1992-12-10-UN FRENO AL PRIVILEGIO DEL CAT
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UN FRENO AL PRIVILEGIO DEL CAT
La Nación, 10 de diciembre de 1992.
Los CATS, esos subsidios a la exportación de productos no tradicionales dirigida a terceros mercados, fueron creados hace muchos años por las autoridades públicas, engañadas por la ilusión de que un subsidio en una economía exageradamente protegida como la costarricense, podría revertir todas las fuerzas que conspiraban contra la posibilidad de exportar. La verdad es que siempre los aranceles proteccionistas y medidas similares han constituido el verdadero freno a nuestra exportación.
En la administración Monge, enrumbando al país a un nuevo modelo económico, se cayó en lo contrario: el CAT (Certificado de Abono Tributario) serviría ahora para compensar distorsiones internas, en tanto se eliminaba gradualmente el proteccionismo. Así fue como, en conjunto con la necesaria exoneración de impuestos a la importación de materia prima para ser usada en la exportación, se mantuvo el subsidio del CAT como si la disminución de aranceles no exigiera la reversión de nuestro proceso productivo de adentro hacia afuera. De esta manera, el CAT se convirtió en una renta, que ahora es defendida por quienes han usufructuado de él ̶ hasta que no expiren los contratos de exportación suscritos hace muchos años y negociados en parte, y en buena hora, por la administración actual.
La decisión no afecta a quienes actualmente tienen “el derecho” al CAT. Sólo lo hará con quienes pensaban pedirlo al fisco, de manera que la renta, el privilegio de los existentes, será capitalizado ̶ eso es lo triste ̶ en el valor de sus empresas. En este sentido, el suelo está parejo como para pelear por lo que a todas luces se venía convirtiendo en una gollería: si las exportaciones caen, eso se reflejará, como debe serlo, en el tipo de cambio.
En buena hora llega la decisión de la Sala IV. Ahora le toca el turno al gobierno de llevar acabo aquellas medidas de ajuste en el sector público que permitirían a nuestro exportador competir eficientemente en el mercado internacional. Espero ver, aunado al esfuerzo del gobierno frente a las huestes conservadoras, a empresarios, quienes hoy reclaman porque se les afecta en su subsidio, luchar por que se elimine una banca onerosa, monopolios estatales que cuestan mucho, prácticas de gremios que impiden la competencia, reforma a impuestos para que no distorsionen los precios relativos, en suma, quitar trabas que nos permitirán sobrevivir como nación en el contexto de las nuevas reglas de juego.
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