1984-12-03-UNA VERDADERA PROMOCIÓN TURÍSTICA

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UNA VERDADERA PROMOCIÓN TURÍSTICA


Comentario en Radio Monumental, 03 de diciembre de 1984.

En un reciente seminario acerca de los problemas del turismo, se hizo la propuesta, por parte tanto del Ministerio de Información como del Presidente Ejecutivo del Instituto de Turismo, de que era conveniente crear el Ministerio de Turismo y de la Información en lugar de las instituciones actuales, Evidentemente, de esta manera era, dijeron, factible contribuir a resolver muchos de los graves problemas que aquejan a esta importante actividad.

Como siempre he sido escéptico acerca de este tipo de soluciones, las que muchas veces para lo único que sirven es para promover intereses personales de figuración en la función pública, además de servir para que el Estado crezca aún más, me deleito ahora en señalar cosas sencillas que pueden estar incidiendo negativamente en la promoción turística hacia Costa Rica. Para contribuir en algo, al contrario de los burócratas de turno, quienes creen que con cambiarle de nombre a una institución se resuelve un problema, deseo narrar un hecho sencillo que me sucedió y que mejor lo lavo encasa, sin que trascienda ninguna frontera.

Hace más de seis meses fui anfitrión de un típico turista norteamericano, a quien traté de brindarle el mayor cariño con que los ticos solemos recibir al buen extranjero. El señor, con su cámara a cuestas, se deleitó realizando tomas de muchos de nuestros bellos paisajes, En el lente desfilaron volcanes, mares y playas, rostros de campesinos y hasta la fea San José. El gringo tomaba y tomaba más y más fotografías, pues serían un bello recuerdo, El error del turista estuvo en que, como gesto de aprecio a este anfitrión, decidió enviarme una copia de las fotos que tomó en Costa Rica. Les voy a contar que muy amablemente los funcionarios de la Dirección de Aduanas me cargaron con una lista de trece, sí, trece, impuestos, gravámenes, cargos y costos por las bellas fotos familiares que él amigo me envió.

En todo caso, será para el próximo viaje, si lo hay, cuando trataré de persuadirlo de que tome fotografías sólo para él y su familia y que su alegría y satisfacción por el buen trato del tico, serán para mí suficiente expresión de agradecimiento. Pero que, por favor, eso sí, no me mande copias de las fotos, a riesgo de tener que pagar esos trece impuestos, cargas y costos que existen en nuestro país. Mientras tanto, nuestros burócratas sueñan con su Ministerio de Turismo e Información para resolver los problemas del turismo costarricense.