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Tema: Artículos publicados en Diario La Nación 1980-1989

  1. #61
    1984-07-07-LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD REVISITADAS

    LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD REVISITADAS

    La Nación, 07 de julio de 1984 y como comentario en Radio Monumental, 09 de julio de 1984.

    Hace casi 10 años escribí un artículo en la página 15 de La Nación al cual bauticé con el nombre de “Libertad y Responsabilidad”. Lo empecé con una cita de George Bernard Shaw, de su libro Hombre y Superhombre: Máximas para los Revolucionarios, la cual dice así: “La libertad significa responsabilidad, por eso la mayoría de los humanos la temen.”
    Hechos recientes que giran en torno a las declaraciones de cierto ministro, por dicha transitorio como todo en la vida, le dan nuevos bríos a los conceptos esenciales de la libertad del hombre y la responsabilidad que esta conlleva.

    Creo que es muy importante recordar a ciertos funcionarios la esencia del concepto de libertad: aquel estado o “condición de los hombres en cuya virtud la coacción que algunos ejercen sobre los demás, queda reducida, en el ámbito social, al mínimo”. En resumen, “independencia frente a la voluntad arbitraria de un tercero”.
    La libertad es una, universal, aunque muchas veces le agregamos calificativos como libertad de expresión o de prensa o de movimiento; pero, en general, entendemos libertad únicamente con referencia a la ausencia de coacción. El Estado tiene el monopolio de ésta, precisamente porque la amenaza de su coacción es lo que evita que se ejerza la de un individuo sobre otro. Simultáneamente queremos que la coacción que puede ejercer el poder público sea la mínima posible y que quede sujeta a normas generales aceptadas y conocidas, a fin de proteger al individuo de la coacción del Estado.

    ¡Basta de disquisiciones filosóficas! En general, los costarricenses sentimos que, dentro de nuestra libertad, podemos movilizarnos en nuestro territorio sin que ninguna autoridad, representante del ejercicio de la coacción estatal, nos lo impida. Por supuesto, esto en tanto entendamos que no estamos poniendo en peligro la libertad de otros o la existencia del Estado, entre otras cosas. Si así fuere, se supone que hay normas que el Estado debe proseguir para impedir, en este caso de referencia, el movimiento de las personas por el territorio nacional. (Esto sería una suspensión de garantías constitucionales o algo por el estilo).

    En Costa Rica las garantías constitucionales no están suspendidas. Tenemos libertad para movilizarnos dentro de nuestro territorio, de aquí que la reciente acción contra un avión nacional efectuada por autoridades estatales, no es ni puede ser justificada por ese mismo Estado. Es inmoral presuponer que la libertad de un ciudadano es mayor que o menor que la de otro ciudadano. No se trata ̶ ¡oh demagogia! ̶ de escoger entre la libertad de un aviador y la de un humilde policía, si no de la libertad del ciudadano ante la coacción indebida ejercitada por el Estado.

    Tal vez a ese funcionario no le quedó otra alternativa que tratar de deshacerse de la responsabilidad de actos como los sucedidos, que hieren en su fundamento a la vida en libertad de los costarricenses. Esto es explicable: si el concepto de libertad no es entendido, ¿cómo va a entender el de ser responsable de los actos ejercidos libremente?
    Creo que a ciertas personas les hace falta una bequita en nuestras universidades, donde tal vez don Fernando Volio o don Fernando Guier les expliquen un poco de lo que es libertad y responsabilidad.

  2. #62
    1984-07-16-LA COLONIZACIÓN DE COSTA RICA

    LA COLONIZACIÓN DE COSTA RICA


    La Nación, 16 de julio de 1984. Reproducido en Jorge Corrales Quesada, “Al Bienestar por el Liberalismo”, 1994, p. p. 58-59.

    No se trata de un tema que con mayor aptitud vería mi antiguo profesor de historia de las instituciones de Costa Rica, don Carlos Meléndez. Se trata de que, aparentemente, los costarricenses nos veremos obligados a realizar todas nuestras transacciones en la moneda nacional.
    Si nos despojamos de vestiduras patrioteras, podemos preguntarnos: ¿es conveniente que los costarricenses tengan que realizar todo tipo de actos que involucren intercambio de dinero únicamente por medio de los colones?

    Evidentemente, si nuestra orgullosa moneda nacional tuviera un valor estable a lo largo del tiempo, todos estaríamos seguros de que ese almacenamiento de valor que la moneda posee, se mantendría con el paso del tiempo. Como todos lo sabemos, sin embargo, si hay inflación ese valor que tiene el colón se va perdiendo. Un colón de hoy posiblemente compre menos dentro de un año.

    Ahora bien, existen numerosas transacciones en que la “plata” no entra en un mismo instante. Por ejemplo, si usted es un profesional y negocia con su cliente que éste le pague cierto monto al final del trabajo, no recibirá ingresos en esta fecha, sino hasta en algún momento en el futuro. Otro ejemplo: si usted ahorra hoy para tener una pensión en el futuro, paga en colones de esta fecha, pero recibe colones devaluados muchos años después. Si nos ponemos a pensar, en realidad existen numerosísimas transacciones que poseen este carácter.

    Cuando la inflación se presenta –especialmente en el grado en que la vivimos– las personas tratarán de protegerse de este flagelo, traduciendo sus haberes, los frutos de sus esfuerzos, en una moneda que le conserve su valor. Esto explica por qué tanto costarricense se deshace de sus colones para obtener dólares. Esto es, ante el temor de que el colón pierda su valor, tratará de buscar amparo en una moneda que no se deteriore o que no lo haga en un grado semejante.

    Creo que todos los costarricenses estamos de acuerdo en que no es justo imponer una pérdida a las personas que confían en nuestro colón, así como que no debemos juzgarlos si ellos desean protegerse de un mal (deshacerse del colón que pierde valor ante otra moneda). Lo que creo lógico es ver cómo se logra estabilidad en el valor de nuestra moneda, pero estabilidad de veras, no la ficción actual.

    Nuestros sesudos diputados lo que quieren es que los costarricenses suframos en carne propia el empobrecimiento que nos acarrea una devaluación del colón. Nos quieren obligar a que no podamos protegernos ante la devaluación. Esto lo logran con la colonización: que todas las transacciones tengan que efectuarse en colones es una pieza vital de las reformas a la ley de moneda y leyes similares que ahora se discuten en la Asamblea Legislativa. Debemos darles las gracias a esos señores diputados por obligarnos a empobrecernos.

  3. #63
    1984-07-22-UNA LECCIÓN DE LA HISTORIA

    UNA LECCIÓN DE LA HISTORIA

    La Nación, 22 de julio de 1984. Reproducido en Jorge Corrales Quesada, “Al Bienestar por el Liberalismo”, 1994, p. p. 151-152.

    Ahora, cuando de nuevo se levanta en el país un debate acerca de virtudes supuestas del control de precios, cuando gremios sindicales alzan como una de sus banderas ̶ ésta injustificada; otras de gran valía ̶ la congelación de los precios de la canasta básica, cuando gremios lambiscones, o tal vez atemorizados, dan públicas las gracias a los burócratas por un aumento irrisorio en el precio del producto controlado, es necesario que la inteligencia y la lógica primen ante la superstición y la ignorancia.

    Como el mito de la virtud de la fijación de precios tiene más de cuatro mil años de edad, tal vez describir un ejemplo sencillo de tan prolija historia de errores, contribuya a que los que se consideran pensadores, ponderen la estulticia de esa política de control de precios.

    A finales del siglo XVI, Amberes, la ciudad más grande de Bélgica, sufrió el ataque de las fuerzas de la España católica, dirigidas por Alejandro Farnesio, Duque de Parma. En un principio la acción bélica de Alejandro Farnesio no pudo lograr la caída de la ciudad, a pesar de que se le tenía totalmente rodeada, con la excepción del río Scheldt, que llega a ella.

    Era evidente que el sitio de la ciudad provocó la escasez de alimentos, con el consiguiente efecto de aumentar los precios. En tanto estos se dieron, los mercaderes siempre trajeron viandas a la ciudad por medio del río, aunque fuera en medio del ataque de las tropas del Duque de Parma.

    Sin embargo, en cierto momento los “padres de la ciudad de Amberes”, preocupados por los elevados precios, decidieron pasar una ley que fijaba los precios de cada uno de los alimentos. Y aquí vino lo esperado. Tal como dice el historiador John Fiske en su libro El Mundo No Visto y Otros Ensayos, “las consecuencias de esta política fueron dobles… Pasó mucho tiempo antes de que el Duque de Parma, quien tenía sitiada a la ciudad, tuviera éxito en bloquear al río Scheldt, de manera tal que se impidiera la entrada de barcos cargados con comida. El maíz y las carnes preservadas podrían haber entrado rápidamente a la ciudad sitiada, en miles de toneladas. Sin embargo, ningún mercader se habría arriesgado a que su barco fuera hundido por las baterías del Duque, para encontrar un mercado no mejor que otros a los que podrían acudir sin ningún riesgo… Si las provisiones en Amberes hubieran tenido un precio más alto, hubieran sido llevadas mucho más allá. Fue así como la ciudad, por su propia estupidez, se bloqueó a sí misma con más efectividad que lo podía haber hecho el Duque de Parma… En segundo lugar, los precios reducidos por ley no provocaron ninguna moderación de parte de los ciudadanos. Nadie sintió que fuera necesario economizar. De manera quela ciudad vivió alegremente hasta que se acabaron las provisiones.”

    Creo que es poco lo que se puede agregar a lo descrito por el historiador Fiske: lástima que en nuestro medio existan tantos funcionarios, de Ministros para abajo, así como grupos organizados quienes no estudian la historia de cuatro mil años de experiencia con los controles de precios. Si se educaran un poquito, tal vez no dirían ni harían tantas sonseras, que en última instancia provocan la miseria y la escasez en los pueblos.

  4. #64
    1984-08-11-AHÍ VIENE EL LOBO

    AHÍ VIENE EL LOBO…

    La Nación, 11 de agosto de 1984.

    Casi todos conocemos la historia del pastorcillo quien se reía a costas del susto de los demás aldeanos, cuando gritaba que ya venía el lobo y todo era “de mentiras”. Cuando al fin se presentó el lobo y llamó pidiendo auxilio, nadie acudió pues supusieron que era otro engaño. El pobre pastorcillo terminó en el estómago del lobo y, estoy seguro, curado de las bromas a sus compañeros de aldea.

    Desde hace días ciertos funcionarios de este gobierno, amparados a la magnanimidad con que siempre los ha tratado la opinión pública, han venido señalando que la extrema derecha o que la extrema izquierda quieren apearse a este gobierno. La irresponsabilidad radica en que nunca, que yo sepa, se han señalado concretamente, con nombres y apellidos o pelos y señales, quiénes son los cristianos que desean que don Luis Alberto cese en su agotadora labor y se dedique a un bien merecido descanso.

    Es evidente que el clímax de esa charlatanería pública se acaba de lograr recientemente en esta patria chica, cuando nuestro imponderable Ministro de Seguridad, don Ángel Edmundo Solano, aseveró que las tropas del país estaban acuarteladas, debido, de nuevo ̶ ¡oh irreprimible tentación hemicefálica! ̶ a los extremistas de derecha y de izquierda, Por supuesto, el “coco” y la “llorona” se han confabulado para asustar a los inocenticos chiquilines de la Casa Presidencial.

    Tal vez es que tengo muy poco sentido del humor o, más bien, de apreciación acerca de cuándo nuestros flamantes funcionarios de gobierno nos hablan en broma; pero no deja de ser, en broma o en serio, más macabra que las humoradas de Hitchcock, a fuer de que el costarricenses, desde hace bastante rato, esté bien nervioso por la conducta pública de ciertos funcionarios de ese gobierno, y entre ellos destaca el propio Ministro de Seguridad, quienes no parecen inspirar mucha confianza.

    Yo no entiendo quién desea deshacerse de nuestro tranquilo y placentero gobernante, don Luis Alberto Monge, si, después de todo, como es la tradición y la costumbre en Costa Rica, será como ex Presidente que los connacionales tendremos un agradable o ingrato recuerdo de nuestro conductor de cuatro años. Más triste es la usual situación de olvido a que se destina a ciertos ex Ministros, en tanto que a pocos de ellos se les recuerda con gracia, pero a otros con desgracia.

    Si don Ángel Edmundo buscó la gracia antes de que se retirara como Ministro, antes de que don Luis Alberto entregara el poder a su sucesor, pues falló; el macabro humor del señor Ministro de Seguridad no fue nunca un acto gracioso, divertido o simpático. Más bien irritan, aburren, molestan, tantos intentos histriónicos, dignos de bufonadas circenses.

  5. #65
    1984-08-27-UNA SUGERENCIA A LA CÁMARA DE COMERCIO

    UNA SUGERENCIA A LA CÁMARA DE COMERCIO


    La Nación, 27 de agosto de 1984.

    Recientemente, en una reunión de amigos se trajo a colación el problema que muchos de ellos han sufrido, de que a veces compran ciertos productos bajo ciertas condiciones y que, en ocasiones, la calidad no era la asegurada o las condiciones en que supuestamente se adquirieron resultaron ser distintas, posteriormente. En general, muchos de los allí presentes estuvieron de acuerdo en que, en algunas ocasiones, se sentían defraudados por el comerciante.

    El economista les aseveró que una vez que se les engañaba, no volverían a comprarle al atracador. Sin embargo, la respuesta apropiada fue que, si bien ello era cierto, muchas otras personas que no tenían conocimiento de estos hechos caerían incautamente en manos de esos empresarios poco escrupulosos.

    El abogado les comentó que, quienes se sentían estafados, podrían acudir a los tribunales respectivos para presentar la denuncia de esas prácticas. Sin embargo, de nueva la respuesta apropiada fue que, normalmente, los afectados no desean incurrir en los atrasos y enredos que un proceso judicial conlleva, además de que, usualmente, al que ellos se refieren trata de artículos de poca monta.

    Una idea que circuló en la reunión, la cual comparto con entusiasmo, es que en Costa Rica, al igual que sucede en ciertos países con un desarrollo comercial superior al de nuestro país, en los cuales las prácticas del intercambio se entretejen en innumerables grados de complejidad, se llegue a tener cierto grado institucional de sanción moral a los comerciantes que utilizan prácticas en detrimento de la buena fe del consumidor.

    Ejemplo de lo anterior es en Estados Unidos el llamado Better Business Bureau, que casi viene a ser una dependencia de la Cámara de Comercio de las diversas localidades. Ante esa especie de tribunal de ética empresarial, los ciudadanos plantean sus inquietudes cuando consideran que son objeto de una práctica inconveniente e indeseable en el giro del comercio. La sanción pública de ese empresario normalmente significa un enorme costo en su negocio, por lo que o bien se abstiene de proseguir en sus prácticas o queda fuera del giro de los negocios.

    Esta sugerencia pública, de un consumidor a la Cámara de Comercio, debe servir para que esa institución, de la cual tengo el mejor concepto, trascienda de ser defensora valiosa e indispensable de los intereses de sus asociados, para convertirse también en una guía ética de la conducta de sus miembros, para beneficio de los consumidores.

    Al saber de las excelentes relaciones que, por ejemplo, la Cámara de Comercio de Costa Rica mantiene con la de Minnesota, tal vez sería apropiado que se informaran como operan en aquel país organismos empresariales que protegen también al consumidor.

  6. #66
    1984-09-02-A LA SALIDA DE DON ALFONSO CARRO

    A LA SALIDA DE DON ALFONSO CARRO


    La Nación, 02 de setiembre de 1984.

    En el libro de don Constantino Láscaris, Desarrollo de las Ideas Filosóficas en Costa Rica, en su capítulo dedicado al social-estatismo, nos señala que Alfonso Carro, “de gran vitalidad concentrada, es hoy día (1965), en filosofía política, el pensador de mayor envergadura en el país… pertenece a la corriente costarricense que busca en el intervencionismo planificador la solución a los problemas sociales”. (P. 256)

    El mismo don Alfonso Carro, mucho más maduro intelectualmente y ciertamente, más perspicaz, en una célebre entrevista publicada en la revista Crónica Universitaria, de la Universidad Autónoma de Centro América, nos advierte que está “plenamente consciente… de que nosotros vamos efectivamente al camino de servidumbre, usando el título de la obra de Hayek”. Y agrega, “Cada vez yo me siento menos libre, tengo que silenciarme muchas veces en Costa Rica cuando yo quisiera hablar. Hay una penetración tal en todas las esferas de la vida, que solamente es típica del Estado totalitario, que por propia definición es un Estado que no deja margen de libertad y que incluso llega a introducirse por mecanismos sicológicos y otras técnicas de esta naturaleza en la conciencia del hombre”. Y continúa: “Y eso es lo que yo diría que es más grave que los problemas económicos que son sumamente serios, y que nos van a exigir muchos años en rectificaciones a los costarricenses. Porque yo diría que para mí lo más inquietante es precisamente ese problema de la libertad y el eventual camino de servidumbre que podemos estar transitando los costarricenses en estos momentos”.

    Ahora que don Alfonso Carro dice que regresa a su vida profesional ̶ e intelectual, agrego yo ̶ al dejar su cargo de Ministro de Gobernación, debido a una mojigata decisión presidencial de continuar en una indefinición sin fin, lo cual lo llevó a sacrificar a su más preclaro pensador para satisfacer las angustias existenciales de la izquierda liberacionista, nada más deseo que don Alfonso, con la pluma en alto y la frente más aún, emprenda la lucha contra ese todopoderoso Estado que él bien conoce.

    Estoy seguro de que don Alfonso es sincero en su posición ante el moderno Leviatán que nos lleva camino a la servidumbre, de que no se trata de una persona, la cual, para obtener el favor electoral de un sector del Partido Liberación Nacional opuesto al estatismo, hoy despotrica como buen oportunista, contra todo lo que representa el Estado que en mucho contribuyó a crear ese partido. Al costarricense culto ya le debe estar zumbando el magin, al escuchar a tanto estatista tronar contra el Papá Estado ahora que están preparando otro engaño ideológico para las próximas elecciones. ¿Piensa acaso alguien que las palabras de Carlos Manuel Castillo contra el tamaño del Estado son abigarradamente sinceras? ¿No nos recuerdan, más bien, una promesa incumplida de un político de turno? ¿También, no resuenan las palabras de Alberto Fait en el mismo sentido, pero, de nuevo, con el mismo propósito electorero ausente de convicción? ¿Don Oscar Arias, también, no contribuyó profusamente al engrandecimiento del Estado? ¿Será el mismo que ahora nos dice que el modelo social-estatista se agotó?

    El pensamiento liberal moderno ̶ que pronto se mencionará en nuestro medio como socialcristiano ̶ ha enfatizado esa angustia del hombre ante la coerción del Estado. No desde que este último era omnipresente, sino desde que fundamentamos la necesidad de vida en libertad, como condición indispensable para la felicidad de un pueblo. Ahora que don Alfonso Carro vuelve a su vida privada, víctima de ese mismo social-estatismo, no me queda más que, pleno de esperanza, desear que se dedique a educar a sus compañeros de Partido, acerca de las virtudes de la vida intelectual burguesa.

  7. #67
    1984-09-25-DOS HECHOS DESAGRADABLES

    DOS HECHOS DESAGRADABLES


    La Nación, 25 de setiembre de 1984.

    En días recientes se pudo observar dos intentos claros de restringir la libertad de expresión en nuestro país. Primeramente, dos diputadas del partido Liberación Nacional se mostraron sumamente airadas en declaraciones recogidas en este mismo periódico, por las expresiones del periodista Otto Fonseca acerca de la calidad de los diputados que actualmente integran nuestra Asamblea Legislativa.

    En segundo lugar, más notoria fue la actuación de ciertos burócratas del Sistema de Radio y Televisión estatales, quienes pretendieron acallar las opiniones de muchos costarricenses que se expresan en el programa de Juanito Martín Guijarro, Charlas de Café.

    El primer hecho deleznable es el intento de diputadas de acallar lo que, en buena conciencia, cree el periodista Fonseca que está mal con el Parlamento. Si sus opiniones maltrataron el honor de esas ciudadanas, pues el camino de los tribunales está expedito, pero creo que los que les preocupó no las conduce a ese extremo. La verdad es que nuestro Poder Legislativo va de picada y no es apelando a gloria pasada, ni al nombre de la institución, como se pueden borrar los hechos bochornosos que dieron lugar a lo que el periodista Fonseca comentó.

    En vez de quejarse por la opinión de ese periodista, las dos diputadas de Liberación Nacional mejor se hubieran preocupado por analizar por qué es que el costarricense, según nos los manifestó públicamente el propio Presidente Monge, cada vez tiene menos fe en la Asamblea Legislativa. Si ello lo hubieran hecho, en lugar de proceder con sentimentalismo higadoso se habrían dado cuenta de que, en ciertos momentos, la Asamblea Legislativa se ha convertido en un circo, en donde ciertos diputados no han dado la talla que su pueblo y los ciudadanos que los eligieron, esperaban de ellos. Duele decirlo, pero algunos diputados muestran más imaginación en legislar de lo que no saben y sobre lo que no se debe, que los productores de “La isla de la fantasía”, en tanto que otros no dudan en hacer gala de una clara ignorancia, a pesar de estar formalmente educados, no sólo acerca de lo que hablan sino también de lo que dicen sus compañeros más cultos. El problema, en síntesis, no está en la invención del periodista, sino en ciertos diputados, aunque de ellos pretendan ahora eliminar la calentura y no la infección.

    Caso parecido es lo sucedido con el deseo de limitar el programa de don Juanito Martín, Charlas de Café. La verdad es que allí se dice lo que desea expresar la ciudadanía, aunque no siempre con la sabiduría e inteligencia que ello requiere. Pero tratar de acallar la voz del público, por el acto rebuscado pero prepotente del burócrata ansioso de satisfacer a cierto partido y a ciertos políticos, no es de ninguna manera, aceptable para el costarricense.

    Los dos casos descritos son síntomas de un mal, que, creo, se irá presentando con mayor peso con el paso del tiempo, como es el deseo del burócrata estatista de permanecer querido por el pueblo, aunque sea acallando a los que dudan de la supuesta virtud del político enquistado en el poder, a quien debe recordársele que el tiempo pasa rápido.

  8. #68
    1984-10-04-EGOÍSMO Y CAPITALISMO DEMOCRÁTICO

    EGOÍSMO Y CAPITALISMO DEMOCRÁTICO


    La Nación, 04 de octubre de 1984.

    Es muy posible que los economistas de profesión hayamos contribuido a la impresión de que el capitalismo tiene como fundamento la existencia de un hombre egoísta. El análisis del consumidor, en la moderna teoría económica, se basa en la presunta existencia de un individuo que hace máxima su utilidad, en tanto que está sujeto a un ingreso o presupuesto dado. El caso es que el consumidor estará en equilibrio cuando la utilidad marginal por colón gastado sea igual para todos los bienes. La maximización de la utilidad individual es el objetivo del modelo analítico del economista. Pues bien, los críticos del sistema capitalista afirman, algunos basados en el análisis suscintamente descrito, la naturaleza esencialmente egoísta del sistema, al cual se oponen con fundamentos usualmente de naturaleza ética. De aquí que, considero que es necesario expandir más en lo que puede ser la función utilidad de los agentes económicos involucrados en un sistema capitalista.

    Creo que la mejor descripción del problema se presenta en el excelente libro de Michael Novak. El Espíritu del Capitalismo Democrático, el cual nos dice lo siguiente. “Según la teoría (liberal), la motivación económica del individuo procede de su interés racional. Sin embargo, la misma teoría sostiene que ese interés propio va mucho allá de un mero solipsismo de absorción y consideración por uno mismo. Es enteramente congruente con el temor del pensamiento de Adam Smith, reconocer que si la mayoría de los carniceros y panaderos soportan la sangre y el calor de sus trabajos cotidianos, no lo hacen por sí mismos solamente, sino en beneficio de sus familias. El “amor a sí mismo” que menciona Smith debe tomarse en un sentido amplio y no en sentido estrecho, de modo que incluya ciertas formas de benevolencia natural, de obligación hacia los demás y de ambiciones centradas en otras personas y no solamente en uno”.

    Según lo anterior, los críticos del sistema capitalista, por la santificación que supuestamente efectúa del egoísmo, deben recalificar sus análisis, a fin de tomar en cuenta la naturaleza esencialmente comunitaria del individuo en las sociedades abiertas, al igual que nos permite intentar una respuesta a la preocupación de Wilhelm Röpke, quien nos inducía a la reflexión en su obra Economía de la Sociedad Libre, al mencionar que “la gran pregunta de nuestro tiempo es si hemos sido tan descuidados y pródigos en el uso de nuestras reservas morales, que ya no es posible renovar esos impulsos vitales de nuestro sistema económico y si aún es posible descubrir nuevas fuentes de fuerza moral”.

  9. #69
    1984-10-13-VER PARA CREER

    VER PARA CREER

    La Nación, 13 de octubre de 1984. Reproducido en Jorge Corrales Quesada, “Al Bienestar por el Liberalismo”, 1994, p. p. 268-269.

    “Ver para creer”, afirmó cierta vez un santo varón de la Iglesia y ahora, con menos fe, nos la repite Willy Brandt. En su visita, por suerte para el país muy corta, el ex canciller alemán dio un palmo de narices a todos aquellos que esperaban que el anciano político fuera a dar un espaldarazo a la democracia liberal costarricense, al simultáneamente mostrar aprecio por el proto-totalitario sandinismo al norte de nuestro país.

    Pero, ¿hubo, en verdad, ingenuos que esperaban que el sumo sacerdote de la Internacional Socialista, dejara de lado su sentimentalismo marxista de juventud y abrazara al experimento liberal de nuestra nación? Si por sus frutos los conoceréis, lo presunto era que el social-demócrata diera el apoyo por omisión, por silencio, por callarse, al gobierno de los nueve comandantes, el cual, después de todo, representa muchos de los ideales del internacional-socialismo, aunque en Costa Rica sus obispos nos lo hayan ocultado: sean marxistas con un poquito de libertad, reza el consejo a los comandantes por parte de la Internacional Socialista. Pero, ante todo, no suelten el poder.

    El socialismo democrático, nos indicó Reinhold Niebhur, quien se definió como un participante de éste en cierto momento de su vida, “en realidad representaba una domesticación y revisión del marxismo ortodoxo a fin de amoldarlo a los marcos de una sociedad libre… casi todos los socialistas democráticos creían en la socialización de la totalidad de las industrias básicas… Cada vez más, los partidos socialistas fueron modificando sus objetivos y procurando una mayor justicia e igualdad a través de medidas de seguridad social y de políticas tributarias; la sociedad política intervenía así en la sociedad democrática donde la centralización del poder generaba privilegios extraordinarios”.

    Don Willy Brandt sigue constantemente con este bagaje ideológico y es por ello que no se atreve a señalar la naturaleza proto-totalitaria del actual régimen nicaragüense, si allá, limpiando la paja del arroz, se cree en la nacionalización de la industria, en el anti-imperialismo (norteamericano, tan sólo), en el “hombre nuevo y puro”, resultante del engendro socialista, aunque lo que falta, tan sólo, es un poquito de “domesticación” a la barbarie marxista, para darle el “toque” o decoración de ciertas libertades burguesas.
    Por eso último es lo que lucha el artífice de la Ostpolitik, no por la libertad y la democracia, sino por el cosmético elemento de las libertades occidentales, en un modelo socialista. Si la masa de elogiadores sin pensamiento, pero con mucha presunción intelectual, esperaba conocer a un viejito afecto a las tradiciones liberales semejantes a las que mantenemos los costarricenses, se equivocaron de plano: el parasitismo de ciertos intelectuales en las sociedades capitalistas es notorio, como más estridente lo es el apego a contingencias ideológicas obsoletas y trasnochadas, el cual queda tan sólo para cierta naciones “subdesarrolladas y atrasadas”. El capitalismo es para los pueblos que aman el progreso; tan sólo para ellos y no para todos.

  10. #70
    1984-10-15-LIBERACIÓN Y GOBIERNO SANDINISTA


    LIBERACIÓN Y EL GOBIERNO SANDINISTA


    La Nación, 15 de octubre de 1984.

    El fragor de la campaña presidencial que se avecina, contribuye a obscurecer el panorama de la actuación del gobierno de Costa Rica y de ciertos partidos políticos en el advenimiento, y posterior mantenimiento, del gobierno filocomunista de Nicaragua.

    Parto, en el análisis de este tema, de tres premisas básicas: en primer lugar, que los costarricenses, al igual que muchos ciudadanos libres de América y del mundo, deseábamos la caída de la dictadura de Anastasio Somoza; en segundo lugar, que los costarricenses demócratas miramos con repudio al gobierno pro-comunista que en Nicaragua han instaurado los sandinistas y, en tercer lugar, que los costarricenses rechazamos la intervención directa y participativa del gobierno anterior en la caída de Somoza; esto es, que creemos en el principio de la no intervención (ahora prostituído con el bello término de neutralidad).

    Dado lo anterior, en vista de que ciertos personajes polìticos del partido Liberación Nacional, ante la inminencia de la candidatura presidencial por el partido Unidad Social Cristiano del Lic. Rafael Ángel Calderón Fournier, se presentan ahora muy puros en su actuación en el conflicto nicaragüense, se hace impostergable, al menos para tener elementos de juicio para los historiadores, que se haga luz sobre la actuación del partido Liberación en la entronización del gobierno sandinista.

    En la caída del Gobierno de Somoza, y subsecuente ascenso del sandinismo, fue notoria la participación directa del partido Liberación Nacional. El mismo José Figueres con franqueza lo expreso así en los actos de celebración del primer aniversario de la caída de Somoza y recientemente reiteró su participación activa en la caída del dictador nicaragüense. Este coraje y valentía de don Pepe no es compartido por los miembros de su partido, quienes, a la caza de votos, ahora ocultan esos actos a que se refiere don Pepe.

    Muchos diputados de ese entonces apoyaban a las fuerzas de Edén Pastora e incluso miembros de la Juventud Liberacionista organizaban caravanas para que sus miembros entregaran vituallas y alimentos a las fuerzas de Pastora. Pero lo anterior es meramente anecdótico: lo importante es que, en todo momento, las decisiones personales de don Rodrigo Carazo en lo referente a su participación en la caída de Somoza, fueron conocidas por su gran amigo, asesor y colaborador, don Josè Figueres, presidente del Partido Liberación Nacional. En buena hora estos dos políticos establecieron un puente entre los dos principales grupos democráticos de Costa Rica, pues la casi inevitable invasión de Somoza requería de la defensa integra de la mayoría de la nación. De aquí que, le guste o no le guste al costarricense, se dio una participación muy directa de jerarcas del partido Liberación en la caída de Somoza.

    En el campo internacional, el sandinismo requería de un fuerte apoyo “democrático” a inicios de su gobierno y, ni más ni menos, tanto el principio, como hasta ahora, ha sido la Internacional Socialista, además de los países comunistas, la que le han brindado todo el apoyo al nuevo gobierno de Nicaragua. Bueno, el partido Liberación Nacional es miembro de la Internacional Socialista. Incluso uno de sus vicepresidentes ̶ posición muy notoria ̶ lo es un prominente e inquieto dirigente del mismo partido Liberación Nacional.

    No es mi afán, ni mi interés, defender las actuaciones de nadie en lo que concierne a la participación activa de costarricenses en la caída del gobierno de Somoza y en la defensa del nuevo gobierno sandinista. Lo que no me gusta es que, ahora, ciertos personajes de la política nacional ̶ activos hasta la médula en ese conflicto ̶ salgan dándose golpes de pecho y hablando del pecado ajeno, cuando muy bien saben que, de sepulcros blanqueados, está harto el costarricense.

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