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11-10 Una gran tomadura de pelo

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11-10 UNA GRAN TOMADURA DE PELO

Por Luis E. Loría*

Tanto don Ottón Solís como el jefe de la Fracción Legislativa del Partido Acción Ciudadana (PAC), diputado Manrique Oviedo, dicen que el PAC se mantiene firme en su posición de que, si se modifica cualquier punto del pacto Solís-Chinchilla que implique eliminar impuestos de la versión actual del proyecto de Ley de Solidaridad Tributaria (expediente N.° 18.261), en especial los que guardan relación con zonas francas, le retiran su apoyo.
Todo parece indicar que a estos hábiles y experimentados políticos les falla la matemática legislativa relacionada con la aprobación del nuevo paquete de impuestos. No se dan cuenta de que el valor político de los 11 votos de los diputados del PAC convergió a cero, después de que los entregaron para aprobar la aplicación de la vía rápida (208 bis) para el trámite del proyecto, para lo cual eran necesarios 38 votos.
En este momento, el Gobierno y los diputados del Partido Liberación Nacional (PLN) pueden, perfectamente, proceder a romper el pacto Solís-Chinchilla y desechar todos los 17 puntos que exigió don Ottón Solís a doña Laura Chinchilla como condición para aportar los votos de su partido para aprobar el proyecto. Esto se debe a que ya no se necesitan 38 votos para aprobar el proyecto que avanza por la vía rápida en el Congreso, solamente se requieren 29 votos.
Es evidente, para cualquiera que siga la discusión de la reforma tributaria, el profundo malestar que el pacto Solís-Chinchilla causó entre la inmensa mayoría de ciudadanos sin importar su actividad o condición que se dan cuenta de que sus ingresos serían mutilados y sus puestos de trabajo destruidos si se aprueba el proyecto de solidaridad tributaria, en su versión actual.
La mejor opción, desde la perspectiva del Gobierno y del PLN, para aplacar la ira del pueblo y evitar incurrir en un enorme costo político que, sin duda, les pasaría la factura en las elecciones del 2014, es reconocer que engañó mientras todos mirábamos a don Ottón Solís y a los 11 diputados del PAC.
Después, se puede dedicar a la tarea de conseguir (comprar, en caso necesario) el apoyo de 5 diputados provenientes de otras tiendas políticas. Esto le permitiría, ya sin el estorbo que le representa el pacto, lograr su objetivo final: aprobar una masiva transferencia de riqueza, equivalente al 2,5% del PIB, de los bolsillos de los individuos y empresas, que se esforzaron para generarla, a las arcas del Estado.
El único obstáculo que impide que se materialice lo que podría calificar la más monumental tomadura de pelo de la historia política reciente de Costa Rica, mucho más grande que la que le propinó don Fernando Herrero, ministro de Hacienda, semanas atrás, al diputado Luis Fishman y al Partido Unidad Social Cristiana es que se encuentra empeñada la palabra firme y honesta de la presidenta de la República, doña Laura Chinchilla.

*Luis E. Loría es Presidente de ANFE. Este comentario apareció originalmente en La Nación del 22 de octubre del 2011.

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