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10-04 Columna libre: Las negociaciones políticas

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Este artículo fue publicado en el Boletín de ANFE de Abril del 2010

10-04 COLUMNA LIBRE: LAS NEGOCIACIONES POLITICAS

Por Carlos Federico Smith


¿Podemos los liberales entrar en negociaciones políticas con otros grupos? En principio sí; es más, me parece que hacerlo reflejaría una actitud muy liberal que se observa en muchas circunstancias políticas de la historia. Al momento tales acuerdos son muy frecuentes en democracias maduras, como por ejemplo en Alemania, en donde el partido liberal ha participado del gobierno tanto con social-cristianos (como hoy) como con social-demócratas (anteriormente). El cuidado que deben tener los liberales está en los acuerdos a que pueda llegar. Me voy a explicar, teniendo presente nuestro marco institucional actual y la situación política del momento, pero tratando sobre todo de mantener mi análisis en torno a si los liberales deben ser partícipes en general de acuerdos políticos y no tanto acerca de un acuerdo particular, de la circunstancia momentánea, como el que se ha fraguado en torno a la elección del directorio legislativo este pasado primero de mayo.

Los liberales siempre hemos sostenido como un gran principio político acudir al diálogo y, como nos lo recuerda Seldon en "Pensamientos de Liberales" en esta edición del Boletín de ANFE, se necesita de una mezcla de sistemas imperfectos -el mercado y la democracia- en donde los liberales optamos por "un uso mínimo del gobierno combinado con un uso máximo del mercado," lo cual él define como capitalismo. En nuestro sistema institucional gubernamental, si bien no es lo que se conoce como un régimen parlamentario, la Asamblea Legislativa es muy importante en la definición de políticas, por lo cual, por principio, nos debe interesar a los liberales como parte de un aparato institucional en el cual se llega a acuerdos (e imposiciones) acerca de la conducción de la cosa pública.

Si aproximamos como "los más liberales" a los diputados del partido político Movimiento Libertario, además de ellos hay otros relativamente cercanos a principios liberales en otras agrupaciones políticas. Si nos damos cuenta de que no se tiene un número significativo de diputados ciertamente liberales, tal que permita poner en marcha la aprobación legislativa de proyectos que son de su interés primordial, puede ser que se requiera lograr acuerdos entre diversos grupos políticos que permitan impulsar la agenda liberal en la Asamblea Legislativa. Tal coyuntura se ha presentado al requerirse el nombramiento del nuevo directorio político en la Asamblea Legislativa. Los liberales tenían esencialmente tres opciones en cuanto a dicho nombramiento. La primera, llegar a un acuerdo con el partido mayoritario del Congreso, el social-demócrata partido Liberación Nacional; la segunda, integrar a (casi todos) los restantes diputados no liberacionistas en un frente para elegir el directorio en mención y tercera, que los diputados libertarios votaran por su propia lista.

Esta última es la propuesta liberal más "pura": de ganar se elegiría un directorio supuestamente liberal de hueso colorado, en tanto que la segunda posibilidad, la de un directorio compartido con otros diputados no social-demócratas, pero quienes suelen tener ideas muy diferentes a las de los liberales (como los comunistas y en mucho los diputados de Acción Ciudadana) difícilmente permitiría que se impulsaran los proyectos más acariciados por los diputados liberales. Por ejemplo, no me imagino que estos otros diputados apoyarían la propuesta libertaria de ampliar las posibilidades de producción privada de energía eléctrica, pues iría en contra del cuasi-monopolio actual que detenta el ICE. Esas otras fracciones más bien suelen promover la acción del estado (la "política" que nos menciona Seldon) y que ya de hecho se han manifestado en contra de alternativas amplias a la producción eléctrica proveniente del sector privado.

Si bien la fracción de Liberación Nacional se define como social-demócrata, el hecho es que una parte significativa de sus propuestas políticas la acerca a propuestas liberales (de "vergonzantes" los han calificado algunos anteriores altos dirigentes de ese grupo político). Pero tal atracción no exime de la necesidad de tener el cuidado de que tales propuestas vayan claramente en beneficio de la colectividad y no de algún grupo particular afín a esa agrupación. Siempre existe el riesgo de que aquellos diputados social-demócratas, en vez de estar a favor del capitalismo (usando el término de Seldon que yo comparto) o del mercado, más bien lo están a favor de una versión bastarda, mejor conocida como "crony capitalism" o capitalismo de los amigotes, como suele presentarse, por ejemplo, en algunas economías asiáticas.

Lo importante no es que los liberales estén dispuestos a negociar acuerdos políticos en la Asamblea Legislativa, sino qué tipo de acuerdos son los que se habrán de negociar. Con una apertura poco tradicional en nuestro medio político, en mucho producto del mayor balance de poderes logrado en la actual Asamblea Legislativa, será, a cambio de sus votos para elegir un directorio encabezado por Liberación Nacional, que los diputados libertarios podrán lograr la aprobación (podrán es el término exacto, pues la Asamblea Legislativa es claramente una caja de sorpresas) de proyectos que son de su interés y que, sin ese acuerdo se tienen muy pocas probabilidades de ser aprobados (no somos nada…)

De lo que he sabido, entre los acuerdos interesantes logrados está la aprobación de una ley moderna que permita la producción privada de electricidad, la posibilidad de que las personas puedan tener propiedad plena en la cercanía de nuestras fronteras, pues hoy es un sistema limitante en donde, a diferencia de una propiedad privada plena, no pueden ser usadas como garantía para préstamos bancarios. Asimismo, parece haberse acordado la discusión (ojo, no he dicho que aprobación) de una propuesta de "flat tax" que hasta el momento ha sido recusada sin posibilidades de que siquiera se llegue a conversar sobre ella en el seno legislativo, idea que incluso ha sido directamente rechazada de entrada por otras agrupaciones políticas diferentes de Liberación Nacional.

También se ha acordado la posibilidad de que los ciudadanos tengan alternativas, bajo un marco de regulación y de calidad comunes, a lo que es hoy una concesión monopólica a RITEVE, una vez terminado el contrato vigente, entre otras negociaciones que escapan de mi memoria en este momento. Además, las posiciones importantes esgrimidas durante la reciente campaña electoral por el Movimiento Libertario en torno a la seguridad ciudadana forman parte de estos acuerdos esenciales, así como también alrededor de reformas regulatorias que hagan más viable la participación ciudadana en la economía

Lo importante es que los diputados liberales no tienen que apoyar ningún proyecto de ley que vaya en contra de sus principios (como, por ejemplo, nuevos y mayores impuestos a la renta), con lo cual pueden mantener la identidad política que los caracteriza. Alguien ha mencionado que con dicho acuerdo "Liberación se comería a los libertarios", pero eso sucedería si esos libertarios no conservan sus principios y planteamientos. "Trust but verify" (confía pero verifica) es una frase célebre de Ronald Reagan y que debe servir de regla política a los partidarios de la libertad. La oportunidad de llegar a un acuerdo político en la Asamblea Legislativa en ocasión del nombramiento de su directorio parece ser conveniente para la promoción de la libertad en nuestro país, pero es claro que su cumplimiento debe ser observado permanentemente: verificar que se cumpla. La alternativa de oponerse (incluso de oponerse por oponerse) y sin posibilidades de lograr algo a cambio, no parece ser la mejor opción en estos momentos para los diputados libertarios, quienes incluso en ocasiones han sido castigados políticamente por una supuesta obstrucción a cosas que la ciudadanía o un mayoría puede considerar necesarias. Con este acuerdo no se sacrifican principios liberales: quien considere que ello es así tiene una enorme tarea de demostrar que los libertarios están cediendo sus posiciones básicas.

En general, este acuerdo en mención me parece que constituye una excelente posibilidad para aumentar la respetabilidad del ideario liberal en nuestro país y de que nuestros diputados puedan avanzar desde una etapa de freno al ímpetu estatista que hemos vivido y que algunos desearían continuar hacia una propositiva que a todas luces sea de la conveniencia de los costarricenses. Esta actitud negociadora y racional, sin doblegarse en cuanto a principios se refiere, mostraría el elevado grado de madurez política de esa agrupación. Los liberales siempre hemos creído en el diálogo abierto, franco, en donde se pueda convencer de la bondad de nuestras ideas a quienes no las apoyan o no las conocen. Y, también, ¿por qué no?, dadas las limitaciones de conocimiento que nos es propio de los humanos, se nos pueda convencer si es que estamos en el error.

Dadas las limitaciones de nuestro sistema político, tan lejos del parlamentarismo, me parece que este acuerdo de referencia puede significar un paso importante en la dirección correcta: que en el país puedan surgir acuerdos políticos que den sustento a las virtudes del orden del mercado, como claramente lo señala Seldon.

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