1975-12-06-ALGUIEN QUE EDUCA A SUS HIJOS

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ALGUIEN QUE EDUCA A SUS HIJOS


La República, 06 de diciembre de 1975.

Hay cosas que a uno le lastiman en su honra, esa honra propia del costarricense, esa honra de Omar Dengo, Alfredo y Luis Felipe González Flores, Cleto González Víquez, Fadrique Gutiérrez, Luis Dobles Segreda y tantos heredianos que han sido gloria para nuestra Patria.
El director de un liceo de Heredia, dijo: “Ojalá vengan muchos Vescos más; lo que pasa es que le tienen envidia, y todo lo ven por el lado político. Es más, estoy pensando… en la posibilidad de invitarlo a que visite nuestro liceo y solicitarle ayuda, y si me resuelve los problemas le hacemos un homenaje. Si pudiera colocar su foto en el salón de actos lo haría (La Nación, P. 8A del 4 de diciembre de 1975).

Estas palabras causan disgusto y desprecio; si las hubiera pronunciado alguien sin educación, ignorante, torpe y primitivo, podría pensarse en que surgen por impulso animal, más que racional. Pero no, esas palabras ofensivas a la dignidad y moral nacional, emanan de un supuesto mentor de la juventud costarricense.

No sólo este pretendido maestro nos da una lección negra de civismo, de entrega a lo material corrupto, sino que también se atreve a pretender colocar la foto del prófugo internacional Robert Vesco en la sala gloriosa de un liceo por donde han desfilado tantos honestos y trabajadores heredianos, quienes han contribuido a forjar nuestra Patria.
El director no duda, a cambio de hipotéticas mejoras físicas a las instalaciones del Liceo, prestarle honra servil al comprador de la nacionalidad costarricense.

Hoy reverbera mi sangre. Desciendo de familia de educadores quienes contribuyeron a que el costarricense aprendiera la virtud, no el vicio; cultivara el espíritu noble, no la bajeza corrupta de la venta de principios; que educaron a sus estudiantes en todo sentido de la palabra, para que fueran buenos ciudadanos, cívicos, respetuosos del derecho ajeno, sin dejarse hundir en la podredumbre y la inmoralidad.

Hoy, el director de un centro de enseñanza en Heredia, no vacila en ofrecer rendir homenaje a Vesco benefactor, a cambio de resolver los problemas del Colegio. Así, con el ejemplo educa a los hijos de Heredia, luz de la educación costarricense.
Esta filosofía del director del Liceo de Heredia enseña una “lección” evidente a sus alumnos: No importa transar con un señor que tiene cuentas pendientes con la justicia internacional, a cambio de que los estudiantes tengan una escuela física mejor. Esta lección del director de un Liceo de Heredia pasará a nuestra historia patria: vendan la conciencia -30 piezas de plata a cambio de Jesús.

No, Omar Dengo; no, Luis Felipe González Flores; no, Alfredo González Flores; no, Cleto González Víquez; no, Fadrique Gutiérrez, no, Luis Dobles Segreda. Ustedes sí son maestros.