2009-11-03-VIENE ATRACO A LOS BOLSILLOS


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VIENE ATRACO A LOS BOLSILLOS


La Extra, 03 de noviembre del 2009.

Hay una versión muy inteligente del dicho: “En guerra avisada… mueren menos soldados”. Algunos partidos políticos han dado muestras claras de que en la próxima Asamblea Legislativa aprobarán nuevos impuestos o aumentarán los existentes. Presagios que hacen que las próximas elecciones revistan una importancia especial, pues podría ser que muchos acudan a las urnas sin tener presente que, en verdad, están votando por caracteres que luego atacarán sus bolsillos. Es crucial que quien vote tenga claro que podría hacerlo por políticos que trasladarán parte de los ingresos de sus hogares, obtenidos con grandes esfuerzos y dificultades, hacia el paraíso feliz del gasto incontrolado del estado.

El ataque no es sólo interno. El Fondo Monetario Internacional pidió en una reciente visita al país que, ante el déficit producto de un disparado gasto gubernamental, se aumenten los tributos, como lo debe pedir todo buen agente recaudador de acreedores internacionales. El Fondo siempre, pero siempre, ha dejado de lado la posibilidad de que, antes que elevar los impuestos para bajar el déficit, se logra algo similar reduciendo los gastos. Claro, ésta es una propuesta más difícil de poner en práctica, pues los cuerpos burocráticos que viven del presupuesto o particulares beneficiados con la magnanimidad gubernamental, lanzan quejidos quejumbrosos de animales rumbo al matadero, para oponerse a que los costarricenses conserven lo que tanto les costó ganar.

¿Cuál es la lección más importante que puede derivarse de la reciente gestión del ex Ministro de Hacienda, don Guillermo Zúñiga, y que ojalá él la transmitiera a las aulas universitarias y al público en general? Que cuando una economía crece, los tributos lo hacen también y así es posible, con orden, mantener estables las cuentas gubernamentales. Por ello es una insensatez, y en especial en momentos recesivos como los actuales, promover más y nuevos impuestos que reducen el crecimiento de la producción. Todo lo contrario: es indispensable estimular el crecimiento de la economía, pues, desde el punto de visto de las cuentas fiscales, aumentará lo que recoge.

Ante este panorama es vital no entregar todo el poder a un partido político (con sus adláteres) que de diversas maneras nos ha indicado que pondrá más gravámenes.

Nuestros sabios antepasados siempre insistieron en el balance de los poderes, para impedir que parte del estado esquilmara a los ciudadanos, pues, al quitarles ingresos a las familias con impuestos, les roba la posibilidad de usar esos fondos para satisfacer sus necesidades propias. Cada uno de nosotros sabe mejor que el burócrata cuáles son
nuestras necesidades.

No hablo del gasto público en avionetas y helicópteros o en propaganda politiquera que también todos pagamos. No lo hago por el momento, pero sí decirles que, después de que la pasión electorera se haya disipado, será inaceptable quejarse de la imposición de nuevos impuestos. Sé que probablemente lo que muchos harán -los vivillos de siempre- es influir para que esos nuevos impuestos los paguen otros, usualmente los más pobres sin posibilidad de trasladarlos a alguien más. Pero parece que, al irse acabando “la carnita tributaria”, llegará el momento en que la culebra empezará a devorar su propia cola. Debemos votar por quienes se opondrán a nuevos y mayores tributos que sólo engrandecen al moderno y dispendioso ogro filantrópico.