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Boletín ANFE

10-10 En navidad, no solo los niños reciben regalos

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Este artículo fue publicado en el Boletín de ANFE de Diciembre del 2010

10-12 EN NAVIDAD, NO SOLO LOS NIÑOS RECIBEN REGALOS

Por Alejandro Barrantes Requeno*


Decía Richard Lamm que "La navidad es una época en que los niños le piden a Papá Noel lo que quieren y los adultos pagan por ello. El déficit del Estado es cuando los adultos le piden al gobierno lo que quieren y los niños pagan por ello". Esta atinada frase refleja muy bien la realidad que vivimos los costarricenses, pues la reciente aprobación del Presupuesto de la República -financiado en un 45% con deuda- nos tiene que poner a reflexionar seriamente acerca de lo que se vendrá: ya el Gobierno avisó que propondrá un nuevo paquetazo de impuestos para "arreglar" las finanzas y uno de ellos, el impuesto a las personas jurídicas, ya avanza decididamente en el trámite legislativo para su aprobación.

Con la intención de dotar de recursos a la seguridad ciudadana -una de las promesas de campaña de doña Laura Chinchilla- y con la excusa de que las sociedades anónimas inactivas se utilizan para la evasión fiscal, el Gobierno pretende cazar a todo aquel que tenga una, cobrándole $200 anuales. Y como no es capaz de cobrar lo que ya existe -la evasión fiscal en nuestro país ronda el 70% según la Contraloría- ni de revisar adecuadamente la contabilidad de los evasores, el “Leviatán” decidió, salomónicamente, castigar a todos cobrándoles más. A esta “tradicional” decisión se le une, entre otras pretensiones fiscales, aumentar del 13% al 15% el impuesto sobre las ventas. Tremendo regalo de Navidad el que se nos viene.

Sin embargo, ese regalo no será sorpresa. Se veía venir que los subsidios, las becas de Avancemos, las pensiones del Régimen No Contributivo, los bonos de vivienda, el aumento del empleo público (3 de cada 4 empleos creados en 2009 fueron del Sector Público) y el elevadísimo gasto público de los últimos años, en otras palabras, la burda y llana aplicación de los postulados keynesianos, nos costaría caro, tanto a nosotros como a nuestros hijos. Lo que los adultos pidieron, como decía Lamm, lo tendremos que pagar nosotros, los nuevos profesionales que apenas estamos empezando a ganar nuestro sueldo y nuestros futuros hijos, a los que sin duda les tocará cargar con el pesado fardo de la deuda.

Ahora que estamos en tiempos navideños, donde muchos gastan todos sus ahorros y su aguinaldo en regalos, y luego tienen que afrontar la cuesta de enero con los bolsillos vacíos, es cuando debemos preguntarnos si no es eso exactamente lo que le ocurre al Estado, cuando todo el año, pasa en “Navidad” dándole regalos a la gente, pero con la diferencia que el costo lo pagamos los tax payers, actuales y futuros.

A propósito de esto, vale destacar una pequeña curiosidad: desde hace días viene sonando en la radio un campaña ambientalista donde una voz indica que, de no cuidar el medio ambiente, en el futuro nuestros hijos preguntarán en qué estábamos pensando. Pues bien, se me ocurre que los tax payers deberíamos hacer lo mismo pero con el elevadísimo gasto público. Así como algunos propugnan por el "derecho de las futuras generaciones a tener un medio ambiente sano", ¿por qué no hablar también por el "derecho de las futuras y actuales generaciones a no tener que pagar por una deuda que no desean"?

*El politólogo Alejandro Barrantes es miembro de la Junta Directiva de ANFE

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