2011-08-09-ES LA ECONOMÍA ESTÚPIDO

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¡ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO!



La Extra, 09 de Agosto del 2011.

Es la famosa frase que el asesor político de Clinton, James Carville, le dijo a Clinton, cuando insistía, para derrotar a Bush padre, en criticar su política exterior. Clinton escuchó el consejo de Carville, cambió su estrategia y ganó las elecciones.

Hoy, ante la crisis de los Estados Unidos, veo cómo ciertos políticos, aquí y allá, insisten, diciéndose Keynesianos, que la solución a los problemas económicos de ese país está en elevar el gasto estatal y aumentar los impuestos, principalmente a los ricos. Por ejemplo, señalan que “cuando más urgente, desde los años 30, es el keynesianismo, EUA está y estará dominado por las ideas de Hayek, Friedman…”, suponiendo que estas últimas, en la mente de ese comentarista, enfatizan la moderación fiscal y monetaria como salida a la crisis.

Hace muchos años no veía un malabarismo intelectual tal como el que ahora ejecutan los adoradores del estatismo keynesiano, especialmente en nuestra versión criolla: lo que precisamente se ha practicado en los últimos años, con la llegada de Obama, es la expansión del gasto público, reflejado en un profundo crecimiento de la deuda pública, todo bajo el prurito del pensamiento “urgente” keynesiano que nos siguen proponiendo.

Si uno lee la importante obra de Keynes, La Teoría General, o un texto elemental de Economía, como el de Samuelson, el consejo que se deriva en una situación de insuficiencia de demanda privada en la economía, es aumentar el gasto público o reducir los impuestos. Para Keynes el problema era que los impuestos (sobre la renta) ya eran suficientemente bajos en los años treinta, lo cual sólo dejaba como única posibilidad el aumento del gasto público. En el campo monetario arguyó que una expansión de la oferta de dinero no era capaz de reducir lo suficiente la tasa de interés para que aumentara la inversión privada.

En Estados Unidos se ha provocado una enorme expansión monetaria ̶ de 8 a 23 trillones de dólares ̶ pero sobre todo un crecimiento del gasto público, el cual ha elevado los déficit gubernamentales, de $460 billones en el último año de Bush hijo, a $1.4 trillones en el 2009 y $1.29 trillones en el 2010 ̶ esto durante los dos primeros años de la administración de Obama ̶ y se espera que en el 2011 llegue a niveles sin precedentes. En cuanto al endeudamiento del gobierno, ya es casi un 60 por ciento del PIB y, según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso de los Estados Unidos, en el 2021 ascenderá a un 90 por ciento.

Con Obama se ha seguido una política monetaria expansiva, un aumento de los déficit y del endeudamiento gubernamental para financiarlos: los problemas se han dado principalmente por un alza en el gasto, aunque en ocasiones redujo los impuestos y, sin embargo, la economía no termina por salir de la recesión. En mi opinión, estos resultado no reflejan sino que las medidas económicas, tomadas bajo el aliento Keynesiano para salir de la recesión, han fracasado.
A lo Carville, me permito aconsejar al aún Keynesiano: ¡Es el gasto, estúpido!