1984-04-23-LEÍDO EN LA SEMANA SANTA

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LEÍDO EN LA SEMANA SANTA


Comentario en Radio Monumental, 23 de abril de 1984.

Aprovechando los días de la Semana Santa, me dediqué a leer un libro, el cual, primero que todo, me permito recomendar con entusiasmo a mis amigos radioyentes. Se trata de El Espíritu del Capitalismo Democrático del teólogo Michael Novak.

Tal vez no encuentren esa obra en nuestras librerías, pues ellas, la mayoría de las veces, prefieren distribuir aquellas de conocida filiación izquierdista. Pero, después de todo, ello es resultado de esa virtud del sistema de mercado a veces no entendida por los que más bien protege, cual es satisfacer los deseos de los consumidores, quienes posiblemente más bien quieran leer obras contrarias a ese libre mercado, que es el que les garantiza la provisión de sus lecturas.

El gran mérito de la obra del señor Michael Novak radica en que la descripción usual del capitalismo democrático es ampliada del campo de la economía al de la moral y la política. Específicamente, efectúa un análisis del sistema capitalista democrático fundamentado en la inquietud del teólogo.

El método anterior reviste una importancia crucial en el momento histórico en que vive nuestra nación, cuando más de un sacerdote, con sorprendente facilidad, conmina a un pueblo cristiano, y por ende creyente en la libertad, a que abrace sistemas socialistas que conducen al primitivismo pre-cristiano.

Pero mayor es aún la importancia de su análisis, cuando nuestra mente recuerda las expresiones de Juan Pablo II contrarias a la denominada Iglesia Popular de Nicaragua (y, en general, de toda América), que, bajo el pretexto de liberar al hombre de la opresión, más bien lo impulsa hacia la esclavitud socialista, dejando de lado valores básicos de la tradición judeo-cristiana.

En este libro los enfoques de la denominada teología de la liberación quedan muy malparados, por lo cual su lectura es esencial para el estudioso, creyente o no.


Tal como nos señala Novak, “… tratar de considera una sociedad de este mundo como ‘una sociedad cristiana’, es confundir una apreciada esperanza con una triste realidad, Aún los más devotos y serios cristianos no siempre actuarán como se supone que deben hacerlo los cristianos, bajo el imperio y el impulso de la gracia de Dios. Un sistema político basado en esas expectativas, forzosamente terminará en una catástrofe; un sistema económico basado en ellas, necesariamente confundirá ilusión con realidad”.

Una obra como esta debe ser leída por el mayor número posible de costarricenses, deseosos de ampliar su conocimiento y su educación. Su lenguaje sencillo, que no tata de los fríos temas del economista, nos muestra en toda su claridad las virtudes del capitalismo democrático. La lectura de este libro es un manjar para el cristiano, para el amigo del sistema de mercado y, en general, para todo quien se atreva a salir un poco de la mediocridad intelectual en que a veces se sumerge nuestro medio pensante.