2009-06-16-OGRO FASCISTA ATACA VENEZUELA-SEGUNDA PARTE
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OGRO FASCISTA ATACA VENEZUELA: SEGUNDA PARTE
La Extra, 16 de junio del 2009.
Al terminar la actividad del 25 aniversario de CEDICE, la ANFE venezolana, la furia del Júpiter tonante se reveló: invitó al escritor Mario Vargas Llosa a debatir ante todo Venezuela acerca de las ideas liberales expuestas en dicha ocasión. En ese momento Chávez celebraba dos años de haber cerrado un canal de televisión que no compartía sus mesiánicos sueños: Radio Caracas Televisión, reducida a un público limitado a la televisión por cable y también posiblemente rumiaba acerca de cómo se cumpliría el ukase dictado a distintos poderes (ah, la división de poderes que refrena al dictador, como nos enseñó Montesquieu), para que ajustaran las leyes que le permitieran cerrar Globovisión, la restante televisora no totalmente suya, a riesgo de que, de no hacerlo así los burócratas, mejor buscaran trabajo fuera del poder estatal.
Venezuela parece avanzar en el camino hacia la dictadura: a un fascismo en que nada hay fuera del estado y en que todo debe estar dentro de él. En el mejor recuerdo institucional del pensador venezolano Carlos Rangel, hoy su nación bajo el chavismo se sume en la fragmentación y la atomización, en que “no va a tener en adelante más paz que la que pueda proporcionar un caudillo”. Esta división de la sociedad la busca deliberadamente el militar de turno, impulsado porque “frente a la arbitrariedad, la inseguridad, la ausencia de un marco jurídico institucional estable y adecuado, los seres humanos responden buscando acomodo y amparo dentro de un sistema piramidal de relaciones personales, con un tirano en el tope de la pirámide.” (Carlos Rangel, “Las formas del poder político en América Latina (1),” Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, p. 244). Es la presencia de un caudillo fascista de viejo y nuevo cuño, que claramente encarna una visión mesiánica que supone conoce todo, capaz de usar la bota militar para lograr cumplir sus órdenes y pretender, bajo el argumento de que lidera una “democracia”, erosionarla desde adentro, para lograr aquella democracia socialista que pretendieron endulzárnosla los socialistas reales del Comintern soviético.
El debate Vargas Llosa-Chávez nunca se dio, porque nunca se buscó que se diera. La bufonada siguió a lo que inicialmente sería un avance civilizado de intercambio de ideas: Como excusa para que no hubiera el debate antes ofrecido, Chávez alegó ser sólo un soldado que no tenía el arresto académico para enfrentar a Mario Vargas. Cierto, pero el ego chavista detrás de esta supuesta humildad saltó cuando dijo que, si el escritor quería debatir con él -el Presidente de Venezuela- primero tenía que ganar las elecciones presidenciales en Perú, para poder debatir con igualdad de méritos.
Chávez está aprendiendo a ser magnánimo, virtud ocasional de ciertos dictadores. Recordó cómo en el pasado fue retado a debatir por el ex Ministro de la Inteligencia de Herrera Campins, gobernante venezolano. Dijo no aceptar y propuso que en su lugar fuera… cualquiera... su nombre es hoy irrelevante, pues recordó que ese compañero hoy está en desgracia fuera del gobierno chavista y aprovechó para mandarle un saludo fraterno por la televisión que abrumaba al pueblo en esos instantes. Chávez no debatió en ese entonces, pues el oponente no le merecía, al igual que hoy Mario Vargas Llosa.
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