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Jorge Corrales Quesada
25/02/2022, 09:32
Este es uno más de una serie de artículos recientemente publicados en memoria del destacado economista negro Walter Williams, notable pensador liberal clásico moderno.

WALTER WILLIAMS: UN RECUERDO CARIÑOSO

Por Harold A. Black
American Institute for Economic Research
9 de febrero del 2022

Nota del traductor: la fuente original en inglés de este artículo es harold a. black american institute for economic research Williams, February 9, 2022. En él podrá leer enlaces relevantes originalmente en letra azul en el texto.

Tal vez, el mayor halago hecho a Walter Williams es que Thomas Sowell le consideró su más viejo y cercano amigo.
Como Sowell, Williams usaba el sentido común -la base de la economía- para enfrentar problemas contemporáneos. La economía nos dice que los controles de precios, como salarios mínimos, control de alquileres, topes de usura, pueden ayudar a unos pocos individuos, pero dañarán a muchos más.

Esos hechos condujeron, tanto a abrazar el capitalismo y los mercados libres, como los mecanismos más apropiados para mejorar el bienestar de los pobres. Ambos citaron ejemplos históricos y modernos para ilustrar sus puntos. El uso del sentido común por Williams era, a menudo, devastador y generaba el coro usual de lamentos de quienes estaban en desacuerdo. Sin embargo, a Williams eso le importaba poco. En temas como educación, gobierno limitado, democracia, redistribución del ingreso, y raza, Williams brindó sabiduría, lógica, y razón en áreas en que, a menudo, había muy poca. Para disgusto de sus críticos, ellos podían hacer poco por mostrar que él estaba equivocado.

Cuando escribía acerca de la educación de niños negros y su trágico desempeño en lectura y matemáticas, Williams afirmó que ese desempeño no siempre era el caso. Citando a Sowell, Williams nos recordó que escuelas sólo para negros durante la segregación demostraron excelencia académica. El Colegio Frederick Douglass en Baltimore, el Colegio Paul Laurence Dunbar en Washington, D.C., y mi alma mater, el Colegio Booker T. Washington en Atlanta, eran excelentes, en una era en que los negros eran más pobres y abiertamente discriminados en su contra. Williams insinúa que la educación de los niños negros no se benefició con la integración, y la evidencia lo apoya. La pregunta es ¿por qué? Durante la segregación, la enseñanza escolar era una ocupación honorable, en donde los únicos empleos disponibles para negros educados en universidades estaban en el gobierno o el empleo propio. Un alto porcentaje de maestros de primaria y colegio eran hombres. La disciplina era estricta. Los tiempos han cambiado. Williams alega que el sistema educativo moderno es un fracaso en gran parte debido a la laxitud en la disciplina y estándares académicos disminuidos. Hoy, los educadores y “élites” han reemplazado lo que funcionaba por lo que suena bien. Williams en una ocasión dijo que tenía 74 años de edad y se sentía feliz de haber recibido la mayor parte de su educación antes de convertirse en moda de la gente blanca que le gustara la gente negra, lo que significaba que él viviera obligado a cumplir con niveles más altos.

Williams indicaría lo obvio cuando lo obvio estaba siendo ignorado. Era escéptico ante el “racismo sistémico” y afirmó que la difícil situación experimentada por muchos negros tenía poco que ver con el racismo sistémico o con acciones de la policía. Él observó que, en muchas de nuestras principales ciudades, los negros controlan muchas de las posiciones electas, departamentos de policía, y funcionarios escolares. Estas ciudades tienen escuelas pavorosas y altas tasas de criminalidad, en especial asesinatos. Williams pregunta ¿dónde está el racismo sistémico cuando negros están en control? Es una pregunta que la izquierda evita responder. También, Williams insinuó que la izquierda y los medios de la corriente principal conspiran por mantener distraídos a los negros para que enfrenten las principales fuentes de su descontento, al enfocarlos hacia temas como batidas -no importa qué tan infrecuentes- policiales. Una encuesta preguntó cuántos negros no armados fueron asesinados por la policía en el 2019. Un veinte por ciento respondió que ¡10.000 o más! La respuesta correcta era 13. La situación no es ayudada cuando negros famosos, como LeBron James, tuitean “Estoy tan malditamente cansado de ver gente negra asesinada por la policía.” A la fecha, James ha dicho muy poco acerca de gente negra siendo asesinada por gente negra. Y, tan sólo en Chicago, hubo 769 homicidios en el 2020. Aún más, un récord de homicidios está siendo registrado en la mayoría de nuestras ciudades principales. ¿Dónde está la indignación?

Williams era fiero impulsor del gobierno limitado y opositor a la redistribución forzada del ingreso. Famosamente declaró, “Permítame ofrecerle mi definición de justicia social: Yo conservo lo que me gano y usted conserva lo que usted se gana. ¿Está en desacuerdo? Bueno, lo que usted me dice es que lo que yo gano le pertenece a usted ̶ y ¿por qué?”
También afirmó que, “No importa qué tan valiosa sea la causa, es un robo, asalto e injusticia confiscar la propiedad de una persona y dársela a otra a quien no le pertenece.” Como tal, Williams agregó al debate acerca de las reparaciones y que uno pague su “parte justa” y lo hizo de una forma que era intencionalmente provocadora. La receta de Williams para reducir la pobreza era simple: “Complete el colegio: obtenga un empleo, cualquier tipo de empleo: v cásese antes de tener niños; y sea un ciudadano obediente de la ley. Tanto entre estadounidenses negros como blancos así descritos, la tasa de pobreza es de un sólo dígito.” Una declaración controversial en el clima del “despertar” [woke en idioma inglés] de hoy, pero, de nuevo, una que no puede probarse que es equivocada.

Aunque Williams fue etiquetado como “conservador,” era parejo cuando se trataba de criticar tanto a estatistas como conservadores en el gobierno. Tanto estatistas como conservadores impulsan la confiscación de la propiedad de una persona para dársela a otra. La diferencia estaba en quién obtenía los despojos. En esencia, los impuestos eran un robo, y, dado que el gobierno es esencialmente improductivo, tiene que apoderarse de la propiedad de otros para funcionar y recompensar a sus amigos y no a sus enemigos (quienes cambian con cada elección). Para citar a Williams, “La cuestión acuciante tanto para conservadores como para estatistas no es si es legítimo que el gobierno confisque la propiedad de uno para dársela a otro, el debate es acerca de la disposición del pillaje.”

Williams amaba a los Estados Unidos y advirtió acerca de los peligros inherentes a una democracia. En su “Estados Unidos no es una Democracia, Gracias a Dios” él cita liberalmente a los Padres Fundadores afirmando que la democracia conduce a la tiranía de la mayoría. Una democracia es que un 50+1 por ciento puede confiscar la propiedad del otro 49 por ciento. John Marshall hizo ver que “entre una república balanceada y una democracia, la diferencia es como aquella entre orden y caos.” Así, Williams fue un impulsor de un gobierno federal limitado, libertad individual, separación de poderes, e instituciones como el Colegio Electoral. Para Williams, el Colegio Electoral impedía que las elecciones nacionales se definieran por una minoría de estados -aquellos con mayores poblaciones- e impusieran sus políticas sobre el resto del país.

Williams nos recordó ponderar los costos y beneficios. Durante la pandemia del Covid, Williams reprendió a los gobiernos por tomar a menudo acciones sin el beneficio de alguna justificación científica y sin consideración de costos y beneficios. Citó al entonces gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, quien dijo que cualquier acción se justificaba en tanto salvara una vida. Como dijo Williams, “Cuomo sabe que muchos estadounidenses creen en esa afirmación aparentemente tan cuidadosa, que con facilidad se puede revelar como un profundo sinsentido si uno sólo tuviera una pizca de conocimiento de economía. Tomar decisiones prudentes requiere que uno compare los beneficios con los costos.” El ejemplo que él brinda es claro. Hace ver que hubo 36.120 muertes de tránsito en el 2019. La mayoría podía haberse salvado si hubiera un límite impuesto de velocidad máxima de 5 millas por hora. Cuando los costos e inconveniencias de ese mandato son consideradas, es claro que los beneficios de salvar esas vidas son superados por los costos. Lo mismo puede decirse acerca de las cuarentenas y mandatos durante el pánico del COVID.

Finalmente, Williams era un escéptico verbal del cambio climático causado por el hombre. Citó las numerosas predicciones pesimistas inexactamente burdas en relación con el cambio climático que mostraron no ser ciertas. Aquí, Williams está en lo mejor de su acidez, ridiculizando a los que dicen que es “ciencia establecida.” Señaló que “evidencia creciente sugiere que las afirmaciones de un calentamiento global creado por el hombre pueden resultar siendo el engaño más grande en la historia de la humanidad. Inmune y hostil ante la evidencia.” Williams indica que la tierra pasó por un período de calentamiento global que terminó con la Edad de Hielo. Aunque había pocos humanos en el planeta, Williams hace ver que el fin de la Edad de Hielo no fue causado por “plantas de generación eléctrica alimentadas con carbón, bombillos de luz incandescente y vehículos todo terreno caminando por las carreteras.” Williams afirma adicionalmente que “hay mucho en juego para logra que gente se suscriba a la religión del calentamiento global. Hay tanto en juego que algunos científicos, usando donativos gubernamentales, están manipulando fraudulentamente datos del clima e involucrándose en actividad criminal.” Finalmente, asevera que “El peor caso absoluto de incompetencia y deshonestidad profesional está en el área de la ciencia del clima.” Es innecesario decir que esa afirmación no pasó sin ser desafiada. Sin embargo, una lectura cuidadosa, tanto de las críticas como de la respuesta, demuestra que Williams no se está refiriendo a todos los científicos del clima, sino sólo de quienes han adoptado el cambio climático como una religión y vehículo para enriquecerse. ¿Cuál lado está en lo correcto? El hecho importante de recordar es que Walter Williams amaba molestar al oso y provocar controversia. Él tuvo éxito y nos hará falta.

Reimpreso con el permiso de Online Library of Liberty (https://oll.libertyfund.org/page/liberty-matters-the-legacy-of-walter-williams#15)

Harold A. Black es profesor emérito de la Universidad de Tennessee en Knoxville. El Dr. Black, un nativo de Atlanta, Georgia, recibió su licenciatura en la Universidad de Georgia, y su Maestría en Artes y su Ph. D. de la Universidad del Estado de Ohio. Él da conferencias y publica extensamente en las áreas de instituciones financieras y el sistema monetario. Sus artículos han aparecido en publicaciones tales como American Economic Review, Journal of Money, Credit and Banking, Journal of Finance, Journal of Banking and Finance, Southern Economic Journal, Journal of Financial Research y Journal of Monetary Economics.

Traducido por Jorge Corrales Quesada.