1976-04-01-IRRESPONSABILIDAD VIAJANTE

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IRRESPONSABILIDAD VIAJANTE


La República, 01 de abril de 1976.


Definitivamente, los nuevos impuestos que el gobierno actual pretende gravar sobre el pueblo costarricense, son un tema sumamente interesante que invita a la reflexión por parte de la ciudadanía.

La situación económica del país se muestra más y más delicada. El gobierno del presidente Oduber ha presentado un empeño, cada vez más visible, de sacrificar al pueblo productor y consumidor, en aras del mayor enriquecimiento del Estado. La prueba más patente de esta política de arruinar a los individuos a cambio del engrosamiento estatal lo constituyen los nuevos impuestos que ya ha determinado el dúo gobierno-Partido Liberación Nacional.

En Costa Rica el ciudadano ve con alarma cómo su bolsillo ya no le alcanza para medio vivir; las empresas productoras nacionales observan cómo, día a día, sus actividades se ven cercenadas por más y más impuestos, en tanto que el Estado continúa con su política de gasto desenfrenado, a pesar de que algunos connotados empresarios pretenden, con un diálogo ingenuo, débil, mediocre y hasta necio, dárselas de David frente al omnipresente Goliat.

Y ¿el Presidente de la República? Hay dos hechos lamentables que es bueno señalar clara y tajantemente. Primero, él prometió públicamente que no habría impuestos este año 1976. Pues bien, palabra empeñada, lo primero que hace es mandar a la Asamblea Legislativa un gravoso paquete tributario. Como conclusión, a las palabras del presidente Oduber se les debe escuchar con dos oídos; en uno de ellos, de lo que dijo, debe escuchar lo opuesto: si promete una cosa, va a resultar la cosa contraria y, en el otro de nuestros oídos, no creer en las palabras que dice el presidente Oduber.

Segundo hecho lamentable: ya el pueblo está cansado de que cuando la situación del país se pone fea ̶ impuestos, huelgas, lo que sea ̶ el Presidente de la República alista sus maletas y se va a regocijar en la helada Suecia, la nublada Inglaterra, la soleada España o la tropical Jamaica. Su especialidad de torero de alcurnia recibe el calificativo popular de zafar el lomo.

Ya nuestro pueblo está llegando al límite. La situación depresiva de nuestra economía se presenta sólo en los hogares y las empresas, en todo ese gran sector privado de consumidores y productores, en tanto que el Estado continúa en su despilfarro y desperdicio, haciendo obras que no sirven, como la carretera Curridabat-Tres Ríos que estuvo mal hecha, con un Consejo de Producción que no ha tenido ni siquiera el cuidado elemental de comprar productos sanos, con una colección de ministros que se pasan en una viajadera, empezando por el mismo Presidente, que, con el mínimo pretexto, no pestañea siquiera para iniciar sus giras. Con tantísimo asesor que tiene, él mismo se encarga desde “conseguir” platas para el país, hasta lograr “acuerdos” entre líneas aéreas.

Que el pueblo costarricense juzgue a carta cabal si de aquel hombre, del cual se dijo “tenerlo todo para gobernar”, no va quedando en nuestro país, sino el resabio de un cometa fugaz, que algún día se posó en la Casa Presidencial.