2008-01-10-MÁS Y MÁS COMERCIO INTERNACIONAL

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MÁS Y MÁS COMERCIO INTERNACIONAL


La Extra, 10 de enero del 2008. Reproducido en el libro de Carlos Federico Smith, “Políticamente Incorrecto”, 2009, p. p. 21-22.

Hace más de 200 años Adam Smith demostró cómo los países aumentaban su bienestar gracias a la especialización en su producción y al intercambio comercial entre los países. Con éste se consiguen bienes más baratos. De haber barreras al comercio, los países se especializarán menos, elevando los precios domésticos y los consumidores nacionales empeorarán. Las preguntas, entonces, son, si el comercio internacional es algo tan bueno, ¿por qué no hay más de él? Si, en la actualidad, las exportaciones mundiales equivalen a más o menos el 25 por ciento del valor del producto mundial, ¿qué factores impiden que el comercio entre naciones sea mucho mayor?
Para responder, debe considerarse dos tipos de costos en el comercio internacional. Unos relacionados con la existencia de fronteras, tales como impuestos a la importación, cuotas y papeleo en las aduanas, además de los que tienen que con diferencias entre países, como monedas, idiomas y leyes sobre la vigencia de contratos. Por otra parte, hay otros costos que tienen que ver con el transporte de los bienes, como son todo tipo de fletes y el tiempo que toma trasladarlos de un lugar a otro.

Costa Rica tiene mucho camino por andar para lograr los beneficios plenos de la especialización y el intercambio global. La clasificación previa permite referirse, aunque brevemente, a las decisiones que el país deberá tomar.

En lo que trata de barreras al comercio debido a fronteras, el país aún conserva una elevada protección (impuestos para importar que nos elevan los precios), especialmente en sectores como lácteos, azúcar, granos básicos, carnes de distinto tipo, entre otros. Si bien no parece que persistan cuotas para importar (un gran avance), hay barreras por restricciones en el etiquetado, frenos por razones fitosanitarias, entre otras medidas que no parecen sino tener un fin limitante del comercio. Asimismo, el papeleo aduanero sigue siendo elevado, aunque debe reconocerse esfuerzos para promover el comercio, como ventanillas únicas, pero en sectores como el agrícola y el de salud aún hay una tramitología onerosa, que poco alienta un aumento del comercio entre países.

En lo posible debe disminuirse los costos originados en diferencias entre países. Concretamente, en cuanto a monedas, una dolarización en Costa Rica contribuirá significativamente a bajarlos, dado que el dólar suele ser la base para realizar la mayor parte del comercio mundial. En el caso de los idiomas, debe profundizarse el esfuerzo para enseñar inglés, pero hay que extenderlo a otros, en particular, al mandarín. En cuanto a vigencia de los contratos, la firma de diversos tratados de libre comercio ha impulsado una modernización de la contratación comercial, pero sin duda Costa Rica debe mejorar su marco legal general.

Sobre costos en el transporte, es posible que su reducción se origine en cambios tecnológicos a nivel global, pero el país debe mejorar a corto plazo sus facilidades portuarias, aeroportuarias y de caminos internos, que muestran un claro retraso.

Reducir significativamente todas estos costos, aumentará el comercio internacional y así se beneficiará aún más tanto a consumidores como a empresas. Pero lograrlo dependerá de la fuerza política del proteccionismo que intentará mantener el statu quo.