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09-06 De Chevez, cedice y mi cachucha de globovision

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Este artículo fue publicado en el Boletín de ANFE de Junio del 2009

09-06 DE CHAVEZ, CEDICE Y MI CACHUCHA DE GLOBOVISION

Roberto Brenes Pérez*

Coincidieron en Caracas, la semana antepasada, varios eventos emblemáticos y críticos para la democracia venezolana. Desde el día miércoles 27 de mayo, diversas organizaciones liberales de América latina (RELIAL) se dieron cita en Caracas para discutir estrategias para encarar la Pobreza con fórmulas de mercado. El jueves 28 y viernes 29, se celebró el XXV aniversario de CEDICE, la organización venezolana estrella en la promoción de la libertad y la democracia. También el jueves se conmemoró el segundo aniversario del arbitrario cierre de radio Caracas televisión.

Por la amplia cobertura que dieron mundialmente los medios, ya se sabe que el presidente Chávez no pudo aguantar la “agresión de la derecha” en su propio patio. Comenzó por incomodar a dos preclaros conferencistas del evento de CEDICE; Mario y Alvaro Vargas Llosa a quienes retuvo horas en el aeropuerto. A otros participantes los obligaron a molestos interrogatorios, incluso a pruebas de orina al entrar o salir. A todo esto, y durante los mismos días el propio comandante vuelve a reiterar la amenaza de cerrar el único canal televisivo independiente del país; Globovisión.

Durante los tres días de sesiones acudieron a la plaza de Altamira frente al hotel sede, manifestantes de rojo gritando consignas y calificándonos con la novedosa diatriba de “lacayos del imperio”. Las protestas, como todo evento tarifado, se dieron puntualmente de 10 a 5. Por supuesto que el suceso cumbre del sainete tercermundista fue el reto a debatir que le hiciera el propio Chávez a Mario Vargas Llosa y que palmó de muerte natural, no sin que antes los apparatchiks bolivarianos, matizaran el fracaso con excusas y expresiones denigrantes y soeces contra los participantes y el evento.

Sacando la estática ruidosa de las diatribas y las amenazas revolucionarias, los eventos liberales de Caracas fueron un éxito importante por al menos tres buenas razones: primero para dar apoyo y aliento a los venezolanos y a CEDICE. Todos los días y a todas las horas las salas del evento estuvieron repletas. Muchos de los participantes visitamos y dimos charlas en Universidades y escuelas. En todos lados vimos a los venezolanos ávidos de apoyo y de ideas. Fue ganar/ganar; mientras les llenamos las pilas a nuestros anfitriones, recargamos las nuestras.

Segunda buena razón para estar en Caracas; examinar, a la luz de lo que sucede en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, una agenda de acción para apoyar y potenciar las ideas de democracia en todo el continente. No estamos frente a un fenómeno ideológico de izquierda, sino un populismo autoritario desmedido que se mueve entre la amenaza y la corruptela. La tercera razón, fue para reiterarnos a nosotros mismos que las ideas y los principios no se defienden sentados. La presencia en Caracas de intelectuales, políticos y ex jefes de estado para discutir y promover estas ideas en forma pacífica pero firme, no solo apuntala y esperanza a los venezolanos. También nos reafirma que es la acción la que cambia las cosas, y las acciones racionales y pacificas acaban triunfando. Propongo organizar un foro similar en Nicaragua pronto.

Gracias al exilio que me obsequió la dictadura de Noriega, viví casi tres años en Caracas. Venezuela me duele. Chávez definitivamente no salió de la nada y buena parte de los dolores de la democracia en Venezuela son de viejo cuño. El gobierno de Chávez definitivamente ha venido de más a menos y su descarado empeño por estatizar y dominar todo y a todos es síndrome de su creciente inseguridad. Pero ¿cómo se siente el venezolano?

Para tratar de calibrar los sentimientos del ciudadano, decidí caminar Caracas y hacer los trámites aeroportuarios de salida con una “cachucha” beisbolera con el logo de Globovisión. Sentí que habiendo vivido en Caracas y enfrentado en las calles de Panamá una tenaz dictadura, con mi muda encuesta sobre las orejas, podría leer el lenguaje corporal, y no tan corporal, de los venezolanos y sus sentimientos de democracia. Y si… la cosa está allí.

Las cosas que la gente le dijeron a mi cachucha y a mi, son alentadoras. Muy poca gente, ignoró mi cabeza pero reprimieron sentimientos de simpatía, igual que aquí al principio de la lucha contra Noriega. En un puesto de Arepas yo “era el señor de la gorra de Globovisión”. Mas de una persona me dijo en voz baja, “’ ¿usted trabaja en Globovisión ‘?” hubo cierto alivio cuando dije que no. Pero a una mujer joven, frente a un plato de sopa camino a su trabajo que le pregunté -¿y tú que piensas? – solo atinó a decir, “después que coma hablamos” y se fue. Para los funcionarios de migración en el aeropuerto parece que fui invisible, pero sentí que era la invisibilidad de Lord Valdemorth, el enemigo de Harry Potter.

A los venezolanos se les han hecho dura realidad las letras de su propio himno nacional: el despotismo ha levantado la voz. Es la hora de que hable el bravo pueblo que el yugo lanzó. Y todos con la democracia para Venezuela
* Presidente de la Fundación Libertad de Panamá.

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Actualizado 21/07/2011 a las 13:40 por Boletín ANFE

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