1975-11-29-APRECIACIONES POLÍTICAS

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APRECIACIONES POLÍTICAS


La República, 29 de noviembre de 1975.

La posición de la fracción de Guillermo Villalobos Arce en la Asamblea Legislativa en las discusiones del presupuesto de este año, son una muestra más del evidente consorcio de intereses que une a esa fracción con el Partido Liberación Nacional.

El grave problema que tiene ante sí el grupo de Villalobos Arce es que el pueblo costarricense oposicionista ha visto cómo, en su gestión legislativa, se ha prestado al juego político del partido oficial. Hace unos cuantos días, en una televisora, el Lic. Villalobos Arce trató de sacudirse del estigma de asociación con Liberación, que el país le ha otorgado a él y a su grupo. Aclaró que ellos hacen una oposición correcta, al estar en contra de lo que apropiadamente deben oponerse, y a favor de aquello que esté de acuerdo con sus propios puntos de vista ideológicos. Claro, ésta es una salida en falso, porque ha resultado que el pueblo opositor no está de acuerdo con aquellas cuestiones en que don Guillermo cree que debe apoyarse al Partido Libración.

Ahora, ¿existe una explicación clara de la conducta de la fracción Villalobista en la Asamblea Legislativa? ¿Cómo puede uno explicarse que si el pueblo, que ellos creen que representan o los apoya, está dándose cuenta cabal cada vez más de que la oposición supuesta del grupo de Villalobos no es más que un teatro tragicómico y que en realidad se están repartiendo la administración como buenos socios de Liberación Nacional, entonces, por qué el señor Villalobos persiste en su actitud?

Una posible explicación es que el grupo Villalobista está integrado por personas políticamente no inteligentes, pero esta hipótesis no parece tener una validez histórica y cae por su propio peso. Otra posibilidad es que el grupo del Sr. Villalobos sea “oportunista” y prefiere hacer el juego político a Liberación a cambio de privilegios administrativos, tales como ubicar allegados en las directivas de instituciones autónomas, obtener partidas específicas para sus diputados, lograr el apoyo de Liberación para algunos de sus proyectos, o bien el acceso a las decisiones políticas del partido oficial.

Esta segunda explicación no deja de tener validez y parece que, para mala estrella política del no libremente electo próximo candidato a presidente de la República por el Partido Unificación, ésta es la explicación que el ciudadano costarricense da a la conducta del grupo Villalobista.

Un ejemplo concreto de este análisis es la demostración evidente de “juego con Liberación” que ha mostrado el grupo Villalobista en las discusiones del presupuesto. Sabemos que el presupuesto de la República es la sangre y vida del Estado. Sin dinero, el Estado no hace nada. Aquél le le da poder de acción al Estado en todas sus manifestaciones específicas.

Pues bien, la fracción Villalobista ha estado callada ante el exagerado presupuesto del Estado liberacionista: no le preocupa el desastre fiscal en que nos tiene el gobierno actual y ve con ojos benévolos el que en ciertas partidas exageradas del presupuesto, el Presidente de la República tenga el enorme privilegio de gastar, sin tener siquiera que presentar razón de sus gastos.

Y esto el pueblo lo ve con legítima sospecha; sospecha que confirma día tras día: el contubernio político de la fracción Villalobista con el Partido Liberación Nacional.