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09-10 Perdamos el miedo a dolarizar

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Este artículo fue publicado en el Boletín de ANFE de Octubre del 2009

09-10 PERDAMOS EL MIEDO A DOLARIZAR

Por Luis E. Loría*
Tres años de vigencia del fracasado experimento de bandas cambiarias parece haber sido suficiente para exigir su eliminación, tal y como se desprende de la encuesta a 53 economistas consultados como parte del proyecto de Inteligencia Financiera, publicada en la edición N°739 de EF (12-18 de octubre del 2009).

El irresponsable experimento del Banco Central de Costa Rica (BCCR), introdujo, de manera innecesaria, incertidumbre en el sistema. Vea artículo “Un delicado experimento”, en www.elfinancierocr.com.

Esa incertidumbre se constituyó, a su vez, en una ventana de oportunidad para que el BCCR y especuladores con acceso a información privilegiada realicen ganancias extraordinarias en un mercado cambiario ineficiente.

Esas ganancias, por supuesto, son resultado de las pérdidas de quienes por su tamaño pequeño y por no contar con acceso a mejor información sufren por la variabilidad de un tipo de cambio que es manipulado desde el ente emisor.

Que quede claro
Es importante que esto quede muy claro: nada tiene que ver el tipo de cambio actual con la libre interacción de las fuerzas del mercado –oferta y demanda–.
Durante los últimos tres años, la junta directiva del Banco Central ha adoptado decisiones que afectan el tipo de cambio –lo cual implica que el tipo de cambio observado no es de “equilibrio”– y, al hacerlo, ha hecho posible la transferencia de riqueza mencionada.

¿Por qué no es deseable regresar a las minidevaluaciones?
El mismo BCCR se encargó de desprestigiarlas y todos los argumentos que presentó hace tres años para abandonarlas permanecen vigentes. Vea publicaciones sobre metas de inflación y de flexibilidad cambiaria, disponibles en www.bccr.fi.cr.
Desde mi perspectiva, las tres principales respuestas a mi pregunta anterior son:
1. Las minidevaluaciones introducen inercia inflacionaria, lo cual imposibilita reducir la inflación (el impuesto más injusto de todos). Esto implicaría regresar, indefinidamente, a elevadas inflaciones de dos dígitos.
2. Transfieren, de manera automática y predecible, riqueza de quienes utilizan la moneda local a quienes utilizan dólares.
3. No elimina el riesgo cambiario.
En cualquier momento, la junta directiva del Banco Central puede decidir que el tipo de cambio vigente ya no le gusta y, de manera arbitraria, modificarlo o cambiar el ritmo de devaluación (pendiente).

La flotación no es una opción viable.
El miedo a flotar que tiene el Central se encuentra perfectamente justificado. Vea artículo “El BCCR tiene miedo a flotar”, en www.elfinancierocr.com.

Los problemas de eficiencia del mercado cambiario se originan, principalmente, en información asimétrica (unos participantes cuentan con mejor información que otros) y en la capacidad de grandes jugadores (BCCR, bancos y especuladores nacionales e internacionales) de mover hacia arriba o hacia abajo el tipo de cambio.

Esos problemas, que se han hecho evidentes durante los últimos tres años, no se solucionan abandonando las bandas cambiarias y permitiendo que el colón flote.

Por el contrario, se agravarían. En otras palabras, debe rechazarse de plano la idea de otro experimento cambiario atolondrado del Banco Central de Costa Rica.


Manejo imprudente
Hay que perder el miedo a dolarizar.
Desde un punto de vista técnico, no existen argumentos válidos para no dolarizar oficialmente la economía.
Es, claramente, la mejor opción para poner fin al manejo imprudente de la política monetaria y cambiaria por parte del Central. Es un esquema neutro (no favorece a un grupo en particular) y elimina el riesgo cambiario.

Los beneficios, también son evidentes: una moneda fuerte que mantiene mejor su valor en el tiempo, reducción sustancial de tasas de interés (las tasas de interés en colones convergerían al nivel de las tasas en dólares y, posteriormente, caerían más como resultado de la eliminación del riesgo cambiario).

Además, facilita la integración de Costa Rica con el resto del mundo (facilita el flujo de capitales, elimina costos de transacción, favorece la atracción de inversión extranjera directa y mejora el atractivo del país como destino turístico).

Quizás lo más importante es que la dolarización permite a todas las personas y empresas concentrarse en producir y hacer mejor su trabajo, sin preocuparse de la posibilidad de perder –por no haber estado atento– el fruto del mismo (salarios, ahorros, pensiones y utilidades) como resultado de decisiones expoliadoras adoptadas en la cúpula del BCCR.

Tomado de El Financiero 19 de octubre del 2009. El Dr. Loría es miembro de la Junta Directiva de ANFE y Director Ejecutivo de la institución.

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Actualizado 22/07/2011 a las 16:02 por Boletín ANFE

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