1989-03-13-EL SAL II Y APERTURA AL EXTERIOR
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EL SAL II Y APERTURA AL EXTERIOR
La Nación, 13 de marzo de 1989.
En la Asamblea Legislativa se debate la aprobación del acuerdo de préstamo con el Banco Mundial llamado Sal II. Lo que éste se propone es facilitar el proceso de apertura de la economía costarricense al mercado internacional. Se puede estar en desacuerdo en cuanto a si la desgravación y la cobertura del acuerdo es la conveniente o no; sin embargo, no somos capaces de negar que esos planteamientos vayan en la dirección correcta para insertar a nuestra economía en los mercados mundiales.
Interesa, por lo tanto, evaluar cómo les ha ido económicamente, en general, a los países que poseen economías orientadas al exterior, en comparación con aquéllas con producción dirigida al interior, por la vía de la sustitución de importaciones. Para ello me baso en datos contenidos en el Informe sobre el Desarrollo Mundial, 1987 del Banco Mundial, en que se comparan países con economías relativamente abiertas con otros de economías relativamente cerradas, en cuanto al crecimiento observado en su producción real y en términos per cápita, así como en su formación de ahorro interno bruto, su tasa de inflación y su crecimiento promedio anual de las exportaciones de manufacturas. El análisis se efectúa para el período 1973-1985.
Mientras que el Producto Interno Bruto real de las economías abiertas creció a un promedio anual del 7.7 por ciento, el equivalente de las economías cerradas lo hizo a sólo un 2,5 por ciento (un tercio). Por su parte, el crecimiento del Ingreso Real por cabeza en las economías abiertas fue de una tasa media anual del 5,9 por ciento, la cifra comparable en las cerradas mostró un descenso anual de un 0,1 por ciento.
En las economías abiertas, en 1985, el ahorro interno, como porcentaje del Producto Interno, fue de un 31,4% por ciento, mientras que en las cerradas fue de menos de la mitad. Y la eficiencia en el uso de los recursos financieros adicionales, indicado por la relación capital/producto incremental, muestra que se requería menos en las economías abiertas (un 4.5%), en tanto que en las cerradas es de 8; esto es, necesitaban mayor inversión que aquéllas para obtener una producción dada. La inflación anual media en las economías abiertas fue de menos del 10 por ciento, mientras que en las cerradas de casi el 15 por ciento. Las manufacturas exportadas crecieron a un 14.2 por ciento anual en las abiertas y sólo un 3,7 por ciento en las cerradas.
Ante todos estos datos, sólo queda decir que Costa Rica bien merece la oportunidad de un mayor crecimiento económico y que los intereses particulares deben ceder al bienestar de la generalidad de los costarricenses. Esta posibilidad descansa en las manos de los diputados inteligentes, quienes sabrán apreciar esta evidencia contundente en favor de la apertura de nuestra economía, estimulada por el SAL II.
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