REDEFINIR LAS PRIORIDADES DE GASTO
Por Jorge Corrales Quesada

En el año que acaba de concluir, el exceso de gasto del gobierno central por encima de los impuestos que recauda, llegó a ser de un 4.4% del valor de la producción nacional, afortunadamente un porcentaje inferior al que el gobierno había anunciado en meses previos. Sin embargo, sigue siendo sumamente alto, por lo cual el gobierno, si es que efectivamente busca lograr la estabilidad y confianza de la economía, deberá redefinir prioridades que tal vez se puedan traducir en una reducción efectiva de su gasto.

El Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) anunció hace poco que destinará más de ¢5.700 millones para la edificación de nuevos centros de cuido. Este sistema está integrado, entre otros, por más de 398 Cen-Cinais. Es decir, plantea destinar recursos públicos adicionales en ese monto tan elevado a fin de construir una cantidad mayor de centros en donde, a cargo del Estado, se cuidará a los niños menores para que sus padres puedan acudir a los centros en donde trabajan. No voy a comentar acerca de si esta resulta ser la mejor opción en cuanto al cuido que debe brindársele a los menores; concretamente que esté a cargo del Estado en vez de ser por sus familiares, sino que deseo referirme a este mayor uso de recursos en nuevas instalaciones, en tanto que hay otros programas importantes de edificaciones estatales que están experimentando serios problemas de mantenimiento. Esto es, pronto se requerirán fondos adicionales para arreglarlos.

Personalmente creo que el sistema de seguridad social del país ha contribuido significativamente a que nuestra población goce de relativamente buena salud, reflejada en una esperanza de vida de las más altas del mundo, hecho destacable para un país subdesarrollado. Los Cen-Cinais se han convertido en la vanguardia de nuestro sistema de seguridad social y creo que refleja más claramente las intenciones de quienes en el pasado lucharon por que tuviéramos un sistema básico de acceso a la salud (como me decía uno de ellos, el Dr. Fernando Trejos Escalante, “para que nadie se muriera por falta de un médico”). Sin embargo, es notorio el decaimiento físico paulatino de las instalaciones de muchos de los actuales Cen-Cinais. La Caja Costarricense de Seguro Social, con todo y sus problemas y ante la necesidad impostergable que tiene de redefinir su papel en la sociedad costarricense y, sobre todo, de hacer un manejo administrativo más eficiente que el actual, debe tomar nota de que un deterioro de los Cen-Cinais se reflejará en una demanda mayor de los servicios hoy brindados por los centros hospitalarios. Esto último sin duda que significará para la Caja una operación más costosa que la actual, ya de por sí en problemas.

Asimismo, la estructura física de las escuelas públicas (para no hablar de la académica) sufre un fuerte deterioro, hecho recientemente reconocido por el Ministro Garnier, quien dijo no disponer de los recursos que le permitirían mejorarla. Si bien es cierto que la educación privada primaria y secundaria constituyen un alivio en cuanto a la provisión adecuada de infraestructura educativa, no creo que alguien esté pensando en la conveniencia de que no haya educación estatal, concretamente en instalaciones inadecuadas.

En vez de estar edificando nuevos centros de cuido, dada la enorme escasez de recursos con que cuenta el estado costarricense y dado el deterioro creciente de los Cen-Cinais y de las escuelas públicas, tales fondos debería de dirigirse a mejorar la estructura física de estos dos últimos, en vez de abrir nuevos lugares de cuido. Después de todo, lograr que la gente acuda a las empresas privadas en busca de empleo deberá estar ligado a que se conviertan en empleos atractivos, lo cual bien podría incluir el cuido de menores, en donde incluso posiblemente los padres tendrían mayor grado de influencia sobre la educación de sus niños. Es decir, son asuntos que deberían ser resueltos no por el Estado, como pretende este gobierno, sino por las empresas y los trabajadores. Caso distinto es el acceso a la medicina básica que ofrecen los Cen-Cinais y las escuelas públicas.

Escrito el 27 de enero del 2012.