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Boletín ANFE

11-06 Libertad para decir la verdad sobre el gasto público

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Este artículo fue publicado en el Boletín de ANFE de Junio del 2011

11-06 LIBERTAD PARA DECIR LA VERDAD SOBRE
EL GASTO PÚBLICO

Por Luis E. Loría*



Es muy triste que funcionarios del más alto nivel en el Ministerio de Hacienda—como la Directora General de Presupuesto Nacional—no cuenten con el coraje y la libertad necesarias para que puedan explicar—sin censuras y temer represalias por parte de sus superiores—a los ciudadanos cómo se manejan realmente los procesos de presupuestación, evaluación y ejecución del gasto público. La razón, probablemente, sea que les da vergüenza de que se confirme públicamente lo que la mayoría de costarricenses ya se ha dado cuenta: existen graves problemas en términos de la eficiencia y calidad del gasto público. Por mi parte, yo sí estoy dispuesto a ejercer esa libertad.

El pasado 1ero de marzo, como parte de una serie de reuniones de trabajo para analizar la problemática del gasto público que han liderado conjuntamente la Academia de Centroamérica y ANFE (Asociación Nacional de Fomento Económico), se invitó al Sr. Jordi Prat, Asesor del Ministro de Hacienda. Don Jordi, conociendo de antemano el tema que se iba a tratar, se hizo acompañar de la Sra. Marjorie Morera, Directora General de Presupuesto Nacional. Luego de una pequeña introducción en la cual se expuso los objetivos de la reunión, doña Marjorie le solicitó permiso a don Jordi para hablar abiertamente y él se lo concedió. Abajo, procedo a reproducir los principales puntos que doña Marjorie explicó a los presentes:


1. El Ministerio de Hacienda cuenta con buena información desde un punto de vista contable, puede identificar adecuadamente los movimientos de dinero que se hacen de una cuenta a otra.

2. El Ministerio de Hacienda, actualmente, no puede evaluar el presupuesto en términos de resultados, hace falta avanzar hacia allá. Para esto sería necesario:

i. Poder evaluar programas, lo cual no es factible para la gran mayoría de programas en ejecución, ya que cuando nacieron no se definieron objetivos, metas e indicadores. Adicionalmente, para el caso de los programas que sí los tienen, esos se definen de manera muy subjetiva por parte de quienes los ejecutan y son ellos mismos—y no el Ministerio de Hacienda—quienes se encargan de evaluar los resultados.

ii. Contar con información adecuada—la cual no existe hoy—acerca de insumos y productos, costos, cuántos dólares va a costar cada objetivo.
iii. Desarrollar indicadores que permitan medir la gestión institucional.

3. El Ministerio de Hacienda no puede diferenciar adecuadamente entre gasto público bueno y gasto público malo. Con base en la información disponible, no es posible determinar el efecto o el impacto del gasto público en los supuestos beneficiarios. Ante esta realidad, no se cuenta con criterios adecuados que permitan tomar decisiones de recortar o no gasto en una partida o programa específico. El único criterio que se puede utilizar para recortar el gasto público es recortar X%.

4. Los problemas descritos son muy serios y son imposibles de corregir en el corto plazo. Es necesario considerar un horizonte más allá del presupuesto anual. Desarrollar indicadores de resultado a nivel institucional. Sin embargo, esto enfrentaría resistencia por parte de los jerarcas de las instituciones que prefieren indicadores operativos que no permiten evaluar el impacto de los programas.
5. Una solución de mediano y largo plazo demandaría el desarrollo de capacidades institucionales—a lo interno de cada institución que recibe recursos del Presupuesto—y una coordinación eficiente con el Ministerio de Hacienda.

6. Es importante la alineación del gasto público con el Plan Nacional de Desarrollo, en distintos niveles.

Los puntos expuestos arriba por doña Marjorie durante la reunión de trabajo, en lenguaje claro y sencillo, no se pueden prestar a una mala interpretación o injusticias de ningún tipo. Esa es la realidad, que es, sin duda, muy desagradable, pero que nadie puede cambiar en el corto plazo, ni siquiera el Ministro de Hacienda, don Fernando Herrero, a quien, nuevamente,
reto a que haga pública la evidencia que demuestre que el Ministerio de Hacienda sí cuenta con criterios, mecanismos e indicadores que le permitan realizar una eficiente asignación del gasto público y evaluar el impacto de ese gasto en los beneficiarios. ¿Dónde está la evidencia, don Fernando?

*Luis E. Loría es Presidente de ANFE

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