1993-10-11-INFLACIÓN E ÍNDICE DE PRECIOS

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INFLACIÓN E ÍNDICE DE PRECIOS


La Nación, 11 de octubre de 1993. Reproducido en Jorge Corrales Quesada, “Al Bienestar por el Liberalismo”, 1994, p. p. 33-34.

Ha habido cuestionamientos, sobre todo en medios televisados, acerca de si el actual índice de precios al consumidor mide bien la inflación. En esos medios ha faltado un análisis correcto acerca de qué es dicho índice, qué es la inflación y qué hacen quienes miden dicho índice. Casi dan por descontado que no sirve para estimar la inflación e inducen a pensar que debe haber alguna manipulación gubernamental de las cifras logradas.

Para aclarar algo las cosas, señalo tres criticas hechas al índice de precios como indicador de la inflación: que es manipulado por el gobierno; que es obsoleto pues no incorpora ciertos bienes que han subido “mucho” y que está sesgado, pues incluye bienes que han tenido bajas inusuales y por tanto la inflación que expresa es menor a la “verdadera”.
La presunta manipulación gubernamental de las cifras puede ser aclarada si se pregunta en la Dirección de Estadísticas y Censo (a su directora, doña Virginia de Rodríguez, acerca de cuya filiación política y honestidad intelectual y técnica no hay dudas) si en la actual administración ha recibido órdenes de alterar los precios para que reflejen un incremento menor al real.
En cuanto a lo segundo, una amiga se quejó del índice de precios como indicador de la inflación porque no incluía los gastos en educación privada, que han aumentado mucho. El punto es que, el hacerse la canasta que sirve para estimar los precios (en 1975) tal erogación no era importante en el gasto familiar, lo cual ahora si podría serlo. Así como ciertos bienes con el paso del tiempo pasan a ser importantes en el gasto, otros dejan de serlo o varían en importancia, por lo que es crucial definir una nueva canasta de bienes para seguir el comportamiento de la inflación, lo cual se hará el año entrante, según se me ha informado. Debe recordarse que deducir cierta tasa de inflación a partir de una canasta es una técnica de extrapolación y en ningún lugar del mundo se le mide contabilizando los precios de todos los bienes. Si hay quejas por no incluir el precio de una cada vez más cara educación privada, alguien podría alegar que por qué no se incorpora en aquella un cada vez más barato servicio de computación.
Finalmente, quienes dicen que el índice está sesgado hacia abajo porque incluye, por ejemplo, a los cigarrillos que bajaron “mucho” hace unos meses, hacen caso omiso que en el pasado también subieron “mucho”; asimismo, que son –aunque no nos guste – importantes en el gasto de las personas y también que esa baja se dio de una sola vez por todas y que no ha sido continua. En síntesis, a ciertos economistas y a ciertos medios les ha fallado ser un poco más rigurosos en la forma en que se deben tratar estos asuntos y así contribuir a la educación de la ciudadanía.