CÓMO RECUPERAR ALGO DE NUESTRO DINERO

La Nación, 21 de febrero de 1975.

Muy atinadamente nuestros tribunales resolvieron que el cobro de impuesto de la renta había sido efectuado incorrectamente por parte del Estado. Puesto que la nueva ley sobre el impuesto a la renta fue aprobada en marzo de 1972, entonces el impuesto con las nuevas tasas no podía ser aplicado a los ingresos percibidos durante el período noviembre 1971 a marzo de 1972. Por lo tanto, los contribuyentes tienen el derecho de que sobre una porción de la renta se les aplique el impuesto antiguo más bajo y, a partir de marzo de 1972, se les grave con el impuesto más elevado.

¿En que forma podríamos recuperar parte del exceso de impuestos que pagamos? Lo más conveniente es que el Sr. Ministro de Hacienda Lic. Porfirio Morera, ateniéndose a la decisión de los tribunales y facilitando al contribuyente la tarea administrativa, decretara que se efectúe dicha devolución. Creemos que don Porfirio, funcionario con una gran visión, conocimiento y buen sentido, atenderá nuestra sugerencia.

Por otra parte se ha dado un fenómeno muy desagradable, al cual se le aplica aquella desaforada expresión de un diputado actual de ser “explícitamente tácito”. Existe un gran deseo por parte de algunos funcionarios de la Tributación Directa de devolver esos dineros sujetos a que se haga una investigación exhaustiva de las declaraciones de renta de las personas. Es algo así como decir que, si uno solicita una devolución se buscarán esqueletos en los closets, para averiguar si más bien no queda uno debiéndole plata a la Tributación. O sea, “no revuelvan la cosa, porque más bien van y salen perdiendo”. Este espíritu inquisidor es lamentable, porque si bien es indispensable que en un sistema tributario moderno, exista un procedimiento administrativo que permita detectar las declaraciones de impuestos defectuosas, es incorrecto utilizar esta arma para atemorizar al peticionario que solicita sus fondos, con el fin de que se quede callado.

Si esta situación previamente descrita fuera la del caso, entonces, una alternativa seria la petición colectiva, ya sea de todos los trabajadores en una empresa o grupo de empresas, o bien de sindicatos o de cámaras y asociaciones o de instituciones autónomas. Esto lograría obstaculizar el sistema de represión disimulada, en forma tal que no podría operar. Pero estamos seguros de que el Sr. Ministro de Hacienda es una persona con gran sentido práctico, quien ateniéndose a la ley y evitando un entrabamiento innecesario en su dependencia, amén de evitar el disgusto del ciudadano que tributa, pondrá orden en este posible desaguisado contra los contribuyentes.