permite.

  8. #108
    2010-03-02-LIBERALISMO Y LA LEY DE LA SELVA-PARTE II

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    LIBERALISMO Y LA LEY DE LA SELVA: PARTE II


    La Extra, 03 de marzo del 2010.

    En anarquía –ausencia de Estado- regiría la ley del más fuerte pues no habría ley que limite tal posibilidad. En el orden liberal el Estado tiene un papel mínimo necesario que garantice la libertad de las personas, en que el interés propio individual está limitado por el mismo derecho que por ley poseen los demás. Por ello se rechaza la acusación de que el liberalismo descansa en la “ley de la selva”.

    Es falso que el liberalismo falla en cuanto a que la persona tiene como único fin el interés propio, sin tomar en cuenta otros intereses diferentes. Ciertos sectores le llaman el carácter egoísta del liberalismo o que éste se fundamenta en la avaricia o en el consumo sin freno. Es un error adscribirle al liberalismo la exclusividad en cuanto a defectos humanos, pues son propios de cualquier orden político. Bien nos advierte Pedro Schwartz, al indicar que “todos esos vicios connaturales a los seres humanos (avaricia, egoísmo, prepotencia ante el consumo) aparecen en la sociedad libre más a las claras que en las pacatas sociedades cerradas de la Edad de Oro ‘dichosa’” (Pedro Schwartz, “Los límites de la razón y la ética del liberalismo,” en Nuevos Ensayos Liberales, Madrid: Espasa Hoy, 1999, p. 223).

    El orden liberal es más abierto pues permite reflejar las debilidades individuales, pero eso no significa que tales debilidades estén ausentes en otros órdenes políticos que, al no ser tan abiertos como el liberal, más bien las ocultan. El error yace en confundir el término egoísmo con lo que podría llamar amor propio, que, cuando se degenera, se convierte en egoísmo, razón que parece subyacer la afirmación de Adam Smith de que “En mucha ocasiones también interesarse en nuestra propia felicidad e interés parece ser un principio de acción muy plausible. Los hábitos de la economía, la industria, la discreción, la atención y la aplicación del pensamiento, se suponen que generalmente son cultivados a partir de motivaciones en el interés propio y al mismo tiempo son entendidos como calidades muy valiosas que merecen la estima y aprobación de todos.” (Adam Smith, The Theory of Moral Sentiments, Indianapolis: Liberty Classics, 1969, p. 481.).

    La libertad para proseguir intereses propios es tan importante para el individuo egoísta como para el altruista, quienes así actúan en el logro de sus propias escalas de valores. Es conducta normal de las personas incorporar intereses propios en su toma de decisiones, pero también los de sus familias, amigos, vecinos y asociados; como dice Hayek, “Uno de los derechos y deberes fundamentales del hombre libre es decidir qué necesidades y qué necesitados se les antojan más importantes”… “parte esencial de la libertad y de las concepciones morales de una sociedad libre es la elección de nuestros asociados y, generalmente, de aquellos cuyas necesidades hacemos nuestras.” (Friedrich A. Hayek, Los Fundamentos de la Libertad, Madrid: Unión Editorial, 1975, p. 94).

    El orden liberal se fundamenta no en la ley de la selva sino en la conducta pacífica de los individuos, sujetos a la ley común que exige respeto a la libertad de todas las personas y en donde el Estado, que podría ser el mayor conculcador de esas libertades, se encuentra limitado por la garantía constitucional de defensa de las libertades personales.

  9. #109
    2010-03-09-EL LIBERALISMO ES CONSERVADOR-PARTE I

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    EL LIBERALISMO ES CONSERVADOR-PARTE I


    La Extra, 09 de marzo del 2010.

    En esta serie de comentarios acerca del liberalismo, me refiero al término liberal en su sentido clásico, caracterizado por un estado relativamente pequeño y sujeto a restricciones o limitaciones en su ámbito de acción, con el fin de disponer del máximo de libertad posible para los ciudadanos. Hay países como los Estados Unidos en donde el llamado “liberalismo” más bien tiene una visión de la sociedad en que el estado desempeña un papel extenso y profundo sobre casi todo tipo de conducta humana.

    El término “conservador” de este comentario se refiere al partidario del inmovilismo propio del statu quo. Es más, los socialistas (que incluye a sus pares intelectuales, los fascistas) y los estatistas suelen ser partidarios del conservadurismo en cuanto a que con frecuencia se oponen al cambio que surgiría en las sociedades libres. Así, por ejemplo, no es extraño que a los regímenes actuales de Corea del Norte o de Cuba les preocupe profundamente cualquier disidencia que pueda alterar el poder que hoy mantienen las élites socialistas y, de hecho, Kim Jong-Il o Fidel Castro (o su heredero Raúl) son quienes en última instancia definen el grado de cambio permisible en sus sociedades: obviamente casi ninguno.

    Una vez que el pensador liberal Friedrich Hayek había escrito su famoso libro Los Fundamentos de la Libertad, decidió añadir al texto un capítulo titulado “Por qué no soy conservador”, en donde explica claramente las diferencias entre un liberal y un conservador partidario del statu quo. (Ibíd., p. p. 417-430). Tomo como base dicho Post-Scriptum para exponerlas. En primer lugar, en tanto que el conservador tiene un temor a la mutación y al cambio, un miedo a lo que es nuevo por el hecho de ser nuevo, el liberal mantiene una actitud abierta y confiada en el cambio que surge libremente y como resultado de la evolución de las cosas, si bien es consciente de que a veces el hombre procede a ciegas. Mientras que el gobernante conservador tiende a paralizar la evolución por el hecho de que sus resultados finales suelen ser desconocidos, el gobernante liberal la acepta, confiando en que, de manera espontánea, el orden político liberal clásico acomodará las nuevas circunstancias. Mientras el conservador requiere de una mente superior, alguna autoridad que vigile esos cambios, el liberal clásico, si bien acepta que hay personas que poseen cierto grado de superioridad sobre otras, no lo es porque alguien de por sí tenga la atribución de asumir esas posiciones. Como dice Hayek, “quienes pretenden ocupar en la sociedad preponderante posición deben demostrar esa su pretendida superioridad acatando las mismas normas que a los demás se aplican” (Ibíd., p. 422); esto es, se aplica el principio de igualdad ante la ley.

    El conservador se opone a todo nuevo conocimiento pues teme que derive en consecuencias para él indeseables, en tanto que el liberal acepta como principio la crítica racional de ideas que pueden o no ir en contra de lo que cree. Por ello el oscurantismo que suele rodear al conservador y que muchas veces lo empuja hacia el “nacionalismo patriotero”, incapaz de comprender que las ideas no conocen patria y que por el hecho de ser concebidas por algún connacional no las convierte en sabiduría y corrección, sino tal vez lo contrario.

  10. #110
    2010-03-16-EL LIBERALISMO ES CONSERVADOR-PARTE II

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    EL LIBERALISMO ES CONSERVADOR-PARTE II


    La Extra, 16 de marzo del 2010.

    Hay sí un grado en que el liberal se acerca al conservador, cual es en la desconfianza de la razón en cuanto a considerar que las instituciones humanas sólo pueden existir si han sido objeto del diseño deliberado de los hombres. Por supuesto que esa posición no se refiere en cuanto a que el uso de la razón debe ser el elemento esencial en la crítica. Al hablar de “racionalismo” los liberales (principalmente los que se han denominado como de la tendencia británica) se refieren a la pretensión de que las instituciones sólo pueden existir gracias a alguna estructuración deliberada; por el contrario, los liberales son conscientes de las limitaciones humanas en cuanto al conocimiento, lo que Hayek llama “la humana ignorancia”, lo cual hace que se aleje de las creencias de naturaleza sobrenatural o de índole autoritaria cuando la razón no nos brinda argumentos en uno u otro sentido. Por ello, el liberal no pretende imponer sus creencias a terceros, pues con claridad separa los ámbitos espirituales de los temporales. Cuando los liberales mencionan el término “irracionalismo” es para referirse a que no consideran que las instituciones sociales sean un producto de la razón y el diseño de alguna persona concreta, sino de la acción humana a través de los tiempos y de una muy extensa gama de interacciones entre las personas, que se llevan a cabo en lo que suelen llamar mercados.

    El liberal respeta la tradición y las costumbres en tanto sean convenientes y que apuntan hacia los fines que el liberal desea conseguir, no por el hecho de ser antiguas. Las respeta porque son resultado de la conducta humana que, en medio de la evolución, ha conjuntado comportamientos que les son útiles a los individuos para vivir libremente en sociedad; porque facilitan la adaptación de las personas a los acontecimientos según se evoluciona y que no es posible predecir de antemano. Claro que dicha adaptación no es perfecta, aunque se puede suponer que su existencia se da porque le ha generado ventajas a los individuos en sociedad, pero esa misma imperfección, en especial ante nuevos acontecimientos, exige un lugar a la posibilidad del cambio y es aquí en donde difieren radicalmente el conservador del liberal. Mientras el primero quiere la vigencia del statu quo, el segundo acepta el cambio en cuanto le sea útil a sus propósitos individuales en sociedad; esto es, no se opone a la evolución y al progreso.

    Por lo expuesto, considero que no es correcta la crítica, que en ocasiones se formula, de que liberalismo clásico y el conservadurismo partidario del statu quo son lo mismo, si bien en el liberalismo hay elementos conservadores, como el respeto a la tradición en cuanto resultado de experiencias que ha través el tiempo se han adoptado espontáneamente como medio para que el individuo pueda adaptarse a la incertidumbre en que suele encontrarse. El liberal siempre tiene campo para que varíen las cosas, para que el individuo, espontáneamente y sin coerción impuesta por gobernante alguno, se adapte a nuevas circunstancias siempre cambiantes en la sociedad en que se desenvuelve. Asegurándose de que su libertad permanece vigente, le permite al individuo adaptarse sin violencia a las nuevas circunstancias que pueden surgir con el paso de los tiempos.

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