2002-03-06 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-06 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Parece que al fin mi máquina va a tener de nuevo acceso directo, por lo cual
reasumo con placer estas comunicaciones. Agradezco a Luis Di Mare su ayuda en
estos días y espero no tener que molestarle por un buen rato.
PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado de una conferencia de Tomás Larsson, autor del libro "The Race to the
Top: The Real Story of Globalization," p. p. 13-14, en ocasión de un Foro sobre
este libro celebrado en Washington D.C., el día 15 de enero del 2002, en el
Instituto Cato de la ciudad de Washington. Los paréntesis cuadrados son míos.
"El punto principal que deseo señalar... es que los llamados cambios de
políticas neo-liberales asociados con la globalización han tenido efectos
tremendamente beneficiosos de muchas maneras inesperadas. Y también deseo
enfatizar que muchas de las aspiraciones y valores de la masa anti-globalizadora
pueden, en efecto, y de hecho lo han sido así, ser promovidos a través del
intercambio internacional. Así que, en vez de demonizar [demonize] a la
globalización y tomar una actitud patrocinadora negativa de las capacidades de
los pobres y oprimidos, deberíamos reconocer que la gente en todo el mundo puede
hacer, y a menudo lo hacen, un uso creativo de las oportunidades brindadas por la
apertura económica; oportunidades para el empresariado económico, político y
cultural...
La pregunta, entonces, para los europeos y estadounidenses es si nuestras
políticas económicas impiden o ayudan a liberar esta creatividad. Y, de muchas
maneras, nuestras políticas pueden hacerlo, pero más podría y debería hacerse.
Y, en este sentido, quiero particularmente señalar una parte de mi dedo acusador
hacia algunas de las injusticias que pueden ser halladas en los regímenes
comerciales globales.
Estoy pensando en la manera en que las economías más ricas han sesgado sus
estructuras arancelarias contra los productos en los cuales la mayoría de los
países pobres tienen ventaja comparativa -esto es, productos agrícolas e
industria trabajo-intensiva. Estoy también pensando en el abuso con las tarifas
anti-dumping. Y también estoy pensando en el uso algo vergonzoso de subsidios a
las exportaciones agrícolas que deprimen los ingresos de los agricultores en los
países en desarrollo y en los antiguamente socialistas. Eliminar estos arreglos
injustos es probablemente algo de lo más difícil, pero, también, es uno de los
desafíos políticos más importantes y urgentes que actualmente enfrentan los
ciudadanos interesados en estos asuntos y los empresarios de la política en los
Estados Unidos y otros países."
Jorge Corrales Quesada
2002-03-07 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-07 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado del Foro sobre el libro de Brink Lindsay, "Against the Dead Hand: The
Uncertain Struggle Against Global Capitalism," (John Wiley & Sons, 2002), p. p. 57 y 58, celebrado en el Instituto Cato el martes 5 de febrero del 2002, en la ciudad de Washington. La traducción y los paréntesis cuadrados son míos.
"Pregunta de Gordon Johnson, del Centro por las Privatizaciones: ....¿Deberán
ellos [los países en desarrollo] cambiar [liberalizar] primero y luego nosotros
[Estados Unidos, Banco Mundial, el Instituto Cato] descansar o bien tenemos
nosotros que descansar para que ellos deban cambiar?
Respuesta de Brink Lindsay: Mi respuesta preferida es que ambos debemos, al
mismo tiempo, poner las casas en orden [clean up our acts]. Creo que es
innegable que nuestras barreras aduaneras contra bienes agrícolas y textiles
provenientes de países en desarrollo, constituyen una desgracia e imponen un
serio obstáculo para el desarrollo de esos países. Y debemos deshacernos de esas
barreras. Y es terriblemente dañino para nuestra credibilidad, como voceros de
los mercados libres y del libre comercio alrededor del mundo, que nos adhiramos
tenazmente a esas políticas proteccionistas, al tiempo que nos la pasamos
sermoneando e intimidando a otros países para que se deshagan de sus barreras al
comercio. Nuestros fundamentos morales de altura son realmente dañados cuando
proseguimos una política de 'haz lo que te digo, no lo que hago.'
Dicho eso, pienso que, aún si los Estados Unidos se deshiciera de todas las
barreras comerciales que aún mantiene, eso no sería una panacea para el mundo en
desarrollo. Y aún más, si ciertos países en desarrollo realmente pusieran su
casa en orden y adoptaran políticas más sólidas y establecieran mejores
instituciones, los mercados ricos del mundo son lo suficientemente libres como
para que esos países experimenten ganancias económicas dramáticas...
De manera que no pienso que, en sí mismas, nuestras políticas proteccionistas
constituyen una barrera para que el mundo en desarrollo, con políticas mejores,
pueda obtener ganancias fantásticas. Pero, al mismo tiempo, pienso que esas
barreras son un obstáculo, no tienen fundamento, son injustificables, y deberían
ser eliminadas."
Jorge Corrales Quesada
2002-03-011 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-011 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado del Foro sobre el libro de Brink Lindsay, "Against the Dead Hand: The
Uncertain Struggle Against Global Capitalism," [Contra la Mano Muerta: La lucha
incierta en favor del capitalismo global] (John Wiley & Sons, 2002), p. 64, celebrado en el Instituto Cato el martes 5 de febrero del 2002, en la ciudad de Washington. La traducción y los paréntesis cuadrados son míos.
"Brink Lindsay:…el mensaje principal de mi libro es, pienso, uno
anti-triunfalista, que aún cuando ha habido cambios dramáticos en las políticas
alrededor del mundo durante los últimos 20 años, pienso que debe resistirse
fuertemente el supuesto de que los mercados han triunfado y que las fuerzas del
mercado son esa fuerza destructiva [juggernaut] irresistible.
Cuando usted me fuerza a adoptar una conclusión al final de la exposición, y me
pregunta: 'En resumen, ¿estarán mejor las cosas dentro de una generación a como
están ahora?', yo le respondería que 'sí, así lo pienso.' Porque creo que las
políticas han cambiado dramáticamente durante la generación que acaba de pasar.
Han cambiado porque las viejas políticas no funcionaron. Los sistemas políticos,
si bien no se acercan a lo eficiente que es el proceso de descubrimiento en un
mercado, parece que tienen suficientes mecanismos de retroalimentación [feedback
mechanisms] como para haber producido el cambio que hasta el momento hemos
experimentado. De manera que tengo una ligera confianza de que, con el paso de
los años y de décadas por venir, nos moveremos un poquitito hacia el ideal
liberal. Pero pienso que el estado de ánimo dominante es uno de prudencia y no
uno terriblemente optimista."
Jorge Corrales Quesada
2002-03-11 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-11 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado de La Nación. "Defensoría pide más baja en arroz," del viernes 8 de marzo
del 2002, p. 24. Dice don Gilberto Barrantes, Ministro de Economía, Industria y
Comercio, en torno a una disminución en el precio del arroz, como resultado de su
importación, de ¢12,50 el kilo, en vez de la propuesta de la Defensoría de los
Habitantes, de que fuera de ¢64 el kilo:
"No se puede pensar sólo en el consumidor; también en el industrial y en el
productor."
Jorge Corrales Quesada
2002-03-12 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-12 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado de la exposición de Michael Mussa en un Foro de Política del Instituto
Cato, ¿What is Next for Argentina?, celebrado en la ciudad de Washington, el 8 de
febrero del 2002, p. p. 21-22, en donde interesantemente difiere de la posición
de Schuler expuesta en el correo mío inmediato anterior.
"[Acerca] de la dolarización en Argentina, pienso que es un tema abierto a la
discusión. Pienso que la noción de que podía haber sido llevada a cabo en
diciembre o que podía ser hecha ahora, a un tipo de cambio de uno por uno, es
simplemente algo sin sentido. Usted necesita tener suficientes dólares no sólo
para convertir la oferta de moneda doméstica, sino también para hacer viable un
sistema bancario con un tipo de cambio de uno por uno y también dejarle
suficiente efectivo al gobierno para que pueda llevar a cabo sus operaciones
normales en una circunstancia en que los ingresos tributarios son un problema
real.
Pienso que tomaría entre 40 y 50 billones de dólares de efectivo libre para
lograr una dolarización a una tasa de cambio de uno por uno. Tienen $15 o $16
billones: simplemente eso no es suficiente. Y nadie les va a dar la
diferencia...
Pero, enfatizo, no pienso que el fracaso fatal de Argentina se originó en su
plan de convertibilidad. Y también pienso que el plan de convertibilidad de
ninguna manera fue una caja de conversión clásica. El problema fatal fue la
incapacidad de controlar el lado fiscal de los asuntos gubernamentales.
¿Cuál es el futuro de Argentina? Bueno, pienso que, desafortunadamente, el
régimen de tipo de cambio ahora necesita ser uno de flotación. No hay ni el
efectivo, en la forma de reservas, ni la credibilidad en el gobierno, para
soportar algún tipo de fijación del tipo de cambio. Puesto que a la gente ya se
le ha dicho que sus préstamos del sistema bancario pueden ser convertidos en
pesos, la única forma de volver el sistema bancario a la solvencia y a que pueda
volver a operar es si también se convierten sus depósitos... "
Michael Mussa es el Investigador Principal del Instituto para la Economía
Internacional y ha escrito ampliamente en los campos de la economía monetaria,
economía internacional y, en general, sobre aspectos macroeconómicos.
Jorge Corrales Quesada
2002-03-12 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-12 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado de la exposición de Kurt Schuler en un Foro de Política del Instituto
Cato, ¿What is Next for Argentina?, celebrado en la ciudad de Washington, el 8 de
febrero del 2002, p. p. 5-9.
"El punto de vista convencional sobre la crisis [argentina] está basado en tres
proposiciones. La primera es que su sistema de convertibilidad... era el de una
caja de conversión. La segunda proposición es que el ligamen rígido de la caja
de conversión entre el peso argentino y el dólar estadounidense provocó que el
peso se sobrevalorara. Y la tercera preposición es que Argentina perdió su
competitividad y las exportaciones sufrieron, con lo cual su economía fue
empujada a una recesión...
El primer punto: el sistema de convertibilidad en efecto no fue el de una caja
de conversión... Un sistema ortodoxo de caja de conversión no tiene capacidad de
involucrarse en la llamada esterilización monetaria u otras formas de política
monetaria discrecional y se mantiene todo el tiempo con cerca del 100 por ciento
de reservas. [En Argentina en el 2001] varió en el curso del año de un máximo del
193 porciento en febrero a un mínimo del 82 porciento a fines del año. Esto
indica... qué tan lejos estaba el sistema de ser un sistema ortodoxo de caja de
conversión.
Segundo, que ¿si el ligamen rígido entre el peso y el dólar sobrevaluó al peso?
Bueno, todo depende de cual es su definición de sobrevaloración... Hay varias
formas en que se emplea [el concepto de sobrevaloración], pero todos son más o
menos informales, vagos y nada realmente preciso.
Hablando estrictamente, y en el grado en que el sistema argentino hubiera sido
un sistema ortodoxo de caja de conversión, el peso no hubiera podido estar
permanentemente sobrevalorado. Porque si la demanda de pesos cayó, se suponía
que caería su oferta. Ahora, si se toma un enfoque más o menos informal [loose],
esto es , si usted compara cuánto aumentaron los precios a partir de 1991 en
Argentina, cuando se estableció el sistema, versus cuánto se elevaron en los
Estados Unidos, sí, de acuerdo con algunas medidas el peso estuvo sobrevaluado.
Pero, de acuerdo con otras, no lo estuvo... La evidencia no es ciertamente clara
de que estuvo sobrevalorado.
Finalmente, ¿si la llamada sobrevaloración del peso hizo que Argentina perdiera
su competitividad y sus exportacioens sufrieran? No. Si usted mira a las
estadísticas, las exportaciones del comercio de mercancías se incrementaron
durante todos los años en que estuvo el sistema de convertibilidad, excepto en
1999, cuando Brasil, el socio comercial más importante de Argentina, devaluó su
moneda y tuvo una recesión. Y durante los dos últimos años los incrementos no
fueron tan grandes, pero han sido de, digamos, un 3 porciento. Si el resto de la
economía hubiera estado creciendo a esa tasa, los problemas bien podrían no haber
existido...
La conclusión que saco de todo esto es que, pienso, el punto de vista
convencional acerca de cómo fue que surgió la crisis argentina está equivocado y
que flotar el peso, en vez de la dolarización, ha sido un error.
Finalmente, ¿cuáles fueron las causas de la crisis monetaria si no se originó en
una sobrevaluación del peso? Señalaría cuatro factores. Uno es que las reformas
económicas de principios de los 90s casi se habían detenido hacia 1996....
El segundo punto, sin embargo, pienso que la crisis fue primariamente una crisis
fiscal que se deslizó [spilled over] al resto de la economía...
Y el tercer factor, es que hubo tres grandes paquetes de aumentos de impuestos
durante el gobierno de de la Rúa que afectaron al crecimiento económico y creo
que empujó a la Argentina al lado equivocado de la Curva de Laffer... la economía
había venido dando signos de una recuperación en el 2000, pero el enorme aumento
de impuestos en enero la mató.
Finalmente, el gobierno cometió una serie de torpezas en las políticas
monetarias que incluyeron una tasa de cambio especial para las exportaciones en
junio del 2001, cambios forzosos de la deuda y, en diciembre, límites a los
retiros de los bancos y a las transferencias de capital al extranjero...."
Kurt Schuler es el Economista Principal del Comité Conjunto del Congreso de los
Estados Unidos desde 1999 y es un estudioso de las cajas de conversión en países
en desarrollo, sobre lo cual tiene varios libros.
Jorge Corrales Quesada
2002-03-14 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-14 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado de Richard E. Flathman, "Toward a Liberalism," (Ithaca, New York: Cornell
University Press, 1989), p. p. 6-7. La traducción y los paréntesis cuadrados son
míos.
"El Principio Liberal (PL) afirma que es bueno prima facie que las personas
formen, actúen con base en y que satisfagan y logren deseos e intereses,
objetivos y propósitos. Mi argumento en favor del principio es naturalístico...
pero también es contextualista o específico en lo cultural, en vez de
trascendental o universalista... La intención es que el PL sea (débilmente)
deontológico... que deberá regular el pensamiento y la acción en un área muy
amplia de su aplicabilidad... sin embargo, en un sentido lógico, es un principio
débil... Si los procesos y procedimientos de codificación satisfacen criterios
locales ulteriores [además de juicios adecuadamente justificados, en cuanto a que
toman-en-consideración-todas-las-cosas acerca de mejor que [better] y de lo mejor
[best], de correcto e incorrecto] algunas veces rinden conclusiones que
típicamente se sostienen [hold] contra clases completas de proposiciones
sustentadas en el PL... Hacemos mejor en pensar del PL como un principio a partir
del cual razonar a favor o en contra de derechos y deberes y en favor o en contra
de construcciones [exégesis] e implementaciones de derechos y obligaciones."
Jorge Corrales Quesada
2002-03-14 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-14 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
"Aún con la aplicación de una elevada cláusula de salvaguardia, el arroz pilado
no quedó protegido por el Gobierno, afirmaron productores, quienes echaron mano a
un estudio preliminar comparativo de la Oficina del Arroz."
Tomado de "Arroceros: arancel no es protección," La Nación, jueves 14 de marzo
del 2002, p. 21.
Dos breves preguntas:
(1) ¿No es la Oficina del Arroz un buen ejemplo de la teoría de la captura de la
cual nos habló Stigler (ver unos cuantos mensajes hacia atrás)?
(2) ¿Es que para que haya 'protección' entonces se requiere un arancel tal que
haga totalmente prohibitivas a las importaciones?
Jorge Corrales Quesada
2002-03-14 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-14 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado del Editorial del Periódico La Nación, "El Negocio Arrocero," del día 14
de marzo del 2002, p. 15. Los paréntesis cuadrados son míos.
"A pesar de que el precio que se paga a los productores [nacionales] por el
grano es mucho más elevado que el que reciben los productores en distintos
mercados internacionales, ese sobreprecio no ha servido de aliciente para
satisfacer todo el consumo nacional. Además, de las 80.000 toneladas métricas
importadas por el CNP, hace falta otro tanto, lo cual demuestra que, a pesar de
los elevados precios, la autosuficiencia alimentaria no sólo es una quimera, sino
que cuesta muy caro a los consumidores. En efecto, mientras que a los
productores nacionales se les reconoce un precio de $245 por tonelada métrica (en
granza), en EE.UU. se logró un precio equivalente a la mitad, de sólo $126 por
tonelada métrica, puesto en Caldera. En esas circunstancias, el CNP obtendría
ganancias por ¢2.000 millones si se vendiera el producto al consumidor, como
originalmente se pretendía, al mismo precio actual.
Lo irónico del caso es que los productores alzaron sus voces de protesta para
denunciar que ciertos comerciantes obtendrían pingües ganancias con la
importación de granos a esos precios. Pero, ¿qué diferencia habría para los
consumidores si el CNP es el que obtiene las ganancias o si los productores
nacionales se lo venden a precios de sustentación y, por tanto, igualmente
elevados? El Gobierno decidió distribuir 'equitativamente' la diferencia entre
los consumidores, los industriales del arroz y la caja única del Estado. ¿No es
eso una forma indirecta de imponer nuevos tributos sin pasar por el tamiz de la
Asamblea Legislativa?"
Jorge Corrales Quesada
2002-03-19 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
2002-03-19 PENSAMIENTO DE LA SEMANA
Tomado de la columna de Jorge Guardia del martes 19 de marzo en La Nación, p.
15A:
"El desequilibrio macroeconómico tiene dos vertientes: déficit fiscal y balanza
de pagos... Equilibrar las finanzas públicas requerirá aumentar la carga
tributaria."
Primero de una serie de peticiones populares para que haya un aumento en los
impuestos.
Jorge Corrales Quesada