1984-11-05-VARIOS PAÍSES DOS CAMINOS

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VARIOS PAÍSES, DOS CAMINOS


Comentario en Radio Monumental, 05 de noviembre de 1984.

Bajo el liderazgo de Deng Tsiao Ping, la China Comunista ha iniciado una serie de experiencias con el sistema de mercado, con el objetico de lograr que esa retrasada nación pueda recibir los frutos del progreso y del desarrollo económico.

Las naciones socialistas han visto cómo sus economías de planificación central no producen los bienes y servicios con la eficiencia deseada, en tanto que, al mismo tiempo, su retraso tecnológico muestra, con ingrata incidencia, el relativamente mayor avance de las tecnologías aplicadas en los países occidentales. Así, por ejemplo, la Hungría de Kadar se caracteriza ahora, para salir del marasmo económico, porque más de un tercio de sus ciudadanos reciben parte de sus ingresos procedentes de actividades privadas.

El economista Thomas Backsai del Banco Nacional de Hungría se permite señalar claramente que “la racionalidad económica consiste en tomar decisiones con base en el insumo del mercado, y no en sus propias opiniones.”

No sólo Hungría ha introducido reformas a sus economía con base en el sistema de mercado, Aún la conservadora Alemania del Este ̶ probablemente debido a la sorprendente comparación entre el bienestar económico de sus ciudadanos y el evidentemente superior de los de Alemania Occidental ̶ también ha evolucionado su sistema de producción. El economista Wolgfgang Heinrich de la Academia de Ciencias de Alemania del Este, señalo concretamente el nuevo rumbo, al indicar que “lo que estamos buscando es una economía orientada por las utilidades, desde arriba hasta abajo”.

El experimento económico que China lleva a cabo contrasta de forma notoria con el fanatismo maoísta de centralización absoluta y totalitaria de las decisiones económicas. El pragmatismo de sus nuevos líderes los ha impulsado a realizar una apertura hacia la libre decisión individual en los mercados, con el fin de que sean ellos y nos los burócratas planificadores quienes determinen los bienes y que se han de producir, de acuerdo con la demanda del mercado.

En contraste, Etiopía se muere literalmente de hambre, no sólo a causa de una horrenda sequía y de una guerra imperialista y expansionista, sino también por el abandono de la economía de mercado y el abrazo de la planificación socialista centralizada. Esto último ha motivado que las personas pierdan el espíritu productivo y que, más bien, abandonen su esfuerzo y su trabajo.

No podía dejar de lado a nuestros vecinos del Norte, quienes no han sido tan tontos como para no mirar lo sucedido con la economía de la Cuba Castrista. Así, continúan insistiendo en lo que llaman un sistema mixto de producción; esto es, dejar que haya un sector de producción privado sujeto al mercado, aunque con prominencia de la actividad estatal. Sin embargo, las personas más hábiles y capaces han ido abandonando Nicaragua y es poco lo que pueden hacer quienes aún permanecen en esa nación.
Estoy seguro que, en tanto veremos progreso en países como China Roja y Hungría, los que se abren al mercado, también podremos contemplar el retroceso en naciones como Nicaragua y Etiopía, que lo han ido abandonando en favor de un ineficiente centralismo totalitario de la economía marxista.