2011-06-14-ACIERTA DOÑA LAURA

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ACIERTA DOÑA LAURA



La Extra, 14 de junio del 2007.

La Presidenta de la República, doña Laura Chinchilla, señaló públicamente la necesidad de iniciar el proceso para desarrollar el gas natural que potencialmente se haya en el país. No hay duda que tuvo un enorme coraje para así señalárselo a los costarricenses, pero más que todo al expresar claramente que su principal responsabilidad ante los costarricenses, a punto de enfrentar un serio problema de suministro energético, es asegurarles que tendrán un suministro adecuado de energía en los años venideros. Creo que ni los más retrógrados oponentes al desarrollo energético del país se han atrevido a pronosticar que abundará su provisión en los próximos años. No sólo hay problemas para asegurarse la satisfacción de la demanda de energía hidroeléctrica proveniente de nuestros ríos -que gracias a Dios lo será desde Panamá- sino que el precio internacional tan elevado del petróleo es aviso de un recrudecimiento de los problemas de suministro, que muy posiblemente nos afectará aún más en los próximos años.

Responsablemente ante la ciudadanía, doña Laura ha señalado que la extracción de gas natural contribuirá a salvaguardar nuestras necesidades energéticas, con lo cual estoy totalmente de acuerdo: No podemos seguir desperdiciando oportunidades para que los costarricenses dispongamos de un suministro adecuado de energía, ni tampoco para que continuemos dependiendo de los arrebatos de Chávez en cuanto a vendernos sus combustibles. No es posible conseguir fuentes de energía baratas en los mercados internacionales, por lo que, si tenemos alguna forma de desarrollarlas en nuestro país, podríamos seguir financiando su suministro indispensable para nuestra supervivencia económica.

Firme en mis convicciones, creo que no es deseable que el estado se meta como co-inversionista (por ejemplo, por medio de RECOPE), a desarrollar la actividad de gas natural del país, como lo sugirió doña Laura. Ya sabemos lo que suele suceder cuando el estado se mete a empresario. Es más, en un clima económico deprimido como el actual, ¿qué mejor cosa podría sucedernos si el estado quita sus manos de las actividades productivas y las deja en las del sector privado, sujeto a las regulaciones indispensables ya conocidas por casi todo el mundo civilizado, como ante un posible impacto ambiental derivado de este tipo de acciones humanas, todo en busca de energía que nos permita vivir adecuadamente y no sujetos a dictadores ni a la buena disposición de alguien para suministrárnosla? No tengo dudas de que el efecto sobre la economía sería sumamente positivo e impulsaría la generación de empresas, empleo y riqueza, que hoy tanta falta nos hacen.

Resulta increíble que desperdiciemos la oportunidad de asegurar el bienestar del costarricense en lo que a suministros de energía se trata. Es donde creo que doña Laura ha pensado muy inteligentemente, tomando en cuenta que su obligación primaria es facilitar opciones que permitan ampliar el bienestar de un pueblo. Por eso la apoyo en su decisión básica de impulsar el desarrollo de nuestro gas natural.