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11-03 ¡¿Solidaridad Tributaria?!

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Este artículo fue publicado en el Boletín de ANFE de Marzo del 2011

11-03 ¡¿Solidaridad Tributaria?!


Por Federico Malavassi C.*


Hemos reiterado que la palabra “solidaridad” tiene dos significados. El primero, de tipo jurídico, atinente al Derecho de las Obligaciones, que simplemente dice que uno tiene que pagar por otro. El segundo, un sentimiento de adhesión circunstancial (empatía, simpatía o compasión), por la causa de otro.

El paquete tributario que se halla en la Asamblea Legislativa, en pasos apurados, fue bautizado como “Plan de Solidaridad Tributaria” para evocar el sentimiento de consideración por la causa ajena (un disfraz) pero más bien parece calzar en el significado jurídico de obligado solidario (uno recibe la plata y otro paga el préstamo).

Típico engaño, poner un nombre que evoque sentimientos sociales y sentimientos de fraternidad, cuando en realidad es una especie de expoliación o despojo.

Es un “Caballo de Troya” o un camuflaje: el nombre puesto al paquete tributario es para esconder la realidad, sorprender a los costarricenses, buscar el apoyo de algunos grupos sociales (clientes políticos) y dejar mal parados a quienes se opongan al angurriento gobierno.

La conducta perversa viene siendo tradición en el gobierno costarricense: “impuesto solidario”, “equilibrio financiero”, “fondo de emergencias”, “programa avancemos” y muchos espejismos más. Se trata de introducir un cargo, un gasto, un impuesto o una evasión de procedimientos a través de un nombre que evoque sentimientos y parezca encomiable. Después quedará claro que no se cumplió, que la plata se gastó mal, que el programa es un fracaso, que el dinero del impuesto a los combustibles no se gastó en carreteras, que no se hizo la evaluación del desempeño económico del gobierno, pero al inicio se logró el propósito real: engañar a la gente y aplacar la oposición. ¡Sí, porque resulta incómodo oponerse al “avancemos”, a la “solidaridad”, al “equilibrio” y a los “fondos de emergencias”!

Algunos pensadores han planteado la introducción de “garantías económicas” en la Constitución. Se concebían como un límite al despilfarro (las casas de la nueva Cinchona), responsabilidad por el gasto desordenado y el presupuesto para que la sociedad no sufra la irresponsabilidad de los gobernantes.

Por ello no acepto el intento de engaño. Incluso me rebelo contra el sentimiento que se quiere despertar (¿es que luego de la CCSS, el IMAS, el Fondo de Emergencias, la educación gratuita, las pensiones del régimen no contributivo, de los cientos de miles de bonos gratuitos para la vivienda y mil regalos más, todavía hablan de “solidaridad”?), ya es hora de que entendamos que cada cual tiene que hacer su tarea y no vale la concepción de que el gobierno la haga por todos.

Además, aceptaría propuestas de un Estado responsable, no de un Estado inútil, despilfarrador, desordenado y mentiroso.
*Federico Malavassi C. es ex Presidente de ANFE. Este comentario originalmente apareció en La Prensa Libre de martes 22 de febrero del 2011.

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