1984-05-21-POR LA INDEFENSIÓN

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POR LA INDEFENSIÓN


Comentario en Radio Monumental, 21 de mayo de 1984.

Fue algo sorprendente ver una reciente foto publicada por el periódico La Nación, en la cual se mostraba los rostros complacidamente sonrientes de ciertos jerarcas del Partido Liberación Nacional, a la par de la faz, aún más alegre, del diputado piricuacófilo Sergio Erick Ardón. Esa fotografía, que muchos costarricenses guardamos con poco afecto, nos dice más, pero mucho más, que todas las palabras que piden pronunciarse en relación con la marcha por la entrega del país.

Dentro de mucha de la insania del estatuto de indefensión en que nos ha colocado este gobierno ante los comandantes sandinistas, está la falacia, arduamente propalada y difundida, tanto por ciertos elementos del Gobierno como por extremistas de izquierda, de que si un ciudadano está en contra del estatuto de neutralidad es porque desea provocar la guerra contra Nicaragua. Esta mentira, lanzada a los cuatro vientos por elementos de la Juventud Liberacionista, parece más bien haber surgido de las catacumbas ideológicas del Ministerio de Propaganda nazi, que de costarricenses, con la cual se pretende hacer ver al pueblo que la única opción que nos queda ante el armamentismo nica, es permanecer absurda e irreparablemente indefensos.

A los costarricenses no nos interesa meternos a pelear con los sandinistas. Deseamos seguir bregando en paz, pero no en la paz malentendida, la del cobarde que no sabe defender ideales ni cosas. Más bien, al contrario, según declaraciones recientes de Ortega Saavedra, se deduce de ellas que lo que a los sandinistas les conviene es una Costa Rica igual a Finlandia, en donde nuestra soberanía quede supeditada a la de Nicaragua. Y para lograrlo, ¡qué mejor forma que mantener a Costa Rica totalmente indefensa!

La vocación por la paz no es sinónimo de inclinación por la estupidez, aunque si bien ciertos sicarios de la internacional socialista lo único que buscan es, por medio de esas marchas, embaucar a costarricense bien intencionados, Sus miradas de zopilotes ensoberbecidos reflejan el alma vacua que ocasiona su entreguismo de la nación. No pasará mucho tiempo para que esos mismos directores de orquesta, cedentes del país, apelen a que coordinemos con aquellos que mancillan nuestra integridad territorial. Su vocación de rendición es prolija de argucias. Hoy es por la paz, mañana por el comunismo y, pasado mañana, por cualquier cosa. ¡Cuántos frutos no dan ciertos árboles!
El costarricense debe estar presto a no escuchar a los engatusadores cánticos de sirena, ni el de los piricuacófilos ni el de los tontos útiles, ni el de los lerdos de ideas. Que esos pretendidos sobornos intelectuales no oculten, con frases que pretenden aplacar al ser costarricense, la diáfana diferencia entre el amor a la paz y la libertad y la entrega de nuestros valores, haberes y familias, a los primitivos comandantes sandinistas. La quinta columna es hábil por naturaleza. Pero los ciudadanos debemos ser más astutos para reconocer su falsedad, logrando así evitar la mordida de la serpiente.