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Boletín ANFE

11-06 Un planteamiento energètico- segunda parte

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Este artìculo fue publicado en el Boletìn de ANFE de junio del 2011

11-06 UN PLANTEAMIENTO ENERGÉTICO-SEGUNDA PARTE


Por Jorge Corrales Quesada*


Continúo presentando una serie de consideraciones en torno a una propuesta para ampliar la dotación de energía en el país, en vez de insistir en la manipulación de la demanda, como parece ser la opción preponderante de las autoridades gubernamentales. La numeración en este comentario viene del anterior.

(7) La exploración y producción petrolera nacional deberá ser producto de la contratación competitiva y no de algún acuerdo especial directo con país alguno, tal como China, en donde se otorguen derechos especial. Este principio es también aplicable para la eventual refinación de petróleo en el país.

(8) Un tema relacionado con el petróleo y que no deja de tener cierta fundamentación empírica, es la corrupción que se suele asociar entre la producción petrolera que se da en un país y los políticos domésticos. Al respecto se suele mencionar a Venezuela como país en el cual la abundancia de recursos derivados petroleros ha hecho que los políticos de esa nación hayan tomado decisiones de muy dudosa corrección en cuanto a su uso y sobre todo ha conducido a un gigantismo estatal totalmente inconveniente para la libertad ciudadana. Muchos políticos de países árabes también son citados por la corrupción entronizada en sus estados como resultado de su producción petrolera. El contraste a este mal e incorrecto uso de recursos públicos lo encontramos en países como Noruega y Canadá, que poseen un enorme sector petrolero, así como también Chile, si bien se trata de un mineral como es el cobre.

En tales naciones el estado no ha cometido el error de dejar que su riqueza mineral quede sin explotar, pero han tenido la previsión de que los ingresos provenientes de ella no queden a la disposición inmediata e indiscriminada de los estados, sino que se administran por un fondo especial objeto de una rigurosa vigilancia. Este se ha instituido deliberadamente con el propósito de que el beneficio llegue a la ciudadanía a lo largo de los años, en especial una vez que tales recursos se hayan extinguido o bien se presente alguna situación catastrófica que requiera su utilización, particularmente como compensación a fluctuaciones de los precios de esos minerales. Propongo que en nuestro país, en caso de que se dé un desarrollo petrolero, la administración de los recursos provenientes de esa actividad se lleve de la mano con la asesoría de entidades tales como las de los gobiernos de Noruega, Canadá o Chile, los cuales, estoy casi seguro, nos brindarían la ayuda externa necesaria para el desarrollo institucional requerido. Así, la justa preocupación por “la maldición del petróleo” puede ser minimizada, en tanto que los recursos no se desperdician, al quedar sin uso bajo la tierra en donde no tienen valor económico alguno (o poco).

(9) Juzgo necesaria la apertura del monopolio de RECOPE (al igual que siempre he propuesto que se haga con cualquier otro monopolio instaurado por el estado). Tengo muy claro que las actuales autoridades gubernamentales no necesariamente están dispuestas a una apertura de dicho monopolio (además de algunos otros grupos políticos que también están a favor del monopolio). La competencia en el área de desempeño de RECOPE creo que eliminaría algunos de los problemas connaturales a cualquier tipo de monopolio, como son una oferta insuficiente, precios más elevados y sobre todo una conjunto de regulaciones que se introducen para que el monopolio efectivamente mantenga su posición de control sobre el consumidor y, sobre todo, de cualquiera que intente competir con aquel.

Sin embargo, me permito hacer algunas sugerencias en el caso de que RECOPE conserve sus condiciones de monopolio, de forma que podría ser posible promover el interés del consumidor mediante una regulación de su monopolio que llevaría cabo el propio estado (claro que no resolvemos el problema de que es el estado quien es el “dueño” de RECOPE, limitando por tanto el incentivo para la regulación).

(10) Una medida reciente que RECOPE nos anunció como parte de su “solución” al aumento en los precios internacionales del petróleo es la utilización de una mezcla de gasolina con alcohol, o gasohol, como se le conoce. Ya se ha tenido alguna experiencia (en Guanacaste y otras áreas del país) y parece indicar que su uso no daña los motores, al menos en vehículos “modernos”, pero si se requiere un gasto fuerte en la adecuación de las bombas distribuidoras para que el gasohol no dañe sus tanques. Si su utilización fuera mejor que el simple empleo de gasolina, es necesario que se den otra serie de condiciones que es necesario señalar.

En primer lugar, el argumento de que así se ahorran divisas (supuestamente porque el gasohol es de producción nacional o usa materia prima nacional) está equivocado, porque si el tipo de cambio se aproxima al de equilibrio (no hay ni subvaluación ni sobrevaluación),

como parece ser el caso actual, da lo mismo, desde el punto de vista de la utilización de recursos, que se use gasolina totalmente importada o gasohol. La prueba esencial de la conveniencia del uso del gasohol es que tenga un menor precio al consumidor que la gasolina, sin que medie algún subsidio o impuesto distorsionador. Ello indicaría, al tipo de cambio de equilibrio y con libertad para importar, que el gasohol es mejor opción (todo lo demás constante) que emplear gasolina.

En segundo lugar, la operación de traer alcohol del exterior para mezclarlo con alcohol (lo cual señala problemas con el argumento de ahorro de divisas) requiere de instalaciones de almacenamiento, transporte y de desembarque que hoy no se poseen, por lo que dicho costo deberá tomarse en cuenta.

En tercer lugar, emplear tierras actualmente usadas en producir otros cultivos para producir caña de azúcar y convertirla en alcohol (se supone que las refinerías existen y son capaces de producir en el país) significa que se sacrifican otras actividades económicas posiblemente más rentables, lo cual daría lugar a una pérdida neta para la economía. Además, el cultivo de caña de azúcar no suele ser muy ameno a la calidad de los suelos y eso deberá tomarse en cuenta.

Las reglas de oro al definir la conveniencia de mezclar alcohol con gasolina son dos: primero, que no haya subsidios de ninguna índole y, en segundo lugar, que el costo neto de recursos usados en el gasohol que se vende al consumidor final resulte ser menor que el costo de la gasolina importada.

(11) Es posible que en RECOPE se den ciertas prácticas que, ni más ni menos, significan la presencia de subsidios cruzados -esto es que, de alguna manera, se grava alguna actividad para a su vez favorecer otra dentro de la misma empresa. El caso del tratamiento que RECOPE da al gas licuado (LPG) podría evidenciar tal situación. De acuerdo con la ley del monopolio de RECOPE, este se aplica tan sólo a la importación de petróleo y sus derivados. Por lo tanto, cabe preguntarse si la importación monopólica de RECOPE al gas licuado se hace al amparo de dicha potestad, pues lo cierto es que es posible obtener LPG tanto como un derivado de petróleo o como un derivado del gas natural. Por ello, en el primer caso es posible pensar que el monopolio de RECOPE es aplicable, en tanto que no lo es en el segundo. Es decir, no hay impedimento legal alguno para que alguien diferente de RECOPE pueda importar gas licuado si se obtiene a partir de la derivación del gas natural. No hay duda que una política gubernamental que facilite la importación privada de gas LPG contribuiría enormemente al bienestar del consumidor.

Lo anteriormente expuesto cobra mayor importancia al tomar en consideración que RECOPE, a la hora de la fijación de precios por parte de la ARESEP de sus diferentes tipos de combustibles, suele cargar al costo sobre el cual fija se fija su margen de ganancias, diversos costos que son más bien propios y aplicables a otros combustibles, mas no al LPG. De esta manera, por medio de un subsidio cruzado, RECOPE reduce el costo (precio) a que vende otros combustibles, en tanto que relativamente aumenta el precio a que vende el gas LPG.

Es deseable que se defina una política gubernamental para terminar con este subsidio cruzado, que impacta negativamente el consumo de gas licuado y aumenta el de otros combustibles. Lo más interesante es que uno de los principales grupos consumidores de gas licuado lo forman familias rurales de bajos ingresos; en concreto, en las provincias de Guanacaste, Limón y Puntarenas, principalmente. En ellas es a la vez más prolijo el consumo de leña obtenida de árboles como fuente de energía doméstica. Uno esperaría que si se abarata el gas licuado (tanto al permitir su libre importación privada, como si se acabaran esos subsidios cruzados de RECOPE) redundara en un efecto positivo en cuanto a la conservación de los árboles y más generalmente de los bosques, además de que los más importantes beneficiados serían las familias rurales de menores ingresos. Por supuesto que el beneficio también llegaría a otros consumidores de LPG en general. Tal rebaja de costos también podría traducirse en un uso más eficiente de la energía en el país, dado que la relación producción energética/ precio del LPG es más elevado que el de otros combustibles que vende RECOPE, así como posiblemente también en comparación con la electricidad.

A fin de que este comentario no sea muy extenso, en una tercera parte continuaré presentando sugerencias para ampliar la oferta de energía en el país y favorecer así la satisfacción de las necesidades de los consumidores.

*Publicado en el sitio de ASOJOD el martes 3 de mayo del 2011.

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Actualizado 22/08/2011 a las 15:42 por Boletín ANFE

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