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ESPERADAMENTE INESPERADO


La Nación, 05 de octubre de 1993.

El acuerdo firmado el 12 de setiembre entre el Gobierno de Israel y la Organización para la Liberalización Palestina (OLP) llena de enorme satisfacción a las personas que siempre esperaron que algún día llegara la paz al Oriente Medio, aunque el hecho de que esa negociación fuera en estos días sorprendió a casi todo el mundo. Ojala que este primer paso seguro, en medio de la cautela que exige la historia, sea el impulso hacia una verdadera marcha por la pacificación de la región aunque ya pronto surgirá el profeta del negativismo, quien nos dirá que estas son señales del fin del mundo, profesión que abunda a fines de cada siglo y que por suerte hasta el momento se ha visto frustrada en sus predicciones.

En una conversación reciente con un funcionario de un organismo multinacional en torno al incierto futuro de nuestro PAE III, gracias a la tozudez mostrada por oportunistas así como por ideólogos, quienes ciertamente desean enterrar al progreso en libertad y sustituirlo por el dirigismo social-estatista, me señaló que, en adición a la enorme demanda de recursos financieros en los mercados internacionales hacia las economías ex socialistas, si bien moderada por la lenta creación de las instituciones adecuadas, una solución al problema palestino-israelí probablemente implicará una demanda adicional de fondos, pues sí disponen de la estructura institucional adecuada para la inversión y una gran voluntad política internacional en su favor, por lo que 1994 sería muy exiguo en cuanto a la disponibilidad de fondos para aquellos otros países que usualmente los requieren.

Es aquí donde uno se pone a pensar ¿cómo irán a sustituir los opositores a la aprobación del PAE los $350 millones que están contenidos en dicho préstamo? Hasta el momento lo que han aseverado es que habrá fondos para proyectos específicos ̶ pero aún no nos mencionan de adónde ̶ dando por un hecho que los organismos multilaterales de crédito no les van a poner condiciones semejantes a las que ahora rechazan, pero, al mismo tiempo creen a pie juntillas que esos recursos estarán allí, esperándolos como a la paz en Oriente Medio, nada más para cuando a bien tengan usarlos. Probablemente sólo tendrán acceso a los sobrantes de las economías ex socialistas (¿creen ustedes que sobrará algo?), o a los que queden después de la ayuda masiva para el Oriente Medio. (De entrada, tan solo la Comunidad Económica Europea les ofreció un apoyo multimillonario.)

Es importante que algunos de los señores oponentes al PAEIII (por qué hay otros que, por el silencio, se oponen ahora con la ilusión de resucitarlo, como Lázaro, después de febrero, cuando ya nada quede por hacer) nos digan cómo reemplazarán esos recursos de ayuda multilateral o que por lo menos nos cuenten qué les dijeron durante su visita a Washington, cuando fueron allá a hablar del PAE III.