1990-01-24-REFORMAS A LA ECONOMÍA SOVIÉTICA

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REFORMAS A LA ECONOMÍA SOVIÉTICA



La Nación, 24 de enero de 1990.

Hace poco releí uno de mis primeros artículos titulado “Nuevas Tendencias Económicas en la U.R.S.S.”, que publiqué en 1966 en la revista El Zorro de la Escuela de Economía de la Universidad de Nuevo León, México. Ahí me referí a las propuestas liberizadoras que formulara el economista Yevsei Liberman, en un famoso ensayo de entonces bajo el nombre “El plan, las utilidades y las naciones socialistas y no-socialistas”.

En mi comentario cité al experto en asuntos soviéticos de la Universidad de Harvard, Abram Bergson, quien decía que “La erosión de la economía puede conducir a la erosión de otros dogmas comunistas. Por esa vía se puede extender el pragmatismo a la práctica, y de ahí, a la política internacional”. Agregaba de mi cosecha que “esto último está más sujeto a la refutación o no de los años”. Y la comprobación pasa por nuestros ojos.

El grave problema de las economías socialistas radica en su pobre crecimiento y en la incapacidad de satisfacer las demandas de sus ciudadanos. Una de las alternativas que tiene para solucionarlo es su apertura al comercio internacional, basadas en sus ventajas comparativas. Sin embargo, la ausencia del sistema de precios, como guía en la asignación de recursos, les impide practicar en él con eficiencia.

El profesor Bela Balassa, de Johns Hopkins y del Banco Mundial, en su reciente ensayo “Reflections on Perestroyka and the Foreign Economic Ties of the USSR”, señala que la “La descentralización de la toma de decisiones en el comercio internacional deberá ser acompañada por la descentralización en la economía doméstica, para ser complementada por la introducción del motivo de las ganancias y de la competencia. En efecto, precios racionales, descentralización, maximización de utilidades, incentivos a los administradores y la competencia, son interdependientes y tendrán que ser proseguidos simultáneamente para que se dé una eficiente asignación de recursos”.(World Bank, Staff Working Paper 149, enero 1989, p.19).

Lo anterior manifiesta con claridad algunos de los rasgos institucionales de una economía del mercado, que están ausentes en los actuales órdenes socialistas. En esencia, la falta de crecimiento de una sociedad radica en que no existen los incentivos requeridos para una actividad económica. Lamentablemente, entre las condiciones esenciales citadas hay ausencia de una sumamente importante, la cual gravita como una sombra tras las sugerencias de Balassa: la necesidad de disponer de propiedad privada, en un sistema en que los derechos de propiedad estén claramente definidos, que sean aplicables y que garanticen aquellos que estimulen la eficiencia en la economía.