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11-04 En guardia:Restricción vehícular

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Este artículo fue publicado en el Boletín de ANFE de Abril del 2011

11-04 EN GUARDIA: RESTRICCION VEHICULAR

Por Jorge Guardia Quirós*


El ministro de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, Teófilo de la Torre, nos dio de nuevo en la torre con su intento de endurecer la restricción vehicular: “Si el barril del crudo llega a $150 habrá más restricciones para circular en autos particulares…”.
Sinceramente, dudo que el crudo golpeé esos niveles, como en julio de 2008, pues no hay condiciones objetivas para ello: la economía mundial crece modestamente, China ha adoptado medidas para enfriar su calentura (alzó tasas de interés), Libia sólo produce un 2% de la producción mundial y Arabia Saudí ofreció incrementar su producción para suplir el faltante, y el dólar parece estar subvaluado por lo que podría sufrir una corrección. Pero bien puedo equivocarme.

Si el oráculo de don Teófilo fuera más afinado y le sonara la flauta creo, aún así, que erraría desde los puntos de vista legal y económico. En toda restricción de la libertad debe haber un fin aceptable para la Sala IV. Si el fin es ahorrar combustibles –como declaró a La Nación-, habría de preguntarse, entonces, por qué convendría restringirlos sin son esenciales para producir. El Estado podría restringir la importación para evitar un alza en el tipo de cambio o, alternativamente, beneficiar al consumidor. Pero las condiciones objetivas de oferta y demanda mundial, y las prevalecientes en nuestro mercado cambiario, impiden lograr ningún beneficio con la restricción.

No podemos abaratar el precio de un bien importado cuyas fuerzas de oferta y demanda se rigen por factores fuera de nuestro control. Si restringimos la importación, el precio del crudo seguirá siendo elevado e igualmente se trasladaría al consumidor. Y tampoco ganaría el país porque hay tal abundancia de dólares que disminuir la factura petrolera poco afectaría el mercado de divisas. Más bien, si subiera el tipo de cambio por importar petróleo el Banco Central y los exportadores recibirían un alivio.

Ya la Sala IV se pronunció en contra de la restricción vehicular si el fin fuera ahorrar combustibles (la Defensoría demostró que era ineficaz). ¿Cómo podría persuadirla ahora si lo que ahorraría, según “el arsenal oficial” sería apenas $100 millones anuales, mientras que en el mercado cambiario altamente superavitario? La restricción no afectaría el tipo de cambio. Más bien, aliviaría el exceso y permitiría al Banco salirse del mercado cambiario y evitar la emisión (o pérdidas futuras, si esteriliza). El Central compró $500 millones en los últimos 7 meses para sostener el tipo de cambio, cinco veces más que el pretendido ahorro oficial. En resumen: restringir la circulación para ahorrar divisas sería ineficaz y afectaría la libertad.

*Jorge Guardia Quirós es ex Presidente de ANFE. Este comentario apareció originalmente en La Nación del martes 12 de abril del 2011.

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