1977-11-06-DEFINICIÓN DE SUPERÁVIT O DÉFICIT DEL GOBIERNO-I

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DEFINICIÓN DE SUPERÁVIT O DÉFICIT DEL GOBIERNO-I


La República, 06 de noviembre de 1977.

Este es el primero de una serie de artículos sobre el crecimiento y el comportamiento económico del Estado costarricense en los últimos años.

Es necesario, desde un principio, enfatizar las diferentes definiciones del término superávit o déficit del gobierno.

Existe el llamado superávit o déficit corriente, que es la diferencia entre ingresos corrientes y los egresos corrientes.

Por ingresos corrientes se entiende a aquellos provenientes de impuestos, gravámenes y otros, que son fuente permanente de entradas, y por egresos corrientes se define a aquellos de obligaciones permanentes que se renuevan en cada ejercicio fiscal.

De lo anterior, es muy plausible esperar que el gobierno central siempre tenga superávit y que, tan sólo bajo circunstancias especiales, se presente un déficit en dicho rubro.
Otra definición de superávit o déficit, llamado financiero, se divide en dos tipos: el presupuestario y el total.

El déficit o superávit presupuestario comprende la diferencia entre los ingresos ordinarios y los egresos de presupuesto, donde por ingresos ordinarios se entienden a los ingresos tributarios, no tributarios y transferencias, tales como contribuciones específicas, recargos cambiarios y otros, y por egresos de presupuesto a aquellos que van incluidos en los presupuestos ordinarios y extraordinarios.

Debe notarse que los ingresos corrientes y los ingresos ordinarios son muy semejantes y que las diferencias son usualmente originadas por procesos de clasificación.
El déficit o superávit total está definido por la diferencia entre los ingresos corrientes y los egresos totales. Nótese que los egresos totales difieren de los egresos presupuestarios en que los primeros incluyen, además de los egresos presupuestarios, a los gastos extra-presupuestarios.

La última definición de superávit o déficit es el llamado económico, que se diferencia del total en que el primero excluye las amortizaciones de pasivos en obligaciones del gobierno central; o sea, si el gobierno central amortiza sus deudas, el déficit económico será inferior al déficit total.

Esta liquidación económica tiene gran importancia, puesto que cualquier gasto del gobierno central que no es cubierto con los ingresos tributarios, así como de otras fuentes que no den lugar a endeudamiento por parte del gobierno, va a constituir un déficit. (Esta es la metodología aplicada por el Fondo Monetario Internacional en su definición de déficit).
Existe, por último, la llamada liquidación legal del presupuesto, que consiste en la diferencia entre los ingresos de presupuesto y los egresos de presupuesto. Esta definición está excluida de este estudio por ser de un carácter meramente formal y no relevante para nuestros propósitos.

Deseamos indicar que, tal como se especifica en el informe titulado “Análisis del Problema Fiscal: Antecedentes Financieros del Presupuesto Nacional para 1967” de la Oficina de Planificación, “El déficit total… es la definición más útil para el análisis de las finanzas públicas”, debido a que la diferencia entre gastos totales e ingresos corrientes es el monto necesario por financiar, desde el punto de vista del gobierno central. Dicho financiamiento se logra esencialmente a través de recursos externos prestados, transferencias de capital recibidas por el gobierno central, colocaciones de bonos en el mercado interno, aumento de la deuda flotante, retraso a ciertos pagos (p. ej., a la C.C.S.S.), variaciones en Tesorería y otros rubros menores. Que quede claro, de una vez por todas, que afirmar que un déficit es financiable es una perogrullada, puesto que, por definición, nunca podrá dejar de financiarse, ya sea emitiendo bonos, emitiendo letras del tesoro, no haciendo frente a compromisos, pidiendo préstamos al exterior o aumentando los impuestos. Lo que es importante analizar es, entonces, cómo se va a financiar un déficit.

En el próximo artículo haré un análisis del déficit o superávit total, cuyo estudio es el recomendado por OFIPLAN en su informe antes mencionado, y del déficit o superávit económico, cuyo análisis es el que efectúa el Fondo Monetario Internacional.