2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002
2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002
Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense; Correcting the
News Media Top Economic Myths" (Alexandria, Virginia: Media Research Center,
2001).
En los Estados Unidos existe el Centro para Investigación de los Medios (Media
Research Center), el cual tiene como uno de sus objetivos tratar de "corregir
concepciones erradas en los medios de comunicación acerca de la libre empresa" y
proveer "la verdad acerca del sesgo que existe en los medios de comunicación del
sistema ["establishment"] contra la libertad de empresa."
Resulta interesante destacar algunos de los encabezados que han aparecido en
importantes medios de comunicación en los Estados Unidos y que, en opinión del
autor del capítulo introductorio, Stephen Moore, constituyen ejemplos de carencia
de sentido (el que hayan aparecido en los Estados Unidos, no significa que no
exista un paralelo en nuestro país: en ambos se cuecen habas):
· La economía crea un número récord de nuevos empleos; el reporte causa serias
preocupaciones en Wall Street.
· Aumentan los salarios; los economistas advierten acerca de un resurgimiento de
la inflación.
· Se dispara el gasto de los consumidores: el Banco Central de los Estados
Unidos (Fed) se preocupa por un recalentamiento de la economía.
· Alza en el dólar tiene nerviosos a los economistas sobre un déficit en el
comercio internacional.
· La caída en el dólar es un signo bienvenido de que una economía tórrida se
está enfriando.
· Descenso en el crecimiento del sector manufacturero puede permitir al Banco
Central (Fed) mantener bajas las tasas de interés.
· La venta de nuevas viviendas cae a su nivel más bajo en cinco años; analistas
se sienten aliviados al ver ahora un aterrizaje suave de la economía.
· Recortes tributarios podrían hacer más daño que bien a la economía de los
Estados Unidos.
Como observarán, algunos de estos titulares nos "parece" que tienen sentido, de
manera que resulta interesante ver lo que este pequeño librito nos comenta al
respecto. Pero, antes de mencionar los breves ensayos de destacados economistas
que la obra contiene, vale la pena plantearse una pregunta que se hace Moore:
¿Qué es lo que explica la mitología económica que en estos días pasa por ser
noticia? Un factor que él señala es una especie de mentalidad de horda que se
observa entre periodistas (dicho sea con todo respeto), puesto que ideas
claramente erradas son sumamente extendidas, pero la culpa suele recaer en los
propia profesión de los economistas, en mucho porque no han sabido enseñar las
lecciones universales básicas de esa disciplina.
Es por ello que esta publicación se propone "proveer algunas directrices
prácticas que ayuden a reporteros y editores de medios escritos, radiofónicos y
de televisión, para que mejoren su cobertura de la economía moderna de los
Estados Unidos" (y de Costa Rica también).
Moore señala la existencia de cuatro categorías de error periodístico en las
cuales caen esos mitos. A una de ellas la denomina "un sesgo poderoso hacia el
pesimismo," en que el problema radica, no en que las noticias no sean cubiertas,
sino que son distorsionadas, de manera tal que destacan el lado malo de noticias
buenas. En respaldo de esta categoría, cita la apreciación (estén o no Ustedes
de acuerdo con ella) del destacado periodista Michael Prowse, del diario
londinense Financial Times, quien dijo una vez que "Los Estados Unidos tenían una
reputación peor que la que se merecen. La televisión comercial y el cine
presentan una imagen grotescamente distorsionada de la vida moderna en los
Estados Unidos. La tendencia de los extranjeros de golpear a este país se ve
estimulada por la misma apertura de la sociedad, la cual asegura que cualquier
vicio posible -que va desde la corrupción política hasta las bajas calificaciones
logradas en los exámenes escolares- es mostrado en un desfile por todo el mundo.
Otros países tratan de esconder sus pecados en el interés del progreso. Los
gringos toman un gran deleite en exponer los suyos."
La siguiente categoría es bautizada por Moore como "una confianza excesiva en
fuentes no confiables". Dice que el problema no es solamente que se acude a
personas que tienen pocos resultados en su haber ("track records") sino que
también se accede a expertos falsos en lo que concierne a la cobertura de temas
tales como el medio ambiente, la población, la escasez de recursos y la
producción mundial de alimentos. Moore cita, como ejemplo, la referencia que se
suele hacer de un artículo escrito en 1981 por Lester Brown, del Worldwatch
Institute, en el cual afirma que "se acabó el período en que había seguridad en
la oferta mundial de alimentos. Al continuar presionando la demanda contra la
oferta, inevitablemente los precios reales de los alimentos aumentarán," cuando
lo cierto ha sido que más bien han bajado los precios reales de los alimentos.
Otro caso de malos expertos frecuentemente usados por los periodistas, al cual se
refiere Moore, es el de Paul Ehrlich, quien una vez dijo que "la batalla por la
humanidad se había terminado. Cientos de millones de personas se van a morir de
hambre." Esto me trae a colación la famosa predicción (entre otras similares)
hecha en los años sesentas por el Club de Roma, el cual dijo que en el año 2000
el precio del barril de petróleo excedería a los $100, afirmación que en su
momento aparecía hasta en la sopa de los medios y que hoy han dejado en el
olvido, no por lo grotesco de tal aseveración, sino porque ya no es una noticia
que impacte.
La tercera categoría la denomina Moore como "un sesgo en favor del
intervencionismo gubernamental." Dice que los periodistas generalmente acuden a
preguntar a los burócratas en Washington sobre cómo resolverían ellos los
problemas, ya sean reales o imaginarios, al tiempo que dejan de lado las
opiniones de personas que no creen en el intervencionismo gubernamental, quienes
usualmente son vistos como retrógrados o caarentes de compasión. En el campo
internacional, cuando los medios cubren a otras naciones, suelen hacer énfasis en
su fe en los resultados positivos de la actividad del estado y de la poca
confianza que tienen en los mercados libres. El autor pone como ejemplo de ello
un comentario en la CNN de su reportera estrella Christiane Amanpour, diez años
después de la caída del socialismo soviético, quien en 1999 dijo: "muchos están
diciendo que el capitalismo desenfrenado que siguió al comunismo ha desatado la
miseria sobre ciudadanos quienes previamente habían tenido satisfechas todas sus
necesidades sociales, especialmente en la antigua Unión Soviética." Moore señala
que "el fracaso de los medios para explicar rutinariamente las deficiencias y las
consecuencias no previstas de la intervención del estado posiblemente se
catalogue como uno de los mayores pecados por omisión de nuestros tiempos."
La última categoría de Moore, en la cual encajan los mitos económicos usualmente
perpetuados por los medios, es "un fracaso en captar las nuevas reglas de la
economía en la era de la información." Aquí yo difiero del autor en cuanto a
enfatizar que los periodistas (así como muchos economistas) no se han dado cuenta
que las viejas reglas de la economía han cambiado. Por el contrario, considero
que las reglas siguen siendo básicamente las mismas, si bien algunas
instituciones han evolucionado.
Finalmente, el autor deja a los reporteros siete sencillas reglas que les
permitirían entender lo que Moore denomina como una nueva economía (en mi
opinión, no se trata de nada nuevo, puesto que muchos economistas y pensadores ya
las habían señalado mucho tiempo atrás):
· "la inflación es siempre y en todo lado un fenómeno monetario," es una
sencilla regla de política monetaria acuñada por Milton Friedman hace unos
cuarenta años y que hoy en día tiene más validez que nunca.
· Los salarios aumentan al aumentar la productividad.
· Cuando usted le pone impuestos a algo, obtiene menos de ello; cuando usted
grava menos a algo, obtiene más de eso.
· Una moneda fuerte es signo de una economía fuerte.
· Eso de déficit comercial no tiene sentido.
· El crecimiento económico es algo bueno (No existe tal cosa como una curva de
Phillips por la cual se puede optar entre inflación y crecimiento).
· Los mercados funcionan: el modelo de planificación central es un fracaso.
A continuación se indican los breves y diferentes ensayos, que el libro denomina
como "Mitos de los Medios", así como quienes son sus autores:
· Capítulo 1: "El gasto y los déficit gubernamentales estimulan a la economía",
por Milton Friedman (Premio Nóbel en Economía).
· Capítulo 2: "El crecimiento económico causa inflación", por Lawrence Kudlow
(Comentarista de asuntos económicos para la CNBC).
· Capítulo 3: "La reducción de impuestos siempre ocasiona un descenso en las
recaudaciones tributarias", por Arthur Laffer y Stephen Moore (Laffer fue asesor
del Presidente Reagan y Moore es miembro del Instituto Cato).
· Capítulo 4: "Los déficit en el comercio internacional son malas noticias para
la economía de los Estados Unidos", por Brian Wesbury (Autor del libro "The New
Era of Wealth", editado por McGraw-Hill)..
· Capítulo 5: "Hay mucha gente y pocos recursos naturales", por Nicholas
Eberstadt (Miembro del Centro para Estudios sobre Población y Desarrollo de la
Universidad de Harvard).
· Capítulo 6: "Los Estados Unidos deberían ser más como Europa", por William A.
Niskanen (Presidente del Instituto Cato).
· Capítulo 7: "Una clase media en proceso de desaparición", por W. Michael Cox
(Vicepresidente del Banco de Reserva Federal de Dallas).
· Capítulo 8: "La desregulación daña a los consumidores", por Robert W. Crandall
(Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 9: "Los Estados Unidos están sufriendo de una crisis de insuficiencia
de ahorros", por William G. Gale (Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 10: "¿Por qué los economistas estadounidenses no pueden predecir el
futuro?", por David Hale (Economista principal del Zurich Group).
Posiblemente con la lectura de estos breves ensayos Ustedes terminarán por estar
en descuerdo con algunos de los aspectos allí tratados (tal vez yo no tanto),
pero ciertamente les obligará a pensar, lo cual es siempre muy conveniente.
A quienes tengan interés en leer este libro de Moore y Noyes, con gusto se los
puedo prestar con carácter devolutivo. Para ello, ya saben cómo y adónde se me
localiza. Además, continúan a su posible disposición los siguientes libros del
mes que han sido objeto de comentario en palestra:
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre del 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre del 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World".
Jorge Corrales Quesada
2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003
Les recuerdo que siempre será bienvenida la publicación que alguno de ustedes
desee hacer en palestra comentando o resumiendo algún libro que hayan leído
recientemente (o hace muchos tiempo atrás) y que juzguen podría ser de nuestro
interés o beneficio.
2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003
Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader", The Ludwig von Mises
Lecture Series, Vol. 18 (Hillsdale, Michigan: Hillsdale College Press, 1991).
Esta obra presenta un resumen de algunas de la más importantes contribuciones a
la llamada Escuela de Economía Austriaca, aunque, como sucede casi siempre, uno
suele pensar en varias que quedaron afuera, más que en las que se incluyen. Sin
embargo, creo que, para el lector interesado en los temas Austriacos, este libro
presenta una cobertura adecuada de los principales que se suelen asociar con esta
escuela de pensamiento.
La forma en que organizo este comentario del libro del mes es la siguiente:
primero traduzco algunos párrafos importantes de la introducción que hace
Ebeling, en donde destaca las principales características del pensamiento de la
Escuela de Economía Austriaca. De seguido, presento la lista de los 34 artículos
que se incluyen en las 6 secciones principales que estructuran al libro y
finalmente presentaré los párrafos más importantes de tres de los artículos allí
incluidos y que llamaron mi interés para leerlos en esta ocasión.
Según la introducción del profesor Ebeling, las concepciones esenciales que
constituyen las tres piedras cúbicas sobre las que se edifica la Escuela de
Economía Austriaca, son: el individualismo metodológico, el subjetivismo
metodológico y las consecuencias no previstas de la acción humana y las "leyes"
de la Economía. Cuando aparece un paréntesis cuadrado, este es mío, así como la
traducción de los textos.
"EL INDIVIDUALISMO METODOLÓGICO.
Empezando con Carl Menger, los Austriacos han enfatizado que todo fenómeno
económico y social empieza con, y lo es en última instancia, el resultado de las
acciones e interacciones de los individuos, cuyos actos generan resultados que se
observan en un mercado. Cualquier teoría acerca del fenómeno del mercado que no
pueda exitosamente trazar sus conclusiones sin acudir a un retorno a una lógica
de la acción y elección humanas, resulta ser una teoría incompleta e
insatisfactoria. Como resultado, durante los últimos cincuenta años, los
Austriacos han sido particularmente críticos de la mayor parte de la
macroeconomía. Han señalado que analizar en términos de estadísticas agregadas
las fluctuaciones de toda una economía, tanto en el empleo como en la producción,
y las alzas y bajas en el nivel general de precios y de salarios, equivale a la
sonrisa sin el gato [se refiere al cuento de Alicia en el País de las Maravilla,
obra de Lewis Carroll, en el cual, en lo alto de un árbol, únicamente se divisaba
la sonrisa del gato risón, mas no su cara]. Los agregados estadísticos resultan
de conjuntar múltiples decisiones individuales que se dan en el mercado. A menos
que uno pueda exitosamente seguir la pista a estos residuos estadísticos de
acciones pasadas, hasta llegar a su origen en términos de una teoría coherente de
la elección individual, poco de valor se ha explicado: por "explicado" entendemos
a una teoría convincente de las cadenas causales que hayan creado esas
fluctuaciones de las magnitudes macroeconómicas. Durante la mayor parte de los
últimos cincuenta años [Ebeling publicó este ensayo en 1991], por lo general los
economistas han fracasado en tales intentos."
[Aprovecho para resaltar la presentación sistemática que el economista Austriaco
Steven Horwitz hace en su reciente libro "Microfoundations and Macroeconomics: An
Austrian Perspective" (New York: Routledge, 2000), en donde integra tres temas
ligados a economistas Austriacos -la teoría sobre los ciclos económicos de Mises
y Hayek, la idea de una banca libre o un sistema monetario totalmente de mercado
(como lo sugieren White y Selgin) y las teorías pre-Keynesianas de desequilibrio
monetario (revitalizadas por, entre otros, Leland Yeager, Axel Lejonhufvud y
Miguel Angel Rodríguez)- de manera que responde a una pregunta que él se formula,
"¿existe una macroeconomía Austriaca?," con un definitivo: "...sí existe una
macroeconomía Austriaca que está con vida y goza de buena salud" (Op. Cit., p.
2).
También sobresale el reciente libro de Roger W. Garrison, "Time and Money: The
Macroeconomics of Capital Structure" (New York: Routledge, 2001), quien basado en
teorías de Hayek sobre el capital, introduce al análisis macroeconómico
tradicional el concepto de la estructura inter-temporal del capital, con lo cual
sustituye a la macroeconomía tradicional fundamentada en el funcionamiento de los
mercados de trabajo, por una basada en cómo es que opera el mercado de capital,
lo que, en criterio del autor, permite un "verdadero acoplamiento real entre los
aspectos de corto y largo plazo del mercado" y "da un entendimiento superior de
la naturaleza de la variación cíclica en la economía y señala el camino para una
macroeconomía más completa basada en el capital." (Op. Cit., p. 5). Como
observarán los lectores, hay un buen prospecto para el desarrollo de una
macroeconomía basada en el enfoque Austriaco. De paso, ambos libros, el de
Garrison y el de Horwitz pueden ser obtenidos bajo préstamo por mi medio.]
[Continúo con la traducción de la introducción del profesor Ebeling]:
"EL SUBJETIVISMO METODOLOGICO
Los fenómenos del mercado tienen su origen en las acciones de los individuos.
Pero, al contrario de los supuestos que generalmente se usan en la teoría de la
competencia perfecta, los actores del mercado no realizan sus elecciones con base
en un conocimiento perfecto. Al contrario, si los actores tuvieran tal
conocimiento perfecto, tendría muy poco sentido la noción que nos da el sentido
común acerca de qué es lo que significa elegir. Significa seleccionar entre
alternativas, pero, si el conocimiento fuera perfecto, no habría una elección
verdadera. Dado que el agente tendría conocimiento perfecto de qué es lo que
requieren los eventos presentes y futuros, sólo podría hacer lo que ese futuro le
dicta y demanda que haga.
Tampoco el problema se resuelve si se asume un supuestos diferente sobre las
probabilidades estadísticas de los resultados del mercado. La mayoría, si no es
que todos, de los resultados del mercado poseen características y calidades que
los hacen históricamente "únicos" y, por lo tanto, son irreducibles a clases
homogéneas de hechos a las que se les pueden aplicar métodos estadísticos. Es
más, la mayoría, si no es que todas las decisiones en el mercado, requieren que,
para que quien toma las decisiones obtenga ganancias y evite pérdidas, efectúe
juicios acerca de la forma específica en que resultarán las cosas en el mercado
como consecuencia de sus acciones. Por lo tanto, conocer la probabilidad de un
resultado, a partir de una serie hipotética de eventos, resulta insuficiente para
un amplio rango de decisiones que se deben tomar en un mercado.
Como resultado, los Austriacos han tratado de desarrollar una teoría de la
acción humana y del proceso de mercado basada en el punto de vista del actor, en
vez de imponerle un conjunto de supuestos hipotéticos acerca del comportamiento y
la información. Tales supuestos bien pueden facilitar el análisis para establecer
determinados resultados del mercado, pero no tienen éxito en explicar cómo es que
de hecho operan los mercados, dado que los actores verdaderos en el mercado
operan con una perspectiva distinta y un conocimiento diferentes de los que el
economista, para propósitos de su teoría, les han dotado. Por lo tanto, los
Austriacos han señalado que el fenómeno del mercado debe ser analizado dentro de
un marco teórico construido a partir del conocimiento, intenciones y expectativas
de los propios actores. Esta noción de construir una teoría a partir del punto
de vista del actor es lo que los Austriacos dan a entender por subjetivismo
metodológico.
LAS CONSECUENCIAS NO PREVISTAS DE LA ACCION HUMANA Y LAS "LEYES" EN ECONOMIA
Si los actores en las arenas del mercado y de la sociedad llevan a cabo
decisiones por las cuales eligen y realizan acciones con un conocimiento
imperfecto, esto significa que muchos de los resultados y consecuencias de sus
elecciones y acciones tendrán elementos y aspectos no previstos. Los Austriacos
señalan que la imperfección y la extensión limitada del conocimiento humano
significan que es lógicamente imposible predecir a plenitud los eventos que se
dan en el mercado y en la sociedad. Así mismo, que tampoco podemos saber cómo
reaccionarán los actores ante aquellos eventos en el futuro que no fueron
anticipados y que sus propias acciones han ayudado a generar. Eso no podrá
saberse sino hasta que se materializan aquellas consecuencias no previstas y que
se convierten en parte del conocimiento de los actores, sobre cuya base se
tomarán acciones y decisiones ulteriores.
Esta idea ha conducido a los Austriacos a señalar que "las "leyes" de la
economía son fundamentalmente relaciones lógicas y no relaciones empíricas".
Todo lo que puede ser "predicho" son resultados y consecuencias lógicas y
formales que necesariamente se derivan de la limitante de la escasez, cuando se
estudia bajo una variedad de marcos alternativos e hipotéticos. Otra forma de
decir esto es que las leyes de la economía son relaciones del tipo, "si tal cosa,
entonces, tal otra sucede". Los juicios informados pueden ser efectuados por los
actores en el mercado en lo que tiene que ver con cambios futuros en la oferta y
la demanda, o en las "elasticidades" de la demanda y la oferta, o en las tasas de
cambio de varios factores o magnitudes a lo largo del tiempo. Pero todos los
intentos por descubrir empíricamente relaciones económicas predecibles, han
resultado más bien ser simples quimeras. Esta incapacidad para descubrir leyes
empíricas de la economía debería haber sido, por sí misma, algo predecible. Los
fenómenos del mercado surgen de las acciones y decisiones humanas; las acciones y
elecciones humanas surgen del conocimiento, expectativas, creencias y
preferencias que cada individuo mantiene; y los individuos no pueden saber en el
presente lo que en el futuro será su conocimiento, expectativas, creencias o
preferencias; por tanto, la forma específica que las cosas tendrán en el futuro,
en lo que concierne al mercado, serán siempre inherentemente impredecibles."
[Hasta aquí la traducción de partes de la introducción al libro de referencia,
escrita por el profesor Richard M. Ebeling, p. p. xiii-xvi.]
Lista de los 34 artículos y sus autores compendiados en el libro de este mes
(están en idioma inglés):
SECCION I: LA ESCUELA AUSTRICA –CONSIDERADA HISTORICAMENTE
1.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Los Economistas Austriacos,
por Richard M. Ebeling.
2.- La Importancia de la Escuela de Economía Austriaca en la Historia de las
Ideas, por Ludwig M. Lachmann.
SECCION II: FILOSOFIA Y METODO DE LA ESCUELA AUSTRIACA
3.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Metodología de la Escuela
Austriaca, por Richard M. Ebeling.
4.- Extractos de El Individualismo y la Filosofía de las Ciencias Sociales, por
Murray N. Rothbard.
5.- Ciencia Social y Ciencia Natural, por Ludwig von Mises.
6.- El Método Individualista y el "Compuesto" de las Ciencias Sociales, por
Friedrich A. Hayek.
7.- Extractos de La Sociedad Humana, por Ludwig von Mises.
8.- Los Resultados de la Acción Humana y no del Diseño Humano, por Friedrich A.
Hayek.
9.- La Medición como un Método Científico en Economía, por Leland B. Yeager.
10.- Praxeología y Econometría: Una Crítica a la Economía Positivista, por Mario
J. Rizzo.
11.- El Entendimiento Teórico de Aquellos Fenómenos Sociales que no son un
Producto del Acuerdo o de Legislación Positiva, sino Resultados No Previstos del
Desarrollo Histórico, por Carl Menger.
SECCION III: EL PUNTO DE VISTA AUSTRIACO DEL PROCESO DE MERCADO
12.- La Cataláctica Lógica versus la Cataláctica Matemática, por Ludwig von
Mises.
13.- La Administración de las Utilidades, por Ludwig von Mises.
14.- El Uso del Conocimiento en la Sociedad, por Friedrich A. Hayek.
15.- El Significado de Competencia, por Friedrich A. Hayek.
16.- Costo y Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional, por
E. C. Pasour, Jr.
17.- La Primacía del Descubrimiento Empresarial, por Israel M. Kirzner.
SECCION IV: LA TEORIA AUSTRIACA DEL INTERES Y DEL DINERO
18.- Extractos de El Capital y el Interés, Volumen II: Teoría Positiva del
Capital, por Eugen von Böhm-Bawerk.
19.- La Función de los Ahorros, por L. G. Bostedo.
20.- La Función del Ahorro, por Eugen von Böhm-Bawerk.
21.- La Preferencia en el Tiempo, por Murray N. Rothbard.
22.- Extractos de Los Intereses, por Vernon A. Mund.
23.- Complementaridad y Sustituibilidad en la Teoría del Capital, por Ludwig M.
Lachmann.
24.- Ludwig von Mises y la Teoría del Capital y del Interés, por Israel M.
Kirzner.
SECCION V: LA TEORIA AUSTRIACA DEL DINERO Y DEL CICLO DE LOS NEGOCIOS
25.- Acerca del Origen del Dinero, por Carl Menger.
26.- La No Neutralidad del Dinero, por Ludwig von Mises.
27.- ¿Puede Ayudar la Estabilización de los Precios?, por M. A. Abrams.
28.- Coordinación Inter-Temporal y la Mano Invisible: Una Perspectiva Austriaca
acerca de la Visión Keynesiana, por Roger W. Garrison.
SECCION VI: SISTEMAS ECONOMICOS COMPARADOS –LA PERSPECTIVA AUSTRIACA
29.- Capitalismo versus Socialismo, por Ludwig von Mises.
30.- Extractos de La Sociedad Libre y Próspera: Socialismo e Intervensionismo,
por Ludwig von Mises.
31.- ¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?, por Friedrich A. Hayek.
32.- Los Peligros de la Regulación: Un Enfoque del Mercado como Proceso, por
Israel M. Kirzner.
33.- Los Efectos Distributivos de la Política Económica, por Oskar Morgenstern.
34.- La Economía de Mercado y la Distribución de la Riqueza, por Ludwig M.
Lachmann.
He decidido resumir tres ensayos del libro. En primer lugar, "La Importancia de
la Escuela Austriaca de Economía en la Historia de las Ideas," por Ludwig M.
Lachmann, para lo cual traduzco los párrafos que, en mi criterio, son los más
importantes e interesante, el cual se publicó originalmente en la obra editada
por W. E. Grinder, "Capital, Expectations, and the Market Process: Essays on the
Theory of the Market Economy" (Kansas City: Sheed, Andrews and McMeel, Inc.,
1977). Lachmann fue profesor de economía en las Universidades de Nueva York y de
Witwatersrand en Johannesburgo, Sur Africa. [La traducción y los paréntesis
cuadrados son míos; asimismo, las páginas citadas se refieren, a menos que se
haga notar otra cosa, al libro del mes bajo comentario].
Dice Lachmann que "la importancia de la escuela Austriaca en el mundo de las
ideas tal vez puede encontrar su expresión más creativa en su apreciación de que
el ser humano aparece como el actor central en los acontecimientos económicos...
en donde las relaciones económicas fluyen de actos de la mente que deben ser
"entendidos"; esto es, que su origen, su importancia y sus efectos deben ser
explicados dentro del marco de nuestra "experiencia común" de la acción humana" y
que "también es importante, para entender la escuela Austriaca, destacar que en
ella, en contraste con la escuela Clásica [principalmente la de Ricardo y sus
discípulos], los seres humanos son percibidos como altamente desiguales... Este
hecho es exactamente lo que enfatiza la teoría subjetiva del valor." (p. 24).
Y agrega, "finalmente... el concepto Clásico de valor sufre un cambio
fundamental. El valor no es una "sustancia" inherente a los bienes. El concepto
central... es la evaluación, un acto de la mente. El valor ahora consiste en una
relación que se da con una mente que evalúa." (p. 24).
Asimismo, Lachmann expresa que "la teoría Austriaca necesita de la dimensión
tiempo, puesto que la acción humana es posible tan sólo en él.... Para los
Austriacos su verdadero objeto de interés son las transacciones tomadas en el
curso del tiempo, pues la acción humana está orientada a formular planes y todos
los planes requieren de la dimensión tiempo." (p. p. 27-28).
Y, de acuerdo con Lachmann, "lo que era más importante para los Austriacos [más
que las fuerzas que existían en un mercado en un momento dado] era tomar en
cuenta la necesidad continua, en un mundo de cambio constante, de adaptar los
planes económicos a tales cambios. Esto porque en dicho mundo no era posible
lograr una condición de equilibrio general. Vemos así como los planes económicos
tienen un lugar central en la teoría Austriaca, en tanto que queda relegado el
nexo general del fenómeno de mercado." (p. 28).
La teoría del cálculo económico y la centralidad de los planes dio lugar a una
lógica de la elección que pragmáticamente involucraba el uso de fines y medios
[logic of choice], cuya formulación clara Lachmann se la adscribe a Ludwig von
Mises. Pero Hayek fue mucho más allá de la lógica pura de la elección, pues,
como dice Lachmann, "lo que importa aquí es, antes que nada, el estado del
conocimiento como la fuente de la acción humana y del proceso de cambio a través
del tiempo..." [El método para entender en Economía] "se justifica por el hecho
de que toda acción humana... se orienta a formular planes... son construcciones
lógicas inmanentes al curso de la acción. Un plan le sirve al agente económico
como una guía; uno se orienta por él. Así, las ciencias sociales pueden usar los
planes como un medio para interpretar [el sentido de la acción]." (p. 32)
Para Lachmann, lo que motiva la acción de los individuos es "una lógica del
éxito [en donde] sus categorías son los medios y los fines... en la vida
económica la mayoría de la gente lo que busca es el éxito. Luchar por tener
éxito como lo que da sentido a la acción humana es lo que garantiza la validez de
la lógica de la elección." (p. 32).
Finalmente destaca Lachmann que "ha tomado al plan económico que formula el
individuo como el prototipo del esquema de pensamiento que yace en la base de la
acción, principalmente a cuenta de la importancia central que tiene en la teoría
económica Austriaca. Esto no tiene un paralelo en el estudio del mundo físico"
Pero además de los datos naturales y la acción esperada o real de otras personas,
"hay ciertos esquemas supra-individuales de pensamiento, concretamente,
instituciones, a los cuales deben adaptarse los esquemas de pensamiento de primer
orden, los planes, y que sirven, por tanto y en cierto grado, para la
coordinación de los planes individuales." (p. 36).
El segundo ensayo que me interesó leer fue el de E. C. Pasour, Jr., "Costo y
Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional", atraído sin duda
por mi amplio desconocimiento del tema así como del autor. Este artículo se
publicó originalmente en el Journal of Libertarian Studies, Vol. 2, No. 4, 1978.
Pasour es Profesor Emérito de Economía Agrícola en la Universidad del Estado de
Carolina del Norte, en Raleigh, Carolina del Norte.
Pasour empieza señalando que los "políticos y la mayoría de los economistas
(excepto los pertenecientes a la escuela Austriaca) han asumido que los costos
relevantes para las decisiones sobre producción pueden, en efecto, ser
definidos... [pero] los costos que influyen en la toma de decisiones son
inherentemente subjetivos y no están sujetos a una medición objetiva..." (p.
281).
Indica que "los economistas Austriacos (y virtualmente todos los demás) definen
al costo en términos del costo de oportunidad... [que] en cualquier decisión
representa el valor de las oportunidades dejadas de tomar como resultado de la
decisión que se llevó a cabo... enfatiza la relación entre el acto de escoger que
lleva a cabo quien toma decisiones y las oportunidades que se dejaron de lado...
Este costo, en tanto que influye en la elección, se basa en las expectativas de
quien toma las decisiones y las cuales no pueden ser descubiertas por alguna otra
persona... nadie es capaz de valorar con exactitud cuál es el valor de la
alternativa que se sacrificó por quien tomó la decisión. Así, tal como se
enfatiza y reconoce por los Austriacos, el costo de oportunidad de cualquier
actividad es algo inherentemente subjetivo... Aún cuando tanto los economistas
Austriacos como los convencionales aceptan la definición de costo en términos del
costo de oportunidad, tal cosa es consistente únicamente con el enfoque
subjetivista básico de los Austriacos." (p. p. 282-283).
Dice Pasour que "los teóricos neoclásicos convencionales asumen que los costos
son algo objetivo; esto es, que el costo de producción puede ser determinado por
observadores externos. En la teoría neoclásica típicamente se toma al precio de
mercado de los recursos usados en la producción como una estimación del costo de
oportunidad... Sin embargo, el proceso de planeación ex ante inevitablemente
involucra un juicio subjetivo de parte del empresario. Sumar los gastos de
producción es un procedimiento objetivo, pero no brinda el costo de producción
relevante que influye en el comportamiento del empresario." (p. 283). Tal como
expuso James Buchanan en su artículo "¿Es la Economía una Ciencia de la
Elección?", en Ibídem, ¿What Should Economists Do? (Indianapolis: Liberty Press, 1979) [y
originalmente en el libro editado por Erich Streissler, Roads to Freedom –Essays
in Honour of Friedrich A. von Hayek, (New York: Augustus M. Kelley, 1969], "por
su naturaleza, elegir no puede ser algo que es predeterminado y, a la vez,
permanecer siendo una elección." (p. 40 del libro de Buchanan arriba mencionado)
El profesor Pasour expone que "en la teoría económica neoclásica, se asume que
se conocen los costos y los ingresos... El enfoque subjetivista Austriaco, por
otra parte, enfatiza el hecho de que tales datos no podrían, en efecto, ser
asumidos como dados por parte de quien toma decisiones. En realidad, una de las
funciones claves del empresario es estimar los costos e ingresos probables cuando
escoge entre planes de producción o estrategias alternativas... es cierto que
algunos economistas, a quienes usualmente no se les identifica con la escuela
Austriaca, en el tema de costos están más con la tradición subjetivista Austriaca
que con la tradición objetivista convencional Neo-Marshalliana. James Buchanan y
Ronald Coase son buenos ejemplos de ello." (p. 285).
Y nos refiere a Coase, al señalar Pasour que "el costo para quien toma
decisiones involucra una evaluación ex ante de resultados futuros inciertos.
Puesto que el futuro es siempre algo incierto, la evaluación de los resultados
futuros variará de persona a persona y será influida por numerosos factores,
entre los cuales se incluye a la actitud que se tenga ante el riesgo. El
resultado es que el costo, en cuanto influye en la toma de decisiones, pierde su
contenido objetivo." (p. 285).
Pasour luego expone una serie de implicaciones de la diferencia entre la
subjetividad y la objetividad de los costos. Así, por ejemplo, en el campo de la
metodología dice que "el uso de estimaciones objetivas de costos no constituye un
problema en cuanto sean consideradas como datos para ser usados por el empresario
y no en cuanto a costos que influyen en las escogencias. Sin embargo, en la
teoría neoclásica surge un serio problema cuando para propósitos normativos se
utilizan estimaciones "objetivas" de costos hechas por observadores externos y se
asume que representan los costos apropiados para la toma de decisiones del
momento; es decir, para la teoría de la elección." (p. p. 289-290).
También dicha diferencia resulta útil en el contexto de la regulación económica,
pues mucha de ésta requiere la determinación de costos competitivos. Señala
Pasour que "en vista de los problema de medición, no debería constituir una
sorpresa que estudios económicos encuentren que el efecto de las comisiones
regulatorias sobre las tasas de rendimiento sea irrelevante [por ejemplo, los
hallazgos de George Stigler y Claire Friedland, "What Can Regulators Regulate?
The Case of Electricity," Journal of Law and Economics, Vol. 5, octubre de 1962]
y que "la naturaleza subjetiva de los costos también traiga los mismos problemas
para la agencias reguladoras encargadas de fijar los precios en función del
"interés público"." (p. p. 291-292).
Finalmente, esa diferencia conceptual es útil al valorar la eficiencia
económica. Por "eficiencia económica, definida significativamente, se entiende
que quien toma las decisiones no tiene una alternativa que sea preferida en el
momento en que se toma la decisión, dadas las circunstancias. Cuando se reconoce
la naturaleza subjetiva del costo, resulta claro que, para el observador externo
resulta imposible identificar cualquier acción o decisión como ineficiente o
irracional en términos de los costos y los beneficios experimentados por quien
toma las decisiones al momento de hacerlo." (p. 293).
Finalmente, como tercer artículo decidí releer una parte del libro de Friedrich
A. Hayek, Camino de Servidumbre (San José, Costa Rica: Universidad Autónoma de
Centro América, 1986), que en el libro que se comenta aparece en forma de
artículo y lleva por título "¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?". Es el
capítulo 10 del libro de Hayek arriba citado (que de paso tiene un breve prólogo
escrito por nuestro desparecido amigo Alberto Di Mare). No crean que decidí
volver a leerlo para tratar de entenderme a mí mismo y resolver algún problema
existencial, sino que únicamente concitó mi curiosidad cuando en las primeras
líneas Hayek cita la famosa expresión de Lord Acton: "Todo poder corrompe, y el
poder absoluto corrompe absolutamente". Con su relectura intento obtener
explicaciones para tantas cosas que hoy observo a mi alrededor, pero que también
se vivieron en el pasado y que tal vez, ojalá que no resulte así, se vivirán en
el futuro. Como ustedes bien saben, Hayek recibió el Premio Nóbel en Economía en
1974. Las páginas de referencia que se citan corresponde a la edición en español
arriba citada.
Desde el inicio, Hayek nos advierte acerca de la creencia de que "los rasgos más
repulsivos de los regímenes totalitarios se deben al accidente histórico de
haberlos establecido grupos de guardias negras y criminales," ante lo cual,
naturalmente, se pregunta si "¿es que el mismo tipo de sistema [totalitario], si
fuera necesario para lograr fines importantes, no podrían instaurarlo gentes
decentes, para bien de la comunidad general?" (p. p. 171-172). A esto responde:
"Hay fuertes razones para creer que los que nos parecen los rasgos peores de
los sistemas totalitarios existentes no son subproductos accidentales, sino
fenómenos que el totalitarismo tiene que producir por fuerza más temprano o más
tarde. De la misma manera que el gobernante democrático que se dispone a
planificar la vida económica tendrá pronto que enfrentarse con la alternativa de
asumir poderes dictatoriales o abandonar sus planes, así el dictador totalitario
pronto tendrá que elegir entre prescindir de la moral ordinaria o fracasar. Esta
es la razón de que los faltos de escrúpulos y los aventureros tengan más
probabilidades de éxito en una sociedad que tiende hacia el totalitarismo." (p.
172)
Señala Hayek que "aunque estemos dispuestos a pensar que, cuando la aspiración a
un sistema colectivista surge de elevados motivos morales, este sistema tiene que
ser la cuna de las más altas virtudes; la verdad es que no hay razón para que un
sistema realce necesariamente aquellas cualidades que sirven al propósito para el
que fue creado." (p. 173). Poco antes de que se instaure un sistema totalitario,
Hayek dice que es “ la demanda de acción resuelta y diligente por parte del
estado... el elemento dominante en la situación, y el disgusto por la lenta y
embarazosa marcha del procedimiento democrático convierte la acción por la acción
en objetivo. Entonces, el hombre o el partido que parece lo bastante fuerte y
resuelto para “hacer marchar las cosas” es quien ejerce la mayor atracción.” (p.
p. 173-174).
Hayek nos advierte que “hay tres razones principales para que semejante grupo,
numeroso y fuerte, con opiniones bastante homogéneas, no lo formen,
probablemente, los mejores, sino los peores elementos de cualquier sociedad... En
primer lugar, es probablemente cierto que, en general, cuanto más se eleva la
educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y
sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular
jerarquía de valores. Corolario de esto es que, si deseamos un alto grado de
uniformidad y semejanza de puntos de vista, tenemos que descender a las regiones
de principios morales e intelectuales más bajos, donde prevalecen los más
primitivos y “comunes” instintos y gustos." (p. 175).
Continúa, "entra aquí el segundo principio negativo de selección: será capaz de
obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes
convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores
confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia” y
que “con el esfuerzo deliberado del demagogo hábil, entra el tercero y quizá más
importante elemento negativo de selección para la forja de un cuerpo de
seguidores estrechamente coherente y homogéneo. Parece casi una ley de la
naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un
programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven
mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del "nosotros" y el
"ellos", la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente
esencial de todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común."
(p. 176).
Continúa Hayek: "Una de las contradicciones inherentes a la filosofía
colectivista está en que, como descansa en la moral social humanitaria que el
individualismo ha desarrollado, sólo puede practicarse dentro de un grupo
relativamente pequeño... Si la "comunidad" o el estado son antes que el
individuo; si tienen fines propios, independientes y superiores a los
individuales, sólo aquellos individuos que laboran para dichos fines pueden ser
considerados como miembros de la comunidad... varios factores contribuyen a
reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De
éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo
a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento
de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro
del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños... Cuando actúan en
nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones
morales que dominan su conducta como individuos dentro de un grupo." (p. p.
178-180).
De acuerdo con Hayek, "mientras a los grandes escritores políticos
individualistas del siglo XIX, a Lord Acton o a Jacob Burckhardt, y hasta a los
socialistas contemporáneos nuestros que, como Bertrand Russell, han heredado la
tradición liberal, el poder en sí les ha parecido siempre el archidiablo, para el
colectivista puro es por sí mismo una meta... Es, más aún, el resultado de la
necesidad en que se ven los colectivistas, para alcanzar su meta, de crear un
poder –el poder de unos hombres sobre otros hombres- de magnitud jamás antes
conocida, y la consecuencia de que su éxito depende de la medida en que logren
ese poder." (p. p. 181-182).
Para Hayek, "de los dos rasgos centrales de todo sistema colectivista, la
necesidad de un conjunto de fines comúnmente aceptados por el grupo y el supremo
deseo de dar al grupo el poder máximo para alcanzar estos fines, surge un sistema
de moral social definido... es el de privar a la conciencia individual de toda
libertad para aplicar sus propias normas y ni siquiera dar una normas generales
que se obliga o se permite al individuo observar en todas las circunstancias...
El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética
individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se
convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el
colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve "al bien
del conjunto", porque el "bien del conjunto" es el único criterio para él, de lo
que debe hacerse." (p. p. 183-184).
De acuerdo con Hayek, "mientras la masa de los ciudadanos del estado totalitario
muestra a menudo devoción altruista hacia un ideal, aunque sea uno que nos
repugne, la cual les hace aprobar e incluso realizar tales actos, no puede
decirse lo mismo en defensa de quienes dirigen su política. Para ser un elemento
útil en la conducción de un estado totalitario no basta que un hombre esté
dispuesto a aceptar especiosas justificaciones para viles hazañas; tiene que
estar activamente dispuesto a romper con toda norma moral que alguna vez haya
conocido, si se considerase necesario para el logro del fin que se le ha
encomendado... No deben tener ideales propios a cuya realización aspiren, ni
ideas acerca del bien o del mal que puedan interferir con las intenciones del
líder... Los únicos gustos que se satisfacen son el del poder como tal, el placer
de ser obedecido y el de formar parte de una máquina eficaz e inmensamente
poderosa a la cual todo tiene que dejar paso." (p. p. 188-189).
Y termina Hayek, "por consiguiente, así como hay poco que pueda inducir a los
hombres que son justos, según nuestros criterios, a pretender posiciones
directivas en la máquina totalitaria, y mucho para apartarlos, habrá especiales
oportunidades para los brutales y los faltos de escrúpulos. Habrá tareas que
cumplir cuya maldad, vistas en sí, nadie pondrá en duda, pero que tienen que
llevarse a cabo en servicio de algún fin superior y han de ejecutarse con la
misma destreza y eficiencia que cualquier otra. Y como habrá necesidad de actos
intrínsecamente malos, que todos los influidos por la moral tradicional se
resistirán a tomar sobre sí, la disposición para realizar actos perversos se
convierte en un camino para el ascenso y el poder." (p. p. 189).
Una vez más les recuerdo que si desean leer este libro bajo comentario, así como
cualquiera de los cerca de diez libros del mes que previamente he comentado en
palestra, pues ya saben como pueden obtenerlo por mi medio. Y que pasen una
Feliz Navidad y un 2003 pleno de satisfacciones.
Jorge Corrales Quesada
2002-03-03 LIBRO DEL MES DE MARZO
2002-03-03 LIBRO DEL MES DE MARZO
No se si ustedes se han dado cuenta de que, en la página 2 del periódico La
República, todos los días se entrevista a personas consideradas exitosas y que
dos de las preguntas que se les formulan son: (1) que diga cual es su libro
favorito y (2) que indique cual fue el último libro que leyó. Siempre nombran
las obras que han leído. Eso me llena de optimismo, pues muestra que en esta
sociedad las personas leen. Es por ello que vuelvo a invitar a los apreciados
miembros de palestra, para que envíen comentarios o resúmenes de los libros de
interés que hayan leído recientemente, pues llegar a conocer de ellos nos podría
beneficiar a todos.
El libro del mes de marzo es The Elgar Companion to Austrian Economics, editado
por Peter J. Boettke (Edward Elgar: Cheltenham, Inglaterra, 1994), el cual
presenta una colección de 87 ensayos escritos por lo más graneado de pensadores a
quienes, con los problemas obvios que tiene una clasificación de esta índole, se
les puede considerar como integrantes actuales de la llamada escuela de economía
austriaca.
Dado que uno de los objetivos que intento lograr con estos "libros del mes" es
que sirva como fuente bibliográfica para los integrantes de palestra, a pesar de
que esta publicación contiene numerosos ensayos, les presento una lista de ellos
y sus autores, por si a algún miembro de palestra le interesa la lectura
particular de alguno. Además, reflejando mis preferencias, expondré (traduciré)
brevemente las principales ideas contenidas en 10 de esos ensayos; uno por cada
sección del libro bajo comentario.
Los artículos contenidos en el libro (traduzco sus títulos) y sus
correspondiente autores son los siguientes:
1.- Introducción, por Peter Boettke, de la Universidad George Mason, Washington,
D.C.
PARTE I: METODOLOGÍA Y CONCEPTOS TEORICOS DE LA ECONOMIA AUSTRIACA
A.- PRINCIPIOS METODOLOGICOS
2.- El Individualismo Metodológico, por Gregory B. Christainsen, de la
Universidad del Estado de California en Hayward, California.
3.- El Subjetivismo, por Steven Horwitz, de la Universidad Saint Lawrence,
Canton, Nueva York.
4.- El Mercado Visto como un Proceso, por Sanford Ikeda, de la Universidad del
Estado de Nueva York en Purchase, Nueva York.
B.- FUNDAMENTOS FILOSOFICOS
5.- El Aristotelismo, el Apriorismo, el Esencialismo, por Barry Smith, de la
Universidad del Estado de Nueva York en Buffalo, Nueva York.
6.- La Fenomenología y la Economía, por G. B. Madison, de la Universidad
McMaster, Hamilton, Canadá.
7.- El Formalismo en la Economía del Siglo Veinte, por Arjo Klamer, de la
Universidad Erasmus, Rotterdam, Holanda.
8.- La Revolución Interpretativa, por Don Lavoie, de la Universidad George
Mason, Washington, D.C.
9.- La Causalidad y la Causalidad Genética en la Teoría Económica, por Robin
Cowan, de la Universidad de Western Ontario, London, Canadá.
10.- La Metodología de los Tipos Ideales en Economía, por Roger G. Koppl, de la
Universidad Fairleigh Dickinson, Madison, Nueva Jersey.
11.- La Praxeología, por David L. Prychitko, anteriormente de la Universidad del
Estado de Nueva York en Oswego, Nueva York.
C.- CONCEPTOS Y PRINCIPIOS DE LA TEORÍA ECONOMICA
12.- La Utilidad Marginal, por Jack High, anteriormente de la Universidad de
Harvard, Boston, Massachussets.
13.- Los Costos, por Mario J. Rizzo, de la Universidad de Nueva York, Nueva
York.
14.- La Competencia, por Mark Addleson, de la Universidad George Mason,
Washington, D.C.
15.- El Empresariado, por Israel M. Kirzner, de la Universidad de Nueva York,
Nueva York.
16.- El Tiempo en Economía, por Mario J. Rizzo, autor del libro "The Economics
of Time and Ignorance", Routledge. 1996.
17.- El Riesgo y la Incertidumbre, por Richard Langlois, Universidad de
Connecticut en Storrs, Connecticut.
18.- La Productividad Marginal, por Walter Block, Universidad de Loyola, Nueva
Orleans, Louisiana.
19.- La Eficiencia, por Roy E. Cordato, Universidad Campbell, Carolina del
Norte.
20.- La Oferta y la Demanda, por Paul Heyne, Universidad de Washington, Seattle,
Washington.
21.- Las Pérdidas y las Ganancias, por Charles W. Baird, Universidad del Estado
de California en Hayward, California.
22.- La Teoría Austriaca del Precio, por Jack High, Universidad George Mason,
Washington, D.C.
23.- La Rivalidad Diferente a la de Precios, por W. Duncan Reekie, Universidad
de Witwatersrand, Johannesburgo, Africa del Sur.
24.- La Economía de la Información, por P.D.F. Strydom, Sankorp Ltd, Standton,
Africa del Sur.
25.- Los Precios y el Conocimiento, por Esteban F. Thomsen, Techint, Buenos
Aires, Argentina.
26.- Los Límites de la Firma, por Richard Langlois, autor junto con Paul L
Robertson del libro "Empresas, Mercados y Cambio Económico", Barcelona; Proyecto
A Ediciones, 2000.
27.- El Teorema de Coase, por Donald J. Boudreaux, anteriormente de la
Universidad Clemson, Carolina del Sur.
28.- Los Sistemas que se Organizan por Sí Mismos, por Friedrich Hinterberger,
Universidad Justus Liebig, Gossen, Alemania.
29.- Las Explicaciones de la "Mano Invisible", por Roger G. Koppl, autor del
libro "Big Players and the Economic Theory of Expectations", Palgrave Macmillan,
New York, 2002.
30.- El Orden Espontáneo, por Ulrich Fehl, Universidad Philipps, Marburg,
Alemania.
PARTE II: CAMPOS DE INVESTIGACION
31.- La Teoría del Capital, por Peter Lewin, Universidad de Dallas, Irving,
Texas.
32.- La Teoría Austriaca del Ciclo de los Negocios, por Robert J. Batemarco,
Marymount College, Tarrytown, Nueva York.
33.- Los Sistemas Económicos Comparados, por David L. Prychitko, Universidad de
Northern Michigan, Marquette, Michigan.
34.- La Economía de las Finanzas, por Mark Skousen, Rollins College, Winter
Park, Florida.
35.- La Organización Industrial, por Jerome Ellig, Universidad George Mason,
Washington D.C.
36.- La Teoría Monetaria Internacional, por Joseph T. Salerno, Universidad Pace,
Nueva York.
37.- La Economía del Trabajo, por Don Bellante, Universidad de South Florida,
Tampa, Florida.
38.- El Derecho y la Economía, por Donald J. Boudreaux, Universidad George
Mason, Washington D.C.
39.- La Filosofía del Derecho, por Bruce L. Benson, Universidad del Estado de
Florida, Tallahassee, Florida.
40.- La Teoría de los Bienes Públicos, por Anthony de Jasay, académico
independiente, Palvel, Francia.
41.- La Economía de la Elección Pública, por Charles K. Rowley, Universidad
George Mason, Washington D.C.
42.- La Teoría Económica de la Regulación, por Gary M. Anderson, Universidad del
Estado de California en Northridge, California.
43.- La Economía de los Recursos Naturales, por Charles N. Steele, Universidad
de Nueva York, Nueva York.
44.- La Economía Austriaca del Bienestar, por Tyler Cowen, Universidad George
Mason, Washington, D.C.
PARTE III: ECONOMIA APLICADA Y POLITICA PUBLICA
A.- FILOSOFIA POLITICA
45.- El Valor-Libertad, por Israel M. Kirzner, autor del libro "Discovery and
the Capitalist Process", Chicago: The University of Chicago Press, 1985.
46.- El Liberalismo Clásico y la Escuela Austriaca, por Ralph Raico, Universidad
del Estado de Nueva York en Buffalo, Nueva York.
47.- El Utilitarismo por Leland B. Yeager, Universidad de Auburn, Auburn,
Alabama.
48.- La Teoría del Contrato Social por Viktor Vanberg, Universidad George Mason,
Washington, D.C.
B.- ANÁLISIS ECONOMICO DE LA POLITICA PUBLICA
49.- El Intervencionismo, por Sanford Ikeda, autor del libro "Dynamics of the
Mixed Economy", New York: Routledge, 1997.
50.- La Economía Política del Control de Precios, por E.C. Pasour, Universidad
del Estado de Carolina del Norte, Raleigh, Carolina del Norte.
51.- La Economía de la Prohibición, por Mark Thornton, Universidad de Auburn,
Auburn, Alabama.
52.- La Economía del Género y de la Raza, por Deborah Walker, Universidad de
Loyola, Nueva Orleans, Lousiana.
53.- La Curva de Phillips, por Don Bellante, anteriormente en la Universidad de
Auburn, Auburn, Alabama.
54.- Los Impuestos, por Roy Cordato, autor del libro "Welfare Economics and
Externalities in an Open Ended Universe", New York: Kluwer Academic Publishers,
1992.
55.- La Organización Industrial y la Escuela Austriaca, por Thomas J. DiLorenzo,
Universidad de Loyola, Baltimore, Maryland.
56.- La Publicidad, por Robert Hébert, Universidad de Auburn, Auburn, Alabama.
57.- Las Fusiones y el Mercado del Control Corporativo, por Peter G. Klein,
Universidad de California en Berkeley, California.
58.- La Inflación, por Steven Horwitz, autor del libro "Microfoundations and
Macroeconomics: An Austrian Perspective", New York: Routledge, 2000.
59.- La Banca Libre, por Kevin Dowd, Universidad Sheffield Hallam, Inglaterra.
60.- La Historia de la Banca Libre, por Kurt Schuler, académico independiente,
Arlington, Virginia.
61.- La Regulación Financiera, por Randall S. Kroszner, Universidad de Chicago,
Chicago, Illinois.
62.- El Ciclo Político de los Negocios, por Richard E. Wagner, Universidad
George Mason, Washington, D.C.
63.- La Gran Depresión, por Mark Skousen, autor del libro "Structure of
Production", New York: New York University Press, 1990.
64.- El Colapso del Comunismo y la Reforma Post-Comunista, por James A. Dorn,
Universidad Estatal Towson, Baltimore, Maryland.
65.- La Privatización, por Zenon Zygmont, Reed College, Portland, Oregon.
PARTE IV: HISTORIA DEL PENSAMIENTO Y ESCUELAS Y ENFOQUES ALTERNATIVOS
A.- LOS DEBATES CLASICOS
66.- El Methodenstreit, por Samuel Bostaph, Universidad de Dallas, Irving,
Texas.
67.- El Debate entre Böhm-Bawerk y Hilferding, por Peter Rosner, Universidad de
Viena, Austria.
68.- El Debate Macroeconómico entre Hayek y Keynes, por William N. Butos,
Trinity College, Hartford, Connecticut.
69.- El Debate acerca del Cálculo en el Socialismo, por Karen I. Vaughn,
Universidad George Mason, Washington, D.C.
B.- PRECURSORES Y ALTERNATIVAS
70.- Los Ultimos Escolásticos, por Alejandro A. Chafuén, Fundación Atlas para la
Investigación Económica, Fairfax, Virginia.
71.- Los Predecesores Alemanes de la Escuela Austriaca, por Eric W. Streissler,
Universidad de Viena, Austria.
72..- La Teoría Alemana del Mercado como Proceso, por Wolfgang Kerber, Instituto
Walter Eucken, Freiburg, Alemania.
73.- La Escuela de Friburgo acerca del Derecho y la Economía, por M.E. Streit,
Instituto Max Planck para la Investigación de los Sistemas Económicos, Jena.
Alemania.
74.- Los Marxismos y los Mercados como Procesos, por David L. Prychitko, autor
del libro "Marxism and Workers' Self Management", Westport, Connecticut:
Greenwood Publishing Group, 1991.
75.- La Macroeconomía Pre-Keynesiana, por Leland B. Yeager, autor del libro "The
Fluttering Veil: Essays on Monetary Disequilibrium", Indianapolis, Indiana:
Liberty Fund Inc., 1997.
76.- La Escuela de Economía Austriaca y el (Viejo) Institucionalismo
Estadounidense, por Malcolm Rutherford, Universidad de Victoria, Canadá.
77.- La "Nueva" Economía Institucional, por Richard Langlois, editor, junto con
Tony Fu-Lai Yu y Paul L. Robertson, del libro "Alternative Theories of the Firm",
Cheltenham, Inglaterra: Edward Elgar, en prensa, 2003.
78.- La Economía Evolucionaria, por Ulrich Witt, Universidad Albert-Ludwigs,
Freiburg, Alemania.
79.- Los ¿Modelos Austriacos? Posibilidades de la Computación Evolucionaria, por
Don Lavoie, coautor, con Emily Chamlee-Wright, del libro "Culture and Enterprise:
The Development, Representation, and Morality of Business", New York:: Routledge,
2000.
80.- Las Instituciones Sociales y La Teoría de Juegos, por Andrew Schotter,
Universidad del Estado de Nueva York, Nueva York.
81.- El Monetarismo, por John B. Egger, Universidad Estatal Towson, Baltimore,
Maryland.
82.- La Economía del Lado de la Oferta, por Roy E. Cordato, coautor, con Sheldon
L. Richman, de "Tax Rate vs Tax Base: A Public Choice Perspective on the
Consequences for the Growth of Government," Journal of Libertarian Studies, VIII,
1, 1986.
83.- La Nueva Economía Clásica, por Kevin D. Hoover, Universidad de California
en Davis, California.
84.- La Nueva Economía Keynesiana, por Sean Keenan, Universidad del Estado de
Nueva York, Nueva York.
85.- Los Nuevos Ricardianos, por Fiona C. Maclachlan, Manhattan College,
Riverdale, Nueva York.
86.- La Nueva Economía Monetaria, por Tyler Cowen y Randall S. Kroszner, el
primero autor del libro "In Praise of Commercial Culture", Cambridge,
Massachussets: Harvard University Press, 1998 y el segundo, coautor con Tyler
Cowen, del libro "Explorations in the New Monetary Economics", Cambridge: Basil
Blackwell, 1994.
PARTE V: CONCLUSION
87.- Los Caminos Futuros Alternativos para la Economía Austriaca, por Peter J.
Boettke, autor del libro "Calculation and Coordination: Essays on Socialism and
Transitional Political Economy", New York: Routledge, 2001.
A continuación se presentan breves resúmenes de las principales ideas que se
presentan en diez artículos.
1.- INTRODUCCIÓN, por Peter Boettke.
En su opinión "la escuela de Economía austriaca no es monolítica. Hay varias
tendencias o sub-culturas dentro de la escuela austriaca contemporánea. Están,
por ejemplo, quienes piensan que la economía austriaca es una rama de la escuela
neoclásica, que es la corriente principal en Economía; están quienes ven a la
escuela como representante de una alternativa radical a la corriente principal; y
están aquellos quienes principalmente ven la escuela como formando parte de un
programa más amplio de teoría social. Es más, esta divergencia de opinión no es
un fenómeno reciente. La tensión entre diferentes interpretaciones de la escuela
austriaca puede sentirse a través de su historia... [si bien] persistió algo
radicalmente diferente acerca de la escuela austriaca de economía: (1) no fue
matemática, (2) a menudo fue filosófica, (3) la naturaleza dinámica de la
actividad económica estuvo en el centro de la escena, y (4) lidió con temas
sociales y políticos que estaban más allá de la producción e intercambio del
mercado."
Prosigue Boettke: "Continúan los debates entre y dentro de las diversas
facciones acerca de temas fundamentales, como la extensión del subjetivismo, el
uso de modelos de equilibrio, la naturaleza de la elección humana, los
fundamentos metodológicos de las ciencias humanas, el papel de la teoría política
y la relación de los argumentos éticos con la ciencia económica."
Continúa: "En esta tradición “del enfoque austriaco”, la tarea de la Economía es
dual; primero, el economista debe hacer inteligible el fenómeno económico en
términos de la acción humana como propósito; segundo, el economista debe trazar
las consecuencias no previstas de esas acciones. Para lograr tales objetivos,
los austriacos creen que es necesario aferrarse a tres principios metodológicos
básicos: (1) el individualismo metodológico, (2) el subjetivismo metodológico, y
(3) la atención teórica deberá descansar en procesos, más que en estados de
equilibrio."
2. EL MERCADO VISTO COMO UN PROCESO, por Sanford Ikeda.
En opinión de Ikeda, "el mayor desafío para alguien entrenado en la economía
neoclásica estándar e interesado en descubrir el sentido de la teoría austriaca
del mercado visto como un proceso, es reconocer la existencia de una "ignorancia
radical". Ser ignorante radicalmente difiere de ser ignorante por elección, o
"racionalmente ignorante", porque la primera refleja el profundo
desconocimiento de un actor acerca de algún aspecto del mundo que es relevante
cuando se escoge."
Agrega que "...los intercambios en el mercado pueden no llevarse a cabo debido a
los altos costos de información, o porque los actores no se dan cuenta a plenitud
de la existencia de una doble coincidencia de deseos, independientemente de si
los costos de información son bajos o inexistentes... En el contexto del proceso
de mercado, el "empresariado" consiste, en esencia, en estar alerta a casos en
que, debido a la presencia de la ignorancia radical, los recursos son
sobrevaluados o subvaluados con respecto a usos alternativos... la función social
del empresariado, su carácter normativo, involucra el descubrimiento de
inconsistencias y errores, con respecto a las preferencias subyacentes de los
actores en el mercado, generados por la ignorancia radical."
Continúa: "También impulsando al proceso de revelar errores está un incremento
por parte de los actores en darse cuenta de la posibilidad de ganancias, quienes
tienden a proseguir un descubrimiento empresarial en una línea de actividad, lo
cual promueve un proceso de búsqueda de ganancias espontáneo y caracterizado por
la rivalidad... En resumen, el "proceso de mercado" es un orden espontáneo
sostenido por un marco institucional en el cual predominan el libre intercambio y
la propiedad privada, y que emerge de los propósitos esencialmente independientes
de los actores individuales, quienes efectúan planes a la luz de la ignorancia
parcial y del cambio no anticipado."
Ikeda señala que "los criterios basados en el equilibrio, necesariamente tienen
que ver principalmente con estados finales [end states], en donde todos los
ajustes que llevan al equilibrio han tomado su lugar y ha cesado la actividad
empresarial. En contraste, el criterio normativo basado en un proceso, tendría
que ver menos con el grado en el cual las condiciones actuales del mercado se
desvían de un estado final ideal, y se enfoca más bien a si existen condiciones
en el mercado... que facilitan el descubrimiento de errores basados en el
mercado."
Posteriormente expone que "en el modelo del mercado como proceso... la
competencia y el monopolio no son opuestos polares, tal como lo indica la teoría
neoclásica. En vez de ello, ambos coexisten... ambos son fenómenos de no
equilibrio y no son sintetizados en una construcción de equilibrio híbrida... el
monopolio en una línea de producción única puede reducir en cierto grado la
competencia en la totalidad del sistema... pero, por otra parte, puede estimular
la competencia, al proteger las ganancias durante el tiempo suficiente para
asegurar utilidades a los innovadores, de manera que, en el neto, tales
monopolios protegen al proceso de mercado."
Y concluye en que, "para resumir nuestra discusión acerca del carácter del
mercado visto como un proceso, contrastemos sus características más importantes
en comparación con aquéllas de un mercado en equilibrio. Un mercado en
equilibrio posee, cualesquiera sea su estructura, las siguientes propiedades:
1. Hay una coordinación completa (expectativas que se refuerzan mutuamente)
entre los planes de los agentes individuales, en donde estos planes son también
consistentes con las preferencias subyacentes, la tecnología y los recursos.
2. el comportamiento es "racional", en el sentido de que, céteris páribus, dada
toda la información relevante, los agentes maximizan la utilidad, escogiendo los
medios de menor costo para satisfacer sus preferencias dadas.
3. Todo cambio es predecible, eliminando la posibilidad de errores genuinos, de
arrepentimientos y de sorpresas.
4. Las pérdidas o ganancias económicas, siendo inconsistentes con el equilibrio,
son inexistentes o están en proceso de desaparición.
5. Prevalecen los precios de equilibrio, asegurando la consistencia de los
planes entre individuos y con los datos subyacentes.
6. Dados los costos de transacción, el mercado asigna los recursos hacia sus
usos más valorados.
Los rasgos contrastantes del mercado visto como un proceso, son los siguientes:
1. Los planes de por lo menos algunos actores están en conflicto y son
inconsistentes con los datos subyacentes, aun cuando la coordinación parcial
preserva un cierto grado de coherencia en el mercado.
2. La acción "tiene un propósito", en donde los actores buscan mejorar su
percepción del estado del mundo, aunque conocen algo menos que la totalidad de
medios disponibles para hacerlo.
3. Siendo incompleto su conocimiento de los datos relevantes, los actores
experimentan el error, el cambio impredecible, el arrepentimiento y la sorpresa.
4. Son esenciales las pérdidas y ganancias económicas, persistentes y
recurrentes.
5. Existen precios que no son de equilibrio, que reflejan la descoordinación,
pero señalan oportunidades para un plan de ajuste que da lugar a ganancias.
6. La presencia del error ocasiona una asignación ineficiente de recursos, que
el mercado tiende a corregir."
3. LA CAUSALIDAD Y LA CAUSALIDAD GENÉTICA EN LA TEORÍA ECONÓMICA, por Robin
Cowan.
El expone que "En contraste con el método del equilibrio, el enfoque de
causalidad genética ve la causalidad en Economía desde dos puntos de vista: en
cuanto se relaciona con la toma de decisiones del individuo y en cuanto se
relaciona con el proceso del mercado. El primero se refiere a la causa de una
decisión o acción particular, en tanto que la última trata de la secuencia de
decisiones que dan lugar a los resultados generales en el mercado... El análisis
de causalidad genética de la toma de decisiones individuales enfatiza el papel de
los motivos y de los deseos como causa de la acción humana... El análisis
clásico de la competencia se centró en una visión de causalidad genética del
proceso de mercado, debido a que su concepción de competencia era una de un
comportamiento basado en la rivalidad, en vez de un tipo particular de
equilibrio... El inicio del alejamiento del análisis de causalidad puede
observarse en Cournot y en Ricardo, quienes dejaron de lado los efectos
inmediatos de los cambios en la economía y se concentraron en los resultados
finales del proceso competitivo."
Posteriormente señala que Hayek "vio que el tema central era mostrar como un
estado de equilibrio es, o puede ser, obtenido a partir de un proceso de
desequilibrio. El enfoque de Hayek a este problema descansaba mucho en la
tradición de causalidad genética. El vio al mercado como un proceso de
adquisición y de transmisión del conocimiento. Desde este punto de vista, el
equilibrio se define en términos de las creencias de los agentes, en el sentido
de que se logra cuando los planes de los agentes sean mutuamente compatibles.
Cuando todos los agentes pueden llevar a cabo sus planes, no hay razón para que
la gente revise sus creencias acerca del mundo... y se llega a un estado de
equilibrio [steady state]. Pero, cuando algunos planes se frustran, debe haber
agentes cuyas predicciones fueron incorrectas y que, por tanto, revisarán sus
creencias... y subsecuentemente sus planes. De esta manera, el proceso de
causalidad en el mercado consiste en la adquisición y diseminación del
conocimiento: los agentes aprenden tanto acerca del mundo externo objetivo como
de lo que otros agentes planean hacer y, por medio de sus acciones, comunican
este conocimiento a otros agentes. Estos cambios en las creencias continúan
hasta que todos los planes sean compatibles; esto es, hasta que exista una
compatibilidad subyacente o equilibrio de creencias."
4. EL TIEMPO EN ECONOMÍA, por Mario J. Rizzo.
Para este autor, "la concepción dinámica del tiempo; esto es, la percepción
subjetiva del paso del tiempo, es hoy en día... exclusivamente austriaca... el
proceso de planificación toma lugar en el tiempo al vivirse (la visión dinámica
del tiempo) en tanto que los contenidos del plan en sí mismos son distribuidos en
el tiempo espacializado e intelectualizado (la visión estática del tiempo)."
"La concepción dinámica del tiempo fue formulada, en la era moderna, por las
tradiciones filosóficas que surgieron de los trabajos de Henri Bergson y de
Edmund Husserl... la concepción dinámica del tiempo es un producto resultante del
enfoque austriaco tradicional en el plan, como centro del análisis económico...
el tiempo dinámico o Bergsoniano involucra el crecimiento del conocimiento cuando
los individuos hacen planes o los revisan. Al experimentar el tiempo, es tiempo
como aprendizaje de la experiencia o, puesto de otra manera, la experiencia
temporal "es" un aprendizaje... La distinción crucial entre las concepciones
estática y dinámica del tiempo yace en la memoria y la anticipación. El universo
estático de la mecánica Newtoniana es uno, ya sea sin memoria o sin anticipación
Cada momento es aislado de su predecesor o de su sucesor, de la misma forma en
que los puntos en una línea están radicalmente separados el uno del otro... El
tiempo al vivirse, el tiempo al experimentarse, está intrínsecamente ligado a la
memoria del pasado y a la anticipación del futuro."
Prosigue Rizzo, "Paradójicamente, es la misma continuidad en el tiempo bajo la
perspectiva Bergsoniana, la que es responsable de la producción continua de
novedades. El paso del tiempo es un flujo de experiencias nuevas en cuanto a que
el presente "es distinto del pasado" o, más precisamente, diferente de la memoria
que se tiene de él... Estas novedades se deben fundamentalmente a los cambios,
algunas veces sutiles, del punto de vista individual, al crecer su conocimiento
mediante la ampliación de la memoria... en tanto que la novedad es una
característica inevitable del tiempo vivido (tiempo real, tiempo Bergsoniano), la
significación práctica de esa novedad varía con las circunstancias. En
principio, sin embargo, cambio y novedad son las normas..."
Concluye Rizzo: "la atención que se pone al proceso de planificación es una
resultante natural del interés austriaco sobre el desequilibrio y, por tanto, con
la revisión de los planes. El proceso de revisar los planes, así como el de
hacerlos desde un inicio, toma lugar en el tiempo, al vivirse éste... Nadie duda
que el subjetivismo ha sido un elemento crítico en el desarrollo de la economía
austriaca... cuando se le aplica al tiempo, produce "conciencia del tiempo". La
conciencia del tiempo implica una diferenciación entre el pasado, el presente y
el futuro. Y no puede existir tal diferenciación sin que haya novedades. ¿Qué
nos permitiría distinguir, en un mundo temporal "homogéneo", un período de tiempo
de otro? Claramente, nada. Sin embargo, la novedad puede existir tan sólo si se
hace referencia a un pasado diferenciado -a un pasado que existe en la memoria.
Así, la conciencia del tiempo implica tanto novedad como continuidad dinámica.
Estos dos pilares de la concepción dinámica del tiempo -la concepción de Bergson-
son derivados del subjetivismo que por mucho tiempo ha sostenido la escuela
austriaca."
5. LA ECONOMÍA AUSTRIACA DEL BIENESTAR, por Tyler Cowen.
Cowen señala que "en la economía neoclásica, la economía del bienestar se
sustenta en la teoría del óptimo Paretiano y en la aplicación práctica del
análisis de costo-beneficio... El punto de vista austriaco que se ha desarrollado
se basa, en diferentes grados, en los principios subyacentes del subjetivismo,
del individualismo metodológico y en la visión del mercado como un proceso
dinámico."
"La economía del bienestar Paretiana ha resuelto el problema del Wertfreiheit
(ausencia de juicios de valor) aceptando ciertos supuesto éticos subyacentes...
[en tanto] que los economistas austriacos se han enfocado en los temas
fundamentales que involucran una relación entre ética y economía... [con ello]
han anticipado la reciente revolución Post-Paretiana en la economía del bienestar
(Amartya Sen, el nuevo cardinalismo, etcétera). Sin embargo, no han tratado
explícitamente la mayoría de temas que se debaten en la literatura
Post-Paretiana."
Señala Cowen que "los austriacos han criticado a la teoría Paretiana por su
marco de medios y fines dados... En contrate, los austriacos enfatizan la
innovación y el descubrimiento de posibilidades previamente desconocidas, en vez
de las técnicas de optimización matemática.
El análisis de costo-beneficio también ha estado sujeto a mucha de la crítica
austriaca. Por su misma naturaleza, el análisis de costo-beneficio debe sumar
magnitudes monetarias y agregar individuos diferentes. Numerosos austriacos han
discutido que este procedimiento viola al individualismo metodológico, además de
que asume que los costos relevantes son medidos objetivamente... Muchos ensayos
de austriacos acerca de la economía del bienestar enfatizan la naturaleza cargada
de juicios de valor que están en los juicios de eficiencia o de política
pública."
Concluye Cowan que, en el análisis de la economía del bienestar, hay desorden en
el campo austriaco y que "los enfoques austriacos vigentes comparten cierta
insatisfacción común con la economía del bienestar Paretiana, pero que no ha
habido acuerdo acerca de una alternativa que sea operacional y aún hasta
coherente. Es posible que los enfoques austriacos continúen siendo
caracterizados por su escepticismo acerca de las prácticas neoclásicas, más que
por la construcción de un conjunto de métodos alternativos para el economista
normativo. Si esto constituye una fortaleza o una debilidad de los enfoques
austriacos actuales, probablemente dependerá del punto de visto propio que se
tenga acerca de la relación entre la ética y la economía."
6. EL LIBERALISMO CLÁSICO Y LA ESCUELA AUSTRIACA, por Ralph Raico.
Raico señala que "la base teórica del liberalismo clásico... es la concepción de
que la sociedad civil esencialmente se autorregula cuando sus miembros son libres
de actuar dentro de los muy amplios límites de sus derechos individuales. Entre
estos, el derecho a la propiedad privada, incluyendo la libertad de contrato y la
libre disposición del propio trabajo que uno realiza, disfruta de una elevada
prioridad. Históricamente, el liberalismo ha desplegado una hostilidad a la
acción del estado, por lo cual busca reducirlo al mínimo."
En cuanto a la relación de la escuela austriaca con el liberalismo, Raico señala
que "su neutralidad en lo que tiene que ver con los valores y, por tanto, con las
ideologías, puede ser aceptada en el sentido formal de que no hay doctrinas
austriacas que den lugar a posiciones liberales, sin que haya una interposición
de juicios de valor particulares. Sin embargo, tanto oponentes como partidarios
de la escuela austriaca han reconocido las múltiples conexiones que hay entre la
escuela austriaca y el liberalismo. Estos ligámenes existen en los campos de la
metodología, de la teoría económica... y en el desarrollo histórico de la
escuela."
En cuanto al área de la metodología, señala Raico que "el individualismo
metodológico ha sido un pilar de la economía austriaca... implica la eliminación
de sistemas holísticos que tratan a entidades tales como raza, nación o clase
como si fueran primarios que no pueden ser objeto de una reducción (una de las
razones de la oposición al pensamiento austriaco provenientes de la derecha y de
la izquierda). Así... este procedimiento tiene el efecto de excluir algunas
ideologías importantes como incompatibles con el liberalismo, tales como el
Marxismo clásico y variedades de racismos e hipernacionalismos..."
Continúa exponiendo: "Algunos escritores marxistas han criticado a la
metodología austriaca por supuestamente atrofiar el entendimiento de la realidad
social, al concentrarse en la sicología de individuos aislados, atomísticos, y
con ello desviar la atención lejos de preguntas cruciales de "economía política"
que han sido el centro de atención de la economía clásica (incluyendo al
marxismo). Sin embargo, el enfoque de abstracción austriaca tiene que ver
–necesariamente- con su teoría. Es cierto que la mayoría de los austriacos se
han negado a "aplicar" su teoría para resolver historias concretas, "de la vida
real", pero esta omisión no es intrínseca a su enfoque económico..."
Continúa Raico: "una característica ligada a la metodología austriaca es su
"subjetivismo"... El subjetivismo austriaco encuentra análogos en
modalidades liberales esenciales, tales como individualidad, creatividad
individual, y diferencias y desigualdades entre los individuos... Al combatir las
ideologías autoritarias, los liberales históricamente se enfocaron en el ser
humano individual como la fuente originaria de la creatividad y del progreso
social. De esto derivaron la mayor y más general demanda del liberalismo, cual
es la necesidad de conceder la amplitud máxima posible a la libertad individual
para escoger y para actuar."
En cuanto a la política económica, "la metodología individualista y subjetivista
de los austriacos tiende a producir un escepticismo en relación con los modelos
macroeconómicos de la economía tradicional, con sus supuestos de que varias
magnitudes globales interactúan la uno sobre la otra -una precondición para tanta
intervención estatal en la economía. El subjetivismo austriaco genera un
escepticismo similar hacia la economía del bienestar convencional..."
Raico prosigue su exposición señalando que "La individualidad posee una conexión
íntima, tal vez aún hasta lógica, con la diversidad, y los austriacos, en
contraste con la economía neoclásica, acentúan el papel de la diversidad en la
vida económica. En el grado en que se acentúe la diversidad y las diferencias
individuales, se hace más problemático un enfoque estatista hacia la política...
Que la individualidad implica desigualdad es afirmado tanto por la economía
austriaca como por la filosofía social liberal."
En lo que respecta a la teoría económica, dice Raico que "en el grado en que los
principios austriacos refutan la posibilidad de un socialismo viable, obviamente
le brindan un soporte al caso liberal... Además, el análisis austriaco del
mercado visto como un proceso rechaza ciertas acciones socialistas, como, por
ejemplo, ver el total de los ingresos de los individuos y de las empresas dentro
de una jurisdicción, como si fuera una especie de "queque nacional", el cual
puede ser dividido al gusto de cualquiera... Pero, probablemente, las bases más
convincentes para ligar la economía austriaca y el libre mercado tienen que ver
con la concepción general de la vida económica propuesta por los austriacos,
comenzando por Menger... En contraste con los economistas clásicos, quienes
vieron al sistema capitalista como produciendo la mayor cantidad posible de
bienes materiales, el punto de vista de Menger fue que el sistema capitalista era
"un patrón de gobernabilidad económica ejercido por las preferencias del
consumidor" (más tarde W. H. Hutt usó para esto el término "soberanía del
consumidor")."
Continúa Raico: "Otro objeto de interés para los austriacos también forjó una
conexión estrecha con el liberalismo... Desde sus inicios, la escuela austriaca
fue notoria por su énfasis en el "orden espontáneo" en la sociedad..."
En lo referente al desarrollo histórico de la escuela austriaca y su relación en
el liberalismo, indica Raico que "aún cuando la orientación generalmente liberal
de la teoría austriaca fue reconocida desde épocas tempranas, menor acuerdo se ha
logrado en cuanto al grado de apego al laissez-faire por parte de los fundadores
de la escuela. En tanto que Friedrich von Wieser fue muy obviamente estatista,
las posiciones precisas de Eugen von Böhm-Bawerk y, sobre todo, de Carl Menger,
han sido objeto de disputa... En especial, empezando por Mises y Hayek, los
ligámenes de los economistas austriacos con el liberalismo han sido fuertes y
extendidos. Mises y Hayek fueron por sí mismos probablemente los dos pensadores
liberales más eminentes del siglo veinte... Hayek, en particular, también se
dedicó a estudiar la historia intelectual del liberalismo, exponiendo en su
artículo "Individualism: True and False" una versión de esa historia, que tiende
a dar soporte a su propia inclinación liberal."
7. EL INTERVENCIONISMO, por Sanford Ikeda.
Ikeda define al intervencionismo como "la doctrina o sistema basado en el
principio del uso limitado de los poderes discrecionales del estado
(intervención) para tratar problemas identificados con la propiedad privada de
los medios de producción o con un proceso de mercado no regulado... el
intervencionismo es causa de la llamada "economía mixta"... para sus partidarios,
el intervencionismo aparece como un sistema económico alternativo, que yace entre
los extremos del capitalismo del laissez-faire y el socialismo puro -una mezcla
ideal de ambos sistemas, que logra evitar los peores aspectos de cada uno de
ellos".
Continúa Ikeda: "hay tres presuposiciones que se encuentran debajo del concepto
de intervencionismo: (1) que el intervencionismo es un sistema económico
alternativo, lógicamente consistente e intelectualmente defendible; (2) que el
estado es capaz de identificar los "fracasos del capitalismo", de determinar la
importancia relativa de estos fracasos y de construir un programa coherente de
intervención limitada, el cual, desde el punto de vista de sus proponentes,
logrará un resultado más deseable que el problema que intentó resolver; y (3) que
el estado está libre de la influencia de coaliciones redistributivas y de un
comportamiento auto-interesado ["self-interested"] de sus propios agentes."
Con respecto a lo que Ikeda denomina la crítica austriaca de Ludwig von Mises al
intervencionismo, señala que "los actores en busca de ganancias, tanto en los
procesos de mercado como en los procesos políticos, tienden a responder a
intervenciones particulares de formas que frustran o le dan la vuelta alrededor
de esas intervenciones y que... las autoridades fracasaron en anticipar. Debido
a estas respuestas, hay una tendencia para que el intervencionismo "dé lugar a un
estado de cosas que -desde el punto de vista de sus mismos proponentes- resulta
ser mucho más indeseable que el estado previo que se intentó alterar" (Mises,
1977). Los problemas acumulados de la intervención por partes ["piecemeal"] debe
conducir inevitablemente a quienes hacen la política, a escoger entre una
planificación gubernamental más coherente y completa (socialismo) o una
interferencia mínima con el proceso de mercado (capitalismo). En este sentido,
el intervencionismo "se derrota a sí mismo"."
En opinión de Ikeda, "para los austriacos, una de las más importantes
contribuciones de la teoría de la elección pública a la crítica general al
intervencionismo, es su análisis penetrante de los efectos perniciosos del
comportamiento estrechamente auto-interesado en el proceso político, del
desperdicio asociado con el uso de la coerción y de la compulsión para
redistribuir la riqueza, así como de las fuerzas que influyen en el tamaño del
gobierno."
En lo que trata del intervencionismo enfocado como un proceso, señala Ikeda que
"una política que implemente la doctrina del intervencionismo pone en movimiento
una serie de efectos que crean resultados que, aún aquellos quienes inicialmente
favorecieron las políticas, consideran como indeseables. Oportunidades no
esperadas, de ganancias creadas por la intervención y actores ansiosos, quienes
buscan oportunidades, se combinan para producir estos resultados. La respuesta
típica de las autoridades es expandir aún más la extensión de la actividad
estatal, aunque esto de ninguna manera es inevitable, pues, aunque sea poco
probable, es posible que aquellas reduzcan la actividad estatal en esos instantes
críticos. Así, uno puede mirar al intervencionismo como un proceso dinámico, no
de equilibrio, en donde las decisiones de los actores, parcialmente ignorantes,
brindan la dinámica interna que impulsa la economía mixta."
Concluye Ikeda señalando que "en el análisis del intervencionismo como un
proceso, la ausencia de un conocimiento completo o la existencia de, al menos,
ignorancia parcial "genuina" (en contraste con la ignorancia "racional"
ocasionada por costos de información elevados), juega un papel indispensable para
crear las condiciones que producen los efectos colaterales inesperados del
intervencionismo... este es el problema del conocimiento... [cuya] presencia
significa no sólo que los proponentes del intervencionismo serán incapaces de
predecir todas las repercusiones negativas de sus políticas antes de embarcarse
en ellas, sino que, también, pasará mucho tiempo antes de que se den cuenta de
estas repercusiones. Entre tanto, la economía puede haberse movido muy lejos en
el camino hacia el colectivismo, promovida por tendencias ideológicas
estatistas."
8. EL DEBATE MACROECONÓMICO ENTRE HAYEK Y KEYNES, por William N. Butos.
Indica el profesor Butos que "Hayek y Keynes condujeron su debate en un nivel
técnico muy abstracto y dirigido a especialistas en teoría monetaria... Para
Hayek significó presentar la teoría de "Wicksell-Mises" acerca del ciclo
económico y la teoría austriaca del capital... El debate reveló profundas y
generalizadas diferencias entre los puntos de vista de Hayek y de Keynes acerca
de la operación de la economía de mercado... El terreno de su debate fue la
teoría monetaria, pero en su sustancia fue acerca de las propiedades de
auto-ajuste y de coordinación que posee una economía de mercado."
Según Butos, el llamado ""nuevo enfoque" de Keynes involucraba el empleo del
marco Wickselliano de ahorro-inversión, para aseverar que el ingreso agregado se
elevaría o caería dependiendo de si los ahorros eran mayores o menores que la
inversión... Si los ahorros excedían a la inversión... ocurriría una contracción
acumulativa, porque el ingreso no sería suficiente para comprar la producción
agregada a precios que cubrieran los costos. El desequilibrio persiste, junto
con un desempleo creciente y con precios y producción en descenso, a menos que se
reduzcan los ahorros, aumente la inversión o que "cese toda la producción"
(Keynes, 1971)"... el mensaje esencial de Keynes, así como su visión, son
esencialmente claros en que un sistema de mercado descentralizado está sujeto a
inestabilidades crónicas y que no posee mecanismos auto-correctores de mercado,
que sean lo suficientemente robustos como para sobrepasar (o neutralizar) estas
inestabilidades, sin que exista una intervención de terceros."
Indica Butos que "Hayek persistentemente atacó los puntos teóricos centrales de
Keynes, incluyendo, entre otros, la teoría de la inversión ("el tema más oscuro
del libro"), la definición de ahorro, las "ecuaciones fundamentales" de Keynes
acerca de los niveles de precios, de la producción y de los bienes de consumo, la
teoría de los precios de los activos y, por supuesto, la descripción de Keynes
del ciclo económico.
Hayek expone que el Tratado de Keynes no es tan sólo un trabajo sin terminar,
tal como el mismo Keynes lo reconoce (Keynes, 1971), sino que su supra-estructura
teórica no estaba refinada y era idiosincrásica... Así, de acuerdo con Hayek, al
tratar el proceso de producción como "un todo integral", Keynes, forzosamente, es
incapaz de analizar "la posibilidad de fluctuaciones entre... etapas" (Hayek,
1931)... La ironía de la crítica de Hayek radica en que, el Keynes
macro-orientado, emplea una definición de ganancias que resulta apropiada cuando
se la aplica a un único empresario, pero que es inapropiada y conduce al error
cuando se la aplica a todos los empresarios. El que "los agregados del señor
Keynes esconden los más esenciales mecanismos de cambio" emerge como un tema
persistente en la crítica de Hayek al Tratado de Keynes."
Butos señala que "en contraste con Keynes, Hayek niega que un incremento en el
ahorro provoque un descenso neto en la demanda y que la inversión no se elevará
para mantener una igualdad con el ahorro. Dado que Keynes asume en el Tratado
que las decisiones de inversión dependen de las ganancias anticipadas y de la
tasa de interés (o bancaria), un exceso de ahorros o una deficiencia de inversión
parecerían corregibles mediante una reducción de la tasa de interés de mercado,
correspondiente a una ahora menor tasa natural de interés, tal como lo indica el
incremento en los ahorros. Keynes, sin embargo, descartó este mecanismo
coordinador. El alegó que los ahorros no son canalizados a la inversión; sino
que, en vez de ello, debido a "una visión a la baja excesiva" ["excesive
bearishness"], son acumulados (o, en su terminología, colocados en "depósitos
bancarios"), lo cual impide la baja que se requiere de la tasa de interés de
mercado. Hayek señala que el supuesto de Keynes plantea el alegato imposible de
que cualquier "exceso de depósitos" creado por el sistema bancario necesariamente
irá a "acumularse", sin que ello afecte la tasa de interés de mercado."
"En el Tratado y en la Teoría General, la explicación de Keynes al ciclo de los
negocios se centra en la inestabilidad de la inversión... La economía fracasa
porque es incapaz de coordinar efectivamente los planes intertemporales. Si bien
los detalles específicos del argumento de Keynes varían entre el Tratado y la
Teoría General, en esencia el alegato en ambos es que o los mercados
intertemporales no existen o que, si existen, generan resultados perversos en
forma de deflación de precios o de una reducción de la producción agregada.
Keynes prácticamente ignora la crítica formulada por Hayek de que el Tratado
niega los mecanismos de los mercados intertemporales."
Agrega Butos que "Hayek no respondió específicamente a los planteamientos de la
Teoría General... Pero en esto también el retiro de Hayek puede haber sido
oportuno: a mediados de los años treintas, la teoría monetaria de Hayek y sus
posiciones políticas estaban perdiendo mucho de su atractivo, debido a la
depresión continua y a un clamor creciente por un mayor activismo económico del
gobierno... era evidente que Keynes iba ganando decisivamente la batalla
política.
El período posterior a la publicación de la Teoría General y durante los años
entreguerras fue un época de gran actividad intelectual para Hayek. Tres áreas
de investigación -la teoría del capital, "el problema del conocimiento" y el
ciclo de los negocios- pueden brevemente citarse como áreas de un interés
continuo para Hayek a partir de 1936, las cuales tienen que ver con preguntas
íntimamente ligadas al debate con Keynes. Hayek, debe recordarse, señaló que el
marco teórico de el Tratado de Keynes fracasaba porque carecía de una teoría
coherente del capital.
Durante los años treintas y cuarentas, los artículos de Hayek acerca del
"conocimiento" exponen que el sistema de precios, debido a que funciona
eficientemente como una red de información, permite que los mercados
intertemporales coordinen efectivamente los planes individuales. A pesar de la
inevitabilidad de nuestra ignorancia como resultado de la descentralización del
conocimiento, la coordinación de planes no requiere de un conocimiento completo,
ni, en contraste con el pensamiento de Keynes, tampoco el conocimiento incompleto
requiere que los mercados sean manejados por los "espíritus animales"."
9. LA ESCUELA DE FRIBURGO ACERCA DEL DERECHO Y LA ECONOMÍA, por M. E. Streit.
Expone Strait que "por su enfoque en las propiedades funcionales del marco
institucional de los sistemas económicos, la escuela de Friburgo acerca del
derecho y la economía pertenece a aquellas tradiciones en el pensamiento
económico que reciben un atención renovada cuando se hacen intentos para tratar
con los problemas de la transformación.
La tradición es usualmente retrotraída, entre sus fundadores, al economista
Walter Eucken... Sin embargo, el verdadero empuje intelectual se desarrolló como
resultado de la cooperación espontánea de economistas y de juristas, quienes se
unieron a la Universidad de Friburgo en los años treintas [como Hans
Groβmann-Doerth, Franz Böhm y, posteriormente, Friedrich A. Lutz, Karl Friedrich
Mayer, Paul Hensel, Fritz W. Mayer, Hans Willgerodt, Hans O. Lenel y, a finales
de su vida, Friedrich Hayek]."
Streit indica que "metodológicamente, la escuela formuló una nueva posición en
lo que se refiere a la relación entre historia y teoría. Económica y
políticamente, la contención del poder para asegurar una sociedad libre fue su
principal foco de acción... En vez de una "generalización de la abstracción",
Eucken estaba convencido de que debería ser posible identificar ciertas formas
elementales recurrentes en la vida económica... Esto condujo a sus formas
básicas de un sistema económico: la dirigida centralizadamente y la economía del
intercambio. En cuanto a esta última, para él el tema institucionalmente
importante era: "si muchas unidades económicas individuales, aunque efectúen sus
planes independientemente, dependen de e intercambian la una con la otra... surge
entonces la pregunta acerca de la forma del sistema de relaciones de intercambio.
¿Cuáles son las reglas del juego?"
La respuesta de Eucken fue Humeana [de Hume] en el sentido de que enfatizó la
propiedad privada, la libertad de contratación y la responsabilidad, como
"principios constitutivos" de un "orden competitivo". En cuanto a
principios adicionales, aquel de "mercados abiertos" refleja su insistencia en la
competencia como el elemento de control que previene a la propiedad privada de
conducir a abusos económicos y sociales. Para él, la "cuestión social" no era,
como lo creía la escuela histórica, el resultado de una competencia excesiva,
sino insuficiente, reflejando el fracaso del estado en determinar y preservar el
marco de un orden competitivo.
En tanto la competencia no fuera reconocida como un elemento constitutivo del
sistema económico, el cual merecía la protección y soporte de la legislación...
no había una posibilidad jurisdiccional de reafirmar el uso de la libertad para
contratar y comerciar. Sin embargo, darle un estatus legal a la libertad de
competir, requería no sólo de pensar en términos de sistemas económicos, sino
también como un juicio de valor, al igual que la apreciación de la
conformabilidad legal de los sistemas económicos... En lo que tiene que ver con
el marco legal de la economía, la solución específica encontrada por Böhm fue la
concepción de una constitución económica. Esto refleja el reconocimiento de que
las reglas que gobiernan la autonomía individual en un sistema de mercado, así
como aquellas que aseguran el control de su uso por medio de la competencia,
tienen que ser consideradas como complementarias, en vista del conflicto básico
entre libertad y poder. La estructura de la constitución económica corresponde a
la constitución política de un gobierno bajo la ley ("Rechtsstaat"): por una
parte, la autonomía es otorgada a aquellos a quienes les es confiado hacer leyes
y gobernar, pero, puesto que, por otro lado, la autonomía tiende a brindar
oportunidades de ejercitar el poder, se requiere una combinación sofisticada de
frenos y contrapesos para prevenir el uso de tal poder arbitrario."
Streit concluye señalando que "de los logros analíticos que pertenecen al perfil
científico de la Escuela, al menos cinco deberían mencionarse. (1) La crítica
bien fundamentada, basada institucionalmente, de la planificación económica
colectivista... (2) La demostración de que las instituciones son importantes para
el funcionamiento del sistema de mercado... (3) El reconocimiento de lo que
podría llamarse la "ética de las reglas"... (4) El escepticismo, con base
histórica y teórica, sobre las posibilidades de dirigir el proceso de
coordinación del mercado en una economía moderna, de una manera útil, y, aún más,
de poner en práctica tal política... (5) El énfasis puesto en la interdependencia
entre varios subsistemas de la sociedad, los cuales deben tomarse en cuenta
cuando se reestructuran y adaptan las instituciones correspondientes."
10. CAMINOS FUTUROS ALTERNATIVOS PARA LA ECONOMÍA AUSTRIACA por Peter J.
Boettke.
En opinión del editor del libro, Peter Boettke, "la corriente principal de la
economía no puede explicar satisfactoriamente la dinámica de la actividad de
mercado, mucho menos la recurrencia de crisis macroeconómicas, el problema del
intervencionismo y la regulación, las crisis fiscales de los estados
paternalistas democráticos, el fracaso de la planificación para el desarrollo y
el colapso de los regímenes socialistas a fines de los años ochentas. Sin
embargo, estas anomalías no son vistas como una amenaza seria para el enfoque
dominante del análisis económico. Los economistas austriacos parecen estar bien
situados como para ofrecer una alternativa, pero son incapaces de quebrar el
formidable edificio del "establishment" académico en el campo de la economía."
Boettke expresa que "puesto que las cuestiones que los economistas austriacos
desean preguntar no se prestan por sí mismas en un alto grado para una
formulación matemática, su trabajo es sistemáticamente eliminado de las mejores
revistas especializadas en economía. Como resultado, la economía austriaca
permanece siendo una cultura de libros, mas que una escuela de pensamiento
orientada a publicaciones en revistas"... [sin embargo], "sería un desastre
científico si los economistas austriacos trataran de aislarse a sí mismos de los
argumentos teóricos y empíricos de la corriente principal de la economía y de
otros economistas de corrientes diferentes... Pero, a menos que los austriacos
logren cambiar las preguntas básicas que otros economistas consideran útiles de
plantearse, hasta ese entonces la corriente principal de la economía permanecerá
impávida frente al mensaje austriaco... Con el despertar de la filosofía de la
ciencia posterior al positivismo, los economistas austriacos deben estar en
capacidad de obtener una mejor audiencia para sus puntos de vista acerca de la
economía y de la sociedad."
Boettke considera que Stiglitz ha dado lugar a una revolución en el pensamiento
económico y que "aquellos que están trabajando dentro de la tradición austriaca
necesitan dirigir su atención al trabajo de Stiglitz, [cuya revolución] está
basada en construir modelos económicos utilizando las técnicas estándares, pero
con los supuestos de información imperfecta, de la interacción estratégica y de
una estructura imperfecta de los mercados. Los austriacos se encuentran a sí
mismos en una situación peculiar, pues están en mucho de acuerdo con la crítica
de Stiglitz al "irrealismo" y a lo inadecuado del núcleo perfectamente
competitivo de la economía neoclásica tradicional, pero no encuentran promisorias
las implicaciones teóricas de la alternativa de Stiglitz. La teoría de la
imperfección de las estructuras de mercados y sus implicaciones para la política
antimonopólica, la nueva teoría sobre el comercio internacional y sus argumentos
en favor de un papel para una política comercial estratégica, el Nuevo
Keynesianismo y el teorema de los salarios de eficiencia, y la nueva teoría del
socialismo de mercado, todos encuentran antecedentes al trabajo de Stiglitz en
teoría pura. Es más, Stiglitz ha hecho contribuciones fundamentales a todos
estos desarrollos Si los austriacos quieren ser "jugadores" en los debates
modernos, deben atender los argumentos teóricos y de política pública que se
siguen de su variante a la economía neoclásica."
En cuanto a las áreas en las que, en opinión de Boettke, el enfoque austriaco
puede realizar importantes aportes al conocimiento, destaca que "tal vez el punto
principal exclusivo de la teoría austriaca del mercado considerado como un
proceso es su entendimiento de una economía usuaria de capital... Hay ciertas
proposiciones substantivas de la teoría austriaca del capital que pueden
utilizarse adecuadamente para lograr puntos dentro de la literatura de la
corriente principal. El capital no es homogéneo, tal como se asume en la teoría
del crecimiento estándar, sino que es heterogéneo y tiene usos específicos.
Combinaciones únicas de bienes de capital forman la estructura del capital en
cualquier economía... Una teoría austriaca más dinámica acerca de la economía
usuaria de capital, en combinación con las proposiciones teóricas de que (1) una
gran porción del conocimiento relevante para la toma de decisiones económicas
dentro de un sistema económico se transmite por medio de movimientos en los
previos relativos, y (2) que el dinero es inherentemente no neutral, también
podría ofrecer el escenario apropiado para una reconstrucción moderna de la
teoría austriaca del ciclo de los negocios, que pueda ser ofrecida como una
alternativa viable a las teorías contemporáneas acerca del ciclo de los negocios,
incluyendo al enfoque real del ciclo económico.
Una reconstruida teoría austriaca del capital también serviría como base para
una perspectiva alternativa sobre la economía del desarrollo... Es más, la
economía austriaca posee cierta ventaja comparativa en estas discusiones. A
través de la historia de la escuela, siempre ha puesto una atención significativa
a la infraestructura política y legal de la organización social. El desarrollo
económico es primariamente una cuestión de instituciones legales y políticas, y
de prácticas culturales, no de ayuda externa o de planificación gubernamental."
Además, "el interés austriaco tradicional con el tema institucional sugiere que
el trabajo del nuevo institucionalismo debería ser particularmente relevante para
los estudiosos que intentan desarrollar aún más la economía austriaca... Otro
campo en el cual los austriacos tienen una afinidad natural es el de la ley y la
economía... La organización industrial y la moneda y la banca representan dos de
las corrientes principales en donde los austriacos han hecho aportes
significativos en las dos últimas décadas... la metodología y la historia del
pensamiento son vitalmente importantes. Las contribuciones a la economía técnica
no recibirán la audiencia apropiada a menos que se respete la posición filosófica
de los austriacos con respecto a las ciencias del hombre. De manera que es
necesaria la segunda estratagema del radicalismo filosófico dentro de la economía
austriaca. Plantear un reclamo filosófico en contra de la corriente principal de
la economía ayuda a construir puentes y mejorar la argumentación propia en formas
que, de otra manera, sería obviadas... En primer lugar, los economistas
austriacos no son los únicos desilusionados con la corriente económica principal.
Segundo, aún entre quienes no están desilusionados, hay algunos que encuentran a
la filosofía de la economía como una vocación interesante."
Continúa Boettke, "parte de la estrategia del radicalismo filosófico es la
construcción de coaliciones con otras escuelas de economía heterodoxas. Los
post-Keynesianos, los institucionalistas, los neo-Ricardianos y los Marxistas
podrán estar de acuerdo con los austriacos en que la economía neoclásica puede
ser reemplazada por una economía filosóficamente más sofisticada y más
realista... Construir una coalición efectiva para desafiar la hegemonía del
neoclasicismo, sin embargo, es tan sólo una primera etapa, puesto que, una vez
que el paradigma neoclásico sea deconstruido, la pregunta será que paradigma
alternativo lo reemplazará.
La economía técnica y la estrategia del radicalismo filosófico están
relacionadas la una con la otra de una manera simbiótica y no están en
conflicto... La estrategia de una teoría social interdisciplinaria combina las
dos primeras estrategias y busca llevar los puntos de vista austriacos a
audiencias disciplinarias adicionales."
Termina Boettke señalando que "el destino de la economía austriaca yace en las
manos de sus practicantes. Depende de quienes encuentran persuasivo este
enfoque, producir la escolaridad de alta calidad que, a su vez, persuadirá a
otros académicos."
Recuerden que, si a alguien le interesa leer el libro reseñado o alguno de sus
ensayos, pueden solicitármelos.
Jorge Corrales Quesada
2003-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003
2003-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003
Corresponde a David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters" ["El Orden de la Ley: Qué Es Lo Que La Economía Tiene Que
Ver Con El Derecho y Por Qué Eso Importa"] (Princeton, New Jersey: Princeton
University Press, 2000).
Hace poco leí que la estupidez es hereditaria, de acuerdo con uno de los
descubridores del ADN, el Dr. Watson, quien es también un creyente en el uso de
técnicas genéticas para resolver problemas como este de la estupidez, entre
muchas otras cosas. A mi me ha llamado la atención de que haya hijos muy dotados
de padre (o padres) muy dotados (y no voy a referirme cuando en una ocasión se lo
comenté a uno de ellos quien es miembro de palestra: su respuesta fue que
probablemente era porque imitaban el esfuerzo de estudio que realiza el padre y
no por razones genéticas). David es hijo de Milton Friedman, uno de los
economistas más notables de los últimos tiempos y por varios años ha destacado
por sus propios méritos. Esto lo podrán ustedes atestiguar cuando lean este
libro tan interesante en un campo en el cual la Economía ha hecho grandes avances
en los últimos años. En todo caso, si usted es partidario del inductivismo,
podría encontrar un fundamento en el caso de David, de que la inteligencia (tal
como la estupidez, según Watson) es hereditaria, aunque tal vez, como me señaló
aquel amigo, lo sea por la imitación de hijo a padre.
En un artículo escrito por James Buchanan hace varios años [James Buchanan,
"Economics and Its Scientific Neighbors”, en Sherman Roy Krupp, editor, "The
Structure of Economic Science: Essays on Methodology" (Englewood Cliffs, New
Jersey: Prentice-Hall, 1966) y reproducido en James M. Buchanan, "What Should
Economists Do?" (Indianapolis, Ind.: Liberty Press, 1979)], señala que "El medio
por el cual los seres humanos imponen restricciones a su propia interacción, del
uno con el otro, lo brinda el derecho. Los principios simples de la Economía
imponen limitaciones sobre la operación de estas restricciones... Las leyes que
se hacen en ignorancia de los principios simples de la Economía, pueden causar un
daño grave; sin embargo, observamos poco progreso en el reconocimiento de las
limitaciones que la Economía impone sobre la Legislación. Esta es la frustración
permanente de los economistas, quienes quieren ver a su ciencia aplicada en la
práctica." (p. p. 130-131 de la última obra citada).
El libro de Friedman va mucho más allá de este análisis de la necesidad de que
se apliquen principios de economía básicos cuando se diseñan las leyes. El
enfoque de Friedman consiste en "tratar de entender los sistemas de reglas
legales mediante la pregunta acerca de las consecuencias que producirán en un
mundo en el cual los individuos racionales ajustan sus acciones a las reglas
jurídicas que enfrentan.(p. 4). Indica que el “enfoque económico opera en dos
direcciones. Empezando con un objetivo, brindan una forma de evaluar las reglas
legales, de decidir qué tan bien logran su objetivo. Empezando... con un sistema
de reglas jurídicas, brinda una forma de entenderlo –averiguando cuál es el
objetivo que se pretende lograr." (p. 4)
Dice Friedman que "una objeción al enfoque económico para entender la lógica de
la ley es que tal vez ella no tenga lógica. Otra y muy diferente objeción es que
la ley tiene una lógica, pero tiene que ver, o debería tener que ver, no con la
eficiencia económica, sino con la justicia." Ante esto brinda dos respuestas:
"la primera es que la justicia no da una descripción adecuada de la ley,
tanto porque es irrelevante para un número sorprendentemente elevado de temas
legales y porque no disponemos de una teoría adecuada sobre qué es lo que hace
que algunas reglas sean justas y otras injustas... Mi segunda respuesta es que en
muchos casos, aunque probablemente no en todos, resulta que las reglas que
pensamos que habíamos apoyado por ser justas, son de hecho eficientes." (p. 5)
Este libro de Friedman contiene cuatro partes muy definidas: una primera tiene
que ver con conceptos básicos tales como racionalidad, eficiencia económica,
externalidades, el valor de la vida, la economía de la asignación de riesgos y
muchas otras cosas, en tanto que la segunda sección trata de la aplicación de la
economía a áreas básicas del derecho, las que uno podrá encontrar en un curso de
primer año de esa carrera.
La tercera parte contiene una sección dedicada al análisis comparativo de
sistemas jurídicos, otro sobre por qué existen tanto el derecho penal como el
civil, los cuales en la realidad tienen que ver con lo mismo y sobre si se podría
tener un único sistema legal, para, finalmente, ver el pro y el contra de la
aseveración de que la ley , por lo menos lo que él llama "la ley hecha por un
juez", que me parece que es una forma de referirse al derecho consuetudinario, es
económicamente eficiente.
La última sección contiene un resumen de lo aprendido sobre sistemas de reglas
jurídicas.
Para darles una probadita del sabor del libro, les traduzco tres pequeñas partes
que espero puedan servir de estímulo a su lectura:
"Las reglas legales deberán ser juzgadas por la estructura de incentivos que
establecen y por las consecuencias de que la gente altere su comportamiento como
respuesta a estos incentivos.
Los temas del crimen y del contrato no son las únicas partes de la ley en las
cuales es útil el enfoque económico. Las multas a la velocidad tienen como
propósito, no ser una forma extraña de impuestos, sino una manera para hacer que
el interés de los choferes sea conducir más lentamente. La ley penal determina
qué sucede cuando la gente se involucra en accidentes de tránsito y, por lo
tanto, afectan el incentivo para hacer cosas que pueden conducir a enredarse en
un accidente de vehículos, tales como no revisar los frenos del carro, manejar
borracho o no manejar del todo. Las reglas de procedimientos civiles determinan
qué tipo de información los litigantes tienen derecho a demandar el uno del otro
y, con ello, afectar el incentivo para que las empresas tengan (o no tengan)
registros, que investiguen (o no investiguen) problemas relacionados con sus
productos que pueden convertirse en objeto de litigios, de demandar o de no
demandar. Las leyes sobre el divorcio determinan bajo qué circunstancias usted
puede salirse de un matrimonio, lo cual constituye una de las cosas relevantes
cuando uno se decide casar. El sujeto del análisis económico de la ley es la
ley. Toda ella." (Páginas 11-12).
En una segunda instancia, en una sección titulada "El Asesino de Vudú Racional:
¿Debemos penalizar los intentos imposibles?", Friedman nos expone lo siguiente:
"Al explicar por qué es que intentamos penalizar los intentos de asesinato,
discutí que era una forma de penalización ex ante. Cuando se dispara a la gente,
algunas veces se la mata, de manera que lo penalizamos aún cuando se falle al
disparar. Pero, ¿qué sucede en el caso en que estoy intentado un asesinato
mediante un método que nunca ha funcionado, tal como ponerle alfileres a una
muñeca de vudú? ¿Deberá ser una conducta criminal? ¿Debemos penalizar los
intentos imposibles?
El argumento en su contra es obvio: Ponerle alfileres a muñecas de vudú no causa
daño, entonces, ¿por qué penalizarlo? ¿Por qué pagar el costo de agarrar gente e
introducirla en una cárcel para disuadir un comportamiento que no tenemos razón
para disuadirlo?
Para considerar en qué está errado este argumento, imagínese que estoy
considerando cometer un asesinato por medio de una de dos formas –veneno o vudú.
El veneno que estoy pensando usar es invariablemente letal, en tanto que
colocarle alfileres a una muñeca de vudú no tendrá efecto alguno sobre la
esperanza de vida de la víctima potencial. Si soy conciente de estos hechos,
escogería o veneno o del todo no intentar el crimen. El problema surge porque no
me doy cuenta de esos hechos. Se que uno de los métodos funciona y que el otro
no, pero no se cuál es cuál. La regla legal que estamos considerando es
"Intentos por la vía de medios imposibles no son punibles". Puesto que no se
cuál método es imposible (si lo supiera, no me molestaría en usarlo), eso no se
traduce, para mi, en que "intentos por vudú no son punibles".
Dado que no estoy seguro cuál es el método que funciona, debo tomar en cuenta en
mis cálculos la probabilidad de que escoja al equivocado. Si los intentos
imposibles no son punibles, entonces escoger equivocadamente significa que no
tendré éxito en mi asesinato, pero tampoco seré penalizado, aún si se me
agarrara. Si los intentos imposibles son punibles, me arriesgo de usar un método
imposible y ser penalizado por así hacerlo. Este riesgo es uno de los costos que
debo tomar en cuenta al decidir asesinar o no a alguien.
De manera que una política de penalizar los intentos imposibles tiende a
disuadir los asesinatos reales, asesinatos con veneno, por gente que no sabe que,
si lo que piensan es un veneno, de hecho funciona. El costo de esa disuasión es
que, alguna gente que es capturada en esos intentos que de hecho son imposibles,
debe ser penalizada por hacer tal cosa.
Aún si la penalización de intentos imposibles brinda alguna disuasión ¿no
tendría más sentido lograr tal disuasión penalizando en vez de aquellos a los
intentos posibles (y los asesinatos exitosos), de manera que los esfuerzos se
concentran en quienes es más posible que hagan daño? La respuesta es que lo
sería si pudiéramos imponer sin costos las penas adecuadas. Regresamos de nuevo
al argumento de ex post/ex ante.
Penalizar el resultado brinda una mejor forma de poner la pena en donde cause el
mayor bien –después de todo, algunos de quienes intentan el asesinato por el
vudú saben perfectamente bien que el vudú no funciona y simplemente adoptan una
postura para que los vean sus amigos menos informados. Pero penalizar los
intentos, aún los imposibles, nos permite incrementar la probabilidad de
penalización y con ello lograr la misma disuasión, pero con penalizaciones menos
costosas.
Una forma diferente de formular el mismo argumento consiste en suponer que
existe una pena máxima que estamos dispuestos a imponer –vida en prisión, pero no
ejecución, o ejecución, pero no con tortura. Suplementar la penalización máxima
por asesinato con una pena menor por intentos no exitosos, nos permite
incrementar el costo ex ante del intento para el asesino potencial. Podemos
incrementarlo aún más, incluyendo la penalización por intentos imposibles.
Una cuestión que usted puede encontrar un poco extraña en esta discusión es el
supuesto de que el comportamiento de los asesinos de vudú se verá afectado por
los incentivos brindados por las reglas legales. ¿Qué tan posible es que alguien
quien es lo suficientemente irracional como para creer en el vudú, esté lo
suficientemente informado acerca de la ley, como para saber si los intentos
imposibles son penalizados o no, o como para ser lo suficientemente prudente como
para que le importe?
Una respuesta es que, si bien la racionalidad no es siempre una manera exacta
para predecir el comportamiento, es la mejor herramienta de la cual disponemos –y
la ignorancia que hay en parte de la vida no garantiza la irracionalidad o la
ignorancia en otras partes de ella. Todos nosotros, después de todo, obtenemos
de gente alrededor nuestro muchas de nuestras creencias acerca de lo que funciona
o no funciona, y una persona racional puede aceptar creencias irracionales si
todo mundo que uno conoce las acepta.
Otro respuesta consiste en señalar que los intentos imposibles no se limitan al
vudú. El vudú es posible que no mate a nadie, pero tampoco lo es disparar a un
árbol. Tratar de robar de un bolsillo vacío es un comportamiento perfectamente
racional, pero difícilmente es algo que concluirá en un éxito. Hay un cierto
sentido en que todos los intentos fracasados son imposibles, pero juzgados por lo
que sabemos, una vez que han fallado.
Vista desde esta perspectiva, la cuestión de penalizar los intentos imposibles
es simplemente la cuestión de si los intentos se deben penalizar. En cualquier
forma que se presente, el argumento esencial es el mismo: Puesto que alguien no
sabe que su intento es imposible antes de realizarlo, el conocimiento de que
siempre será penalizado aún si resulta ser un imposible, ya sea en el intento
obvio del vudú o en el sentido más sutil de robar un bolsillo que está vacío,
constituye un incentivo para no llevar a cabo el intento." (Páginas 81-83).
Finalmente, en una sección que Friedman titula "Propiedad, Contrato, Daños y
Crimen en Tres Párrafos", nos dice lo siguiente:
"En un sistema de propiedad privada necesitamos alguna manera de definir cuáles
son los límites de mi propiedad, no sólo en términos de un espacio físico, sino
también en un espacio de derechos –qué usos de la propiedad de mi vecino violan
mis derechos en la mía y viceversa. Necesitamos alguna forma de determinar quién
posee una pieza particular de propiedad y de establecer derechos de propiedad
sobre propiedad que previamente no tenía dueño. Necesitamos de mecanismos para
aplicar esta reglas y para resolver disputas acerca de ellas. Y esto debe
generalizarse a partir del caso especial de la propiedad real –la propiedad de la
tierra- al caso más general que incluye la propiedad de las cosas y la propiedad
intelectual. Por lo tanto, es necesaria una ley de la propiedad, que incluya a
la propiedad intelectual.
Una de las cosas que puedo hacer con mi propiedad es vendérsela a usted. Parte
de la razón por la cual funciona la toma descentralizada de decisiones es que
permite que las cosas, y los derechos en las cosas, se muevan, por la vía del
comercio, hacia cualquier persona que más las valoran. Para que este mecanismo
funcione más allá de los casos sencillos (le doy mi manzana a cambio de su
naranja), necesitamos de los contratos, acuerdos que especifican las obligaciones
mutuas de las partes en intercambios más complicados. Los contratos pueden
conducir a desacuerdos en su interpretación, honestos o no, y, como tal,
requieren de algún cuerpo de reglas que determine cuándo existe un contrato y
cómo habrán de resolverse las disputas. Aún en el caso más simple de intercambio,
necesitamos que haya suficientes reglas legales que determinen si yo estaba
intercambiando mi manzana por su naranja, en cuyo caso son ahora mi naranja y su
manzana, o si simplemente le estaba permitiendo que sostuviera mi manzana
mientras yo inspeccionaba su naranja. De aquí surge la ley de contratos.
Para prevenirme de violar una regla legal, debe haber algún mecanismo para hacer
que exista algo que no me gusta que suceda cuando yo haga algo. Ese mecanismo,
cualesquiera que sea, también tendrá que ver con casos en el cual una parte cree
que se ha violado una regla, en tanto que el otro no considera que sea así. Por
lo tanto, necesitamos de la ley civil [tort law] y de la ley penal [criminal law]
para especificar los derechos relevantes y los mecanismos por los cuales son
puestos en vigencia [enforced], y requerimos de reglas de procedimientos y de un
sistema de cortes para resolver las disputas." (Páginas 311-312).
Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hago con los siguientes libres
de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo pueden obtenerlos
(simplemente me llaman por teléfono):
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Jorge Corrales Quesada
2003-05-02 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003
2003-05-02 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003
Corresponde en esta ocasión a la obra de J. C. Lester, Escape from Leviathan:
Liberty, Welfare and Anarchy Reconciled, [Huida desde el Leviatán: Reconciliando
la Libertad, el Bienestar y la Anarquía] (New York: St. Martin’s Press, 2000).
El profesor Lester es un destacado intelectual del llamado campo libertario,
aunque el propósito de este libro, según lo indica el autor, surge del hecho de
que los "liberales clásicos, los modernos libertarios, y generalmente los
economistas pro-mercado, a menudo aparecen en favor de la tesis –al menos
implícitamente- de que hay una compatibilidad práctica entre la libertad y el
bienestar en el mercado. Sin embargo, tales argumentos rara vez son claros,
consistentes, comprensivos y sin que se acuda a la moral... Mi libro intenta
rectificar esto, clarificando los aspectos filosóficos de la tesis de la
compatibilidad: su intención principal es ser un complemento filosófico a la
literatura científica social relevante." (p. 1)
Hace pocos días un gran amigo me dijo -medio burlonamente- cuando le comenté que
muy pocos miembros de palestra me habían solicitado alguno de los libros que
había comentado y que les había ofrecido prestar para que lo leyeran, que era
porque yo sólo leía y comentaba libros de economía, lo cual no es cierto, como
pueden derivarlo de la lista al final de este comentario. En esta ocasión este
es un libro sobre temas filosóficos, pero que también tiene enorme trascendencia
para el análisis económico, político y, en general, de las disciplinas llamadas
por algunos ciencias sociales.
En vez de comentar este libro, que apenas estoy empezando a ojearlo, me parece
que resulta más afortunado traducir un buen comentario que a este libro le hizo
un destacado estudioso de Adam Smith y filósofo como Lester, el profesor de la
Escuela de Filosofía de la Universidad de Alabama, James R. Otteson. Se trata
del interesante y erudito comentario que formuló Otteson al libro de Lester en la
revista The Independent Review, Vol. 6, No. 1 del verano del 2001, el cual, de
seguido, traduzco (los paréntesis cuadrados son míos):
""Huida desde el Leviatán" de J. C. Lester es un libro vigorizante. Empieza
así: "Hay tan sólo una cosa en el mundo que es, en serio, moralmente equivocada,
y esa cosa es la política [¿no se si usted prefiere que se la traduzca por
politiquería?. Recuerde que los paréntesis cuadrados son míos]... Si usted me
dice qué cosa es la que le preocupa en el mundo, entonces, puedo a menudo llegar
adonde está usted y decirle cómo es la política la causa de ella, o cómo la
política la exacerba considerablemente, o por qué es que usted debería de cambiar
sus opiniones no-liberales" (p. 1). El autor no continúa con una explicación de
todos los problemas del mundo en términos de la política, pero adopta como su
hipótesis de trabajo lo que él llama la "tesis de la compatibilidad" –que la
libertad, el bienestar y el libre mercado son fundamentalmente consistentes- y
defiende esta tesis en contra de todos los contendores. El principal activo del
libro es su ataque tenaz y persistente a los detractores de la anarquía de
propiedad privada por la cual aboga el autor. Pero este activo es
simultáneamente un pasivo: Lester no arguye "en favor de" su posición; en vez de
ello, debate que las objeciones más plausibles en su contra fracasan. Esta
táctica le da al libro un tono algo desagradable de estar a la defensiva y, más
significativo aún, limita la persuasión final que se quiere lograr con la tesis
central del libro. [No se desanime: continúe leyendo y verá luego].
La argumentación de Lester posee dos características especialmente inusuales.
La primera es su posición de que la tesis de la compatibilidad es "no moral".
Lester da a entender que se puede defender la compatibilidad de la libertad, el
bienestar y el libre mercado sin hacer uso del ulterior alegato moral de que la
libertad (o el bienestar o el libre mercado) "deberían" ser protegidos o
ampliados. En vez de ello, defiende la posición negativa de que aquellos quienes
discuten tal consistencia –John Rawls, Alan Ryan, John Gray y otros- han
fracasado en probar su caso. Segundo, en respuesta a la objeción que algunos
pueden formular de que su caso negativo no es suficiente, Lester alega que su
adhesión a la "epistemología racionalista crítica" Popperiana anula cualquier
argumento, en una defensa directa de su tesis de compatibilidad, porque él
vislumbra a la tesis como una "conjetura osada" [bold conjecture], la cual, de
acuerdo con el filósofo de la ciencia Karl Popper, puede ser falsificada por los
datos o por los argumentos, mas no puede ser probada como verdadera. Por lo
tanto, Lester no intenta persuadir a sus lectores de que su tesis es plausible.
Simplemente explica lo que conlleva, muestra cómo fines aparentemente
irreconciliables son, en efecto, consistentes dentro de su tesis, y muestra que
él (aún) no ha encontrado una objeción que sea válida. El resume la estrategia
del libro tal como sigue: "este libro no empieza por los primeros principios y de
ahí en adelante intenta construir hacia arriba hasta llegar a conclusiones bien
justificadas. Este no es un intento de probar, demostrar o exponer que la
libertad y el bienestar son congruentes en un mercado. Es simplemente una
defensa filosófica y económica de esta osada conjetura, ante un número de puntos
de vista, inevitablemente restringidos, que son inconsistentes con aquélla" (p.
6). [Esto se pone más interesante]. Si el proyecto de Lester tiene éxito,
entonces, de acuerdo con la epistemología Popperiana, su teoría habría sido
"corroborada", no probada. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿Qué
fundamentos habrán dado los argumentos de Lester para, de hecho, creer en su
teoría?
Aunque yo diría que el proyecto de Lester está incompleto (este libro debería
ser el volumen 2, en tanto que la exposición sistemática y la defensa de su tesis
deberían de haber aparecido como el volumen 1) [el cual no existe], dejemos de
lado este asunto y examinemos qué es lo que él hace, lo cual es en sí
interesante. Consideremos las defensas que Lester hace de su tesis ante tres
objeciones centrales.
Primera Objeción: La gente no se interesa únicamente por lo propio
[self-interested], de manera que fracasa cualquier sistema económico o político
que se sustente en ello –por ejemplo, el capitalismo de libre mercado. Lester,
como respuesta, señala que somos auto-interesados en el sentido de que somos
maximizadores resueltos [con intención] de nuestros propios fines [purposeful
maximizers] (p. p. 11-16). Señala, correctamente desde mi punto de vista, que es
difícil lograr algún sentido de la conducta humana bajo algún otro supuesto y, es
más, eso parece ser confirmado por la introspección –cada uno de nosotros se ve a
sí mismo actuando resueltamente con el propósito de satisfacer sus deseos. De
manera tal que nuestro entendimiento acerca de acciones benevolentes, interesadas
en otros, debe, de alguna manera, ser coherente con esta concepción general de la
acción humana. Sin embargo, esta aseveración no es lo mismo que el auto-interés
estrecho que con frecuencia los detractores dicen que los defensores del libre
mercado adscriben a los seres humanos. Lester arguye que los fines que deseamos
pueden y a menudo contienen el bien o los intereses de otras personas (p. 37).
De manera que la objeción falla: Todo lo que se requiera en la posición de Lester
es que la gente rutinariamente actúe como si fuera motivada por su deseo de
satisfacer lo que ella percibe como su deseo mayor o más apremiante, cualquiera
que sea éste.
Segunda Objeción: Las nociones libertarias (o liberales, como las entendemos
aquí] fracasan porque es imposible respetar plenamente la propiedad de terceros.
Invadir la propiedad ajena es algo inevitable (piense en los ejemplos de David
Friedman [que casualmente trata en el libro del mes de abril que previamente
reseñé para palestra] tales como que las luces del patio de mi casa "afectan" a
su propiedad); por lo tanto, tenemos que administrar nuestros asuntos humanos en
términos de alguna otra consideración acerca de lo que se considera como esencial
[desiderata], diferente de simplemente proteger la propiedad privada y la
libertad individual. Ante esto, la respuesta de Lester es sugerir un criterio
que minimizará el conflicto a la vez que maximiza la libertad [vean qué
interesante]: propone una concepción de libertad como "la ausencia de
restricciones provocadas sobre la gente por otras personas o, más precisamente,
gente interactuando voluntariamente sin que se obligue, se interfiera o que se
imponga la una sobre la otra –excepto para prevenir o reparar una restricción,
interferencia o imposición que se ha provocado" (p. 58). Lester entiende al
"costo" como una pérdida de algo que una persona quiere; por lo tanto, es
subjetivo y, por ello, no se le pueden endosar las objeciones obvias de que se
intenta una medición objetiva. Este criterio da respuesta a los problemas
Friedmanianos, al crear la posibilidad de usurpaciones que son moralmente
permitidas. Por ejemplo, no hay violaciones de derechos que del todo no puedan
ser admitidas; los daños son asuntos de grado y susceptibles tanto de valoración
como de la indemnización correspondiente (p. p. 108-113). El peligro con esta
estrategia es que, con esta visión de Lester, de hecho se requerirán algunas
acciones a las que se resistirá el absolutista de los derechos de propiedad, pero
el beneficio de este punto de vista es que, su insistencia en minimizar "los
costos que se imponen", tenderá tanto a que sea redundante para los intereses de
todas las partes involucradas, así como que continúe la interacción social a la
luz de algunas (probablemente menores) violaciones.
Tercera Objeción: Las nociones libertarias [liberales] fracasan porque todas
asumen implícitamente que ciertos tipos de libertad son más importantes que
otros. No existe tal cosa como una maximización de la libertad así en sencillo
["simpliciter"], por lo tanto, debido a que todas las teorías implican que se
infrinja una u otra libertad, no puede haber, con base tan sólo en estos
argumentos, objeción a las concepciones de estado de bienestar [welfarism], al
progresismo y similares. Esta objeción es especialmente apropiada para el punto
de visto expuesto por Lester, dado que él alega defender la libertad con base en
fundamentos "no morales" (p. p. 60-61, 75 y passim). Lester resuelve esta
objeción, de nuevo, sustentándose en su definición de "libertad" como la ausencia
de costos que se imponen sobre otros. Al decir que respetar la libertad
significa minimizar el costo que se impone sobre otros, puede evitar la antipatía
del todo o la nada [the all-or-nothing antipathy]: Para Lester "la libertad
admite grados" (p. 59), pero lo hace utilizando un criterio relativamente
objetivo. Lester llama a su posición "libertarianismo contingentemente
deontológico" (p. 57), por el que da a entender que "si" la libertad va a ser
maximizada (por cualquier razón), la regla de minimizar los costos impuestos a
otros evita las dificultades que enfrentan otros puntos de vista y que, de todas
maneras, parece que calza mejor con lo que la mayoría de la gente entiende por el
término "libertad". El continúa su libro deduciendo una concepción de propiedad
(incluyendo la propiedad intelectual y las reglas de la adquisición original o
inicial); concepciones de lo que son los crímenes, los daños y las penas
apropiadas; y resoluciones a dificultades de larga data –tales como el dilema del
hombre libre-esclavo y los problemas inevitables de los bienes públicos- lo cual
hace a partir de su concepción de libertad y que sugiere la superioridad de su
concepto sobre otras concepciones. No todos los argumentos de Lester sobre estas
razones son convincentes, pero todos son interesantes y tomados en conjunto le
dan credibilidad a su alegato de que su posición puede ser defendida mejor que lo
pueden ser nociones de libertades, de un estado de bienestar [welfarist],
socialistas o democráticas, que compiten con la suya.
Una argumento que Lester formula será de interés particular para los economistas
y los filósofos: hace una defensa limitada de las comparaciones interpersonales
de utilidad (CIUs). Por mucho tiempo una objeción estándar a algunas escuelas de
economía ha sido que las CIUs son imposibles de hacer, porque no existe una cosa
objetiva que corresponda con la utilidad de una persona y, por lo tanto, no hay
una d objetiva que permita comparar la utilidad de una persona con la de otra.
Aunque algunos economistas hablan de "útiles" ["utils"], de hecho no existen los
útiles y no tienen sentido alguno esquemas que pretendan sumar las utilidades de
los individuos bajo esquemas distributivos alternativos, para determinar cuál
esquema es el que hace que "todo mundo" esté mejor. La contribución de Lester
consiste en analizar que, si bien es cierto que no se pueden hacer CIUs con la
precisión que se requiere, por ejemplo, para hacer comparaciones de Pareto (p.
152), sin embargo, algunas comparaciones son posibles. He aquí su argumento: "un
caso claro de comparación de utilidad entre personas es cuando A valora "x" (de
ello deriva alguna utilidad) y B es indiferente acerca de "x" (obtiene cero
utilidad de ello). Se deduce que A valora a "x" ('algo') más que lo que hace B
('cero'). De aquí hay un pequeño paso para comparar un caso en que A valora
fuertemente a "x" y B tiene tan sólo una pequeña preferencia por "x". Y así
sucesivamente.” (p. 153).
Este argumento posee cierta plausibilidad intuitiva y le permite a Lester
aseverar que su esquema de anarquía basada en la propiedad sería mejor "en su
totalidad" o "para todo el mundo" en comparación con otros esquemas. El problema
surge cuando se trata de decir "cuánta más" utilidad A obtiene de "x" comparado
con B. La posición de Lester es más fuerte cuando compara utilidad cero con
alguna utilidad, pero esa comparación es un caso especial; el caso con mayor
posibilidad de que se presente es aquél en el cual se intenta comparar el aumento
o disminución de utilidad relativa de las partes involucradas, y aquí no es claro
a qué podría apelar Lester. Aún así, Lester tiene un punto al aseverar que, si
del todo rechazamos a las CIUs, entonces, los economistas "pro-mercado" que
aceptan el criterio de Pareto, no estarían en capacidad de "consistentemente
aconsejar cambios de cualquier sistema de reglas de propiedad que no está basado
en el mercado, a menos que cada persona individualmente se sienta mejor" (p. p.
153-154). De manera que, tal vez, deba estudiarse de nuevo este asunto de las
CIUs.
Al fin de cuentas, el principal valor del libro de Lester es ser algo así como
un catálogo de argumentos que defienden al pensamiento político libertario
[liberal] o anarquista, en contra de varios detractores y sus objeciones. No
todas las defensas funcionan y, en algunos casos, los rechazos que hace Lester
son algo apresurados; sin embargo, él ofrece muchos discernimientos interesantes
y novedosos. Permanezco desilusionado en cuanto a que no se dedicara a defender
directamente su propia tesis y tengo la esperanza de que en el futuro él afloje
su compromiso con la epistemología Popperiana y decida llevar a cabo tal defensa.
Sin embargo, entre tanto, la refutación de las objeciones es un servicio valioso
en sí mismo y Lester llena muy bien esa tarea."
Hasta aquí el comentario del profesor Otteson y, antes de terminar mi
comentario, deseo citar la página vi del libro de Lester:
"Nada dentro del estado,
todo contra el estado,
todo fuera del estado. [1]
Nota al pie 1: Esto revierte la definición de fascismo de Benito Mussolini (tal
como aparece en la entrada "fascismo" que se cita en The Blackwell Encyclopedia
of Political Thought [Miller, 1987, 1501]). El anarco-libertarianismo o
anarquismo basado en la propiedad privada es lo opuesto del fascismo."
Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo he hecho con los anteriores
libres de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo podrían
leerlos (simplemente me llaman por teléfono):
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".
Jorge Corrales Quesada
2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003
2003-06-02 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2003
Para algunos buenos amigos que alegan que en los "libros del mes" tan sólo hago
referencia a libros de economía, en esta ocasión (aunque verán como eso de la
economía sigue siendo importante) trato el libro de Bjørn Lomborg, The Skeptical
Environmentalist: Measuring the Real State of the World [El Medioambientalista
Escéptico: Midiendo el Estado Real del Mundo] (Cambridge, United Kingdom:
Cambridge University Press, 2001). Bjørn Lomborg es profesor asociado de
Estadística en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Aarhus,
Dinamarca y, cabe resaltarlo, por ser este un libro principalmente acerca de
ecología y, sobre todo, de datos, que él fue miembro del movimiento -radical,
para algunos- Greenpeace.
Se cuenta una historia muy interesante acerca del origen de este libro. El
economista Julian Simon era un convencido de las virtudes del libre mercado como
medio para lograr el bienestar y el progreso de la humanidad. Nunca olvidaré su
demoledor libro antimaltusiano The Ultimate Resource [El Recurso Primordial]
[Princeton: Princeton University Press, 1981], que luego amplió a The Ultimate
Resource 2 [El Recurso Primordial 2] [Princeton: Princeton University Press,
1996], en el cual formuló una poderosa crítica al gurú del control de la
natalidad Paul Ehrlich, quien, en la mejor vena de quienes siempre predicen un
futuro angustiante para la humanidad, había abogado por limitar el número de
nacimientos, similar a como en el pasado lo había hecho el Club de Roma, el cual
había predicho hambrunas devastadoras en todo el orbe, como medio para evitar
desastres que casi terminarían con la especie humana.
Pues bien, Simon era un optimista acerca del destino que aguardaba al hombre, en
mucho debido al éxito desplegado por los sistemas de mercado. El ecologista
Lomborg leyó estas exposiciones de Simon –quien a su vez era muy crítico de un
ecologismo irracional, cuyas propuestas y estudios más bien conducirían a un
descenso en el bienestar- y decidió estudiar todas sus afirmaciones, junto con
sus estudiantes, para mostrar que el trabajo de Simon era técnicamente espurio.
Lomborg, en lo profesional, es igualmente un hombre serio y su libro El
Medioambientalista Escéptico reseña el resultado de estas investigaciones, que lo
llevan a concluir con una idea clave: "no debe dejarse que las organizaciones
medioambientales, que los grupos empresariales que ejercen influencias ante los
gobiernos para que esos les favorezcan con sus acciones, o que los medios de
comunicación, sean los únicos que presentan verdades y prioridades. En vez de
ello, debemos luchar por un balance democrático cuidadoso del debate sobre el
medio ambiente, mediante el conocimiento de los hechos más importantes y de las
conexiones de las áreas esenciales de nuestro mundo. Es mi esperanza que este
libro contribuya a tal entendimiento."
El libro de Lomborg provocó un enorme debate principalmente por ataques
provenientes de ciertas organizaciones dedicadas a la investigaciones de asuntos
medioambientales, las cuales pretendieron descalificar su labor. Parte de esto
resulta entendible, porque muchas de ellas dependen de investigaciones
financiadas por gobiernos y entidades que devengaban rentas derivadas de una
preocupación en asuntos del medio ambiente. Tan acre fue la reacción en contra
de este libro, que, después de que la prestigiosa revista The Economist publicara
en su edición del 31 de enero del 2002 un artículo al respecto bajo el título "En
Defensa de la Ciencia", en el cual señaló en su encabezado que "La furia
inspirada por un nuevo libro es extraordinaria y formula algunas preguntas",
debió publicar otro posteriormente, el 9 de enero del 2003, bajo el título de
"Control del Pensamiento", en el cual expresa que "El Comité Danés sobre
Deshonestidad Científica dijo lo siguiente sobre ese libro: Hablando
objetivamente, la publicación del trabajo en consideración se juzga que cae
dentro del concepto de deshonestidad científica." Ante ello The Economist
concluye en que "La decisión del panel de ese Comité –hablando objetivamente- es
incompetente y vergonzosa.""
Antes de continuar mi exposición, para que vean como muchos de estos
planteamientos de promotores celosos de un medioambiente que se considera que
casi no puede ser tocado por el hombre, y los cuales suelen ser lugares comunes y
expresados casi sin cuestionamiento alguno en los medios de comunicación, en
foros políticos y en la academia, deberían, como todo, estar sujetas al
escrutinio y la crítica constante. Como ejemplo de esto, aprovecho para
traducirles un mensaje que tiene que ver con el calentamiento de la tierra y que
hace un cierto tiempo me envió el miembro de palestra Larry Willmore. Este es
tomado de Robert Matthews, "Middle Ages were warmer than today, say scientists"
["La Edad Media fue más caliente que lo es la actualidad, dicen científicos"],
Daily Telegraph, 8 de abril del 2003:
"Los hallazgos (de un grupo de la Universidad de Harvard) comprobaron que el
mundo experimentó un Período Tibio Medieval, entre los siglos IX y XIV, con
temperaturas significativamente más altas aún que las de hoy en día.
Ellos también confirman aseveraciones de que una Pequeña Edad de Hielo se dio
alrededor del año 1300, durante la cual el mundo se enfrió dramáticamente. A
partir de 1900, el mundo de nuevo ha empezado a calentarse –pero aún falta para
que llegue a tener las temperaturas tibias de la Edad Media." El artículo señala
que esto fue aseverado por el Dr. Philip Stott, profesor emérito de biogeografía
de la Universidad de Londres, quien le dijo al Daily Telegraph que "lo que se ha
olvidado en todo esto de la discusión acerca del calentamiento global es un
sentido apropiado de la historia". Mejor dicho no puede serlo.
Me imagino que estos juicios míos pueden haber provocado su curiosidad por leer
la obra de Lomborg, que una vez más está a su disposición de la forma que ustedes
ya conocen. Como comentario de esta obra traduzco uno que aparece en la
revista Regulation de la primavera del 2002, escrito por Richard L. Gordon, quien
es profesor emérito de economía de los minerales en la Universidad del Estado de
Pennsylvania, el cual lleva por título "Desafiando a los Verdes". Los paréntesis
cuadrados son míos:
"Al enfatizar su conversión de miembro de Greenpeace, el estadístico danés Bjørn
Lomborg y su nuevo libro El Medioambientalista Escéptico, ha provocado mucha
atención en los medios. El libro es un resumen amplio, a menudo sin detenerse ni
siquiera para respirar, pero es valioso en cuanto al estado del medio ambiente y
de los efectos humanos sobre él. El autor concluye en que, contrario a las
polémicas sobre el medio ambiente, el calentamiento global y otras "amenazas”
medioambientales han sido sobredimensionadas. No sorprende que el grupo
dirigente Verde [Green establishment] vehemente, pero irracionalmente, haya
atacado esa conclusión".
Los lectores de Regulación y de muchas otras publicaciones de Instituto Cato que
han desafiado los alegatos de los medioambientalistas, por supuesto que están
familiarizados con los argumentos de Lomborg. En efecto, el autor inicia su
libro con una explicación de porqué el cambio en su corazón al intentar y
fracasar en refutar los trabajos del desaparecido Julian Simon (trabajo
patrocinado por Cato). Así escribe Lomborg este episodio:
"En el otoño [nórdico] de 1997, tuve un grupo de estudio con 10 de los mejores
estudiantes que tenía, en donde tratamos de examinar a Simon en su totalidad.
Honestamente, esperábamos mostrar que la mayoría de lo que Simon decía era simple
propaganda de la ultraderecha de los Estados Unidos. Y sí, no todo lo que decía
era correcto, pero –contrario a nuestras expectativas- resultó que una cantidad
sorprendentemente grande de sus posiciones soportaron el escrutinio y entraban en
un conflicto con lo que nosotros creíamos saber. El aire en el mundo
desarrollado se estaba contaminando menos, no más; la gente en el mundo en
desarrollo no estaba sufriendo de hambre cada vez más, sino menos, y así por el
estilo."
El escepticismo de Lomborg ante el movimiento Verde, por supuesto que no es algo
único. Dado que ni él ni Simon lo reconocen adecuadamente, la crítica al
medioambientalismo está muy difundida. Cada tema que se presenta bajo la
sombrilla del medioambientalismo está sujeto a muchos desafíos y existen muchos
otros compendios amplios al respecto. En particular, la visión de Simon acerca
de los recursos naturales, que Lomborg adopta, es, en lo cual Simon fracasó en
hacerlo notar, el punto de vista estándar que hay entre los economistas
especialistas de este campo.
Las principales virtudes del libro de Lomborg son que brinda un visión muy
amplia de la promoción del alarmismo y constituye un resumen extenso,
generalmente bien hecho, de todos los temas. Tal como se indicó antes, sus
análisis trasmiten adecuadamente las objeciones a casi todos los temores, los
cuales él busca desactivar.
LOS CAPITULOS CENTRALES
El amplio texto de El Medioambientalista Escéptico tiene 338 páginas ávidamente
ilustradas, de las cuales 73 son introducciones, resúmenes de secciones o
conclusiones. Eso deja sólo 265 páginas que Lomborg dedica a alrededor de 222
tópicos cubiertos bajo cuatro encabezados generales –bienestar humano
(económico), disponibilidad de recursos naturales, contaminación y problemas del
mañana. El espacio dedicado a cada uno de estos tópicos es breve, en donde sólo
las secciones dedicadas al calentamiento global y a los químicos exceden a las19
hojas; de aquí que el libro lo deja a uno sin aliento. Este formato resulta ser
sorprendentemente bueno, la única cosa en que falla es en un tratamiento de tres
páginas sobre la contaminación del aire interno en las edificaciones, en el cual
el autor muestra mucho menos escepticismo acerca de los alegatos de los Verdes,
que lo que la literatura crítica sugiere sería lo apropiado.
CALENTAMIENTO GLOBAL. El capítulo acerca del calentamiento global tiene tanta
calidad como amplitud. En él, el autor señala que, aún cuando acepta que el
calentamiento es algo real, no queda claro que su corrección sea una buena
inversión y que los esfuerzos anti-calentamiento, como el Protocolo de Kyoto,
impondrían costos muy elevados a cambio de beneficios limitados. Lomborg
reconoce la dudosa economía que está detrás de alegatos imposibles acerca de que
el calentamiento global se curaría dando ganancias, si se pusieran en práctica
todas las opciones atractivas, pero que han sido denegadas, para reducir el uso
de energía. También indica que tales alegatos surgen invariablemente desde
organizaciones promotoras sin experiencia en tomar decisiones sobre temas de
energía.
Aún hasta percibe el problema clásico que se da con promotores del
medioambientalismo: muchos de ellos tienen una desconfianza interna profunda
acerca del progreso material. Los Verdes justifican cada iniciativa por su
contribución general para disminuir el progreso económico –un patrón que se
aplica al caso del calentamiento global.
El mismo análisis de alta calidad se encuentra en todo su libro. Si bien breve,
la discusión de Lomborg acerca de la disponibilidad de recursos naturales, capta
bien los temas. Sus tratamientos de otros temas tradicionales del medio ambiente
también son sólidos, dejando de lado su ya mencionado escepticismo mínimo en el
caso de los alegatos acerca de la contaminación en la calidad del aire interno de
las edificaciones.
LA LETANÍA
Tal como es típico del escepticismo de trabajos acerca de aseveraciones
medioambientalistas, Lomborg brinda una visión global sobre el pesimismo
prevaleciente en cuanto al medio ambiente y acerca de la aceptación frecuente de
un planteamiento estereotipado pleno de alegatos oscuros provenientes de
medioambientalistas, a lo cual él se refiere como "la Letanía". Haciendo notar
aseveraciones sobredimensionadas que hacen Verdes como el presidente del
Instituto Worldwatch, Lester Brown, Paul R. Ehrlich y otros, Lomborg escribe:
"Por mucho tiempo se nos ha dictado la Letanía. Lester Brown y un ejército
entero de organizaciones medioambientalistas, presuntas autoridades y políticos,
nos han advertido acerca de la debacle inminente. Este mensaje ha tenido un
enorme impacto social y político. El libro del ex presidente Al Gore, Earth in
the Balance [La Tierra en la Balanza], es un excelente ejemplo de ese estado de
ánimo. El primer párrafo de su conclusión lo afirma con toda claridad: "La
civilización industrial moderna, tal como está organizada en este momento, está
colisionando violentamente con el sistema ecológico de nuestro planeta.""
El análisis de Lomborg del contraste que hay entre la realidad y la militancia
medioambientalista está llevado a cabo de manera excelente, aunque su argumento
acerca de por qué las predicciones sobre el destino fatal en el medio ambiente
continúan ganando la atención de los medios –porque el desastre constituye
noticia- es un punto ya conocido.
PRIORIDADES. Su capítulo final es particularmente valioso porque se basa en la
proposición estándar del análisis económico hacia la militancia (y todo lo
demás) medioambientalista: tener que escoger [trade offs] es algo inevitable.
Llamar a un problema "urgente" o "colisión violenta" (para pedir prestado el
término de Gore) resulta un mecanismo conveniente, pero siempre malo, para
escoger. Distinguir a un problema como "medioambiental" no requiere
automáticamente, como reza la Letanía, que se le dé un carácter prioritario.
En la Letanía, suenan las alarmas sin tomar en cuenta su impacto. Tal como
sugiere Lomborg, las políticas sobre el medio ambiente dirigen fondos hacia
acciones que remueven un pequeño peligro, en tanto que son negados en el alivio
del hambre o en la provisión de agua potable limpia. El enfatiza la necesidad de
priorizar y ese es precisamente el mensaje que un economista como yo desea
escuchar. Dado que él no lo dice, la raíz de los problemas medioambientales y de
la mayoría de los problemas de política pública yace en el fracaso de reconocer
el aspecto económico.
,Aunque no lo enfatiza tan efectivamente como lo hace Simon, Lomborg percibe el
punto fuerte en el análisis de Simon, cual es reconocer que el establecimiento y
el reajuste de prioridades naturalmente toma su lugar en una economía progresista
de mercado. Dado que aún ni Simon lo asevera, la esencia de la Letanía es su
ignorancia acerca de la disciplina de la economía. Los Ehrlichs del mundo
persistentemente yerran al ignorar las verdades económicas (concientemente así lo
es en el caso de Ehrlich). Las economías están perpetuamente introduciendo
innovaciones y adaptándose a los cambios [shocks]. En contraste, la Letanía
niega la flexibilidad. Eso produce el error persistente que fue objeto de la
desaprobación de Simon.
VALORACIÓN GENERAL
Por sí misma, la publicidad lograda hace que este sea un libro que deban leer
aquellos quienes estén seriamente interesados en los debates acerca del medio
ambiente. Pero también se beneficiará al lector ocasional. Para estar en lo
seguro, el trabajo es muy selectivo en cuanto a constituirse en la introducción
ideal para una lectura ulterior, pero no existe una alternativa mejor. Lomborg
brinda suficientes muestras para conducir a los lectores hacia material
suplementario importante.
El Medioambientalista Escéptico posee grandes virtudes para un lector que quiere
leer acerca de un tema concreto. Las ventajas incluyen su amplitud, su
exactitud, su novedad, su lucidez y su desapasionamiento. Al final de cuentas,
Lomborg se modera en su tratamiento de los alarmistas y se contenta con describir
los abusos, sin mostrar una indignación al estilo de Simon. (Será interesante
ver cómo reacciona a calumnias permanentes similares a las que encaró Simon. La
revista Scientific American, en su edición de enero [del 2002] dedicó 11 páginas
de diatribas contra el libro por parte de cuatro airados “científicos”). [Por si
es de su interés, en la página de Verdes Individualistas –iGreen- aparece la
respuesta de Lomborg –a quien la revista amenazó con demandarlo si no quitaba de
su sitio personal la transcripción de artículo original que Scientific American
publicó en enero del 2002; ver la respuesta de Lomborg en http://www.igreens.org.uk/scientific...d_lomborg.htm]
Como reacción ante lo inadecuado de la documentación de los medioambientalistas,
Lomborg presenta en su libro 2.930 notas y una bibliografía de 71 páginas que
contiene (según su propia contabilidad) cerca de 1.800 menciones. Como era de
esperar con tan amplio estudio, la lectura es selectiva, pero muy perspicaz. El
cubre afirmaciones alarmistas, la literatura científica, reportes de gobiernos
nacionales y de agencias internacionales, y otros escritos escépticos.
FUENTES. Los críticos vitriólicos de Lomborg han atacado oportunísticamente
omisiones en su investigación. Sin embargo, tales omisiones son inevitables.
Por lo general, el autor logra encontrar y usar visiones generales que le
conducen en la dirección correcta. Por ejemplo, al discutir sobre los beneficios
del calentamiento global, él se basa en diversos estudios del Panel Internacional
sobre el Control del Clima (IPCC) [Internactional Panel on Climate Control] y, en
discusiones acerca del impacto económico, en una publicación de un simposio del
año 1999 en la revista Energy Journal. El ataque de Stephen Schneider en la
revista Scientific American, al capítulo de Lomborg sobre el calentamiento
global, lo descarta por tener una dependencia indebida de fuentes secundarias,
pero Schneider fracasa cuando no menciona que la fuente dominante es el IPCC, la
que Schneider alaba como la autoridad definitiva. (Yo debería mencionar que
Schneider ataca a Lomborg por su carencia de experiencia "científica", pero
procede luego a formular extensos comentarios iletrados [illiterate] acerca de
economía, tales como endosar la fantasía de la oportunidad de una conservación
inexplotada).
En el ámbito de los metales y de la energía (en lo cual yo me especializo),
Lomborg es similarmente selectivo. El se basa fuertemente en Simon y en algunos
análisis generales: por ejemplo, él limita su examen de M. A. Adelman (el
proponente principal de los puntos de vista que Lomborg adoptó acerca del
petróleo) a material tomado de un breve capítulo de una recopilación acerca de
esos temas que Simon editó. Esta dependencia mínima demuestra la consistencia
del autor; no sólo omite material de alguno de los alarmistas, sino también de
material que hubiera brindado soporte adicional a sus argumentos.
En cuanto a la mecánica, las referencias que hace Lomborg son innecesariamente
complejas. Sus notas al pie de página aparecen al final del texto y da tan sólo
da menciones sumarias de las referencias (por ejemplo, "IPCC 1992:78"). El
método que se utiliza ampliamente, de incluir tales citas en el texto al píe de
la página, habría eliminado el paso extra de visitar las notas al final para
poder identificar cada fuente. (Este problema se agrava por la existencia de
errores tipográficos y de peculiaridades que obstaculizan la identificación de la
entrada bibliográfica relevante).
Mi única objeción importante a la bibliografía de Lomborg es que se limita a las
fuentes citadas. Una contribución suya más profunda, más crítica, habría sido
incluir y citar trabajos que brindan información adicional importante para los
lectores. El omite varias presentaciones previas de puntos de vista generalmente
escépticos acerca del medioambientalismo, así como virtualmente toda la
literatura sobre energía y otros recursos minerales, e importantes recopilaciones
sobre temas concretos (por ejemplo, contaminación del aire en el interior de las
edificaciones, químicos y calentamiento global).
CONCLUSIÓN. Dejando de lado estas críticas, el libro de Lomborg constituye una
importante contribución a la creciente literatura que es justificadamente
escéptica de los alegatos del movimiento medioambientalista. Tanto aquellos
recién llegados al debate, como aquellos bien versados en los argumentos,
encontrarán valiosa la lectura de El Medioambientalista Escéptico."
Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hice con los anteriores libros
del mes que he publicado en palestra y que ya saben cómo pueden leerlos (tan sólo
con llamarme por teléfono y ponernos de acuerdo):
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".
Mayo, 2003: J. C. Lester, "Escape from Leviathan: Liberty, Welfare and Anarchy
Reconciled".
Jorge Corrales Quesada
2003-06-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003
2003-06-27 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2003
A partir de este mes se presentará una variación importante con respecto a los
anteriores libros del mes que desde febrero del 2002 he venido enviando a
Palestra. Al contrario de los previos, a partir de este libro del mes sólo haré
una cita del autor, la publicación y un muy breve resumen de uno o dos párrafos
acercad de su contenido. Creo que es mi deber explicar el porqué de la enorme
variación en el libro del mes, reflejo de un fracaso en las intenciones que me
motivaron inicialmente. Una de ellas es que toma mucho de mi tiempo el
prepararlos en la forma previa y, la más importante, es que parece no ser de
mucha utilidad, pues, en todo ese tiempo de envíos a Palestra, si acaso ha habido
un par de comentarios respecto de ellos y tan sólo dos personas me han pedido que
les preste el libro que siempre les he ofrecido para leerlo. Se que muchos están
muy ocupados como para leer libros, pero también me deja un sinsabor si es que en
Costa Rica se leen libros de esta naturaleza (por que si fuera por la página dos
diaria de La República, verán como "todos" leen). Incluso alguien en su momento
me dijo que sólo comentaba libros de Economía e hice un esfuerzo para acudir a
otra temática, tal como filosofía, ecología, política, pero... igual fracaso; tal
vez el problema no es Jorge Corrales o que la lectura aburre o que no hay tiempo.
Pero ahora hago este nuevo intento e igual que siempre, éste y todos los libros
anteriores están a su disposición.
El libro del mes de julio del 2003 es de Gordon Tullock, Arthur Sheldon y Gordon
L. Brady, Government Failure: A Primer in Public Choice (Washington, D. C.: Cato
Institute, 2002).
Muestra el fracaso del argumento de "fracaso del mercado" que se utiliza en
muchas ocasiones como justificación para que el estado intervenga subsanando
dicho problema. Se supone que dicha intervención es tal que corrige la
ineficiencia derivada del "fracaso del mercado", sin que se haga referencia no
sólo al costo que tiene toda intervención, sino si esa intervención pública es
capaz de corregir aquella ineficiencia. Todo esto último se conoce como "el
fracaso del estado" y los autores dan muestras de muchas experiencias de
intervención estatal que no sólo ha fallado en corregir las presuntas fallas del
mercado, sino que su resultado ha sido peor. Esto es, que la medicina ha sido
peor que la enfermedad. Salud.
Jorge Corrales
2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003
2003-08-01 LIBRO DEL MES DE AGOSTO DEL 2003
Se trata del libro de Charles Adams, For Good and Evil: The Impact of Taxes on
the Course of Civilization [Para Bien o para Mal: El Impacto de los Impuestos
Sobre el Curso de la Civilización], segunda edición (Lanham, Maryland: Madison
Books, 1999). Nota: la palabra "course" en inglés también significa maldición,
así que no se confundan de antemano por aquello de que piensen que los impuestos
son una maldición.
Lo mejor es traducir el preámbulo que del libro hace Alvin Rabushka, de la
Institución Hoover de la Universidad de Stanford y destacado proponente de la
gran reforma al sistema tributario federal de los Estados Unidos: sustituir a
esa impresionante maraña tributaria por un único impuesto del 10% a todos los
ingresos, sin excepciones. Debo hace notar lo que Rabushka escribe refiriéndose
a un libro previo sobre impuestos de Charles Adams, titulado “Fight, Flight,
Fraud: The Story of Taxation” [Lucha, Fuga y Fraude: La Historia de la
Tributación], lo cual es igualmente aplicable a esta segunda edición del nuevo
libro de Adams.
Charles Adams es un especialista en derecho tributario internacional y ha
escrito diversos ensayos sobre impuestos. Ha sido conferencista sobre historia
de la tributación en los Archivos Nacionales de los Estados Unidos, la
Universidad George Mason, la Universidad de Rochester, en Nueva York, la
Universidad de Toronto, Canadá y la Universidad de Nueva York y está asociado,
entre otros, al Instituto Ludwig von Mises en la Universidad Auburn en Alabama.
Escribe Rabushka:
“En 1982 Charles Adams publicó un libro maravilloso titulado “Fight, Flight,
Fraud: The Story of Taxation”. Yo tengo dos copias. Mantengo una a mano en mi
oficina para cuando necesito hacer referencias y la otra está en mi casa. (Serán
reemplazadas por dos copias de “For Good and Evil: The Impact of Taxes on the
Course of Civilization”). Las consulto frecuentemente para encontrar anécdotas
de tonterías tributarias, así como para efectuar referencias bibliográficas en
mis propias investigaciones. Puedo decirles honestamente que en el curso de
quince años [Rabushka escribió esto en 1993] de efectuar investigaciones
profesionales y de escribir sobre temas tributarios, yo pondría a la historia de
la tributación de Charles Adams en el punto absolutamente más alto de la lista de
lecturas acerca del tema.
“Fight, Flight, Fraud” fue entretenido, informativo, y pleno de lecciones acerca
de por qué la tributación es algo importante. Me deleita decirles a todo el
mundo que los orígenes de la historia documentada están inseparablemente ligados
con la de la imposición opresiva. El amanecer de la historia, de hace unos seis
mil años, se descubrió en forma de unos conos de arcilla cuneiformes excavados en
Lagash, Sumeria, que se ubica en la fértil llanura entre el Tigris y el Eufrates
en el moderno Iraq. Y ¿qué estaba grabado en esos conos?. Que los Sumerios
temían más a los recaudadores de impuestos que a sus señores o a sus reyes. ¡Plus
ça change, plus la même chose!.
Tengo muchas otras historias favoritas. La Piedra de Roseta, por ejemplo, cuyo
texto en jeroglíficos, demóticos, y en idioma griego fue la clave para revelar
las historias del Antiguo Egipto, de lo que trataba era acerca de una inmunidad
tributaria. Lo cual es, por supuesto, la razón por la que estaba escrita en una
piedra y no en un papiro.
Otro ejemplo es el de la próspera Isla de Rodas, que cobró un impuesto del 2 por
ciento por utilizar comercialmente sus muelles. Rodas perdió el 85 por ciento de
su comercio en un año después, cuando Roma estableció un puerto libre de
impuestos en la Isla de Delos. El libre comercio, y no la guerra, fue lo que le
permitió a Roma derribar la supremacía comercial de Rodas. Y Roma, por sí misma,
cayó, no por las manos de los Hunos, sino a causa de la evasión fiscal, cuando
los terratenientes ricos pensaron en esquemas ingeniosos, uno tras otro, para
escapar de los impuestos, dejando al estado sin recursos para defenderse por sí
mismo. “Fight, Flight, Fraud” es una mina de oro para los productores de series
de televisión.
Diez años más tarde, Charles Adams ha traído a este continente una nueva
historia de la tributación. En “For Good and Evil” agrega no solo material nuevo
sino también capítulos adicionales a un cuerpo de investigación y de exposición
que ya es de por sí impresionante, que cubre civilizaciones antiguas, las Eras
Griega y Romana, la Edad Media, la evolución de los estados en Europa Occidental
y Oriental, los Aztecas y la historia de la imposición en los Estados Unidos. Un
nuevo capítulo describe las economías milagrosas de Japón, Hong Kong, Singapur,
Taiwán y Corea del Sur, las cuales pusieron en práctica bajos impuestos y trata
la economía del enfoque de oferta, aún antes de que Reagan popularizara al
término. Otro nuevo capítulo muestra como las constituciones de los estados
protegen a los contribuyentes, al darles controles constitucionales sobre los
impuestos y el gasto. Tal vez el más famoso de estos sea la Proposición 13,
producto del cerebro del fallecido Howard Jervis, el cual limita las tasas del
impuesto sobre la propiedad en California a un 1 por ciento del valor en efectivo
de la vivienda.
Adams también agrega un nuevo capítulo, "Taming the Monster" ["Domando al
Monstruo"]. Propone varias reformas, decididamente en favor del contribuyente,
que hacen que los impuestos sean para bien y no para mal. Entre ellas incluye
hacer una ofensa criminal de cualquier extorsión tributaria por parte de
funcionarios gubernamentales, permitir que los contribuyentes puedan demandar a
las autoridades tributarias por deshonestidad [misconduct], y otorgar a los
votantes poderes para revocar [recall] a directores regionales de la Tributación
Directa [Internal Revenue Service, supuestamente electos popularmente]. Tal vez
la reforma más importante sea la propuesta de cambio de un régimen de tributación
directa a uno de imposición indirecta, para minimizar los poderes que tiene el
gobierno para convertirse en un intruso en los asuntos privados de las personas.
Mi recomendación favorita es la de deshacerse de todo el sistema de impuesto
sobre la renta federal de los Estados Unidos, sustituyéndolo en favor de un
gravamen único del 10 por ciento, sin que hayan excepciones "especiales". El
impuesto uniforme del 10 por ciento aparece bien fundamentado en varios miles de
años de la historia de Israel, Roma, Grecia y la Antigua China.
Los diez años que hay entre las publicaciones de "Fight, Flight, Fraud" y "For
Good and Evil" fueron bien puestos por Adams a un uso productivo. Ofrece a los
lectores varias sutilezas aprendidas de la historia de la tributación. Primero,
los buenos sistemas tributarios se convierten en malos, a menos que los
ciudadanos sean capaces de restringir a sus gobiernos, los cuales tienen una
propensión normal para ajustar su gasto a los voraces apetitos innatos, y no a
sus billeteras. Segundo, la civilización tiende a auto-destruirse con una
imposición excesiva. Tercero, la moderación es un principio importante en el
diseño y la puesta en práctica de cualquier sistema tributario. El principio de
moderación incluye la selección de las tasas tributarias y de las penas por
evasión, el carácter de intrusión que tiene la recolección de impuestos y la
necesidad de tratar a los contribuyentes de manera igual, evitando una severa
progresión o una severa regresividad.
¡Que tengan una feliz lectura! Y esperemos que nuestros gobernantes elegidos,
nombrados o, según sea el caso, auto-ungidos, tomen a pecho las admoniciones de
Adams."
Jorge Corrales Quesada
2002-04-01 EL LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2002
2002-04-01 EL LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2002
De Paul Collier y David Dollar, "Globalization, Growth, and Poverty: Building an
Inclusive World Economy", una publicación conjunta del Banco Mundial y la Oxford
University Press, 2002. Traduzco a continuación el preámbulo escrito por el
Vicepresidente y economista principal del Banco Mundial, Nicholas Stern, quien
además supervisó la obra. Los paréntesis cuadrados son míos. Este libro, en
idioma inglés, también puede ser bajado del siguiente sitio:
http://econ.worldbank.org/prr/struct...77&st=&sd=2857
"La globalización -la integración creciente de las economías y de las sociedades
alrededor del mundo- es un proceso complejo que afecta muchos aspectos de
nuestras vidas. El ataque terrorista a los Estados Unidos el 11 de setiembre
[del 2001] fue uno de los aspectos de la globalización. El crecimiento rápido y
la reducción de la pobreza en China, India y otros países que fueron pobres hace
20 años es otro aspecto. El desarrollo de la internet y la más fácil comunicación
y transporte alrededor del mundo son un tercer aspecto. La extensión del SIDA es
parte de la globalización, tal como lo es el desarrollo acelerado de tecnologías
que posibilitan extender la vida. Algo tan complejo no puede ser analizado en
un solo libro y nuestro objetivo es más humilde que examinar todos los aspectos
de la globalización. El enfoque de nuestra investigación es el impacto que tiene
la integración económica sobre los países en desarrollo y especialmente sobre los
pobres que viven en esas naciones. Cerca de una quinta parte de la población del
mundo vive con menos de $1 al día y eso es inaceptable en un mundo con tal
abundancia. Las preguntas claves que formulamos son si la integración económica
ayuda a reducir la pobreza y cómo puede hacerlo más efectivamente.
Nuestra investigación rinde tres hallazgos principales que tienen que ver con
debates actuales sobre políticas acerca de la globalización. En primer lugar,
países pobres, con alrededor de 3 billones de personas, han irrumpido en los
mercados globales de manufacturas y servicios. Mientras que hace 20 años la
mayoría de las exportaciones de los países en desarrollo era de bienes primarios,
ahora predominan las manufacturas y los servicios. Esta integración exitosa
generalmente ha ayudado a reducir la pobreza. Ejemplos pueden encontrarse en las
provincias de China, en los estados de India y en países como Bangladesh y
Vietnam. Los 'nuevos globalizadores' han experimentado una reducción de la
pobreza en gran escala: durante los años noventas, el número de sus ciudadanos
que estaban en la pobreza declinó en 120 millones. La integración no habría sido
posible sin una gama amplia de reformas domésticas que cubren la gobernabilidad,
el clima de inversión y la provisión de servicios sociales. Pero también
requirió de la acción internacional, que proveyó acceso a los mercados externos,
tecnología y ayuda.
El segundo hallazgo tiene que ver con la inclusión tanto entre países como a lo
interno de ellos. Una de las tendencias globales de las dos últimas décadas que
mayor perturbación causa es que países con cerca de 2 billones de habitantes
están en peligro de quedar marginados de la economía mundial. Los ingresos en
estos países han estado cayendo, la pobreza ha estado creciendo y hoy día
participan menos en el comercio [mundial] en comparación a como lo hicieron hace
20 años. En el extremo, algunos de estos son estados fracasados, tales como
Afganistán o la República Democrática del Congo. El mundo tiene un gran interés
en juego para así ayudar a estos países a integrarse a la economía global y
nosotros destacamos un rango de medidas que podrían facilitarla y conducir a una
mayor inclusión de países en la globalización contemporánea. Estas medidas
oscilan desde un mejor acceso a los mercados de los países ricos hasta mayores
volúmenes de ayuda externa, pero mejor administrada.
Dentro de los países que han tenido éxito en irrumpir en los mercados globales
de manufacturas, la integración, típicamente, no ha conducido a una mayor
desigualdad en los ingresos. Sin embargo, en la globalización existen tanto
ganadores como perdedores. Tanto los dueños de firmas como los trabajadores en
sectores protegidos es posible que pierdan por la liberalización y a causa de la
existencia de una economía más competitiva, mientras que los consumidores y
aquellos quienes encuentren trabajo en las nuevas empresas, estarán entre los
ganadores. Es importante contrarrestar los riesgos de pérdida por medio de la
protección social y tales medidas pueden ser financiadas [affordable] en el
contexto de las ganancias económicas que están experimentando los nuevos países
globalizadores.
Un tercer tema tiene que ver con la estandarización u homogeneización. Encuestas
en diversos países revelan ansiedad acerca de que la integración económica
conducirá a una homogeneización institucional o cultural. Sin embargo, las
sociedades que ya están plenamente integradas a la economía global difieren
enormemente. Entre las naciones más ricas, Japón, Dinamarca y los Estados Unidos
son cada una muy diferentes en términos de cultura, instituciones, políticas
sociales y desigualdad. Entre los países globalizadores en desarrollo, es también
impactante que países como China, India, Malasia y México hayan tomado rutas
diversas hacia la integración y permanecen con características muy propias en
términos de cultura e instituciones. La diversidad puede ser algo más robusta de
lo que popularmente se imagina. Sin embargo, algunos desarrollos recientes en el
intercambio global y en el régimen de inversiones están empujando a los países
hacia una estandarización indeseable. Es importante que los acuerdos de comercio
global y de inversión respeten las libertades de los países, en un rango de áreas
que van desde los derechos de propiedad intelectual, bienes culturales y
protección del medio ambiente, hasta políticas sociales y estándares laborales.
La globalización no necesita de la homogeneización y es importante que la
diversidad sea respetada en los acuerdos internacionales. Existe también el
peligro real de que la imposición de estándares globales pueda ser usada como la
excusa para que resurja el proteccionismo en los países ricos.
En resumen, la integración económica global ha ayudado a reducir la pobreza y no
deberá ser echada atrás. Pero la economía mundial podría ser más incluyente: el
crecimiento de los mercados globales no deberá continuar dejando de lado a 2
billones de personas. Las naciones ricas pueden hacer mucho, tanto a través de
ayuda como con políticas comerciales, para ayudar a que los países actualmente
marginados ingresen en el camino de la integración, el cual ya ha probado ser tan
efectivo para los nuevos globalizadores.
2002-04-30 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2002
2002-04-30 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2002
David Conway, El Liberalismo Clásico: Un Ideal No Vencido [Classical Liberalism:
The Unvanquished Ideal] (New York: St. Martin's Press, Inc., 1995). Tengo el
libro y si alguien desea leerlo, por favor llámeme para ponernos de acuerdo.
Los años 80s vieron dos importantes eventos históricos; por una parte, un
renacimiento del liberalismo en casi en todo el mundo y, por la otra, la caída
del comunismo de tipo soviético. Pero hoy día se cuestiona si las democracias
liberales de Occidente podrán constituirse en el modelo que deberían seguir las
naciones, en especial cuando los esfuerzos de la Sra. Thatcher y del Presidente
Reagan de poner en practica muchos de los principios liberales han sido
revertidos conforme ha pasado el tiempo, además de que la recesión en algunas de
las principales economías del mundo ha puesto en cuestión la capacidad de esos
países para seguir creciendo conforme con el modelo liberal.
Esto último ha servido para que algunos de inmediato juzguen que las economías
capitalistas se caracterizan por la inestabilidad y volatilidad de sus ciclos
económicos, además de reiterar la existencia de problemas sociales, tales como
crimen creciente, aumento de la drogadicción y desmembramiento de los núcleos
familiares y, en general, un debilitamiento de instituciones sociales básicas,
que impide mantener el control y el bienestar en el mundo occidental.
Esto ha hecho que "muchos se cuestionen si la alternativa capitalista
democrática puede ser algo mejor" que las opciones socialistas previas.
Ciertamente existen pocos admiradores del sistema capitalista y que si bien sus
planteamientos tienen poca influencia directa sobre la opinión pública, tienen
dos efectos indirectos importantes: por una parte, educan a quienes en el futuro
formulan políticas, así como a los medios de comunicación y, en segundo término,
legitiman las recetas de políticas y visión de las clases que influyen más
directamente. Sin embargo, "poco más que eso acerca del capitalismo es
considerado como de algún valor y mucho es considerado como deficiente."
Así, hay tres quejas principales en el mundo intelectual de hoy acerca del
capitalismo. En primer lugar, que el capitalismo democrático crea y perpetúa
formas y grados de desigualdad económica que se considera como moralmente
injustificados. Ejemplares críticos en este sentido, llamados por el autor los
modernos liberales (intervencionistas y estatistas) en contraste con los
liberales clásicos (como se consideran él y yo también), son Rawls, Dworkin,
Nagel, entre otros.
Una segunda queja bastante extendida acerca del capitalismo es que daña, sino
es que del todo destruye, el tejido social, la sensibilidad moral y la cultura de
quienes viven dentro de él. Por ejemplo, los llamados comunitarios, como Sandel,
MacIntyre y Walzer se quejan de que el capitalismo conduce al "empobrecimiento de
la sensibilidad moral de sus miembros."
Y, en tercer lugar, proveniente de la derecha a diferencia de los dos
anteriores, hay la queja de que el "estado liberal democrático es incapaz de
crear y preservar las diferentes condiciones morales requeridas para sustentarse
a sí mismo." Proponentes de esta críticas son, por ejemplo, Scrutton y Gray ( sí,
el antiguo proponente de las ideas liberales clásicas y tratadista de Hayek).
El propósito del libro, nos dice su autor, es "decidir entre los liberales
clásicos y sus oponentes contemporáneos." Para ello, presenta el caso a favor del
liberalismo clásico y un gobierno mínimo, así como enfrenta a la crítica contra
el capitalismo sustentada en la igualdad, al igual que la crítica comunitaria y
también la proveniente del espectro conservador, con el propósito de demostrar
que estas tres posiciones antiliberales no aguantan al escrutinio crítico.
Hay una sección del libro que me complació mucho y que me permito transcribir.
Es cuando el autor señala que "en cuanto las sociedades son afectadas con tales
problemas [como por ejemplo, drogas, pornografía, crimen violento, pobreza en el
tercer mundo, xenofobia, racismo, opresión de las mujeres y contaminación del
medioambiente, para que vean el sabor del texto] eso se debe a que estas
sociedades se conforman muy cercanamente a las panaceas del liberalismo moderno,
en contraste a lo que es el liberalismo clásico. La solución podrá ser encontrada
por las sociedades prosiguiendo en el camino hacia la libertad, tal como la
entendieron los liberales clásicos."
Hay otras partes muy interesantes del libro, como lo es la crítica que hace de
Rawls -autor favorito del intervencionismo redistribucionista- que nos destila
mucho del buen sabor de este libro. Conway considera que no es inmoral, como sí
lo juzga Rawls, que las personas posean mejores perspectivas en su vida a causa
de diferencias no merecidas -tales como, por ejemplo, lo puede ser una mejor
educación que les brindaron sus padres o una "buena" dotación genética ("good
looks", inteligencia). Dado que Rawls concibe a la sociedad como una especie de
aventura cooperativa, de la cual todos participan porque obtienen ventajas mutuas
al hacerlo, en ausencia de cooperación se podría esperar que a las personas las
cosas les irán de manera distinta a causa de sus diferencias en las dotaciones
naturales. En ausencia de cooperación, a algunos individuos con dotaciones
naturales superiores les podría ir mejor que a otros individuos que poseen
dotaciones inferiores. Ante esta diferencia de atributos, no sería algo
arbitrario que les vaya mejor en sus prospectos de vida en comparación con los
menos dotados. Si no hay cooperación y si la cooperación es para que -dotados y
no dotados- obtengan ventajas mutuas, se deduce que "a menos que los principios
de justicia que gobiernan la cooperación social permitan la existencia de
prospectos de vida desiguales, aunque a la vez no sean merecidos, los mejores
dotados podrían concluir con que no se benefician de la cooperación con aquellos
menos dotados -y, por lo tanto, no tienen razón alguna para cooperar. En
consecuencia, y contrario a Rawls, no hay una desviación con respecto a algunos
de los juicios morales [expuestos]... que aquellos con dotaciones naturales
diferentes deban, dadas estas diferencias sin duda alguna no merecidas, disfrutar
de prospectos de vida diferentes los unos de los otros." (p. 32).
Me parece que la defensa actual que este libro hace de los viejos principios
liberales ante el acoso del liberalismo intervencionista (tal como significa en
los Estados Unidos el término liberal), de la crítica comunitaria y la
proveniente de la derecha conservadora, reviste una enorme importancia en la
lucha intelectual de la actualidad en torno a la vigencia del pensamiento
liberal. Recomiendo su lectura a quienes están interesados en temas sobre la
libertad y, más que todo, por quienes se encuentren en las trincheras de la
defensa del viejo espíritu whig.
Jorge Corrales Quesada