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Tema: Artículos publicados en Diario La Nación 1980-1989

  1. #91
    1985-06-30-CAMBIO TECNOLÓGICO Y VENTAJA COMPARATIVA

    CAMBIO TECNOLÓGICO Y VENTAJA COMPARATIVA


    La Nación, 30 de junio de 1985.

    Dentro de la oscuridad y tristeza que embarga al país en estos días, una noticia publicada en el periódico La Nación del lunes 24 de junio de este año alimenta un poco nuestro golpeado optimismo.

    Me refiero concretamente a que una empresa nacional Cibernética y Tecnología (CIBERTEC S.A), ha logrado fabricar el primer electrocardiógrafo computarizado en el país. En verdad, producir por producir no tiene sentido. Así, por ejemplo, es conceptualmente posible que, dado el enorme capital humano de que dispone el país en diversos ramas del conocimiento, se puedan producir satélites –reitero que como ejemplo– y cohetes para enviarlos en órbita alrededor de la Tierra. Pero, lo significativo es que tal producción se logre hacer eficientemente, en comparación con lo que cuesta producirlo en otros países.

    Así, en el ejemplo tratado, lo importante es que, en apariencia, la producción del electrocardiógrafo en Costa Rica es notoriamente más barato que su costo en el mercado internacional. Así, se afirma que en Costa Rica “tiene un costo total de $1.200, precio que lo hace competitivo con otros grupos similares importados, cuyo valor llega hasta 5 mil dólares.”

    Estos últimos datos son realmente estimulantes, pues así no sólo se muestra la capacidad tecnológica del país en electrocardiógrafos computarizados, sino que parece existir una ventaja comparativa en la producción de dicho bien, el cual parece ser competitivamente apropiado para los mercados internacionales. Sin duda alguna, los costarricenses debemos regocijarnos del éxito tecnológico de la empresa CIBERTEC, pero también por su habilidad de producir su bien con eficiencia económica.

    Todo lo expuesto tiene una alta significación en nuestro medio: por una parte, el caso descrito es demostrativo de que nuestro país no es únicamente capaz de producir eficientemente el café, tal como lo consideran algunos, quienes alegan que, tal vez, Costa Rica sólo es relativamente eficiente en la producción de ese grano y, por otra parte, nos indica que la ventaja comparativa no es algo estático, inmovible, en el tiempo.

    Al contrario, una de las razones que hemos esgrimido, desde hace tiempo y no por estar en la moda, como lo hacen algunos, para tener esperanzas en la liberalización de nuestro comercio exterior, es que ello nos permitirá determinar en donde radican nuestras ventajas comparativas, lo cual, a la fecha, es actualmente difícil, debido a las numerosas distorsiones existentes en nuestro sistema de precios, por la intervención del Estado en él.

    Por otra parte, para contrición de los creyentes en el statu quo, la concepción de las ventajas comparativas no es algo estático, sino dinámico. Para ver esto, un buen ejemplo lo es la industria automotriz de los Estados Unidos, la cual se considera que poseía ventaja comparativa con respecto al resto del mundo. Pero fue desplazada por la eficiencia productiva de los japoneses. Sin embargo, ni lerdos ni perezosos, esos gigantes empresariales de los Estados Unidos están tomando medidas para revertir el fenómeno. Así, la General Motors acaba de adquirir las empresas Data Corporation y Hughes Aircraft, a fin de diseñar el carro del futuro, lo cual les permitiría recuperar la temporalmente perdida ventaja comparativa.

  2. #92
    1985-07-06-ACTUALIDAD DEL CONTROL DE PRECIOS

    ACTUALIDAD DEL CONTROL DE PRECIOS


    La Nación, 06 de julio de 1985. Reproducido en Jorge Corrales Quesada, “Al Bienestar por el Liberalismo”, 1994, p. p. 167-168.

    El gobierno decidió aumentos en los precios de varios artículos de consumo y de insumos.
    Sin embargo, si se tratara de tan sólo un ligero incremento en tales precios, la situación gubernamental sería menos difícil. Pero el Estado ha cometido el error de ir posponiendo los ajustes de precios, incluso retrasando dicho incremento hasta por dos años. Esto es, ahora se da el seriesísimo problema de que los incrementos son muy grandes, pues son el resultado de un proceso acumulativo de varios años en que no se han ajustado los precios: una especie de represa o retén o acumulación que termina por desbordarse, por convertirse en un alud casi imparable.

    Las razones de esta posposición para encarar la verdad, radican en la íntima relación que hay entre los aumentos de los precios y los incrementos salariales que ocasiona. En especial, es muy significativo en las finanzas del sector público, pues si se da un aumento en los precios, el Estado tendrá casi que inmediatamente que incrementar el gasto público debido a las alzas de sus planillas.

    Como parte del programa de estabilización en que se ha visto involucrado el gobierno ̶ tal vez por imposición del Fondo Monetario, como cree aquel decaído político, o tal vez por convencimiento de las autoridades gubernamentales, quienes de no hacerlo no recibirían platas del exterior; vaya usted a saberlo ̶ repito, el gobierno ha tenido que reducir su déficit ̶ gastos corrientes menos ingresos tributarios ̶ como porcentaje de la producción nacional.

    Para ello pudo haber optado por reducir el gasto público, pero prefirió escoger la alternativa de aumentar los impuestos a fin de reducir su déficit. De aquí que, al aumentar los precios, el gobierno se ve sometido a una fuerte presión salarial que, muy posiblemente, le obligue a tomar medidas, según acuerdos con el Fondo, que no serían las electoralmente más convenientes en este momento.

    Dado lo anterior, la maroma gubernamental se orientó a posponer al máximo posible los ya sumamente retrasados aumentos, de manera tal que, según la sabiduría económica, deberían de haberse realizado al día siguiente después de las elecciones de febrero. De esta manera, creen, no se perjudicaba al candidato oficial ante los alegatos de que el gobierno actual aumenta los precios para afectar a los consumidores.

    Pero, tal como dijo Lincoln: “usted puede engañar a toda la gente durante algún tiempo; usted puede engañar a parte de la gente durante todo el tiempo, pero usted no puede engañar a toda la gente durante todo el tiempo.” O, como dijo por aquí otro sagaz político, pero quien a menudo olvida su propia receta ̶ o mentirilla que ahora aceptaría su propio pueblo ̶ “ya nadie engaña nadie”.

  3. #93
    1985-07-16-EL ELECTOR MERECE UNA MEJOR SUERTE

    EL ELECTOR MERECE UNA MEJOR SUERTE


    La Nación, 16 de julio de 1985.

    Una condición fundamental para el éxito de un sistema democrático-liberal, es que el elector esté lo mejor informado posible en cuanto a las opciones electorales sobre las cuales ha de votar. En este sentido, existe en la actual campaña electoral, al momento en que esto se escribe, un gran vacío en cuanto a la información que se brinda al elector potencial acerca de cuáles son las posiciones de los partidos políticos más importantes, con respecto a diferentes temas.

    Es vital, en el proceso de fortalecimiento de nuestra democracia-liberal, que los dos partidos políticos más importantes del país y con opción de ganar las elecciones ̶ Unidad Social Cristiana y Liberación Nacional ̶ se manifiesten concretamente acerca de una serie de temas a los cuales elector costarricense le otorga una enorme importancia. En este sentido, es crucial que los diversos grupos de trabajo y potenciales dirigentes gubernamentales ̶ a quienes debemos ir conociendo ̶ se pronuncien e intercambien opiniones sobre estos temas. El debate de estos grupos o dirigentes ̶ no necesariamente tiene que ser el de los candidatos presidenciales, aunque en su momento deben hacerlo ̶ es una manera muy valiosa por la cual se ayudaría a definir las opciones que encaramos muchos electores.

    Sin que sea en modo alguno exhaustiva, creo que los siguientes tópicos forman parte integral de una lista de temas acerca de los cuales los costarricenses esperamos ansiosos las definiciones políticas.
    1.- Hasta ahora la corrupción ha sido tema de referencia en el pseudo-debate político realizado a la fecha; sin embargo, falta mucho por definir, en especial soluciones al grave problema, sobre el cual ambos candidatos, Arias y Calderón, consideran que es imprescindible encararlo.

    2.- La recuperación económica y el relanzamiento de la economía nacional es un tema sobre el cual aún se conoce poco por parte del elector.
    3.- No debe soslayarse el hasta ahora muy callado problema de la inmigración en Costa Rica. Casi un 10 por ciento de la población del país no es de origen costarricense y se amerita saber hasta qué grado puede Costa Rica, sin que peligre la manera de ser tradicional del costarricense, seguir absorbiendo una inmigración incontrolada de extranjeros.

    4.- Poco se ha dicho de cómo los partidos políticos principales piensan tratar el gravísimo problema de la delincuencia, tanto la nacional como la internacional, íntimamente relacionadas con el trasiego de drogas.

    5.- Y también es necesario que se defina la posición de los dos principales grupos políticos sobre el tema de la tenencia de tierra, su posición ante la propiedad privada y la denominada reforma agraria.

    6.- Los problemas derivados del crecimiento urbano ̶ posiblemente agravados por la inmigración de extranjeros ̶ deben ser analizados por los partidos políticos principales. Temas tales como la escasez de agua en el Área Metropolitana no deben ser dejados de lado por nuestros potenciales gobernantes.

    7.- Es muy importante que los candidatos definan su posición ante la situación de las relaciones internacionales de nuestro país. En especial, las relaciones de los partidos políticos con las denominadas “internacionales”, así cómo nuestra posición de democracia liberal vis a vis las denominadas nuevas democracias del cono sur, deben ser esbozadas sin tapujos ni cobijas, para que el elector costarricense sepa a qué atenerse cuando emita su voto.

    8.- Íntimamente relacionado con el punto anterior, la forma en que los dos principales partidos políticos piensan encarar el gravísimo problema de nuestras relaciones con el gobierno de Nicaragua, debe ser diáfanamente expuesta ante el costarricense.
    9.- La posible necesidad de que Costa Rica tenga que armarse para su defensa ̶ reitero, su defensa ̶ debe ser públicamente analizada por los dos principales partidos democráticos del país. Lo que no se perdona es que le oculten la verdad a un pueblo.

    10.- Finalmente, y no por ello el menos importante, los dos principales partidos políticos deben definir sus posiciones ante el sistema educativo formal en el país. Son muchísimos ̶ y tal vez hasta insuficientes ̶ los recursos que los costarricenses canalizamos hacia nuestra educación formal, la cual muchas veces no aparece dar resultados acordes con el esfuerzo nacional.

    Los diez temas antes citados, repito, no son exhaustivos, ni una sola persona ̶ tal vez sólo Dios ̶ puede resolver todos estos problemas, Si, tal como dicen los dos candidatos presidenciales más importantes, requieren de la ayuda de los costarricenses, los electores tan sólo podrán brindarla si se les informa adecuadamente acerca de sus posiciones. Los dos principales grupos políticos aseveran tener propuestas de solución y equipos de personas capaces de brindar guías a los costarricenses. Empecemos por oír cuáles son las posiciones de estos grupos de costarricenses bien preparados y bien intencionados, De esta manera podremos votar con mayor información y educación.

  4. #94
    1985-07-22-PROBLEMAS ADMINISTRATIVOS EN LACSA

    PROBLEMAS ADMINISTRATIVOS EN LACSA

    La Nación, 22 de julio de 1985.

    LACSA se caracteriza por ser una de las empresas nacionales que posee mayor número de accionistas: estos ascienden a casi 4.000 y serían más si consideramos que la Asociación Solidarista de Empleados de LACSA agrupa a un número considerable de miembros y, al ser ésta socia de la empresa, hace que sus agrupados incrementen el número de dueños de LACSA, generalmente pequeños ahorradores.

    Es por ello, considero, muy importante que se conozca una serie de elementos económico-financieros y administrativos que caracterizan a la empresa de la cual somos propietarios.
    Es fundamental destacar que son varias las razones por las que acudo a este medio, para informar a los accionistas y, en especial, a aquellos que me mandaron para que evaluara a la empresa y, posteriormente, les informara de mi opinión; específicamente, los llamados accionistas independientes o no miembros de la Asociación de Accionistas de LACSA. En primer lugar, el presidente ejecutivo de la empresa, señor Otto Escalante, hace casi dos semanas dijo, públicamente y antes de que yo me refiriera de igual forma, en el programa Telenoticias, que la Comisión Evaluadora no señalaba responsabilidades a la actual administración de LACSA. Al efectuar esta aseveración, el señor Escalante desvirtuaba gran parte del trabajo efectuado y evaluado por la Comisión. Dicha actuación, obviamente, exigió de mi parte una aclaración a los numerosos accionistas, sobre cuál fue la labor efectuada por la Comisión que ellos mismos habían pedido.

    En segundo lugar, se pospuso indefinidamente, por parte de la administración de LACSA, la asamblea de accionistas, en la cual debía informar a mis representados sobre los hallazgos en la empresa. Existía un mandato de la asamblea de accionistas para que ese informe se diera con un límite de 90 días, pero la administración pospuso que los dueños de la empresa escucharan lo que ellos deseaban conocer acerca de la situación de LACSA.

    Fundamentalmente estas dos razones, entre otras, me movieron a buscar un medio por el cual los accionistas de LACSA pudieran conocer nuestras impresiones y es por esto que empiezo por exponer algunos de los problemas más significativos de la empresa, a fin de que los accionistas consideren cuáles son algunos de los factores más importantes que puedan explicar la enorme pérdida sucedida a su inversión.

    Uno de los aspectos más interesantes detectados en la empresa y síntoma de la mala administración de la misma, es el de las cuentas y documentos por cobrar por LACSA a las agencias de viajes y de carga, Debe señalarse que el análisis se efectúa al 28 de febrero de 1985, fecha en que se decidió cortar para efectos de disponer de información en un momento dado.

    A esa fecha, en lo que se refiere a las cuentas y documentos por cobrar a agencias de viajes y de carga, se debía aproximadamente ¢25,4 millones, que en una muy elevada proporción ̶ aproximadamente el 70 por ciento ̶ era recuperable a 120 días y más, lo cual refleja un cobro sumamente lento de dichas cuentas, en especial dado el precario estado del flujo de caja de la empresa.

    Por otra parte, la Comisión consideró que se había manifestado una excesiva flexibilidad por parte de la administración de LACSA en lo que se refiere a las políticas de crédito y de cobro con las agencias de viajes y de carga. Lamentablemente, la administración no procedió a una reorganización de este ramo, sino hasta en los últimos meses, los cual simplemente mueve a preguntarse ¿por qué esa preocupación sino hasta en los últimos meses y no desde el momento en que se presentaron esos problemas?

    Adicionalmente, la Comisión, únicamente en lo que se refiere al tema de los documentos y efectos por cobrar a agencias de viajes y clientes, determinó lo siguiente:
    1. Que se producían renegociaciones de pagarés, aún cuando la agencia no había efectuado el primer abono del acuerdo anterior. De nuevo, lamentablemente, no es sino hasta en la actualidad cuando la administración dice señalar correctivos a esta infeliz situación.

    2. Que no había una política determinada para regular el plazo y el tipo de interés de los documentos por cobrar antes indicados. Tristemente, una vez más, la administración “está implementando” ̶ hasta ahora ̶ estas políticas por escrito y en forma integral, según ella misma lo señala.

    3. Que se había aceptado pagarés con garantías insuficientes, lo cual, lógicamente, dificultaba la recuperación de los fondos adeudados. Otra vez, lamentablemente, no es sino hasta recientemente que la administración dice haber reorganizado este sector para evitar hechos como los expuestos.
    4. Que arreglos de pago efectuados con varias agencias tienen atrasos que oscilan de 4 meses hasta 4 años, sin que se hubieran tomado medidas al respecto. De nuevo, lastimosamente, no es sino hasta recientemente que la administración dice haber tomado medidas al respecto.

    5. Que algunas de las transacciones realizadas con estas agencias no contaban con los documentos originales, lo cual hacía imposible la recuperación de los fondos adeudados. Se repite, por parte de la administración, que ha tomado medidas para corregir estas actuaciones, pero se debe preguntar ¿por qué sucedieron hechos como estos?, ¿dónde estaba la administración que cuidara que no sucedieran estos desaguisados tan costosos para la empresa?

    6. Que algunos pagarés de estas acciones no contaban con la firma de los fiadores ni con los timbres de ley. Se vuelve a señalar, por parte de la administración, que ha sido corregido, pero que sucedió en algunos pocos casos, lo cual obliga, otra vez, a manifestar que una buena administración jamás debería haber permitido que no se contara ̶ ¡casi nada! ̶ con la firma de los deudores.

    Más se puede señalar sobre este tema de las cuentas y documentos por cobrar a las agencias de viajes y de carga por LACSA, pero este rosario se hace muy extenso Tan sólo para terminar, que el accionista medite si había o no administración; si algunas de las medidas que ahora dice haber tomado la administración, no debía haberlas efectuado mucho antes; que hubo casos que nunca debían haber sucedido, si hubiera existido buena administración en su empresa LACSA.

  5. #95
    1985-08-02-NOTAS SOBRE EL AUMENTO DE PRECIOS

    NOTAS SOBRE EL AUMENTO DE PRECIOS


    La Nación, 02 de agosto de 1985.

    Como corolario de la anacrónica política de fijación de precios, el controlador de precios de turno enfrenta la políticamente difícil situación de explicar ante los consumidores, los aumentos de precios que tuvo que otorgar, frente a la alternativa, en caso de no haberlo hecho, de provocar la escasez.

    Esto es, el controlador de precios debe explicar a los consumidores, quienes esperaban la inmutabilidad de los valores debido a la presunta garantía estatal, por qué se ha visto obligado a incrementarlos y en especial si ese aumento es considerado muy elevado.

    Y es aquí cuando se presentan las situaciones bufonescas. Veamos algunas de ellas: El Estado asevera, por una parte, que el aumento en los precios se dio porque, de no hacerlo así, se provocaría un grave desabastecimiento en el país. Esto es, el Estado es consciente de que si fija un precio inferior al del mercado, habrá escasez; es decir, al precio fijado la cantidad ofrecida es inferior a la cantidad demandada. Pero, por otra parte, simultáneamente, ese mismo Estado señala que los aumentos recientes en los precios se han dado porque esos productos no han tenido incrementos en más de un año. Esto es, el Estado se declara culpable de no haber otorgado los aumentos en el momento oportuno para impedir los problemas de abastecimiento.
    Otra situación divertida: El Estado se ufana del hecho de que, tan sólo, aumentó el precio de cinco productos, en tanto que había recibido solicitudes para incrementárselo a veinticinco de ellos. Pero, entonces, hay lugar para formular las siguientes –incómodas– preguntas:
    1.- ¿Es qué esos veinte productos han tenido aumentos de precios en el último año, de manera que según el Estado no es necesaria otra alza?
    2.- ¿Es qué estos veinte productos no han sufrido aumentos en los costos que ameriten, según los métodos y sistemas de la fijación estatal de precios, un incremento de estos?
    3.- ¿Es qué esos veinte productos son fabricados por empresas que, por alguna especie de gracia divina o concesión de los hados, son inmunes al fenómeno de inflación que sufre nuestra economía?
    4.- Si no es necesario el aumento en los precios de esos veinte productos que señala el Estado, ¿nos garantizaría éste que no habrá desabastecimiento, ni desaparición de empresas, ni empobrecimiento de los trabajadores en ellas empleados? En resumen, ¿el Estado nos daría la palabra de que no es estrictamente necesario el aumento en los precios para asegurarnos la oferta de los bienes controlados?

    Pero hay más contradicciones: tal como sabe cualquier estudiante inteligente de Fundamentos de Economía, la inflación es el aumento sostenido de la generalidad de los precios. Por ello, si en un año, según nos asevera el propio Estado, la inflación –algo subestimada por el control de precios ̶ anda por allí del 15 por ciento, es de esperar, en promedio, que los precios de los productos fijados por ley habrán de subir en ese 15 por ciento. Sin embargo, el omnipotente Estado se rehúsa reconocerlo así.

    La realidad es que todo este jolgorio surge por un hecho elemental: el gobierno ha sustituido el precio económico –aquel que resulta de las condiciones del mercado ̶ por el precio político ̶ aquél que surge del deseo o voluntad arbitraria del burócrata de turno. En tanto se dé este desaguisado, tendremos el placer de observar a los funcionarios gubernamentales tratando de explicar lo ridículamente imposible; algo así como la cuadratura del círculo.

  6. #96
    1985-08-09-SOBRE TIPOS DE CAMBIO

    SOBRE TIPOS DE CAMBIO


    La Nación, 09 de agosto de 1985. Reproducido en Jorge Corrales Quesada, “Al Bienestar por el Liberalismo”, 1994, p. p. 45-47.

    Cualquier estudiante sujeto a exámenes entiende el concepto de promedio ponderado. Veamos un ejemplo de esto, que a algunos se les hace difícil comprender. Imaginémonos que a ese estudiante se le dice que tendrá que hacer dos exámenes parciales y uno final que vale tres veces.

    El alumno, supongamos, obtiene las siguientes notas: 75 en el primer parcial, 95 en el segundo parcial y 80 en el examen final. Ahora bien, ¿cuál es la nota promedio que sacó nuestro estudiante? Pues muy sencillo; el cálculo sería el siguiente:
    75(1) + 95 (1) + 80 (3) = 410 = 82
    1 + 1 + 3 5
    Esto es, nuestro estudiante obtuvo un promedio ponderado de 82 en su curso.

    Todo este conjunto de tan simples cálculos nos va a permitir explicar algo relacionado con el tipo de cambio del colón con respecto al dólar, pues acerca de esta cifra se ha tejido bastante ficción. Según algunos, en mayo de 1982 el tipo de cambio del colón con respecto al dólar era de, aproximadamente, ¢60 por dólar; según otros era mayor y otras personas aseveran que era de un monto menor. Todo depende, muy posiblemente, de quién fuera el amable intermediario de ese entonces con quien trató el declarante.
    Para deshacer todo este entuerto, utilizado en los últimos días por tanto político de turno, me atreví a solicitar la amistosa colaboración del colega Ronulfo Jiménez, de la prestigiosa Academia de Centro América y compañero de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica, para que me documentara acerca de lo que fácilmente intuía: que en eso del tipo de cambio vigente en mayo de 1982 ciertos caracteres estaban distorsionando las cifras.

    Así, logré obtener valiosa información proveniente de la Sección de Cuentas Nacionales del destacado Departamento de Investigaciones y Estadística del Banco Central de Costa Rica, en un cuadrito titulado “Costa Rica: tipos de cambio con relación al US dólar”. Si perdonamos la mala redacción de este título, podemos entender que en él se encuentra muy valiosa información. Lo que los técnicos del Banco Central hicieron fue lo mismo que realicé con el ejemplo de mi estudiante: determinaron cuál era el tipo de cambio ponderado en distintas fechas, pues debido a que en cierto momento se tenía tres tipos de cambio ̶ el oficial, el interbancario y el libre ̶ había que tomar en cuenta la significación o importancia de cada uno de estos tipos de cambio.

    Los técnicos del Banco Central muy posiblemente tomaron las cantidades de transacciones en dólares que se efectuaban en cada uno de esos tres tipos de cambio y obtuvieron lo que ellos llaman en el cuadrito de marras, “el promedio ponderado de los tres mercados” (oficial, interbancario y libre). Y los resultados interesantes empiezan a aflorar:

    1.- En mayo de 1982 ̶ mes final del carazato ̶ el tipo de cambio del colón con respecto al dólar para la compra era de ¢38,52 y para la venta de ¢40,05. Como puede ver el lector, muy lejos de los ¢60 y tantos que algunos mencionan a los cuatro vientos.
    2.- El tipo de cambio libre más salto ̶ ¢62,67 para la compra y de ¢65,52 para la venta ̶ se dio en julio de 1982, a tres meses del mongeato (por aquello de la equivalencia en la terminología).

    3.- El tipo de cambio ponderado, por ejemplo, a diciembre de 1984 (preliminar) es, según los técnicos del Banco Central, de ¢47,15 para la compra y de ¢47,66 para la venta.

    4.- Dado ̶ y este es uno de los grandes méritos de la actual administración y del Fondo Monetario Internacional ̶ que el tipo de cambio básicamente se ha unificado (el libre es, más menos, un 5 por ciento más alto que el precio señalado por el Banco Central), casi que podemos aseverar que el tipo de cambio actual del colón con respecto al dólar es ¢50,85 para la compra y de ¢51,35 para la venta.

    5.- Lo indicado en el punto anterior parece señalarnos que el colón se ha devaluado en un 28,2 por ciento desde la salida de la administración anterior.
    En conclusión, espero que esa información sirva para varias cosas: primero, introducir cierta disciplina elemental a las aseveraciones de ciertas personas; segundo, evitar que al lector se le intente rodar con cifras manipuladas y, tercero, que se mantenga cierto apego a la verdad de algunos hechos.

  7. #97
    1985-08-12-LOS ACUERDOS NACIONALES

    LOS ACUERDOS NACIONALES


    La Nación, 12 de agosto de 1985.

    En nuestro país parece que cada vez existe mayor convicción de que ciertos asuntos de interés nacional deben estar por encima de las circunstancias político-partidistas. Tal convencimiento se debe, muy posiblemente, a que el costarricense considera que el simple interés electorero conspira contra los legítimos beneficios para la nación. Aprecia que la normal rotación en el gobierno de los dos principales partidos políticos del país ̶ los social-cristianos y los social-demócratas ̶ afecta al bien común, al variar con ella en muchas ocasiones las políticas sobre aspectos en que se considera necesaria cierta continuidad gubernamental.

    Este gobierno ha tenido la valiosa característica de que, al menos en un aspecto vital para el país, ha sido sabio al definir una política “bipartidista”, lo que le imprime cierta naturaleza “nacional” a la seguridad de Costa Rica, según me hizo conocer cierta persona enterada de estos asuntos.

    Sin duda alguna, por lo general el costarricense se mantiene muy preocupado por los asuntos de la seguridad del país, a la luz de la vecindad potencialmente agresora y a la voracidad que caracteriza al marxismo imperialista.

    El hecho de que los dos principales partidos políticos sean activos conocedores de los asuntos de seguridad nacional, le otorga al costarricense un mayor grado de confianza acerca del feliz manejo de tan delicados asuntos.

    Igualmente trascendente ̶ aunque debo decir que, lamentablemente, casi siempre ha sido una especie de canto de cisne del gobierno saliente ̶ puede ser el acuerdo entre nuestros dos principales grupos políticos para que el país disponga de un muy capacitado servicio exterior.

    Los costarricenses hemos sido testigos de cómo, muchas veces y con notorias excepciones, el cuerpo diplomático nacional simplemente ha sido utilizado para ubicar a los afectos políticos del partido vencedor en la más reciente contienda electoral. Evidentemente, esto se ha traducido en la existencia de un cuerpo diplomático poco capacitado para realizar una labor exitosa en defensa de los intereses nacionales ante la comunidad internacional, el cual, incluso, ha mostrado una incapacidad palpable en el enfrentamiento de los conspiradores internacionales contrarios a la democracia liberal que nos caracteriza.

    En estos días, tanto el Canciller de la República, don Carlos José Gutiérrez, como algunos conocedores de nuestra diplomacia y quienes pertenecen al grupo social-cristiano, han expresado que es fundamental para el bien nacional que se capacite a nuestro servicio exterior, de manera tal que se inmunice en algo de los vaivenes político-electoreros.
    Ahora bien, deseo aprovechar esta oportunidad para proponer públicamente una especie de acuerdo nacional o “bipartidario”, si así se le quiere llamar, en un ramo muy importante para el bienestar nacional. Uno de los problemas más serios en el campo de la política económica ha sido que el puesto clave de Presidente Ejecutivo de Banco Central, al igual que otras posiciones de naturaleza bastante técnica, está sujeto al meneo electorero.

    Así, sin rubor, puedo afirmar que, en ciertas ocasiones el puesto de rector máximo de nuestra banca central ha sido ocupado por personas, más que en virtud de su capacidad, sabiduría y conocimientos de temas económicos, por el afecto político al partido de turno en el gobierno.

    Lo anterior ha significado que, en muchas ocasiones, las recomendaciones técnicas hayan cedido su lugar a las pasiones electoreras, las cuales han resultado ser muy onerosas para el país. Ahora existe la ubérrima oportunidad de que nuestros principales partidos políticos contribuyan a “despolitizar” ̶ hecho a todas luces muy conveniente ̶ al Banco Central.

    La presencia del doctor Eduardo Lizano Fait, cuya preferencia política es irrelevante señalar, en la Presidencia Ejecutiva del Banco Central ha rendido enormes dividendos al país. No sólo incuestionablemente él es una persona ducha y conocedora de los asuntos de naturaleza económica, sin que es muy libre de dogmatismos estériles, que muchas veces obscurecen el debate inteligente. Sí además se agrega el hecho de que don Eduardo goza de la confianza de su propio partido político, así como de la de los principales economistas del grupo social-cristiano y, en general, de la de los costarricenses relativamente alejados de los temas electorales, él constituye un valioso activo nacional especialmente en momentos de tanta trascendencia para la economía del país.

    Adicionalmente, los principales organismos internacionales, los que tienen una enorme relación con los asuntos económicos de Costa Rica, han encontrado en el Dr. Lizano un interlocutor confiable y capaz. La permanencia del Dr. Eduardo Lizano en esa posición, por encima de los posibles resultados electorales, es una garantía para el país en la conducción de los asuntos económicos, además de que constituiría el primer paso hacia la despolitización de nuestra principal institución bancaria, hecho muy deseable para el bienestar del país.

    ¿Desaprovecharán los políticos esta grandiosa oportunidad que podría permitir al país estar mejor o bien continuarán haciendo de la Presidencia Ejecutiva del Banco Central el nocivo feudo de épocas pasadas? Aprovechar esta excelente oportunidad en bien del país parece ser la más sabia decisión y así me permito sugerirlo a los políticos a que lo hagan.

  8. #98
    1985-08-16-TRIBULACIONES DE UN CHINO EN LA CHINA

    TRIBULACIONES DE UN CHINO EN LA CHINA

    La Nación, 16 de agosto de 1985.

    No se trata de un ensayo acerca del libro de Julio Verne, que con tanta alegría leímos en años idos. Más bien, mi escrito se refiere a las últimas declaraciones de don Fernando Naranjo, publicadas en este período el pasado 5 de agosto.

    Allí don Fernando señaló, refiriéndose a los programas promovidos por CINDE, que “eso es lo que nos diferencia del planteamiento liberal: no creemos que simplemente con eliminar obstáculos y dejar al sector privado libre, se generará el crecimiento que Costa Rica necesita… Nuestro esquema es intervencionista, clara y definitivamente, donde la acción oficial favorecerá a la empresa privada en el proceso de transformación.”

    Hay muchas cosas que se pueden decir de esta declaración de fe y de praxis cindeísta, pero, para empezar, la pregunta lógica que hay que formularle al ahora dirigista redivivo Fernando Naranjo, es: ¿qué nos garantiza que la acción estatal conoce más y mejor que la libre acción de las múltiples partes actuantes en la economía? Esto es, ¿y si se equivoca don Fernando al hacer que el Estado dirija la acción de la empresa privada a lo que él considera deseable?

    Pero, hay más. Preguntémosle a don Fernando: ¿quién nos garantiza que el Estado estará libre de la influencia de sectores que se quieren aprovechar de ese activismo estatal, para lograr su propio beneficio a costas de la colectividad? Esto es, ¿no estaremos en presencia, con esta acción dirigista que orienta la filosofía del CINDE según nos dice don Fernando, de un reestreno del pasado proteccionista que él mismo se ha encargado –algo tarde, es cierto– de señalarnos que es necesario transformar?

    Tal vez sea bueno recordar las palabras de ese liberal, quien precisamente preside el gobierno que tan generoso ha sido en dotar de fondos a CINDE. Me refiero a Ronald Reagan, quien al contrario de lo que piensa don Fernando sobre el papel intervencionista del Estado, lanzó su célebre afirmación: “Get the government off our backs (Quitemos al gobierno de nuestras espaldas). O también nos puede servir de recordatorio, cuando Reagan indicó que creía que “podemos embarcarnos en una nueva era de reformas en este país y en una nueva era de renovación… Una era que reorganizará la relación existente entre le ciudadano y el Gobierno, que hará que de nuevo el Gobierno deba responder ante el pueblo, que revitalizará el valor de la familia, el trabajo y la vecindad y que restaurará nuestras instituciones sociales privadas e independientes… estas instituciones y no el Gobierno son las fuentes de nuestro progreso económico y social como pueblo”.

    Es por lo anterior que me veo sorprendido por la afirmación del doctor Naranjo, de que los programas de CINDE son “clara y definitivamente” intervencionistas; cuando habíamos entendido, desde ya buen rato, de que más bien el objetivo de CINDE era eliminar una serie de taras económicas heredadas de un pasado social-estatista.
    Pongámosle cuentas al rosario: proteccionismo arancelario excesivo, estructura tributaria orientada a la maximización de ingresos para el fisco, trabas burocráticas en la obtención de divisas, tipo de cambio fijo e inmutable, crecimiento de la burocracia estatal, gigantismo del tamaño del Estado con respecto a nuestra producción, excesiva emisión de dinero… ¿Sigo…?

    No me queda más que pensar que mi buen amigo don Guido Fernández se equivocó cuando mencionó a don Fernando Naranjo como un economista liberal en Liberación Nacional… o bien estamos en presencia de las tribulaciones de un chino en la China tratando de diferenciarse de los demás, por aquello de que ser liberal es vergonzante para algunos liberales.

  9. #99
    1985-09-01-EL FMI Y LA DEUDA LATINOAMERICANA

    EL FMI Y LA DEUDA LATINOAMERICANA


    La Nación, 01 de setiembre de 1985.

    Según las cifras contenidas en la publicación “La crisis financiera de Cuba: el reporte secreto del Banco Nacional de Cuba”, este país tiene una deuda con las naciones occidentales de aproximadamente 3.300 millones de dólares, en tanto que se estima que la obligación con los países socialistas asciende a 22.000 millones de dólares. Sin duda algunas, en términos per cápita, la deuda externa de Cuba parece ser la más elevada de Latinoamérica. Sin embargo, la actuación de Fidel Castro, orientada a que los países de América Latina entren en mora de pago de su deuda externa, sin duda alguna no se origina en un interés egoísta de Castro de no pagar esos 25.000 millones y más de dólares. Más bien su interés se centra en crear un serio caos financiero a nuestros endeudados países, que si no honran sus deudas, muy difícilmente podrían recibir recursos externos, indispensables para un crecimiento económico estable.

    De aquí que Fidel, después de todo lo que busca es provocar un caos en nuestras naciones, abogando contra las medidas de austeridad que promueve el Fondo Monetario Internacional, requisito para la recuperación de los países de América Latina.

    Por supuesto que la intención de Fidel es que sus ideas caigan en un suelo fértil; sin embargo, es notorio que en Latinoamérica cada gobernante que recién asume el poder lo primero que hace es lamentarse de las restrictivas políticas del Fondo y promete que tratará de evitar su imposición a toda costa. Pero, al fin y al cabo, gobernantes como Sarney, Sanguinetti, Alfonsín, Febres Cordero –y no tardará el señor Alan García del Perú– aceptan la realidad de que, si bien los ajustes que se le proponen tienen sus costos, las opciones resultan ser más caras tanto en lo económico como en lo político.

    Debe reconocerse que las propuestas del Fondo Monetario para naciones en las circunstancias de la generalidad de las de América Latina son duras, difíciles, bastante incómodas, especialmente para gobernantes acostumbrados a la dispendiosidad del gasto público, pues la conveniencia de ellas suele verse en el largo plazo, en tanto que el político suele respirar en el corto.

    En algún lado leí que el presidente Reagan tiene una plaquita en su escritorio en la cual se lee: “Puedes llegar a hacer mucho si no te importa quién se lleve la fama”. Por eso, tal vez a algún político le puede interesar un concepto ligeramente diferente de lo que sucede actualmente en las negociaciones entre el FMI y sus gobiernos. Estas no toman en cuenta, en muchas ocasiones, ese incentivo tan pedestre para algunos, pero tan útilmente explicativo para otros: el sistema de maximización de ganancias que en política puede tener una contraparte interesante. Así imaginémonos un conjunto de acuerdos posibles con el Fondo Monetario Internacional, en los cuales existe un plan de incentivos graduados, de manera tal que, para aquellas naciones que, en una primera instancia, estén dispuestas a tomar medidas más restrictivas, en la siguiente ronda de acuerdos se les premie con una mayor laxitud en las subsiguientes medidas restrictivas. Pero, por supuesto, este conjunto de opciones de políticas debe ser plenamente especificado desde sus inicios y, también, para el caso de “malos” comportamientos, presentar el plan de “desincentivos” para los políticos.

    Evidentemente esta es una propuesta sumamente rudimentaria, pero creo que nuestra la virtud de presentar incentivos “político-electorales”, para aquellos gobernantes que estén dispuestos a tomar las amargas medicinas necesarias que recomienda el Fondo, pero también se le expresa con claridad al político, quien a veces prefiere proseguir en el diletantismo y en la permanente búsqueda de ver cómo se escapa, qué podría sucederle con su comportamiento de “únicamente vale el corto plazo”.

    Puede ser que esta vez Fidel no se salga con la suya, pero algunas ideas como las propuestas harían menos costosa la observancia de las difíciles medidas del Fondo y, por lo tanto, más caras las aventuras de Castro.

  10. #100
    1985-09-09-CANASTA DE CONFUSIONES
    CANASTA DE CONFUSIONES


    La Nación, 09 de setiembre de 1985.

    En La Nación del miércoles 21 de agosto se consignan unas declaraciones muy importantes del Ministro de Planificación, licenciado Juan Manuel Villasuso. En esencia, el funcionario se opone a la propuesta de que el Banco Central varíe la metodología, hasta ahora empleada, para determinar el tipo de cambio de nuestra moneda con respecto al dólar.

    Actualmente, según lo acordado con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central devalúa nuestra moneda en tanto que, entre otros factores, nuestra tasa de inflación exceda a aquélla de la economía norteamericana.

    La propuesta, que adelantó el presidente el Banco Central se está estudiando en dicha institución, ligaría el valor externo de nuestra moneda o una “canasta” ponderada de las diversas monedas de los principales países, con los cuales realizamos nuestro comercio internacional.
    El ministro Villasuso se opone a esta idea basado en las siguientes consideraciones, que él mismo expresó:
    1.- Porque el Fondo Monetario Internacional “ha dicho que les gustaría ver una modificación en la metodología que se usa para fijar el tipo de cambio”.
    2.- Por ser “inconveniente, porque una nueva metodología podría significar alteraciones importantes en el tipo de cambio” y,
    3.- Porque se rompe el compromiso adquirido entre el Gobierno de Costa Rica y el Fondo Monetario Internacional y “nosotros debemos hacer que se cumplan los compromisos que asumen con nosotros”.

    La posición expresada por el Ministro Villasuso sin duda alguna mueve a la reflexión. En primer lugar, el mensaje que envía el Ministro a la ciudadanía costarricense es claro: sí por una parte el FMI “presiona” por variar un sistema, lo cual originaria una mayor devaluación que la actualmente llevada, significa, ni más ni menos, que el Fondo Monetario considera insuficiente nuestro grado de devaluación, por lo que ̶ a las realidades económicas ̶ tarde o temprano debemos encarar una mayor devaluación. Como tengo la impresión de que actualmente nuestra política económica ̶ y a esto se debe gran parte de su relativa bondad ̶ se origina en la “presión” del Fondo, es muy posible que tengamos una fuertecita devaluación en los próximos meses, según lo hace entrever el ministro Villasuso.

    En segundo lugar, no entiendo la posición expresada por el Ministro Villasuso de salvaguardar la santidad del contrato con el FMI. Por supuesto, los contratos deben ser respetados, pero estos pueden ser variados si las partes encuentran conveniente hacerlo así. En este sentido, un ejemplo sencillo puede ser útil: imaginemos que un médico considera que su paciente canceroso puede recuperarse de la enfermedad con cierta dosis de rayos o de qumioterapia. Resulta que con esas dosis, el paciente no se recupera a un ritmo deseable. Entonces, el médico le aconseja al paciente que es necesario, digamos, duplicar la dosis de rayos o de tratamiento a base de químicos. Según la lógica del ministro Villasuso, el paciente deberá alegarle al médico que, de seguir su consejo, se violaría el contrato sacrosanto inicial. Dicha lógica del Ministro no toma en cuenta la posibilidad de que el paciente gane ̶ se cura ̶ si sigue el nuevo consejo, esto es, que las partes estén ̶ para beneficio mutuo ̶ dispuestas a variar el contrato. La lógica del Ministro nos lleva a un corolario: el paciente mantendrá el contrato… desde su tumba.

    En tercer lugar, lo que motiva la acción del Ministro es su creencia de que una mayor devaluación no va a provocar un aumento de las exportaciones. Tal vez ello sea cierto, pues es un asunto empírico, pero sí es de lógica que, si se mantiene sobrevaluado el colón ̶ tal como es la premisa que mueve la propuesta de variación en la metodología para definir el tipo de cambio ̶ menos se habrá de exportar y más se habrá de importar. Esto es, el ministro Villasuso confunde la magnitud de las variaciones en los flujos del comercio internacional con la dirección de los mismos.

    Me parece que lo que en verdad hay detrás de todo este embrollo es el deseo del ministro Villasuso de mantener artificialmente bajo el tipo de cambio, cuando las realidades económicas empujan a una mayor devaluación de la moneda, en comparación con aquella llevada hasta la fecha por el actual gobierno. Sin duda alguna, se pretende aún tapar el sol con el dedo.

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