1975-05-28-POR LA BOCA MUERE EL PEZ

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POR LA BOCA MUERE EL PEZ


La República, 28 de mayo de 1975.

El ex Presidente de la República, Sr. José Joaquín Trejos, señaló ante un grupo de empresarios que nuestros precios han subido en más de un 10% entre 1970 y 1974.
Sin embargo, el Profesor Trejos utilizó las cifras del llamado índice de precios al por mayor para sustentar su argumento. Claro, ante la ausencia deliberada de la publicación del índice de precios al por menor, no existía otra alternativa que utilizar una aproximación para analizar la magnitud del problema inflacionario del país.

Lo anterior sirvió de punto de partida para que el viceministro de Economía, Dr. Mario Carvajal, pretendiera refutar las declaraciones del Profesor Trejos Fernández, alegando “que los aumentos en los índices de precios al por mayor son superiores a los índices de precios al por menor”.

Aquí surge lo interesante de la cuestión. Todos recordamos cómo el mismo Dr. Carvajal, en medio de un coro de políticos y de burócratas estatales, entre otros, ha mencionado que el comerciante es el culpable de la inflación debido a la especulación que ejerce sobre los precios de los productos que vende. Pero, si fuera cierto lo que alega ahora el señor viceministro, resulta que los comerciantes han sufrido un aumento más elevado en los precios de los productos que compran que el aumento de los precios al venderlos, lo cual significa, entonces, que los comerciantes no han “especulado” y que, más bien, siguiendo la lógica de las aseveraciones del Dr. Carvajal, sus utilidades han ido declinando durante el proceso inflacionario.

¡Cayó en la trampa por sus propias palabras el señor viceministro! Ahora tendrá que explicarnos el dilema en que se encuentra: o justificar una inflación más baja que la que menciona el Profesor Trejos o mantener la terminología “populista” y demagógica de acusar de especulador al comerciante. Veo que está entre la espada y la pared, pues no puede mantener ambas posiciones.

Ya es hora de que las autoridades cesen de llamar especuladores a los comerciantes. Sabemos que cuando alguien reclama por el uso indiscriminado de este adjetivo, inmediatamente se menciona que “son algunos”, “no todos”, “hay muchos honestos”. Pero, ya sabemos que el término “especulador” ha sido utilizado por el Estado como cortina de humo para ocultar las verdaderas responsabilidades de los causantes de la inflación: el Estado mismo, con su política de aumento a mansalva de los impuestos indirectos que inciden sobre los precios de los productos, con el aumento excesivo del gasto público, que no parece tener fin, con una política monetaria incontrolada, cuyos efectos estamos sufriendo y la ausencia de estímulo a los entes productivos del país, que cada día se encuentran con más trabas, más frenos y mayor incertidumbre para poder producir. Por todo esto le conviene al Estado el que en la palabra “especulador” se encuentre al chivo expiatorio de sus propias ineficiencias e incapacidades.