1987-02-14-DIÁLOGO VEHICULAR


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DIÁLOGO VEHICULAR

La Nación, 14 de febrero de 1987.


A manera de introducción para este diálogo, el cual intento transcribir de la manera lo más fielmente posible ̶ o sea, adaptado para los lectores ̶ debo señalar, es obvio, que mi amigo no se llama Automedonte Chasqueado, pero, después de todo, el nombre es lo de menos. Lo que sí me interesante destacar es que la conversación que con él tuve transcurrió en los términos siguientes o algo parecidos:

Automedonte Chasqueado:
Con esto de los impuestos a los vehículos, se me afirmó de buena fuente que los diputados en la Asamblea Legislativa van a votarlo a favor, pero que ellos se van a eximir del pago del impuesto al ruedo en la nueva ley. ¿Cree usted que esa inmoralidad sea cierta?
Yo:
Creo que jamás, pero jamás, harían una cosa tan inmoral como la que a usted le dijeron. Yo conozco a muchos de ellos, casi a todos y, en general, me dan la impresión de ser personas muy correctas, por lo que creo que esa es una bola infame, pues los diputados ante todo ven el bien de la nación y no su privilegio personal.

Automedonte Chasqueado:
Figúrese que con el nuevo paquete de impuestos, en lo que trata de los carros, el valor sobre el cual se pone el impuesto será fijado por algún personero de la Tributación; se ha dicho que será sobre el valor de mercado del carro. ¿Qué le parece el enredo para determinar los valores y la posibilidad de abuso?

Yo:
Lo dudo. En primer lugar, dejar que otra persona, tan de carne y hueso como usted o como yo, le diga cuál es el valor de determinado modelo de carro, sin duda alguna que se presta para desastres de todo tipo. Eso sucede siempre que se deja al arbitrio de algún administrador decidir el valor del impuesto.

Pero, además, me parece imposible que se fije el “valor de mercado del vehículo” pues, después de todo, cada carro es cada carro. Por ejemplo, al igual que algunos seres humanos, que se ven muy bien por fuera, pero quienes tienen almas más negras que la boca de un lobo, hay carros que se ven todos chaineaditos pero la máquina no sirve para nada. O, al revés, dos carros iguales en todo, pero uno ellos está golpeado, como buen cliente que es de ciertos parqueos, lo que haría que éste valga mucho menos que el otro, Sin duda alguna que se va a requerir de magos en el gobierno, quienes nos puedan decir cuál es el valor de mercado de cada uno de los casi 100.000 chunches que circulan en Costa Rica. ¿Se imagina el enredo cuando quieran hacer tabla rasa con las valoraciones de los carros para efectos del impuesto?

Automedonte Chasqueado:

Otra cosa que he entendido de todo este asunto de los nuevos impuestos es que el Ministerio de Hacienda ha dicho que lo ponen para reducir el déficit; sin embargo, tanto en la tele como en mucha otras ocasiones, ha afirmado que la plata que ingreso por este impuesto a los carros “se utilizará en los programas de caminos vecinales y mantenimiento de carreteras”. Y diay, ¿entonces no hay tal reducción del déficit sino más bien de lo que se trata es de mantener la gastadera?

Yo:
Bueno, eso es parte del cuentazo con este nuevo paquete de impuestos. Dicen que se trata de aumentos en los impuestos para reducir la diferencia entre los gastos y los ingresos del gobierno, pero, al mismo tiempo, nos dicen que lo que se recaude se va a gastar ̶ generalmente señalan que es para algo bueno. Todo esto no reduce el déficit. Así pretenden que la gente se trague el cuento, pero la verdad es que, como dijo una vez un señor: “Se puede engañar a toda la gente durante algún tiempo, se puede engañar a parte de la gente durante todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo mundo durante todo el tiempo.” Tal vez tan sólo nos queda rogar que, cuando se nos quiera rodar, lo hagan con más fineza.
Automedonte Chasqueado:

A mí, si me ponen a pagar estos nuevos impuestos lo que me va a dar es envidia, puesto que muchos empleados del Gobierno andan en carros muy buenos, y, sin embargo, no pagarán el nuevo impuesto…
Yo:
La envida es mala consejera; ya ve, para promover estos nuevos impuestos muchas de las altas autoridades del gobierno precisamente han estimulado que exista la envidia. Pero, no sigamos por ese camino, sino que, más bien, amparado a aquel lema gubernamental de que “paguen los que más pueden”, por lo menos podemos sugerir que los funcionarios del Estado a quienes se les tiene asignado un carro para su servicio personal, paguen de sus sueldos este impuesto, al igual que como lo haremos todos nosotros. Y para ayudar a evitar que crezca el gasto público y por lo tanto el déficit fiscal, que no se les aumenten los sueldos a esos funcionarios, a manera de compensación por el desembolso, al tener entonces que pagar el impuesto de los carros. Parece justo, ¿verdad?
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Automedonte Chasqueado:
Parece que han salido algunas ideas buenas y como me han dicho que lo que tratan de provocar es un diálogo entre gobernantes y gobernados, tan sólo me queda decirle, don Jorge, que ojalá algún día tenga usted un carro bien bueno para que se deshaga de la cacharpa que tiene.

Yo:
Eso es lo triste, don Automedonte, que no sólo los carros ya son muy caros por el montón de impuestos que ahora tienen, impuestos que han sido implantados por el mismo gobierno y que ahora más bien quieren aumentarlos, sino que cada vez más se dificulta a quienes no los tienen, aunque trabajen mucho, poder disponer de ciertas cosas en la vida, pues ellas parecen ser pecado a los ojos de algunos.