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Tema: Comentarios en "Radio Monumental"

  1. #31
    1984-07-30-QUICO QUIRÓS PINTOR DE COSTA RICA

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    QUICO QUIRÓS: PINTOR DE COSTA RICA


    Comentario en Radio Monumental, 30 de julio de 1984.

    En una ocasión escuche a don Guido Sáenz afirmar que don Quico Quirós era el pintor de Costa Rica, Creo que tiene razón mi antiguo profesor: tal vez esta calificación es la que mejor describe la obra de nuestro pintor nacional.

    Sin embargo, últimamente ha surgido en el firmamento artístico nacional una verdadera estrella de la pintura, quien, estoy seguro, se ha convertido en una amenaza al monopolio que tenía don Quico en la pintura costarricense. La pintura de la nueva prima donna no conoce límites. Ya sea que colorea una pequeña aldea de nuestra campiña o bien que pinta la zona más oscura de nuestra capital, sus pictóricos trabajos se hallan en todos los niveles de nuestra sociedad, desde los más bajos a los más altos, pero sin olvidar a los intermedios. Todo lo cubre, nada debe quedar sin pintarse, parece ser su infatigable lema artístico.

    Nuestro actual colorista tiene preferencia, en estos momentos, por el verde, pero ¿no es que, después de todo, el color verde el que más abunda en nuestro paisaje? Claro, nuestro pincelista utiliza diversos matices de verde. Más verde. Menos verde. Verde a medias. A veces con cierto aire colorado. Pero siempre un verde liberacionista.
    Nuestro emplastador, pintor de Costa Rica, quien retrata fielmente la elevada escena politiquera nacional, merece poseer el título que actualmente detenta don Quico Quirós como pintor de Costa Rica. Don Alberto Fait es el verdadero paisajista costarricense. Don Quico, ¡no estás sólo!

    La firma de Fait, su nombre, pulula en la nación. Uno la halla en cuanta pared abandonada que disponga de un campito para la rúbrica. Ésta también se encuentra en latas de basura, perreras, postes de luz, puentes prefabricados ̶ un toque de modernismo ̶ señales viales, carreteras, caminos, pavimentos, callecillas, trillos, veredas. ¡Qué magnitud de obra pictórica! Sin paralelo, sin parangón. Nunca tantos hicieron lo que logró hacer él sólo.

    Don Alberto Fait merece el título de pintor de Costa Rica, Es más, ya los señores de la Glidden, de Kativo, Vastalux, Protecto y otras pinturas están dispuestos a sacar un gracioso comercial en verde, mostrando la gran calidad ̶ lástima que las brochas sean tan gordas ̶ de la pintura Faitista.

    Si todo sale bien, debemos prepararnos para un grandioso acto gubernamental, en el cual los costarricenses tendremos la afortunada ocasión de decirle “Gracias, don Alberto”. Sí, gracias por pintar de verde este descolorido país. FAIT VOLUNTAS TUA, SICUT IN CAELO ET IN TERRA: Don Alberto hágase su voluntad aquí en la tierra como en el cielo.

  2. #32
    1984-08-06-POR SUS FRUTOS

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    POR SUS FRUTOS…


    Comentario en Radio Monumental, 06 de agosto de 1984.

    Varios hechos recientemente sucedidos en el Partido Liberación Nacional deben preocupar a cualquier ciudadano, medianamente interesado en que los asuntos de política pública sean llevados s cabo con un decoro elemental, lo cual incluye un tratamiento entre sus miembros que refleje actitudes básicas de respeto entre los participantes.
    Doña Niní Chinchilla de Mora es una distinguida dama, inteligente y culta, cuya pertenencia a cualquier partido político democrático debe ser causa de gran orgullo para dicha agrupación, La forma descortés e inusual en la cual se le llama a comparecer ante un denominado tribunal de ética del Partido Liberación Nacional no refleja más que la decadencia intelectual y moral que se respira en ciertas tiendas de uno de los partidos más prominentes de Costa Rica. Doña Niní merece el respeto y el aprecio de todos los costarricenses de bien ̶ de cualquier partido político ̶ y ante la forma en que se le trató en Liberación Nacional, no me queda más que, en mi nombre propio y creo que en el de muchísimos costarricenses, lamentar el inelegante trato brindado por cierta argolla de la mediocridad liberacionista, a tan distinguida señora.

    Caso parecido fue el de uno de esos diputados de Liberación Nacional, conservador y obstinado en mantener el status quo de nuestro anacrónico sistema financiero, quien en su oposición a reformar la Ley Orgánica del Banco Central y ante la comparecencia y opinión expresada por economistas distinguidos de su propio partido, se dejó decir, más o menos, que las opiniones de esos profesionales economistas de Liberación Nacional, eran favorables a las reforma de dicha Ley debido a los intereses que ellos mantenían en ciertos bancos y financieras privadas. Esto significó, según el diputado de marras, que la opinión de esos economistas no estaba basada en consideraciones de bien nacional, sino en las de su propio peculio e interés personal. Este maltrato entre partidarios de Liberación Nacional me disgusta, me molesta, pues creo que mis colegas merecen un mejor destino y una mejor opinión de sus propios copartidarios.

    Por otra parte, no voy a referirme extensamente al intercambio de amorosa participación partidaria cruzado entre el diputado Hollman Esquivel Garrote y don Ángel Edmundo Solano, pues este afecto cubrió toda nuestra nación, pudiendo los compatriotas aquilatar la gran gama de pareceres y opiniones que hay en Liberación y, en especial, la intolerancia, maledicencia e irrespeto con que se tratan. Más importante de destacar parece ser la opinión expresada en Radio Monumental por el presidente del Partido Liberación Nacional, don José Figueres, quien, ante el reciente manifiesto de los comerciantes, dijo que eran “pendejadas”. Como las pendejadas las hacen los…; bueno, ustedes saben quiénes… los dejo esta graciosa muestra del respeto que el señor Figueres otorga a los comerciantes.

  3. #33
    1984-08-13-EL CAMBIO A LA LEY DE LA MONEDA

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    EL CAMBIO A LA LEY DE LA MONEDA


    Comentario en Radio Monumental, 13 de agosto de 1984.

    Tal vez a algunas personas les llame la atención cuando les diga que estoy en contra de la llamada variación a la Ley Orgánica del Banco Central, que se discute en estos días en nuestra Asamblea Legislativa. Tal vez les sorprenda mi posición, pero debo aclarar que no tiene su origen en que me convirtiera a las posiciones del doctor Julio Jurado, de don José Luis Villanueva, de Ardón o de Ferreto o del no tan definido diputado Ricardo Rodríguez.

    Expondré mis argumentos y así explicaré mi posición, a fin de que sean debidamente sopesados por respetables personas y asociaciones, quienes a los cuatro vientos han urgido la aprobación de este conjunto de variaciones a la Ley Orgánica del Banco Central y a la Ley de la Moneda.

    Primero: no es cierto que la AID y otras entidades financieras hayan señalado que el desembolso de los préstamos que han ofrecido se hará siempre y cuando se hayan hecho las variaciones específicas que se han mencionado. Lo que únicamente requieren es que, en buena lógica, la aprobación del inciso 6 del artículo 62 de la Ley Orgánica del Banco Central, por la cual podrían prestarse estos recursos externos a los bancos comerciales a través del Banco Central, sean efectuados en la misma moneda en que fueron recibidos. En ningún instante la AID ni el Fondo Monetario nos ha dicho que se requiere la aprobación de las otras reformas a la Ley de la Moneda, para proceder a desembolsar sus préstamos.

    Segundo: dado lo anterior, si el cuerpo legislativo aprueba la variación a la Ley Orgánica del Banco Central sin reformar la Ley de la Moneda, conceptualmente deberán de entrar al país los ansiados recursos externos, cuya ausencia ha preocupado mucho a diversos sectores. Por lo tanto, no es un requisito la aprobación de cambios a la Ley de la Moneda para obtener esos recursos.

    Tercero: y he aquí lo grave. Si se aprueba la totalidad de las reformas monetarias se está afectando violenta y absurdamente el régimen de libre contratación en el país. Esto es, en la variación propuesta se prohíbe a los ciudadanos libres en este país contratar espontáneamente en monedas distintas al colón. Un afán chauvinista es lo que está detrás del deseo gubernamental de prohibir la contratación en dólares, con el consiguiente daño que esto va a causar a muchos costarricenses, en especial cuando vemos cómo la moneda nacional va perdiendo valor por las malas políticas monetarias, en tanto que nuestros haberes se van menguando paulatinamente, Esto no es aceptable en un régimen de libertad.

    Cuarto: mal hacen los diputados del Partido Unidad en aceptar el paquete de reformas enviado por el Poder Ejecutivo a la Asamblea legislativa. No deberían de ceder a la imposición social-estatista del Partido Liberación Nacional por la cual se elimina parte de la libertad de contratación que los costarricenses disfrutamos hoy. Era responsabilidad del gobierno asegurar la entrada de los préstamos externos. Se cedió mucho. Se cedió en principios fundamentales. Ojalá que en el futuro se pueda enmendar tan errónea transacción.

    Este mensaje va dirigido a mucha personas y entidades bien intencionadas, que espero mediten acerca del error de vender la libertad de contratación a cambio de una supuesta obligación de variar la Ley Orgánica del Banco Central, para que así nos entren los fondos de la AID. ¿Vale la pena vender tanto y tan mal por tan poco?

  4. #34
    1984-08-20-EL NUEVO GABINETE Y LA OPOSICIÓN

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    EL NUEVO GABINETE Y LA OPOSICIÓN


    Comentario en Radio Monumental, 20 de agosto de 1984.

    No puedo evitar hacer algún comentario acerca de la reciente reestructuración del gabinete del Presidente Monge, en especial a la luz de sus afirmaciones pronunciadas en el discurso del jueves pasado, en que lanza una no tan velada crítica a la oposición democrática de Costa Rica, a la cual fustiga aseverando que ataca a su gobierno constantemente y a veces con innecesaria virulencia.

    Quienes esperábamos definiciones en un gobierno hasta ese entonces caracterizado por imprecisiones y vaguedades en aspectos fundamentales para la buena marcha del país, tales como nuestra seguridad interna y externa, hemos visto frustradas nuestras aspiraciones. Lo que se ha visto con el “nuevo barajar” es que los de la derecha van para la izquierda y los de la izquierda, para la derecha y a los destituidos se les restituye en otra posición; todo dentro de la sagrada familia liberacionista. ¿Y las definiciones y las puestas de güebo?... Tengo la triste impresión, y ojalá esté profunda y totalmente equivocado, de que se proseguirá ese curso de meandros indolentes que han caracterizado las decisiones del Poder Ejecutivo.

    En todo caso, lo que sí me ha llamado la atención del discurso presidencial es que le atribuye mucho del grave problema político que ha enfrentado recientemente a actuaciones de la oposición. En realidad, me parece que la actitud opuesta ha sido la evidente. En muchas ocasiones los diputados de la oposición le han brindado los votos necesarios al Presidente Monge, para que se aprueben ciertos proyectos indispensables, supuestamente, para el bien del país. Más bien han sido los propios diputados de Liberación Nacional ̶ los muchos diputados que se necesitaban para gobernar ̶ quienes se han opuesto, férrea y obcecadamente, en unión de comunistas y rosados, a la aprobación de, por ejemplo, las reformas a la Ley de la Moneda.

    No creo que, por ejemplo, don Alfonso Carro se haya dirigido a las tiendas de la oposición política democrática a Liberación Nacional, para después, por medio del suplemente Enfoque del diario La Nación, señalar graves problemas políticos, morales, ideológicos y de acción gubernamental del gobierno liberacionista. La crítica vino de las entrañas del partido, de uno de sus ̶ entre pocos ̶ notorios pensadores, Y ahora se le premia, para proseguir con el agua chacha de quedar bien con todos, destituyéndolo del gabinete.

    Ni qué hablar de doña Niní, quien no sé si aún es liberacionista, después de haber denunciado tantas cosas y de haber sido rodada tanto tiempo. No creo que ella se haya cambiado a la oposición para denunciar tantos males que aquejan al partido y al gobierno del Presidente Monge. Tantos y tantos liberacionistas, preocupados por el rumbo que llevan las cosas, así se lo hicieron saber al Presidente Monge. Tal vez incluso con mayor virulencia a como lo ha hecho el partido de la oposición. Creo que el señor Monge, al fustigarla en su discurso, muestra lo que muchos opositores al gobierno hemos señalado en nuestro propio partido; que más bien cierta complacencia pasada puede ser mal pagada.

  5. #35
    1984-08-27-FIJARÁN PRECIOS EN LAS FERIAS

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    FIJARÁN PRECIOS EN LAS FERIAS


    Comentario en Radio Monumental, 27 de agosto de 1984.

    Según se informó en La Prensa Libre del martes 21 de agosto, brillantes autoridades del Ministerio de Trabajo, del de Agricultura, de algo llamado Procuraduría de Consumidor, de sindicatos, incluyendo de Upanacional, fijarán los precios de las verduras, legumbres, frutas y hortalizas en las ferias del agricultor, según la oferta y la demanda de los consumidores.

    Estoy deseoso de ver a tan eruditos funcionarios y burócratas determinar cuál es la oferta y cuál la demanda, para llegar a algo innecesario, como es la fijación de precios, pues esas mismas ofertas y demandas serán las encargadas de determinar el precio de equilibrio en el mercado. Me imagino que, entonces, surgirá el demagogo de turno, quien aseverará poseer el precio apropiado de un producto, gracias a la sabiduría que dice poseer y lo omnisapiente que cree ser, las cuales le capacitan para sustituir toda la información, deseos y capacidad de compra que tiene todo ese cúmulo de productores, consumidores e intermediarios.

    Posteriormente, algún otro superior de esos burócratas e intervencionistas compañeros de viaje, proclamará que se introducirá el orden en el caótico mercado y que ese “nuevo amanecer” se lo debemos a la puesta en práctica ̶ por enésima vez ̶ del programa de la vuelta a la tierra.

    Par evitar el cierre y el fracaso de las ferias del agricultor si se pone en marcha el programa anunciado de fijación de los precios de los productos agrícolas, habrá que esperar que la tontera no sea una enfermedad permanente, pues la estulticia cotidiana no es agradable a la persona inteligente, dado que, lo que pondrá en evidencia esa política anunciada, no es ni más ni menos que ver actuar a caracteres dando palos de ciego. Veamos un ejemplo del espectáculo en ciernes que nos bridarán estos personajes de la fauna social-estatista. Supongamos que tienen esa semana el gracioso deber de fijar el precio de los tomates, los que, digamos, son objeto de especulación (puede ser el de cualquier otra fruta, legumbre u hortaliza).

    Esos genios, lo primero que tendrán que determinar es cuánto tomate llegará al mercado y cuánto de él comprarán los consumidores. ¿Cree usted que lo lograrán saber?
    Bueno, nos dirán, eso no importa, en tanto fijemos un precio adecuado y justo. Pero, ¿de cuál tomate? ¿Será lo mismo fijar un precio igual a un tomate maduro que a uno pintón o hasta uno verdión, con más o menos golpes? ¿Será apropiado fijar el mismo precio a un tomate procedente de Paraíso que a otro que viene de San Carlos? ¿Deberá costar igual un tomate que procede de una parcela poco productiva, comprado con otro de una buena tierra? ¿Y en el caso que el empresario productor de tomate sea muy bueno en comparación con otro muy malo? ¡Tantas diferencias que podrían presentarse en tantas parcelas en las que se puede producir y todavía hay burócratas quienes creen que todas esas variantes las pueden tomar en cuenta a la hora de fijar un precio! Creo que ustedes y yo concordaremos en que, es tanto lo que tendrían que saber esos burócratas y que sí lo sabe el mercado, que, en realidad, saben muy poco y tampoco están en capacidad de lograr saberlo.

    Mi impresión es que, si pretenden no ser arbitrarios, los fijadores de precios deberán tomar en cuenta toda es casi infinita gama de calidades, costos, tiempos y demandas. Si aún así deciden hacerlo, esos señores terminarán cayendo en lo que crearon… una soberana salsa… de tomate y nada de fijación de precios ante la imposibilidad de lograrlo.

  6. #36
    1984-09-03-EL DISCURSO DEL PRESIDENTE Y LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

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    EL DISCURSO DEL PRESIDENTE Y LA ASAMBLEA LEGISLATIVA


    Comentario en Radio Monumental, 03 de setiembre de 1984.

    En la batahola y el burumbún del cambio de ministros, una de las víctimas ha sido la propuesta del Presidente Monge para que se introduzcan cambios radicales en nuestra Asamblea Legislativa. No comparto la totalidad de sus sugerencias, pero creo que es necesario que este tema asuma el lugar preponderante que le corresponde.

    Los problemas que actualmente aquejan a nuestra Asamblea Legislativa van mucho más allá del nivel de educación de los diputados, de si los ex presidentes deben o no ser legisladores vitalicios o de si el sistema de elección por dos listas separadas, las nacionales y las locales, nos garantizarán una “mejor” Asamblea.

    Creo que el asunto fundamental radica en que se han trastocado las funciones esenciales que una Asamblea Legislativa posee en una democracia. A nuestros actuales diputados no se les considera como tales y menos como “buenos”, si por su inspiración no se crea alguna ley que regule algo o a algunos. Se considera que la función esencial de la Asamblea es producir leyes a fuer de que, de no hacerlo, pase a ser considerada únicamente como un asilo para unos chupópteros del presupuesto nacional.

    El problema con esta concepción de cuál es la conducta óptima de una Asamblea Legislativa, es que provoca una especie de constructivismo social; esto es, la idea de que se debe legislar acerca de todo, incluso en cosas en las cuales las personas están deseosas de proseguir una conducta ancestral, probada claramente a través de los tiempos, la cual les ha permitido vivir exitosamente en paz, justicia y libertad. No puede pensarse en que los diputados deban considerar que la totalidad de la conducta humana ha de quedar sujeta a leyes de toda índole. Es decir, que los diputados sólo actúen regulando, cada vez que puedan, el orden espontáneo de la conducta humana. Esto es, haciéndolo mediante códigos escritos que, al fin de cuentas, es imposible que puedan cubrir la total diversidad, profundidad y privacidad de aquél accionar humano. Por ello, más que una indigestión de leyes, que terminan por reflejar las preferencias subjetivas de algún diputado en concreto, que nos mantienen al borde de una trombosis coronaria provocada por la saturación de regulaciones, lo que se necesita es dejar la mayor amplitud posible para el libre accionar de los individuos en sociedad, sin que se tenga que regular y controlar todo.

    Estoy seguro, en tanto no haya conciencia en nuestra nación de que la función principal de la Asamblea Legislativa es la de limitar el poder efectivo del Estado ante el individuo, que muy poco se logrará en términos de un orden social justo, pacifico y libre. Al tener el Estado el monopolio de la coerción y de la violencia, se constituye en la mayor amenaza a la persona y a su familia. Limitar ese poder es la función principal del cuerpo legislativo. Si de nuestros diputados no se espera que crean en este principio, tal vez lo mejor es que resulten ser bien burritos y no muy inteligentes, lo cual podría hacer que se minimice el daño que pueden ocasionarnos.

  7. #37
    1984-09-10-EL OMBLIGO QUE LOS UNE

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    EL OMBLIGO QUE LOS UNE


    Comentario en Radio Monumental, 10 de setiembre de 1984.

    Esta semana quiero referirme a dos hechos que, aparentemente, no tienen relación entre sí, pero, si se medita un poco, se podrá colegir que hay un ombligo que los une. Me refiero a la proliferación de huecos en las calles de San José y, por otra parte, a un manifiesto reciente de numerosos gremios profesionales acerca de los elevados impuestos sobre la renta que este año están obligados a cotizar. En ambos casos, el elemento común es la presencia de un Estado ineficiente e incapaz de satisfacer las necesidades básicas de una nación, lo cual se refleja en un sistema tributario obsoleto, que impide el progreso y el bienestar de las personas y las familias.

    Un amigo, quien tiene una elevada experiencia política, me aseguró que, una vez que la politiquería interna en Liberación se acabe, y que aparezca ungido el salvador de turno, uno y unificado por ese milagro usual de los social-estatistas, todas nuestras horadadas calles aparecerán totalmente remendadas. Tal vez, entonces, los ahora incómodos choferes le harán caso al ex presidente y actual jefe de acción de don Carlos Castillo, de que lo que somos, nos dijo, se lo debemos a Liberación Nacional, por lo cual debemos estar agradecidos. El relleno de tanta oquedad, parchada como pantalón de pordiosero, será para el ciudadano común y corriente el recordatorio nacional necesario, antes de que, según el profeta ex presidente, tengamos que participar en el holocausto a los dioses verdes, cuando ofrendemos nuestras conciencias y libertades a los omniscientes social-estatistas. Tantas ideas espernibles no pueden servir de relleno ni a sus mismas conciencias: no se puede engañar a todo el mundo, todo el tiempo.

    Quienes creyeron que el estado nos saldría gratuito, estaban equivocados: cada acto público (y privado) tiene un costo. De aquí que ̶ algún día habría de surgir ̶ ya muchas personas, incluso ligadas al propio Estado, como lo muestra el manifiesto reciente de esos grupos profesionales, se manifiestan preocupados por el alto precio de la acción estatal. Tienen razón de quejarse de los altos impuestos, pero como sabiondamente nos dijo el Ministro de Planificación, don Juan Manuel Villasuso, en su última novela rosa, el tamaño del Estado es el que los costarricenses queremos que sea. De aquí que, si queremos un Estado grande, tendremos que pagar por esa grandiosidad.

    Es necesario revisar nuestro sistema tributario, no para aumentar gravámenes, sino para reducirlos sustancialmente, de manera que el pobre pueda llegar a ser rico y que todos ̶ o casi todos ̶ los costarricenses contribuyamos a mantener al Estado en el tamaño que lo deseamos. Nuestras posibilidades de progreso, de pobres y ricos, se verían ampliadas si podemos participar directamente del fruto de nuestros esfuerzos y de nuestros trabajos. Si el Estado nos rompe esa relación estrecha y evidente, continuará explotando un bache oportunista de nuestra legislación tributaria, que queda sujeta, como es de esperar, a la voluntad de ciertos políticos de turno empeñados, la mayoría de las veces, en defender sus propios intereses y su engrandecimiento, en detrimento del bienestar de las personas y de sus familias.

  8. #38
    1984-09-10-EL OMBLIGO QUE LOS UNE

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    EL OMBLIGO QUE LOS UNE


    Comentario en Radio Monumental, 10 de setiembre de 1984.

    Esta semana quiero referirme a dos hechos que, aparentemente, no tienen relación entre sí, pero, si se medita un poco, se podrá colegir que hay un ombligo que los une. Me refiero a la proliferación de huecos en las calles de San José y, por otra parte, a un manifiesto reciente de numerosos gremios profesionales acerca de los elevados impuestos sobre la renta que este año están obligados a cotizar. En ambos casos, el elemento común es la presencia de un Estado ineficiente e incapaz de satisfacer las necesidades básicas de una nación, lo cual se refleja en un sistema tributario obsoleto, que impide el progreso y el bienestar de las personas y las familias.

    Un amigo, quien tiene una elevada experiencia política, me aseguró que, una vez que la politiquería interna en Liberación se acabe, y que aparezca ungido el salvador de turno, uno y unificado por ese milagro usual de los social-estatistas, todas nuestras horadadas calles aparecerán totalmente remendadas. Tal vez, entonces, los ahora incómodos choferes le harán caso al ex presidente y actual jefe de acción de don Carlos Castillo, de que lo que somos, nos dijo, se lo debemos a Liberación Nacional, por lo cual debemos estar agradecidos. El relleno de tanta oquedad, parchada como pantalón de pordiosero, será para el ciudadano común y corriente el recordatorio nacional necesario, antes de que, según el profeta ex presidente, tengamos que participar en el holocausto a los dioses verdes, cuando ofrendemos nuestras conciencias y libertades a los omniscientes social-estatistas. Tantas ideas espernibles no pueden servir de relleno ni a sus mismas conciencias: no se puede engañar a todo el mundo, todo el tiempo.

    Quienes creyeron que el estado nos saldría gratuito, estaban equivocados: cada acto público (y privado) tiene un costo. De aquí que ̶ algún día habría de surgir ̶ ya muchas personas, incluso ligadas al propio Estado, como lo muestra el manifiesto reciente de esos grupos profesionales, se manifiestan preocupados por el alto precio de la acción estatal. Tienen razón de quejarse de los altos impuestos, pero como sabiondamente nos dijo el Ministro de Planificación, don Juan Manuel Villasuso, en su última novela rosa, el tamaño del Estado es el que los costarricenses queremos que sea. De aquí que, si queremos un Estado grande, tendremos que pagar por esa grandiosidad.

    Es necesario revisar nuestro sistema tributario, no para aumentar gravámenes, sino para reducirlos sustancialmente, de manera que el pobre pueda llegar a ser rico y que todos ̶ o casi todos ̶ los costarricenses contribuyamos a mantener al Estado en el tamaño que lo deseamos. Nuestras posibilidades de progreso, de pobres y ricos, se verían ampliadas si podemos participar directamente del fruto de nuestros esfuerzos y de nuestros trabajos. Si el Estado nos rompe esa relación estrecha y evidente, continuará explotando un bache oportunista de nuestra legislación tributaria, que queda sujeta, como es de esperar, a la voluntad de ciertos políticos de turno empeñados, la mayoría de las veces, en defender sus propios intereses y su engrandecimiento, en detrimento del bienestar de las personas y de sus familias.

  9. #39
    1984-09-17-EL F.M.I., EL GOBIERNO Y EL GASTO PÚBLICO

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    EL F.M.I., EL GOBIERNO Y EL GASTO PÚBLICO


    Comentario en Radio Monumental, 17 de setiembre de 1984.

    Para estos próximos días se espera la llegada al país de una misión del Fondo Monetario Internacional, con la cual nuestras autoridades esperan llegar a un acuerdo que permita a la nación salir del actual descalabro económico.
    La visitadera a tiquicia de los emisarios de la principal institución financiera del mundo no es nueva: tan sólo en estos últimos años de crisis, los periplos han sido innumerables. Por ejemplo, para recordárselo a tantas memorias tan flacas, a fines de 1981 dichos personajes recomendaron una devaluación al gobierno pre-caraziano, pero, por supuesto, al liberacionista de entonces no le interesó poner la casa en orden, creyendo que el archi-enemigo surgido de su propio seno político debería de pagar un precio realizando él dicha devaluación. El anterior presidente no la hizo, por gusto, por más sugerencias que efectuaran misiones posteriores del F.M.I., y es sabido de todos que con posterioridad los hechos económicos se impusieron a los deseos políticos.
    Más me interesa, en contraste con el regocijo mal intencionado de ciertos políticos mediocres, que la nueva visita del Fondo no se traduzca en daños a las personas y familias producto de un mayor engrandecimiento del Estado.
    Una de las reglas de juego que el Fondo Monetario emplea en los programas de estabilización económica, es que el déficit del gasto gubernamental no exceda de cierto porcentaje del valor de la producción de todos los costarricenses en un período dado, Sin embargo, el monto del déficit debe quedar bien claro antes de proceder a cualquier acuerdo con el Fondo. En primer lugar, como el déficit es el exceso de gasto público por encima de los ingresos del gobierno, debe tenerse presente que, si hoy día el Ministerio de Hacienda envía para la aprobación de la Asamblea Legislativa un presupuesto que subestima los gastos, como parece desprenderse de análisis preliminares, significa que se aparente un déficit menor que el que realmente tendrá el país. Esto sería origen de problemas ulteriores en negociaciones con el Fondo, que posiblemente se traducirán en nuevos y adicionales impuestos para financiar un déficit aún mayor que el actualmente estimado.
    En segundo lugar, parece ser una regla de comportamiento que el gobierno, entre más recursos tiene, más gasta. Esto es, dado que al F.MI. no le interesa si el déficit se disminuye mediante una reducción del gasto o por un aumento en los impuestos, los políticos, por su naturaleza, tratarán, antes que reducir el gasto, de aumentar los impuestos. En este sentido, la flexible política del Fondo conduce a una creciente reducción de los incentivos para el bienestar y el crecimiento económico al provocar un engrandecimiento relativo del Estado, en caso de que el país siga el camino de mayores gravámenes.
    Estos dos elementos son cruciales en las actuales negociaciones con el Fondo, de manera que debe tenerse una estimación correcta y no subestimada del déficit gubernamental y, por otra parte, que no se sacrifique a los costarricenses con más impuestos. Es hora de que las palabras de los cuasi-arrepentidos social-estatistas en torno a la necesidad de restringir el aumento en el tamaño del Estado, se conviertan en hechos y no que pasen a ser otro blablá más propio de una campaña electoral: No más impuestos.

  10. #40
    1984-09-24-LA GUERRA DE LAS ENCUESTAS

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    LA GUERRA DE LAS ENCUESTAS


    Comentario en Radio Monumental, 24 de setiembre de 1984.

    En medio del fragor de la campaña interna de Liberación Nacional ha surgido la pretensión de que las encuestas que cada grupo ordena realizar, reflejan una tendencia de los votantes por esa facción en particular.
    Quien empezó con las encuestas fue el grupo arista, el cual contrató a la firma Consultora Interdisciplinaria de Desarrollo (CID), para que efectuara un sondeo de las preferencias del electorado liberacionista. En dicha encuesta aparece ganancioso el precandidato Arias, tal como era de esperarse.

    Por supuesto, don Carlos Manuel Castillo, ni lerdo ni perezoso, contrató su propia firma de encuestas para que realizara su sondeo. Así, la llamada Public Opinion Research Associates mostró, dicen, que el candidato Castillo era quien iba adelante. Debe recordarse que esa firma fue la que, en cierto momento de la campaña política anterior, mostró a un Gonzalo Facio con mayor apoyo popular que Luis Alberto Monge.

    Ante la espera ansiosa de mucho costarricense, deseoso de reírse un rato acerca de los sueños de opio de los políticos de turno, es hora de que don Alberto Fait nos salga con otra encuesta “científica”, que indique que va ganando. Así que no me queda más que plantearme la pregunta acerca de ¿cuál será el jueguito en que están envueltos los precandidatos de Liberación Nacional?

    Es evidente que cada uno de estos precandidatos pretende rodar a costarricenses ingenuos, a fin de que se apunten con la tendencia en donde, supuestamente y con base en la presunta cientificidad de las encuestas que se contrataron, aparece obteniendo el triunfo, reviviéndonos así aquella deleznable oración del “vote a ganar”, que, con el paso del tiempo, se trocó en un “vote a pagar”. Sin embargo, hay, creo, mucho más de fondo que lo expuesto acerca del empleo de estas encuestas.

    Pocos dudan que el candidato que posiblemente surja triunfante en Liberación Nacional lo será don Oscar Arias; sin embargo, creo que lo que está pasando con las recientes encuestas, refleja una mala pasada que a don Oscar le intentan jugar algunos sectores que se le oponen. En las próximas encuestas del CID ̶ la firma que el arismo contrató ̶ verán cómo las preferencias liberacionistas por don Oscar se van reduciendo y, si a esto se une la misteriosa encuesta de don Carlos Manuel Castillo, mostrará que, si el arismo va de picada, el castillismo va en ascenso.

    Don Oscar tiene que tener presente que la firma que él contrató es la misma que, machaconamente, nos ha venido diciendo que Daniel Oduber es el político más popular de Costa Rica y, como todos sabemos con quién anda el ex presidente, mejor será que don Oscar ponga sus barbas en remojo y no caiga en ese lecho tan bien tendido.

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