1984-03-12-LAISSEZ FAIRE LAISSEZ PASSER

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LAISSEZ FAIRE, LAISSEZ PASSER


Comentario en Radio Monumental, 12 de marzo de 1984.

Hace un par de años cayó en mis manos un pasaporte de un funcionario de las Naciones Unidas. Lo que me interesó fue que en la carátula del documento se leían una parte de las palabras cabalísticas del los iniciados liberales: LAISSEZ PASSER.

De inmediato le pregunté a ese funcionario ¿por qué sólo ponían LAISSEZ PASSER?; esto es, “dejadnos pasar” y eliminaban el resto de la expresión clásica; o sea, LAISSEZ FAIRE, que quería decir “dejadnos hacer”. Él no supo dar respuesta a mi crítica, no tan velada, al reconocido estatismo que actualmente caracteriza a las Naciones Unidas.

Traigo esta pequeña historia a colación porque, recientemente, algunas personas han caracterizado al liberalismo por el lema LAISSEZ FAIRE, LAISSEZ PASSER, pero lo traducen por DEJAR HACER, DEJAR PASAR. Lo que esas personas no hacen, en primer lugar, es traducir bien, pues debía ser DEJADNOS HACER, DEJADNOS PASAR. En segundo lugar, ese acomodo de palabras sirve para sustentar un prejuicio ideológico, más que un sano análisis del origen de la expresión.

En cierto momento de la historia, el hombre común y corriente se vio impedido por el estado feudal de movilizarse para comerciar; esto es, no podía realizar algo tan simple y útil al ser humano como el intercambio de bienes y servicios, ni tampoco trabajar en lo que él deseaba. Ante tal imposibilidad, el deseo de libertad para realizarlo se plasmó en la expresión: LAISSEZ FAIRE, LASSEZ PASSER.
De igual forma, existía en esa época pre-industrial la costumbre impuesta por los gobernantes de que los hijos sólo podían practicar el mismo oficio de los padres (una especie de herencia), pero ello servía para que se le impidiera a otras personas no elegidas que pudieran hacer tales esas mismas tareas. Esto es, se generó una enorme argolla o gremio (se llamaban guildas), que servía para proteger un privilegio laboral. Los que deseaban romper ese odioso monopolio, lo expresaron con la frase LAISSEZ FAIRE, LAISSEZ PASSER.

Sin embargo, esa expresión no gustó a los socialistas, a los paternalistas, a los dirigistas, a los social-estatistas y, por supuesto, menos a los señores feudales. Por eso fue que después corrompieron expresión terminó siendo corrompida. Así lo hacen al traducir mal, pues tergiversan, alteran su sentido, al decir: DEJAR HACER, DEJAR PASAR, que “suena mal”, en vez de DEJADNOS HACER, DEJADNOS PASAR, que sí suena bien. Pero, por más que quieran alterar las palabras no podrán cambiar ese deseo innato del hombre, cual es el de ser libre.