Página 15 de 20 PrimerPrimer ... 5111213141516171819 ... ÚltimoÚltimo
Resultados 141 al 150 de 199

Tema: Artículos publicados en "Diario Extra"

  1. #141
    2010-10-26-EL LIBERALISMO ES ANARQUISTA- PARTE II

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO ES ANARQUISTA- PARTE II


    La Extra, 26 de octubre del 2010.

    La diversidad de funciones que un Estado desempeña en un orden liberal se observa en la propuesta del pensador Richard Epstein, quien escribió que “el liberalismo clásico huye de cualquier afecto por la anarquía en nombre de la libertad individual. Reconoce la necesidad de la fuerza del estado no sólo para prevenir la agresión y mantener la vigencia de los contratos, sino también para obtener impuestos (“flat”; bajos y uniformes), suplir infraestructura y limitar al monopolio… El liberal clásico trabaja para diseñar instituciones políticas y reglas jurídicas que le permitan al gobierno preservar el orden social sin asumir decisiones que pueden ser mejor tomadas por instituciones y actores privados. (Richard A. Epstein, Forbes, 15 de setiembre del 2008).

    Ella es un ejemplo de que no hay una frontera clara que defina el conjunto, aunque podría ser una inclinación hacia un menor tamaño (funciones) del Estado en comparación con otras propuestas. El tema del límite es muy discutible.

    La diversidad de pensamiento no ha de sorprender. Hayek fue acusado de socialista por proponer ciertas regulaciones urbanas, al decir que “Los conceptos básicos de propiedad privada y la libertad de contratación… no facilitan solución inmediata a los complejos problemas que la vida ciudadana plantea… (se pueden adoptar) “medidas prácticas conducentes a que el mecanismo (de precios) aludido funcione de modo más eficaz y a que los propietarios tomen en consideración todas las posibles consecuencias de sus actos” (Friedrich A. Hayek, Los Fundamentos de la Libertad, Op. Cit., p. p. 368 y 376).

    La característica unificadora es la de un Estado pequeño, pero el límite exacto de sus funciones en un continuum, es debatible. Una posición extrema la plantean los anarco-capitalistas como David Friedman (David Friedman, “Law as a Private Good: A Response to Tyler Cowen on the Economics of Anarchy,” en Economics and Philosophy, Vol. 10, No. 2, octubre de 199), quien propone como “factible un orden de mercado en donde no existan reglas públicas… sino que las leyes se dan o surgen en un ámbito totalmente privado”.

    El anarco-capitalismo es utópico, pues asume la existencia de mercados perfectos que hacen innecesaria intervención alguna (y existencia) del Estado. Contrasta con la posición liberal clásica que descansa en la falibilidad humana y que puede resumirse en la expresión “No es posible una sociedad perfecta”. Los liberales creemos en el método del “ensayo y error”, producto del método crítico, para evaluar los resultados de las acciones y la posibilidad de corregir cuando el resultado no es el esperado. En el futuro uno no sabe si el Estado desaparecerá por innecesario, pero por el momento las sociedades abiertas se caracterizan por disponer de un Estado que desempeña el papel esencial de brindar el marco jurídico necesario en las sociedades liberales de manera que puedan evolucionar y adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes y a la incertidumbre que rodea toda acción humana.

  2. #142
    2010-11-02-INVITACIÓN A SEMINARIO SOBRE ELECTRICIDAD

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    INVITACIÓN A SEMINARIO SOBRE ELECTRICIDAD


    La Extra, 02 de noviembre del 2010.

    El próximo lunes 8 de noviembre en la Universidad Autónoma de Centro América (UACA), ubicada en Cipreses de Curridabat, 600 metros al norte de la gasolinera La Galera, se celebrará el seminario “Ley General de Electricidad”, en el cual se analizarán diferentes propuestas presentadas ante la Asamblea Legislativa para reformar la actual legislación aplicable principalmente a la producción de electricidad.

    El tema reviste especial importancia pues desde hace bastante tiempo se discute en el país acerca del papel que puede desempeñar la actividad privada en la provisión de ese servicio. De hecho en cierto momento había aumentado significativamente dicha provisión, pero de un tiempo para acá se ha estancado y tal vez hasta declinado, privando al país de una mayor oferta de electricidad, incluso restringiendo su capacidad exportadora.

    En los proyectos de la Asamblea hay dos posiciones, una presentada durante la administración anterior que abre significativamente las posibilidades de producción privada, y que ANFE considera deseable tanto para ampliar la competencia hoy casi monopolizada por instituciones estatales, como por abrir espacios para que el sector privado genere riqueza para todos los costarricenses con un incremento de la producción hoy refrenada. La otra posición, si bien abre algún grado de competencia, parece orientada más bien a mantener al monopsonio -esto es, un único comprador- que hoy caracteriza ese mercado. Esta parece ser la propuesta de la nueva administración.

    Con el fin de aclarar todos estos asuntos y reflejar diferentes posiciones al respecto, en el seminario participarían el Ing. Teófilo de la Torre, Ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, quien expondría la posición del gobierno actual; el Ing. Jesús Castro Salas, presidente de ANTTEA, quien señalaría la posición de las asociaciones sindicales del sector; el Ing. Mario Alvarado, Director Ejecutivo de la Asociación Costarricense de Productores de Electricidad (ACOPE), quien expresaría la posición del sector privado y el Ing. Mario Quirós Lara, ex Diputado, quien haría el planteamiento a favor de la libertad que mantenemos en ANFE. El politólogo Alejandro Barrantes Requeno, miembro de la Junta Directiva de ANFE, inicia la actividad con una presentación comparativa resumida de los diferentes proyectos en discusión.

    El costo es de ¢5.000 e incluye un refrigerio al final de actividad. Debido al cupo limitado, se ruega hacer sus reservaciones a los teléfonos 2253 4460, 2224 7350, 2253 4497 y 8996 6569 o por medio de anfe@anfe.or.cr o en nuestras instalaciones ubicadas en el Barrio Francisco Peralta, frente al costado norte de la Iglesia del Sagrado Corazón (o 200 metros al Oeste de la Casa Italia). Esperamos que nos puedan acompañar.

  3. #143
    2010-11-16-EL LIBERALISMO ES TOTALITARIO- PARTE II

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO ES TOTALITARIO- PARTE II


    La Extra, 16 de noviembre del 2010.

    Marx en El Capital resume el historicismo al señalar que “Cuando una sociedad ha descubierto la ley natural que determina su propio movimiento, ni aún entonces puede saltarse las fases naturales de su evolución ni hacerlas desaparecer del mundo de un plumazo.” (Karl Marx, El Capital, Vol. I, Prefacio a la primera edición en alemán, 1867). Modernamente Mannheim propone remodelar “toda la sociedad” de acuerdo con un plan determinado al “apoderarse de todas las posiciones claves” y que “el Estado tiene necesariamente que aumentar hasta que… se identifique casi totalmente con la sociedad” (Karl Mannheim, Man and Society in an Age of Reconstruction, citado en Karl Popper, La Miseria del Historicismo, Op. Cit., p. p. 81-82 y p. 93).

    El historicismo con el holismo conducen a la planificación centralizada, pues consideran que posible definir el desarrollo futuro de una sociedad según tendencias convertidas en profecías sobre resultados inevitables. La planificación central pone en práctica esa posibilidad.

    El liberalismo tiene otra visión. Dice Hayek: “El concepto central del liberalismo es que, bajo la aplicación de reglas universales de justa conducta… se formará a sí mismo un orden espontáneo de actividades humanas de mucha mayor complejidad de la que podría producirse alguna vez por medio del arreglo deliberado… en consecuencia las actividades coercitivas del gobierno deberían limitarse a la aplicación de aquellas reglas…” (Friedrich A. Hayek, “The Principles of a Liberal Social Order,” en Studies in Philosophy, Politics and Economics, Chicago: The U. of Chicago Press, 1967, p. 162).

    No se recurre a la idea de una tendencia preestablecida e inevitable, como los historicistas, ni como los holistas se abandona al individualismo metodológico y más bien se refiere a la conducta de los individuos y no de entes externos o por encima de los resultados de sus acciones. El orden liberal no acepta la posibilidad de que una autoridad central pueda disponer de todo el conocimiento ampliamente disperso que diferentes individuos poseen acerca de sus circunstancias específicas de tiempo y de lugar. La planificación central no usa eficientemente el conocimiento disperso en la sociedad. El mercado es útil para transmitir información entre individuos y por brindar los incentivos necesarios para que actúen en función de dicha información. Dejar las decisiones económicas de los individuos al mercado es lo contrario de la planificación central totalitaria, que las deja en manos de una persona o grupo relativamente pequeño

    La diferencia entre mercado y planificación central es que el mecanismo de precios propio de aquél “economiza conocimiento por la forma en que opera o qué tan poco necesita conocer el participante individual para estar en posibilidad de tomar la acción correcta,” (Friedrich A Hayek, “The Use of Knowledge in Society,” en Chiaki Nishiyama y Kurt R. Leube, editores, The Essence of Hayek, Op. Cit., p. 219). El planificador central nunca estará en capacidad de poseer más que todo el conocimiento disperso que los diferentes individuos tienen en un mercado. Aunque fuera el regente de un sistema totalitario, no podrá concentrar todo el conocimiento disperso entre todos los individuos en un orden social.

  4. #144
    2010-11-23-EL LIBERALISMO NO ES RESULTADO DE UN DISEÑO- PARTE I

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO CLASICO NO ES RESULTADO DE UN DISEÑO- PARTE I


    La Extra, 23 de noviembre del 2010.

    Schwartz señala que “el funcionamiento espontáneo de las sociedades libres” es difícil de comprender… muchos intelectuales, en su soberbia, confían ciegamente en el poder de la razón de planificar los mercados y guiarlos hacia objetivos concretos… el público, no por soberbia, sino por instinto básico y dificultad intrínseca, tampoco acepta fácilmente las consecuencias de una sociedad abierta basada en el libre mercado.” (Pedro Schwartz, “La Precaria Naturaleza de la Democracia Liberal,” en Nuevos Ensayos Liberales, Madrid: Unión Editorial S. A., 1998, p. 263).

    El liberalismo no es producto de un diseño, lo que conduce a un tema central de la concepción liberal: el orden social resulta de la acción de los individuos en la sociedad, idea que Ferguson expuso claramente al señalar que la mayoría de las instituciones sociales son “el resultado de la acción humana, pero no del diseño intencionado de los hombres”. (Adam Ferguson, An Essay on the History of Civil Society, Londres: T. Cadell, 1782 (1767), p. 90).

    En el desarrollo del liberalismo durante la primera mitad del siglo XIX hubo dos tendencias. Hay un “liberalismo continental”, caracterizado por “el punto de vista constructivista o racionalista que demandaba una reconstrucción deliberada de toda la sociedad de acuerdo con los principios de la razón” (Friedrich A. Hayek, “Liberalism,” en F. A. Hayek, New Studies in Philosophy, Politics, Economics and the History of Ideas. London: Routledge & Kegan Paul, 1978, p. 120). Es la tradición de pensadores como Voltaire, Rousseau, Condorcet, Descartes y otros ligados a la Revolución Francesa y antecesores del socialismo moderno.

    Una segunda es la tradición británica o Whig, basada en “una interpretación evolucionaria de todos los fenómenos de la cultura y de la mente y en un discernimiento acerca de los límites de los poderes de la razón humana.” (Friedrich A. Hayek, “Principles of a Liberal Social Order,” en Chiaki Nishiyama y Kurt R. Leube, eds., The Essence of Hayek, Stanford, California: The Hoover Institution Press, 1984, p. 364).

    Este liberalismo comprende a muchos pensadores, como por ejemplo a Pericles, escolásticos como de Soto y Suárez, miembros de la llamada Ilustración Escocesa, como Ferguson, Smith, Hume, además de Locke, Mandeville, Burke, Montesquieu, Lord Acton, de Toqueville, Kant, Paine, Madison, Popper y economistas austriacos modernos como Mises y Hayek.

    El liberalismo contrasta con el racionalismo constructivista, pero eso no significa que su “irracionalismo” le dispense del uso de la razón para analizar las ideas. El irracionalismo no es contrario a su uso, sino que considera que la razón no es ilimitada o capaz de diseñar instituciones sociales de alta significación. El liberalismo no es producto de la creación teórica de persona alguna que hace una abstracción de la realidad compleja para diseñar un orden social específico, sino que espontáneamente “surgió del deseo de extender y generalizar los efectos beneficiosos que inesperadamente habían seguido a las limitaciones impuestas a los poderes del gobierno, debido a una simple desconfianza en los gobernantes.” (Friedrich A. Hayek, Ibídem, p. 365). Liberalismo que, además, evolucionó conforme pasó el tiempo.

  5. #145
    2010-11-30-EL LIBERALISMO NO ES RESULTADO DE UN DISEÑO- PARTE II

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO NO ES RESULTADO DE UN DISEÑO- PARTE II


    La Extra, 30 de noviembre del 2010.

    La apreciación liberal acerca de la limitación de la razón descansa en la falibilidad humana, señalada por Jenófanes un siglo antes de Sócrates, al escribir que “No ha habido ni habrá hombre alguno que posea un conocimiento cierto de los dioses o de todas las cosas de las que hablo. Pues aunque, por azar, alguien dijera la verdad definitiva, él mismo no lo sabría… todo es una trama de conjeturas.” (Diels-Kranz, Fragmente del Vorsokratiker, en Karl R Popper, Conjeturas y Refutaciones, Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, S. A., 1967, p. 193).

    Hamowy escribió, refiriéndose a la Ilustración Escocesa, que “tal vez la contribución sociológica más importante hecha por ese grupo de escritores… es la noción de órdenes sociales generados espontáneamente.” (Ronald Hamowy, The Scottish Enlightenment and the Theory of Spontaneous Order, Carbondale, Ill.; Southern Illinois University Press, 1987, p. 3). Smith “utilizó en diversos grados la noción de que podrían surgir sistemas más amplios de órdenes de forma espontánea… sino más que todo como producto resultante de las acciones o decisiones de gente cuyos intereses individuales tenían que ver tan sólo con asuntos locales.” (James R. Otteson, Adam Smith’s Marketplace of Life, Cambridge, United Kingdom: Cambridge University Press, 2002, p. 320).

    Smith en La Riqueza de las Naciones describió el orden social ampliado que surge espontáneamente de la interacción de los individuos en los mercados, por una red de intercambio de bienes y servicios en gran escala. En La Teoría de los Sentimientos Morales analizó otra importante institución que no fue diseñada deliberadamente: un sistema de moralidad en donde se comparten una serie de reglas y juicios morales. Algo similar expuso sobre el lenguaje como sistema u orden espontáneo no diseñado por persona alguna en su ensayo Considerations Concerning the First Formation of Languages and the Different Genius of Original and Compounded Languages escrito en 1761.

    La falibilidad humana y la limitación de su conocimiento explican por qué las instituciones sociales más importantes no surgen del diseño humano, sino de la acción de las personas en busca de intereses propios. Expondré algunos de los fundamentos de los órdenes espontáneos para tratar de aclarar las ideas.

    La característica más importante de un orden espontáneo consiste en que, con base en la regularidad de la conducta de sus miembros, se puede “lograr un orden de un conjunto de hechos mucho más complejo que lo que podríamos lograr mediante el arreglo deliberado.” (Friedrich A. Hayek, “Principles of a Liberal Social Order,” en Chiaki Nishiyama y Kurt R. Leube, eds., Op. Cit., p. 366). Su carácter abstracto permite que el orden se sustente, no en la existencia de propósitos comunes sino en la reciprocidad; es decir, una reconciliación de diferentes intereses. Esta es una gran ventaja comparado con órdenes concebidos deliberadamente, pues permite que los diferentes intereses individuales formen parte de ese sistema, mientras que aquél objeto del diseño requiere la imposición o definición de un único propósito común, establecido por un grupo pequeño de personas que tienen intereses en común o por alguna autoridad superior.

  6. #146
    2010-12-07-EL LIBERALISMO NO ES RESULTADO DE UN DISEÑO- PARTE III

    ----------------------------------------------------------------------------------------------


    EL LIBERALISMO NO ES RESULTADO DE UN DISEÑO- PARTE III


    La Extra, 07 de diciembre del 2010.

    Un orden liberal no impone un orden único de fines concretos, ni la visión particular de alguien determina cuáles objetivos debe satisfacer la sociedad. Las personas tienen mejor oportunidad de utilizar su conocimiento particular para sus propios fines individuales si están sujetos a reglas generales, independientes de propósitos concretos, que les permiten interactuar con otros individuos que poseen propósitos distintos. En ese orden todos nos beneficiamos de un conocimiento del cual no disponemos como propio, de manera que es posible superar la ignorancia e incertidumbre consubstanciales a la naturaleza humana, al permitir un buen uso de un conocimiento ampliamente disperso.

    La única obligación individual en ese orden es no infringir en los dominios protegidos de las otras personas, definidos según reglas generales y abstractas, cuyo fin no es determinar una jerarquía específica de valores, sino un orden en donde los individuos están dispuestos a participar de forma que sean libres de usar su propio conocimiento para sus propios fines.

    El liberalismo limita el poder coercitivo del gobierno sólo a la aplicación de esas reglas generales de justa conducta; o sea, está estrictamente limitado a la aplicación de las reglas uniformes de legalidad.

    Los órdenes complejos suelen ser órdenes espontáneos; son los únicos capaces de resolver el problema que de los órdenes complejos para transmitir y procesar una información ampliamente dispersa. Esta coordinación espontánea propia de los órdenes no diseñados y un proceso evolutivo promueven la complejidad necesaria de los sistemas para la adaptación eficiente del ser humano a circunstancias cambiantes. A través del tiempo se da un proceso de eliminación espontánea de órdenes menos efectivos en cuanto a conciliar los intereses disímiles de sus miembros y permite el logro de una adaptabilidad necesaria y hasta indispensable. Dice Hayek que “las instituciones se desarrollaron de una manera particular porque la coordinación de las acciones de las partes en la que se había confiado, probó ser más efectiva que las instituciones alternativas con las cuales había competido y que había desplazado.” (Friedrich A. Hayek, “The Results of Human Action but not of Human Design,” en Studies in Philosophy, Politics and Economics, Chicago: The University of Chicago Press, 1967, p. 101).

    El liberalismo no resulta de un diseño, sino de un orden espontáneo que surge de la adaptación de los individuos a las más diversas circunstancias conocidas para todos en conjunto, pero no como un todo para persona alguna en particular. Cuando se perturba este equilibrio mediante la acción gubernamental, se altera el conocimiento de que disponen los miembros en ese orden espontáneo, lo cual afecta la posibilidad de que las personas puedan hacer el mejor uso posible de ese conocimiento para el logro de sus propósitos particulares. Dicho orden espontáneo puede ser mejorado mediante una revisión de las reglas generales, razón de porqué los liberales “sin complejos ni recelos, aceptan la libre evolución, aún ignorando a veces hasta dónde puede llevarles el correspondiente proceso” (Friedrich A. Hayek, Los Fundamentos de la Libertad, Madrid: Unión Editorial S. A., 1975, p. 420).

  7. #147
    2010-12-14-EL LIBERALISMO ES NAZI-FASCISTA- PARTE I

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO ES NAZI-FASCISTA- PARTE I


    La Extra, 14 de diciembre del 2010.

    En ocasiones al liberalismo clásico se le ha endilgado la canalla etiqueta de ser nazi o fascista., aunque algunos, para no aparecer tan extremistas, sólo le acusan de ser de extrema derecha Me parece evidente la intención maledicente de aquella acusación, por lo que conviene sólo hacer unos pocos señalamientos para desmentir totalmente la acusación. No sólo el liberalismo clásico y el totalitarismo son en esencia antagónicos, sino que también el nazi-fascismo persiguió tenazmente a pensadores y miembros de movimientos políticos liberales, lo cual ocasionó que muchos tuvieran que emigrar hacia naciones enemigas de los gobiernos nazi-fascistas de Europa en años previos y durante la Segunda Guerra Mundial. Al menos tres de los más grandes pensadores modernos del liberalismo, Karl Popper, Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, tuvieron que huir del nazi-fascismo para encontrar asilo en las democracias liberales de Occidente.

    El liberalismo clásico se opone al totalitarismo, el cual incluye no sólo al nazismo y su versión suavizada, el fascismo, sino también al socialismo extremo del marxismo. Esto no es casual, dada la gran afinidad que hay, como planteamientos totalitarios, entre el nazi-fascismo y el socialismo marxista, lo que da lugar a una aversión natural al liberalismo clásico. Señala Hayek, refiriéndose al nazismo, que “las doctrinas que guiaron a los sectores dirigentes de Alemania (nazi) no se oponían al socialismo en cuanto marxismo, sino a los elementos liberales contenidos en aquél: su internacionalismo y a su democracia. Y a medida que se hizo más claro que eran precisamente estos elementos los obstáculos para la realización del socialismo, los socialistas de la izquierda se aproximaron más a los de la derecha. Fue la unión de las fuerzas anticapitalistas de la derecha y la izquierda, la fusión del socialismo radical con el conservador, lo que expulsó de Alemania a todo lo que era liberal.” Friedrich Hayek, Camino de Servidumbre, San José: Universidad Autónoma de Centro América, 1986, p. p. 207-208).

    Esta antítesis entre liberalismo y fascismo se evidencia en la definición que de este último formula Jonah Goldberg: “El fascismo es una religión del estado. Asume la unidad orgánica del cuerpo político y suspira por un líder nacional que esté a tono con la voluntad del pueblo. Es totalitario en tanto mira todo como si fuera un asunto político y sostiene que cualquier acción tomada por el estado se justifica en el logro del bien común. Toma la responsabilidad de todos los aspectos de la vida, incluyendo nuestra salud y bienestar, y busca imponer la uniformidad de pensamiento y de acción, ya sea por la fuerza o por medio de la regulación y la presión social. Todo, incluyendo la economía y la religión, debe estar alineado con sus objetivos. Cualquier entidad rival es parte del ‘problema’ y por tanto se la define como un enemigo.” (Jonah Goldberg, Liberal Fascism, New York; Doubleday, 2007, p. 23. El término “liberal” del título de este libro se refiere al uso que de él se hace en Estados Unidos, que, a diferencia del liberalismo clásico, se caracteriza por una alta dosis de intervención y participación estatal en las más diversas manifestaciones de la vida política… sin duda que muy, pero muy, cercano al fascismo).

  8. #148
    2010-12-21-EL LIBERALISMO ES NAZI-FASCISTA- PARTE II

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO ES NAZI-FASCISTA- PARTE II


    La Extra, 21 de diciembre del 2010.

    De acuerdo con la definición de mi columna inmediata anterior, el fascismo hace del Estado una religión, en cuanto a ser una creencia absoluta, como señaló Augusto Turati, apóstol del fascismo, al proclamar que “tal como uno cree en Dios… aceptamos la Revolución (fascista) con orgullo, tal como aceptamos estos principios –aún si nos damos cuenta de que están equivocados, los aceptamos sin discusión alguna.” (Citado en Ibídem, p. 419, nota 30. El paréntesis es mío).

    En contraste con la visión anterior, en la concepción liberal clásica el Estado esencialmente cumple un papel restringido destinado a asegurar el funcionamiento del orden liberal espontáneo. Mientras que para el liberalismo clásico el cuerpo político no se considera como un órgano independiente que va más allá de los individuos que lo componen, el fascismo considera al Estado como un ente supraindividual. A la vez, el fascismo es totalitario en cuanto mira todo desde el punto de vista político, mientras que el liberalismo clásico busca minimizar el poder político, de forma que el individuo tenga el mayor campo posible de acción.

    En tanto que para el fascismo la acción del Estado se justifica en que al actuar lo hace para lograr el bien común, para el liberalismo clásico el interés público y el interés individual son uno e inseparable. De acuerdo con Linda Raeder, la noción liberal Hayekiana del bien común “consiste en asegurar las condiciones abstractas que permiten las actividades de millones de personas quienes no conocen y no pueden conocer las circunstancias e intenciones concretas de cada una de ellas, para que se ajusten entre sí en vez de derivar en un conflicto… tales condiciones surgen de la observación de ciertas reglas –de percepción, de comportamiento, de moralidad y legalidad- que estructuran la operación del mecanismo ordenador que llamamos ‘mercado’” (Linda Raeder, “Liberalism and the Common Good,” en The Independent Review, Vol. II, No. 4, Primavera de 1998, p. 524).

    Para el liberalismo la esencia del bien común radica en asegurar reglas generales que permitan la existencia de un orden espontáneo, en donde los individuos tengan la oportunidad y libertad de hacer el mejor uso de sus recursos para lograr sus objetivos disímiles, mientras que para el fascismo cualquier acción estatal que se lleve a cabo lo es para asegurar tal bien común, en donde los individuos deberán ser dirigidos por el Estado –esto es, que le obedezcan y sirvan- en sus esfuerzos por lograr lo que algunos iluminados han definido como bien común.

    En tanto que para el fascismo el Estado es responsable de todos los actos de la vida de las personas, en criterio del liberalismo la responsabilidad es fundamentalmente del individuo en libertad de escoger lo que prefiera para el logro de su felicidad propia. “La libertad no sólo significa que el individuo tiene la oportunidad y la responsabilidad de la elección, sino también que debe soportar las consecuencias de sus acciones y recibir alabanzas o censuras por ellas. La libertad y la responsabilidad son inseparables.” (Friedrich A. Hayek, Los Fundamentos de la Libertad, Op. Cit., p. 87).

  9. #149
    2010-12-28-EL LIBERALISMO ES NAZI-FASCISTA- PARTE III

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO ES NAZI-FASCISTA- PARTE III


    La Extra, 28 de diciembre del 2010.

    Concluyo señalando las diferencias esenciales entre el liberalismo clásico y el fascismo, que comenzáramos haciéndolo en mi columna inmediata anterior: en tanto que el primero estimula la diversidad de toda índole, el segundo la aborrece y busca la uniformidad de acción y pensamiento, para lo cual acude a la coerción y uso de la fuerza o bien a una regulación que restringe la libertad individual de tomar decisiones propias, así como utiliza la presión social que en su visión siempre define como “nosotros” en contraste con “ellos”. Con tal objetivo en mente fue que Mussolini escribió que, “debemos crear una minoría proletaria lo suficientemente numerosa, suficientemente conocedora, suficientemente audaz como para sustituir por sí misma, en el momento oportuno, a la minoría burguesa… Las masas simplemente la seguirán y se someterán a ella” (Citado en Jonah Goldberg, Op. Cit., p. 38).

    Finalmente, de acuerdo con la célebre expresión de Mussolini “todo dentro del estado, nada contra el estado, nada fuera del estado,” todo, como claramente lo señala la definición de Goldberg antes citada, “debe estar alineado” con los objetivos del estado. El papel del Estado en el pensamiento liberal clásico, por el contrario, está claramente restringido al máximo posible y de forma que sea consistente con la conservación del sistema espontáneo en el cual descansa el liberalismo, y en donde se asegure la libertad máxima posible a los individuos. Según Goldberg, el fascismo surgió a partir de la creencia de que “la era de la democracia liberal estaba llegando a su fin. Era tiempo de que el hombre dejara de lado los anacronismos de la ley natural, la religión tradicional, la libertad constitucional, el capitalismo, entre otros, y se elevara hacia la responsabilidad de rehacer el mundo a su imagen propia… Mussolini a menudo declaraba que el siglo diecinueve era el siglo del liberalismo y que el siglo veinte sería el ‘siglo del fascismo.’” (Jonah Goldberg, Ibídem., p. 31).

    En resumen, la esencia de la diferencia entre el liberalismo clásico y el fascismo fue claramente expuesta por Mussolini al escribir que “en contra del individualismo, la concepción Fascista es por el Estado… El liberalismo negó al Estado en función de los intereses de individuos particulares; el Fascismo reafirma al Estado como la verdadera realidad del individuo.” (Benito Mussolini, “Fascism,” en Giovanni Gentile, editori, Italian Encyclopedia, 1932). Después de una violenta Segunda Guerra Mundial que culminó con la derrota nazi-fascista, de las cenizas resurgió el liberalismo clásico, el cual hoy día goza de una enorme reputación tanto en la práctica como el campo de las ideas; sin embargo, cabe preguntarse si muchas de las concepciones políticas actuales no convergen hacia el fascismo en vez del liberalismo clásico. La respuesta a esa pregunta bien puede ser razón suficiente para conocer el verdadero alcance del ideario liberal clásico y de motivar la defensa permanente de la libertad.

    Quienes acusan al liberalismo clásico de ser de extrema derecha, parece que acuden a esa etiqueta eufemística por no llamarlo nazi-fascista. Si tuvieran el coraje de llamar a aquél por este último nombre, sería más fácil responder a una acusación ad hominem, sin base alguna.

  10. #150
    2011-01-04-EL LIBERALISMO ES ECONOMICISTA- PARTE I

    ----------------------------------------------------------------------------------------------

    EL LIBERALISMO ES ECONOMICISTA- PARTE I


    La Extra, 04 de enero del 2011.

    Hay tres formas de entender al término economicista. Una se encuentra en Marx de que la economía o las leyes económicas determinan el curso de la historia. Según él, al referirse al capitalismo como sistema de organización de la sociedad, su “dimensión moral/legal/religiosa (lo que llamó superestructura) no puede ser entendida separadamente de la base económica del capitalismo” (o infraestructura) (David L. Prychitko, “Marxisms and Market Processes,” en Peter J. Boettke, editor, The Elgar Companion to Austrian Economics, Cheltenham, United Kingdom: Edward Elgar Publishing Limited, 1998, p. 517).

    Otro uso se basa en el empleo del concepto de “homo oeconomicus” para explicar las decisiones económicas del individuo y, en una derivación vulgar de este último concepto, una tercera expresión se refiere a que los liberales clásicos ponen por encima de todo al comportamiento económico de los individuos en ese orden espontáneo.

    Se debe reiterar algunas ideas ya comentadas al analizar la crítica de que “el liberalismo era totalitario”, pues el término “economicismo” en el marco del “materialismo dialéctico” muestra las mismas características deterministas del historicismo. Mises señala que para el marxismo “en el principio hay ‘fuerzas materiales de la producción’ (el materialismo), es decir, el equipo tecnológico de esfuerzos humanos productivos, las herramientas y las máquinas... (que) compelen a los hombres a entrar en relaciones específicas de producción independientes de su voluntad. Estas relaciones de producción determinan más tarde (el determinismo histórico) la superestructura política y jurídica de la sociedad, así como todas las ideas religiosas, artísticas y filosóficas.” Ludwig von Mises, Teoría e Historia, Madrid: Unión Editorial S.A., 1975, p. 101. Los paréntesis son míos).

    No es ocasión para presentar objeciones al materialismo marxista, pero sí de señalar que, si fuera posible, como lo considera el historicismo, “descubrir las leyes de la evolución histórica deduciendo de tal conocimiento las instituciones adecuadas para cada situación,” (Friedrich A Hayek, Los Fundamentos de la Libertad, Op. Cit., p. 263), al hacer afirmaciones concretas acerca del futuro de la humanidad y de pronosticar el cambio histórico, un ente central, con base en tales leyes históricas, podría definir todo el ordenamiento social congruente con tales resultados previstos, como se pretendió justificar su puesta en práctica con una planificación centralizada (con el fascismo o el socialismo marxista).

    Se podría sustituir el orden liberal basado en la libertad individual de elegir, por uno autoritario en donde “se impediría que la gente planeara su propia conducta y arreglara sus vidas de acuerdo con sus propias convicciones morales. Debería prevalecer un solo plan… Cada individuo debería ser forzado a renunciar a su autonomía y obedecer, sin hacer preguntas, las órdenes emanadas del Politburó o del secretariado del Führer… La tiranía es el corolario político del socialismo, tal como el gobierno representativo es el corolario político de la economía de mercado.” (Ludwig von Mises, Economic Freedom and Interventionism, Irvington-on-Hudson, Nueva York, 1990, p. p. 183-184).

Información de Tema

Usuarios Viendo este Tema

Actualmente hay 6 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 6 visitantes)

Temas Similares

  1. Ensayos en el Boletín de ANFE
    Por Elisa en el foro Obra escrita de Jorge Corrales Quesada
    Respuestas: 60
    Último Mensaje: 15/05/2012, 10:18
  2. ENSAYOS DE ASOJOD
    Por Elisa en el foro Obra escrita de Jorge Corrales Quesada
    Respuestas: 103
    Último Mensaje: 14/05/2012, 09:57
  3. Artículos publicados en Diario "'La República"
    Por Elisa en el foro Obra escrita de Jorge Corrales Quesada
    Respuestas: 49
    Último Mensaje: 30/03/2012, 09:22
  4. Comentarios en "Radio Monumental"
    Por Elisa en el foro Obra escrita de Jorge Corrales Quesada
    Respuestas: 105
    Último Mensaje: 29/03/2012, 12:22

Marcadores

Permisos de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •