2011-01-11-EL LIBERALISMO ES ECONOMICISTA- PARTE II

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EL LIBERALISMO ES ECONOMICISTA- PARTE II



La Extra, 11 de enero del 2011.

En lo que respecta a la segunda versión de esta crítica al liberalismo clásico -el tema del homo oeconomicus- sólo destaco que éste es una presunción acerca del comportamiento humano, considerado racional y capaz de escoger el mayor beneficio posible con un costo mínimo. “Muestra un ser humano impulsado exclusivamente por ‘motivos económicos’… con la única intención de lograr la mayor ganancia material o monetaria posible,” explica Mises. (Ludwig von Mises, Human Action: A Treatise on Economics, San Francisco: Fox & Wilkes, 1996, p. 62).

Este supuesto se usa en el llamado análisis económico neoclásico acerca del comportamiento del consumidor, pero pocos toman en serio el corolario de que, como tal, exista un ‘hombre económico’, pues sólo refleja una visión parcial e incompleta de la conducta humana. No sólo la “racionalidad” está en discusión, pues el ser humano comete errores de razonamiento y no siempre reacciona en términos que se podrían considerar como perfectos, sino que, como señala Mises refiriéndose a la idea de que se trata de un tipo “ideal” en el análisis neoclásico, “ningún hombre es motivado exclusivamente por el deseo de enriquecerse tanto como sea posible; muchos del todo no son influenciados por ese anhelo sórdido.

Es inútil referirse a tal homúnculo ilusorio al tratar con la vida y la historia. Aún si realmente fuera éste el significado en la economía clásica, el homo oeconomicus ciertamente no sería un tipo ideal.

El tipo ideal no es la encarnación de una parte o un aspecto de los diversos objetivos y deseos del hombre.

Es siempre la representación del fenómeno complejo de la realidad, ya sea de los hombres, de las instituciones o de las ideologías.” (Ibídem, p. 62).

Las críticas al homo oeconomicus parecer más bien estar dirigidas al liberalismo económico que al concepto previamente expuesto acerca de la naturaleza humana. Es una manera de adjudicarle al liberalismo la ausencia de consideraciones morales debido al egoísmo de los actores en los mercados, que no toman en cuenta más que su propio interés, dejando de lado a los ajenos. Esto último será objeto de un comentario más amplio al analizar posteriormente la crítica de que el liberalismo es egoísta. Baste por el momento señalar que la idea de una presunta racionalidad humana no es propia del liberalismo, sino de muchos filósofos previos a quienes podríamos considerar como liberales clásicos, pues tiene sentido pensar que el ser humano busca tomar las mejores decisiones posibles, aunque normalmente puede equivocarse. Como lo expone Leonardo Girondella, los críticos superficiales del homo oeconomicus cometen un error al creer “que los beneficios deseados por este ser son exclusivamente materiales y capaces de ser expresados en dinero. No necesariamente. Es posible, por supuesto, que eso suceda y que una persona calcule beneficios financieros de las inversiones que ha realizado, pero nada hay que indique que eso sea todo lo que puede hacerse. Existen metas personales que no son materiales y que no pueden expresarse en dinero solamente.” (Leonardo Girondella Mora, “Homo Economicus: Definición. Más una reconsideración” Núm. 80, lunes 25 de agosto de 2008 y reproducido en ContraPeso. Info de lunes 19 de octubre de 2009).