2002-05-30 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2002
Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
resumen o comentario bienvenido sea a palestra.
2002-05-30 LIBRO DEL MES DE JUNIO DEL 2002
Lawrence Boland, The Foundations of Economic Method, London: Geo. Allen & Unwin, 1982. El profesor Boland tiene en proceso de revisión este libro y planea una segunda edición. Este puede ser obtenido (además de otras publicaciones suyas sumamente interesantes) en www.sfu.ca/~boland/book1pdf.htm Traduzco lo siguiente a partir de la presentación que de su libro hace Boland en una reciente red de Internet. Los paréntesis cuadrados son míos.
"[Su] principal programa de investigación durante los últimos 25 años ha sido
tratar de que los economistas neoclásicos reconozcan que no sólo es importante
seguir al pensamiento de Friedrich Hayek y reconocer que hay un papel para el
conocimiento en la toma de decisiones, sino también que su suposición común de
que el conocimiento debe ser adquirido por medio de la inducción, es una teoría
falsa del conocimiento o aprendizaje. Específicamente, [Boland] urge a los
economistas neoclásicos a que reconozcan que el conocimiento es como la salud y
no como la riqueza. Esto es, que el conocimiento (diferente del vocabulario en
el lenguaje) no es una cantidad de la cual se puede tener más de ella (Popper
llama a esta versión cuantitativa "la teoría del balde del conocimiento"). En
vez de ello, siguiendo tanto a Sócrates como a Popper, [Boland dice] que el
conocimiento es como la salud, algo que usted puede mejorar.
Se deduce del punto de vista Socrático-Popperiano de la metodología que uno
aprende mediante la crítica y, en particular, descubriendo los errores propios.
Es más, tal como lo reconoció Hayek, la economía neoclásica, con su enfoque
basado en la maximización exitosa, nunca puede explicar la dinámica, puesto que,
sin errores, no habría razón alguna para cambiar. Pero, a menos que reconozcamos
explícitamente que el conocimiento es algo falible y, por lo tanto, posiblemente
falso, nunca podríamos explicar la dinámica económica o, según sea el caso, la
teoría sobre el capital. [Boland está] convencido de que la teoría neoclásica
puede ser reparada y mejorada, aunque tiene mucho trabajo por delante.
Un breve esquema del contenido del libro es el siguiente: La Parte 1 describe lo
que [el autor] llama la "agenda oculta"; esto es, los problemas metodológicos
esenciales que restringen las explicaciones neoclásicas. El capítulo 1 es acerca
de lo que Popper llama el "Problema de la Inducción" (el cual ahora 'todo mundo'
reconoce como sin solución) y su manifestación actual, que [Boland llama] el
"Problema con la Inducción". El capítulo 2 es acerca del individualismo
metodológico y discute cómo los economistas neoclásicos lo dañan al requerir una
versión reductiva, psicologista, la cual hace imposible que surjan modelos
dinámicos satisfactorios.
La Parte 2 del libro aplica la agenda oculta para explicar los problemas
('puzzles') teóricos que eran la moda cuando [Boland escribió su primera
edición]: modelos de desequilibrio (capítulo 3), expectativas racionales
(capítulo 4) y microfundaciones (capítulo 5). Todo esto va a ser reemplazado en
la próxima edición, excepto la parte dedicada al asunto del tiempo en la teoría
económica (capítulo 6). [No por ello dejan de ser interesantes, además de que en
muchas de nuestras facultades aún se enseñan sobre estos temas]
La Parte 3 discute las tres principales formas por las cuales los economistas
neoclásicos tratan de solucionar el "Problema con la Inducción": la economía
positiva (capítulo 7), la economía analítica (esto es, matemática) (capítulo 8) y
el Instrumentalismo (capítulo 9). Toda esta parte [dice Boland que] será
reformada de manera importante en la segunda edición.
La parte 4 discute los puntos de vista comunes existentes hacia 1982 acerca de
la metodología y trata de explicar cómo Popper podía ser incorporado en la
agenda. El capítulo 10 compara el punto de vista de Popper sobre la metodología
con lo que era típico en 1982 (pero, desafortunadamente, esa posición típica de
entonces no ha desaparecido completamente). El capítulo 11 discute como Popper y
Hayek pueden ser incorporados metodológicamente en una economía neoclásica
mejorada. El capítulo 12 presenta el punto de vista del autor de que no existe
tal cosa como "una metodología para todos los propósitos". Por lo tanto, [Boland
aboga] por lo que él llama una "metodología dependiente del tipo de problema",
que presume una aceptación del racionalismo crítico de Popper."
"Para resolver el problema de explicar la dinámica, [Boland inicia] mediante una
formulación de una agenda de investigación nueva, no psicologística,
individualista, basada en la epistemología de Popper y en una versión modificada
del individualismo de Hayek. El lo llama el programa Popper- Hayek para explicar
cualquier proceso dinámico racional."
Los párrafos siguientes tomados del libro de Boland en referencia, podrían dar
al lector una idea de su trabajo (Nota no ahondaré en las fuentes citadas):
"Una base para una explicación individualista de la dinámica.
Para resolver el problema de explicar la dinámica, empezamos formulando una
agenda de investigación nueva, no sicologística, individualista, basada en la
epistemología de Popper y en una versión modificada del individualismo
metodológico de Hayek (basado en Boland, 1978). Nosotros llamamos a esto el
programa Popper-Hayek para explicar cualquier proceso dinámico racional. Para
propósitos de la discusión, separemos las partes esenciales de la agenda
propuesta.
Antijustificacionismo. Primero que todo, se presume que todo conocimiento es
esencialmente teórico, por tanto, basado en conjeturas; segundo, que es
posiblemente cierto, aunque nunca podamos probar su status de verdadero (Popper,
1972, Cap. 3).
Antisicologismo. Se presume que el conocimiento de cada uno es potencialmente
objetivo (Popper, Cap. 1).
Toma de decisiones racionales. Se supone que lo que uno hace en algún punto en
el tiempo depende del conocimiento que uno tenga en ese momento y en la lógica de
la situación en la cual se emplea ese conocimiento (Hayek 1937/48; Hicks, 1973,
1979)
Dinámica situacional. Se supone que los cambios en el comportamiento de uno
pueden resultar de cambios en el conocimiento que uno tenga así como por cambios
previstos o no previstos [Intended or unintended] en la situación de uno (Hayek
1937/48; Shackle, 1972).
Deberá señalarse que este enfoque para resolver el problema de explicar la
dinámica en un marco individualista a corto plazo requiere del rechazo de la
epistemología inductivista de Hayek y su reemplazo por el concepto de Popper de
conocimiento objetivo. Esto último requiere del rechazo del psicologismo. El
primer paso es especificar uno o más actores, en el pasado o en el presente,
quienes hayan estado causando o contribuyendo al cambio en cuestión, y las
teorías que ellos sostuvieron en el momento de sus acciones. Luego, debemos
especificar las consecuencias no previstas de sus acciones, entreteniendo
conjeturas acerca de por qué sus teorías eran falsas. Note que la falsedad de
las teorías puede ser algo desconocido para los actores en el momento; en efecto,
es por medio de estas consecuencias no previstas que los actores en referencia
pueden aprender que su conocimiento es falso. En resumen, este marco asevera que
la economía en el tiempo es una secuencia de consecuencias no previstas de actuar
con base en teorías (sin saberlo) falsas. (Confirmar Hicks, 1965, p. 184; 1979).
(Note que esto no es instrumentalismo, puesto que el status de verdad puede aún
importar)."
Jorge Corrales Quesada
2002-06-28 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2002
Si alguien ha leído un libro interesante y nos quiere comunicar parte o un
resumen o comentario, bienvenido sea a palestra.
2002-06-28 LIBRO DEL MES DE JULIO DEL 2002
Gary S. Becker y Guity Nashat Becker "The Economics of Life," (New York: McGraw-
Hill, 1997). Los paréntesis cuadrados contenidos dentro del texto traducido del
libro son míos. Si alguien desea leer el libro, ya saben cómo y dónde
contactarme.
Este libro presenta una colección de ensayos escritor por el Profesor de
Economía de la Universidad de Chicago, Gary S. Becker, los cuales fueron
revisados por su esposa, la historiadora de la Universidad de Illinois en
Chicago, quien aparece como coautora. Estos ensayos de Becker se han publicado
en la conocida revista de negocios Business Week a través de los años y es una
selección de los más de 130 artículos escritos en el período 1985 -1996.
Mis breves notas están obtenidas del artículo introductorio titulado "De la
torre de marfil a ser un columnista," el cual narra la historia del proceso por
el que este Premio Nóbel de Economía, con la colaboración de su esposa, decidió
extender su influencia más allá de escribir artículos técnicos intelectualmente
poderosos hacia los de temas que fueran del interés del público en general. De
este artículo extraigo los siguientes párrafos que espero queden debidamente
hilvanados, de manera que provoque en los lectores de palestra el interés por
leer el libro (que está a su disposición por mi medio):
"Los numerosos caminos por los cuales los mercados económicos y las políticas
públicas afectan el comportamiento, no son suficientemente apreciados por los
economistas, sin dejar de lado a otras personas.
La economía analiza cómo los mercados, las políticas públicas y otros
acontecimientos afectan al comportamiento de los individuos y de las
organizaciones, que tratan, lo mejor que puedan, de mejorar su situación
compitiendo el uno con el otro por ingresos, trabajos, clientes y, aún, por
prestigio y poder... En este enfoque, el comportamiento depende crucialmente de
los incentivos... En la mayoría de las situaciones, es consistente con el sentido
común que el comportamiento responda a incentivos de la manera expuesta.
Desdichadamente, el sentido común es botado al basurero cuando se discuten los
efectos de las políticas públicas...
El término 'mercado' usualmente connota un camino formal para intercambiar
bienes o activos y establecer precios explícitos... Pero consideramos a los
mercados como acuerdos informalmente estructurados para asignar recursos. Estos
mercados informales pueden usar precios implícitos, en vez de explícitos, para
guiar los recursos hacia quienes los demandan...
El trabajo de Gary Becker ha destacado porque muestra la importancia, tanto de
hacer elecciones con base en un propósito, como de los mercados, no sólo en la
esfera económica, sino también en la vida social y política...
[Ambos autores] están en favor de la libertad individual y de las economías
empresariales privadas, cuyo caso a favor fue presentado por Adam Smith, David
Hume y otros pensadores de los siglos dieciocho y diecinueve...
Por tanto, [dicen] somos liberales en este sentido clásico o europeo, y
preferimos un entorno social, político y descentralizado económicamente, que
permita la libertad de elección, siempre que la libertad de esa persona no
imponga un daño claro y sustancial sobre otros. Esos liberales no son
conservadores en el sentido tradicional de querer preservar el status quo.
Aunque los liberales clásicos reconocen que lo que ha sobrevivido es a menudo
funcional y contribuye al bienestar social, también reconocen que algunas
costumbres y tradiciones muy respetadas en leyes, política y economía, han
sobrevivido debido a la influencia de poderosos grupos de interés que orientan a
la política pública en su favor. Esta es la razón por la cual nuestros artículos
no dudan en abogar por cambios en el status quo a fin de mejorar la eficiencia o
de aumentar las oportunidades de los pobres...
...Los artículos recolectados en este libro contienen recomendaciones sobre
temas importantes y controversiales. Sin ambigüedades, [los autores] se oponen
al gobierno grande y a la planificación central, a la inmigración ilegal, a las
cuotas en el trabajo y para las minorías, a la excepción que se brinda a los
sindicatos de las leyes antimonopólicas, a los pagos de colegiatura altamente
subsidiados que se da a los estudiantes ricos y de clase media en las
universidades estatales, a las restricciones que imponen asociaciones deportivas
[como la NCAA en los Estados Unidos] para que se les pueda pagar a estudiantes
que son, a la vez, atletas, a los límites en el tiempo de servicio de los
miembros del Congreso [de los Estados Unidos], a los sistemas de pago a los
trabajadores basados en las utilidades de las empresas [ESOPs: "Employee Stock
Ownership Plan"] y a otros subsidios a la propiedad de los trabajadores en las
empresas, y a las tarifas y las cuotas -aún cuando sean otras naciones quienes
las imponen.
Pero los artículos no son sólo en 'contra de' ciertos temas. Entre otras cosas,
[los autores] están a favor de vender el derecho de inmigrar legalmente, de una
privatización extensa de las empresas públicas, por la introducción de vales
escolares ["vouchers"] principalmente para los niños pobres, de la legalización
de muchas drogas, en sustituir a un sistema de pensiones de seguridad social
basado en pagos de acuerdo con los ingresos corrientes [pay-as-you-go] por otro
fundamentado en cuentas individuales, de moverse hacia un sistema pleno de
fuerzas armadas voluntarias, de caerle a los padres que fracasan en dar soporte
económico legal a los hijos, en hacer valer los contratos matrimoniales y
acuerdos prenupciales, de promover la libre competencia entre sectas y
denominaciones religiosas, de reformar la Constitución [de los Estados Unidos]
para que los jueces federales sirvan durante plazos sujetos a renovación, en vez
de ser nombrados de por vida, de instituir penas más severas por crímenes graves,
en especial cuando son cometidos con armas, y de cambiar el sistema de bienestar
social ["welfare"] para que se concentre en ayudar a los niños más que a las
madres y a los trabajadores sociales."
Para ayudar a los lectores a localizar temas específicos, en el libro los
artículos se han agrupado bajo categorías amplias, que incluyen regulación,
inversión en capital humano, comercio internacional, inmigración, educación,
mujeres, crimen, el medio ambiente, drogas y otras adicciones, capitalismo,
mercados laborales, comportamiento de las familias, política y gobierno, mercados
accionarios y administración y los ancianos y la seguridad social.
Como señala Becker en su artículo 'When the Wake-Up Call Is from the Nobel
Committee' -'Cuando la llamada telefónica para despertarse viene del Comité del
Premio Nobel- "lo que traté de hacer en estos artículos durante los últimos seis
años y medio es aplicar el mismo tipo de análisis a los temas sociales y de
políticas que son del interés general. Espero que mi Premio Nóbel no me induzca
a pensar que tengo todas las respuestas, y espero que mis artículos puedan
continuar analizando los muchos temas sociales, en donde la forma en que el
economista mira a la vida, tenga algo valioso que decir."
Jorge Corrales Quesada
2002-07-29 EL LIBRO DEL MES DE AGOSTO
2002-07-29 EL LIBRO DEL MES DE AGOSTO
Xavier Sala i Martín, Economía liberal para no economistas y no liberales
(Barcelona: Plaza & Janés Editores, S.A., 2002). Los paréntesis cuadrados son míos. Asimismo, como en Internet no se cómo poner letras en cursiva, tal como aparecen en el artículo original, las he sustituido por un entrecomillado.
[Sí, el libro está calientito: acaba, en abril, de ser editado y ya tengo una
copia, gracias a un funcionario de la Contraloría quien viajó a un curso en
España y le encargué que, en lo posible, me lo consiguiera. Para los
malpensados, ya le di mis dólares por el costo del libro (no incluye, por
supuesto, el del transporte, así que el amigo me subsidió en algo). Suelo hacer
resúmenes o comentarios de libros, pero en este caso, creo que el prólogo de Joan
Oliver al libro de Sala, "De buenas intenciones, el infierno está abarrotado,"
destila excelentemente el sabor de la obra, por lo cual, lo que voy a hacer, para
estimular sus apetitos, es simplemente reproducir el comentario de Oliver. Luego
de éste, al final, mencionaré algunos de los títulos de los capítulos de la obra
de Sala, la cual, por supuesto, está a su disposición o bien podrían sugerirle a
don Tony Lehmann o a don Carlos Federespiel que la traigan al país para que nos
la vendan. Vale la pena tenerla y leerla.]
" PROLOGO
'De buenas intenciones, el infierno está abarrotado'
Dejándose llevar por su mala cabeza, el señor Xavier Sala i Martín (profesor de
economía en la Columbia University de Nueva York, quien probablemente ustedes
habrán visto alguna vez por la tele [española] vestido con americanas [camisas]
chillonas y corbatas con grandes dibujos) insistió en que en el título de este
libro apareciera la palabra "liberal".
A él, que vive medio año en Nueva York, tres meses en Cataluña -donde ejerce
como profesor de la Universitat Pompeu Fabra-, y tres en Washington, -donde
colabora con el Fondo Monetario Internacional-, le debe parecer que lo de
llamarse liberal queda bien. Pero no sabe dónde se ha metido.
La mayor contribución de un catalán a la bibliografía sobre el liberalismo es la
del insigne eclesiástico Félix Sardá i Salvany, nacido en Sabadell en 1844 y
muerto el año de Nuestro Señor de 1916. Sardá i Salvany pasó a la historia por
la publicación, en 1844, de un libro titulado "El liberalismo es pecado" (en 1999
la editorial Altafulla hizo una edición facsímil que todavía hoy podemos
encontrar). El libro fue un auténtico "bestseller", hasta el punto que en 1891
se llegó a hacer una edición en ocho lenguas (¡ incluidas el catalán, el gallego
y el euskera !). Durante años, los catecismos españoles (como el del famoso
padre Ripalda) incorporaban la pregunta <<¿El liberalismo es pecado?>>, a la
cual, naturalmente, había que responder <<Sí, es pecado>>. Pero Sardá i Salvany
no sólo es un recuerdo de otros tiempos. Hace muy pocos años, el 11 de octubre
de 1992, para conmemorar los quinientos años de algo, el papa Juan Pablo II
canonizó a uno de los más fervientes seguidores del integrista Sardá: san
Ezequiel Moreno y Díaz, muerto en 1906, quien se hizo grabar en su tumba a modo
de epitafio la brillante frase <<El liberalismo es pecado>>. Y aún hoy día los
seguidores de monseñor Lefébvre van por el mundo difundiendo la obra del
eclesiástico vallesano (en Internet es fácil encontrar una adaptación de esta
frase al inglés. "Liberalism is a Sin").
La historia política española hizo que la ideología integrista de Sardá i
Salvany se mantuviera bien viva hasta hace pocos años, y que muchos de los que
hoy tenemos más de cuarenta todavía podamos recordar cómo de pequeños nos
contaban los males del liberalismo, mezclados con los del judaísmo, la masonería
y el marxismo. Curiosamente, aquellos a quienes se intentó inculcar el
falangismo terminamos leyendo las obras completas de Marx, Engels, Lenin y Mao o,
a menudo, adaptaciones como la de Marta Harnecker, que no deferían mucho, en
cuanto al tono, del catecismo del padre Ripalda. Y así nos fueron las cosas.
Una vez más nos contaron que el liberalismo era pecado. Aunque resulte difícil
de creer, Engels, en su estudio sobre la situación de la clase trabajadora en
Inglaterra, también utiliza el término "pecado". Y así fuimos pasando de un
integrismo a otro, pero manteniendo siempre la idea de que el liberalismo es
pecado. Pecado contra la religión, pecado contra la historia, pecado contra los
trabajadores, pecado contra los pobres... Sabiendo que era pecado, pero sin
saber muy bien qué significaba eso del liberalismo. Como decía Unamuno en una
carta abierta a Angel Ganivet (publicada en "El defensor de Granada" en 1898): <<
[...] la constante cantinela de que el liberalismo es pecado, sin que logremos
llegar a saber qué es eso del liberalismo>>.
Y aún nos hallamos en el mismo punto. Todavía hoy una mayoría de nuestra
sociedad, y la práctica totalidad de nuestros intelectuales, periodistas y otros
creadores de opinión, sostienen que eso del liberalismo no es más que una trampa
de los ricos para ahogar a los pobres. Normalmente utilizan el término
"neoliberalismo" y tienen por costumbre acompañarlo del adjetivo "salvaje".
Huelga decir que el "liberalismo salvaje" es el culpable de todos nuestros males:
es el culpable de que en el mundo haya pobres, de que el planeta se caliente, de
que nuestras calles no sean lo bastante seguras o de que las vacas se vuelvan
locas. Todo esto, y mucho más, es culpa del "neoliberalismo salvaje" con la
ayuda inestimable del "pensamiento único", la "globalización" y, según me dijeron
el otro día, "el patrón mundial del consumo".
Ya me explicarán ustedes por qué demonios uno de nuestros mejores economistas,
la máxima autoridad mundial en crecimiento económico [otro libro de Sala i Martín
Economic Growth es el texto más utilizado en el mundo sobre este tema] y un señor
respetado en los foros financieros internacionales quiere colgarse la etiqueta de
"liberal" en un país donde, de pequeños, todos sabíamos que "el liberalismo
es pecado" y ahora que se supone que nos hemos hecho mayores ya hemos aprendido
que "la culpa es del neoliberalismo salvaje".
Posiblemente encontremos una explicación fácil: lo hace para provocar, para
llamar la atención. Por el mismo motivo que se viste con americanas chillonas o
que utiliza el guión corto para escribir su nombre cuando está en Estados Unidos
(Sala-i-Martín) no vaya a ser que los yanquis no se den cuenta de que él es
catalán. Es una explicación fácil, pero no termina de encajar con el personaje.
Y es que Sala i Martín, es que además e usar el guión corto en su nombre y
vestir americanas llamativas, trabaja como un condenado. No es un comediante a
quien le gusta llamar la atención, es un profesor de economía de los buenos, de
los que se pasa horas y horas leyendo, investigando, dirigiendo, escribiendo,
viajando, analizando, pensando... Hace tiempo que lo conozco y que lo trato con
cierta asiduidad, y jamás le he oído pronunciar una opinión gratuita.
Y todavía más importante: a menudo le he oído decir que no sabe nada de nada de
una cuestión determinada. No es cierto; normalmente sabe más sobre ella que todos
los entendidos que se pasan la vida pontificando sobre el bien y el mal. Pero
para él no basta, prefiere no opinar si no sabe "mucho" de una cuestión. Si no
la ha estudiado a fondo y no ha conseguido hacerse su propia opinión personal.
Una opinión que, además, se pueda explicar de un modo claro.
Esta es otra de las grandes virtudes del personaje: saber explicarse. Cuando
habla se le entiende, incluso cuando habla de economía... que suele ser casi
siempre. Como los sabios de verdad, sabe que las explicaciones demasiado
complicadas suelen ser el refugio de los mediocres. Sabe que cuando una idea es
lo suficientemente clara siempre puede ser expuesta de una manera comprensible.
Y también sabe que una parte de su trabajo consiste en conseguir que le
entiendan. Que le entiendan los estudiantes y los colegas, pero también la gente
normal, aquellos que no dominan las técnicas econométricas ni el vocabulario
especializado y que, por ello, son más difíciles de engañar.
Retomemos nuevamente la cuestión. Si el profesor Sala i Martín escribe un libro
como el que tienen en las manos, donde expone de forma clara y rigurosa el
funcionamiento de la economía de nuestros tiempos, y su voluntad no es,
simplemente, provocar, ¿por qué lo titula "Economía liberal para no economistas y
no liberales?"
Pues porque lo cree. Porque, después de estudiar durante muchos años, ha
llegado a la conclusión de que la mejor aproximación a la economía es la que han
hecho los liberales, porque cree que el mundo será mejor si avanza la libertad
económica. Y, en el fondo, es por ello por lo que se toma la molestia de
escribir un libro como éste. Un libro que le dará mucho menos dinero que una
breve intervención en un foro académico. Lo escribe porque quiere que su país,
el nuestro, sea mejor. Y porque está firmemente convencido de que el mundo será
mejor si la libertad económica es mayor. No sólo se lo cree, sino que es capaz
de argumentar de modo entendedor y por eso escribe este libro. Para
explicárnoslo e intentar convencernos.
Intenta convencernos de que <<el gobierno tiene unas obligaciones y que debe
jugar un papel fundamental. Ahora bien, más allá de dichas obligaciones, el
gobierno ha de limitar su acción y dejar que la gente actúe con libertad tanto en
el ámbito económico como en los distintos ámbitos sociales. Ni en la cartera, ni
en la bragueta [la jareta].>>
¡ Ya me estoy imaginando los sarcasmos ¡ ¡ Ahora incluso resultará que el señor
Sala i Martín es un buen samaritano que quiere arreglar el mundo ¡ ¡ Ya sólo
faltaba eso ¡ ¿Cómo nos podemos creer que quiera arreglar el mundo un señor que
dice que quiere pagar pocos impuestos, que dice que la globalización es buena,
que dice que el problema del Tercer Mundo no es la maldad del Primer Mundo y que
quiere que los comercios abran los domingos? [En España está prohibido que los
comercio abran los domingos] ¿Cómo puede ser buena una persona que se atreve a
proclamarse liberal?
La respuesta la da el propio Sala i Martín. <<Soy liberal precisamente porque me
interesa eliminar la pobreza del Tercer Mundo.>> O citando al eminente economista
Paul Krugman, quien afirma que <<el espíritu mercantil y el afán de lucro han
hecho más para un gran número de gente pobre que toda la ayuda humanitaria y
todos los créditos blandos concedidos por todos los gobiernos y todas las ONG del
mundo a la vez.>>
Sala i Martín cree que el trabajo del economista es un trabajo serio que, como
el de cualquier otro profesional (le gusta comparar a los economistas con los
médicos), no se debe medir por las intenciones sino por los resultados. <<La
pregunta realmente importante no es quién es más bueno o solidario, sino cuáles
son las políticas económicas que acabarán consiguiendo que los países pobres
dejen de serlo>>, dice.
Permítanme expresarlo a mi manera, o a la manera de nuestras abuelas: de buenas
intenciones, el infierno está abarrotado.
En las páginas que siguen, el profesor Sala i Martín nos explica que la libertad
económica es el gran motor del progreso humano. Y lo hace no desde las
intenciones o la ideología, sino desde los datos, desde la historia. Datos que
son, al fin y al cabo, los que nos deberían permitir decidir hacia dónde nos
movemos. Si queremos más Estado o más mercado, si queremos más globalización o
más proteccionismo...
Y es en ese terreno, el de los datos y las experiencias históricas
contrastables, donde deberíamos ser capaces, todos, de hablar de economía.
Este libro que tienen en sus manos es una buena ayuda. Permite entender los
mecanismos básicos de funcionamiento de la economía real (la del mercado),
permite ver cuál es el papel del Estado en la economía y permite discutir de casi
todo: de impuestos y de globalización, de horarios comerciales y de progreso
tecnológico, pero también de vacunas, de prostitución o de fútbol.
Aprovechen ustedes el libro. Discutan (discutamos) de manera sensata: con
datos fiables y argumentos contrastados, en la mejor tradición liberal. De eso
se trata.
Joan Oliver"
[Algunos títulos de los ensayos contenidos en el libro:
El papel de los mercados en la economía moderna
Bill Gates y la duquesa de Alba
El papel del gobierno en la economía moderna
Globalización y globofobia
Explotación infantil
Problemas medioambientales
Crisis financiera en el paraíso del sexo
Antiglobalización e intereses creados
El estado del pensamiento liberal]
Jorge Corrales Quesada
2002-09-03 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE
2002-09-03 LIBRO DEL MES DE SETIEMBRE
EXPLORATIONS IN ECONOMIC LIBERALISM: THE WINCOTT LECTURES, editado por Geoffrey
E. Wood, con un prólogo de Lord Harris of High Cross y con contribuciones de
Jagdish Bhagwati, Milton Friedman, Friedrich A. Hayek, Deepak Lal, James E.
Meade, Sir Alan Peacock, Lord Robbins, Anna J. Schwartz, George E. Stigler y Sir
Alan Walters. Originalmente publicado en Londres por St. Martin?s Press, Inc.,
1996. Dado que en el correo electrónico no se puede enviar en letra cursiva,
cuando en el texto original aparece en dicho tipo de letra, en este texto aparece
subrayado, excepto el caso de títulos de libros, los cuales aparecen
originalmente subrayados y así se conserva en la traducción.
Una vez más les ofrezco este libro (o alguna de las conferencias en él
incluidas), para su lectura, al igual que los anteriores libros del mes, pues ya
saben cómo y dónde contactarme.
Geoffrey E. Wood efectúa un excelente y resumido análisis de cada uno de los
ensayos (en el orden en que parecen en el libro), por lo cual simplemente lo
traduzco. Debo hacer notar que entre los autores hay cuatro Premios Nobel:
Friedman, Meade, Hayek y Stigler.
?Harold Wincott, en cuyo honor fueron pronunciadas las conferencia publicadas en
este volumen, nunca fue un hacedor de política económica en el sentido de alguien
quien trabaja en un ministerio para el gobierno o en un banco central. Pero con
sus comentarios acerca de asuntos financieros y económicos, influyo el clima
intelectual en el cual se tomaron esas decisiones. Como Harold Wincott, ninguno
de los autores de las conferencias impresas en este volumen hizo su carrera en el
gobierno; un buen número, de hecho, sólo trabajó en el gobierno en tiempos de
guerra, y algunos nunca trabajaron allí del todo. Pero todos -aún George
Stigler, quien señaló en una ocasión que él no deseaba cambiar al mundo, sino tan
sólo entenderlo- han influido profundamente tanto en las políticas como en el
clima intelectual en el cual son elaboradas.
Esta breve introducción a los ensayos en este volumen se orienta a poner los
ensayos en sus contextos históricos y a esbozar la influencia que han tenido, y
a ofrecer unas pocas conjeturas acerca de cómo podrán tener influencia en el
futuro. Las conferencias son discutidas en el orden en el cual aparecen en el
volumen, con ocasionales referencias cruzadas.
MILTON FRIEDMAN (1970) -?LA CONTRARREVOLUCION DE LA TEORIA MONETARIA?
En los últimos pocos años se ha reconocido más y más ampliamente que la política
monetaria es importante. Sin control monetario, la inestabilidad económica y,
de acuerdo con que las condiciones monetarias sean muy restringidas o muy laxas,
resultará una deflación o una inflación. En una parte considerable, es gracias a
los esfuerzos de Milton Friedman, el primer conferencista Wincott, que estas
proposiciones, no siempre generalmente aceptadas en la segunda mitad de este
siglo XX, son ahora ampliamente reconocidas y en muchas naciones son las base
para la formulación de políticas.
En su conferencia, el Profesor Friedman primero describe cómo algunas
proposiciones claves relacionadas con el papel del dinero en la economía, fueron
formuladas por Irving Fisher; en particular, la relación de una proporcionalidad
grosso modo entre el crecimiento del dinero y los precios, la distinción entre
tasas nominales y tasas reales de interés y l distinción entre una inflación
prevista y una no prevista. El luego muestra cómo, al seguir los puntos de vista
de Keynes en la Teoría General (aunque no, enfatiza el Profesor Friedman, en el
Tract on Monetary Reform), se rebajó el papel del dinero al proclamarse que la
velocidad de circulación del dinero fluctuaba y compensaba a las variaciones que
se daban de la oferta de dinero. Así l apolítica monetaria perdió su influencia
sobre la actividad económica y fue suplementada en importancia por el componente
del gasto total, el cual es independiente del ingreso corriente ?por lo que hoy
es conocido en los libros de texto como gasto autónomo. Se dice con amplitud que
comprende a la inversión privada y al gasto del gobierno.
Ese cambio fue la ?Revolución?. La ?Contrarrevolución? del título de la
conferencia fue el derrocamiento de esa revolución por una evidencia muy extensa,
mucha de ella debido al propio Friedman y a su trabajo conjunto con Anna Schwartz
(otro de los conferencistas Wincott). Su trabajo condujo a una reinterpretación
de la Gran Depresión, mostrando que fue primariamente resultado de fracasos en la
conducción de la política monetaria. Pero ese dramático episodio no es único ítem
de evidencia. El Profesor Friedman cita varios otros en su conferencia,
incluyendo dos ejemplos impactantes de los Estados Unidos en 1966 y en 1968,
cuando las políticas monetaria y fiscal intentaron impulsar simultáneamente a la
economía en dos direcciones opuestas, y la política monetaria ganó ambas
batallas.
Aún a 25 años de haberse dados esta conferencia, hay en ella una riqueza de
material de la cual, tanto los economistas como quienes formulan políticas,
podrían aprender Existe una explicación de por qué una vez que empieza la
inflación es usualmente difícil detenerla. Hay una explicación de por qué las
tasas de interés son una mala guía para saber si la política monetaria es
restrictiva o expansiva. Y, de la mayor importancia, haya un énfasis acerca de
cuán poco sabemos acerca de los detalles sobre la forma en que opera una economía
y de por qué, por lo tanto, la política monetaria debería ser guiada por reglas
simples en vez de esfuerzos por dirigir con precisión el curso de la economía.
El trabajo es una revisión magistral ?y fácil de leer- de la historia del
pensamiento económico, de la historia económica y de la teoría económica, y
muestra las implicaciones que tienen los tres en la conducción de la política.
Las ideas expresadas en el artículo han influido la formulación de políticas en
países tan apartes geográficamente como Nueva Zelanda e Inglaterra, y a gobiernos
de casi todo el rango de coloraciones políticas.
JAMES MEADE (1971) -?SALARIOS Y PRECIOS EN UNA ECONOMIA MIXTA?
La política monetaria puede, como lo ha discutido Milton Friedman, controlar y
terminar con la inflación. Pero debido a que las expectativas sobre inflación
que mantiene la gente tienden a quedarse atrás del desempeño de la inflación del
momento, pueden surgir aumentos ?tal vez aumentos sustánciales- en el desempleo
durante el proceso. Además, como resulta do, por ejemplo, legislación que
confiere algún grado de poder monopólico a los sindicatos, acuerdos salariales
negociados pueden crear niveles sustanciales de desempleo aún cuando los precios
han sido estabilizados durante algún tiempo y las expectativas rezagadas ya no
están exacerbando las peticiones de aumentos salariales y, en consecuencia, el
desempleo. Estos son los problemas que el Profesor Meade se propone analizar.
El trasfondo histórico en el cual escribió se encuentra resumido en el primer
cuadro de su conferencia. La inflación casi se había duplicado (a partir de un
6.5 por ciento por año) en los cinco años que él analizó; y el desempleo se había
algo menos que duplicado (a partir de un 1.53 por ciento) en el mismo período.
La escala relativa de uno de los problemas que él examinó fue definitivamente
diferente de la que ahora confrontaba la economía inglesa; pero la reconciliación
de precios estables con un nivel de desempleo satisfactoriamente bajo es aún un
problema económico fundamental. ¿Cuáles son las soluciones que propone el
Profesor Meade?
El primeramente considera con cuidado si la inflación es un problema sobre el
cual vale la pena preocuparse. Después de todo, hace notar, si es ?anticipada?
(para usar su término en este contexto) entonces todos los precios y salarios
suben igualmente y nadie aparece sufriendo [1]. Pero la inflación, dice él,
puede también ser ?costosa? ?cuando por una u otra razón, ?los diversos grupos en
la comunidad están actuando de manera tal que efectúan demandas sobre los
recursos reales, tales que... son imposibles de satisfacer?.
Dicha inflación, asevera, vale la pena detenerla. Su preocupación no es tanto
en cómo lograrlo sino como lograr ambos, precios estables y un alto nivel de
empleo. Para ello, se deben satisfacer dos condiciones.
La primera, que el gobierno debe ser capaz, por medio de políticas monetarias y
fiscales, de mantener los gastos monetarios totales al nivel necesario para
proveer un mercado para un nivel de producción asociado con la capacidad de pleno
empleo, a precios monetarios sin inflación; y, segundo, el proceso de
determinación de salarios-precios debe ser tal que asegurar, a este nivel de
capacidad de actividad real asociada con este pleno empleo, tanto que las tasas
de salarios monetarios no son empujadas más rápidamente que en lo que está
creciendo la producción pe cápita y también que los márgenes de utilidades estén
estabilizados.
El problema que él analiza tiene que ver con la segunda de estas dos
condiciones:
el problema de restringir el proceso de fijación de salarios-precios de manera
que se pueda evitar, o reducir en el máximo posible, la inflación de los precios
a niveles de producción asociados con el pleno empleo.
La solución, en principio, es directa. Si un sindicato hace un reclamo salarial
por encima de un cierto porcentaje, ese sindicato pierde varias de las formas en
que se le protege. [2] Estas normalmente confieren a los miembros del sindicato
un poder de negociación mayor que el que tendrían en un mercado abierto. Remover
esa protección hace más difícil que el sindicato pueda dejar fuera del mercado de
puestos de trabajo a otros trabajadores.
Por supuesto que también son seguramente necesarias restricciones similares para
prever un ambiente en que se puedan poner precios monopolísticos. Aquí el
Profesor Meade sugiere que se fortalezca a la comisión antimonopólica. Pero para
ello él no descansa en la acción de la burocracia: él hace que el mercado sea
para su ventaja.
Las compañías deberán ser estimuladas para que distribuyan sus utilidades. ?Si
el financiamiento para el desarrollo de capital proveniente de fondos
reinvertidos es fuertemente desestimulado por el sistema impositivo, las
compañías tendrían que competir por nuevos recursos en los mercados de capitales
abiertos, lo cual promovería la competencia en favor de las empresas nuevas más
promisorias.?
Aún más, y refiriéndose al tema de la última conferencia incluida en este
volumen, el Profesor Meade se pronuncia a favor del libre comercio: ?Pero muy,
muy lejos, la manera más efectiva de promover la competencia y limitar las
presiones monopólicas sería admitir la libre importación de bienes de todas las
fuentes del extranjero...?.
No todas las propuestas del Profesor Meade han sido adoptadas. El mundo
gradualmente ha oscilado, algunas veces hacia delante, otras hacia atrás, pero en
el balance hacia adelante, hacia el libre comercio. Los poderes de los
sindicatos en Inglaterra han sido atacados aunque no por los métodos que él
sugirió. Los resultados tal vez no son muy impactantes; pero si uno compara el
desempleo en Gran Bretaña con los niveles aún más elevados en algunos países en
donde tales poderes no han sido reducidos y aún, tal vez, hasta aumentados,
parece claro que algo se ha ganado.
FRIEDRICH HAYEK (1973) -?LIBERTAD ECONOMICA Y GOBIERNO REPRESENTATIVO?
El poder del monopolio también le interesó a Friedrich Hayek, en su Conferencia
Wincott. Su preocupación era que, para asegurarse que conserva una mayoría, un
gobierno ?comprará el respaldo de grupos particulares si les promete concederles
una ventaja especial.? ¿Cómo puede enfrentarse esto?
Hayek sugiere un egreso a los principios expresados por los teóricos clásicos
del gobierno representativo ?que el congreso debe limitarse a sí mismo a pasar
leyes, ?en el sentido de reglas generales de justa conducta igualmente aplicables
a todos los ciudadanos?.
Esto, dice Hayek, es necesario para prevenir que surjan grupos con monopolios
protegidos, que causan presione inflacionarias y desempleo (tal como lo discutió
Meade), y también inhiben el crecimiento y el cambio de las economías.
Habiendo así definido el problema, Hayek, por la vía de examinar la naturaleza
de las leyes y las diversas formas que puede tomar la legislación, formula una
propuesta que separaría al cuerpo encargado de legislar sobre asuntos de gobierno
del cuerpo encargado de hacer propiamente a las leyes. Hayek reconoce que su
propuesta es una ?construcción utópica?. Su argumento en favor de tal esquema lo
brinda David Hume en su ensayo sobre ?The Idea of a Perfect Conmonwealth?.
En todos los casos, debe resultar ventajoso saber qué es lo mejor de su clase,
que podamos lograr hacer cualquier constitución real o forma de gobierno tan
cerca de aquél como nos sea posible, por medio de alteraciones gentiles e
innovaciones como para no dar lugar a grandes disturbios en la sociedad.
Tal esquema de gobierno todavía no ha sido adoptado. Pero más y más
economistas, comentaristas y políticos se han dado cuenta de, y se han
preocupado, los poderes peligrosos de los grupos de intereses especiales. Se
está progresando.
LORD ROBBINS (1974) -?ASPECTOS DE LA POLITICA ECONOMICA DE LA POSGUERRA?
También Robbins estaba interesado en el desempleo y la inflación. Su objetivo
era revisar cómo la política económica de la Inglaterra posterior a 1950 había
conducido a una aceleración de la inflación, a un desempleo creciente y, en
adición, se aseguró que ?nuestras compras del extranjero fueran mantenidas al
nivel presente tan sólo por medio de un sin precedentes pedir prestado al
exterior?. Por supuesto que Lord Robbins puso al problema en su contexto. El
señaló que el ingreso per cápita había crecido en términos reales en cerca de un
60 por ciento entre 1951 y 1971. Pero esto salía mal en comparación con lo
sucedido en muchos otros países para el mismo período. ¿Por qué?
Se hará un examen breve e incisivo de una variedad de factores. Una imposición
marginal elevada redujo el esfuerzo laboral, tal como también lo hizo sobre el
incentivo y la habilidad para ahorrar. También se dio una política acerca de la
industria. Problemas producidos por la nacionalización ?no tal vez
inevitablemente, pero ciertamente sí en la práctica. También hubo una
?politización y burocratización de la política general que tenía que ver con la
inversión y la política de precios?. Todos estamos familiarizados con ejemplos.
Los precios de las industrias nacionalizadas fueron mantenidos artificialmente
bajos para reducir el índice de precios. La inversión fue frecuentemente
pospuesta para reducir el crecimiento del gasto público de manera que se pudieran
dar reducciones en los impuestos ?algo indeseable no porque las reducciones de
impuestos sean indeseables, sino porque fueron financiados por recortes a la
inversión tan sólo en razón de que la mayoría de los votantes no notarían sus
consecuencias en el corto plazo.
Las prácticas restrictivas fueron dañinas; en efecto, ?Dejando de lado la mala
administración monetaria, veo a las prácticas restrictivas como tal vez el más
serio de nuestros problemas en la actualidad?. Hay leyes contra tales prácticas
cuando son efectuadas por los negocios. ¿Por qué, preguntó Robbins, no se aplican
también a sindicatos y a asociaciones profesionales? Por supuesto que la huelga
debe ser permitida en una sociedad libre ?siempre que (haciendo eco del Profesor
Meade) ?aquellos que dejan de trabajar sufran las plenas consecuencias de su
acción?.
De nuevo, como el Profesor Meade, Lord Robbins estaba preocupado con el daño que
la inflación causaba, y consideró cómo la inflación podía ser detenida. En eso
fue inequívoco: ?pueden existir muchas causas iniciales. Pero todas están sujetas
a la misma condición subyacente, que la oferta de dinero o la base crediticia
?llámela como la llame- fue dejada que aumentara hasta permitir su operación?.
Así, en términos diferentes, hizo eco a la famosa observación que en la
Conferencia Wincott hizo Milton Friedman, que ?la inflación es siempre y en todo
lado un fenómeno monetario.
¿Por qué, entonces, hubo una carencia de voluntad para restringir al crecimiento
del dinero y, por ende, de la inflación? El sugiere que ello se debió a ?un
juramento irrestricto en favor de mantener un nivel de empleo alto? de lo cual
fue testigo la experiencia de los años 30. Primero, observó él, hay ambigüedades
estadísticas con el término pleno empleo. Segundo, no se hacía referencia a los
salarios en aquel juramento; y ?peticiones de aumentos que excedan al incremento
en la productividad, en general, con certeza, producirán desempleo, a menos que
haya la correspondiente inflación?. [3]
El rechazó las políticas de ingresos de los tipos que hasta el momento se habían
intentado, por ser no más que medicinas temporales. Deberíamos, mantuvo, de
evitar ?el desempleo ocasionado por una inflación positiva? (es decir, por una
caída en el nivel general de precios). En vez, deberíamos reducir la tasa de
crecimiento del dinero y por tanto mantener un nivel en promedio estable del
nivel de precios en el curso del tiempo. El principio detrás de esta
recomendación ciertamente ha sido adoptado por varios gobiernos desde que él
escribió; esperemos en que el desempeño mejore con la práctica.
ALAN PEACOCK (1976) -?LA CREDIBILIDAD DE LA ECONOMIA LIBERAL?
La posición básica de Alan Peacock es que ?la política económica liberal
tradicional? está bien fundamentada. Su interés no es defenderla, sino más bien
considerar por qué ?un cuerpo ecléctico de pensamiento económico con una extensa
y honorable tradición?, un cuerpo que en su momento fue popular y ampliamente
aceptado, ahora está ?luchando por sobrevivir en círculos políticos y
gubernamentales, sino es que también en círculos académicos?.
Alan Peacock sigue el enfoque del economista de considerar ambos, la oferta y la
demanda. El sugiere que la oferta ha sido restringida por un cambio en los
incentivos que enfrentan los economistas en la academia. Se valora la exhibición
de habilidades matemáticas y estadísticas. No hay nada malo con eso; pero, como
lo hace notar el Profesor Peacock, la exhibición en un gado considerable se
valora puramente como una exhibición. De si es acompañada por ?visiones
imaginativas sobre la forma en que opera el sistema económico? es visto como algo
menos importante. En segundo lugar, existe una tal ?economía del bienestar?, una
rama de la materia que, inter alia, analiza los ?fracasos del mercado?. Muy a
menudo la recomendación estándar ante el fracaso del mercado es la intervención
del gobierno ?sin consideración al hecho de que tal intervención es costosa y
rara vez perfecta. Hay una ?mezcla curiosa de una observación a menudo penetrante
de cómo es que opera el sistema de mercado con una visión asombrosamente
inocentona del proceso político y burocrático?.
Eso es todo del lado de la oferta. Por qué la demanda no ha corregido esta
situación es el siguiente tópico que analiza el Profesor Peacock. El sugiere que
la carencia de demanda es el resultado de mantener una visión utópica de la
sociedad ?de ser incapaces de reconocer que los recursos son escasos, y de que
estos recursos escasos deben ser asignados entre usos que compiten entre sí. Su
agenda luego se inicia con tratar de iluminar y persuadir a quienes formulan
políticas y a comentaristas. Pero él no se detiene allí. El sugiere que los
intentos para persuadir y para avanzar el conocimiento económico de la población
como un todo, valen la pena y, en adición, urge la consideración de reformas
políticas como las que ha propuesto Friedrich Hayek en una conferencia previa
(Capítulo 3 de este volumen). El sugiere que éstas serán precondiciones
necesarias para llevar a cabo el tipo de programa económico liberal que en última
instancia traerá los mayores beneficios.
ALAN WALTERS (1977) -?LOS ECONOMISTAS Y LA ECONOMIA BRITÁNICA?
Como Robbins antes que él, Alan Walters estaba interesado en con el desempeño de
la economía británica a partir de 1950. Sin embargo, su enfoque consistió en
examinar las teorías que habían influenciado a la formulación de política
económica, para determinar cómo la experiencia las había falsificado y para
discutir qué debería reemplazarlas.
La noción de que existía una relación estable entre el nivel de desempleo y la
tasa de inflación -una ?curva de Phillips? estable- había desaparecido, señaló
él. El dinero importaba para la inflación. Y, de gran importancia, ?ningún
modelo, ya sea monetario o Keynesiano, podía predecir exactamente el desempeño de
la economía en los próximos dos años?. En el curso de su conferencia, Alan
Walters desarrolló estos puntos mediante la discusión tanto de la teoría como de
la evidencia. El consumo (y el ahorro) se comportó en los años 70 muy diferente
de cómo lo señalaban diferentes predicciones. En particular, en 1974-75 el
consumo cayó dramáticamente, y no sólo en Gran Bretaña sino en una buen parte del
mundo occidental. Algunos pronosticadores habían predicho una pequeña caída, y
algunos un alza; ninguno había predicho una gran caída. La supuesta estabilidad
de la función consumo, la relación entre el consumo y el ingreso, es ?una de las
proposiciones de la macroeconomía convencional?. El episodio, a pesar de mucha
racionalización con posterioridad a los hechos, había noqueado tal proposición,
por lo menos en cuanto a que supuestamente había dado asistencia a la predicción.
Esencialmente lo mismo resultó cierto en cuanto a la inversión; completamente
fracasó en comportarse tal como se había predicho. Así fue noqueada otra ayuda
para la predicción.
Luego Alan Walters se volteó hacia los salarios. ¿Eran rígidos en términos
monetarios? ¿Había en ese entonces, tal como (en ese entonces) lo había
proclamado John Hicks, un piso para los salarios reales? La evidencia rechazó
ambas conjeturas.
Continuando con su ataque sobre la posibilidad de realizar predicciones en el
corto plazo, y así sobre el ?fine tunning?, Alan Walters entonces analizó cómo se
forman las expectativas. Tal como él señaló, la gente ?no simplemente extrapola
en el futuro sus experiencias pasadas?. Más bien forman sus expectativas tomando
en cuenta toda la información disponible, incluyendo información acerca del
comportamiento de las autoridades. En tales circunstancias, la política debería
ser guiada por las reglas; porque sólo así puede esperarse una estabilidad en el
comportamiento del sector privado.
Después de una breve revisión acerca de cómo, a pesar de su falsificación, el
Keynesianismo simplificado continuó guiando la política económica, [4] Alan
Walters concluye ofreciendo sus propias propuestas sobre política. Están en dos
partes. Primero hay una técnica; el dinero debería crecer a una tasa estable.
Esto podría prevenir ?algunas de las más salvajes fluctuaciones (en la política
económica)?. Finalmente, revirtiendo a los temas de las conferencias previas,
Alan Walters concluye, primero, discutiendo brevemente por qué persisten las
ideas falsas y, en segundo lugar, sugiriendo, con algún pesimismo, que la demanda
dará lugar a algún nuevo ?Mesías económico?.
GEORGE J. STIGLER (1982) -?LOS PLACERES Y LOS DOLORES DEL CAPITALISMO MODERNO?
En su conferencia, George Stigler se concentró en ?la unidad organizativa
fundamental del capitalismo?. Esa unida des la empresa que realiza negocios y él
examinó los azares del sector negocios. Su evidencia la obtiene de los Estados
Unidos, pero el enfoque analítico es ampliamente aplicable.
Parte de la presunción de que todos los consumidores se benefician con la
existencia de una economía eficiente -aún aquellos que dependen de los programas
gubernamentales de bienestar, pues entre más eficiente es la economía, hay más
para repartir.¿Por qué, entonces, hay tantos controles sobre los negocios, además
de que, con certeza, hay un grupo de interés aparentemente enorme que se opone a
ellos? Su respuesta es que los negocios están selectivamente en favor de los
controles -controles que limitan a la competencia. Estos controles son los
?placeres? del título de esta conferencia. ¿Cuáles son los dolores?
?Los dolores del capitalismo moderno tienen la misma fuente de donde provienen
los placeres.? Los dolores, también, surgen de la regulación. Surgen no del
poder de los grupos de consumidores, sino de los efectos indirectos de derrame
que ocasiona la regulación. Una industria es afectada por la regulación que
beneficia a otra. ?Si el acero es protegido, los usuarios del acero deberán pagar
precios más altos...?.
¿En el balance quién habrá ganado? ¿Los placeres o los dolores? Mediante el
examen de los rendimientos de las acciones, Stigler, notando que han declinado,
concluye en que los dolores han ganado. Por supuesto que esto es un soporte
empírico impactante a las preocupaciones expresadas por otros conferencistas
Wincott, notoriamente por Alan Peacock. ¿Cuáles son las perspectivas desde el
punto de vista de Stigler? A pesar de la propia evidencia que brinda, no son muy
obscuras. Hay industrias pujantes que no son objeto de regulación. Esto va a
ayudar. Pero también debe haber un esfuerzo por aclarar el régimen regulatorio.
Los economistas pueden dar argumentos en favor de éste. Pero deben también
mostrar a los negocios que, en el balance, pierden con la regulación Tan sólo
entonces los defensores más poderosos de la regulación podrán convertirse en sus
oponentes.
DEEPAK LAL (1989) ??LOS LIMITES DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL?
Ya sea o no debido a las diferentes conferencistas Wincott -y en algunos casos
la evidencia de su influencia es indisputable- el dirigismo echó para atrás en
los años setentas y ochentas. Las economías crecientemente descansaron en los
mercados y menos en la planificación. Pero, tal como observó Deepak Lal a inicios
de su conferencia, también se dio una paradoja. En tanto que el liberalismo
económico iba ganando la partida en cuanto a la formulación de políticas
domésticas, ?en muchos aspectos del pensamiento y de la acción en las relaciones
económicas internacionales, [parece] que se dio una reencarnación del ?Dogma
Dirigista??.
En su conferencia, Deepak Lal examinó dos aspectos de eso: los planes para la
coordinación internacional de las políticas macroeconómicas y del tipo de cambio,
y la ?aceptación de establecer... un Orden Económico Verde Internacional?.
La base analítica de su artículo es una discusión de la teoría de las
externalidades, Estas son ?los efectos colaterales no compensados [es decir, no
compensados por quienes los causan] resultantes de la actividad e un productor o
un consumidor sobre otros agentes económicos?. Las externalidades son luego
clasificadas en cuatro tipos diferentes. [5]
Utilizando esta clasificación en cuatro tipos, Deepak Lal discute que tan sólo
algunas externalidades requieren de la acción gubernamental para corregir las
ineficiencias el mercado. Muchas externalidades cambian la asignación de
recursos entre los individuos, pero no afectan la eficiencia de esa asignación.
Este análisis e aplica en primer lugar a la ?coordinación internacional de las
políticas?. El Profesor Lal muestra que los argumentos a favor de tal
coordinación son erróneos. Una acción no coordinada produce resultados
diferentes de los que produce una acción coordinada (o, mejor, de los resultados
que produciría una acción coordinada hipotética ideal; los gobiernos no son
perfectos). Pero los resultados de las acciones no coordinadas son eficientes;
los argumentos en pro de la coordinación en efecto suelen ser argumentos en favor
de una redistribución.
Después de repasar, y, similarmente, rechazar, otros argumentos que se esgrimen
en favor de la coordinación de políticas macroeconómicas, el Profesor Lal se
dedica a las ?Externalidades Internacionales del Medio Ambiente?. Aquí él urge a
?que veamos los hechos, y preguntemos cuál deberá ser la respuesta racional a
ellos?. ¿Cuáles son los hechos? Primero, que ni el calentamiento global ni el
enfriamiento global son probables. Segundo, si vemos los rangos de variación de
las temperaturas en el pasado, encontramos que tales variaciones en el futuro no
destruirían, ni aún dañarían, al mundo como un todo. En vez de ello, cambiarían
los lugares en donde sería posible la agricultura productiva y que genere
ganancias. Cambios supuestos en el clima mundial tienen efectos redistributivos
del ingreso; ellos no destruyen la posibilidad de vida. Es entendible que a
algunos grupos no les agrada este efecto redistributivo; pero el deseo de una
parte del mundo de preservar su actual supremacía en una actividad, no es un
fundamento fuerte para que haya una regulación internacional.
El Profesor Lal concluye en que los argumentos internacionales para una
planificación son tn fallidos como los argumentos para que sea en lo doméstico.
No hay base alguna para que se establezca una economía global administrada
justamente en el momento en que las nacionales están colapsando.
ANNA J. SCHWARTZ (1992) -¿TIENEN ALGUN FUTURO LAS CAJAS DE CONVERSION?
En su conferencia, Anna Schwartz consideró una posible solución a un problema
económico básico que enfrentan algunas economías del Este de Europa (y también
otras). Desea ir a un sistema de mercado en funcionamiento, pero, antes de que
tal sistema de mercado, con un conjunto de precios relativos que continuamente
varían, pueda funcionar bien, requiere de un sistema monetario con una moneda que
relativamente sea estable en su valor. Sin tal moneda, no hay una unidad en la
cual los precios puedan ser expresados y las economías pronto revertirían a las
ineficiencias del trueque. Para introducir rápidamente esta moneda, algunos
autores han propuesto que estas economías basen sus sistemas monetarios en ?cajas
de conversión?.
Estos son sistemas en el cual un país fija rígidamente el valor de su moneda a
aquélla de otro país. Para toda la emisión de su moneda, mantiene un respaldo
completo de reservas en activos denominados en la moneda del otro país. En
consecuencia, el país con la caja de conversión importa la política monetaria
desde el otro país; su moneda es tan estable como la es la del país al cual se
ancló. Este esquema parece ser atractivo -en efecto, está cerca de parecerse a
una cura milagrosa para los desórdenes monetarios.
En general, uno debe ser escéptico ante tales curas. Anna Schwartz muestra que
este caso no es la excepción. Después de explicar en detallo qué son las cajas de
conversión, discute algunos ejemplos de cómo operan. Dos factores fueron de
importancia particular. Primero, la moneda a la cual la caja de conversión
decidió adherirse debería ser estable. Segundo, la moneda a la cual la caja de
conversión se ligó tenía que ser emitida por un país con el cual la nación de la
caja de conversión lleva a cabo una parte sustancial de su comercio
internacional. Esto era necesario para evitar fluctuaciones violentas en el
precio de sus biens intercambiados internacionalmente en comparación con los
bienes en general. (Este segundo factor fue lo que condujo a algunos países del
Imperio Británico a adherirse no a la libre esterlina, sino al dólar de los
Estados Unidos).
Hoy día sería difícil encontrar un ancla adecuada para una caja de conversión.
Al momento ningún país tiene un sistema monetario estable, basado en reglas, tal
como en su momento lo brindaba el patrón oro, y la diversificación incrementada
del comercio significa que ahora pocos países tienen un socio comercial
dominante.
Pero no fue por estas razones que declinaron las cajas de conversión. (Aquellas
pocas cajas de conversión que aún existen son significativamente diferentes de la
forma tradicional). La Dra. Schwartz resume de la manera siguiente las razones
por las cuales declinaron: el final de la creencia en la legitimidad de un
Imperio; aceptación de la creencia de que las cajas de conversión afectaban al
desarrollo de los países que las utilizaban; y el hecho de que las cajas de
conversión no permitieron una política monetaria discrecional. Muestra que lo
segundo está equivocado y que lo tercero es una bendición en vez de una
limitante. Sin embargo, por tales razones falaces, las cuales fueron ampliamente
endosadas, las cajas de conversión murieron.
En la sección final de su ensayo, Anna Schwartz considera si podrán ser
revividas. Ella duda que puedan serlo. A pesar de su aparente atractivo
intelectual, concluye la Dra. Schwartz, las cajas de conversión no son ?la onda
del futuro?.
Es de hacer notar que una de las razones por las cuales no lo son, es que los
gobiernos, aunque cada vez se hacen más orientados hacia los mercados en sus
políticas económicas, con todo y todo, todavía no desean comprometerse a sí
mismos a la receta liberal clásica de guiar sus políticas por medio de reglas
preanunciadas.
JAGDISH BHAGWATI (1994) ??LA ?JUSTICIA? DEL LIBRE COMERCIO Y EL NUEVO
PROTECCIONISMO: REFLEXIONES ACERCA DE UNA AGENDA PARA LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL
COMERCIO?
Lo primero que el Profesor Bhagwati afirma es que un comercio y unos flujos de
inversión incrementados, los cuales producen un mundo crecientemente
interdependiente, conducirán a ganancias mutuas para todos los países que
participen. Esta afirmación, lo hizo notar, fue una vez rechazada por muchos
países en desarrollo, quienes temían las consecuencias del comercio con los
países desarrollados. Ellos ya han dejado de lado ese temor, pero ahora los
países desarrollados temen comerciar con los subdesarrollados. Este temor,
discute el Profesor Bhagwati, tiene tan poca base como la tenía el que ha
reemplazado. Muestra que el balance de la evidencia es inconsistente con la
afirmación de que el comercio con los países en desarrollo ha dañado a los países
desarrollados, al deprimir, en los Estados Unidos, las ganancias relativas de los
trabajadores sin calificación, y, en Europa, (donde los salarios son menos
flexibles) al aumentar el desempleo. Estos fenómenos -que son ciertos- son
productos de otras influencias.
Luego él examina otros argumentos usados en favor del proteccionismo
-notablemente la protección del medio ambiente y los estándares laborales.
Ninguno de estos argumentos tienen buenas bases. Los países que tienen
diferentes patrones para la protección del medio ambiente son exactamente como
si tuvieran diferentes dotaciones de recursos naturales. Ninguna diferencia
puede justificar la protección. [6] En lo que se refiere a los estándares del
mercado de trabajo, el Profesor Bhagwati primeramente hace notar que ?La noción
de que pueden universalizarse las regulaciones laborales, como sucede con los
derechos humanos y el habeas hábeas, simplemente con llamarlos ?derechos
laborales?, ignora la dificultad que hay en hacer una fácil ecuación entre
estándares laborales que son específicos a las culturas y ?los derechos humanos?
que son universales. El ilustra esto por medio de algunas comparaciones que
muestran que, en muchos casos, los diferentes estándares laborales son
simplemente diferentes, ni mejores (excepto desde la propia perspectiva de la
nación) ni peores. También él discute que el caso claro del trabajo infantil
tampoco es muy claro.
Luego va de los argumentos en favor del proteccionismo hacia los argumentos en
favor del libre comercio regional. El Profesor Bhagwati señala que, si bien en
ciertas áreas particulares tiene sus ventajas, en general es preferible el libre
comercio mundial. Concluye con algunas observaciones acerca de la Organización
Mundial del Comercio, la cual reemplazó al GATT, y con algunos aspectos de
aquélla que pueden ayudar a producir un resultado deseable.
CONCLUSIÓN GENERAL
Las conferencias aquí reimpresas cubren una amplia gama. Pero
independientemente de cual aspecto de la economía fue el tema principal, en cada
caso surgen dos temas. Ellos son la importancia de guiar a la política económica
por medio de un conjunto de reglas claro, anunciado y creíble; y la importancia
de mantener bajo control a las fuerzas monopolísticas, regulatorias y
burocráticas que afectan al cambio y al crecimiento de las economías.
Estos dos temas son centrales al liberalismo que Harold Wincott expuso. Las
destacadas conferencias incluidas en este volumen han impulsado grandemente la
aceptación de estas ideas, y ya han influido sobre las políticas Con el paso del
tiempo, y se hace crecientemente claro qué tan importantes para la prosperidad
económica son estas recomendaciones aparentemente simples y, ciertamente, no
técnicas, su influencia con seguridad será más profunda.
NOTAS
[1] Hoy en día tal inflación no sería tratada tan bondadosamente. Primero
porque parece ser un animal muy raro; y, segundo, porque estudios recientes (por
ejemplo, Barro, 1995) han encontrado que aún tasas bajas de inflación dañan el
crecimiento económico.
[2] Tal como señala el Profesor Meade, tendría que existir un mecanismo que
estableciera qué tan grande fue la petición salarial. Esto es necesario porque
las diferentes partes en una disputa salarial a menudo están en desacuerdo acerca
del tamaño tanto de la petición inicial como del acuerdo final.
[3] A menudo los trabajadores son impulsados a que busquen aumentos iguales a
los incrementos en su productividad. Esto deja de lado que los incrementos en la
producción per cápita pueden reflejar, por ejemplo, la acumulación de capital. Y
también deja de lado la posibilidad de que haya cambiado el balance entre la
demanda y la oferta de distintos tipos de trabajadores, Por supuesto que Robbins
no estaba interesado en la productividad a ese nivel de desagregación. Su
interés era de que los salarios promedio no excedieran a la productividad
promedio de la economía como un todo.
[4] En su conferencia, Milton Friedman provee una descripción breve de por qué
lo que es denominado como Keynesianismo es, al mismo tiempo, una simplificación
e, inter alia, difícilmente lo que Keynes hubiera mantenido si hubiera vivido
hasta los años setentas.
[5] Los orígenes de las clasificaciones son brindados en el artículo del
Profesor Lal.
[6] La única calificación a esto es cuando los diferente estándares
medioambientales tienen efectos indirectos de un tipo particular. Esta
posibilidad fue examinada en detalle, y rechazada, por Deepak Lal, en su
Conferencia Wincott.?
Jorge Corrales Quesada
2002-09-30 LIBRO DEL MES DE OCTUBRE DEL 2002
2002-09-30 LIBRO DEL MES DE OCTUBRE DEL 2002
James Bovard, FREEDOM IN CHAINS: THE RISE OF THE SATE AND THE DEMISE OF THE
CITIZEN (New York: St. Martin’s Press, 1999).
Esta no es la primera obra de Bovard. Anteriormente escribió en 1994 "Lost
Rights: The Destruction of American Liberty"; "Shakedown" en 1995; "The Fair
Trade Fraud" en 1991, el cual leí hace varios años, al igual que "The Farm
Fiasco", escrito en 1989. Habiendo conocido estas dos últimas obras de Bovard, era
tan sólo natural que apenas supe que había escrito una nueva, de inmediato
trataría de conseguirla, pues estaba seguro de que la saborearía con gusto
similar. Y no me equivoqué: esta obra de Bovard es endemoniadamente libertaria,
que hace que hasta cualquier discurso de nuestros políticos libertarios criollos
parezca ser tan insulso como una ensalada de nabos.
Esto es así pues Bovard no sólo no se anda por las ramas en estas cuestiones,
sino porque, en mi opinión, también presenta una de las mejores referencias de
las más diversas fuentes que pueden dar lugar a una información detallada e
incisiva sobre los temas que trata. Pero la cuestión no se acaba aquí: Bovard
penetra con su estilete característico hasta lo más profundo del análisis. Expone
con pelos y señales como actúan los humanos cuando tienen el poder en sus manos.
Y sabe hacerlo con humor: no aquél del show periodístico, sino con la mayor
ironía que permita desnudar la hipocresía del estado.
Ustedes sabe que el tema del comercio internacional siempre me ha atraído. Por
ello no olvido un pequeño párrafo de otro libro de Bovard, "The Fair Trade
Fraud", en donde permanentemente desenmascara aquel slogan de "hagan lo que les
digo y no lo que hago", que suele encontrarse con suma frecuencia en el discurso
político de los hipócritas y sepulcros blanqueados. En él narra Bovard la
posición del "zar" del comercio negociado de los Estados Unidos, el famoso U. S.
Trade Representative (que podría traducirse como el Representante Principal del
Comercio Internacional de los Estados Unidos), cuando comenta acerca del comercio
de helados entre Estados Unidos y Canadá (cierto que antes de la vigencia del
NAFTA; no se como será ahora). Dice Bovard: "El Representante Comercial de los
Estados Unidos condenó a Canadá por la cuota que ponía a las exportaciones de
helados desde los Estados Unidos hacia ese país. Pero se le olvidó decir que,
mientras Canadá permitía que se exportara un total de 347.000 kilogramos de
helados por la frontera norte de los Estados Unidos, ese país prohibía que se
exportara desde Canadá ni siquiera un solo cono de helados." Nos hace ver porqué
vale la pena luchar por un verdadero comercio libre y no por ese fraude que en
mucho es el comercio actual que algunos llaman o intentan que sea "justo".
La misma ironía se percibe en la totalidad del nuevo libro de Bovard, "Freedom
in Chains". Lo que he pensado hacer en este comentario al libro del mes de
octubre es referirme brevemente a sus nueve capítulos (en realidad a ocho, porque
el último es tan sólo un resumen), uno tras otro, con lo cual creo que el lector
podrá así interesarse en entrarle a la lectura completa del libro, que como
siempre está a su disposición.
En su INTRODUCCIÓN, Bovard señala que el propósito principal de su obra es
analizar la creencia de que el gobierno es algo que está por encima de los
ciudadanos y que es con su actuación como las personas logran la felicidad. Para
esto empieza por mostrar cuál es la naturaleza del estado y cómo lo que llama "la
teoría del buen gobierno à la Peter Pan"; esto es, "que el gobierno sería algo
maravilloso si tan sólo la gente pudiera creer que tiene poderes mágicos" ha
minado la capacidad de muchos individuos para levantarse por sí mismos por medio
del ejercicio de su libertad.
Dice Bovard: "Confiar en los gobiernos contemporáneos significa dividir a la
humanidad en dos clases: aquellos que pueden ser confiados con el poder para
dirigir las vidas de las otras personas y aquellos a quienes ni siquiera se les
pueda confiar en que puedan dirigir sus propias vidas." Y, para quienes
consideran que lo que aprecian como democracia es lo que les puede proteger del
estado, deben despertarse, pues "la ilusión de la regla de la mayoría es hoy el
gran santificador de los abusos del gobierno –y tal vez la mayor barrera para que
la gente logre entender cuál es la naturaleza del estado."
El planteamiento de Bovard no es la anarquía y por ello señala que, en la vida
actual, "el tema no es si el gobierno debe o puede ser abolido; en vez de eso, el
tema es si el uso de la fuerza debe ser minimizado." Bovard propugna por un
estado minimalista y enfatiza la importancia de su tesis cuando se atreve a
pronosticar que, al menos en los Estados Unidos, país al cual refiere mucho de su
libro, en el futuro la discusión política "será entre aquellos quienes abogan por
un mayor poder del estado y aquellos quienes demandan que el poder del estado sea
recortado."
Esto es, la discusión acerca del tamaño y la forma del estado será lo primordial
en los próximos años y nos recuerda que "el gobierno es fuerza y debemos
considerar cuáles son sus límites apropiados y la sanción moral para esa fuerza".
Ante esto, vale la pena citar algunas preguntas que Bovard formula: "¿Qué le debe
el ciudadano al Estado?, o mejor dicho, ¿qué le debe el ciudadano a los políticos
y a los burócratas, quienes alegan representar y encarnar al Estado? ¿Por qué
proceso metafísico el gobierno se convierte en algo superior a los gobernados?;
la creación de una maquinaria política ¿anula automáticamente todas las
restricciones previas para que una persona pueda interferir con la vida de las
otras personas?".
El segundo capítulo, LA GRAN PRETENSION: EL ESTADO IDEAL Y EL ESTADO REAL, me
posibilitó hablar algunos asuntos con mis dos hijos, estudiantes ambos en cursos
introductorios en la Universidad de Costa Rica, en donde se les ha pedido que
lean algunas obras de Rousseau, Hegel y Marx. No crean que en esa entidad
reverbera una expiación o "dolor de los pecados" por el totalitarismo que ciertos
caracteres propugnaron durante mucho tiempo en dicha universidad, sino que, en el
2002, intentan revivir el ideario holista (de o sobre el todo) que tanto mal le
ha prodigado a la humanidad.
En este capítulo Bovard analiza la evolución histórica de la idea de estado,
como medio para entender su comportamiento actual, pues lo que denomina como la
visión idealista del estado, que surge a partir de Rousseau y Hegel,
principalmente, ha sido germinal para la vasta expansión del estado moderno. Para
Bovard, Rousseau es el precursor del estado moderno, pero "mientras que la
glorificación romántica que Rousseau hace de la democracia es algo bien conocido,
su pasión por el poder ilimitado del gobierno es menos conocida. En un breve
ensayo titulado 'Acerca de la Felicidad Pública,' Rousseau declaró en 1767: 'Dad
al hombre enteramente al Estado o dejadlo enteramente para sí mismo.' Y Rousseau
ciertamente creía que los hombres no podían ser dejados solos para sí mismos."
Hegel, a su vez, fue el glorificador del estado totalitario. Bovard menciona que
"Hegel reveló que el Estado era 'la forma que asume la perfecta
incorporación del Espíritu'... Hegel se opuso a cualquier limite al poder del
gobierno, como cuando señaló que 'el Estado es la mente absoluta, segura de sí
misma, que no reconoce autoridad alguna mas que la propia, que no reconoce reglas
abstractas de lo bueno y lo malo, de lo vergonzoso y lo cruel, astuto y
engañoso... el Estado es... el fin último que posee el máximo derecho contra el
individuo, cuya obligación máxima es ser un miembro del Estado.'"
Estas ideas originan la visión idealista del estado, la cual se traduce en una
creciente sujeción de los ciudadanos a los empleados públicos, en la creencia de
que el gobierno es un ente benévolo. Sin embargo, con el paso del tiempo aquella
"teoría idealista del Estado ha sido reemplazada por la teoría antiséptica
del Estado. Si bien los expertos conceden que el Estado ya no es aquel ente
trascendente, parece que persiste una idea continua de que el gobierno provoca
poco o ningún daño." Ante esto, los individuos deben reconocer que, "en primer
lugar, el gobierno es coercitivo; en segundo lugar, reconocer qué tan extendida
es la coerción o la amenaza de ella y, finalmente, darse cuenta del significado
de esa coerción –tanto para la vida del individuo como para la naturaleza de la
organización política."
El tercer capítulo se titula EL ESPEJISMO DE LIBERTAD QUE BRINDA EL ESTADO DE
BIENESTAR y se refiere a que la libertad que se presenta en un Estado de
Bienestar o un Estado Paternalista está fundada en la pretensión de que el
gobierno es poseedor de una sabiduría y bondad superiores a la que tienen los
individuos, con lo cual se considera que aquél tiene derechos por encima de los
que poseen los ciudadanos, al igual que sobre su propiedad. De nuevo Bovard
acude a Rousseau, quien identifica la libertad de la persona con la dependencia
que se tenga del estado, con lo cual "pavimentó el camino para el socialismo y el
resurgimiento del culto al Estado." La percepción de Bovard descansa en la del
profesor de la Escuela de Economía de Londres, Maurice Cranston, quien en su
libro de 1973, "The Mask of Politics and Other Essays," escribió de Rousseau lo
siguiente: "De toda la lectura de El Contrato Social es claro que Rousseau nunca
ve a las instituciones como una amenaza para la libertad. La imagen de un rey o
de un príncipe ante los ojos de Rousseau es la imagen de un amo y él ve a tales
monarcas como enemigos de la libertad. Pero la imagen del Estado lo emociona de
manera muy diferente... El [Rousseau] dice que las cosas deberían ser arregladas
de forma tal que cada ciudadano sea perfectamente independiente de todos sus
compañeros ciudadanos y 'excesivamente dependiente de la república.' La palabra
'excesivamente' es significativa... porque piensa que tal dependencia nunca podrá
ser lo suficientemente grande: porque la dependencia en el Estado garantiza a los
hombres contra toda dependencia en los hombres, contra 'toute dependance
personnel.'"
Bovard concluye este interesantísimo capítulo señalando que "Una vez que se
reconozca que la acción gubernamental es inherentemente coercitiva, entonces,
cualquier concepto de libertad que se basa en una 'liberalización' que de sí
mismo hace el ciudadano, se convierte en una contradicción en términos. La
libertad que se da en el Estado Paternalista es pre-eminentemente una libertad
donde media la sumisión a los superiores: al hecho de que, si alguien tiene un
trabajo en el gobierno, ya en sí eso es prueba suficiente de que tiene tanto un
derecho como la competencia para ordenar a otros ciudadanos... La libertad del
Estado Paternalista es libertad para hacer lo que los políticos y los burócratas
quieren que usted haga. La idea de darle poder al Estado para que libere al
individuo tiene sentido tan sólo si ese Estado, para su propio beneficio, no
tiene un incentivo para explotar, abusar o poner grilletes a los individuos."
Lo que se menciona como libertad negativa es mejor entendida como la resultante
de la minimización de la coerción, tanto privada como pública. Y nos sirve como
punto de comparación para juzgar los propósitos políticos de los gobiernos. Para
Bovard, "la naturaleza de la acción gubernamental es la base del desacuerdo que
hay entre los proponentes de la libertad 'positiva' y de la libertad real,"
término este último por el cual el autor refiere a la libertad negativa. "Los
proponentes de la llamada libertad positiva rutinariamente toman las promesas
políticas y las acciones gubernamentales por su valor facial", sin tomar en
cuenta que la libertad positiva niega cualquier carácter negativo que pueda tener
la acción del gobierno En contraste, la libertad negativa o ausencia de coerción
"depende de la voluntad de cada ciudadano de respetar los derechos de otros
y de abstenerse de introducirse por la fuerza en las vidas de otros. Depende de
la voluntad de cada persona de interesarse en sus propias cosas y de tolerar las
conductas extrañas, las estupideces y las ordinarieces de otra gente. La
libertad también se basa en que cada persona asuma las responsabilidad derivadas
de sus propias acciones."
El siguiente capítulo (el cuarto) CUIDADORES DE JAULAS Y GUARDIANES: LA
DEMOCRACIA MODERNA, trata del tema del control que ejercen los políticos. Como
dice al autor, el argumento no va en contra de la democracia como tal, sino de
las enormes expectativas que en ocasiones de ella se tiene. Recordemos que ya
Hayek, en una conferencia en 1976 ante el Institute of Public Affairs de
Australia, titulada "¿Whither Democracy?," nos había advertido al respecto, al
señalar que "la democracia no ha probado ser una protección segura contra la
tiranía y la opresión, tal como alguna vez se creyó. Sin embargo, como
convención que permite a cualquier mayoría deshacerse por sí misma de un gobierno
al cual no quiere, la democracia posee un valor inestimable... la palabra mágica,
democracia, se ha convertido en algo tan poderoso, que todas limitaciones al
poder gubernamental que han sido heredadas, se están resquebrajando ante ella...
el problema de hoy en día no es la democracia, sino la democracia ilimitada...
Toda la democracia que hoy conocemos en el mundo occidental es más o menos
democracia ilimitada."
El tema es tratado de manera muy interesante, pues no sólo nos despierta la
inquietud de que la mayor parte de las decisiones en una democracia suelen ser
tomadas por una mayoría que desconoce la clase de legislación que se ha aprobado,
sino que, además, destaca la ignorancia innata de los legisladores -como humanos
limitados que son- pero que suelen recubrirse de un manto de omnisapiencia. El
problema se complica si se toma en cuenta la pretensión modernista, como la
esbozada por Habermas, de que el orden político debe caracterizarse por la
permanente deliberación democrática, cuando lo que suele resultar como víctima
final de todo ese proceso es la libertad individual.
Tal como dice Bovard, aplicando su lógica libertaria al caso de los Estados
Unidos, "la mayor paradoja de [su] democracia contemporánea es que la gente no
confía en los políticos y una mayoría de los ciudadanos cree que el gobierno es
algo demasiado complejo como para entenderlo, pero, sin embargo, las personas
están de acuerdo o apoyan activamente a los políticos que expanden su poder por
encima de ellos."
Mucho del pensamiento moderno acerca de la democracia descansa en las ideas de
Kelsen, quien una vez señaló (en su obra de 1945, "General Theory of Law and the
State") que "un sujeto es políticamente libre en tanto su voluntad individual
esté en armonía con la voluntad 'colectiva' (o 'general') expresada en el orden
social," pero el hecho es que difícilmente tiene una participación efectiva en
la formulación de leyes y edictos que impone el estado. Perdonen que me deje
acarrear por mis sentimientos: No parece ser válido que la libertad mía dependa
de una presunta libertad que me confiere algún grupo o colectivo o mayoría,
puesto que, si ello fuere cierto, podría también quitármela y, como persona
libre, eso me parece inaceptable. No creo que una mayoría, generalmente producto
de una ficción momentánea, pueda imponer controles -que bien pueden hasta ser
ilimitados- sobre mi persona. Comparto con Bovard, que la creencia de que la
regla de una mayoría equivale a libertad es algo inaceptable y que la libertad de
ejercer el voto tiene valor esencialmente como medio para defender mi esfera
propia de libertad.
Para ser justo y evitar interpretaciones equivocadas acerca de lo que Bovard
señala, me permito transcribir el párrafo final de este capítulo: "Este ensayo no
es una proclamación para que se desconfíe de la democracia; es, más bien, una
proclama para que se desconfíe de las pretensiones y falsos alegatos de cualquier
gobierno, independientemente de la aprobación que pretenda obtener. No es un
llamado para rechazar la democracia; más bien, es uno para proteger a la
democracia de quienes quieren destruirla al conducirla al abismo del poder
ilimitado. Idealizar cualquier forma de gobierno es uno de los peores errores
que puede cometer un pueblo libre."
El quinto capítulo del libro se titula LA GLORIFICACION MORAL DEL LEVIATÁN y se
dedica a analizar el caso, principalmente de los Estados Unidos, por el cual los
actos de estado son rodeados de un halo de moralidad, que debilita a los
individuos para enfrentarse a las pretensiones de aquél para intervenir en sus
vidas. Tal vez, teniendo como recuerdo al famoso libro de Orwell, podamos
entender el propósito de este capítulo: "Una mentalidad similar a la que hay en
el libro '1984' se aplica actualmente a las definiciones políticas de justicia
[fairness]. No importa cuántas veces los políticos y los burócratas revisan y
revierten la definición oficial de justicia, la última de ellas se presumirá como
la correcta y todas las previas deberán ser olvidadas." Me trae a la mente el
título de un artículo que escribí hace muchos años: "Con sólo que diga social,
es bueno." Al caso, nada más con que cambiemos una palabra y, ¡eureka!: "Con
sólo que diga que es justo, es bueno." Con sólo agregar a cualquier política el
adjetivo "justo" o "justa", del cielo cae una bendición para poder llevarla a
cabo, aunque aquella usualmente traiga asociada una coerción sobre personas
libres.
Bovard concluye que un "gobierno no puede hacer más justas las vidas de las
personas si las hace menos libres. Reconocer el vacío moral que hay en el centro
del poder gubernamental y cesar de suponer que abunda la justicia en las entrañas
de las decisiones legislativas y regulatorias, son prerrequisitos para pensar con
honestidad acerca de la justicia... El gobierno es una herramienta para aplicar
restricciones, no es una máquina omnisapiente que promulga valores. Aquellos
quienes buscan encontrar sus valores morales en el gobierno rebajarán a la
sociedad a nivel de una clase política conspiradora, en vez de elevarla hacia los
ideales de los filósofos."
El sexto capítulo lleva por nombre SOBERANIA Y ESCLAVITUD POLITICA y trata del
delicado tema de la soberanía, la cual ha sido utilizada por el estado como
justificación para demandar la obediencia de las personas, lo cual hace que
Bovard se pregunte si el estado posee inherentemente alguna sanción superior que
legitime la coerción que ejerce sobre los ciudadanos.
La tesis de Bovard es que "la esencia de la inmunidad soberana del estado yace
en que 'el rey no puede causar daño' ['The king can do no wrong']. Pero, como lo
hizo notar el profesor Jeremy Travis, 'la racionalización más antigua que se
pretendió dar para la inmunidad del soberano... es una perversión de su propósito
histórico, cual era que el rey tenía el privilegio de no causar daño.' Así lo
explicó un abogado inglés como resultado de la caída de Jaime II, 'Cuando un
rey... hace daño, en ese instante deja de ser rey... Dios y la ley están por
encima del Rey.' Pero, en la interpretación estatista contemporánea, la frase
que pretendía impedir a los reyes causar daño a los súbditos se ha convertido en
una licencia para que el gobierno abuse de la ciudadanía."
El capítulo sétimo lleva por título EL PATERNALISMO VERSUS LAS BENDICIONES DE LA
LIBERTAD. En él Bovard continúa resaltando las virtudes de un régimen de
libertad, lo cual tal vez se resume en una cita que hace de Hayek para enfatizar
el valor de la libertad y la importancia que tiene como principio esencial para
la vida y el bienestar de las personas. Dice Hayek en su obra "Law, Legislation
and Liberty," que "puesto que el valor de la libertad descansa en las
oportunidades que brinda ante acciones impredecibles e imprevistas, rara vez
sabemos lo que perdemos cuando se pone alguna restricción específica a la
libertad. Cualquier restricción, cualquiera que sea diferente de la aplicación de
reglas generales, se orientará hacia el logro de algún resultado particular
predecible, pero lo que se impide con dicha limitación usualmente no será
conocido... Nunca podremos darnos cuenta de todos los costos que, por tal
interferencia, tiene el lograr esos resultados específicos. De manera que,
cuando decidimos cada asunto únicamente con base en lo que aparecen como sus
méritos individuales, siempre sobre-estimaremos las ventajas de la dirección
centralizada. Nuestra elección usualmente se presentará como una entre una
ganancia cierta y tangible y la simple probabilidad de prevenir alguna acción
benéfica desconocida llevada a cabo por personas también desconocidas. Si así la
elección entre libertad y coerción es tomada simplemente con base en la
conveniencia, en casi cada caso la libertad estará destinada a ser sacrificada."
Tal vez este es el problema práctico más importante que hoy día enfrentamos las
personas libres: el sacrificio de la libertad por la simple conveniencia de un
momento dado de optar por la coerción que impone el accionar del estado.
El breve capítulo ocho lleva por nombre UNOS POCOS PENSAMIENTOS CERCA DE UN
ORDEN POLÍTICO IDEAL. A pesar de que es difícil señalar con pelos y señales cómo
debería ser un orden liberal, Bovard se atreve a presentar unos pocos principios
o guías que podrían ser considerados al pasar del Leviatán actual a lo que llama
"un nivel superior":
1.- Declaración de Derechos Fundamentales: Bovard expresa que, "Como mínimo el
gobierno debe honrar las promesas que prometió a la ciudadanía... Como dijo
Thomas Jefferson, 'Una declaración de derechos fundamentales es a lo que la gente
tiene derecho ante cualquier gobierno de la tierra...'" Respetar los derechos
fundamentales de las personas es lo que le da legitimidad a un gobierno.
2.- La Regla de la Ley: Como dijo A. V. Dicey en 1885 en su libro "Introduction
to the Study of the Law of the Constitution," la Regla de la Ley se refiere a la
ausencia de un poder arbitrario por parte del gobierno, a la absoluta supremacía
de las leyes en contraste con la influencia del poder arbitrario y a la igualdad
ante la ley. Ante esto, indica Bovard, "Minimizar la arbitrariedad y impedir al
gobierno imponer cortes burocráticas ficticias puede hacer mucho por limitar los
abusos del gobierno."
3.- Impuestos: Bovard considera que, como los políticos siempre encontrarán
formas de poner impuestos, se hace necesario hacer un replanteamiento general
acerca del derecho que tienen para quitarle ingresos a las personas.
4.- Federalismo: Bovard considera que, aunque un sistema federal es preferible a
un sistema de gobierno centralizado, ello no significa que limita el poder
excesivo que puede asumir el estado. Así, señala, "El tema de cuánto poder posee
el gobierno es mucho más importante que la forma en que se divide ese poder."
5.- Política Exterior: Dice Bovard que la tarea principal de un gobierno es la
defensa nacional, pero deberá, en lo posible, estar subordinada a la libertad de
los individuos. Pero ninguna nación tiene derecho a imponer forzadamente sus
valores en otros países.
6.- Ayuda a las Personas Desvalidas: Bovard expresa que "Por siglos, los
gobiernos han brindado alguna ayuda a las personas desvalidas sin convertirse en
fuentes masivas de redistribución." El gobierno debe ayudar a quienes en verdad
no pueden ayudarse a sí mismos.
7.- Ayuda a las Empresas: Con toda contundencia, Bovard dice que "Ningún
gobierno debería darle ni un cinco a las empresas."
8.- Vicios/Crimen: En opinión de Bovard, debe distinguirse entre vicios y
crímenes. Muchos de los mayores abusos del gobierno surgen por la prosecución de
vicios privados, que surgen por errores en el simple deseo humano de buscar la
felicidad propia. Esto calza muy bien con un párrafo del libro de David Conway,
"Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal" (previamente reseñado en esta
red): "Algunos pueden creer que todo mundo estaría mejor viviendo en una sociedad
que prohibiera ciertas formas de conductas que, si bien son inocuas, son
moralmente perversas. Sin embargo, a menos que tales formas de conducta puedan
mostrarse que son dañinas a terceros, distintos de quienes las observan, los
seres humanos, pensándolo bien, deberían preferir vivir en sociedades que
permitan tales vicios inofensivos, en comparación con aquéllas en donde el
gobierno tiene licencia para prohibir tal conducta con base en que es perversa o
dañina para quienes las practican."
Para evitar la acusación de que pensamientos como los de Bovard dejan desvalidos
a los menores de edad, es tajante al indicar que "En tanto los adultos tienen
derecho a escoger sus propios vicios, los niños no tiene igual capacidad para
ejercitar la responsabilidad individual." Recuerden que la libertad es una
esfera circunscrita a los adultos, responsables. Por ello, en el marco de lo que
Conway denomina, en su obra previamente citada, como el individualismo con
respecto a los fines, indica que "Esta doctrina señala que, en última instancia,
cada adulto sano es la autoridad final acerca de cuáles formas de actividad y
experiencias son las que aumentan y cuáles disminuyen su propia felicidad
individual." Observe que se habla de "adultos sanos".
9.- La Salud Pública y la Seguridad Pública: Dice Bovard que "El gobierno pude
detectar y frenar la expansión de enfermedades serias... con efectos menores
sobre las libertades de los ciudadanos... podría continuar dando fondos a ciertas
investigaciones médicas... debe ser estructurado de manera tal que minimicen el
impacto sobre posibilidades de acuerdos voluntarios y para el desarrollo de
mejores soluciones que ningún burócrata podría imaginar... Algún tipo de
organización es necesario par arbitrar disputas privadas y penalizar la violencia
privada..." Ya conocemos como Hayek en su obra clásica "Los Fundamentos de la
Libertad," Parte Tercera: La Libertad y el Estado-Providencia, da lugar a
diversas posibilidades de participación del estado en un Orden de Libertad.
10.- Mejorar la Democracia: Bovard expresa que "Cualquier propuesta de reforma
de la democracia debe tomar en cuenta las limitaciones que poseen tanto los
votantes como los legisladores... Cada político deberá ser juzgado de acuerdo con
el grado de poder que él cree que el gobierno merece tener sobre los
ciudadanos... Como dijo Benjamín Constant en 1815 [en 'Political Writings'] 'es
la magnitud de la fuerza y no quienes la poseen, lo que deberá ser denunciado.
Es contra el arma, no contra el brazo que la esgrime, a lo que es necesario
golpear fuertemente. Hay cosas que pesan mucho para la mano del hombre.'"
11.- Es Necesario No Ejercer Coerción: Expresa Bovard que "La coerción se
justifica tan sólo si es para prevenir una mayor coerción. El poder del gobierno
debe ser limitado para proteger a las personas de la agresión de otras, no de su
propia estupidez o debilidad."
12.- Derogar, Derogar, Derogar: Finalmente, opina Bovard, "Para restaurar el
gobierno a su sitio apropiado, se requiere derogar la mayoría de las regulaciones
y estatutos... Un nuevo orden político deberá buscarse construyendo sobre los
principios y las perspicacias de la ley consuetudinaria, para regresar el reloj a
una época cuando las leyes respetaban los contratos y el derecho individual a la
autonomía y al control de su propio destino, y que buscó maximizar la
responsabilidad de cada persona por sus propias acciones."
En resumen, el gobierno mínimo es el único gobierno justo.
A quien tenga interés en leer este libro de Bovard, así como otra de sus obras,
"The Fair Trade Fraud", con gusto se las puedo prestar con carácter devolutivo.
Para ello, ya saben cómo y adónde me pueden localizar. Además, continúan a su
posible disposición lo siguientes libros del mes que han sido objeto de
comentario en palestra:
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Jorge Corrales Quesada
2002-10-28 LIBRO DEL MES DE NOVIEMBRE DEL 2002
2002-10-28 LIBRO DEL MES DE NOVIEMBRE DEL 2002
Se trata del libro editado por David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is
Changing the World" (Washington D. C.: Cato Institute, 2002). Es una
recopilación de 51 ensayos sobre el tema del avance de la idea de la libertad,
publicado en ocasión de la celebración de 25 años de opinión y participación del
Instituto Cato en diversos temas de política pública, relevantes tanto para los
Estados Unidos, que, por tratarse de asuntos que en última instancia son
universales, su conocimiento es útil para cualquier interesado en estos asuntos.
Además de un capítulo introductorio, está dividido en 9 partes, por lo que, a
diferencia del análisis que sobre el libro del mes se ha hecho en ocasiones
anteriores, en ésta mencionaré cada uno de los ensayos escritos por los
diferentes autores, del cual transcribo (y traduzco) alguna idea que allí se
expresa y que considero que puede ser de un interés tal que motive su lectura.
Como es de esperar en el pensamiento liberal, en algunas cosas se estará de
acuerdo y en otras no. De eso se trata. Los paréntesis cuadrados son míos.
Termino manifestándoles que este libro, al igual que los anteriores libros del
mes –cuya lista fue publicada en el libro del mes de octubre- está a su
disposición y para obtenerlo tan sólo es necesario que me contacten.
INTRODUCCIÓN
David Boaz, "Introducción: La Idea que Está Cambiando al Mundo." Vicepresidente
Ejecutivo del Instituto Cato:
"Pero el triunfo del liberalismo de ninguna manera es inevitable. Nunca ha
existido una edad de oro del liberalismo, y nunca la habrá. Aunque parezca que
hayamos dejado atrás algunas de las peores formas de gobierno, no debemos de
olvidar que, durante el siglo que acaba de pasar, hemos sufrido el comunismo, el
fascismo y el nacional socialismo. Armados con la tecnología moderna, estos
regímenes comprobaron ser los más brutales de la historia. Y surgieron en un
momento en que los pensadores liberales creyeron que, por la vía de la
prosperidad y del comercio internacional, se asegurarían la paz y la armonía."
(p. 13)
PRIMERA PARTE: IDEAS Y CONSECUENCIAS
Entrevista a F. A. Hayek el 1 de diciembre de 1982 en el Instituto Cato. Premio
Nóbel en Economía en 1974:
"RESPUESTA DE HAYEK: ...el mercado ha llegado a ser un especie de, tal como lo
llaman los biólogos, órgano sensorial externo o extra-somático, el cual nos
informa de cosas de las cuales físicamente no nos damos cuenta. Nosotros no
podemos ver los beneficios que se derivan de nuestras acciones. No podemos ver de
dónde vienen nuestros beneficios, pero hemos desarrollado un mecanismo que nos
sirve como un órgano de información, que opera muy similarmente a como lo hacen
los órganos sensoriales, pero lo hace de forma tal que nos permite ajustar
nuestra acción a los acontecimientos que están más allá de nuestra percepción
sensorial." (p. 23)
Mario Vargas Llosa, "El Liberalismo entre Dos Milenios." Reconocido novelista
latinoamericano:
"Estos son episodios pintorescos, pero sería un grave error subestimarlos, como
aleteos insignificantes de la idiotez humana. En verdad, ellos son apenas la
crispación paroxística y extrema de un vasto movimiento político e ideológico,
sólidamente implantado en sectores de izquierda, de centro y de derecha, unidos
en su desconfianza tenaz hacia la libertad como instrumento de solución para los
problemas humanos, que han encontrado en este novísimo fantasma edificado por sus
miedos y fobias -el "neoliberalismo", llamado también el "pensamiento único" en
la jerigonza de sociólogos y politólogos- un chivo expiatorio a quien endosar
todas las calamidades presentes y pasadas en la historia universal." (p. 26)
Peter Bauer, "Omitiendo la Realidad." En el 2002 obtuvo el primer Premio Milton
Friedman a la Libertad que otorga el Instituto Cato:
"Esta tendencia a omitir las realidades más sencillas ha minado la confianza, la
seguridad en sí mismo y la postura de Occidente en el arena internacional.
También ha sido el substrato para la aceptación sin crítica alguna de las ideas y
las políticas que dañan a Occidente y mucho más a los pueblos del Tercer Mundo.
Esto no constituye una sorpresa. Los cuerpos políticos y las sociedades que
ignoran la realidad son vulnerables a la adversidad y también a las amenazas que
vienen tanto desde adentro como desde afuera." (p. 51)
SEGUNDA PARTE: CRECIMIENTO ECONOMICO
Milton Friedman, "El Verdadero Almuerzo Gratis: Los Mercados y la Propiedad
Privada." Premio Nóbel en Economía en 1976:
"Algunas veces se me ha asociado con una expresión que no inventé "No existe tal
cosa como un almuerzo gratis." Más bien deseo que se preste mayor atención a otra
que sí inventé... "Nadie gasta el dinero de algún otro tan cuidadosamente como
gasta el propio." Pero todos estos aforismos son verdades a medias... Y en el
mundo económico real, existe un almuerzo gratuito, un extraordinario almuerzo
gratis, y ese almuerzo gratuito son los mercados libres y la propiedad privada."
(p. 55)
William A. Niskanen, "El Soporte Lógico de la Infraestructura de una Economía de
Mercado." Gerente del Instituto Cato:
"...las tres instituciones básicas de una economía de mercado -el soporte lógico
de infraestructura que se requiere- son el sistema jurídico, el sistema contable
y las actitudes culturales... estas instituciones son como un banco que tiene
tres patas, en donde una pata más corta o débil reduce seriamente la estabilidad
del banco. La inversión de personas o del estado en estas tres instituciones es
mucho más importante que los otros elementos de una perestroika radical; en
efecto, estas tres instituciones son un requisito para que otras medidas puedan
tener éxito." (p. 68)
Reuven Brenner, "Las Causas del Crecimiento Económico." Profesor en la Escuela
de Administración de Negocios de la Universidad McGill en Montreal, Canadá:
"¿Cómo podemos estar seguros de que una innovación financiera, un cambio en la
estrategia de una compañía o un cambio en la política gubernamental mejoran o
empeoran a una sociedad? La respuesta es que la mejor estimación que se puede
usar para hacer tales aseveraciones -una vez que se tenga un mercado financiero
profundo y transparente- es la suma del valor total de mercado de las empresas en
una sociedad (el valor de mercado de la deuda y del patrimonio) sumado al valor
de mercado de la deuda gubernamental pendiente de pago. Cuando esta suma aumenta,
significa que ha incrementado la habilidad de la sociedad para generar ingresos y
pagar la deuda, ya sea pública o privada... La razón es sencilla: mercados
financieros desarrollados y relativamente sin estorbos evitan la persistencia de
errores. Así, rápidamente redirigen el uso del capital y se aseguran de que el
ahorro y el capital sean usados más efectivamente." (p. 69)
TERCERA PARTE: EL ESTADO DE BIENESTAR
Joan Kennedy Taylor, "Desregulando a los Pobres." Autora del libro "Reclaiming
the Mainstream: Individualist Feminism Rediscovered":
"Primero se nos dice que la comunidad -esto es, el gobierno- tiene una
obligación moral de alimentar y dar abrigo a los indigentes. Luego se nos dice
que todos los pobres tienen un derecho a recibir fondos, que los mantendrá en un
cierto nivel acorde con los patrones económicos del resto de la comunidad. Y
luego, una vez que resulta evidente el serio problema presupuestario, la
obligación fundamental del gobierno se muestra por sí misma como que del todo no
era algo esencial. Descubrimos que los receptores de la ayuda gubernamental
podrían ser llamados para que trabajen para el gobierno –aún, en muchos casos,
reemplazando a trabajadores sindicalizados del sector público, con empleos en
donde ganan muy por debajo del salario mínimo legal. Podemos ver como tal
argumentación conduce por un camino resbaloso hacia una sociedad más y más
coercitiva y, en última instancia, hacia el tipo de planificación totalitaria que
resuelve los problemas de pobreza y criminalidad mediante la regulación de las
vidas de todos los ciudadanos." (p. 91)
Carolyn L. Weaver, "¿Ha Pasado la Crisis de la Seguridad Social?" Directora de
Estudios sobre Pensiones y Seguridad Social del American Enterprise Institute en
Washington, D. C.:
"...al ver la crisis como algo esencialmente político en su naturaleza y que ha
evolucionado de manera predecible debido a la debilidad institucional del
programa inicial, señala hacia una clara necesidad de reformar al sistema de
forma verdaderamente radical. Desde esta perspectiva, la reforma implica la
introducción de la posibilidad de escoger, de la acción voluntaria o voluntarismo
y de la competencia en la provisión de la Seguridad Social, como únicas
restricciones efectivas sobre el curso futuro del programa." (p. 102)
José Piñera, "El Exito de la Seguridad Social Privatizada en Chile." Ex
Ministro de Trabajo de Chile:
"Decidimos ir en otra dirección: ligar los beneficios a las contribuciones. El
dinero que un trabajador paga dentro del sistema va hacia una cuenta que es de su
propiedad. A la idea la llamamos "un esquema de capitalización"... Por supuesto
que ha habido algunos errores. Hay algunas cosas que podrían ser mejoradas. No
hay tal cosa como la reforma perfecta. Con el tiempo y la experiencia se que
haríamos algunas cosas de otra manera. Pero, en general, puedo decirles que ha
sido un éxito que va más allá de nuestros sueños." (p. p. 105-110)
Michael Tanner, "Terminando con los Programas de Bienestar, Tales como los
Conocemos Hoy en Día." Director de Estudios sobre Salud y Bienestar del Instituto
Cato:
"Los programas de bienestar han fracasado y no pueden ser objeto de reformas.
Es hora de terminar con ellos. En su lugar, la sociedad civil descansaría en un
red fortalecida de caridades privadas... [que] son un medio más efectivo que los
programas gubernamentales de bienestar. En tanto estos brindan incentivos para
que se dé un comportamiento que va en contra de la producción, las caridades
privadas pueden usar su ayuda para promover la autosuficiencia, la mejoría propia
y la independencia. Las caridades privadas pueden individualizar sus enfoques y
atacar los problema específicos que están manteniendo a las personas en la
pobreza. También son mucho mejores en cuanto a dirigir la ayuda hacia aquellos
quienes más la necesitan y en obtener los mayores frutos por cada dólar que se
gasta." (p. 124)
Darcy Olsen, "La Pre-escolaridad y el Estado Niñera." Directora del Instituto
Goldwater en Phoenix, Arizona:
"En todo caso, la conveniencia de una educación preescolar universal no debería
descansar en sólo si la pre-escolaridad funciona. Todavía más básica es la
cuestión moral de si el gobierno debería afianzarse aún más en la educación
escolar de nuestros niños... Las reformas educativas de los años noventas han
enfatizado la descentralización, una mayor participación de los padres y
alternativas privadas -en tanto que la pre-escolaridad universal es un retroceso
hacia la era en que se creía que "el gobierno sabe que es lo mejor para
nosotros."" (p. p. 127-128)
CUARTA PARTE: EL ESTADO REGULADOR
Yale Brozen, "El Elevado Costo de la Regulación Gubernamental." Fue Profesor de
Economía Empresarial en la Universidad de Chicago:
"Hay tres grandes principios generales que definen el ámbito apropiado para la
regulación. El primero, si los costos de la acción o su ausencia caen sobre
quien toma la decisión, no se necesita regulación... El segundo principio es un
corolario del primero. Si los costos no son internalizados... entonces, se
necesita regulación... El tercer principio es que, cuando regulamos, debemos
reconocer que, al incrementar la astringencia de la regulación, incurriremos
progresivamente en costos mayores y progresivamente obtendremos menores
beneficios. Podemos terminar por lograr más de una cosa la cual no vale la pena
tenerla... Para muy diversos tipos de regulación, no se trata de un asunto de
disponer demasiado de una cosa buena. Para muchas de nuestras actividades
regulatorias no estamos obteniendo beneficio alguno." (p. p. 131-133)
Terry L. Anderson y Donald L. Leal, "Capitalismo Medioambiental versus Estatismo
Medioambiental." Investigadores del Political Economy Research Center en
Bozeman, Montana. [Una traducción completa de este ensayo fue puesto
anteriormente en palestra económica]:
"...para los medioambientalistas de cuño [mainstream], la prueba definitoria de
“que tan verde se es” lo constituye la aceptación de más gobierno para lograr
objetivos en el campo del medio ambiente. Típicamente claman por mayor
regulación del medio ambiente y por mayor propiedad gubernamental de la tierra,
ad nauseam. Pero el mensaje del medioambientalismo de libre mercado es que no es
necesario más gobierno para mejorar la calidad del medio ambiente y aún hasta
puede ser adverso para lograr dicho objetivo." (p. 139)
Catherine England, "El Seguro Federal a los Depósitos como Causa de la Crisis de
las Entidades Financieras de Ahorro y Préstamo." Profesora en la Universidad
George Mason en Washington. D. C.:
"El sistema vigente [en 1989] remunera al comportamiento especulativo a expensas
de una administración más prudente. Ha estimulado que los fondos corran, en vez
de alejarse, hacia las instituciones del país peor manejadas y más endeudadas. Y
mientras la estructura que regula a los bancos es vista en la actualidad como una
operación modelo, sus resultados son apreciados tan sólo en comparación con el
fiasco que ha sufrido la industria de ahorros y préstamos. Los bancos enfrentan
incentivos similares hacia la toma excesiva de riesgos, y las fallas en los
sistemas de regulación de la banca y del seguro de depósitos permanecen sin ser
notadas tan sólo porque la atención está puesta en otro lado." (p. 153)
David Boaz, "La Economía Parásita se Aloja en un Nuevo Huésped." Autor del libro
"Libertarianism: A Primer":
"El tema hoy en día [noviembre de 1996] no consiste en si Microsoft es o fue de
hecho un monopolista, aunque los hechos lanzan muchas dudas acerca de tal
alegato. Lo que me preocupa aquí es cómo el gobierno le puso un cebo a Microsoft
para llevarla hacia el sector político de la economía." (p. 155)
QUINTA PARTE: UN MUNDO EN TRANSICION
Edward H. Crane, "Temor y Odio en la Unión Soviética." Presidente del Instituto
Cato. [Narra su vista a la Unión Soviética antes de la caída del socialismo]:
"Cuando ocasionalmente tuvimos la oportunidad de hablar con la gente, ya sea en
un parque o en la calle, había un frase que se nos aparecía una y otra vez. Les
preguntamos si alguna vez habían estado fuera de la Unión Soviética, si alguna
vez habían tenido un carro o si podían cambiar de trabajo si así lo deseaban. La
respuesta, en tanto alzaban los hombros, era a menudo un frío y sin emoción: "Eso
es imposible". Mientras que en nuestra sociedad con frecuencia uno se encuentra
con un sentido de aversión hacia la injusticia o con una determinación para
lograr algún objetivo aunque sea en contra de todas las probabilidades, en la
Unión Soviética simplemente se levantan los hombros. Eso es imposible." (p. 164)
Don Lavoie, "Las Huelgas en Polonia: Los Trabajadores en Contra del Estado de
los Trabajadores." Fue Profesor de Economía en la Universidad George Mason de
Washington, D. C.:
"Las huelgas en Polonia son una indicación del fracaso de la planificación
central... La economía de planificación central funciona sólo en el grado en que
el plan es concientemente burlado, ignorado o ajustado para poder tomar las
decisiones descentralizadas de producción. Ha fracasado contundentemente y por
mucho tiempo, de manera tal que no hace creíbles sus justificaciones ideológicas
y, sin el soporte ideológico, resulta ser un programa sin futuro." (p. 179)
George Gilder, "Dejad que florezcan billones de flores." Economista últimamente
dedicado al área de la tecnología de la información. [Este ensayo fue escrito en
1988]:
"Creo que lo que sucederá es un florecimiento del empresariado en China, que
hará que China sea la economía más rica del mundo en 25 años. ¿Qué cómo lo se?
Porque más que en cualquier otro lado, el pueblo chino está en la delantera de la
edad de la información." (p. 181)
Helen Suzman, "Prospectos para un Cambio Pacífico en Sudáfrica." Ex miembro del
Parlamento Surafricano entre 1953 y 1989:
"Sin embargo, debo enfatizar los factores económicos que, dentro de Sudáfrica,
han sido las fuerzas principales detrás de los cambios que ya han tenido lugar.
Las reservas de empleo [sistema por el cual los trabajadores blancos obtenían los
mejores empleos] desaparecieron porque simplemente no había suficientes blancos
que hicieran el trabajo calificado. Las leyes de movilización interna y de
control de influjos desaparecieron, porque no podían seguir siendo puestas en
práctica, dada la urbanización masiva que resultó de la pobreza en las zonas
rurales y por las oportunidades laborales en las zonas urbanas." (p. 186)
Peter Bauer, "Transición en el Este: Democracia y Mercado." Fue Profesor de la
London School of Economics de 1960 a 1983:
"El Oeste puede influenciar los acontecimiento en el Este... tal influencia
deberá ser enfocada principalmente hacia la promoción del mercado. Por ejemplo,
la ayuda oficial -esto es, subsidios en efectivo o en especie, incluyendo la
asistencia técnica, préstamos blandos y créditos bancarios garantizados por los
gobiernos- si es que del todo debe ser provista, deberá dirigirse hacia los
gobiernos que políticamente estén comprometidos con el sistema de mercado. Si los
gobiernos cambian su curso, tal ayuda deberá ser retirada. La ayuda deberá ser
administrada y asignada por la gente que, por sí misma, está orientada hacia el
mercado. En la realidad, demasiada gente a cargo de esos programas son
indiferentes y hasta opuestos al mercado, aunque hablen falsamente en su favor.
Finalmente, la reducción en las barreras comerciales impuestas por Occidente hará
más por promover los mercados en el Este, que los subsidios oficiales." (p. 198)
Karl R. Popper, "El Camino Comunista Hacia la Auto-esclavitud." Autor del libro
"La Sociedad Abierta y sus Enemigos":
"La caída de la Unión Soviética tal vez puede ser explicada, en última
instancia, por el colapso económico debido a la ausencia de un mercado libre;
esto es, lo que he llamado el primer teorema debido a Mises. Pero pienso que el
segundo teorema, el teorema de la esclavitud debido a Hayek, es aún más
importante para poder entender lo que ha sucedido -y que aún está sucediendo- en
el antiguo Imperio Soviético. Pero este teorema tiene un corolario o apéndice muy
importante. Puede ser formulado tal como sigue:
El camino a la servidumbre conduce a la desaparición de la discusión libre y
racional o, si Usted lo prefiere, del libre mercado de las ideas. Pero esto
tiene el efecto más devastador sobre todo el mundo, incluyendo a los así llamados
líderes. Conduce a una sociedad en donde la verborrea vacía rige todo el tiempo;
una verborrea que consiste en mucho de mentiras expresadas por líderes,
principalmente con no otro propósito que la auto-confirmación y la auto-
glorificación. Pero esto marca el fin de nuestra habilidad para pensar. Ellos
mismos llegan a ser esclavos de sus propias mentiras, como todos los demás. Es
también el fin de su habilidad para gobernar. Ellos desaparecen, aún como
déspotas." (p. p. 201-202)
Douglas Wu, "La Revolución Quieta de los Derechos de Propiedad en China." Laboró
por 16 años en una importante entidad financiera de China. [Este ensayo fue
publicado en el año 2000]:
"Lo que ha sucedido en la zona rural de China durante las últimas dos décadas
puede ser caracterizado como una privatización de facto, en el sentido de que el
proceso ha resultado en que virtualmente todos los medios de producción del
sector agrícola hayan sido transferidos a manos privadas... Los campesinos
chinos aún tienen mucho camino que recorrer para disponer de la legislación
apropiada y de las instituciones que protejan sus legítimos derechos de
propiedad. Sin embargo, lo que ha tenido lugar en el campo chino es una de las
privatizaciones mayores y más exitosas que el mundo jamás haya visto." (p. 213)
Tom G. Palmer, "¿Por qué el Socialismo Colapsó en Europa Oriental?" Director de
la Universidad Cato en el Instituto Cato:
"Me gustaría mencionar una tesis que puede explicar algunos de los
acontecimientos más recientes. Estoy pidiéndola prestada a un erudito húngaro,
Istvan Bibo, quien propuso una tesis acerca de una Europa que consiste de tres
partes: la Occidental, la del Centro-Este y la del Este... La gran diferencia
entre la Europa del Este y la Europa del Oeste es la relativa separación entre la
iglesia y el estado que hay en el Oeste... Así, pueden existir factores
culturales que harán que la transición hacia la libertad sea más fácil para estos
países que para las naciones del Este de Europa. Tal como señala Bibo, los
desarrollos políticos que tuvieron lugar en Europa Occidental -la liberación de
los siervos, etcétera- usualmente no llegó a Europa del Centro-Este sino hasta
200 años después y tomó aún más tiempo para que llegara a la Europa del Este."
(p. p. 219-220)
Václav Klaus, "El Cambio de Sistemas: La Mezcla Delicada de Intenciones y
Espontaneidad." Ex Primer Ministro de la República Checa:
"Mi formación académica y mi experiencia práctica me dicen que el cambio de
sistemas -y eso es lo que hemos venido experimentando al ir desmantelando al
comunismo en nuestros países- es un proceso evolutivo y no un ejercicio de
economía aplicada o de ciencias políticas. Se sustenta en una mezcla compleja de
eventos planeados y no planeados, intencionados y no intencionados o, para
ponerlo de otra manera, es una mezcla de intenciones y de espontaneidad...
Podemos confirmar que una transformación exitosa no es la que resulta de modelos
detallados de reforma que están en manos de políticos reformistas omnipotentes.
Más bien, el éxito depende de la actividad sin restricciones de los seres
humanos, junto con un "modesto constructivismo" al seleccionar las reglas
fundamentales y al definir la política de transformación." (p. p. 222-223)
Ma Lei, "La Educación Privada Surge en China." Profesora del Centro de Estudios
Americanos de la Universidad Fudan en Shangai, China:
"Lo más importante es que la gente de Wenzhou [China] se ha dado cuenta de que
en el mercado todo es armonioso –que uno gana sus ingresos no por medio de la
coerción o la fuerza bruta, sino mediante el servicio que brinda a terceros.
Este reconocimiento ha producido un clima en el cual la industria privada y las
organizaciones privadas -incluyendo las escuelas privadas- pueden prosperar." (p.
230)
James A. Dorn, "El Futuro de China: ¿El Socialismo de Mercado o el Taoísmo de
Mercado?" Profesor de Economía de la Universidad Towson en Maryland:
"Sin embargo, la prosperidad futura dependerá de si China se aleja del camino
artificial del socialismo de mercado y prosigue el camino natural del liberalismo
de mercado. La visión liberal de mercado no es nueva para China; era inherente a
la doctrina taoísta del wu wei desarrollada por Lao Tzu y sus discípulos. Los
líderes de China tan sólo necesitan dejar que el pueblo chino regrese a sus
raíces, para darse cuenta de la sabiduría de dejar que el procesos espontáneo del
mercado organice su vida económica, al tiempo que se limita el gobierno a la
protección de la vida, la libertad y la prosperidad." (p. 242)
SEXTA PARTE: ASUNTOS INTERNACIONALES
Ted Galen Carpenter, "De República a Imperio: La Constitución y la Evolución de
la Política Internacional de los Estados Unidos." Vicepresidente de Estudios
sobre la Defensa y Política Exterior del Instituto Cato:
"Proponentes de la visión global en el siglo XX típicamente afirman que los
desarrollos tecnológicos han hecho de la política "aislacionista" algo obsoleto y
que las naciones amantes de la paz sólo deberían unirse para desbaratar a un
agresor o para evitar ser víctimas de una estrategia de divide y vencerás. Ellos
señalan que las alianzas y otras medidas de seguridad colectivas son, por lo
tanto, esenciales. Pero descansar en la seguridad colectiva, en vez de seguir
estrategias no intervencionistas, constituye un peligroso anacronismo... en la
era termonuclear, los aliados o son superfluos o son profundamente peligrosos."
(p. p. 252-253)
Ted Galen Carpenter, "El Caso en Favor de la Independencia Estratégica de los
Estados Unidos." Autor del libro "Peace and Freedom: Foreign Policy for a
Constitutional Republic":
"Se necesita una nueva política estadounidense de "independencia estratégica"
[que] poseería tres principios básicos. El primero sería una definición de
intereses de seguridad "vitales" que sea más reducida que la definición vaga y
casual utilizada durante la Guerra Fría... El segundo principio sería un énfasis
en la autonomía y flexibilidad de los Estados Unidos en cuanto a la toma de
decisiones... El último principio sería una resistencia a proseguir metas basadas
en la existencia de un "entorno" internacional ambicioso... Sin duda que los
estadounidenses estarían más contentos con un mundo compuesto de naciones
democráticas y pacíficas, pero tal meta no se puede lograr –al menos a un nivel
de costo y riesgo aceptables para los Estrados Unidos" (p. 260)
Ivan Eland, "¿La Intervención en Ultramar de los Estados Unidos Alimenta al
Terrorismo?" Director de Estudios sobre Políticas de Defensa en el Instituto
Cato:
"Todos los ejemplos de ataques terroristas a los Estados Unidos pueden ser
explicados como una represalia por la intervención estadounidense en el
exterior... implica que los Estados Unidos podría reducir sustancialmente la
probabilidad de ataques terroristas catastróficos si redujera su perfil militar
fuera del país... necesita adoptar una nueva política que utilice la fuerza
militar sólo en última instancia, como defensa de sus intereses nacionales
verdaderamente esenciales." (p. 272)
Gary Dempsey, "¿Una Empresa Descabellada?" Autor del libro "Fool's Errands:
America's Recent Encounters with Nation Building":
"...varias lecciones importantes pueden aprenderse de las acciones de Washington
para reconstruir naciones... Una... que es una empresa descabellada cuando el
pueblo norteamericano no está preparado para sacrificar su sangre y recursos en
un lugar al cual consideran que no es importante estratégicamente... Una segunda
lección es que la reconstrucción de naciones resulta ser una empresa descabellada
si el país en cuestión no está "maduro" para tales efectos... Una tercera... es
cuando perpetúa un "dilema de seguridad" entre dos lados previamente opuestos en
una disputa sangrienta... Una cuarta lección es que la reedificación de una
nación es una empresa descabellada cuando una de las facciones del país que se
intenta reconstruir no ha cedido en sus objetivos de la época de la guerra." ( p.
p. 285-286)
SÉPTIMA PARTE: COMERCIO Y FINANZAS INTERNACIONALES
Alan Greenspan, "La Globalización de las Finanzas." Presidente de la Reserva
Federal de los Estados Unidos:
"...debemos reconocer que, si fuere cierto que la tecnología es la que ha
transmitido el estrés actual a los mercados, la tecnología podría ser usada para
contenerlo. Una ampliación y mejora de los sistemas internos que las
instituciones financieras tienen para la administración de riesgos, posiblemente
constituye la medida más efectiva contra la inestabilidad potencial incrementada
del sistema financiero global. Otra es mejorar la eficiencia de los sistemas de
pagos en el mundo." (p. 296)
Milton Friedman, "Usando al Mercado para el Desarrollo Social." Autor del libro
"Capitalism and Freedom":
"En resumen, hay mejores y peores formas de privatizar una economía
centralizada, pero no existe una fórmula mágica que permita cambiar sin dolor una
economía de mando hacia una economía de intercambio voluntario. Sin embargo, las
retribuciones de hacerlo son tan grandes que, si el cambio se puede hacer, los
costos de las transiciones serán vistos como algo menor. Debe darse un tributo a
los actuales líderes de China [continental] por reconocer que las ganancias
potenciales reducen los costos de la transición al mínimo, así como por estar
involucrados en un esfuerzo serio de llevar a cabo tal transición." (p. 307)
Brink Lindsay, "El Libre Comercio de Abajo Hacia Arriba." Autor del libro
"Against the Dead Hand":
"No se necesita de negociaciones para que se dé una liberalización comercial;
después de todo, la apertura a los mercados más dramática, sucedida durante las
dos décadas que acaban de pasar, se ha dado mediante reformas unilaterales a
nivel nacional. Es más, las negociaciones, si se conducen incorrectamente,
pueden de hecho minar la causa del libre comercio. Sin embargo, cuando los
acuerdos comerciales internacionales se estructuran adecuadamente, pueden brindar
un suplemento útil para la liberalización puramente unilateral." (p. p. 318-319)
Ian Vásquez, "La Crisis Asiática: Por qué el FMI no debe Intervenir." Director
del Proyecto sobre la Libertad Económica Mundial del Instituto Cato:
"Utilizar al Fondo Monetario Internacional para sacar de apuros económicos a un
país que experimenta una crisis monetaria o de deuda, es una mala idea por tres
razones. La primera razón es que da origen a un riesgo moral... Las sacadas de
apuros que hace el FMI imponen otra carga sobre los ciudadanos comunes y
corrientes y es que no funcionan bien... Y la tercera razón... es que debilitan
soluciones de mercado que son superiores y menos costosas." (p. p. 321-324)
OCTAVA PARTE: LEY Y LIBERTAD
Antonin Scalia, "Los Asuntos Económicos vistos como Asuntos Humanos." Juez de la
Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos:
"...permítanme sugerir que la petición para crear (o si Usted lo prefiere, para
"reestablecer") garantías económicas en la constitución, confunden la naturaleza
y el efecto del proceso de ponerlas en la constitución... Una garantía puede
aparecer en las palabras de la Constitución, pero cuando la sociedad deja de
creer perdurablemente en ella, no tiene ningún efecto viviente... No sugiero que
introducirlas en la constitución no tenga efectos en cuanto a ayudar a la
sociedad para preservar el acatamiento de sus principios fundamentales. Este es
el efecto verdadero de una constitución. Pero el acatamiento viene primero y,
después, la preservación... Si Usted está interesado en las libertades
económicas, entonces, el primer paso es recordar a la sociedad esa creencia en su
importancia, que (no lo dudo) fue compartida por los fundadores de la república."
(p. 335)
Richard A. Epstein, "La Revisión de un Caso por una Corte Superior: Reconocer de
que Hay Dos Tipos de Error." Profesor de Derecho en la Universidad de Chicago:
"La teoría del constitucionalismo, tal como la entiendo, trata de encontrar
formas para minimizar los abusos que emanan de la avaricia legislativa, por una
parte, y de la incompetencia judicial, por la otra. No existe, por lo que se
sabe, una tercera alternativa a este triste estado de cosas. Lo que me temo está
errado con la argumentación de Scalia [ver ensayo inmediato anterior] es esto: Al
enfocarse exclusivamente en los defectos que encuentra en la parte judicial del
proceso, tiende a ignorar los poderosos defectos que abundan en la parte
legislativa del proceso. Nuestra Constitución refleja una desconfianza
generalizada hacia el proceso político de gobernar –un alto grado de aversión al
riesgo. Es por ello que sabiamente extiende los poderes del gobierno entre
diferentes instituciones mediante un sistema de frenos y contrapesos. No brindar
un freno (o que, al menos, no sea efectivo) sobre el poder legislativo de regular
las libertades económicas, es concentrar el poder en formas que son
inconsistentes con la aversión al riesgo. Permitir que las cortes desechen
legislación, mas nunca pasarla, ayuda a controlar el abuso político sin que se
debiliten las características propias de las ramas separadas del gobierno." (p.
339)
Paul Craig Roberts, "La Protección Constitucional de la Libertad Económica."
Miembro del Institute for Political Economy en Washington D. C.:
"Hoy en día, habiendo sido testigo del crecimiento de los gobiernos
constitucionales, tanto en poder como en tamaño, mucho más allá de lo que lo
hicieron las monarquías absolutas del pasado, hemos aprendido que los impuestos
deben ser tratados explícitamente como un asunto constitucional. El impuesto a
la renta debería estar explícitamente prohibido con base en que constituye una
violación directa de la libertad económica. Al mismo tiempo, debemos darnos
cuenta de las demandas de más ingresos que hace el moderno estado rapaz. La
Constitución debería especificar tanto la forma como la cantidad de imposición
permitidos. Yo recomendaría un impuesto al gasto o al valor agregado que sea
uniforme y especificaría que, en ningún momento, los ingresos del estado podrían
exceder a un 20 por ciento del ingreso nacional." (p. 351)
Robert Higgs y Charlotte Twight, "La Emergencia Nacional y la Erosión de los
Derechos a la Propiedad Privada." Higgs edita la revista "Independent Review" y
Twight es profesora de Economía en la Universidad Estatal Boise, en Idaho,
Estados Unidos:
"La historia de los Estados Unidos en el Siglo XX provee fuerte evidencia de que
las derogatorias del derecho de propiedad privado en una democracia liberal
ocurren principalmente durante las emergencias nacionales y que, una vez
conculcados, los derechos privados no vuelven a ganar su ámbito previo." (p. 368)
Roger Pilon, "Las Olvidadas Novena y Décima Enmiendas Constitucionales."
Director del Centro sobre Estudios Constitucionales del Instituto Cato:
"La primacía del individuo. La idea de la igualdad moral, definida como la
igualdad de derechos. El fundamento último de los derechos descansa en la
propiedad y en la promesa –no en la necesidad, o en el deseo, o en la aspiración,
o en cualquier otra noción valorativa. La presunción en favor del reino
voluntario, privado. La sospecha acerca del poder público. Estos son los
elementos de la ley superior, de la sociedad libre, de la visión que la Novena y
la Décima Enmiendas Constitucionales [de los Estados Unidos] se propusieron
asegurar. Es una visión que el moderno poder judicial haría bien en volver a
mirar." (p. 378)
Sheldon Richman, "La Privacidad como un Derecho a la Propiedad." Editor de la
revista "Ideas on Liberty":
"Ambos, los intervencionistas y los conservadores, no interpretan bien el tema
de la privacidad... Ambos enfoques permiten a sus adherentes menospreciar la
mayoría de las libertades y exaltar las pocas libertades que sus filosofías
políticas y morales respectivas permiten. Afortunadamente hay una alternativa
coherente y objetiva al derecho de privacidad arbitrario que poseen los
intervencionistas y a la noción apretujada y circunscrita a cláusulas de la
libertad constitucional mantenida por los conservadores. Es un modelo de
privacidad anclado en los derechos naturales de propiedad (empezando con la
propiedad que de sí mismos tienen los seres humanos)." (p. 385)
Nadine Strossen, "El Espeluznante Legado Constitucional de Clinton." Profesora
de la Escuela de Derecho de Nueva York y Presidenta de la American Civil
Liberties Union:
"La regla de la ley no es simplemente algo sobre el orden y la regularidad, sino
también sobre la justicia. Y central a este lado sustantivo de la regla de la
ley está el respeto por los derechos de expresión y la privacidad. En el grado en
que el gobierno abuse de tales derechos básicos, no puede reclamar que está
operando bajo la regla de la ley. Lamentablemente, en este sentido el récord de
la administración Clinton deja mucho que desear." (p. 388)
David Boaz y Timothy Lynch, "La Guerra Contra las Drogas." Boaz edita la revista
"Libertarian Reader" y Lynch es Director del Proyecto sobre Justicia
Criminal del Instituto Cato:
"El Congreso [de los Estados Unidos] haría bien en repeler la Ley sobre
Sustancias Controladas de 1970, cerrar la Administración para la Aplicación de
Leyes contra las Drogas, y dejar que sean los estados los que fijen sus propias
políticas en lo que tiene que ver con drogas que actualmente son ilegales. Harían
bien en tratar a la marihuana, a la cocaína y a la heroína en la misma forma en
que la mayoría de los estados actualmente tratan al alcohol: Debería ser legal
que negocios bajo permiso especial vendan tales drogas a los adultos. La venta de
drogas a los niños, tal como lo es la de alcohol a los niños, deberá permanecer
siendo ilegal. También deberá ser ilegal manejar bajo la influencia de drogas.
De aplicar tal política, el Congreso [de los Estado Unidos] habría reconocido que
nuestra política actual en contra de las drogas ha fracasado." (p. 406)
NOVENA PARTE: DEMOCRACIA Y CULTURA
Tom G. Palmer, "Los Mitos Acerca del Individualismo." Fue editor de la revista
"Humane Studies Review":
"El liberalismo [libertarianismo lo llama el autor] en su base no es una teoría
metafísica acerca de la primacía de lo individual sobre lo abstracto, mucho menos
una teoría absurda acerca de “individuos abstractos”. Ni es un rechazo de la
tradición ausente de valores éticos, tal como Kirk y otros conservadores lo han
expresado. Más bien, es una teoría política que emergió como respuesta al
crecimiento ilimitado del poder del estado. El liberalismo obtiene su fuerza de
una fusión poderosa entre una teoría normativa acerca de las fuentes morales y
políticas y los límites de las obligaciones y una teoría positiva que explica las
fuentes del orden: cada persona tiene el derecho a ser libre, y las personas
libres pueden producir el orden espontáneamente, sin un poder ordenador que esté
por encima de ellos." (p. 413)
David Boaz, "Derechos y Responsabilidades." Co-editor del "Cato Handbook for
Congress":
"Sin embargo, cuando los liberales [libertarios los llama el autor] omiten los
valores morales en sus análisis sociales, están ignorando las lecciones brindadas
por sus mentores intelectuales. Adam Smith escribió "La Teoría de los
Sentimientos Morales." F. A. Hayek enfatizó la importancia de la moral y la
tradición. Ayn Rand expuso un código estricto de ética personal. Los trabajos
de Thomas Szasz desafían a los reduccionistas y behavioristas mediante un
compromiso con las viejas ideas del bien y del mal, de lo correcto y de lo
incorrecto, y de la responsabilidad por las decisiones que uno toma. Charles
Murray enfatiza el valor y, en efecto, la necesidad que se tiene de la comunidad
y de la responsabilidad. Los liberales deberían hacer más por aclarar el papel
que la responsabilidad moral tiene en su filosofía. Sin embargo, correctamente
continuarán enfatizando que el gobierno puede minar los valores necesarios para
que haya una sociedad libre -honestidad, confianza en sí mismo, razón, ahorro,
educación, tolerancia, disciplina, propiedad, contrato y familia- pero que no los
puede inculcar." (p. 421)
P. J. O’Rourke, "El Derecho de Hacer lo que a Uno le Plazca y de Asumir sus
Consecuencias." Autor del libro "Parliament of Whores":
"Hay tan sólo un derecho humano básico y es el derecho a hacer lo que a uno le
plazca. Y con él viene el único deber humano básico, cual es el deber de asumir
las consecuencias de ello." (p. 423)
David Boaz, "¿Son los Libertarios Anti-Gobierno?" Editor del libro "Liberating
Schools: Education in the Inner City":
"De manera que si [los liberales o libertarios, como los llama el autor] no
somos anti-gobierno y tampoco, ciertamente, estamos en favor de gobiernos
pequeños o débiles, ¿cómo describiríamos a la posición liberal? Para responder a
esa pregunta debemos regresar a la Declaración de la Independencia y a la
Constitución [de los Estados Unidos]. Los liberales generalmente apoyan a un
gobierno que sea formado con el consentimiento de los gobernados y diseñado para
lograr ciertos propósitos limitados. Tanto la forma de gobierno como los límites
a sus poderes deberán estar especificados en una constitución, y el desafío para
cualquier sociedad consiste en mantener al gobierno bajo restricción y limitado,
de manera que los individuos puedan progresar y resolver problemas en una
sociedad libre y civil. Así, los liberales no son "anti-gobierno." Los
liberales están en favor de un gobierno constitucional, limitado -limitado no
sólo en cuanto al tamaño, sino, y esto es de una mayor importancia, en cuanto a
la extensión de sus poderes." (p. 427)
Dick Armey, "Creando un Mundo de Personas Libres." Miembro del Congreso de los
Estados Unidos:
"¿Qué es lo de Hayek que enojó tanto a un ala incómoda de la izquierda? Fue la
aseveración de que, en el largo plazo, el paternalismo estatista era tan dañino
para la humanidad, como lo eran el fascismo o el comunismo. El estatismo, dijo
él, difiere de estos dos males tan sólo en cuanto al grado, mas no en especie.
Hayek era un hombre humilde, genuinamente humilde ante la realidad. Y esa
humildad le dio a sus palabras la fortaleza de la honestidad y la audacia de la
verdad. Y por eso los intervencionistas no lo podían perdonar." (p. p. 428-429)
Tyler Cowen. "¿Está Nuestra Cultura en Declive?" Profesor de Economía de la
Universidad George Mason en Washington, D. C.:
"La corriente actual de pesimismo cultural, expresada en diversas formas tanto
por la izquierda como por la derecha, sugiere que nuestra cultura está en un
proceso de corrupción y de declinación. La izquierda concluye en que se necesita
el patrocinio gubernamental de las artes, mientras que la derecha a menudo
favorece el patrocinio gubernamental de la cultura tradicional. Pero un estudio
de la evidencia brinda razones fuertes para el optimismo cultural y la confianza
en que una sociedad moderna estimulará la creatividad y diversidad artísticas."
(p. 433)
Walter E. Williams, "Los Programas Gubernamentales de Acción Afirmativa no
Pueden Ser Remendados." Profesor de Economía en la Universidad George Mason en
Washington, D. C.:
"En términos más generales, la asignación gubernamental de los recursos resulta
ser un juego de suma cero, primariamente porque el gobierno no tiene recursos que
le son propios. Cuando el gobierno le da a algunos ciudadanos cupones
alimenticios, subsidios por las cosechas, o pagos por ayudas ante desastres, los
que reciben tales generosidades son quienes ganan. Los perdedores son
identificados cuando se pregunta: ¿de dónde adquiere el gobierno esos recursos
para dar tan generosamente? Para que el gobierno le pueda dar a algunos
ciudadanos, debe tomarlo de otros ciudadanos por la vía de la intimidación, de la
amenaza, de la coerción. Aquellos quienes pierden sus derechos sobre sus
ingresos, para financiar la generosidad de los gobiernos, son los perdedores."
(p. 444)
Edward H. Crane, "El Futuro de la Libertad." Fundador del Instituto Cato:
"Se estima que en 1772, cuando había 775.000.000 personas habitando el mundo,
sólo 33.000.000 de ellos vivían bajo gobiernos relativamente libres. Casi un 95
por ciento de la humanidad vivía vidas, descritas por el historiador Arthur
Young, de "esclavos miserables de tiranos despóticos." Tan tarde como 1848, de
acuerdo con Stanley Engerman, los siervos en Austria constituían cerca del 72 por
ciento de su población y, en Hungría, cerca del 50 por ciento. Desde esa
perspectiva, hemos avanzado mucho.
Otra medición: el ingreso per cápita del mundo (en dólares constantes) era de
$100 en 1800; hacia 1900 era de $500, el año entrante [2001] será cercano a $5000
y a finales de siglo [XXI] algunas estimaciones señalan que podría llegar a ser
superior a $40.000; o sea, más alto que el ingreso promedio de hoy en Occidente.
Por supuesto que podría resultar ser aún mucho mayor...
El mundo está avanzando hacia el pluralismo, el capitalismo y la sociedad civil.
Eso tomará tiempo, pero sucederá. Sucederá porque al crecer la comunidad
mundial, al irnos conociendo más el uno al otro y trabajar el uno con el otro
alrededor del mundo, con independencia del proceso político, la sociedad civil
florecerá. Crecientemente los grupos de ciudadanos y los institutos que analizan
las políticas, mostrarán el camino. Me recuerda aquella famosa frase del
político francés Alexandre Ledru-Rollin, quien dijo durante la revolución de
París en 1848, que "Allí va el pueblo. Debo seguirlo, porque soy su líder." Los
políticos y la sociedad política no son la respuesta. El gran experimento de los
Estados Unidos como una sociedad civil, proclamado con base en el respeto a la
dignidad de los seres humanos individuales, libres de las manos codiciosas de los
políticos, es la respuesta." (p. p. 452 y 460)
Jorge Corrales Quesada
2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002
2002-11-27 LIBRO DEL MES DE DICIEMBRE DEL 2002
Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense; Correcting the
News Media Top Economic Myths" (Alexandria, Virginia: Media Research Center,
2001).
En los Estados Unidos existe el Centro para Investigación de los Medios (Media
Research Center), el cual tiene como uno de sus objetivos tratar de "corregir
concepciones erradas en los medios de comunicación acerca de la libre empresa" y
proveer "la verdad acerca del sesgo que existe en los medios de comunicación del
sistema ["establishment"] contra la libertad de empresa."
Resulta interesante destacar algunos de los encabezados que han aparecido en
importantes medios de comunicación en los Estados Unidos y que, en opinión del
autor del capítulo introductorio, Stephen Moore, constituyen ejemplos de carencia
de sentido (el que hayan aparecido en los Estados Unidos, no significa que no
exista un paralelo en nuestro país: en ambos se cuecen habas):
· La economía crea un número récord de nuevos empleos; el reporte causa serias
preocupaciones en Wall Street.
· Aumentan los salarios; los economistas advierten acerca de un resurgimiento de
la inflación.
· Se dispara el gasto de los consumidores: el Banco Central de los Estados
Unidos (Fed) se preocupa por un recalentamiento de la economía.
· Alza en el dólar tiene nerviosos a los economistas sobre un déficit en el
comercio internacional.
· La caída en el dólar es un signo bienvenido de que una economía tórrida se
está enfriando.
· Descenso en el crecimiento del sector manufacturero puede permitir al Banco
Central (Fed) mantener bajas las tasas de interés.
· La venta de nuevas viviendas cae a su nivel más bajo en cinco años; analistas
se sienten aliviados al ver ahora un aterrizaje suave de la economía.
· Recortes tributarios podrían hacer más daño que bien a la economía de los
Estados Unidos.
Como observarán, algunos de estos titulares nos "parece" que tienen sentido, de
manera que resulta interesante ver lo que este pequeño librito nos comenta al
respecto. Pero, antes de mencionar los breves ensayos de destacados economistas
que la obra contiene, vale la pena plantearse una pregunta que se hace Moore:
¿Qué es lo que explica la mitología económica que en estos días pasa por ser
noticia? Un factor que él señala es una especie de mentalidad de horda que se
observa entre periodistas (dicho sea con todo respeto), puesto que ideas
claramente erradas son sumamente extendidas, pero la culpa suele recaer en los
propia profesión de los economistas, en mucho porque no han sabido enseñar las
lecciones universales básicas de esa disciplina.
Es por ello que esta publicación se propone "proveer algunas directrices
prácticas que ayuden a reporteros y editores de medios escritos, radiofónicos y
de televisión, para que mejoren su cobertura de la economía moderna de los
Estados Unidos" (y de Costa Rica también).
Moore señala la existencia de cuatro categorías de error periodístico en las
cuales caen esos mitos. A una de ellas la denomina "un sesgo poderoso hacia el
pesimismo," en que el problema radica, no en que las noticias no sean cubiertas,
sino que son distorsionadas, de manera tal que destacan el lado malo de noticias
buenas. En respaldo de esta categoría, cita la apreciación (estén o no Ustedes
de acuerdo con ella) del destacado periodista Michael Prowse, del diario
londinense Financial Times, quien dijo una vez que "Los Estados Unidos tenían una
reputación peor que la que se merecen. La televisión comercial y el cine
presentan una imagen grotescamente distorsionada de la vida moderna en los
Estados Unidos. La tendencia de los extranjeros de golpear a este país se ve
estimulada por la misma apertura de la sociedad, la cual asegura que cualquier
vicio posible -que va desde la corrupción política hasta las bajas calificaciones
logradas en los exámenes escolares- es mostrado en un desfile por todo el mundo.
Otros países tratan de esconder sus pecados en el interés del progreso. Los
gringos toman un gran deleite en exponer los suyos."
La siguiente categoría es bautizada por Moore como "una confianza excesiva en
fuentes no confiables". Dice que el problema no es solamente que se acude a
personas que tienen pocos resultados en su haber ("track records") sino que
también se accede a expertos falsos en lo que concierne a la cobertura de temas
tales como el medio ambiente, la población, la escasez de recursos y la
producción mundial de alimentos. Moore cita, como ejemplo, la referencia que se
suele hacer de un artículo escrito en 1981 por Lester Brown, del Worldwatch
Institute, en el cual afirma que "se acabó el período en que había seguridad en
la oferta mundial de alimentos. Al continuar presionando la demanda contra la
oferta, inevitablemente los precios reales de los alimentos aumentarán," cuando
lo cierto ha sido que más bien han bajado los precios reales de los alimentos.
Otro caso de malos expertos frecuentemente usados por los periodistas, al cual se
refiere Moore, es el de Paul Ehrlich, quien una vez dijo que "la batalla por la
humanidad se había terminado. Cientos de millones de personas se van a morir de
hambre." Esto me trae a colación la famosa predicción (entre otras similares)
hecha en los años sesentas por el Club de Roma, el cual dijo que en el año 2000
el precio del barril de petróleo excedería a los $100, afirmación que en su
momento aparecía hasta en la sopa de los medios y que hoy han dejado en el
olvido, no por lo grotesco de tal aseveración, sino porque ya no es una noticia
que impacte.
La tercera categoría la denomina Moore como "un sesgo en favor del
intervencionismo gubernamental." Dice que los periodistas generalmente acuden a
preguntar a los burócratas en Washington sobre cómo resolverían ellos los
problemas, ya sean reales o imaginarios, al tiempo que dejan de lado las
opiniones de personas que no creen en el intervencionismo gubernamental, quienes
usualmente son vistos como retrógrados o caarentes de compasión. En el campo
internacional, cuando los medios cubren a otras naciones, suelen hacer énfasis en
su fe en los resultados positivos de la actividad del estado y de la poca
confianza que tienen en los mercados libres. El autor pone como ejemplo de ello
un comentario en la CNN de su reportera estrella Christiane Amanpour, diez años
después de la caída del socialismo soviético, quien en 1999 dijo: "muchos están
diciendo que el capitalismo desenfrenado que siguió al comunismo ha desatado la
miseria sobre ciudadanos quienes previamente habían tenido satisfechas todas sus
necesidades sociales, especialmente en la antigua Unión Soviética." Moore señala
que "el fracaso de los medios para explicar rutinariamente las deficiencias y las
consecuencias no previstas de la intervención del estado posiblemente se
catalogue como uno de los mayores pecados por omisión de nuestros tiempos."
La última categoría de Moore, en la cual encajan los mitos económicos usualmente
perpetuados por los medios, es "un fracaso en captar las nuevas reglas de la
economía en la era de la información." Aquí yo difiero del autor en cuanto a
enfatizar que los periodistas (así como muchos economistas) no se han dado cuenta
que las viejas reglas de la economía han cambiado. Por el contrario, considero
que las reglas siguen siendo básicamente las mismas, si bien algunas
instituciones han evolucionado.
Finalmente, el autor deja a los reporteros siete sencillas reglas que les
permitirían entender lo que Moore denomina como una nueva economía (en mi
opinión, no se trata de nada nuevo, puesto que muchos economistas y pensadores ya
las habían señalado mucho tiempo atrás):
· "la inflación es siempre y en todo lado un fenómeno monetario," es una
sencilla regla de política monetaria acuñada por Milton Friedman hace unos
cuarenta años y que hoy en día tiene más validez que nunca.
· Los salarios aumentan al aumentar la productividad.
· Cuando usted le pone impuestos a algo, obtiene menos de ello; cuando usted
grava menos a algo, obtiene más de eso.
· Una moneda fuerte es signo de una economía fuerte.
· Eso de déficit comercial no tiene sentido.
· El crecimiento económico es algo bueno (No existe tal cosa como una curva de
Phillips por la cual se puede optar entre inflación y crecimiento).
· Los mercados funcionan: el modelo de planificación central es un fracaso.
A continuación se indican los breves y diferentes ensayos, que el libro denomina
como "Mitos de los Medios", así como quienes son sus autores:
· Capítulo 1: "El gasto y los déficit gubernamentales estimulan a la economía",
por Milton Friedman (Premio Nóbel en Economía).
· Capítulo 2: "El crecimiento económico causa inflación", por Lawrence Kudlow
(Comentarista de asuntos económicos para la CNBC).
· Capítulo 3: "La reducción de impuestos siempre ocasiona un descenso en las
recaudaciones tributarias", por Arthur Laffer y Stephen Moore (Laffer fue asesor
del Presidente Reagan y Moore es miembro del Instituto Cato).
· Capítulo 4: "Los déficit en el comercio internacional son malas noticias para
la economía de los Estados Unidos", por Brian Wesbury (Autor del libro "The New
Era of Wealth", editado por McGraw-Hill)..
· Capítulo 5: "Hay mucha gente y pocos recursos naturales", por Nicholas
Eberstadt (Miembro del Centro para Estudios sobre Población y Desarrollo de la
Universidad de Harvard).
· Capítulo 6: "Los Estados Unidos deberían ser más como Europa", por William A.
Niskanen (Presidente del Instituto Cato).
· Capítulo 7: "Una clase media en proceso de desaparición", por W. Michael Cox
(Vicepresidente del Banco de Reserva Federal de Dallas).
· Capítulo 8: "La desregulación daña a los consumidores", por Robert W. Crandall
(Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 9: "Los Estados Unidos están sufriendo de una crisis de insuficiencia
de ahorros", por William G. Gale (Miembro del Instituto Brookings).
· Capítulo 10: "¿Por qué los economistas estadounidenses no pueden predecir el
futuro?", por David Hale (Economista principal del Zurich Group).
Posiblemente con la lectura de estos breves ensayos Ustedes terminarán por estar
en descuerdo con algunos de los aspectos allí tratados (tal vez yo no tanto),
pero ciertamente les obligará a pensar, lo cual es siempre muy conveniente.
A quienes tengan interés en leer este libro de Moore y Noyes, con gusto se los
puedo prestar con carácter devolutivo. Para ello, ya saben cómo y adónde se me
localiza. Además, continúan a su posible disposición los siguientes libros del
mes que han sido objeto de comentario en palestra:
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre del 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre del 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World".
Jorge Corrales Quesada
2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003
Les recuerdo que siempre será bienvenida la publicación que alguno de ustedes
desee hacer en palestra comentando o resumiendo algún libro que hayan leído
recientemente (o hace muchos tiempo atrás) y que juzguen podría ser de nuestro
interés o beneficio.
2002-12-17 LIBRO DEL MES DE ENERO DEL 2003
Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader", The Ludwig von Mises
Lecture Series, Vol. 18 (Hillsdale, Michigan: Hillsdale College Press, 1991).
Esta obra presenta un resumen de algunas de la más importantes contribuciones a
la llamada Escuela de Economía Austriaca, aunque, como sucede casi siempre, uno
suele pensar en varias que quedaron afuera, más que en las que se incluyen. Sin
embargo, creo que, para el lector interesado en los temas Austriacos, este libro
presenta una cobertura adecuada de los principales que se suelen asociar con esta
escuela de pensamiento.
La forma en que organizo este comentario del libro del mes es la siguiente:
primero traduzco algunos párrafos importantes de la introducción que hace
Ebeling, en donde destaca las principales características del pensamiento de la
Escuela de Economía Austriaca. De seguido, presento la lista de los 34 artículos
que se incluyen en las 6 secciones principales que estructuran al libro y
finalmente presentaré los párrafos más importantes de tres de los artículos allí
incluidos y que llamaron mi interés para leerlos en esta ocasión.
Según la introducción del profesor Ebeling, las concepciones esenciales que
constituyen las tres piedras cúbicas sobre las que se edifica la Escuela de
Economía Austriaca, son: el individualismo metodológico, el subjetivismo
metodológico y las consecuencias no previstas de la acción humana y las "leyes"
de la Economía. Cuando aparece un paréntesis cuadrado, este es mío, así como la
traducción de los textos.
"EL INDIVIDUALISMO METODOLÓGICO.
Empezando con Carl Menger, los Austriacos han enfatizado que todo fenómeno
económico y social empieza con, y lo es en última instancia, el resultado de las
acciones e interacciones de los individuos, cuyos actos generan resultados que se
observan en un mercado. Cualquier teoría acerca del fenómeno del mercado que no
pueda exitosamente trazar sus conclusiones sin acudir a un retorno a una lógica
de la acción y elección humanas, resulta ser una teoría incompleta e
insatisfactoria. Como resultado, durante los últimos cincuenta años, los
Austriacos han sido particularmente críticos de la mayor parte de la
macroeconomía. Han señalado que analizar en términos de estadísticas agregadas
las fluctuaciones de toda una economía, tanto en el empleo como en la producción,
y las alzas y bajas en el nivel general de precios y de salarios, equivale a la
sonrisa sin el gato [se refiere al cuento de Alicia en el País de las Maravilla,
obra de Lewis Carroll, en el cual, en lo alto de un árbol, únicamente se divisaba
la sonrisa del gato risón, mas no su cara]. Los agregados estadísticos resultan
de conjuntar múltiples decisiones individuales que se dan en el mercado. A menos
que uno pueda exitosamente seguir la pista a estos residuos estadísticos de
acciones pasadas, hasta llegar a su origen en términos de una teoría coherente de
la elección individual, poco de valor se ha explicado: por "explicado" entendemos
a una teoría convincente de las cadenas causales que hayan creado esas
fluctuaciones de las magnitudes macroeconómicas. Durante la mayor parte de los
últimos cincuenta años [Ebeling publicó este ensayo en 1991], por lo general los
economistas han fracasado en tales intentos."
[Aprovecho para resaltar la presentación sistemática que el economista Austriaco
Steven Horwitz hace en su reciente libro "Microfoundations and Macroeconomics: An
Austrian Perspective" (New York: Routledge, 2000), en donde integra tres temas
ligados a economistas Austriacos -la teoría sobre los ciclos económicos de Mises
y Hayek, la idea de una banca libre o un sistema monetario totalmente de mercado
(como lo sugieren White y Selgin) y las teorías pre-Keynesianas de desequilibrio
monetario (revitalizadas por, entre otros, Leland Yeager, Axel Lejonhufvud y
Miguel Angel Rodríguez)- de manera que responde a una pregunta que él se formula,
"¿existe una macroeconomía Austriaca?," con un definitivo: "...sí existe una
macroeconomía Austriaca que está con vida y goza de buena salud" (Op. Cit., p.
2).
También sobresale el reciente libro de Roger W. Garrison, "Time and Money: The
Macroeconomics of Capital Structure" (New York: Routledge, 2001), quien basado en
teorías de Hayek sobre el capital, introduce al análisis macroeconómico
tradicional el concepto de la estructura inter-temporal del capital, con lo cual
sustituye a la macroeconomía tradicional fundamentada en el funcionamiento de los
mercados de trabajo, por una basada en cómo es que opera el mercado de capital,
lo que, en criterio del autor, permite un "verdadero acoplamiento real entre los
aspectos de corto y largo plazo del mercado" y "da un entendimiento superior de
la naturaleza de la variación cíclica en la economía y señala el camino para una
macroeconomía más completa basada en el capital." (Op. Cit., p. 5). Como
observarán los lectores, hay un buen prospecto para el desarrollo de una
macroeconomía basada en el enfoque Austriaco. De paso, ambos libros, el de
Garrison y el de Horwitz pueden ser obtenidos bajo préstamo por mi medio.]
[Continúo con la traducción de la introducción del profesor Ebeling]:
"EL SUBJETIVISMO METODOLOGICO
Los fenómenos del mercado tienen su origen en las acciones de los individuos.
Pero, al contrario de los supuestos que generalmente se usan en la teoría de la
competencia perfecta, los actores del mercado no realizan sus elecciones con base
en un conocimiento perfecto. Al contrario, si los actores tuvieran tal
conocimiento perfecto, tendría muy poco sentido la noción que nos da el sentido
común acerca de qué es lo que significa elegir. Significa seleccionar entre
alternativas, pero, si el conocimiento fuera perfecto, no habría una elección
verdadera. Dado que el agente tendría conocimiento perfecto de qué es lo que
requieren los eventos presentes y futuros, sólo podría hacer lo que ese futuro le
dicta y demanda que haga.
Tampoco el problema se resuelve si se asume un supuestos diferente sobre las
probabilidades estadísticas de los resultados del mercado. La mayoría, si no es
que todos, de los resultados del mercado poseen características y calidades que
los hacen históricamente "únicos" y, por lo tanto, son irreducibles a clases
homogéneas de hechos a las que se les pueden aplicar métodos estadísticos. Es
más, la mayoría, si no es que todas las decisiones en el mercado, requieren que,
para que quien toma las decisiones obtenga ganancias y evite pérdidas, efectúe
juicios acerca de la forma específica en que resultarán las cosas en el mercado
como consecuencia de sus acciones. Por lo tanto, conocer la probabilidad de un
resultado, a partir de una serie hipotética de eventos, resulta insuficiente para
un amplio rango de decisiones que se deben tomar en un mercado.
Como resultado, los Austriacos han tratado de desarrollar una teoría de la
acción humana y del proceso de mercado basada en el punto de vista del actor, en
vez de imponerle un conjunto de supuestos hipotéticos acerca del comportamiento y
la información. Tales supuestos bien pueden facilitar el análisis para establecer
determinados resultados del mercado, pero no tienen éxito en explicar cómo es que
de hecho operan los mercados, dado que los actores verdaderos en el mercado
operan con una perspectiva distinta y un conocimiento diferentes de los que el
economista, para propósitos de su teoría, les han dotado. Por lo tanto, los
Austriacos han señalado que el fenómeno del mercado debe ser analizado dentro de
un marco teórico construido a partir del conocimiento, intenciones y expectativas
de los propios actores. Esta noción de construir una teoría a partir del punto
de vista del actor es lo que los Austriacos dan a entender por subjetivismo
metodológico.
LAS CONSECUENCIAS NO PREVISTAS DE LA ACCION HUMANA Y LAS "LEYES" EN ECONOMIA
Si los actores en las arenas del mercado y de la sociedad llevan a cabo
decisiones por las cuales eligen y realizan acciones con un conocimiento
imperfecto, esto significa que muchos de los resultados y consecuencias de sus
elecciones y acciones tendrán elementos y aspectos no previstos. Los Austriacos
señalan que la imperfección y la extensión limitada del conocimiento humano
significan que es lógicamente imposible predecir a plenitud los eventos que se
dan en el mercado y en la sociedad. Así mismo, que tampoco podemos saber cómo
reaccionarán los actores ante aquellos eventos en el futuro que no fueron
anticipados y que sus propias acciones han ayudado a generar. Eso no podrá
saberse sino hasta que se materializan aquellas consecuencias no previstas y que
se convierten en parte del conocimiento de los actores, sobre cuya base se
tomarán acciones y decisiones ulteriores.
Esta idea ha conducido a los Austriacos a señalar que "las "leyes" de la
economía son fundamentalmente relaciones lógicas y no relaciones empíricas".
Todo lo que puede ser "predicho" son resultados y consecuencias lógicas y
formales que necesariamente se derivan de la limitante de la escasez, cuando se
estudia bajo una variedad de marcos alternativos e hipotéticos. Otra forma de
decir esto es que las leyes de la economía son relaciones del tipo, "si tal cosa,
entonces, tal otra sucede". Los juicios informados pueden ser efectuados por los
actores en el mercado en lo que tiene que ver con cambios futuros en la oferta y
la demanda, o en las "elasticidades" de la demanda y la oferta, o en las tasas de
cambio de varios factores o magnitudes a lo largo del tiempo. Pero todos los
intentos por descubrir empíricamente relaciones económicas predecibles, han
resultado más bien ser simples quimeras. Esta incapacidad para descubrir leyes
empíricas de la economía debería haber sido, por sí misma, algo predecible. Los
fenómenos del mercado surgen de las acciones y decisiones humanas; las acciones y
elecciones humanas surgen del conocimiento, expectativas, creencias y
preferencias que cada individuo mantiene; y los individuos no pueden saber en el
presente lo que en el futuro será su conocimiento, expectativas, creencias o
preferencias; por tanto, la forma específica que las cosas tendrán en el futuro,
en lo que concierne al mercado, serán siempre inherentemente impredecibles."
[Hasta aquí la traducción de partes de la introducción al libro de referencia,
escrita por el profesor Richard M. Ebeling, p. p. xiii-xvi.]
Lista de los 34 artículos y sus autores compendiados en el libro de este mes
(están en idioma inglés):
SECCION I: LA ESCUELA AUSTRICA –CONSIDERADA HISTORICAMENTE
1.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Los Economistas Austriacos,
por Richard M. Ebeling.
2.- La Importancia de la Escuela de Economía Austriaca en la Historia de las
Ideas, por Ludwig M. Lachmann.
SECCION II: FILOSOFIA Y METODO DE LA ESCUELA AUSTRIACA
3.- Economía Austriaca –Una Bibliografía Anotada: Metodología de la Escuela
Austriaca, por Richard M. Ebeling.
4.- Extractos de El Individualismo y la Filosofía de las Ciencias Sociales, por
Murray N. Rothbard.
5.- Ciencia Social y Ciencia Natural, por Ludwig von Mises.
6.- El Método Individualista y el "Compuesto" de las Ciencias Sociales, por
Friedrich A. Hayek.
7.- Extractos de La Sociedad Humana, por Ludwig von Mises.
8.- Los Resultados de la Acción Humana y no del Diseño Humano, por Friedrich A.
Hayek.
9.- La Medición como un Método Científico en Economía, por Leland B. Yeager.
10.- Praxeología y Econometría: Una Crítica a la Economía Positivista, por Mario
J. Rizzo.
11.- El Entendimiento Teórico de Aquellos Fenómenos Sociales que no son un
Producto del Acuerdo o de Legislación Positiva, sino Resultados No Previstos del
Desarrollo Histórico, por Carl Menger.
SECCION III: EL PUNTO DE VISTA AUSTRIACO DEL PROCESO DE MERCADO
12.- La Cataláctica Lógica versus la Cataláctica Matemática, por Ludwig von
Mises.
13.- La Administración de las Utilidades, por Ludwig von Mises.
14.- El Uso del Conocimiento en la Sociedad, por Friedrich A. Hayek.
15.- El Significado de Competencia, por Friedrich A. Hayek.
16.- Costo y Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional, por
E. C. Pasour, Jr.
17.- La Primacía del Descubrimiento Empresarial, por Israel M. Kirzner.
SECCION IV: LA TEORIA AUSTRIACA DEL INTERES Y DEL DINERO
18.- Extractos de El Capital y el Interés, Volumen II: Teoría Positiva del
Capital, por Eugen von Böhm-Bawerk.
19.- La Función de los Ahorros, por L. G. Bostedo.
20.- La Función del Ahorro, por Eugen von Böhm-Bawerk.
21.- La Preferencia en el Tiempo, por Murray N. Rothbard.
22.- Extractos de Los Intereses, por Vernon A. Mund.
23.- Complementaridad y Sustituibilidad en la Teoría del Capital, por Ludwig M.
Lachmann.
24.- Ludwig von Mises y la Teoría del Capital y del Interés, por Israel M.
Kirzner.
SECCION V: LA TEORIA AUSTRIACA DEL DINERO Y DEL CICLO DE LOS NEGOCIOS
25.- Acerca del Origen del Dinero, por Carl Menger.
26.- La No Neutralidad del Dinero, por Ludwig von Mises.
27.- ¿Puede Ayudar la Estabilización de los Precios?, por M. A. Abrams.
28.- Coordinación Inter-Temporal y la Mano Invisible: Una Perspectiva Austriaca
acerca de la Visión Keynesiana, por Roger W. Garrison.
SECCION VI: SISTEMAS ECONOMICOS COMPARADOS –LA PERSPECTIVA AUSTRIACA
29.- Capitalismo versus Socialismo, por Ludwig von Mises.
30.- Extractos de La Sociedad Libre y Próspera: Socialismo e Intervensionismo,
por Ludwig von Mises.
31.- ¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?, por Friedrich A. Hayek.
32.- Los Peligros de la Regulación: Un Enfoque del Mercado como Proceso, por
Israel M. Kirzner.
33.- Los Efectos Distributivos de la Política Económica, por Oskar Morgenstern.
34.- La Economía de Mercado y la Distribución de la Riqueza, por Ludwig M.
Lachmann.
He decidido resumir tres ensayos del libro. En primer lugar, "La Importancia de
la Escuela Austriaca de Economía en la Historia de las Ideas," por Ludwig M.
Lachmann, para lo cual traduzco los párrafos que, en mi criterio, son los más
importantes e interesante, el cual se publicó originalmente en la obra editada
por W. E. Grinder, "Capital, Expectations, and the Market Process: Essays on the
Theory of the Market Economy" (Kansas City: Sheed, Andrews and McMeel, Inc.,
1977). Lachmann fue profesor de economía en las Universidades de Nueva York y de
Witwatersrand en Johannesburgo, Sur Africa. [La traducción y los paréntesis
cuadrados son míos; asimismo, las páginas citadas se refieren, a menos que se
haga notar otra cosa, al libro del mes bajo comentario].
Dice Lachmann que "la importancia de la escuela Austriaca en el mundo de las
ideas tal vez puede encontrar su expresión más creativa en su apreciación de que
el ser humano aparece como el actor central en los acontecimientos económicos...
en donde las relaciones económicas fluyen de actos de la mente que deben ser
"entendidos"; esto es, que su origen, su importancia y sus efectos deben ser
explicados dentro del marco de nuestra "experiencia común" de la acción humana" y
que "también es importante, para entender la escuela Austriaca, destacar que en
ella, en contraste con la escuela Clásica [principalmente la de Ricardo y sus
discípulos], los seres humanos son percibidos como altamente desiguales... Este
hecho es exactamente lo que enfatiza la teoría subjetiva del valor." (p. 24).
Y agrega, "finalmente... el concepto Clásico de valor sufre un cambio
fundamental. El valor no es una "sustancia" inherente a los bienes. El concepto
central... es la evaluación, un acto de la mente. El valor ahora consiste en una
relación que se da con una mente que evalúa." (p. 24).
Asimismo, Lachmann expresa que "la teoría Austriaca necesita de la dimensión
tiempo, puesto que la acción humana es posible tan sólo en él.... Para los
Austriacos su verdadero objeto de interés son las transacciones tomadas en el
curso del tiempo, pues la acción humana está orientada a formular planes y todos
los planes requieren de la dimensión tiempo." (p. p. 27-28).
Y, de acuerdo con Lachmann, "lo que era más importante para los Austriacos [más
que las fuerzas que existían en un mercado en un momento dado] era tomar en
cuenta la necesidad continua, en un mundo de cambio constante, de adaptar los
planes económicos a tales cambios. Esto porque en dicho mundo no era posible
lograr una condición de equilibrio general. Vemos así como los planes económicos
tienen un lugar central en la teoría Austriaca, en tanto que queda relegado el
nexo general del fenómeno de mercado." (p. 28).
La teoría del cálculo económico y la centralidad de los planes dio lugar a una
lógica de la elección que pragmáticamente involucraba el uso de fines y medios
[logic of choice], cuya formulación clara Lachmann se la adscribe a Ludwig von
Mises. Pero Hayek fue mucho más allá de la lógica pura de la elección, pues,
como dice Lachmann, "lo que importa aquí es, antes que nada, el estado del
conocimiento como la fuente de la acción humana y del proceso de cambio a través
del tiempo..." [El método para entender en Economía] "se justifica por el hecho
de que toda acción humana... se orienta a formular planes... son construcciones
lógicas inmanentes al curso de la acción. Un plan le sirve al agente económico
como una guía; uno se orienta por él. Así, las ciencias sociales pueden usar los
planes como un medio para interpretar [el sentido de la acción]." (p. 32)
Para Lachmann, lo que motiva la acción de los individuos es "una lógica del
éxito [en donde] sus categorías son los medios y los fines... en la vida
económica la mayoría de la gente lo que busca es el éxito. Luchar por tener
éxito como lo que da sentido a la acción humana es lo que garantiza la validez de
la lógica de la elección." (p. 32).
Finalmente destaca Lachmann que "ha tomado al plan económico que formula el
individuo como el prototipo del esquema de pensamiento que yace en la base de la
acción, principalmente a cuenta de la importancia central que tiene en la teoría
económica Austriaca. Esto no tiene un paralelo en el estudio del mundo físico"
Pero además de los datos naturales y la acción esperada o real de otras personas,
"hay ciertos esquemas supra-individuales de pensamiento, concretamente,
instituciones, a los cuales deben adaptarse los esquemas de pensamiento de primer
orden, los planes, y que sirven, por tanto y en cierto grado, para la
coordinación de los planes individuales." (p. 36).
El segundo ensayo que me interesó leer fue el de E. C. Pasour, Jr., "Costo y
Elección –El Punto de Vista Austriaco versus el Convencional", atraído sin duda
por mi amplio desconocimiento del tema así como del autor. Este artículo se
publicó originalmente en el Journal of Libertarian Studies, Vol. 2, No. 4, 1978.
Pasour es Profesor Emérito de Economía Agrícola en la Universidad del Estado de
Carolina del Norte, en Raleigh, Carolina del Norte.
Pasour empieza señalando que los "políticos y la mayoría de los economistas
(excepto los pertenecientes a la escuela Austriaca) han asumido que los costos
relevantes para las decisiones sobre producción pueden, en efecto, ser
definidos... [pero] los costos que influyen en la toma de decisiones son
inherentemente subjetivos y no están sujetos a una medición objetiva..." (p.
281).
Indica que "los economistas Austriacos (y virtualmente todos los demás) definen
al costo en términos del costo de oportunidad... [que] en cualquier decisión
representa el valor de las oportunidades dejadas de tomar como resultado de la
decisión que se llevó a cabo... enfatiza la relación entre el acto de escoger que
lleva a cabo quien toma decisiones y las oportunidades que se dejaron de lado...
Este costo, en tanto que influye en la elección, se basa en las expectativas de
quien toma las decisiones y las cuales no pueden ser descubiertas por alguna otra
persona... nadie es capaz de valorar con exactitud cuál es el valor de la
alternativa que se sacrificó por quien tomó la decisión. Así, tal como se
enfatiza y reconoce por los Austriacos, el costo de oportunidad de cualquier
actividad es algo inherentemente subjetivo... Aún cuando tanto los economistas
Austriacos como los convencionales aceptan la definición de costo en términos del
costo de oportunidad, tal cosa es consistente únicamente con el enfoque
subjetivista básico de los Austriacos." (p. p. 282-283).
Dice Pasour que "los teóricos neoclásicos convencionales asumen que los costos
son algo objetivo; esto es, que el costo de producción puede ser determinado por
observadores externos. En la teoría neoclásica típicamente se toma al precio de
mercado de los recursos usados en la producción como una estimación del costo de
oportunidad... Sin embargo, el proceso de planeación ex ante inevitablemente
involucra un juicio subjetivo de parte del empresario. Sumar los gastos de
producción es un procedimiento objetivo, pero no brinda el costo de producción
relevante que influye en el comportamiento del empresario." (p. 283). Tal como
expuso James Buchanan en su artículo "¿Es la Economía una Ciencia de la
Elección?", en Ibídem, ¿What Should Economists Do? (Indianapolis: Liberty Press, 1979) [y
originalmente en el libro editado por Erich Streissler, Roads to Freedom –Essays
in Honour of Friedrich A. von Hayek, (New York: Augustus M. Kelley, 1969], "por
su naturaleza, elegir no puede ser algo que es predeterminado y, a la vez,
permanecer siendo una elección." (p. 40 del libro de Buchanan arriba mencionado)
El profesor Pasour expone que "en la teoría económica neoclásica, se asume que
se conocen los costos y los ingresos... El enfoque subjetivista Austriaco, por
otra parte, enfatiza el hecho de que tales datos no podrían, en efecto, ser
asumidos como dados por parte de quien toma decisiones. En realidad, una de las
funciones claves del empresario es estimar los costos e ingresos probables cuando
escoge entre planes de producción o estrategias alternativas... es cierto que
algunos economistas, a quienes usualmente no se les identifica con la escuela
Austriaca, en el tema de costos están más con la tradición subjetivista Austriaca
que con la tradición objetivista convencional Neo-Marshalliana. James Buchanan y
Ronald Coase son buenos ejemplos de ello." (p. 285).
Y nos refiere a Coase, al señalar Pasour que "el costo para quien toma
decisiones involucra una evaluación ex ante de resultados futuros inciertos.
Puesto que el futuro es siempre algo incierto, la evaluación de los resultados
futuros variará de persona a persona y será influida por numerosos factores,
entre los cuales se incluye a la actitud que se tenga ante el riesgo. El
resultado es que el costo, en cuanto influye en la toma de decisiones, pierde su
contenido objetivo." (p. 285).
Pasour luego expone una serie de implicaciones de la diferencia entre la
subjetividad y la objetividad de los costos. Así, por ejemplo, en el campo de la
metodología dice que "el uso de estimaciones objetivas de costos no constituye un
problema en cuanto sean consideradas como datos para ser usados por el empresario
y no en cuanto a costos que influyen en las escogencias. Sin embargo, en la
teoría neoclásica surge un serio problema cuando para propósitos normativos se
utilizan estimaciones "objetivas" de costos hechas por observadores externos y se
asume que representan los costos apropiados para la toma de decisiones del
momento; es decir, para la teoría de la elección." (p. p. 289-290).
También dicha diferencia resulta útil en el contexto de la regulación económica,
pues mucha de ésta requiere la determinación de costos competitivos. Señala
Pasour que "en vista de los problema de medición, no debería constituir una
sorpresa que estudios económicos encuentren que el efecto de las comisiones
regulatorias sobre las tasas de rendimiento sea irrelevante [por ejemplo, los
hallazgos de George Stigler y Claire Friedland, "What Can Regulators Regulate?
The Case of Electricity," Journal of Law and Economics, Vol. 5, octubre de 1962]
y que "la naturaleza subjetiva de los costos también traiga los mismos problemas
para la agencias reguladoras encargadas de fijar los precios en función del
"interés público"." (p. p. 291-292).
Finalmente, esa diferencia conceptual es útil al valorar la eficiencia
económica. Por "eficiencia económica, definida significativamente, se entiende
que quien toma las decisiones no tiene una alternativa que sea preferida en el
momento en que se toma la decisión, dadas las circunstancias. Cuando se reconoce
la naturaleza subjetiva del costo, resulta claro que, para el observador externo
resulta imposible identificar cualquier acción o decisión como ineficiente o
irracional en términos de los costos y los beneficios experimentados por quien
toma las decisiones al momento de hacerlo." (p. 293).
Finalmente, como tercer artículo decidí releer una parte del libro de Friedrich
A. Hayek, Camino de Servidumbre (San José, Costa Rica: Universidad Autónoma de
Centro América, 1986), que en el libro que se comenta aparece en forma de
artículo y lleva por título "¿Por Qué los Peores Se Colocan a la Cabeza?". Es el
capítulo 10 del libro de Hayek arriba citado (que de paso tiene un breve prólogo
escrito por nuestro desparecido amigo Alberto Di Mare). No crean que decidí
volver a leerlo para tratar de entenderme a mí mismo y resolver algún problema
existencial, sino que únicamente concitó mi curiosidad cuando en las primeras
líneas Hayek cita la famosa expresión de Lord Acton: "Todo poder corrompe, y el
poder absoluto corrompe absolutamente". Con su relectura intento obtener
explicaciones para tantas cosas que hoy observo a mi alrededor, pero que también
se vivieron en el pasado y que tal vez, ojalá que no resulte así, se vivirán en
el futuro. Como ustedes bien saben, Hayek recibió el Premio Nóbel en Economía en
1974. Las páginas de referencia que se citan corresponde a la edición en español
arriba citada.
Desde el inicio, Hayek nos advierte acerca de la creencia de que "los rasgos más
repulsivos de los regímenes totalitarios se deben al accidente histórico de
haberlos establecido grupos de guardias negras y criminales," ante lo cual,
naturalmente, se pregunta si "¿es que el mismo tipo de sistema [totalitario], si
fuera necesario para lograr fines importantes, no podrían instaurarlo gentes
decentes, para bien de la comunidad general?" (p. p. 171-172). A esto responde:
"Hay fuertes razones para creer que los que nos parecen los rasgos peores de
los sistemas totalitarios existentes no son subproductos accidentales, sino
fenómenos que el totalitarismo tiene que producir por fuerza más temprano o más
tarde. De la misma manera que el gobernante democrático que se dispone a
planificar la vida económica tendrá pronto que enfrentarse con la alternativa de
asumir poderes dictatoriales o abandonar sus planes, así el dictador totalitario
pronto tendrá que elegir entre prescindir de la moral ordinaria o fracasar. Esta
es la razón de que los faltos de escrúpulos y los aventureros tengan más
probabilidades de éxito en una sociedad que tiende hacia el totalitarismo." (p.
172)
Señala Hayek que "aunque estemos dispuestos a pensar que, cuando la aspiración a
un sistema colectivista surge de elevados motivos morales, este sistema tiene que
ser la cuna de las más altas virtudes; la verdad es que no hay razón para que un
sistema realce necesariamente aquellas cualidades que sirven al propósito para el
que fue creado." (p. 173). Poco antes de que se instaure un sistema totalitario,
Hayek dice que es “ la demanda de acción resuelta y diligente por parte del
estado... el elemento dominante en la situación, y el disgusto por la lenta y
embarazosa marcha del procedimiento democrático convierte la acción por la acción
en objetivo. Entonces, el hombre o el partido que parece lo bastante fuerte y
resuelto para “hacer marchar las cosas” es quien ejerce la mayor atracción.” (p.
p. 173-174).
Hayek nos advierte que “hay tres razones principales para que semejante grupo,
numeroso y fuerte, con opiniones bastante homogéneas, no lo formen,
probablemente, los mejores, sino los peores elementos de cualquier sociedad... En
primer lugar, es probablemente cierto que, en general, cuanto más se eleva la
educación y la inteligencia de los individuos, más se diferencian sus opiniones y
sus gustos y menos probable es que lleguen a un acuerdo sobre una particular
jerarquía de valores. Corolario de esto es que, si deseamos un alto grado de
uniformidad y semejanza de puntos de vista, tenemos que descender a las regiones
de principios morales e intelectuales más bajos, donde prevalecen los más
primitivos y “comunes” instintos y gustos." (p. 175).
Continúa, "entra aquí el segundo principio negativo de selección: será capaz de
obtener el apoyo de todos los dóciles y crédulos, que no tienen firmes
convicciones propias, sino que están dispuestos a aceptar un sistema de valores
confeccionado si se machaca en sus orejas con suficiente fuerza y frecuencia” y
que “con el esfuerzo deliberado del demagogo hábil, entra el tercero y quizá más
importante elemento negativo de selección para la forja de un cuerpo de
seguidores estrechamente coherente y homogéneo. Parece casi una ley de la
naturaleza humana que le es más fácil a la gente ponerse de acuerdo sobre un
programa negativo, sobre el odio a un enemigo, sobre la envidia a los que viven
mejor, que sobre una tarea positiva. La contraposición del "nosotros" y el
"ellos", la lucha contra los ajenos al grupo, parece ser un ingrediente
esencial de todo credo que enlace sólidamente a un grupo para la acción común."
(p. 176).
Continúa Hayek: "Una de las contradicciones inherentes a la filosofía
colectivista está en que, como descansa en la moral social humanitaria que el
individualismo ha desarrollado, sólo puede practicarse dentro de un grupo
relativamente pequeño... Si la "comunidad" o el estado son antes que el
individuo; si tienen fines propios, independientes y superiores a los
individuales, sólo aquellos individuos que laboran para dichos fines pueden ser
considerados como miembros de la comunidad... varios factores contribuyen a
reforzar la tendencia del colectivismo a hacerse particularista y cerrado. De
éstos, uno de los más importantes radica en que, como la aspiración del individuo
a identificarse con un grupo es muy frecuentemente el resultado de un sentimiento
de inferioridad, su aspiración sólo podrá satisfacerse si la condición de miembro
del grupo le confiere alguna superioridad sobre los extraños... Cuando actúan en
nombre de un grupo, las gentes parecen liberadas de muchas de las restricciones
morales que dominan su conducta como individuos dentro de un grupo." (p. p.
178-180).
De acuerdo con Hayek, "mientras a los grandes escritores políticos
individualistas del siglo XIX, a Lord Acton o a Jacob Burckhardt, y hasta a los
socialistas contemporáneos nuestros que, como Bertrand Russell, han heredado la
tradición liberal, el poder en sí les ha parecido siempre el archidiablo, para el
colectivista puro es por sí mismo una meta... Es, más aún, el resultado de la
necesidad en que se ven los colectivistas, para alcanzar su meta, de crear un
poder –el poder de unos hombres sobre otros hombres- de magnitud jamás antes
conocida, y la consecuencia de que su éxito depende de la medida en que logren
ese poder." (p. p. 181-182).
Para Hayek, "de los dos rasgos centrales de todo sistema colectivista, la
necesidad de un conjunto de fines comúnmente aceptados por el grupo y el supremo
deseo de dar al grupo el poder máximo para alcanzar estos fines, surge un sistema
de moral social definido... es el de privar a la conciencia individual de toda
libertad para aplicar sus propias normas y ni siquiera dar una normas generales
que se obliga o se permite al individuo observar en todas las circunstancias...
El principio de que el fin justifica los medios se considera en la ética
individualista como la negación de toda moral social. En la ética colectivista se
convierte necesariamente en la norma suprema; no hay, literalmente, nada que el
colectivista consecuente no tenga que estar dispuesto a hacer si sirve "al bien
del conjunto", porque el "bien del conjunto" es el único criterio para él, de lo
que debe hacerse." (p. p. 183-184).
De acuerdo con Hayek, "mientras la masa de los ciudadanos del estado totalitario
muestra a menudo devoción altruista hacia un ideal, aunque sea uno que nos
repugne, la cual les hace aprobar e incluso realizar tales actos, no puede
decirse lo mismo en defensa de quienes dirigen su política. Para ser un elemento
útil en la conducción de un estado totalitario no basta que un hombre esté
dispuesto a aceptar especiosas justificaciones para viles hazañas; tiene que
estar activamente dispuesto a romper con toda norma moral que alguna vez haya
conocido, si se considerase necesario para el logro del fin que se le ha
encomendado... No deben tener ideales propios a cuya realización aspiren, ni
ideas acerca del bien o del mal que puedan interferir con las intenciones del
líder... Los únicos gustos que se satisfacen son el del poder como tal, el placer
de ser obedecido y el de formar parte de una máquina eficaz e inmensamente
poderosa a la cual todo tiene que dejar paso." (p. p. 188-189).
Y termina Hayek, "por consiguiente, así como hay poco que pueda inducir a los
hombres que son justos, según nuestros criterios, a pretender posiciones
directivas en la máquina totalitaria, y mucho para apartarlos, habrá especiales
oportunidades para los brutales y los faltos de escrúpulos. Habrá tareas que
cumplir cuya maldad, vistas en sí, nadie pondrá en duda, pero que tienen que
llevarse a cabo en servicio de algún fin superior y han de ejecutarse con la
misma destreza y eficiencia que cualquier otra. Y como habrá necesidad de actos
intrínsecamente malos, que todos los influidos por la moral tradicional se
resistirán a tomar sobre sí, la disposición para realizar actos perversos se
convierte en un camino para el ascenso y el poder." (p. p. 189).
Una vez más les recuerdo que si desean leer este libro bajo comentario, así como
cualquiera de los cerca de diez libros del mes que previamente he comentado en
palestra, pues ya saben como pueden obtenerlo por mi medio. Y que pasen una
Feliz Navidad y un 2003 pleno de satisfacciones.
Jorge Corrales Quesada
2002-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003
2002-03-31 LIBRO DEL MES DE ABRIL DEL 2003
Corresponde a David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters" ["El Orden de la Ley: Qué Es Lo Que La Economía Tiene Que
Ver Con El Derecho y Por Qué Eso Importa"] (Princeton, New Jersey: Princeton
University Press, 2000).
Hace poco leí que la estupidez es hereditaria, de acuerdo con uno de los
descubridores del ADN, el Dr. Watson, quien es también un creyente en el uso de
técnicas genéticas para resolver problemas como este de la estupidez, entre
muchas otras cosas. A mi me ha llamado la atención de que haya hijos muy dotados
de padre (o padres) muy dotados (y no voy a referirme cuando en una ocasión se lo
comenté a uno de ellos quien es miembro de palestra: su respuesta fue que
probablemente era porque imitaban el esfuerzo de estudio que realiza el padre y
no por razones genéticas). David es hijo de Milton Friedman, uno de los
economistas más notables de los últimos tiempos y por varios años ha destacado
por sus propios méritos. Esto lo podrán ustedes atestiguar cuando lean este
libro tan interesante en un campo en el cual la Economía ha hecho grandes avances
en los últimos años. En todo caso, si usted es partidario del inductivismo,
podría encontrar un fundamento en el caso de David, de que la inteligencia (tal
como la estupidez, según Watson) es hereditaria, aunque tal vez, como me señaló
aquel amigo, lo sea por la imitación de hijo a padre.
En un artículo escrito por James Buchanan hace varios años [James Buchanan,
"Economics and Its Scientific Neighbors”, en Sherman Roy Krupp, editor, "The
Structure of Economic Science: Essays on Methodology" (Englewood Cliffs, New
Jersey: Prentice-Hall, 1966) y reproducido en James M. Buchanan, "What Should
Economists Do?" (Indianapolis, Ind.: Liberty Press, 1979)], señala que "El medio
por el cual los seres humanos imponen restricciones a su propia interacción, del
uno con el otro, lo brinda el derecho. Los principios simples de la Economía
imponen limitaciones sobre la operación de estas restricciones... Las leyes que
se hacen en ignorancia de los principios simples de la Economía, pueden causar un
daño grave; sin embargo, observamos poco progreso en el reconocimiento de las
limitaciones que la Economía impone sobre la Legislación. Esta es la frustración
permanente de los economistas, quienes quieren ver a su ciencia aplicada en la
práctica." (p. p. 130-131 de la última obra citada).
El libro de Friedman va mucho más allá de este análisis de la necesidad de que
se apliquen principios de economía básicos cuando se diseñan las leyes. El
enfoque de Friedman consiste en "tratar de entender los sistemas de reglas
legales mediante la pregunta acerca de las consecuencias que producirán en un
mundo en el cual los individuos racionales ajustan sus acciones a las reglas
jurídicas que enfrentan.(p. 4). Indica que el “enfoque económico opera en dos
direcciones. Empezando con un objetivo, brindan una forma de evaluar las reglas
legales, de decidir qué tan bien logran su objetivo. Empezando... con un sistema
de reglas jurídicas, brinda una forma de entenderlo –averiguando cuál es el
objetivo que se pretende lograr." (p. 4)
Dice Friedman que "una objeción al enfoque económico para entender la lógica de
la ley es que tal vez ella no tenga lógica. Otra y muy diferente objeción es que
la ley tiene una lógica, pero tiene que ver, o debería tener que ver, no con la
eficiencia económica, sino con la justicia." Ante esto brinda dos respuestas:
"la primera es que la justicia no da una descripción adecuada de la ley,
tanto porque es irrelevante para un número sorprendentemente elevado de temas
legales y porque no disponemos de una teoría adecuada sobre qué es lo que hace
que algunas reglas sean justas y otras injustas... Mi segunda respuesta es que en
muchos casos, aunque probablemente no en todos, resulta que las reglas que
pensamos que habíamos apoyado por ser justas, son de hecho eficientes." (p. 5)
Este libro de Friedman contiene cuatro partes muy definidas: una primera tiene
que ver con conceptos básicos tales como racionalidad, eficiencia económica,
externalidades, el valor de la vida, la economía de la asignación de riesgos y
muchas otras cosas, en tanto que la segunda sección trata de la aplicación de la
economía a áreas básicas del derecho, las que uno podrá encontrar en un curso de
primer año de esa carrera.
La tercera parte contiene una sección dedicada al análisis comparativo de
sistemas jurídicos, otro sobre por qué existen tanto el derecho penal como el
civil, los cuales en la realidad tienen que ver con lo mismo y sobre si se podría
tener un único sistema legal, para, finalmente, ver el pro y el contra de la
aseveración de que la ley , por lo menos lo que él llama "la ley hecha por un
juez", que me parece que es una forma de referirse al derecho consuetudinario, es
económicamente eficiente.
La última sección contiene un resumen de lo aprendido sobre sistemas de reglas
jurídicas.
Para darles una probadita del sabor del libro, les traduzco tres pequeñas partes
que espero puedan servir de estímulo a su lectura:
"Las reglas legales deberán ser juzgadas por la estructura de incentivos que
establecen y por las consecuencias de que la gente altere su comportamiento como
respuesta a estos incentivos.
Los temas del crimen y del contrato no son las únicas partes de la ley en las
cuales es útil el enfoque económico. Las multas a la velocidad tienen como
propósito, no ser una forma extraña de impuestos, sino una manera para hacer que
el interés de los choferes sea conducir más lentamente. La ley penal determina
qué sucede cuando la gente se involucra en accidentes de tránsito y, por lo
tanto, afectan el incentivo para hacer cosas que pueden conducir a enredarse en
un accidente de vehículos, tales como no revisar los frenos del carro, manejar
borracho o no manejar del todo. Las reglas de procedimientos civiles determinan
qué tipo de información los litigantes tienen derecho a demandar el uno del otro
y, con ello, afectar el incentivo para que las empresas tengan (o no tengan)
registros, que investiguen (o no investiguen) problemas relacionados con sus
productos que pueden convertirse en objeto de litigios, de demandar o de no
demandar. Las leyes sobre el divorcio determinan bajo qué circunstancias usted
puede salirse de un matrimonio, lo cual constituye una de las cosas relevantes
cuando uno se decide casar. El sujeto del análisis económico de la ley es la
ley. Toda ella." (Páginas 11-12).
En una segunda instancia, en una sección titulada "El Asesino de Vudú Racional:
¿Debemos penalizar los intentos imposibles?", Friedman nos expone lo siguiente:
"Al explicar por qué es que intentamos penalizar los intentos de asesinato,
discutí que era una forma de penalización ex ante. Cuando se dispara a la gente,
algunas veces se la mata, de manera que lo penalizamos aún cuando se falle al
disparar. Pero, ¿qué sucede en el caso en que estoy intentado un asesinato
mediante un método que nunca ha funcionado, tal como ponerle alfileres a una
muñeca de vudú? ¿Deberá ser una conducta criminal? ¿Debemos penalizar los
intentos imposibles?
El argumento en su contra es obvio: Ponerle alfileres a muñecas de vudú no causa
daño, entonces, ¿por qué penalizarlo? ¿Por qué pagar el costo de agarrar gente e
introducirla en una cárcel para disuadir un comportamiento que no tenemos razón
para disuadirlo?
Para considerar en qué está errado este argumento, imagínese que estoy
considerando cometer un asesinato por medio de una de dos formas –veneno o vudú.
El veneno que estoy pensando usar es invariablemente letal, en tanto que
colocarle alfileres a una muñeca de vudú no tendrá efecto alguno sobre la
esperanza de vida de la víctima potencial. Si soy conciente de estos hechos,
escogería o veneno o del todo no intentar el crimen. El problema surge porque no
me doy cuenta de esos hechos. Se que uno de los métodos funciona y que el otro
no, pero no se cuál es cuál. La regla legal que estamos considerando es
"Intentos por la vía de medios imposibles no son punibles". Puesto que no se
cuál método es imposible (si lo supiera, no me molestaría en usarlo), eso no se
traduce, para mi, en que "intentos por vudú no son punibles".
Dado que no estoy seguro cuál es el método que funciona, debo tomar en cuenta en
mis cálculos la probabilidad de que escoja al equivocado. Si los intentos
imposibles no son punibles, entonces escoger equivocadamente significa que no
tendré éxito en mi asesinato, pero tampoco seré penalizado, aún si se me
agarrara. Si los intentos imposibles son punibles, me arriesgo de usar un método
imposible y ser penalizado por así hacerlo. Este riesgo es uno de los costos que
debo tomar en cuenta al decidir asesinar o no a alguien.
De manera que una política de penalizar los intentos imposibles tiende a
disuadir los asesinatos reales, asesinatos con veneno, por gente que no sabe que,
si lo que piensan es un veneno, de hecho funciona. El costo de esa disuasión es
que, alguna gente que es capturada en esos intentos que de hecho son imposibles,
debe ser penalizada por hacer tal cosa.
Aún si la penalización de intentos imposibles brinda alguna disuasión ¿no
tendría más sentido lograr tal disuasión penalizando en vez de aquellos a los
intentos posibles (y los asesinatos exitosos), de manera que los esfuerzos se
concentran en quienes es más posible que hagan daño? La respuesta es que lo
sería si pudiéramos imponer sin costos las penas adecuadas. Regresamos de nuevo
al argumento de ex post/ex ante.
Penalizar el resultado brinda una mejor forma de poner la pena en donde cause el
mayor bien –después de todo, algunos de quienes intentan el asesinato por el
vudú saben perfectamente bien que el vudú no funciona y simplemente adoptan una
postura para que los vean sus amigos menos informados. Pero penalizar los
intentos, aún los imposibles, nos permite incrementar la probabilidad de
penalización y con ello lograr la misma disuasión, pero con penalizaciones menos
costosas.
Una forma diferente de formular el mismo argumento consiste en suponer que
existe una pena máxima que estamos dispuestos a imponer –vida en prisión, pero no
ejecución, o ejecución, pero no con tortura. Suplementar la penalización máxima
por asesinato con una pena menor por intentos no exitosos, nos permite
incrementar el costo ex ante del intento para el asesino potencial. Podemos
incrementarlo aún más, incluyendo la penalización por intentos imposibles.
Una cuestión que usted puede encontrar un poco extraña en esta discusión es el
supuesto de que el comportamiento de los asesinos de vudú se verá afectado por
los incentivos brindados por las reglas legales. ¿Qué tan posible es que alguien
quien es lo suficientemente irracional como para creer en el vudú, esté lo
suficientemente informado acerca de la ley, como para saber si los intentos
imposibles son penalizados o no, o como para ser lo suficientemente prudente como
para que le importe?
Una respuesta es que, si bien la racionalidad no es siempre una manera exacta
para predecir el comportamiento, es la mejor herramienta de la cual disponemos –y
la ignorancia que hay en parte de la vida no garantiza la irracionalidad o la
ignorancia en otras partes de ella. Todos nosotros, después de todo, obtenemos
de gente alrededor nuestro muchas de nuestras creencias acerca de lo que funciona
o no funciona, y una persona racional puede aceptar creencias irracionales si
todo mundo que uno conoce las acepta.
Otro respuesta consiste en señalar que los intentos imposibles no se limitan al
vudú. El vudú es posible que no mate a nadie, pero tampoco lo es disparar a un
árbol. Tratar de robar de un bolsillo vacío es un comportamiento perfectamente
racional, pero difícilmente es algo que concluirá en un éxito. Hay un cierto
sentido en que todos los intentos fracasados son imposibles, pero juzgados por lo
que sabemos, una vez que han fallado.
Vista desde esta perspectiva, la cuestión de penalizar los intentos imposibles
es simplemente la cuestión de si los intentos se deben penalizar. En cualquier
forma que se presente, el argumento esencial es el mismo: Puesto que alguien no
sabe que su intento es imposible antes de realizarlo, el conocimiento de que
siempre será penalizado aún si resulta ser un imposible, ya sea en el intento
obvio del vudú o en el sentido más sutil de robar un bolsillo que está vacío,
constituye un incentivo para no llevar a cabo el intento." (Páginas 81-83).
Finalmente, en una sección que Friedman titula "Propiedad, Contrato, Daños y
Crimen en Tres Párrafos", nos dice lo siguiente:
"En un sistema de propiedad privada necesitamos alguna manera de definir cuáles
son los límites de mi propiedad, no sólo en términos de un espacio físico, sino
también en un espacio de derechos –qué usos de la propiedad de mi vecino violan
mis derechos en la mía y viceversa. Necesitamos alguna forma de determinar quién
posee una pieza particular de propiedad y de establecer derechos de propiedad
sobre propiedad que previamente no tenía dueño. Necesitamos de mecanismos para
aplicar esta reglas y para resolver disputas acerca de ellas. Y esto debe
generalizarse a partir del caso especial de la propiedad real –la propiedad de la
tierra- al caso más general que incluye la propiedad de las cosas y la propiedad
intelectual. Por lo tanto, es necesaria una ley de la propiedad, que incluya a
la propiedad intelectual.
Una de las cosas que puedo hacer con mi propiedad es vendérsela a usted. Parte
de la razón por la cual funciona la toma descentralizada de decisiones es que
permite que las cosas, y los derechos en las cosas, se muevan, por la vía del
comercio, hacia cualquier persona que más las valoran. Para que este mecanismo
funcione más allá de los casos sencillos (le doy mi manzana a cambio de su
naranja), necesitamos de los contratos, acuerdos que especifican las obligaciones
mutuas de las partes en intercambios más complicados. Los contratos pueden
conducir a desacuerdos en su interpretación, honestos o no, y, como tal,
requieren de algún cuerpo de reglas que determine cuándo existe un contrato y
cómo habrán de resolverse las disputas. Aún en el caso más simple de intercambio,
necesitamos que haya suficientes reglas legales que determinen si yo estaba
intercambiando mi manzana por su naranja, en cuyo caso son ahora mi naranja y su
manzana, o si simplemente le estaba permitiendo que sostuviera mi manzana
mientras yo inspeccionaba su naranja. De aquí surge la ley de contratos.
Para prevenirme de violar una regla legal, debe haber algún mecanismo para hacer
que exista algo que no me gusta que suceda cuando yo haga algo. Ese mecanismo,
cualesquiera que sea, también tendrá que ver con casos en el cual una parte cree
que se ha violado una regla, en tanto que el otro no considera que sea así. Por
lo tanto, necesitamos de la ley civil [tort law] y de la ley penal [criminal law]
para especificar los derechos relevantes y los mecanismos por los cuales son
puestos en vigencia [enforced], y requerimos de reglas de procedimientos y de un
sistema de cortes para resolver las disputas." (Páginas 311-312).
Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo hago con los siguientes libres
de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo pueden obtenerlos
(simplemente me llaman por teléfono):
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Jorge Corrales Quesada
2002-05-12 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003
2002-05-12 LIBRO DEL MES DE MAYO DEL 2003
Corresponde en esta ocasión a la obra de J. C. Lester, Escape from Leviathan:
Liberty, Welfare and Anarchy Reconciled, [Huida desde el Leviatán: Reconciliando
la Libertad, el Bienestar y la Anarquía] (New York: St. Martin’s Press, 2000).
El profesor Lester es un destacado intelectual del llamado campo libertario,
aunque el propósito de este libro, según lo indica el autor, surge del hecho de
que los "liberales clásicos, los modernos libertarios, y generalmente los
economistas pro-mercado, a menudo aparecen en favor de la tesis –al menos
implícitamente- de que hay una compatibilidad práctica entre la libertad y el
bienestar en el mercado. Sin embargo, tales argumentos rara vez son claros,
consistentes, comprensivos y sin que se acuda a la moral... Mi libro intenta
rectificar esto, clarificando los aspectos filosóficos de la tesis de la
compatibilidad: su intención principal es ser un complemento filosófico a la
literatura científica social relevante." (p. 1)
Hace pocos días un gran amigo me dijo -medio burlonamente- cuando le comenté que
muy pocos miembros de palestra me habían solicitado alguno de los libros que
había comentado y que les había ofrecido prestar para que lo leyeran, que era
porque yo sólo leía y comentaba libros de economía, lo cual no es cierto, como
pueden derivarlo de la lista al final de este comentario. En esta ocasión este
es un libro sobre temas filosóficos, pero que también tiene enorme trascendencia
para el análisis económico, político y, en general, de las disciplinas llamadas
por algunos ciencias sociales.
En vez de comentar este libro, que apenas estoy empezando a ojearlo, me parece
que resulta más afortunado traducir un buen comentario que a este libro le hizo
un destacado estudioso de Adam Smith y filósofo como Lester, el profesor de la
Escuela de Filosofía de la Universidad de Alabama, James R. Otteson. Se trata
del interesante y erudito comentario que formuló Otteson al libro de Lester en la
revista The Independent Review, Vol. 6, No. 1 del verano del 2001, el cual, de
seguido, traduzco (los paréntesis cuadrados son míos):
""Huida desde el Leviatán" de J. C. Lester es un libro vigorizante. Empieza
así: "Hay tan sólo una cosa en el mundo que es, en serio, moralmente equivocada,
y esa cosa es la política [¿no se si usted prefiere que se la traduzca por
politiquería?. Recuerde que los paréntesis cuadrados son míos]... Si usted me
dice qué cosa es la que le preocupa en el mundo, entonces, puedo a menudo llegar
adonde está usted y decirle cómo es la política la causa de ella, o cómo la
política la exacerba considerablemente, o por qué es que usted debería de cambiar
sus opiniones no-liberales" (p. 1). El autor no continúa con una explicación de
todos los problemas del mundo en términos de la política, pero adopta como su
hipótesis de trabajo lo que él llama la "tesis de la compatibilidad" –que la
libertad, el bienestar y el libre mercado son fundamentalmente consistentes- y
defiende esta tesis en contra de todos los contendores. El principal activo del
libro es su ataque tenaz y persistente a los detractores de la anarquía de
propiedad privada por la cual aboga el autor. Pero este activo es
simultáneamente un pasivo: Lester no arguye "en favor de" su posición; en vez de
ello, debate que las objeciones más plausibles en su contra fracasan. Esta
táctica le da al libro un tono algo desagradable de estar a la defensiva y, más
significativo aún, limita la persuasión final que se quiere lograr con la tesis
central del libro. [No se desanime: continúe leyendo y verá luego].
La argumentación de Lester posee dos características especialmente inusuales.
La primera es su posición de que la tesis de la compatibilidad es "no moral".
Lester da a entender que se puede defender la compatibilidad de la libertad, el
bienestar y el libre mercado sin hacer uso del ulterior alegato moral de que la
libertad (o el bienestar o el libre mercado) "deberían" ser protegidos o
ampliados. En vez de ello, defiende la posición negativa de que aquellos quienes
discuten tal consistencia –John Rawls, Alan Ryan, John Gray y otros- han
fracasado en probar su caso. Segundo, en respuesta a la objeción que algunos
pueden formular de que su caso negativo no es suficiente, Lester alega que su
adhesión a la "epistemología racionalista crítica" Popperiana anula cualquier
argumento, en una defensa directa de su tesis de compatibilidad, porque él
vislumbra a la tesis como una "conjetura osada" [bold conjecture], la cual, de
acuerdo con el filósofo de la ciencia Karl Popper, puede ser falsificada por los
datos o por los argumentos, mas no puede ser probada como verdadera. Por lo
tanto, Lester no intenta persuadir a sus lectores de que su tesis es plausible.
Simplemente explica lo que conlleva, muestra cómo fines aparentemente
irreconciliables son, en efecto, consistentes dentro de su tesis, y muestra que
él (aún) no ha encontrado una objeción que sea válida. El resume la estrategia
del libro tal como sigue: "este libro no empieza por los primeros principios y de
ahí en adelante intenta construir hacia arriba hasta llegar a conclusiones bien
justificadas. Este no es un intento de probar, demostrar o exponer que la
libertad y el bienestar son congruentes en un mercado. Es simplemente una
defensa filosófica y económica de esta osada conjetura, ante un número de puntos
de vista, inevitablemente restringidos, que son inconsistentes con aquélla" (p.
6). [Esto se pone más interesante]. Si el proyecto de Lester tiene éxito,
entonces, de acuerdo con la epistemología Popperiana, su teoría habría sido
"corroborada", no probada. Sin embargo, la pregunta permanece: ¿Qué
fundamentos habrán dado los argumentos de Lester para, de hecho, creer en su
teoría?
Aunque yo diría que el proyecto de Lester está incompleto (este libro debería
ser el volumen 2, en tanto que la exposición sistemática y la defensa de su tesis
deberían de haber aparecido como el volumen 1) [el cual no existe], dejemos de
lado este asunto y examinemos qué es lo que él hace, lo cual es en sí
interesante. Consideremos las defensas que Lester hace de su tesis ante tres
objeciones centrales.
Primera Objeción: La gente no se interesa únicamente por lo propio
[self-interested], de manera que fracasa cualquier sistema económico o político
que se sustente en ello –por ejemplo, el capitalismo de libre mercado. Lester,
como respuesta, señala que somos auto-interesados en el sentido de que somos
maximizadores resueltos [con intención] de nuestros propios fines [purposeful
maximizers] (p. p. 11-16). Señala, correctamente desde mi punto de vista, que es
difícil lograr algún sentido de la conducta humana bajo algún otro supuesto y, es
más, eso parece ser confirmado por la introspección –cada uno de nosotros se ve a
sí mismo actuando resueltamente con el propósito de satisfacer sus deseos. De
manera tal que nuestro entendimiento acerca de acciones benevolentes, interesadas
en otros, debe, de alguna manera, ser coherente con esta concepción general de la
acción humana. Sin embargo, esta aseveración no es lo mismo que el auto-interés
estrecho que con frecuencia los detractores dicen que los defensores del libre
mercado adscriben a los seres humanos. Lester arguye que los fines que deseamos
pueden y a menudo contienen el bien o los intereses de otras personas (p. 37).
De manera que la objeción falla: Todo lo que se requiera en la posición de Lester
es que la gente rutinariamente actúe como si fuera motivada por su deseo de
satisfacer lo que ella percibe como su deseo mayor o más apremiante, cualquiera
que sea éste.
Segunda Objeción: Las nociones libertarias (o liberales, como las entendemos
aquí] fracasan porque es imposible respetar plenamente la propiedad de terceros.
Invadir la propiedad ajena es algo inevitable (piense en los ejemplos de David
Friedman [que casualmente trata en el libro del mes de abril que previamente
reseñé para palestra] tales como que las luces del patio de mi casa "afectan" a
su propiedad); por lo tanto, tenemos que administrar nuestros asuntos humanos en
términos de alguna otra consideración acerca de lo que se considera como esencial
[desiderata], diferente de simplemente proteger la propiedad privada y la
libertad individual. Ante esto, la respuesta de Lester es sugerir un criterio
que minimizará el conflicto a la vez que maximiza la libertad [vean qué
interesante]: propone una concepción de libertad como "la ausencia de
restricciones provocadas sobre la gente por otras personas o, más precisamente,
gente interactuando voluntariamente sin que se obligue, se interfiera o que se
imponga la una sobre la otra –excepto para prevenir o reparar una restricción,
interferencia o imposición que se ha provocado" (p. 58). Lester entiende al
"costo" como una pérdida de algo que una persona quiere; por lo tanto, es
subjetivo y, por ello, no se le pueden endosar las objeciones obvias de que se
intenta una medición objetiva. Este criterio da respuesta a los problemas
Friedmanianos, al crear la posibilidad de usurpaciones que son moralmente
permitidas. Por ejemplo, no hay violaciones de derechos que del todo no puedan
ser admitidas; los daños son asuntos de grado y susceptibles tanto de valoración
como de la indemnización correspondiente (p. p. 108-113). El peligro con esta
estrategia es que, con esta visión de Lester, de hecho se requerirán algunas
acciones a las que se resistirá el absolutista de los derechos de propiedad, pero
el beneficio de este punto de vista es que, su insistencia en minimizar "los
costos que se imponen", tenderá tanto a que sea redundante para los intereses de
todas las partes involucradas, así como que continúe la interacción social a la
luz de algunas (probablemente menores) violaciones.
Tercera Objeción: Las nociones libertarias [liberales] fracasan porque todas
asumen implícitamente que ciertos tipos de libertad son más importantes que
otros. No existe tal cosa como una maximización de la libertad así en sencillo
["simpliciter"], por lo tanto, debido a que todas las teorías implican que se
infrinja una u otra libertad, no puede haber, con base tan sólo en estos
argumentos, objeción a las concepciones de estado de bienestar [welfarism], al
progresismo y similares. Esta objeción es especialmente apropiada para el punto
de visto expuesto por Lester, dado que él alega defender la libertad con base en
fundamentos "no morales" (p. p. 60-61, 75 y passim). Lester resuelve esta
objeción, de nuevo, sustentándose en su definición de "libertad" como la ausencia
de costos que se imponen sobre otros. Al decir que respetar la libertad
significa minimizar el costo que se impone sobre otros, puede evitar la antipatía
del todo o la nada [the all-or-nothing antipathy]: Para Lester "la libertad
admite grados" (p. 59), pero lo hace utilizando un criterio relativamente
objetivo. Lester llama a su posición "libertarianismo contingentemente
deontológico" (p. 57), por el que da a entender que "si" la libertad va a ser
maximizada (por cualquier razón), la regla de minimizar los costos impuestos a
otros evita las dificultades que enfrentan otros puntos de vista y que, de todas
maneras, parece que calza mejor con lo que la mayoría de la gente entiende por el
término "libertad". El continúa su libro deduciendo una concepción de propiedad
(incluyendo la propiedad intelectual y las reglas de la adquisición original o
inicial); concepciones de lo que son los crímenes, los daños y las penas
apropiadas; y resoluciones a dificultades de larga data –tales como el dilema del
hombre libre-esclavo y los problemas inevitables de los bienes públicos- lo cual
hace a partir de su concepción de libertad y que sugiere la superioridad de su
concepto sobre otras concepciones. No todos los argumentos de Lester sobre estas
razones son convincentes, pero todos son interesantes y tomados en conjunto le
dan credibilidad a su alegato de que su posición puede ser defendida mejor que lo
pueden ser nociones de libertades, de un estado de bienestar [welfarist],
socialistas o democráticas, que compiten con la suya.
Una argumento que Lester formula será de interés particular para los economistas
y los filósofos: hace una defensa limitada de las comparaciones interpersonales
de utilidad (CIUs). Por mucho tiempo una objeción estándar a algunas escuelas de
economía ha sido que las CIUs son imposibles de hacer, porque no existe una cosa
objetiva que corresponda con la utilidad de una persona y, por lo tanto, no hay
una d objetiva que permita comparar la utilidad de una persona con la de otra.
Aunque algunos economistas hablan de "útiles" ["utils"], de hecho no existen los
útiles y no tienen sentido alguno esquemas que pretendan sumar las utilidades de
los individuos bajo esquemas distributivos alternativos, para determinar cuál
esquema es el que hace que "todo mundo" esté mejor. La contribución de Lester
consiste en analizar que, si bien es cierto que no se pueden hacer CIUs con la
precisión que se requiere, por ejemplo, para hacer comparaciones de Pareto (p.
152), sin embargo, algunas comparaciones son posibles. He aquí su argumento: "un
caso claro de comparación de utilidad entre personas es cuando A valora "x" (de
ello deriva alguna utilidad) y B es indiferente acerca de "x" (obtiene cero
utilidad de ello). Se deduce que A valora a "x" ('algo') más que lo que hace B
('cero'). De aquí hay un pequeño paso para comparar un caso en que A valora
fuertemente a "x" y B tiene tan sólo una pequeña preferencia por "x". Y así
sucesivamente.” (p. 153).
Este argumento posee cierta plausibilidad intuitiva y le permite a Lester
aseverar que su esquema de anarquía basada en la propiedad sería mejor "en su
totalidad" o "para todo el mundo" en comparación con otros esquemas. El problema
surge cuando se trata de decir "cuánta más" utilidad A obtiene de "x" comparado
con B. La posición de Lester es más fuerte cuando compara utilidad cero con
alguna utilidad, pero esa comparación es un caso especial; el caso con mayor
posibilidad de que se presente es aquél en el cual se intenta comparar el aumento
o disminución de utilidad relativa de las partes involucradas, y aquí no es claro
a qué podría apelar Lester. Aún así, Lester tiene un punto al aseverar que, si
del todo rechazamos a las CIUs, entonces, los economistas "pro-mercado" que
aceptan el criterio de Pareto, no estarían en capacidad de "consistentemente
aconsejar cambios de cualquier sistema de reglas de propiedad que no está basado
en el mercado, a menos que cada persona individualmente se sienta mejor" (p. p.
153-154). De manera que, tal vez, deba estudiarse de nuevo este asunto de las
CIUs.
Al fin de cuentas, el principal valor del libro de Lester es ser algo así como
un catálogo de argumentos que defienden al pensamiento político libertario
[liberal] o anarquista, en contra de varios detractores y sus objeciones. No
todas las defensas funcionan y, en algunos casos, los rechazos que hace Lester
son algo apresurados; sin embargo, él ofrece muchos discernimientos interesantes
y novedosos. Permanezco desilusionado en cuanto a que no se dedicara a defender
directamente su propia tesis y tengo la esperanza de que en el futuro él afloje
su compromiso con la epistemología Popperiana y decida llevar a cabo tal defensa.
Sin embargo, entre tanto, la refutación de las objeciones es un servicio valioso
en sí mismo y Lester llena muy bien esa tarea."
Hasta aquí el comentario del profesor Otteson y, antes de terminar mi
comentario, deseo citar la página vi del libro de Lester:
"Nada dentro del estado,
todo contra el estado,
todo fuera del estado. [1]
Nota al pie 1: Esto revierte la definición de fascismo de Benito Mussolini (tal
como aparece en la entrada "fascismo" que se cita en The Blackwell Encyclopedia
of Political Thought [Miller, 1987, 1501]). El anarco-libertarianismo o
anarquismo basado en la propiedad privada es lo opuesto del fascismo."
Recomiendo la lectura de este libro, tal como lo he hecho con los anteriores
libres de mes que he publicado en palestra y que ustedes saben cómo podrían
leerlos (simplemente me llaman por teléfono):
Febrero, 2002: David Henderson, "The Changing Fortunes of Economic Liberalism:
Yesterday, Today and Tomorrow"
Marzo, 2002: Roger Garrison, "Time and Money: The Macroeconomics of Capital
Structure"
Abril, 2002: Paul Collier and David Dollar, "Globalization, Growth and Poverty:
Building an Inclusive World Economy"
Mayo, 2002: David Conway, "Classical Liberalism: The Unvanquished Ideal"
Junio, 2002: Lawrence E. Boland, "The Foundations of Economic Methodology"
Julio, 2002: Gary Becker y Guity Nashat Becker, "The Economics of Life"
Agosto, 2002: Xavier Salá-i-Martín, "Economía Liberal para no Economistas y no
Liberales"
Setiembre, 2002: Geoffrey E. Wood, editor, "Explorations in Economic Liberalism:
The Wincott Lectures"
Octubre, 2002: James Bovard, "Freedom in Chains: The rise of the sate and the
demise of the citizen"
Noviembre, 2002: David Boaz, "Toward Liberty: The Idea That is Changing the
World"
Diciembre, 2002: Stephen Moore y Richard Noyes, editores, "Dollars and Nonsense;
Correcting the News Media Top Economic Myths"
Enero, 2003: Richard M. Ebeling, editor, "Austrian Economics: A Reader",
Febrero, 2003: Joshua Muravchik, "Heaven on Earth: The Rise and Fall of
Socialism"
Marzo, 2003: Peter Boettke, editor, "The Elgar Companion to Austrian Economics"
Abril, 2003: David D. Friedman, "Law’s Order: What Economics Has to Do with Law
and Why It Matters".
Jorge Corrales Quesada