1985-02-18-VER PARA CREER; DOS VECES

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VER PARA CREER; DOS VECES


Comentario en Radio Monumental, 18 de febrero de 1985.

Sin duda alguna, este mundo está lleno de sorpresas, unas agradables, otras no, pero la semana que acaba de pasar me ha brindado tanto la oportunidad de regocijarme muy en mis adentros, así como, por el contrario, provocar mi indignación al resentir mi fibra patriótica.

La noticia grata fue la aceptación pública por parte de las autoridades que nos gobiernan del fracaso que ha sido el estado-empresario en nuestro país, personificado en esa aventura conocida como CODESA.

Les recuerdo a tantos social-estatistas, con memoria más flacas que perrillos de turno, que CODESA es el producto ideológico más refinado del engendro liberacionista, en lo que se refiere al papel del Estado en la economía. Surgió como el epítome del pensamiento intervencionista que caracterizó y aún caracteriza al Partido Liberación Nacional.
Se creyó que con la creación de CODESA habría de asegurarse fortuna a raudales a todos los costarricenses (no sólo para algunos de los que comerciaron con ella) y que sería el ejemplo más claro de lo que un Estado podía lograr cuando la empresa privada no pudiera o no quisiera hacerlo. Estas, entre muchas otras razones, fueron el leit motiv para que Liberación nos legara una gravosa herencia de pérdidas y fracasos, que hoy asustan hasta aquellos mismos quienes nos las generaron. Frankestein aterrorizó a sus creadores.

Quienes quisimos privatizar las empresas de CODESA hará unos seis años atrás (y con menos pérdidas que ahora), al igual que como en estos momentos buscan hacerlo, supuestamente, los actuales gobernantes liberacionistas, nos vimos impedidos de hacerlo por la tristemente célebre Ley Prieto, en honor del conspicuo diputado del social-estatismo liberacionista, quien contó con el notorio apoyo de su partido para lograr la aprobación de una ley prohibiendo efectuar las ventas de las empresas de CODESA. Cosas veredes, amigo Sancho, pues es Liberación el que ahora nos habla de la necesidad de vender los elefantes blancos Codesianos.

Por otra parte, la noticia ingrata la constituye la nueva expresión de ingratitud y mal agradecimiento que nos brinda a los costarricenses el social-demócrata venezolano Carlos Andrés Pérez, al criticar la posición nacional ante el caso del asilado Urbina Lara y la perspectiva nacional en torno al Grupo de Contadora. Carlos Andrés Pérez, quien en su momento se benefició del asilo costarricense, ahora se lo niega, implícitamente, a otro ser humano quien anda en busca de la protección nacional. ¡Qué diferencia habría sido si el dictador Pérez Jiménez, de quien huyó Carlos Andrés, fuera el que se opuso al asilo de una persona en Costa Rica, tal como ahora lo hacen los dictadores de Nicaragua! El noveno círculo del infierno de Dante está reservado a los traidores, especialmente aquellos quienes muerden la mano de quien otrora le dio de comer… y le brindó asilo.

La actitud del hoy Vicepresidente de la Internacional Socialista, aquella amiga “fiel y sincera” de los sandinistas y de Liberación Nacional, debe ser evaluada por los costarricenses tal y como lo que es: una muestra más de lo bajo que puede caer un presunto demócrata. Cosas veredes, amigo Sancho…